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AUN QUEDA UN MUCHACHO

Después de desechar a Saúl, Dios manda a Samuel para donde Isaí, a que ungiera a un hijo de él en
reemplazo de Saúl.
Si leemos la historia, el profeta llega a la casa de Isaí, y éste le pregunta ¿a qué vienes?, y el profeta
le dice que necesita ver a sus hijos.
Entonces Isaí hace pasar sus siete hijos delante de él, y cuando mira el primero, lo compara con
Saúl, porque Saúl era un hombre hermoso, alto, corpulento, con apariencia de rey.
El profeta pensó que el que lo iba a suceder iba a ser de unas características similares, pero hizo
pasar a los siete y a ninguno Dios le dijo nada.
Entonces parece que Samuel se preocupa y dice: “aquí algo pasa” y pregunta: ¿Estos son todos tus
hijos?
Isaí responde: Todavía queda un muchacho, que apacienta ovejas, dijo Samuel a Isaí: “Envía por él
porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga”.
Lo trajeron, no sabemos si David conocía al profeta Samuel, lo que podemos deducir es que no
eran amigos, así que no hay una relación de amistad o algo por el estilo.
A David la Biblia lo describe que era rubio, de ojos hermosos, de buen parecer, entonces Jehová le
dijo al profeta: “Levántate y úngelo porque este es”.
Aquí comenzamos a ver algo especial, y es que un hombre o una mujer que hable de parte de Dios,
debe tener la virtud de aprender a oír la voz de Dios.
Es importante que un hombre tenga relación con Dios, para que pueda saber distinguir su voz.
Samuel tuvo que levantarse y ungirlo, porque Dios se lo estaba diciendo.
La vida de David siguió lo mismo aparentemente, pero ahí habían sucedido unos aspectos
especiales.
Tal vez somos como David, de pronto muchos despistados, que no sabemos para donde
vamos, pero Dios ha hallado a gente justa, y sobre muchos Dios ha dado una palabra poderosa.
¿Para qué fue ungido David?
David fue ungido para ser rey de Israel, tendría como unos diecisiete años cuando fue ungido.
Trece años más tarde, cando David tenía treinta años, fue puesto a ejercer el cargo de rey, o sea
que dentro del aceite de la unción y el cumplimiento del propósito de Dios para ser rey, pasaron
trece años.
A veces le pedimos algo a Dios pero queremos que suceda ya, pero David espero trece años
después de ser ungido, para ser rey.
Así que es interesante aprender a esperar en Dios, porque a veces nos desesperamos, y ésta es una
faceta en la que aprendemos a desarrollar el carácter.
En Dios no tenemos que estar afanados, sino esperar a que él cumpla su propósito en nosotros.
Así que cuando llegue el tiempo del cumplimiento, Dios nos pondrá en el sitio que él quiere
ponernos y él es soberano para hacerlo por encima de todas las cosas.
¿Por qué David esperó trece años?
No fue porque Dios se olvidó del pacto, Dios en ese tiempo de espera fue formando el carácter de
David, porque lo que hace grande a una persona, no es el conocimiento simplemente, son las
experiencias que tenga con Dios.
Podremos sabernos la Biblia de pasta a pasta, pero si no hemos tenido una experiencia con Dios,
tendremos que hablar históricamente del maestro.
Pero cuando uno lo conoce y tiene experiencias con él, nos atrevemos a decir que no nos
avergonzamos del evangelio, porque sabemos lo que es, porque hemos sido testigos del poder de
Dios.
Saúl comienza a ser atormentado por un demonio, y dice a un criado que le buscara a alguien, ese
criado es una ficha clave en el propósito de Dios, porque ese criado había visto a David cuando
apacentaba a las ovejas, y comienza a dar seis características de la vida de David.
Características de David
Sabe tocar: Es dedicado en lo que hace.
Es valiente: Se levanta con una actitud dispuesta todos los días, con esa mentalidad de campeón y
ganador.
Vigoroso: Está alentado, que tiene las pilas puestas.
Hombre de guerra: David no era un hombre de guerra ya que él era pastor de ovejas, pero
podemos creer que ese criado estaba profetizando y no estaba equivocado, porque iba a ser
excelente en la guerra.
Prudente: Antes de hablar pensaba, siempre hablaba lo que convenía en el momento, porque
David era poeta, músico, pensador; David es un hombre que observa las cosas.
Hermoso: Lo que hermoseaba a David era que Jehová estaba con él.
Nosotros no tenemos que insinuarle a la gente que Dios está con nosotros, la gente tiene que darse
cuenta solos, que Dios sí está con nosotros. “Han de decir a gentes que grandes cosas ha hecho
Jehová con estos”.
Necesitamos una generación con un movimiento pentecostal que irradie la potencia de los cielos,
que a través de la iglesia Dios libere a las naciones del cautiverio del pecado, del infierno y de la
misma muerte.

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