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Reseña artículo 1860 de 2002: estatuto de profesionalización docente.

1. Sobre las nociones o categorías centrales: ¿Qué nos dice este decreto?

Después de numerosas peticiones de los grupos de educadores colombianos de un nuevo


régimen laboral que garantizara nuevas oportunidades para su profesión (garantías salariales,
sociales y de bienestar), finalmente, en el año 2002, el gobierno del presidente Andrés Pastrana
Arango, expide el decreto 1278 del estatuto de profesionalización docente. Este decreto tiene
la finalidad de garantizar que el acto educativo esté orientado por personal idóneo, con un buen
desempeño pedagógico y en competencias propias del ejercicio, el cual está enfocado hacia
varios aspectos que se presentan en la práctica docente; esencialmente, se buscan definir nuevas
condiciones para la relación docentes y estado, dando respuesta a algunas de las peticiones de
las nuevas generaciones de maestros colombianos; para ello, el decreto se centra, aunque no se
limita, a señalar tres aspectos fundamentales: los derechos, los deberes y el escalafón docente.

Siempre bajo el enfoque del reconocimiento de los docentes y directivos docentes, y de su


régimen laboral, en el decreto se inicia estableciendo el perfil idóneo de los docentes y sus
directivos y sus funciones. Posteriormente, se presenta la ruta a seguir para ser nombrado en
estos cargos: como principal requisito para acceder al servicio educativo estatal, los maestros,
aparte de tener un título profesional, deben presentar una prueba de aptitudes y competencias
básicas, después de la cual se procede a una entrevista y organización de acuerdo a los
resultados de la prueba. Ahora, mediante el concurso llevado a cabo en relación con las pruebas
de competencias y aptitudes, se inicia la participación en el concurso en búsqueda de un cupo
en el escalafón docente, este es un sistema de clasificación basado en la formación académica
y desempeño alcanzado perteneciendo a un grado determinado. Se establece además un
llamado “escalafón”, en el cual se instauran diferentes niveles salariales de manera ascendente,
con el objetivo de reconocer la formación académica y el buen ejercicio de los maestros con
un salario acorde.

Continuando en la línea de los derechos que se confieren a los educadores vinculados a través
del concurso descrito, se habla de los permisos y vacaciones (artículos 57 al 61); de una
evaluación objetiva, pertinente y transparente (capítulo IV); y de los objetivos, estímulos y
compensaciones (capítulo VI). Es así, como a través de un sistema se busca controlar pero a la
vez formar un conjunto de mecanismos que facilitan el desarrollo de la labor docente en pro
del mejoramiento de la calidad educativa, además se resalta que hoy por hoy los docentes
pertenecientes al escalafón del decreto-ley 2277 de 1979 tienen la posibilidad, según el artículo
65, de asimilarse al nuevo escalafón presentado la misma evaluación de competencias y
aptitudes; es decir que se plantea una equidad entre las diversas generaciones de trabajadores
de la educación, una cierta unificación de estos grupos.

No obstante, el decreto también se ocupa de brindar indicaciones en cuanto a los deberes y


perfiles que los maestros deben cumplir en su labor con la finalidad de ser idóneos para su
cargo; se propone principalmente que es importante, como docentes, estar en constante
investigación y actualización de información, por ende se presenta una evaluación anual la cual
según el artículo 34 del decreto en cuestión: evalúa desde estrategias y habilidades pedagógicas,
didáctica del área propia, resolución de problemas hasta relación con los alumnos, manejo del
grupo incluyendo disciplina y calidad educativa. Paralelo a estos deberes que los docentes
deben cumplir, se recalca la importancia de que los profesionales de la educación deben
prepararse por medio de especializaciones e investigaciones que los docentes deseen realizar
con el propósito de mejorar la calidad de la educación.

2. Contenido: ¿Cómo se estructura el decreto?

3. Según las nuevas ideas descubiertas ¿Cuál es el trasfondo del decreto?

Sin duda, el conocimiento de este tipo de legislación se constituye en un elemento fundamental


para aquellos que se acercan a la llamada carrera docente, más allá de conocer la versión de los
sindicatos a través de las protestas, o del gobierno nacional asegurando que los maestros tienen
todas las garantías, es importante partir de aquello que está estipulado en la ley y que debería
seguir vigente. Este decreto nos presenta aspectos que rigen a los docentes y directivos
docentes, en pro del mejoramiento de la calidad de la educación, al reconocer el trabajo de
aquellos que forman en las escuelas de todo el país.

Este decreto insiste principalmente en el compromiso que tienen los maestros para ser los
actores que permitan un mejoramiento en la calidad de la educación, para comprender esta
preocupación es pertinente reconocer una breve reseña histórica de la llamada revolución
educativa en Colombia, iniciada desde los años 80 con el movimiento pedagógico nacional,
que trasciende hasta nuestros días. El movimiento pedagógico colombiano se sitúa en el año
1982, encabezado por los maestros de grupos sindicales de todo el país, y apoyado por los
colectivos de universidades e instituciones a lo largo del territorio, según Zuluaga (citado por
González y Tibaduiza, 2015), ya se evidenciaba en estos primeros reclamos la inquietud por la
relación estado - docentes, que no se basara únicamente en lo salarial sino que se extendiera
hacia su reconocimiento y formación.

Con la ley 115 de 1994 se materializó finalmente el compromiso del estado por reglamentar la
educación con la guía de nuevos principios de universalidad, equidad y pertinencia; sin
embargo, quedaron en entredicho situaciones más puntuales respecto a los maestros, sus
funciones, derechos y deberes. Paralelo a esta búsqueda de transformaciones en el país que
partieran de la educación, la ciencia y la tecnología, durante el gobierno del presidente Ernesto
Samper Pizano, se convoca y publican las ideas de la llamada Misión de sabios, una iniciativa
bajo la cual se reunieron personajes relevantes del país (entre ellos el científico Rodolfo Llinás
y l laureado escritor Gabriel García Márquez), titularon su contribución “Colombia al filo de
la oportunidad”, en uno de sus apartados, dedicados los educadores se lee:

La historia del país y la experiencia internacional muestran con claridad cómo cualquier
intento de mejorar la educación está íntimamente ligado con el estatus, el desempeño,
la formación, las organizaciones y movimientos de los maestros y, en general, de los
actores internos de la educación formal. (Presidencia de la república, 1996, p.69)

Hasta este momento, y con la expedición del decreto 1278, se presentaba un aparente interés
por parte del gobierno nacional en cuanto al papel de los maestros en la formación de una mejor
educación para las futuras generaciones. Incluso, como ya fue mencionado, se reconoce en el
artículo 38 que: “El Gobierno Nacional reglamentará los mecanismos, formas y alcances de la
capacitación y actualización de los docentes”, es decir que se manifiesta que el estado debe
ocuparse de generar oportunidades de perfeccionamiento y actualización para los educadores,
lo cual se traduce en mejor calidad educativa. Actualmente sería oportuno preguntarnos si
realmente se están abriendo estas puertas, en el contexto de los actuales déficit en la educación
superior (la cual es poco accesible, en cuanto a lo económico, y centralizada), ¿Está
permitiendo el gobierno nacional que los maestros, especialmente aquellos ubicados en las
zonas rurales, reciban una constante formación? El hacinamiento en las aulas, las pocas
garantías del estado hacia los maestros en cuanto a su bienestar (asunto latente y que convoca
constantes paros y manifestaciones por parte de sus colectivos) no parecen ser las condiciones
idóneas para que estos actores inviertan todo su potencial en lo que se le exige: ser los
profesionales encargados del perfeccionamiento de la calidad educativa.

La misión de sabios fue convocada este año por el presidente Iván Duque, y estuvo integrada
por académicos (extranjeros y colombianos), entre estos se destacan investigadores, científicos,
economistas, ingenieros y expertos en tecnología; no destacan maestros o expertos en
pedagogía, sin embargo, si se hicieron críticas a la educación y se propusieron un sinnúmero
de retos para los maestros, se afirmó que nos encontramos “en un contexto que requiere
maestros mejor preparados frente a la primera infancia y la formación de alto nivel” (Cepeda,
2019), se exigen docentes preparados para las revolución de la ciencia y la tecnología, pero
¿Qué apoyo brinda el estado para acompañar a los maestros, para ayudarles a afrontar los
desafíos que recaen siempre en ellos? Tampoco se trata de nuevas leyes, se debería comenzar
por garantizar el cumplimiento de un decreto que lleva en vigencia más de 15 años, pero por el
cual siguen movilizándose los sindicatos en las calles del país.

REFERENCIAS.

Cepeda, P. (2019, 13 de junio). Conocimiento y educación, la fórmula de los sabios para


Colombia. Pesquisa Javeriana. Recuperado de
https://www.javeriana.edu.co/pesquisa/conocimiento-y-educacion-la-formula-de-los-sabios-
para-colombia/

Gobierno de Colombia. (2002). Decreto 1278, estatuto de profesionalización docente.


Recuperado de https://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-86102_archivo_pdf.pdf

Gonzáles, L. & Tibaduiza, H. (2015). El movimiento pedagógico en colombia y la subjetividad


del maestro a 20 años de la ley general de educación : grupo de historia de la práctica
pedagógica (Tesis de maestría). Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia.

Presidencia de la república. (1996). Informe de la misión de sabios: Colombia al filo de la


oportunidad (Tomo I). Recuperado de
http://www.plandecenal.edu.co/cms/media/herramientas/colombia_al_filo_de_la_oportunida
d.pdf

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