Heriberto Escobar Samaniego

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El estado democrático y el estado autoritario: Enfoques para el estudio del poder

político (Franz Neumann)

El poder político es un término difícil de conceptualizar. Por un lado, consiste en

el control de la naturaleza y el control del hombre. El primero en cuanto a un poder

meramente intelectual en el sentido de que las propiedades de la naturaleza se someten a

las necesidades del hombre y el segundo a la manipulación de la voluntad humana, o en

otras palabras el hombre con fines utilitarios.

El autor propone actitudes ante el poder político que se adopta de manera

consciente o inconsciente. Mientras que para Platón y Aristóteles el poder es la

comunidad misma, es concebido cómo la visión unificada del estado y la sociedad, al

igual que la economía, moral, cultura, y la religión.

Por otro lado, está la posición agustiniana, que argumenta que la política es mala

ya que el poder corrompe, es malo en tanto causa y consecuencia, además de ser, desde

la óptica agustiniana, antinatural ya que el hombre no debe gobernar al hombre, sino

Dios. El autor menciona que de aquí surgen dos actitudes íntimamente relacionadas,

aunque aparentemente excluyentes. El conformismo (en cuanto a que la salvación es

posible por medio de la fe y la vida terrenal es la preparación para la promesa divina -

monaquismo-) y la oposición (que supone la desaparición de la política por el

establecimiento del reino de Dios). En contraparte con éste, Santo Tomas de Aquino

dice que el poder no es antinatural. Entre otras posibles posturas. Que no se trata de la

actitud hacia el poder en sí, sino de saber lidiar con tales actitudes y comprenderse e

identificarse con alguna actitud hacia el mismo.

“El grupo dueño del poder tiene a su disposición tres métodos básicos: persuasión,

beneficios materiales, violencia. La violencia es probablemente más efectiva como

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método de corto alcance, pero poco efectiva como método principal para conservar el

poder durante periodos prolongados, puesto que compele al grupo (en particular bajo las

condiciones modernas) a intensificar los métodos de violencia y a extenderlos a sectores

más amplios de los gobernados. La persuasión, por supuesto, constituye la forma más

eficiente (s decir, la más económica). Con todo, las tres, persuasión, beneficios y

violencia, se hallan siempre presentes en todas las formas de gobierno. Y precisamente

la mezcla de los tres elementos encierra otro problema fundamental para el especialista

en ciencias políticas.” (p.19)

“Al analizar las raíces del poder político deberán enfrentarse tres cuestiones: será

preciso establecer el sistema conceptual, clarificar el marco institucional y entender el

proceso histórico que conduce a un cambio en las instituciones y en las distintas

actitudes ante el poder y a una conducta política diferente. Para los historiadores

antiguos no se planteaba problema alguno a este respecto. El poder político emanaba

directamente del poder económico y en particular del control de la tierra. Los cambios

en la propiedad, el surgimiento de nuevas formas de producción, etcétera. Crearon

nuevas fuentes de poder político y contribuyeron a la aparición de conflictos… La

economía capitalista moderna, […] confirió un carácter problemático a toda cuestión. Y,

no obstante, el hecho de tratarse de un tema tan decisivo, el análisis se ha visto

obstaculizado por tabúes carentes de sentido” (p. 21-22)

“Al comienzo insistí en que el poder político no es comparable con el concepto de

energía en física, ni constituye la única concepción de la ciencia política. Con todo, la

formulación originaria, poder contra idea, es demasiado ideológica. […] La política es,

por cierto, el conflicto entre dos grupos de poder, y los conflictos se resuelven con la

victoria y la derrota o con la conciliación, es decir, el compromiso. Pero en su lucha por

el poder, un grupo quizá represente algo más que un interés particular: puede muy bien
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representar la idea de libertad, idea decisiva de la teoría política. […] La tarea de la

teoría política consiste pues en determinar el grado en que un grupo de poder trasciende

sus intereses particulares y aboga en que un grupo de poder trasciende sus intereses

particulares y aboga (en términos hegelianos, por los intereses universales.” (p. 28)

Desde una óptica individual y considerando que no conozco mucho sobre el tema más

que lo que se vio en el texto no pude evitar centrar mi atención en que el poder tiene tres

métodos: persuasión, beneficios materiales y violencia. Que de alguna manera no puedo

dejar de ver como una cadena o un circulo vicioso. La persuasión que ayuda al correcto

funcionamiento de quien se intenta someter, los beneficios materiales que igual, pueden

potenciar el control de lo sometible, o bien, son el objetivo del sujeto que ejerce el

poder. Y, por último, creo yo que cómo último recurso al mínimo intento de rebelión, la

violencia. Por ejemplo, cuando intento que mi circulo haga lo que yo quiero, puedo

ofrecerles un beneficio material para que lo hagan, o puedo recurrir a la retórica,

obviamente esto va impulsado por un deseo u objetivo personal que debe tener mayor

valor ya sea moral o económico. En el caso de que yo vea renuencia a mis deseos,

puedo recurrir a la violencia, para obligar a que se haga lo que deseo. Ya sea la

mutilación de la tierra o del hombre (en fin, ambos recursos naturales).

Referencias
Neumann, F. (1957). El Estado democrático y el estado autoritario. Buenos Aires:
Paidos.