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El purín es un control de plagas orgánico y eficaz.

Se trata de un líquido obtenido a


través de la fermentación de hierbas, restos vegetales y/o estiércol. Dependiendo de
qué se utilice en su preparación será el nombre que reciba, así podemos obtener purines
de ajo, de cardo, etc.

Los ingredientes utilizados en la preparación del purín también determinan dónde y para
qué puede ser utilizado. Entre otras cosas, los purines aportarán al suelo del cultivo una
gran cantidad de sustancias beneficiosas, aumentando la disponibilidad de nutrientes
en el mismo. La disminución de las plagas, una mayor fijación de nitrógeno y la
disponibilidad de carbono son consecuencias de la aplicación de este tipo de productos.

Para preparar el purín es importante escoger un recipiente que no sea metálico. Plástico,
vidrio y cerámica son materiales convenientes para la preparación de los mismos. Otro
factor importante a tener en cuenta es el agua. Es muy conveniente que para la
preparación del purín se utilice agua limpia, preferentemente de lluvia sin cloro u otros
agentes contaminantes. Una proporción comúnmente utilizada es de 1 kilo de hierbas o
ingredientes sólidos cada 10 litros de agua.

El recipiente con la preparación debe guardarse en un lugar oscuro y tapado, de modo


de evitar el ingreso de impurezas. El cierre sin embargo no debe ser hermético, puesto
que es importante que la mezcla esté en contacto con el aire. La preparación debe
agitarse todos los días para permitir una buena oxigenación de la mezcla. Para este
proceso es conveniente usar un objeto de madera.

Todo el proceso puede dividirse en tres etapas. La primera es la etapa de maceración.


En esta etapa que dura entre 12 horas y un par de días (dependiendo de la temperatura),
es cuando las sustancias son extraídas del material vegetal sin una presencia
importante de bacterias. La siguiente etapa es la de fermentación. Es aquí donde entran
en acción los hongos y bacterias. El material vegetal empieza a descomponerse
transformándose en nutrientes para las plantas. Finalmente tras un par de semanas,
todo el material ha sido transformado obteniéndose un compuesto con una altísima
concentración de bacterias. Las bacterias obtenidas dependen de lo que hayamos
elegido como ingrediente para nuestro purín. Puede decirse que el purín está listo
cuando el material original se ha disuelto totalmente (quedando sólo las partes mas
duras).
La forma de aplicar el purín es diluyéndolo en agua (sin cloro, para no matar las
bacterias) en proporciones que van entre 10 y 20 partes de agua. Puede pulverizarse
en forma concentrada para combatir plagas.

Algunos Purines:

Purín de Malezas:

Se tiene como una regla general que el purín inhibe el crecimiento de la especie a partir
de la cual fue preparado. Es por eso que preparando un purín a base de las malezas de
nuestro huerto obtenemos un buen fertilizante y al mismo tiempo un herbicida natural
para las plagas a partir del cual ha sido elaborado. Se debe dejar madurar muy bien el
preparado para evitar la germinación de las semillas que pudiera contener. Se puede
acelerar el proceso agregando azúcar y un cubo de levadura.

Purín de Ruda (Macho o Hembra):

Se prepara a partir de 300g de hojas frescas cada 10 litros de agua. Macerado y puro,
pulverizado sobre las plantas combate eficazmente los pulgones, especialmente los del
repollo. También se lo puede utilizar diluído 1:20, y pulverizarlo para combatir pulgones.

Purín de Ortiga:

Se ponen 1 kilo de hojas y tallos de planta fresca y 200grs de ortiga seca en 10 litros de
agua. Pulverizado y sin diluir se lo utiliza contra los pulgones. En fermentación
(primavera y fines de otoño) se pulveriza para prevenir arañuela roja y pulgones en una
proporcion de 1:50.

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