LOS ALIMENTOS TRANSGÉNICOS

En la actualidad la ciencia se ha desarrollado rápidamente gracias al avance de la

tecnología, asimismo ha contribuido en el desarrollo de diversos campos como: la
medicina, la ingeniería, la informática entre otros. Los avances científicos tienen como
finalidad generar un bien a la sociedad; sin embargo también han sido objeto de discusión
en el campo ético, cuando estos actúan sobre la realidad y generan consecuencias en los
demás individuos, asimismo se cuestiona cuando el hombre se introduce al núcleo central
del control de la vida por medio de la manipulación genética, por la cual puede modificar
los genes ya sean del hombre, animales o plantas. Un caso ejemplar son los alimentos
transgénicos que cada vez van aumentado sus cultivos a nivel mundial.

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), los organismos genéticamente

modificados (OGM) pueden definirse como organismos en los cuales el material genético
(ADN) ha sido alterado de un modo artificial mediante técnicas de ingeniería genética. Esta
permite transferir genes seleccionados individuales de un organismo a otro, también entre
especies no relacionadas. El objetivo es que esa proteína proporcione a la planta alguna
propiedad: mayor resistencia a las plagas e infecciones, o que soporte una mayor cantidad
de herbicidas y así de esta forma mejorar el rendimiento de los cultivos.

Para lograr este proceso se ha requerido de una serie de investigaciones y pruebas antes de
su uso por agricultores y del consumo humano, pero esto no ha sido suficiente para que sea
totalmente aceptado por los diferentes grupos de la sociedad, ya que también es necesario
analizar otros aspectos como: los beneficios y desventajas que generarían, el fin por el que
se realiza, si hay intereses sociales o económicos por parte de los científicos y el uso que
otras personas podrían darle en beneficio propio. Como vemos no basta con realizar una
buena investigación, sino que se hay que considerar todos los aspectos que intervendrían en
su inserción en la vida del hombre.

Un tema muy discutido es el efecto que provoca el consumo de transgénicos en las

relaciones económicas, pues favorece a un mercado monopólico que aumenta las
diferencias sociales, a su vez uno de los temores mayores entre otros es el daño que estos
puedan ocasionar a la salud, las dificultades que presentan la realización de controles para
aislar los cultivos transgénicos y la falta de etiquetado en los productos que defienda el
derecho de los consumidores a elegir. Esto nos hace reflexionar sobre la importancia de que
un avance científico debe ser pensado en favor de otros, de las futuras generaciones y del
medioambiente teniendo como base el concepto de “desarrollo sustentable” que propone
una forma de mejorar las condiciones de vida, pero respetando la naturaleza en la
interacción con ella. Si esto no fuese así no se tomaría en cuenta el perjuicio que se
ocasionaría con el desarrollo de un nuevo avance, que finalmente traería como resultado el
deterioro del mundo en que vivimos y reduciría la esperanza de vida de las próximas
generaciones que son las que transmitirán el legado que dejemos.

Aunque no se han encontrado estudios en humanos, los principales ejemplos se obtuvieron

de investigadores independientes que trabajaron con animales. Asimismo la identificación
en el etiquetado de estos productos no es el adecuado para informar al consumidor por lo
cual resulta difícil realizar un seguimiento del mismo y sus efectos, violándose el principio
de autonomía del consumidor que al final podría ingerir un alimento transgénico y tener
una reacción adversa sin advertirlo.

En síntesis si la tecnología de alimentos transgénicos se introduce, debe hacerlo

considerando la participación de aquellos que se verán afectados, no simplemente por
intereses económicos. También se debe contemplar la sostenibilidad a largo plazo y los
riesgos ambientales, pensando en la sociedad actual y las futuras generaciones.