Una iglesia poderosa

Romanos 15:15-33
Impactemos el mundo
con el poder de Dios
 I.
Somos colaboradores de Dios
“…por la gracia de
Dios me es dada para
ser ministro de
Jesucristo a los
gentiles... porque no
osaría hablar sino de lo
que Cristo ha hecho
por medio de mi para
la obediencia de los
gentiles…” (v15, 16, 18)
2. El poder del Espíritu Santo

“con potencia de
señales, en el poder del
Espíritu de Dios…”
(v 19)
“con potencia de
señales, en el poder del
Espíritu de Dios…”
(v 19)
 3.
Una visión y misión sin
fronteras
“…desde Jerusalén, y por los
alrededores hasta Ilírico, todo lo he
llenado con del Evangelio… pero
ahora, no teniendo más campo en
estas regiones,… cuando vaya a
España…” (v 19b, 23, 24)
 IV.
Un objetivo definido

“Donde Cristo no había

sido predicado”
(vv 20, 21)
 “… y ser encaminado
allá por vosotros…
pero os ruego… que
me ayudéis orando
por mí a Dios…” (v
24, 30)

V. Trabajo en equipo
 VI.
Desarrollar un ministerio
integral 


“…voy a
Jerusalén a
ministrar a
los santos..”
(vv 25, 26)
He peleado la buena batalla, he
acabado la carrera, he
guardado la fe. Por lo demás,
me está guardada la corona de
justicia, la cual me dará el
Señor, juez justo, en aquel día, y
no sólo a mí, sino también a
todos los que aman su venida”
(2 Timoteo 4: 7,8).