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Serie Haven

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1. Precaución: Contenido Bajo Presión

2. Fe, Confianza y Polvo de Estrellas

3. Pecados Olvidados

4. Caminos Secundarios
Sinopsis
No es que no se sienta locamente atraído por Bannon Murphy, pero cuando
el hombre comienza a hablar sobre parejas, Galen se muestra reacio. Fue
engañado y manipulado anteriormente por un cambia-formas, y no está
convencido de que pueda confiar en el sexy irlandés.

Después de pasar meses intentando convencer a Galen de que están


destinados a estar juntos, Bannon se encuentra al límite. No sólo Galen se
niega a aceptar que son pareja, sino que tercamente se aferra a la idea de
que es completamente humano. No importa lo mucho que Galen intente
alejarlo, Bannon no va a alejarse sin pelear.

Cuando El Consejo le convence para llevar a Galen en su próxima misión,


2
Bannon decide utilizar el tiempo para cortejar a su obstinada pareja.
Desafortunadamente, pronto se hace evidente que mantenerles a salvo de
sus enemigos será más fácil que convencer a su pareja que deje de huir de
la verdad.
Prólogo
—Se están alejando. —Era como una pequeña chispa que
continuaba atenuándose, hasta que Galen supo que desaparecería
completamente.

—Bien, infiernos sangrientos y condenación.

Cian Murphy no sonaba feliz por las noticias, y Galen se encontró


abriendo su boca para disculparse. No había nada que pudiera hacer sobre
ello, a menos que quisiera correr a toda velocidad hacia los árboles y
arrastrar al cambia-formas de vuelta por el cuello.

Un huesudo codo lo golpeó en las costillas, haciéndole gruñir y frotó


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su lado mientras miraba contrariado a Kendall.
—¿Qué infiernos fue todo eso? —No había dicho una palabra.

—Esto no es tu culpa —declaró Kendall con firmeza.

—Bien, por supuesto que no.

Galen apenas resistió el impulso de cerrar los ojos y gemir cuando


Bannon Murphy cruzó los brazos sobre su esculpido pecho y arqueó una
oscura ceja hacia él. El hombre podía hacer que su polla se irguiera con
sólo una mirada. Cuando hablaba con esa profunda, deliciosa y sexy voz,
era suficiente para excitar a cualquier persona.

—¿Qué te haría pensar algo tan tonto? —Bannon le dio una mirada
que significaba que hablarían sobre ello más tarde. Parecía que todo lo que
habían hecho durante meses y meses era hablar hasta que Galen apenas
reconocía su propia voz.
—¿Por cuál camino están avanzando? —Preguntó Bannon cuando
Galen se negó a responder la primera pregunta.

Esto si podía hacerlo. Cerrando los ojos, Galen se giró hacia un lado,
luego hacia el otro, atrayendo la energía del secuestrador y los cachorros.

Manteniendo los ojos cerrados, sintió el sol de la mañana calentando


su rostro mientras levantaba el brazo y señalaba hacia el este.

—Están avanzando rápido. Apenas puedo sentirles ya. —No era más
que un destello en este punto, y pronto desaparecería por completo si no
hacía algo rápidamente.

Un cuerpo grande y caliente se presionó contra su espalda, y el


aroma único de Bannon impregnó el aire a su alrededor. Esos dedos largos 4
se enroscaron alrededor de sus hombros y comenzó a masajear suavemente.
—¿Qué más estás sintiendo?

—Es un cambia-formas. —Eso no era completamente cierto—. No,


sólo es en parte cambia-formas. —Le molestaba que no pudiera averiguar
que más era ese tipo a parte de cambia-formas. Era como si pudiera sentir
algo justo en los márgenes, pero no pudiera identificarlo.

—Está bien, cariño —susurró Bannon en su oído, sosteniendo el


cuerpo tembloroso de Galen. Sus manos vagaban, acariciando los brazos de
Galen volviéndolo loco. Dios, el hombre tenía buenas manos.

—Son tan dulce juntos que creo que voy a tener un coma diabético.

Galen frunció el ceño por las palabras de Jory, pero mantuvo los ojos
cerrados. Sin embargo, nadie sabía cómo se sentía sobre Bannon, se había
asegurado de ello.
—Lo interrogaremos por los detalles más tarde —susurró Kendall lo
suficientemente alto para que Galen oyera.

Sabían que estaba allí de pie, ¿no?

—¿Qué está pasando?

Oh, pobre Aslan. Galen amaba mucho al chico, pero honestamente


parecía que vivía dentro de su propio mundo. Galen pensaba que Aslan
entendía mucho más de lo que dejaba ver, pero prefería que todos pensaran
que era un tonto ignorante. Definitivamente Galen podía ver el atractivo. Si
la gente pensaba que él no comprendía lo que estaba pasando, nadie le
preguntaría nada.

Mientras pensaba en esto, un gran pulso de energía le golpeó justo 5


entre los ojos.

—Hay alguien más, viene por ese camino, dijo señalando hacia el
noreste.

—¿Qué es, Galen? ¿Qué hay ahí afuera? —Bannon hablaba


tranquilamente, relajando a Galen con su toque y su voz.

Su corazón golpeó fuerte en su pecho, y sus palmas comenzaron a


sudar. Lo que estaba allí era enorme y se movía más rápido que cualquier
cosa que jamás hubiese visto, e iba directamente hacia los cachorros.

Mientras se concentraba, la enorme bola de energía comenzó a


cambiar, y de repente se dio cuenta que no era sólo uno, sino varios pulsos
diferentes. Superando la sorpresa inicial, comenzó a clasificar las diferentes
lecturas que estaba obteniendo.
Cuando finalmente descubrió que se trataba de un grupo de
werelobos, se echó a reír tan fuerte que apenas podía respirar.
Probablemente todos lo miraban como si estuviese loco, pero sabiendo que
Raina y sus hermanos estaban a punto de desgarrar al hombre que había
secuestrado a Teegan y a sus bebes, era el mejor ejemplo gracioso de
justicia que podía imaginar.

—Hey.

Bannon pensó que su corazón golpearía fuera de su pecho por la


tímida sonrisa que le ofreció Galen mientras le permitía a Bannon entrara a
su dormitorio.
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Una vez dentro, le devolvió la sonrisa al hombre, pero con un poco
más de confianza. Habían estado bailando alrededor del otro por demasiado
tiempo, y era hora de aclarar algunas cosas. Bannon admitía que estaba un
poco nervioso por como iba a reaccionar Galen cuando le diera la gran
noticia, pero no podía mantenerlo por más tiempo en su interior.

—Teegan y los cachorros estás a salvo ahora, ¿cierto? Galen retorció


sus manos juntas mientras se sentó a un lado del colchón y miró hacia
arriba a Bannon con grandes y redondeados ojos.

Era tan adorable que Bannon se sintió contento de poder darle al


chico algunas buenas noticas

—Todo el mundo está sano y salvo, cariño.

Galen inclinó la cabeza a un lado, y sus suaves rizos castaños le


cayeron sobre un ojo.
—¿Por qué me dices así?

—¿Ya no te gusta?

—Oh, me gusta —admitió Galen, sus mejillas y orejas tintadas con


la más bella sombra de color rosa—. Sólo me confunde, sabes como me
siento sobre ti pero no has hecho un solo movimiento hacia mí. ¿Por qué,
Bannon?

Conteniendo un suspiro, Bannon se acercó, se arrodilló en el suelo


delante de Galen y apoyó sus manos en las rodillas del hombre más
pequeño. Esta parte de la conversación había llegado mucho antes de lo que
había anticipado. Aunque había estado intentando encontrar una manera de
traerla a colación durante semanas, ahora no estaba seguro de que decir
para evitar que Galen saliera corriendo.
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Había dolor y tristeza en los ojos de Galen que tiraban de las fibras
de su corazón. Algo que le decía que su pequeño hombre había sido herido
gravemente por alguien en el pasado. Sabía todo sobre el encarcelamiento
de Galen y la vida que había llevado como un esclavo. Sin embargo, había
más en la historia, algo incluso anterior a eso. Hasta que supiera los
detalles, tendría que ir con cuidado.

—Hay algo que necesito decirte, Galen. Creo que quizás también
puedas sentirlo, pero no he dicho una palabra. Así que, ahora no estoy
seguro de poder decírtelo.

Las pequeñas manos temblorosas de Galen cubrieron las suyas, y le


ofreció una vacilante sonrisa.

—Me estás poniendo nervioso. Sólo dime lo que sea que quieras
decir.
—Eres mi pareja —exclamó Bannon. No había una forma sencilla de
decirle eso a alguien, especialmente si no entendía las costumbres y estilo
de vida de los cambia-formas.

Inmediatamente, Galen comenzó a sacudir su cabeza, y sus ojos se


redujeron a ranuras.

—No, no lo soy. Sabes que no puedo serlo. ¿Por qué me dirías algo
como eso?

—Ah, pero lo eres, cariño. —Bannon lo había sabido al instante. El


pasado de Galen era un misterio para él, pero no tenía duda de que el
hombre era su pareja y por lo tanto había algo de sangre cambia-formas
diluida en su árbol genealógico.

Galen se levantó de la cama con tanta rapidez, que Bannon cayó de


culo hacia atrás con un gruñido. Su pareja parecía listo para saltar como un 8
loco y escupir fuego.

—No soy estúpido, Bannon. Conozco las reglas. Los cambia-formas


sólo pueden emparejarse con otros cambia-formas. Ni siquiera fingiré
entenderlo, pero te escuche decirlo, y lo verificaron otros cambia-formas
aquí en el aquelarre. Te habría dado todo lo que quisieras. Habría
compartido mi vida felizmente contigo. ¿Por qué me mientes sobre algo
como esto?

Oh, sí, definitivamente había una historia ahí. Pero juzgando por la
mirada furiosa y el color rojo en la cara de Galen, Bannon dudaba que
estuviera escuchándola pronto.

—Ahora, cálmate. ¿Por qué te mentiría sobre algo tan importante?


Sólo habla conmigo, Galen. Pregúntame cualquier cosa que quieras saber.
No tengo secretos para ti”.
—No tengo ninguna pregunta —respondió Galen rotundamente—.
No puedo creer que intentaras engañarme así. Pensé que significaba más
para ti. —Dejó caer su cabeza, y sus hombros se hundieron—. Por favor,
sólo vete.

Bannon no había esperado una reacción así. Necesitaba aferrarse a


algo mientras todo su mundo se venía abajo. ¿De dónde venía toda esa
vehemencia? Normalmente Galen era tan tímido y sumiso. Este no era
como el hombre que Bannon conocía y cuidaba.

—Háblame, Galen. Dime lo que te tiene tan alterado.

Aparentemente decir eso había sido un gran error porque Galen bufó,
fue hacia la puerta, la abrió de golpe y señaló hacia el pasillo.

—Por favor, Bannon. Te estoy pidiendo que te vayas. Necesito cinco 9


malditos minutos. Así que… Se apagó, sus ojos suplicando a Bannon para
que le diera el espacio que necesitaba.

Sin saber que más hacer, Bannon asintió aturdido, se puso de pie, y
caminó fuera de la habitación con su cabeza colgando como un perro
apaleado.

Sin embargo, regresaría. Galen era su pareja, y no lo dejaría huir para


siempre de la verdad.

—Galen. ¿Puedes oírme, cariño?

Gimiendo en su sueño, Galen rodó y puso la almohada sobre su


cabeza. La voz sonaba como Bannon, pero el hombre estaba desaparecido,
a varios estados de distancia, y ciertamente no podría estar en el interior de
su dormitorio.

—Galen. Necesito tu ayuda. ¿Puedes hablar conmigo?

Ayuda. Esa fue la única palabra que penetró la niebla de su sueño.


Galen haría cualquier cosa para ayudar a Bannon. En los seis meses desde
que se habían conocido, el gran irlandés cambia-formas se convirtió en
todo su mundo. Se asustó y enloqueció cuando Bannon pronunció la
palabra P, pero eso no disminuyó sus sentimientos por el hombre.

Parpadeando, Galen frunció el ceño cuando se encontró de pie en


medio de un cementerio, con la luna brillando por encima y una gruesa y
blanca niebla rodando alrededor de sus tobillos. Escaneando su entorno, su
ceño se profundizó cuando vio a Bannon atado a una de las lápidas. Con la
cabeza inclinada sobre un hombro y los ojos vidriosos, pero cuando vio a
Galen esbozó una leve sonrisa. 10
—Sabía que podrías oírme —dijo con voz ronca.

Galen corrió junto a él, cayó sobre sus rodillas e intento desatar las
cuerdas trenzadas que aseguraban a Bannon en la grande y decadente roca.

—¿Qué te sucedió? ¿Dónde estamos? Se lleno de pánico cuando ni


siquiera pudo mover las restricciones.

—No puedo sacarlas, sollozó.

—Guarda silencio, a ghrá1. No te alteres. Voy a estar bien, pero


necesito que hagas algo por mí.

—Cualquier cosa —prometió Galen, limpiando delicadamente sus


ojos—. Dime que hacer, Bannon”.
1Ghrá: Amor mío en irlandés. Se deja el original porque Bannon le habla en su idioma
natal a Galen.
—Los otros están viniendo por nosotros, pero no saben dónde
buscar. Dile a Stavion lo que ves aquí. Recuérdalo todo, Galen, y
cuéntaselo. Cosas malas van a ocurrir si no nos encuentran. ¿Lo entiendes,
cariño?

Galen entendía ‘cosas malas’ más que casi cualquier persona, y no


quería que nada como eso le sucediera a Bannon. —Se lo contaré a ellos.
¿Vas a estar bien?

—No te preocupes por mí. Necesito que te despiertes ahora, Galen,


cuento contigo.

Inclinándose hacia adelante, Galen frotó sus labios sobre la mejilla


de Bannon y asintió con la cabeza con firmeza. —No te defraudaré. Sólo
aguanta. La ayuda está en camino. 11
Disponiéndose a despertarse, Galen no se molestó en detenerse a
considerar lo extraño que era para él compartir un sueño con Bannon. Todo
lo que sabía era que el hombre que le importaba necesitaba su ayuda.
Luchando contra las mantas, un grito ensordecedor le tuvo apresurándose
para sacar un par de pantalones de pijama antes de que saliera corriendo de
la habitación. En el momento en que cruzó la puerta, casi se cae de nuevo
sobre su culo cuando se encontró de bruces con Aslan justo al otro lado.

—Vi un fantasma, exclamó Aslan sin aliento.

—Bien, yo vi a Bannon.

—Están en problemas, dijeron ambos simultáneamente.

Luego se miraron durante unos segundos, asintiendo una vez, y


salieron hacia el pasillo en busca del líder del aquelarre. Galen asumió que
era Torren al que Aslan había visto. Lo último que había oído, era que
Bannon estaba en camino para encontrar a la bruja, junto con Raven, y
algún vampiro maldito y su pareja.

No sabía que significaba que hubiera compartido un sueño con


Bannon, o que Torren se hubiese aparecido a Aslan como un espectro. Sin
embargo, dudaba que fuese algo bueno. Necesitaban apurarse.

Cogiendo a Aslan por la mano, Galen aceleró el paso, prácticamente


arrastrando a su amigo. Necesitaban ayuda y rápido.

—¡Stavion!

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Capítulo Uno
—Galen, necesitamos hablar, pequeño. Bannon Murphy llamó a la
puerta de Galen suavemente, utilizando su voz para convencer a su pareja
para que saliera. No importaba que Galen se negara a reconocer que ellos
se pertenecían. Bannon sabía la verdad.

La puerta se abrió, y Galen se quedó allí en la rendija, sus ojos rojos


y sus rizos castaños rebotando alrededor de su cara. —Bannon, no puedo
hacer esto más. Sabes cómo me siento sobre ti, pero no puedo.

—Déjame entrar.

—No te vas a ir, ¿no?”


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—No. No hasta que me dejes entrar en tu habitación. Bannon apoyó


su palma en el marco de la puerta y se inclinó hacia el hombre más
pequeño.
—¿Quieres tener esta conversación aquí? —No quería airear sus
problemas donde cualquiera pudiera oírles, pero pretendía tener una
conversación con Galen de una u otra forma.

Con un suspiro de derrota, Galen se apartó de la puerta y la abrió


más amplia para que Bannon entrara.

—No sé de que quieres hablar. Realmente no veo que haya nada más
que decir.
—Eres el hombre stubbornest2 que jamás he conocido. —Bannon no
lo admitiría por no alentar a la pequeña mierda, pero encontraba la
terquedad de su pareja muy entrañable.

—Eso ni siquiera es una palabra3. —Galen se alejó rápidamente,


pero no antes de que Bannon lo viera sonreír ligeramente.

—Así es.

Galen perdió la batalla, y sus labios se extendieron en una amplia


sonrisa. —Eres un idiota.

—Siempre, pero ahora estás sonriendo, ¿no?

—¿Qué quieres, Bannon?


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—Podría haber muerto. ¿No estás feliz de verme con vida? —
Bannon conocía a las brujas y otros Magos, pero después de la mierda que
había pasado en Nevada, bien podría dispararles a muchos de ellos.

—Sabes que lo estoy —respondió Galen suavemente mientras


cruzaba la habitación para sentarse en el sillón cerca del armario—. ¿Qué
quieres?

Bannon levantó sus manos con frustración y comenzó a caminar por


la habitación. —Ahora, esa es una manera terrible de saludarme, ¿no crees?

—Mira, sé lo que me quieres decir, y estás equivocado. No sé


cuántas veces tenemos que repetir lo mismo. Eres el hombre más
asombroso que jamás he conocido, pero no puedo ser tu pareja. No soy un

2 Stubbornest: No tiene traducción literal pero viene a significar el más terco. Se deja el
original.
3 Se refiere a la palabra anteriormente mencionada.
cambia-formas, Bannon. No me voy a enamorar de ti sólo para que más
adelante encuentres a tu verdadera pareja y te olvides para siempre de mí.

Era lo máximo que el hombre le había dicho al mismo tiempo en las


últimas semanas. Sin embargo, estaba equivocado.

—No estás teniendo ni un poco de sentido común, cariño. Dime


cómo te envié ese mensaje desde Nevada, si no somos pareja.

Galen se encogió de hombros. —No tengo ni idea. Me alegra que lo


hicieras y que yo fuera capaz de ayudarte, pero eso no cambia lo que soy.
Los cambia-formas sólo se emparejan con otros cambia-formas, lo dijiste tú
mismo. No se emparejan con humanos, brujas, vampiros, o cualquiera. No
soy un cambia-formas, así que por lo tanto no soy tu pareja.

—¿Cómo sabes que no eres un cambia-formas? Sólo porque no 15


cambias a un animal no quiere decir que no seas uno. Sí, sólo nos
emparejamos con otros cambia-formas, pero no tiene que ser un pura
sangre, solo teniendo un poco de sangre cambia-formas es suficiente. Toma
a Malakai como ejemplo. Está emparejado con mi hermano, Flynn, pero no
va a cambiar a una bestia. Sé lo que mis instintos me están diciendo, y
están diciendo que me perteneces.

—¡No pertenezco a nadie! —Gritó Galen. Se puso de pie de un salto


y señaló con un dedo a la cara de Bannon—Pertenecí a alguien durante la
maldita mitad de mi vida, y no quiero hacerlo de nuevo. Ahora tomo mis
propias decisiones. No dejaré que nadie me diga qué hacer, cuando hacerlo,
y cómo hacerlo mejor. —Cuando terminó de hablar todo su cuerpo estaba
temblando, y su pecho jadeaba como si hubiera corrido una maratón.

—Cálmate, Galen. Eso no es lo que quise decir. —Bannon dio un


paso hacia su pareja pero se detuvo cuando Galen le gruñó—. ¿Entonces
qué es?
Como dejando que saliera el helio de un globo, Galen se desinfló y
se hundió de nuevo en su silla. —No puedo hacer esto más. Ya estoy medio
enamorado de ti, y no estoy dispuesto a enamorarme del todo.

Sin embargo, eso era exactamente lo que Bannon quería. Había


sabido que Galen era su pareja desde la primera vez que había atrapado una
bocanada del intrigante aroma del hombre. Sabiendo la severa vida que
Galen había llevado como un esclavo, había tomado las cosas lentamente,
sólo haciéndose su amigo y facilitándole la idea de estar emparejado.

Aunque Galen parecía ansioso por la amistad, nunca cambió su


postura con respecto al acoplamiento. Durante meses, se había negado
rotundamente a aceptar la verdad. Bannon dudaba que no lo creyese, solo
intentaba protegerse a sí mismo. Había dolorosos secretos acechando en el
pasado de su pareja, algo más, no solo el haya sido mantenido como un 16
esclavo durante años.

—¿Qué no me estás contando, Galen?

—¿Si te abro mi corazón me dejarás solo?

—No. —No tenía sentido mentir al chico. Bannon no tenía


intenciones de alejarse de su sienota – su pareja destinada. ¿Qué clase de
hombre pensaba Galen que era?

—Te lo suplico. Por favor, sólo déjame solo. Pensé que podría ser tu
amigo sin quererte más, pero no puedo.

Bannon abrió su boca para responder, pero su móvil eligió ese


momento para comenzar a vibrar en su bolsillo. Con un gruñido de
frustración, recuperó el ofensivo objeto y respondió sin comprobar el
identificador. —¿Qué?
—Torren está preguntando por ti, —dijo Raven al otro lado de la
línea—. Supongo que El Consejo tiene una bruja que quiere que rastrees.

—¿No puede esperar? —Bannon no era vanidoso, pero sabía que sus
habilidades como Rastreador eran las mejores del país. Usualmente, no le
importaba que lo enviaran en misiones, pero eso era antes de que tuviera
una pareja que se ocultaba de él.

—No lo creo, hombre. Torren está haciendo todo lo posible para que
las cosas se asienten y mejorar su posición como anciano para poder ver a
sus hijos. Sé que yo no estaba demasiado feliz con idea al principio, pero es
un buen tipo. No quiero que lo alejen de Raina y Teegan.

Quizás le hacía un cabrón, pero realmente a Bannon no le importaba.


Se había encontrado con las mujeres un par de veces, pero no tenía raíces 17
emocionales apegadas a ellas ni a sus cachorros adoptados. Sólo se había
encontrado con Torren una vez, y la mayor parte de ese tiempo lo había
pasado inconsciente debido al psicótico hermano del Líder McCarthy. Los
problemas parentales del trío no eran de su interés.

—¿Dónde se está quedando? Preguntó finalmente Bannon con un


suspiro.

—Está en Casper ahora mismo. ¿Quieres que te lleve?

Bannon le dio a Galen una última mirada y suspiró de nuevo. —Sí,


nos reuniremos en cinco minutos. Desconectó y se giró hacia Galen una
vez más. —Yo..

—Lo oí —le cortó Galen—. Ten cuidado, Bannon. Entonces se


levantó de la silla, entró a su baño privado, y cerró la puerta.
No estando seguro de si debía seguirlo, Bannon dudó durante todo un
minuto antes de finalmente levantarse de su asiento y salir de la habitación.
Tenía que hacer algo pronto, o iba a enloquecer. Quizás en el momento en
que regresara de Casper, tendría un nuevo plan para cortejar a su reacia
pareja.

Consideró brevemente pedir consejo a Raven, pero el hombre era un


completo idiota. Oh, tenía mucho respeto por el Ejecutor, y le gustaba
mucho, pero Raven tendía a saltar a las situaciones sin pensar por
adelantado en las consecuencias. Pedir consejo al hombre sobre cómo
manejar la situación con Galen sería terminar de arruinar su ya confusa
relación.

Aunque, él solo ya había cometido muchos errores.

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Galen se sentó en el borde de la bañera y puso sus puños en su


regazo, esperando el ligero golpe que sería la señal de la salida de Bannon.
No tuvo que esperar mucho, pero no sabía si se sentía aliviado o
decepcionado por el hecho. Parte de él quería que Bannon viniera a
buscarlo y le exigiera… bien, algo. Todo era tan confuso, y realmente no
sabía qué infiernos quería.

—Odio esto, —susurró a la vacía habitación. Odiaba cómo una gran


parte del tiempo sus sentimientos y su estómago estaban hechos nudos.

Bannon Murphy era sin ninguna duda el hombre más dulce, más
amable, por no mencionar el más sexy que jamás había conocido. No
importaba que Galen continuamente le alejara, Bannon nunca permanecía
fuera durante mucho tiempo. Era un bastardo persistente, pero era sólo una
cosa más que Galen amaba del hombre.
—¿Galen? —Un suave golpe sonó en la puerta del baño, seguido por
la voz de Kendall—. Cariño, ¿estás aquí?

Levantándose de un salto, Galen se apresuró hacia la puerta, la abrió,


y se lanzó a los brazos de Kendall con tanta fuerza que empujó a su amigo
varios pasos hacia atrás. Ahora que Bannon se había ido, era libre de
desmoronarse, y eso era exactamente lo que hizo. Lloró y se estremeció,
aferrándose y empapando la camisa de Kendall con sus lágrimas.

Estaba tan perdido en su crisis, que no se dio cuenta que Kendall no


era el único en la habitación hasta que sintió otros brazos sosteniéndolos a
ambos.
—Shh, Galen, susurró Jory. —Va a estar bien.

—Estamos aquí para ti, añadió Aslan. —Por favor no llores.


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Sobreponiéndose, Galen salió del abrazo grupal y se secó
bruscamente sus ojos. —Estoy bien chicos. Gracias.

—¿Quieres que hablemos de eso? —Preguntó Kendall, la


preocupación se reflejaba en su cara—. Bannon es tu pareja, ¿no?

—No, —respondió Galen inmediatamente, sacudiendo su cabeza a la


defensiva—. No puede ser mi pareja.

—Sé que te asusta. —Jory tomó su mano y le llevó hacia la cama.


Todos subieron al colchón con él, rodeándole para darle comodidad y
apoyo.
—No quería admitir que Stavion era mi pareja al principio.

—Casi me enojaba cada vez que Cassius entraba en una habitación,


—añadió Kendall con una ligera sonrisa.
Eran dulces por tratar de animarlo, pero no era la misma situación.
—Lo amo, —confesó Galen con otro sollozo—. Sin embargo, no
puedo ser su pareja.

Sus amigos se miraron todos tenían idénticos seños fruncidos y la


misma confusión reflejada en sus caras. —¿No puedes o no quieres? —
Preguntó Jory finalmente.

—No puedo. Es un cambia-formas.

—Aún no lo entiendo, —dijo Aslan con un encogimiento de


hombros. El pobre chico rara vez entendía algo, pero Galen le quería de
todos modos. Lo que le faltaba a Aslan de conocimiento del mundo, lo
compensaba con entusiasmo.

—Los cambia-formas solo se emparejan con otros cambia-formas. 20


Eso es lo que Bannon me dijo. No entiendo por qué es eso. —Sacudió su
cabeza mientras fruncía su ceño—. Todos los demás puede emparejarse
con quien quieran. En ellos el destino no discrimina. ¿Por qué los cambia-
formas son diferentes?

—De acuerdo, ve más despacio. —Jory se recostó a su lado apoyado


sobre su codo—. Bannon es un cambia-formas y eso quiere decir que sólo
puede emparejarse con otro cambia-formas. ¿Es eso correcto?

Galen asintió con la cabeza en derrota.

—Y tú no eres un cambia-formas, —continuó Kendall.

—Así que, no puedes ser su pareja —terminó Aslan con una


disgustada rabieta—. Eso es estúpido.

Galen no podía estar más de acuerdo. —Sin embargo, no me dejará


solo. No sé qué hacer.

—Si Bannon dice que eres su pareja, quizás sea cierto. —Jory se
encogió de hombros cuando Galen lo miró—. ÉL debe saberlo mejor que
nadie. Sólo porque no puedas cambiar no quiere decir que no tengas algo
de sangre cambia-formas en alguna parte.

—Eso es lo mismo que dijo Bannon. —Galen suspiró y apoyó su


cabeza en el hombro de Kendall cuando su amigo lo abrazó—. Estoy
asustado.

—No mierda, —dijo Aslan con un bufido—. No sé cómo algunos de


vosotros lo hacéis. ¡Vuestros hombres son enormes! ¿Nunca os preocupáis
de que os aplasten mientras estáis durmiendo? ¿Y cómo infiernos tenéis
sexo con ellos? Pensaría que os aplastarían.
21
Hubo un momento de silencio antes de que Jory, Kendall, y Galen se
echaran a reír.

—Oh, sólo espera, —jadeó Kendall—. Tu turno está llegando.

—Más pronto de lo que piensas —añadió Galen con una sonrisa


satisfecha—. ¿Aún no has hablado con Torren?

Aslan arrugó la nariz y miró hacia otro lado. —Ni siquiera lo he


visto. Sé lo que Jonas dijo, pero creo que el que Torren se apareciera en mi
habitación como un fantasma fue sólo una casualidad. Si realmente fuese
su pareja, ¿no estaría aquí conmigo ahora?

Galen no tenía una buena respuesta para eso, así que no dijo nada.
Tenía exactamente el problema contrario. Su ‘pareja’ no se alejaba. —
Somos un desastre, ¿no?
Sus amigos se echaron a reír estando de acuerdo.

—Sí, supongo que lo somos —respondió Jory.


—Sin embargo, vosotros chicos lo tenéis fácil. ¡Ellos quieren que sea
un maldito anciano! ¿No sé nada sobre la responsabilidad? Diablos, aún
necesito a Stavion para pedir el desayuno la mitad del tiempo porque no
puedo decidir lo que quiero comer.

—Sin embargo, te importa —dijo Galen seriamente—. Eres muy


bueno, y creo que podrías hacer mucho bien.

—Además —interrumpió Aslan con una sonrisa satisfecha—


superarás a Stavion si aceptas la posición.

Eso envió a todos ellos a más ataques de risa, y Galen se sentía


mucho mejor. Era muy afortunado por tener amigos tan maravillosos. 22
—No creo que Stavion se haya dado cuenta de eso aún. Puedo
imaginarme su cara cuando se lo diga. —Jory sonrió con picardía y movió
las cejas.

—¿Cuánto tiempo tienes para decidirte? —Preguntó Aslan.

—Le dije a Layke que le respondería en Halloween. —Jory se puso


serio de nuevo—. Tengo que considerar muchas cosas.

—Bien, si traes un cambio, creo que serías un anciano maravilloso.


—Galen apretó suavemente la mano de Jory—Ahí afuera, hay muchos
como nosotros que necesitan a alguien que hable por ellos, Jory. Sé que se
supone que representas a los demonios, pero también tendrás el poder para
ayudar a los demás.

Todo el mundo estuvo en silencio durante mucho tiempo, y Galen


sintió que había arruinado el ligero ambiente. —¿Qué tal una noche de
pijamas? No hemos tenido una de esas en un tiempo. Pero, sin parejas,
añadió con severidad.

—¿Qué pasa con Malakai? —Preguntó Jory. No le he visto mucho


desde que regresó—. Se encogió de hombros. —Me gusta.

A Galen también le gustaba el pequeño vampiro. —De acuerdo,


podemos invitar a Malakai. Creo que es mejor que lo hagamos en tú
habitación. Kendall tiene al bebé, así que no se puede, y mi habitación y la
de Aslan son demasiado pequeñas.

—Stavion puede quedarse con Cassius esta noche, si no le importa


dormir en un sillón y posiblemente escuchar llorar a un bebé —ofreció
Kendall.
23
Jory sonrió. —Lo convenceré.

Más feliz de lo que había estado en semanas, Galen suspiró y se dejó


caer sobre su cama. Aún no sabía qué hacer sobre Bannon, pero por una
noche, no iba a preocuparse por ello.
Capítulo Dos
—Necesito que localices un hada de nombre Camdin Maywater.

Bannon frunció el ceño al Anciano Winters. —¿Pensé que iba a


buscar una bruja?

—Lo harás, pero también necesitamos localizar a Camdin. —Torren


se levantó de su asiento y caminó alrededor del gran escritorio de roble.

Bannon no tenía deseos de dejar Wyoming. Había recorrido el país


desde que había llegado a América, y aunque era emocionante, lo
mantendría lejos de Heaven por mucho tiempo, y por lo tanto, lejos de
24
Galen.

—Este es el tipo que deseáis nombrar anciano de las hadas —dijo


Raven a un lado de Bannon—. Sin faltar al respeto, pero ¿por qué él?

—Es importante, y tiene algo que necesito —respondió el Anciano


Winters enigmáticamente.

No iban a conseguir más información, y Bannon lo sabía. —Así que,


tengo que buscar un hada y una bruja. ¿Cuándo me marcho?

Los ancianos intercambiaron una mirada, y Torren parecía


compungido cuando regresó su atención a Bannon. —Necesitamos la
ayuda de Galen.

—No. —Bannon sacudió su cabeza con firmeza y cruzó los brazos


sobre su pecho—. No irá. —La irá brotó en él ante el pensamiento de que
los ancianos utilizaran a Galen de esa manera. Su pareja no era un guerrero,
y se iba a quedar en casa donde estaba a salvo—. Traeré de vuelta a
quienes queráis, pero no utilizaréis a mi pareja.

No se dio cuenta del desliz hasta que fue demasiado tarde y Torren le
estaba sonriendo en señal de triunfo. Hubo especulaciones, especialmente
después de que Galen soñó con él mientras había estado prisionero en
Nevada. Sin embargo, hasta ahora, nadie sabía a ciencia cierta que él y
Galen eran pareja.

Aunque no lo hubiera dicho. Su furiosa reacción fue toda la prueba


que necesitaban. La gran pregunta era por qué estaban tan interesados en
saberlo.
—Tienes que reclamarle.

—Whoa, Torren. ¿Qué carajo, hombre? —Raven dio un paso 25


adelante, agitando su mano con indignación.

—Necesitamos a Galen —respondió Torren simplemente—. Sé que


puede hacerlo, y sus poderes serán más fuertes junto con los de Bannon si
se unen.

—¿Por qué? —Bannon estaba tan furioso que esas fueron las dos
únicas palabras que pudo decir. Era los suficientemente malo que quisieran
utilizar a Galen en cualquier proyecto que hubiesen tramado, pero forzarles
a reclamarse mutuamente era demasiado.

Un acoplamiento entre un par destinado – o trío o cualquier cosa – es


sagrado. Reclamar a una pareja es la cosa más intensa y personal que un
paranormal hacía. Los matrimonios terminaban en divorcios cada día. No
había manera de dejarlo una vez que reclamabas a una pareja.

Para empeorar las cosas, Bannon estaba totalmente de acuerdo en


hacer a Galen suyo. Pero, Galen estaba lejos de estar preparado para algo
como eso.

—Estar unidos hará vuestras habilidades más fuertes. No tenemos


mucho tiempo, Bannon.

—¿Cuánto tiempo tengo?

—Hasta Halloween —respondió el Anciano Winters


tranquilamente—. Necesitamos localizarles antes de la reunión del
Consejo.

—¿A ellos? ¿Exactamente a quiénes estamos intentando encontrar?


—Raven inclinó su cabeza hacia un lado y frunció el ceño—. Esto suena
terriblemente sospechoso.
26
—Necesitamos dos brujos, Raith y Lynk, antes del festival de
Halloween. —Torren suspiró y frotó una mano sobre su cara—. Sería
mejor si pudiéramos encontrar a doce de ellos, pero eso parece poco
probable con tan poco tiempo.

—¿Una docena? —Se atragantó Raven—. ¿Quiénes son esos brujos?

—Mis hermanos.

—Entonces, ¿por qué simplemente no los llamas? —Raven cruzó los


brazos sobre su musculoso pecho y tomó una postura similar a la de
Bannon—. ¿Qué nos escondes? No me importa hacer mi trabajo, pero esto
huele a mierda.

Bannon no podría estar más de acuerdo. Querían que encontrar un


hada y doce jodidos brujos, pero no les decían por qué.
Los ancianos intercambiaron otra mirada, y esta vez, Torren bufó en
derrota. —Mis hermanos han estado en la clandestinidad desde que nuestro
padre fue ejecutado. Nos hemos diseminado por todo el país, posiblemente
por el mundo. No mantenemos contacto porque sería demasiado peligroso.

—Divide y vencerás —murmuró Raven—. Hubiera sido más segura


que permanecieran juntos.

—Podrías estar equivocado. Lo intentamos al principio, pero a causa


de nuestra magia combinada, era más fácil para los Rastreadores
encontrarnos. Después de separarnos, nos mantuvimos en contacto por
teléfono hasta que Raith fue capturado. Sólo necesitaron comprobar los
contactos de su teléfono para rastrearnos hasta donde vivíamos. Apenas
escapé, y no hablé más con mis hermanos desde entonces.

—Así que, ni siquiera sabes si están vivos. —Raven dejó caer su 27


cabeza y la balanceó varias veces—. De acuerdo, lo entiendo, pero ¿por
qué les estamos buscando ahora?

—Phillip McCarthy es la respuesta más simple. No podemos obtener


la localización del Libro de los Desterrados de él. Estoy seguro de que
ambos habéis oído las leyendas sobre Halloween.

—Es cuando el velo es el más fino entre nuestro mundo y el


siguiente —respondió Bannon inmediatamente. Por supuesto que habían
oído las leyendas.

—Bien, eso no es una leyenda. Si el libro ha caído en las manos


equivocadas, lo que ocurrió en ese cementerio en Nevada parecerá como un
jodido cuento de hadas de Mamá Ganso.

—¿Entonces no deberíamos buscar el libro?


—El libro es imposible de rastrear. Además, no tendríamos
suficiente tiempo antes del treinta y uno. Podría estar en cualquier lugar,
aunque creo que es una apuesta segura que aún está en los Estados Unidos.

—De acuerdo, así que déjame ver si he entendido bien. —Raven


descruzó los brazos y se rascó detrás del cuello—. Ese libro de hechizos
está perdido, o escondido, o algo. —Agitó una mano alrededor para indicar
la falta de importancia para él—. Puede o no estar en manos de algunos
brujos perversamente malignos que podrían utilizarlo para levantar un
ejército de no muertos en Halloween.

Torren simplemente asintió con la cabeza.

—¿Y dónde encajan tus hermanos en todo esto?

—Ahora que estamos renovando completamente El Consejo, es hora 28


de que todos salgan de su escondite. Nuestra familia debía custodiar el
Relegatis, pero se perdió después de la muerte de nuestro padre. Tenemos
que recuperarlo.

—Sí. Eso aún no nos dice por qué necesitamos a tus hermanos antes
de Halloween. —Si Bannon no comenzaba a recibir algunas respuestas
directas, se marcharía. Ser un Rastreador era un buen trabajo, pero no iba a
arriesgarse sin una buena razón.

—Raith y Lynk son los más fuertes además de mí —dijo Torren sin
nada de arrogancia—. Les necesitaremos si no podemos recuperar el libro
antes de esa fecha.

—Dijiste que el libro podría estar en cualquier parte. ¿Qué te hace


pensar que llegará hasta nuestra puerta?

Bannon miró a Raven, y luego regresó a Torren. Era una pregunta


razonable. Torren era un hombre inteligente, siempre preveía todo. Si
sentía la necesidad de protección, aún había algo que no les estaba
diciendo.

—El Relegatis necesita una llave para ser abierto. Mis hermanos y yo
tenemos la llave, o más concretamente, somos la llave.

Las cejas de Raven se juntaron, y ladeó la cabeza hacia un lado. —


Así que, ¿me estás diciendo que abriste el libro para el hermano de
McCarthy?

Torren suspiró en obvia desesperación. —No tenía el libro con él,


Raven. ¿Cómo podría haberlo abierto?

¿Podemos llegar al maldito punto? —Torren no era el único


exasperado. Bannon se enorgullecía de ser el más tolerante de sus 29
hermanos. Sin embargo, estaba a dos segundos de perder mucho más que
su maldita paciencia.

—Torren, hombre, tu historia no tiene sentido. ¿Cómo utilizó Phillip


el libro si no tenía el libro? ¿Y cómo infiernos consiguió el hechizo si la
maldita cosa no puede ser abierta por ningún otro que tú y tus hermanos?
—Raven estaba gritando y gruñendo en el momento en el que terminó su
interrogatorio. El vampiro tenía una mirada terrorífica, y Bannon esperaba
que nunca la viera dirigirse a él.

No es que tuviera miedo de Raven o cualquier cosa ridícula como


esa. Sólo era lo suficientemente inteligente para no meter el cuello donde
podría ser mordido al igual que un trozo de carne seca.

Con eso dicho, algunas cosas comenzaban a aclarase para él en este


cuento retorcido. —Creo que uno de tus hermanos está abriendo el libro
para McCarthy.
Torren parecía incómodo cuando asintió con la cabeza. —Los seis
más jóvenes tienen una madre diferente, una cambia-formas. Son fuertes,
pero caerían más fácilmente bajo la coacción de un vampiro, especialmente
si ha sido drogado. En cuanto a que Phillip no tiene el libro, sería bastante
fácil memorizar un hechizo. Desafortunadamente, Phillip memorizó el
equivocado.

—Una vez el libro es abierto… —Raven se apagó, mirando como si


estuviera intentando determinar cómo formular su pregunta—. ¿Es
necesario volver a desbloquearlo cada vez que se abre? ¿O una vez hará el
truco?

—Cada vez que el libro está cerrado, debe ser desbloqueado con una
llave, un hechizo que sólo se les enseña a los guardianes del libro.
30
Bannon estaba confundido por la sobrecarga de información. Lo que
sabía hasta el momento es que Torren tenía doce hermanos, seis de los
cuales eran híbridos cambia-formas, y todos ellos estaban desaparecidos.
Añadiendo a eso, un libro que podría traer el fin del mundo tal como ellos
lo conocían y sólo podía ser abierto por un Braddock que actualmente
estaba perdido en algún lugar del mundo con una alta probabilidad de tener
una ‘llave’ sentada directamente a su jodido lado.

Armagedón4 envuelto en regalo. ¡Hurra!

—Así que, ¿dónde encaja el tipo hada en todo esto?

Con toda la confusión por la conversación de los brujos, Bannon se


había olvidado completamente del anciano de las hadas.

4Armagedón: término bíblico que aparece en el libro del Apocalipsis, capítulo 16,
versículo 16. Se refiere generalmente al fin del mundo o al fin del tiempo, mediante
catástrofes en varias religiones y culturas.
El Anciano Winters se sacudió como si saliera de un aturdimiento
por la pregunta de Raven. —No tiene nada que ver con el Relegatis. Sin
embargo, encontrarle y traerle al Consejo es imperativo.

—¿Y si no quiere venir con nosotros? —Lo que Bannon realmente


quería saber era cuánta fuerza tenía permitido utilizar si el tipo no
cooperaba. Nunca había fallado en traer a alguien que había sido asignado
para localizar. No estaba planeando comenzar con Camdin Maywater.

—Tráele de vuelta —dijo el Anciano Winters simplemente—. No le


hagas daño, pero tráele de vuelta.

Suspirando derrotado y agotado, Bannon asintió su entendimiento.


—Galen no vendrá. —Nunca antes había puesto condiciones en una
misión, pero este parecía un buen momento para comenzar.
31
—Lo hará. Jory va a hablar con él esta noche. Estoy seguro que
estará dispuesto a ayudar cuando escuche lo que queremos de él.

Algo dentro de Bannon se rompió, y se lanzó hacia Torren.


Afortunadamente, antes de que pudiera hacer algo tan increíblemente
estúpido que seguramente terminaría con su cabeza separada de sus
hombros, Raven le cogió alrededor de la cintura y le arrastró hacia atrás.

Por debajo de su rabia, Bannon se sintió traicionado. No sólo Torren


había ido a sus espaldas, sino que Jory también. Aunque no conocía bien al
brujo, le gustaba mucho Jory. El hombre se había convertido en un amigo
en los pasados meses, y saber que Jory no sólo respaldaba a los ancianos
sino que en realidad jugaba un papel activo en su engaño lo lastimo
mucho.

Sin embargo, no importaba. Incluso si Galen quisiera ayudar, se


quedaría en Heaven donde estaría protegido. No había ninguna manera que
Bannon fuese a dejar a su pequeña pareja recorrer todo el país buscando a
los brujos. Así que ¿qué si estarían juntos todo el tiempo? Tantas cosas
podrían salir mal. Bannon lo había visto una y otra vez.

El anciano no se estremeció ni parpadeó ante la violenta reacción de


Bannon. —¿Qué pasa si te permito elegir un protector para él? Necesitarás
ayuda de todas formas. Elige a cuatro Ejecutores para viajar contigo y
ayudar a proteger a Galen.
—No —gruñó Bannon, aún luchando contra el agarre de Raven.

—Bannon, no tenemos tiempo para esto. Galen puede ayudar. De


hecho, será crucial para encontrar a Camdin. Eres el mejor Rastreador que
tenemos, pero tus habilidades no son suficientes. No es un niño. Si elige ir,
no podrás detenerlo.

—Sólo mírame. 32
—Puedo poner un hechizo de protección en él. ¿Cambiaría eso tu
juicio?

—No.

Torren lanzó sus manos al aire y gruñó. —Eres el mayor terco hijo
de puta que jamás he conocido. ¡Necesitamos encontrar a esos hombres, y
necesitamos hacerlo de una maldita vez! Va a ir. ¡Si tengo que hacerlo, le
enviaré solo!

Bannon dejó de luchar y miró a Torren de manera asesina. Le tenían


acorralado, y no había nada que pudiera hacer sobre ello. No tenía dudas de
que sacarían a Galen de contrabando y le enviarían a donde fuera por su
cuenta, o más probablemente con algún otro Rastreador casi tan experto
como Bannon.
Soltándose del agarre de Raven, Bannon hizo un gesto con la cabeza
en aceptación a regañadientes. No confiaba en sí mismo para hablar, así
que dio a los ancianos una última mirada fulminante antes de darse la
vuelta y salir pisando fuerte fuera de la oficina.

Anciano o no, Torren Braddock pronto iba a darse cuenta de que


estar en la maldita lista de un Murphy era el último lugar en el que querría
encontrarse.

33
Capítulo Tres
—¿Estás seguro de que Stavion está de acuerdo con esto?

—¿A quién le importa? —Respondieron Jory y Malakai al unísono


antes de caer juntos en un ataque de risa—. En serio —continuó Jory— te
preocupas demasiado. Sólo acomódate y mira la película. —Cubrió su boca
para ahogar sus risitas mientras golpeaba su hombro contra el de Malakai—
. Es una película de vampiros gay y la búsqueda de sus parejas eternas.

—¿Hay sexo?

—Bien, ¡eso espero!


34

—¿Es porno? —Preguntó Aslan en un susurro.

Jory bufó y rodó los ojos antes de gatear por el suelo para poner el
DVD en el reproductor. —No, pervertido, no es porno.

Aslan se encogió de hombros despreocupadamente. —He visto la


clase de películas que te gustan. Una porno de bajo presupuesto
probablemente sería mejor.

Desafortunadamente, Galen tuvo que estar de acuerdo. A Jory le


gustaban las películas independientes, lo cual era bueno, excepto que las
únicas que le gustaban eran donde chupaban el pene como nadie. Les había
obligado a ver una que vagamente parecía una obra de teatro de secundaria
filmada por una videocámara portátil de una madre sobreexcitada. Se
parecía vagamente, porque Galen estaba bastante seguro que en las obras
de la escuela secundaria se actuaba mucho mejor.
—Esta te gustará —anunció Jory cuando se acurrucó bajo una manta
y una pila de almohadas en medio del suelo.

—Siempre dices eso —se burló Kendall—. ¿A alguno le gusta algo


de lo que Jory encuentra entretenido?

Todos los ojos se giraron hacia Malakai, que enrojeció todo el


camino hasta la punta de las orejas. —Hey, algunas no estaban tan mal.

—Por algunas, quiere decir todas, porque es tan vicioso como Jory.
—Aslan sacó la lengua cuando Jory le dio la vuelta a la situación—. Lo que
sea. Sólo no me despiertes si me duermo durante los créditos iniciales.

—No estoy seguro de que esto tenga créditos iniciales —dijo Jory
distraídamente mientras comenzaba la película. 35
Galen miró hacia la televisión y gimió. Una cursi secuencia de
persecución en blanco y negro. Oh sí, esta iba a ser la ganadora.

Sorprendentemente, cuando la película continuó, se encontró con los


ojos clavados en la pantalla. Las líneas aún eran cursis y repetitivas. Había
agujeros en la trama, personajes añadidos que no tenían absolutamente
ningún sentido, y una escena casi demasiado embarazosa de ver a causa de
su poca convicción.

El romance entre los dos personajes principales era lo que mantenía


su atención. El vampiro en busca de su pareja destinada finalmente le
encuentra, sólo que tiene a todos y todo interponiéndose entre ellos. Incluso
el interés del amor se interpone en el camino de su felicidad.

¿Eso era lo que Galen estaba haciendo con Bannon? Prácticamente


tenía la felicidad a su alcance. Sólo se conocían hacía unos pocos meses, no
habían avanzado más allá de la etapa de la amistad, y Galen aún no podía
imaginar a nadie más en la tierra que prefiriera tener como pareja.

Excepto que, no tenía una pareja. Era humano para todos los efectos.
Por supuesto, tenía un don especial que era una clase de fisura legal para él
dentro del mundo paranormal, pero no era nada del otro mundo.

Sin embargo, Bannon decía que eran pareja. ¿Por qué mentiría sobre
algo como eso? Había buscado deliberadamente a Galen, se hizo amigo de
él, y luego más o menos le cortejó. Ahora, quería algo más. Galen quería
más, también, pero había pasado por algo parecido, y decir que no había
terminado bien sería un eufemismo.

—¿Galen? —Una mano aterrizó en su hombro y le sacudió


ligeramente.
36
Sacudiéndose de sus pensamientos, parpadeó hacia Jory e intentó
sonreír. —¿Ha terminado la película? Supongo que me despisté un poco.

—No hay problema. Kendall está preparando la próxima película. Te


estaba preguntando si querías algo de la cocina.

—Nah, estoy bien. —Su estómago se sentía como si tuviera nudos, y


el mero pensamiento de comida hizo que se le retorciera dolorosamente—.
Quizás algo de ginger ale5 si tienes.

Las cejas de Jory se juntaron con preocupación. —¿Te sientes bien?

Antes de que Galen pudiera responder, la puerta de la suite se abrió y


Boston y Flynn entraron, vestidos solamente con pantalones de dormir.
Debería haberse sentido avergonzado por comerse con los ojos a las parejas
de su amigo, pero maldición, esos hombres eran muy buen atractivos. No
5 Ginger ale: bebida refrescante, sin alcohol, de origen inglés fabricada con jengibre,
limón, agua y azúcar.
tan guapos como Bannon en la medida que le concernía, pero aún así, nada
despreciables.

—Estoy cansado —dijo Boston, sin venir a cuento.

Malakai inclinó un poco su cabeza y sonrió. —Entonces ve a dormir.

—No tiene gracia, a ghrá. —Flynn cruzó los brazos sobre su pecho y
reflejó la cabeza inclinada de Malakai—. Esta amaneciendo.

—No, hasta dentro de dos horas no. Además, aquí hay persianas
como en el resto del lugar”.

—¿Por favor? —Boston le dio a su pareja una mirada que Galen


supuso que serían los ojos de un cachorrito, aunque sólo parecía absurdo en
el enorme cambia-formas. 37
—Oh, me encanta cuando suplicas. Hazlo de nuevo.

Malakai tenía demasiadas formas de burlarse de sus parejas. Estaba


bien para Galen ya que lo encontraba muy gracioso. Flynn gruñó e intentó
cruzar la habitación pero terminó enredándose en las mantas y almohadas
que cubrían el espacio entre él y Malakai y aterrizó en su culo como una
tonelada de ladrillos. La habitación explotó en risas, y Galen estaba seguro
de que se había roto algo por reírse tan fuerte.

—En un buen lío me has metido, Malakai Bruins. —Flynn luchaba


por liberarse y ponerse de pie—. Si no te mueves en dos segundos, te voy a
llevar arrastrándote.

—Oh, súplicas y castigos —ronroneó Malakai—. ¿Cómo es posible


que me niegue? —Aunque lo decía de manera burlona, Galen vio el fuego
en sus ojos mientras miraba a sus grandes cambia-formas. ¿Tenía una
expresión similar cuando miraba a Bannon?

—Gracias por invitarme, chicos, pero tengo que irme. Malakai les
tiró besos en el aire antes de saltar a los brazos de Flynn y frotarse contra él
mientras dejaban la habitación con Boston siguiéndolos muy de cerca.

—Eso fue dulce —dijo Kendall con una sonrisa tonta en su cara. El
pobre Aslan estaba congelado y ni siquiera se movió en toda la escena.

Apenas había terminado de hablar Kendall cuando la puerta se abrió


de nuevo y Cassius entró en la habitación con una mirada hambrienta. —
Tengo una niñera.

Aparentemente, esas tres pequeñas palabras estaban mezcladas con


magia porque Kendall saltó del suelo, cruzó corriendo la habitación, y se
lanzó hacia los brazos de su pareja. Sus piernas fueron alrededor de la 38
cintura de Cassius, y atacó la boca del vampiro con la suficiente energía y
entusiasmo para prender fuego toda una manzana en la ciudad.

Cuando los dos desaparecieron, Galen se quedó mirando hacia la


puerta, esperando a que Stavion irrumpiera en la habitación en cualquier
segundo, agarrara a Jory, y terminara su pequeña fiesta de pijamas. Una
vaga fantasía de Bannon viniendo a por él se tambaleaba en los bordes de
su mente, pero por supuesto, eso nunca sucedería. Había hecho todo lo
posible para asegurarse de ello.

—No pensé que vendrían aquí —masculló Jory cuando apagó la


televisión y se movió para arrodillarse delante de Galen—. Tengo algo que
decirte. Primero, quiero que sepas que no tienes que hacerlo. Nadie pensará
menos de ti, pero es importante, y si puedes ayudar.

—Jory, sólo escúpelo.


—Torren y Layke quieren que ayudes a Bannon a encontrar un hada
y un par de brujos. No sé todos los detalles, pero los brujos son hermanos
de Torren, el hada es importante, y todo está centrado alrededor de un libro
de hechizos que nos hará desaparecer de la faz de la tierra como a los
dinosaurios.

—Bannon es el mejor Rastreador de los alrededores. ¿Por qué me


necesitan?

—Realmente no lo sé. Sé que cosas malas podrían suceder en


Halloween si no podéis encontrarles, y contigo y Bannon trabajando juntos
es probable que las cosas se hagan más rápido.

Galen no pudo discutir eso. No se oponía a ayudar a todos. Pasar


todo su tiempo con Bannon durante el próximo par de semanas le asustaba
mucho. ¿Cómo se iba a resistir al hombre estando tan cerca? 39
Quizás no tengas que hacerlo, susurró una pequeña voz en el fondo
de su mente. —Lo haré.

Jory le miró en silencio durante un momento antes de que suspirara.


—A Bannon no va a gustarle esto. Quiere que te quedes aquí donde estas
seguro.

—Por supuesto que lo querrá —respondió Galen con una sonrisa—.


Él es como todos los machos alfa del planeta y piensa que sólo porque
somos pequeños no podemos cuidar de nosotros mismos”.

Jory sonrió, pero no parecía muy feliz. —No, tonto, es porque te


ama.

—No. —Galen sacudió su cabeza rápidamente y con firmeza. No


iban a discutir la palabra A—. Vamos a seguir con lo del macho alfa, ¿de
acuerdo? Eso me pone menos nervioso.

—¿Por qué estás tan nervioso? —Jory se acercó más y alcanzó la


mano de Galen—. Ustedes son perfectos el uno para el otro. Es bueno para
ti y obviamente se preocupa por ti. ¿Por qué no quieres estar con él?

—No es eso. —Apretó la mano de Jory y cerró los ojos—. Tengo


miedo —susurró—. He pasado por esto antes, y no puedo hacerlo de
nuevo. Confía en mí cuando digo que se cómo termina la historia, y no es
con un felices para siempre.

—¿Qué ocurrió? —Preguntó Jory en el mismo tono de voz—.


¿Quién te hizo daño, Galen?

—Sólo alguien que conocí una vez. —Para su inmenso alivio, la


puerta principal de la suite se abrió de nuevo, y pasos amortiguados 40
sonaron sobre la alfombra. Parpadeando, la boca de Galen cayó abierta y su
cuerpo comenzó a temblar.

Había esperado ver a Stavion, viniendo a buscar a Jory con la misma


pasión en sus ojos como los anteriores tres visitantes. Pero, demostrando
que algunas veces las fantasías se vuelven reales, Bannon estaba de pie
junto al umbral, bajando la mirada hacia él con una mezcla de necesidad y
algo que sólo podía describirse como desesperación.

—Ven conmigo. —Su tono era duro y dominante, diferente a todo lo


que Galen había oído antes del hombre, y se encontró moviéndose al
instante. Algo estaba muy mal con el gran cambia-formas. Parecía que se
desmoronaría por el más leve contacto, y así no era Bannon.

—¿Qué ocurrió?

—Sólo… —Bannon se apagó, presionó sus labios juntos, y sacudió


su cabeza. Después de un par de profundas respiraciones, le tendió la mano
a Galen y esperó para que la tomara antes de tirar de él fuera de la
habitación—. ¿Mía o tuya?

Galen sólo pudo asumir que Bannon estaba preguntando a qué


habitación deberían ir. Puesto que la suya estaba más cerca, y no creía que
Bannon iba a durar mucho más tiempo antes de explotar o implosionar,
cambió de dirección y llevó al cambia-formas hacia su habitación. Ninguno
de ellos dijo una palabra mientras caminaron por el pasillo.

Una vez dentro, la conversación paso a segundo plano cuando se


encontró con la lengua de Bannon en su garganta y su duro cuerpo
presionándolo contra la pared.

Tan sorprendido por el acto abrupto y agresivo, Galen se congeló,


inseguro de cómo reaccionar. El instinto tardó sólo unos segundos en 41
hacerse cargo, lanzó sus brazos alrededor del cuello de Bannon,
sumergiéndose en el beso.

Un gemido suave y necesitado escapó de él cuando meses de tensión


sexual finalmente explotaron entre ellos, bañándole en una vorágine de
deseo. La suave y resbaladiza lengua de Bannon se batió a duelo con la
suya, dominando el beso mientras saqueaba las cálidas profundidades de la
boca de Galen.

El bajo y posesivo gruñido de Bannon le envió un escalofrío por su


columna vertebral mientras toda la sangre en su cuerpo se dirigía hacia el
sur para reunirse en su ingle e hinchar su polla de modo que se tensó contra
el algodón de su pijama, valientemente intentando librarse del
confinamiento.

Había pasado demasiado tiempo luchando contra la atracción que


sentía por el cambia-formas. Ahora que la presa se había roto, salió cada
húmeda fantasía que había tenido con Bannon, alimentando su pasión hasta
que fue poco más que un gemido, lleno de una cantidad de lujuriosa
sustancia pegajosa.

Sus caderas se sacudieron sin su permiso, follando su polla dolorida


contra los músculos duros del muslo de Bannon. La fricción y la presión
eran agradables, pero Galen necesitaba más. —Por favor, Bannon —jadeó
cuando terminó el beso con una sacudida—. Por favor.

La desesperación, la calidad suplicante de su voz lo sorprendió,


rompiéndole fuera de su conducta lasciva. Sus mejillas ardían y su boca
estaba seca como el desierto cuando miró a los ojos verde jade de Bannon.
¿Qué haría ahora?

La obvia respuesta era correr y esconderse, pero con los brazos de


Bannon enjaulándole contra la pared, escapar no era una opción. Así que, 42
sólo se quedó allí de pie, dejó caer su boca abierta, y esperó a que el objeto
de sus deseos hiciera el siguiente movimiento.

Como en cámara lenta, Bannon levantó una mano de la pared y la


llevó para acunar un lado de la cara de Galen, acarició tiernamente su
mejilla con la yema de su dedo pulgar. —Lo siento, cariño. No pude
evitarlo.

Había algo vacío y hueco en la voz de Bannon, y mientras se


enfriaba un poco el ardor de Galen, hacía que su pecho se contrajera
incómodamente. —Por favor dime qué ocurrió. ¿Por qué estás tan alterado?

—Shh. —Bannon presionó su pulgar contra la comisura de los labios


de Galen para silenciarle—. Sólo déjame tener esto por ahora. Inclinó la
cabeza más cerca, y reemplazó su dedo pulgar con su boca en un beso
sensual que curvó los dedos de los pies de Galen.
Relajándose en el abrazo de Bannon e inclinándose contra su pecho,
Galen le permitió tomar lo que necesitaba. Nunca había visto al irlandés así
antes, y no le gustaba. Normalmente seguro de sí mismo y desenfadado,
ahora Bannon parecía casi tan incierto y torpe como se sentía Galen.

Terminando el beso con suaves picos y mordiscos en los labios del


hombre, colocó sus manos a los lados del cuello de Bannon y sobre su
pecho. —Esto es sobre El Consejo, ¿no?

—Sí —aspiró Bannon, inclinándose para que pudiera apoyar sus


frentes juntas—. Supongo que Jory ya te lo ha dicho a estas alturas. No vas
a ir.
—Esa no es tu decisión. —Galen mantenía su voz suave y
uniforme—. Jory dice que puedo ayudarte.

—¿También te dijo que Torren Braddock quiere que te reclame antes 43


de irnos? —Bannon se apartó y arqueó una ceja.

Galen mordió su labio inferior hasta que pensó que sangraría,


ignorando deliberadamente la pregunta de Bannon. Quería ayudar, para ser
útil por una vez en su miserable vida, pero si eso significaba que tenía que
atarse a Bannon para siempre…

—¿Qué piensas?

—Ah, moi chroi6, ya sabes la respuesta. Sin embargo, no te obligaré.

Sus pensamientos eran confusos y Galen no tenía idea de que hacer o


decir. Por un lado, adoraba al grande y maravilloso cambia-formas y no
podía imaginar siquiera ser feliz con alguien más. Por el otro lado, sólo
pensar en dejar que Bannon le reclamara hacía que sus palmas sudaran y
sus piernas temblaran de ansiedad.

6 Moi chroi: Mi corazón.


—Dime qué hacer. —Sólo estaba malditamente cansado de
preocuparse por todo. Si dejaba que alguien más tomara las decisiones de
aquí en adelante, quizás fuese capaz de mantener un poco su cordura—.
Luchar contra ti es agotador. Estoy tan cansado, Bannon. Sólo dime qué
hacer, y lo haré.

—Oh, dulce corazón. —Bannon cepilló el cabello de la frente de


Galen y sonrió tristemente—. No soy yo quién tiene que decirlo. Te
esperaré siempre, pero no puedo decidir por ti.

—No puedo ser tu pareja. Santo cielo, estaba comenzando a sonar


como un disco rayado. Una y otra vez, había estado utilizando la misma
escusa hasta que realmente se había convencido de que era verdad.
Ahora…, no estaba tan seguro. Bannon no le perseguiría con tal
determinación si no hubiese una conexión. ¿Verdad? “¿Puedo preguntarte 44
algo?”

Las comisuras de los labios de Bannon se contrajeron, y sus ojos


brillaron por primera vez desde que había arrastrado a Galen fuera de la
habitación de Jory. —¿Qué quieres saber?

—¿Cómo puedo saberlo? Creo que piensas que somos pareja, pero
¿cómo estar seguro? Si lo somos, eso significa que tengo alguna clase de
sangre cambia-formas en mí. Era posible considerando que nunca había
conocido a su padre, y su madre había sido bastante escasa en detalles
sobre él. —¿Cómo supiste que era el único para ti?

Ven aquí, cariño. —Bannon caminó hacia atrás tirando de Galen.


Luego se sentó en el borde de la cama y dio unas palmaditas en el espacio
junto a él. Una vez que Galen estuvo sentado, Bannon se giró un poco y
enlazó sus manos juntas—. Tienes un aroma que me hace la boca agua. Lo
más increíble que alguna vez haya olido.
También le gustaba la manera que olía Bannon, y aunque le daban
ganas de quitarse la ropa y los pantalones, necesitaba algo más para seguir.
—Continúa.

—Mi estómago se agita.

Así que era eso. Sin embargo, atribuyó eso a los nervios. —¿Qué
más?
—Mi cerebro está un poco difuso cuando estás cerca.

Bien, eso le ocurría a Galen cada maldita vez que Bannon entraba en
una habitación. No sólo lo asociaba con el nerviosismo, sino que con el
hecho de que toda la sangre se precipitaba hacia el sur de la frontera cada
vez que veía al hombre. Sentirse atraído por alguien tan hermoso como
Bannon sólo era de esperarse. No probaba que estuvieran destinados a estar 45
juntos.
—Mis encías pican un poco, supongo.

Bien, eso le dejó perplejo. Galen había sentido la misma picazón y


hormigueo en sus encías, particularmente alrededor de sus caninos. No
podía explicarlo ni de lejos atribuyéndolo a la atracción o la ansiedad. —
¿Huelo como un animal? ¿Y por qué infiernos no había pensado preguntar
todas esas cuestiones hace meses? Oh, cierto, porque había estado
demasiado ocupado corriendo como un cobarde gatito.

Bannon se inclinó y rozó su nariz sobre la columna de la garganta de


Galen, inhaló profundamente mientras pasaba. —Sí, pero sólo un poco, y
sólo puedo captarlo cuando estoy cerca de ti. —Se inclinó más, avanzando
lentamente a través del colchón para cerrar la distancia entre ellos. Con un
caliente y húmedo gemido, su lengua se deslizó desde la clavícula hasta la
línea de la mandíbula, y terminó raspando sus incisivos sobre la sensible
carne justo debajo de la oreja de Galen.
—Bannon —susurró y respiró hondo estremeciéndose. Fue una
súplica, pero por qué, no pudo decirlo. ¿Quería que Bannon continuara o se
detuviera? Anhelaba más, pero ¿era una decisión acertada?

—¿Por qué luchas contra mí, Galen? —Apoyó una mano en un


costado del cuello de Galen, y los labios contra el otro lado. —Tan rápido
—murmuró—. Tu corazón late tan rápido por mí. Niega que me quieres, y
me iré ahora.

No podía. Bien, podía, pero sería una mentira. Cada terminación


nerviosa de su cuerpo estaba despierta y chisporroteando, gritando para que
Bannon lo tocara más. Su polla palpitaba dolorosamente, formando una
tienda de campaña al frente de sus pantalones, luchando por liberarse.

—Di sí —dijo Bannon con voz áspera en su oído antes de chupar el 46


lóbulo entre sus dientes y morderlo ligeramente.

Galen gimió, su cuerpo tembló por la avalancha de sensaciones.


Sería tan fácil ceder a las demandas de su cuerpo. Sólo podría apagar su
cerebro y aceptar lo que Bannon le estaba ofreciendo. Tan fácil.

¿Pero dónde le dejaría eso mañana, la semana que viene, o un mes a


partir de ahora? ¿En serio le había pedido a Bannon que tomara la decisión
por él? Cada detalle de su vida había sido orquestado y realizado por otra
persona. Primero su madre, luego el hombre que había reclamado amarle, y
finalmente terminar siendo un esclavo, nunca él había decidido.

Finalmente, estaba a cargo. Si decía no, y sabía que podía, Bannon


detendría todo, y volverían a bailar alrededor uno del otro. Bannon decía
que la elección era suya, y creía lo que el hombre le dijo.

Qué irónico era que esta fuese su primera decisión real, podría
cambiar su vida para siempre, y aún no sabía que hacer al respecto. —Dilo.

—Sí, y puedo gritarlo a los cuatro vientos.

Galen se rió entre dientes en voz baja, se apartó y sostuvo la cara de


Bannon con ambas manos, mirando profundamente a sus ojos. —Tengo
dos cosas que quiero decirte. Primero, si te dejo entrar y rompes mi
corazón, voy a golpearte.

—No te preocupes, cariño. Voy a cuidar bien de tu corazón.

Galen asintió con la cabeza cortantemente para demostrar que


hablaba en serio. —La otra cosa podría tomar un poco de tiempo, así que
ponte más cómodo.

—¿Estás intentando seducirme para que me desnude, Galen? — 47


Bannon sonrió adorablemente, y Galen no pudo dejar de imitarlo.

Besó la punta de la nariz de Bannon y suspiró.

—Vamos a llegar a esa parte.

Con un falso suspiro, Bannon bajó la mirada hacia el prominente


bulto atrapado detrás de su bragueta. —¿Puedo esperar que tu historia sea
corta?

—Absolutamente. —Sonrió mientras liberaba la cara de Bannon,


caminó hasta la cama y se acostó debajo de las mantas—. Entonces puedes
escupir en la otra mano y me dejarás saber si voy demasiado rápido.
Capítulo Cuatro
Después de quitarse las botas y tirar su camisa por la cabeza, Bannon
se puso de pie y alcanzó el botón de sus vaqueros. Galen se aclaró la
garganta, aunque sonó más como una mezcla entre un suspiro y un gemido.

Haciendo una pausa con sus dedos aún en la cremallera, Bannon


levantó la mirada y sonrió. —Dijiste que debería ponerme más cómodo. Mi
polla doblada hacia arriba en forma de zigzag es muy incómoda. —No
quería que Galen estuviese incómodo, pero no estaba mintiendo. Su polla
palpitaba dolorosamente dentro del pantalón. Si no la aliviaba tendría un
daño permanente en la parte favorita de su cuerpo 48
Galen le miró de arriba abajo, y su lengua rosada se lamió sus labios
haciendo que brillen con la luz ámbar de la lámpara de la mesita. —Bien,
pero los bóxers se quedan.

—¿Qué pasa si te dijera que no llevo? —Por supuesto, llevaba, pero


no podía dejar de burlarse un poco del pequeño hombre. Había pasado
mucho tiempo desde que había visto este lado más juguetón de Galen.
Desde el minuto en que la palabra P surgió en su conversación, se había
vuelto reservado y nervioso. No era como Bannon quería verlo.

Como se esperaba, Galen rodó los ojos y bufó mientras levantaba la


esquina de la manta. —Sólo ven y acuéstate.

Medio desnudo y en la cama con su pareja, no era una decisión


difícil de tomar. Tirando sus vaqueros, Bannon suspiró de alivio, y juró que
escuchó a su erección hacer lo mismo mientras se estiraba y se lanzaba
hacia adelante para derramar líquido pre-eyaculatorio contra el frente de
sus bóxers azul oscuro.

Miró entre la creciente mancha y Galen, finalmente se encogió de


hombros y se apresuró a deslizarse debajo de los cobertores. No quería
inquietarlo cuando parecía que el chico finalmente estaba comenzando a
relajarse, pero no había mucho que pudiera hacer por la reacción de su
cuerpo hacia su pareja.

Se deslizó tan cerca como se atrevió, deteniéndose justo antes de que


su furiosa erección pudiera tocar a Galen en su vientre, se levantó sobre un
codo y apoyó su cabeza en la palma de su mano. No fue fácil, pero se las
arregló para controlar su respiración por lo que sus palabras fueron
muchísimo más firmes de lo que sentía. —Aquí estamos. Ahora, dime lo
necesitas contarme.

Galen miró hacia abajo y mordió su labio inferior. —¿Puedes 49


acercarte más?

¡Mierda! —Uh, no creo que sea una buena idea.

Su pareja le miró a través de esas increíblemente largas pestañas. —


¿Por favor?

¿Cómo podría decir no a eso, especialmente cuando era exactamente


lo que tanto quería? Acostándose de espala, abrazó a Galen y le empujó
hacia su pecho. Un profundo suspiro satisfecho cayó de sus gruesos labios
mientras ubicaba su cabeza en el hombro de Bannon, y fue el sonido más
dulce que jamás había escuchado.

—Es tan agotador fingir que no te quiero.

—¿Entonces por qué lo haces? —Era evidente por la tensión en sus


hombros y la forma en que temblaban bajo la punta de los dedos de Bannon
mientras los pasaba arriba y abajo por la espalda de Galen, que tenía miedo
de cómo tomaría Bannon lo que tenía que decirle

—Te conté un poco sobre mi madre, ¿cierto?

—Sí. —Esa era la loca que había hecho la vida de Galen un infierno
durante dieciséis años, mientras envenenaba su mente para que creyera que
era poco más que el engendro de Satán. Por lo que Bannon sabía de las
historias de Galen, ella nunca tuvo una razón lógica para ello. Eso le
llevaba a la única conclusión posible, la puta estaba jodidamente loca.

—Ella pensaba que estaba poseído, por un demonio, o algo. Lo


cambiaba todo el tiempo. Intentó durante años vencer el mal en mí, y
cuando no funcionó, me llevó fuera de la ciudad y me tiró a un lado de un
camino de tierra como a un perro que no quieres más.
50
Bannon se tragó el gruñido que estaba sintiendo construirse en su
pecho y mantuvo la suave caricia en la espalda de Galen. Le gustaría
mucho conocer a la madre algún día, en la oscuridad, sin testigos.

—Tenía dieciséis años, y mi madre había dictado cada aspecto de mi


vida. Así que, ahí estoy yo a un lado de la carretera en medio de Dios sabe
dónde sin absolutamente ninguna pista de cómo cuidar de mí mismo. —
Galen hizo una pausa y frotó su mejilla contra el pecho de Bannon, justo
debajo de su clavícula—. Ni siquiera me dejaba llevar zapatos con
cordones porque pensaba que iba a intentar estrangularla con ellos cuando
no estuviese mirando.

Bannon adoraba a sus padres. Había llevado una vida bastante


normal, bien, normal para un paranormal. Su infancia había sido feliz. Su
vida de adulto era emocionante y aventurera. Nunca le había faltado nada,
ni comida, vivienda, o incluso afecto. Ni siquiera las cosas que había visto
como un Ejecutor, primero en Irlanda y ahora en América, podrían darle
una idea del horror que Galen había vivido.

—De todas maneras —continuó Galen después de una larga y


embarazosa pausa—. Sólo me quedé allí de pie. Juro que no me moví
de ese lugar durante horas. Creo que parte de mí esperaba que mi madre
regresara por mí, pero en cambio, llegó una camioneta Chevy7 destartalada.

Por la forma en que la voz de Galen vibraba y se quebraba, Bannon


tuvo el presentimiento de que estaban llegando al clímax de esta horrible
historia. Quería ofrecerle comodidad, decirle que todo estaría bien, y que él
estaría allí. Temeroso de romper cualquier hechizo que finalmente estaba
permitiendo a Galen compartir sus dolorosos secretos, Bannon no dijo
ninguna de esas cosas. En cambio, simplemente mantuvo al hombre más
apretado y frotó su mejilla contra la parte superior de su cabeza.

—Su nombre era Dallas Zeppler, y era la cosa más hermosa que 51
jamás había visto. Se detuvo y me recogió, me llevó a su casa, y…

—¿Y? —Empujó Bannon suavemente cuando Galen hubo estado en


silencio durante varios segundos.

—Me contó sobre los cambia-formas. —Galen bufó y se movió más


cerca, pegándose al lado de Bannon—. Pensé que estaba loco, incluso más
loco que mi madre. Es decir, hasta que me lo mostró. Allí mismo, en su
sala de estar, cambió a un enorme lobo negro.

Siendo un cambia-formas, Bannon siempre había sabido sobre el


mundo paranormal. Sólo podía imaginar lo aterrorizado que Galen debió
haber estado al descubrirlo, mientras miraba a un lobo gruñendo.

—Estaba aterrorizado.

7 Camioneta Chevy:
— Es comprensible —le aseguró Bannon con un casto beso en la
parte superior de su cabeza.

—Bien, salí corriendo, me escondí en el bosque por un tiempo. No


tenía idea de a dónde iba. En la tercera noche, comenzó a nevar. Estoy
bastante seguro de que habría muerto si Dallas no me hubiese encontrado y
regresado a su casa.

—Y es un hecho, déjame asegurar que estoy agradecido por ello. —


Bannon tenía una idea de a dónde iba esta historia, y no sentía simpatía
hacia Dallas Zeppler. Sin embargo, aún estaba agradecido de que su pareja
estuviese viva.

—Bien, mientras estuve mejorando, hablamos un poco más acerca de


las cosas generales de los cambia-formas. Fue entonces cuando me dijo que 52
era su pareja. Fueron tres años de esa mierda y no te aburriré con los
detalles, pero basta con decir, que las cosas terminaron tan abruptamente
como empezaron.

Galen se acurrucó aún más cerca, como si estuviera intentando


meterse dentro de Bannon para bloquear los dolorosos recuerdos. Bannon
borraría hasta el último de ellos si tuviese la capacidad. Como no podía,
hizo lo único que pudo pensar hacer. Giró sobre su lado y envolvió a su
pareja apretado, resguardándolo en sus brazos.

Debió ser una buena decisión, porque Galen suspiró y sus músculos
se relajaron ligeramente. —Tenía diecinueve años cuando encontró a su
verdadera pareja y me dijo que se había equivocado. Esa fue la palabra que
utilizó, como si accidentalmente hubiese llamado al número equivocado.
No lo creí ni por un segundo, y aún no lo hago. Sólo fui una distracción
hasta que encontró algo mejor.
—Lo siento tanto, Galen.

Galen se encogió de hombros. —Lógicamente no podía tenerme


dando vueltas y limpiando las cosas con su nueva esposa.

—Espera, ¿se emparejó con una mujer?

—Sí. Esperaba que sólo me echara o lo que fuese, ¿sabes? —Galen


se rió sombríamente—. Pero, no. Me vendió a un aquelarre aquí en
Wyoming que hizo que mi madre pareciera como la jodida Betty Crocker.
Fui dando tumbos por los alrededores durante un par de años hasta que
terminé en ese sótano con Jory y los demás. Creo que estuve allí durante un
año antes de que algún cabrón con más músculos que cerebro nos metiera a
todos bajo esa cabaña.

Bannon tragó el nudo en su garganta mientras luchaba para mantener 53


sus emociones a raya. Galen tenía veinticuatro años, lo que significaba que
había pasado al menos cinco años siendo utilizado y abusado antes de su
rescate. Y todo fue a causa de un hombre en el que confió y que
probablemente hubiese amado, un hombre que había profesado ser su
pareja sin ofrecer ninguna prueba, y luego repentinamente cambió de
opinión.

—Así que, puedes ver por qué no estaba entusiasmado cuando me


dijiste que era tu pareja.

—Sí, lo entiendo. No te presionaré, Galen. Iremos tan lento como


quieras o nada. —Le mataba decir eso, ¿pero qué clase de pareja o qué
clase de persona sería si intentaba obligar a Galen a algo que no quería
porque era demasiado egoísta?
Después de ser traicionado por cada persona que se supone tendría
que protegerlo y cuidarlo, ¿por qué diablos debería confiar en cualquier
persona? Bannon dudaba de que incluso hubiese dejado a Galen llegar tan
lejos si sus posiciones hubiesen estado invertidas cuando se habían
conocido.

—¿Por qué quiere Torren que me reclames? —Preguntó


Galen después de unos minutos de mutuo silencio.

—No nos preocuparemos ahora mismo por eso. Todo lo que importa
es si, cuando, y por qué tú lo quieras. No me importa Torren Braddock.

—Estoy seguro de que también está aturdido de alegría.

—Culo inteligente.

—Amas mi culo.

Bannon se echó a reír. —Eres un mocoso atrevido, ¿no? 54


Galen sólo suspiró y beso la parte inferior de su mandíbula. —Es
más divertido. Estoy cansado de preocuparme por todo. Sólo quiero ser
feliz, Bannon.

—Quiero lo mismo, mo chroi.

—¿Qué significa eso?

—Mi corazón —susurró Bannon en los suaves rizos de su pareja—.


Es lo que eres para mí.

—Por favor, déjame ir contigo.

Si Bannon hubiese prestado más atención en lugar de estar


obsesionado por la sensación del hombre más pequeño en sus brazos,
habría visto venir esto. Era una batalla que estaba seguro iba a perder, pero
aún tenía que lucharla. —No.

—Puedo ayudar.

—No. —Esto no estaba llegando a ninguna parte. Quizás si seguía


negándose, Galen finalmente desistiría. Debía intentarlo de cualquier
manera.

—Bannon Murphy, deja de ser un idiota. Puedo hacer esto. Por


favor, confía en mí.

—Ahora, eso no es muy razonable. —Bannon quería llorar era una


injusticia con la facilidad que Galen era capaz de manipularle—. Duerme,
y luego hablaremos.

—¿Te quedarás conmigo? 55


Bannon no podía pensar en ninguna otra parte en la que prefiriera
estar. —Estaré justo aquí cuando despiertes. —Acarició nuevamente la
parte superior de la cabeza de su pareja y besó su sien—. Aún no vas a ir.

—Entonces también puedes quedarte aquí. Si es demasiado peligroso


para mí, entonces es demasiado peligroso para ti.

—Puedo cuidar de mí mismo.

—Así que, ¿estás diciendo que soy débil?

—No. —El ceño de Bannon se frunció y sus labios bajaron hacia las
esquinas—. Eso no es lo que estoy diciendo.

—Es la única forma en que puedo interpretarlo. O es eso, o no


quieres estar atrapado conmigo durante todo ese tiempo.
—Espera. ¿Qué?

—Así que, ¿cuál es? ¿Piensas que soy débil? ¿O estás intentando
escaparte de mí?

—Yo… uh… tú… ¿qué? —En este punto, Bannon se dio cuenta de
que cualquier respuesta que diera sería un error. Se había acorralado el
mismo y no sabía como lo había hecho. Mierda, ni siquiera sabía por qué
estaba en problemas.

—¿Estás de acuerdo en que no soy débil o desamparado?

Sí, pero

—Y definitivamente te gusta estar conmigo, ¿cierto? —Galen 56


sacudió sus caderas hacia adelante para enfatizar su punto.

—Sí, pero

—Bien, ¿cuándo nos vamos?

Bannon cerró los ojos, apoyó su cabeza en la almohada, y comenzó a


mascullar en voz baja, enviando una oración por paciencia para no
estrangular a su muy complicada pareja. —Estoy pensando que tu trasero
necesita una buena paliza.

—Bien, ¿pero cuándo nos vamos?

—¿Por qué es tan importante?

Galen suspiró y comenzó a dibujar círculos en el pecho de Bannon


con su dedo índice. —Esta habilidad que tengo, es lo único en lo que soy
bueno. Si puedo utilizarla para ayudar a mantener a las personas que me
importan a salvo, tengo que intentarlo. Necesito hacer esto, Bannon.
Estarás a mi lado todo el tiempo. ¿Qué es lo peor que puede ocurrir?

Más de lo que crees, dulce corazón. —Duerme ahora. Hablaremos


más cuando hayas descansado.

Aunque Galen estuvo roncando suavemente en unos minutos, pasó


un largo tiempo antes de que el sueño finalmente llegara a Bannon.

57
Capítulo Cinco
El rítmico pitido y el sonido de metal rechinando cuando las
persianas de acero subieron por la noche despertaron a Galen del mejor
sueño que probablemente jamás había tenido. Después de revivir las partes
más dolorosas de su pasado, se había sentido completamente agotado. Con
la calidez del cuerpo de Bannon acurrucado a su lado protectoramente y el
delicioso aroma del hombre llenando su nariz, se había quedado dormido
rápidamente.

Si fuese honesto, casi esperaba que Bannon hubiese desaparecido


cuando despertó. No sólo el cambia-formas aún estaba en la cama con él,
sino que lo abrazaba como una manta viva. No parecía ser la postura más
58
cómoda, especialmente el ángulo en que su cuello estaba actualmente
arqueado. Sin preocuparse por su propia comodidad, le dio a Galen
exactamente lo que necesitaba sin siquiera penarlo.

¿Cómo podría alguien no adorar a un hombre como ese? Bannon ya


había demostrado ser todo lo que Dallas no había sido. Honestamente,
había demostrado ser diferente a cualquiera que Galen hubiese conocido.
Seguramente Bannon tenía un defecto en algún lugar, pero aún tenía que
encontrarlo. Todo lo que el hombre hacía, lo hacía por los demás,
especialmente Galen.

—Buenos días, Bannon. —Se movió un poco más hasta que pudo
presionar su nariz en el tibio hueco del cuello de Bannon y lo acarició—.
¿Dormiste bien?

Bannon sólo gruñó cuando sus brazos se apretaron alrededor de


Galen y puso su enorme muslo sobre sus caderas. En este punto, el hombre
estaba prácticamente tumbado encima de él, y Galen estaba teniendo
problemas para respirar.

—Bannon, levántate. —Intentó correrle la pierna, pero no se movía.


Así que, intentó zafarse de los brazos, pero simplemente se apretaron a su
alrededor como bandas de acero—. ¡Bannon!

El hombre gimió y rodó de nuevo, su pecho presionando contra la


mejilla de Galen y haciéndole casi imposible respirar. Por lo menos no
tendría que preocuparse por decidir si debería permitir que Bannon le
reclamase o no porque iba a terminar ahogado en su propia cama.

—¡Bannon Murphy” —Doblando su brazo en un ángulo poco


amable, Galen se las arregló para poner una mano sobre el pecho de
Bannon y la dirigió directamente hacia uno de sus oscuros pezones.
Cogiendo la pequeña protuberancia entre los dedos índice y pulgar, lo 59
pellizcó fuerte y tiró todo lo que pudo.

En vez de alejarse como esperaba, Bannon gimió y sacudió sus


caderas, moliendo su erección matutina contra el estómago de Galen. Bien,
magnífico. No sabía por qué diablos a Bannon le preocupaba tanto que él
fuera a buscar a los hermanos de Torren. Obviamente era más peligroso
dormir al lado del hombre que ir atravesando un cementerio embrujado en
la luna llena.

Toda la habitación se sacudió cuando alguien comenzó a golpear la


puerta de su dormitorio. Bajo otras circunstancias, estaría enojado por la
grosería, pero en ese momento, daba la bienvenida a cualquiera que pudiera
ayudarle. —¡Entra!

Aunque intentó gritar las palabras, salieron un poco sin aliento. Para
su alivio, debió haberlo hecho lo suficientemente fuerte, porque la puerta se
abrió, y Raven entró. No hizo más que dar dos pasos antes de que sus cejas
desaparecieran en su línea de cabello cuando obtuvo un buen vistazo de lo
que estaba pasando.

—Quizás debería regresar.

—¡No! —Galen se movía y retorcía, aún intentando quitarse de


encima a Bannon sin ningún éxito—. Ayúdame.

Sin molestarse en ocultar su diversión, Raven dio la vuelta a la cama


para quedarse de pie al lado de Bannon. —Tuve el presentimiento de que
estaría aquí. ¿Puedes respirar algo?

—Apenas —gruñó Galen—. ¿Puedes sólo quitármelo de encima?

Raven cogió a Bannon por los hombros y le sacudió rudamente. —


¡Amigo, despierta! 60
Bannon se quejó un poco, se acurrucó más alrededor de Galen, y se
quedó inmóvil de nuevo.

—Hmm. —Raven ladeó la cabeza hacia un lado y les estudió durante


unos segundos antes de que una enorme sonrisa se expandiera en su
rostro—. Aguanta, Galen.

No sabía lo que eso significaba, o qué diablos se suponía que tenía


que aguantar, pero inclinó la cabeza y esperó. Raven se inclinó hacia el
oído de Bannon, frunció su labio superior, y rugió con tanta fiereza que
envió un escalofrío por la columna vertebral de Galen.

Bannon se puso rígido, se dio la vuelta en la cama, y se situó entre


Galen y Raven. Gruñidos fuertes y salvajes se derramaron de su boca
abierta, y sus dedos se curvaron en garras.
No estando seguro de lo que iba a suceder, Galen intentó bajar de la
cama para estar lo más lejos posible de la acción, pero el brazo de Bannon
salió disparado, lo sujetó de los hombros, y le acercó a su espalda.

Aunque Raven debería haberse encogido en una esquina como Galen


quería hacer, el vampiro simplemente tiró su cabeza hacia atrás y se rió
como un idiota. —Deja de gruñirme, tonto.

Aunque no podía ver la cara de Bannon, supo el momento exacto en


que Bannon comenzó a calmarse. Su agarre se soltó, sus músculos se
relajaron, y su cabello oscuro se agitaba en contra de sus hombros cuando
sacudió su cabeza como si se despojara de los restos de un mal sueño.

—Y un sutil saludo para ti —dijo después de un tenso momento,


tenso para Galen de todas maneras. —¿No conoces mejores maneras de
despertar a un hombre? 61
—Estabas aplastando a tu pareja, hombre.

Galen abrió su boca para negar que fuese la pareja de Bannon pero la
cerró con la misma rapidez. Probablemente no era el mejor momento para
hacer ese anuncio. Además, en lo profundo de su mente tenía dudas en
cuanto a la verdad de su negación. Todas las señales indicaban la dirección
opuesta, especialmente después de la escena que acababa de presenciar.

Era obvio para cualquiera con medio cerebro que Bannon había
estado protegiéndole, poniendo la seguridad de Galen por encima de la
suya. Su postura defensiva, la manera en que se había situado él mismo
delante del peligro, e incluso la manera en que había mantenido un férreo
control alrededor de Galen, todo indicaba sin dudas lo que era más
importante para él.

Bannon había prometido no presionarle en nada en lo que no se


sintiera listo, pero estaba comenzando a pensar que no sería un problema
durante mucho más tiempo. Aunque había estado intentando esconderse de
los demás, lo único que había estado haciendo era engañándose a sí mismo.
Si no confiara totalmente en el hombre, entonces ¿cómo era que había
dormido tan profundamente por primera vez en más tiempo del que podía
recordar?

—¿Galen? ¿Estás conmigo, cariño?

Saliendo de sus pensamientos, Galen parpadeó y levantó la mirada


para encontrar a Bannon sonriéndole sobre su hombro. Regresando la
sonrisa, se inclinó sobre… le espalda de si pareja y suspiró. —
Definitivamente estoy contigo.

Ceder se sentía increíble. Dejar ir sus preocupaciones, sus dudas, sus


inseguridades y sólo aceptar lo que Bannon le ofrecía fue como una ráfaga 62
de aire frío en un día de invierno. O saltar desde el trampolín más alto en la
piscina de la comunidad como había hecho cuando era un niño. Daba un
poco de miedo al principio, siempre se le quitaba el aliento, pero después,
era sólo pura emoción.

Eso no quería decir que estuviese listo para ser reclamado o declarar
su amor eterno. Simplemente estaba preparado para dar a Bannon una
oportunidad para probarle que todo eso debía suceder.

—¿Hay una razón para que Raven aún esté aquí?

—¡Hey! Salvé tu vida, mocoso. Muestra un poco de respeto. —


Raven metió los pulgares en la hebilla de su cinturón e infló su pecho,
enviando a Galen a un ataque de risa.

—Buen punto, pero realmente, ahora puedes irte.


Raven miró entre Galen y Bannon antes de rodar sus ojos. —No sé lo
que le hiciste, pero ahora es una pequeña cosa respondona. Querrás
detenerlo antes de que se te salga de las manos.

—¿Disculpa? —La boca de Galen cayó abierta, y sus cejas se


arquearon en incredulidad. Seguramente había oído mal. Ni siquiera Raven
era lo suficientemente tonto para decir algo como eso en voz alta.

—Mira, las cosas de pareja funcionan así. —Raven ignoró


completamente su indignación cuando comenzó a caminar por la habitación
y agitar sus manos alrededor como un idiota. Para ser justos, todo lo que él
dijo o hizo en ese momento, Galen lo encontró totalmente estúpido—.
Tienes que mostrarles quién está al mando. Si no te estableces como alfa
desde el principio, entonces sólo te pasarán por encima.

Galen levantó la mirada para ver que pensaba Bannon de lo que 63


estaba diciendo Raven. Aunque no creía que Bannon estuviese de acuerdo
con toda esa mierda, estaba un poco sorprendido de ver que se había puesto
muy rojo, y estaba mordiendo su labio tan fuerte para contener la risa, que
Galen temía que le empezara a sangrar en cualquier momento.

Personalmente, no veía nada divertido sobre la situación.

—Dales un centímetro, y dominarán el mundo —continuó Raven—.


—Así que, tienes que imponerte. Ser enérgico, está muy bien y es bueno
cuando tienes la polla dentro de algo caliente, pero no cuando otras
personas puedan realmente verte. Pensarán que no puedes manejar a tu
pareja, y eso te hace quedar mal, ¿ves?

—Eso es todo. —Antes de que Bannon pudiera detenerlo, Galen se


levantó de un salto, dobló las rodillas, y se lanzó de la cama para aterrizar
en la espalda de Raven. —¡Te enseñaré lo que es ser combativo, cerebro de
cerdo, cabrón egoísta! —Agarró con ambos puños el cabello de Raven, e
intentó arrancarlo de raíz.

—¡Galen! —Bannon se levantó de un salto de la cama y comenzó a


tirar de Galen, intentando alejarle de la espalda de Raven.

Galen se negó a soltarlo. Podía no ser grande ni tener un trabajo


importante en el aquelarre, pero era mucho más que solo la pareja de
Bannon Murphy. Estaba adquiriendo mucho placer por los gritos de dolor
de Raven y el vampiro se lo merecía. —¿Quién está al mando ahora,
Raven? ¿Huh?

Bannon aún estaba intentando sacar a Galen, pero no iba bien ya que
continuamente tenía que detenerse y recuperar el aliento de tanto reírse.

—Amigo, simplemente estaba jugando. Me estás arrancando mi


jodido cabello. 64
—¿Quién está al mando, Raven?

—Tú, ¿de acuerdo? Puedes ser lo que quieras si te quitas de arriba


mío.

No era exactamente lo que Galen quería oír, pero dudaba que


consiguiera algo mejor. Desenredando sus dedos del cabello de Raven, se
deslizó de la espalda del Ejecutor y se quedó tranquilamente junto a
Bannon mientras Raven se daba la vuelta para enfrentarlo.

—Amigo, sólo me estaba divirtiendo. Realmente no creo nada de esa


mierda. —Raven frotó la parte posterior de su cabeza e hizo una mueca—.
Eres un luchador y tienes las bolas del tamaño de Canadá. Definitivamente
te concederé eso

Galen le dedicó una sonrisa encantadora mientras deslizaba su mano


en la mano de Bannon. —Gracias. Fue algo divertido.

—Sí, eres un guerrero feroz. Bannon lo abrazó y lo levantó de modo


que tuvo que girase para agarrarse de los anchos hombros del hombre.

Riendo como un chiflado, Galen apenas podía creer el drástico


espiral ascendente que había tomado su estado de ánimo y sus perspectivas
en apenas veinticuatro horas. Y todo fue a causa del hombre en sus brazos
– porque Bannon nunca había renunciado a él. —Gracias —susurró,
frotando sus narices juntas.

—De nada, por supuesto, pero ¿por qué estoy siendo agradecido, si
puedo preguntar?

—Por ser tan bueno conmigo. —Galen picoteó los labios de


Bannon—. Porque me dejas luchar mis propias batallas, pero aún quieres 65
cuidar de mí. —Le besó de nuevo—. Y porque vas a dejarme ir a encontrar
a los hermanos de Torren. Su lengua salió como una flecha, haciendo
cosquillas en la comisura de los labios de Bannon, y ambos gimieron
cuando el cambia-formas la abrió para permitirle la entrada.

Sin embargo, antes de que pudiera entrar demasiado, Raven se aclaró


la garganta para interrumpirlos. Gimiendo por una razón completamente
diferente, Galen se apartó de la boca de Bannon y giró su cabeza para mirar
a Raven. —¿Qué?

—Hay una razón por la que vine aquí, y no era tener a una ardilla
psicótica saltando en mi espalda e intentando dejarme sin pelo.

Galen sonrió con satisfacción. —Mira, experimentaste algo nuevo.


De nada.

Raven bufó, y Bannon se echó a reír cuando dejó parase a Galen. —


De acuerdo, así que ¿por qué estás aquí?

—Torren llamó. Nos quiere en un avión ayer. En serio, hombre, se


está volviendo loco echando espuma por la boca.

—¿Y Galen?

A Galen no le gustaba que se hablara como si no estuviera allí, pero


quería la información demasiado para decirle a Bannon sobre su rudeza.

Raven asintió con la cabeza lentamente. —Sí, quieren que vaya. Si


no estás de acuerdo con llevarlo, tienen a otros tres Ejecutores en la cola
para acompañarlo.

—¿Qué? —Galen se apoderó de la mano de Bannon y levantó la


mirada para suplicarle—. Por favor, Bannon. No quiero ir con alguien que 66
no conozco. Puedo ayudar. ¡Sólo llévame!

—Incluso Layke piensa que es una buena idea, hombre. Podemos


confiar en él. No pondría a Galen en peligro a menos que tuviera una muy
buena razón para hacerlo. —Raven resopló y pasó una mano por su rubio
cabello—. Todos pensamos que también deberías reclamar a Galen.

—No —dijo Bannon rotundamente mientras su cara se manchaba


con ira.

Viendo su oportunidad de averiguar por qué todo el mundo estaba


súper entusiasmado acerca de que Bannon le reclamara, Galen dirigió su
atención a Raven y sonrió inocentemente. —¿Por qué piensas que es una
buena idea? ¿Por qué es tan importante, Raven?

—Los poderes de ambos serán más fuertes. Serás capaz de


comunicarte telepáticamente, y no sólo en sueños. Tengo la sensación de
que hay algo que Torren aún no nos está diciendo, y creo que debemos
utilizar todas las ventajas que podamos obtener. Esto podría ayudar.

Galen se quedó mirando sus pies desnudos mientras se lo pensaba. Si


algo llegara a suceder, y se separaran, aún tendría un enlace con Bannon.
Definitivamente eso podría ser útil. Ir a esta misión probablemente era una
de las cosas más estúpidas que jamás haría. Tenía que ser fuerte o quedarse
en casa.

—De acuerdo.

—¿De acuerdo? —Bannon gruñó, muy poco emocionado por el giro


de los acontecimientos—. Galen, no sabes lo que estás diciendo. No estás
preparado para esto.

—Sólo es un pequeño mordisco. No es un gran problema, Bannon. 67


Soy humano. ¿Qué podría pasarme dejando que Bannon me reclamara?
Conseguiría un pequeño mordisco en el cuello, y las cosas seguirían como
siempre habían sido.

—No es un gran problema —repitió Bannon en un susurro—. Eso


sólo prueba que no estás preparado para esto.

Galen se encogió de hombros. —Muérdeme, conseguiremos los


poderes extraños, y luego quizás salvar algunas vidas. Realmente no
cambia nada entre nosotros.

Aparentemente eso había sido algo equivocado para decir. Bannon


parecía como si Galen le hubiese abofeteado en la cara. Entonces hizo algo
completamente desconcertante e inesperado. Liberó la mano de Galen y se
marchó. Sólo jodidamente se fue.

Incluso Raven parecía alterado por alguna razón. —¿Qué hice?


—Estate preparado para ir en una hora. Empaca ligero pero abrigado.
Entonces Raven también desapareció por la puerta.

De pie clavado en el suelo, los ojos de Galen comenzaron a picar y


su garganta quemaba incómodamente. No sabía lo que había hecho para
enojar tanto a los Ejecutores, especialmente a Bannon. ¿No es lo que el
hombre quería? ¿No era todo este cortejo para finalmente reclamar a
Galen?

Sintiéndose confundido, herido, y más solo que nunca, Galen salió


arrastrando los pies de su habitación hacia el pasillo para encontrar a
Kendall. Su amigo no podía solucionarle los problemas, pero quizás tendría
algo que Galen pudiera pedir prestado para empacar sus cosas para el viaje.
Si es que le dejaban ir ahora.
68
Desearía conocer a un cambia-formas con el que pudiera hablar
sobre lo que había ocurrido. ¿Por qué diablos Bannon parecía como si
Galen hubiese arrancado su corazón y lo hubiese pisoteado? Nunca había
visto al irlandés de esa manera. —¡Malakai!

Cambiando su ruta, Galen corrió hacia la escalera, ansioso por


encontrar a la única persona que podía ayudarle.
Capítulo Seis
Bannon no tenía idea de a dónde iba. Sólo necesitaba alejarse y
aclarar su cabeza antes de que dijera algo que lamentara. Realmente no era
culpa de Galen. El hombre sabía muy poco sobre su mundo. Después de la
manera en que su última “pareja” lo había desechado tan despiadadamente,
no podía saber lo hirientes que habían sido sus palabras.

Una vez que hubo bajado las escaleras, se encontró vagando por los
pasillos sin rumbo en mente. Quizás pudiera hablar con Flynn. De todos los
hermanos Murphy, Flynn era el único emparejado. Tal vez tuviera algún
consejo. 69
Girando sobre sus talones, se apresuró a regresar por donde había
venido, dirigiéndose hacia el pasillo del otro lado de la enorme escalera.
Justo cuando llegaba al rellano, pasos rápidos captaron su atención, y
levantó la vista para encontrar a Galen prácticamente cayendo por las
escaleras en su celeridad.

—¡Galen!

Sólo había querido advertir a su compañero para que redujera la


velocidad, pero su voz lo estremeció y Galen tropezó, dejando escapar un
pequeño grito cuando su cuerpo se arqueó hacia adelante y cayó por el aire
hacia Bannon. Sintiendo pánico, se impulsó hacia adelante más rápido de lo
que creyó capaz de moverse, saltó cuatro pasos de un solo salto, atrapó a
Galen en sus brazos y se tambaleó hacia atrás contra la pared, apenas
evitando caerse él también. Aferrando al hombre más pequeño en su pecho,
Bannon cerró los ojos y deseó que su ritmo cardiaco regresara a un ritmo
menos peligroso. —¿Estás intentando que me dé un infarto?
—Lo siento —murmuró Galen, pero no hizo ningún esfuerzo por
salir del abrazo de Bannon—. Lo siento por todo. No sé que hice mal. Sólo
dímelo, por favor.

—Ah, cariño, no estoy enojado contigo. Creo que un poco herido,


pero nunca enojado.
Galen inclinó su cabeza hacia atrás sobre sus hombros para mirar
hacia arriba a Bannon con brillantes ojos marrones. —No fue mi intención
hacerte daño. Quiero hacerlo bien, pero no puedo si no me dices qué hice
mal.

—Vamos a encontrar un asiento, y te lo explicaré lo mejor que


pueda. —Después de asegurarse que Galen estaba estable sobre sus pies,
Bannon le liberó y le indicó que abriera el camino hacia la sala de estar—.
¿A dónde ibas con tanta prisa? 70
—A hablar con Malakai —respondió Galen cuando se sentó en el
sofá de cuero. Sus mejillas ardían, y agachó la cabeza cuando continuó—.
Quería saber más sobre los cambia-formas, pero realmente no conozco muy
bien a Flynn o a Boston. Ya que Malakai está emparejado con ellos, pensé
que podría ser capaz de responderme algunas preguntas.

Bannon se rió entre dientes suavemente mientras se sentaba junto a


su pareja. Parecía que ambos habían tenido la misma idea. —¿Por qué
simplemente no me preguntas, Galen? Sabes que te diré cualquier cosa que
quieras saber.

—No sabía a dónde fuiste. —Galen se encogió de hombros y se


mordió su labio inferior—. También parecías bastante enojado. No estaba
seguro de si querrías hablar conmigo.

—Ven aquí. —Bannon extendió un brazo y esperó a que Galen se


instalara más cerca a su lado—. Incluso cuando estoy enojado, siempre
puedes preguntarme cualquier cosa. Nunca te haría daño, Galen. Tienes mi
palabra.

—Lo sé —susurró Galen en respuesta—. ¿Puedes por favor decirme


qué hice? ¿Fue sobre la cosa del acoplamiento? ¿No quieres reclamarme?”

—Sí, quiero reclamarte para que todos sepan que eres mío. Pero, no
es algo que me tome a la ligera. Cuando me dices que no es un gran
problema, bien, estás equivocado. Probablemente sea la mayor decisión de
mi vida.

La cabeza de Galen se agitó bruscamente, y sus ojos se agrandaron.


—Oh, no, no, no, Bannon. No quise decirlo de esa manera. ¡Juro que no lo
hice! —Se retorció alrededor hasta que se puso de rodillas y se elevó hasta
que estuvieron cara a cara. Sus manos suaves y menudas agarraron las 71
mejillas de Bannon, y se inclinó más cerca, tan cerca que las puntas de sus
narices se tocaban. —No estaba pensando cuando dije esas cosas, pero no
quiere decir que me tome esto a la ligera”

Oía las palabras de Galen, pero así de cerca, la única cosa en la que
Bannon podía pensar era en cerrar la corta distancia entre ellos y besarlo.
La caliente respiración de su pareja se desplegaba sobre su cara, y el tacto
de sus manos sobre la piel de Bannon ponía su cuerpo en llamas. Cuanto
más tiempo pasaban juntos, más difícil se le hacía resistirse.

—¿Te amo? Creo que podría, pero no lo sé con seguridad. Todo esto
es tan nuevo para mí. ¿Quiero que me reclames? Sí y no. No sé todo lo que
conlleva, pero lo que sí sé, es que si hay la más mínima posibilidad de
mantenerte a salvo, entonces eso es lo que quiero.

—¿Y no quieres nada para ti? —Bannon rozó la punta de sus dedos a
lo largo de la satinada y suave columna de la garganta de Galen—. Dime
lo que quieres, Galen Charles.

Una pequeña sonrisa revoloteó sobre su boca, y Galen frotó sus


labios juntos. —Te quiero mucho, Bannon. Todo lo que viene con ello es lo
que me frena. La sonrisa desapareció, y se echó hacia atrás sobre sus
talones. —Cuando dije que no era un gran problema… —Se quedó
callado y sacudió su cabeza lentamente—. Yo… Yo sé que quiero estar
contigo, y por lo tanto me imagino que eso significa que querré que me
reclames algún día.

Se detuvo de nuevo, y su ceño se frunció en una profunda V. parecía


estar teniendo problemas encontrando las palabras que estaba intentando
decir. Tomando una mano de su pareja, Bannon jugueteó con los delgados
dedos mientras esperaba pacientemente a que Galen trabajara en sus
pensamientos.
72
—Supongo que sólo imaginé que si me reclamabas, conseguiríamos
algo de magnetismo sexual extra o como sea que quieras llamarlo,
aumentaríamos nuestras posibilidades de encontrar a los hermanos de
Torren y no lastimarnos en el proceso, pero principalmente las cosas irían
de la forma habitual. Sólo soy un humano, Bannon. No es un gran
problema si me reclamas, porque no significa nada para mí. No es que no
sea importante, pero seguiré siendo el mismo de antes. —Su barbilla cayó
hacia su pecho, y gimió patéticamente—. No me estoy explicando bien.

Bannon entendía lo que Galen estaba intentando decir. El problema


era que estaba equivocado. Definitivamente él no era “sólo nada”. Incluso
si hubiese sido completamente humano había mucho más para él que
“sólo”.

—¿Dallas Zeppler nunca te explicó estas cosas? ¿No entiendes lo


que significa estar acoplado a un cambia-formas?”
—No sé lo que quieres decir. —Galen miró hacia arriba, pareciendo
tan dulce e inocente cuando mechón marrón claro cayó sobre su ojo
izquierdo—. ¿Por qué las reglas son igual para mí?

—Porque tú eres lo mismo que yo. Podrás no ser un Purasangre, pero


definitivamente eres un cambia-formas. ¿Recuerdas? Que yo recuerde, ha
sido una de tus principales quejas”.

—No me quejo. —Galen levantó la cabeza y sonrió con picardía—


Vamos a suponer que tienes razón, que soy en parte cambia-formas. ¿Qué
significa para mí?

—Bien, una vez que te reclame, significa muchas cosas. Significa


que nunca estarás solo, y que siempre tendrás a alguien que te cuide.

—No necesito un canguro, Bannon —interrumpió Galen con un 73


bufido.

—Si, ¿pero necesitas a alguien que te ame? ¿Qué dirías de tener a


alguien que siempre te ponga primero? Nunca me alejaré. —Bannon
afirmaba su juramente acercándose cada vez más a su pareja—. Nunca seré
infiel. —Un poco más cerca, y prácticamente estuvo inclinado sobre
Galen—. Nunca romperé una promesa o te dejaré caer. Desde ahora y para
siempre, serás todo mi mundo, mi razón para vivir”.

En el momento en que había terminado de hablar, la espalda de


Galen estaba presionada contra los almohadones, y se quedó mirando con
los ojos muy abiertos mientras Bannon se cernía sobre él. Con una mano
apoyada en el sofá junto a la cabeza de Galen, Bannon bajó lentamente
hasta que sus bocas estuvieron sólo a un suspiro de distancia una de la otra.
—Todas esas que necesitaste, no te faltarán nunca más. Nunca te faltará
nada.
Galen tragó audiblemente y lamió sus labios. —Eso suena perfecto,
pero ¿por qué siento que hay más? ¿Qué no me estás contando?

Si, sonaba maravilloso cuando Bannon lo ponía de esa manera. Sin


embargo, tenía que contarle todo a Galen. No quería engañarlo para que se
acoplara con él sin que tuviera todos los datos, incluso las partes menos
agradables de estar acoplado a un cambia-formas.

—Sabes que Malakai, Flynn y Boston están unidos. —Esperó a


que Galen asintiera en entendimiento—. Sin embargo, es más que sólo
sentir las emociones de cada uno. Sus hilos de vida están muy entrelazados.

Galen se levantó sobre sus codos, obligando a Bannon a retirarse o


golpear sus frentes. —¿Qué quiere decir eso?

—En pocas palabras, no pueden vivir uno sin el otro literalmente. — 74


Por la expresión de la cara de Galen, aún no le estaba captando.
Abandonando los tópicos, decidió decirlo con el menor número de
palabras—. Si uno muere, todos mueren.

La boca de Galen cayó abierta, y sus ojos redondos casi


cómicamente. —Así que, si me reclamas y luego te matan, ¿también voy
morir?”

Bannon asintió con la cabeza con solemnidad.

—¿Por qué?

No tenía una buena respuesta para eso. No hacía las reglas. Infiernos,
ni siquiera entendía la mayoría de ellas. —Si nuestra pareja muere, no
conseguimos otra. Supongo que el destino sabe algo que nosotros no
sabemos. ¿Te gustaría vivir el resto de tus días solo?
—¡Eso suena mucho mejor que morir! Aún tendría amigos. Aún
podría tener sexo. Sólo porque no vaya a encontrar alguna pieza mítica de
mi alma que está supuestamente perdida no quiere decir que no pueda
llevar una vida perfectamente normal. —Galen se corrió de nuevo hasta
que estuvo sentado en la esquina del sofá con sus rodillas dobladas debajo
de su barbilla y los brazos envueltos alrededor de sus piernas. —
¿Realmente vale la pena?

Lo valía para Bannon, pero podía ver que Galen estaba teniendo
muchas dificultades al pensar en esto. Todos los cambia-formas esperaban
con interés encontraran a su pareja para reclamar a la única persona hecha
sólo para ellos, la que traería paz y alegría a su corazón y alma. La única
persona que siempre estaría ahí para ellos, que los podría entender como
nadie más, y compartir cosas que nadie más podría. Era un objetivo por el
que los cambia-formas se esforzaban por lograr.
75
Galen podría tener algo de sangre cambia-formas, pero era
mayormente humano y había vivido de esa forma toda su vida. ¿Cómo se
suponía que Bannon iba a explicar un concepto que no era sólo extraño,
sino que debería parecerle casi bárbaro?

—Vale la pena para mí. Pero, no puedo responder por ti, Galen. Eso
es algo que tienes que decidir por ti mismo. Si algo te pasara, yo no querría
seguir viviendo. Así funciona la profundidad de la unión. Así que, saber
que nunca tendré que intentarlo es un maldito alivio para ser honestos.

—Respeto cómo te sientes, pero aún no estoy ahí. Tengo algunos


sentimientos fuertes por ti. Pensé que era amor, pero ahora no estoy tan
seguro. Si realmente fuese amor, ¿no estaría dispuesto a morir por ti? —
Galen parecía tan perdido, sus ojos suplicando desesperadamente que
Bannon entendiera—. He luchado duro toda mi vida para sobrevivir. No
quiero morir.
—No pasa nada. Lo entiendo. —Lo hacía, pero eso no lo hacía más
fácil de escuchar—. Necesito empacar, y luego tendré que llamar a Torren.
¿Aún quieres venir?
Galen asintió, incluso mientras las lágrimas se desbordaban y corrían
por sus mejillas. —¿Estás enojado?

—No, Galen. No estoy enojado. —Se inclinó y besó la frente de su


pareja suavemente—. Te veré más tarde. —Levantándose del sofá,
Bannon se apresuró a salir de la habitación antes de que sus emociones
pudieran sacar lo peor de él e hiciera algo estúpido, como rogar.

Había prometido no presionar a Galen, y lo había entendido. Con


todo, nunca había sido del tipo de sentarse alrededor y esperar. Si quería
algo, salía y lo conseguía. Poner su destino en manos de otra persona era
algo muy difícil.
76

La noche había comenzado tan perfecta, y ahora sólo era una gran
puta mierda. No había querido hacer daño a Bannon con sus palabras, pero
sabía que lo hizo. No era que no quisiera estar con él. Podía manejar todas
las rarezas que vienen con estar acoplado a un cambia-formas, pero todo
eso de morir en nombre del amor era un poco demasiado Romeo y Julieta
para él. Únicamente, Romeo tuvo elección en el asunto.

—¿Galen?

Sacudiendo sus pensamientos deprimentes, Galen levantó la cabeza


para encontrar a Willow de pie al otro lado de la habitación, mirándole con
preocupación. —¿Qué estás haciendo aquí?

Willow sonrió y se encogió de hombros cuando se apresuró a


sentarse en el sofá junto a él. —Cole está en Georgia para visitar a sus
hermanos. Blaise tiene algunos asuntos con Stavion, y no le gusta dejarme
solo. —Rodó los ojos y dio un exagerado suspiro por esto—. Al menos
tengo amigos aquí. Tengo que acompañarlo cuando vaya mañana al
Consejo. Eso es garantía de aburrimiento. —Willow arrugó la nariz y se
estremeció.

A pesar de todo Galen se echó a reír. Willow siempre estaba como


loco. —Estoy seguro de que sobrevivirás.

—Oh, también estoy seguro de que lo haré, pero quiero hablar


contigo. Galen, ¿por qué estás llorando? ¿Qué ocurrió?

—Bannon dice que soy su pareja.

—¡Oh! Eso es genial. Es lindo”. Willow sonrió y movió las cejas. Se


mueve como un caballo, ¿no? También le cuelga como uno? 77
Galen se quedó con la boca abierta. —Eres un elfo travieso.

— Eso es lo que dice Cole. ¿Qué puedo hacer?

—Incluso si lo supiera, no te lo diría —respondió Galen con


arrogancia. Ya se estaba sintiendo mejor. Willow tenía una manera de
hacer feliz a la gente solo siendo el mismo.

—No seas aguafiestas. Yo te lo diría. —Willow empujó su largo


cabello negro hacia atrás de su cara e hizo un mohín.

—De acuerdo, entonces dímelo.

—La polla de Blaise es…

—¡Ahh! —Galen apretó las manos sobre sus oídos y sacudió su


cabeza rápidamente—. Estaba bromeando. No quiero oír sobre la polla de
Blaise.

—¡Yo Si! —Jory se precipitó en la habitación, chillando como un


idiota cuando se zambulló en el sofá subiendo sobre Willow—. ¡Te eché de
menos! Vamos a tener que atar a Blaise por esa magnífica polla suya para
que puedas venir a pasar más tiempo con nosotros.

—Idiota, ¡bájate de mí! —Willow reía tan fuerte que su cara estaba
enrojecida, y estaba casi sin aliento.

Jory hizo lo que le pidió, sonriendo ampliamente a Willow. Entonces


su atención derivó hacia Galen, y su expresión se volvió oscura en un abrir
y cerrar de ojos. —¿Qué ocurrió?

¡Mierda! ¿Realmente era tan fácil de leer? —Nada


78
—Tonterías. ¿Te peleaste con Bannon?

—No exactamente. —Galen no quería contar cosas deprimente


cuando se suponía que estaba divirtiendo pasando tiempo con sus
amigos—. Sólo olvídalo

—No. —Willow se movió hasta que se enfrentó a Galen con Jory


directamente apoyado sobre su hombro para mirar. —Dinos. ¿Qué ocurrió?

—Quiere reclamarme.

— ¿Y qué? Preguntaron ambos al unísono.

—¡Es un cambia-formas!

—¿Y? —Preguntaron de nuevo.


Galen bufó y lanzó sus manos al aire. —¡No quiero morir!

—¿Huh? —Preguntó Jory.

Willow, por otro lado, suspiró y se sentó en el sofá. —Sabes que


hay mucho más que eso, ¿verdad?

—Bien, dijo que seré capaz de sentir sus emociones. Dijo cosas
hermosas acerca de que siempre me amará y cuidará de mí. Entonces deja
caer la bomba de que si muere, yo también, y viceversa.

—Whoa. —Parecía que a Jory le hubieran dado una bofetada de


revés en la cabeza—. ¿Es cierto?

Galen asintió con la cabeza tristemente. —Es mucho pedir. Quiero


decir, ¿morirías por alguien más? 79
—¿Por Cole o Blaise? Absolutamente.

—Haría cualquier cosa por Stavion, respondió Jory seriamente,


incluso morir. Esa no sería mi primera opción, pero lo haría.

Bueno, eso respondió una pregunta. —Entonces supongo que no amo


a Bannon, porque no quiero morir, ni siquiera por él. El destino realmente
debe de odiarle por darle a alguien como yo.

—No seas tan duro contigo. Es un concepto aterrador. Sin embargo,


los cambia-formas son bastante malditamente resistentes. Podemos
curarnos a nosotros mismos, pero con una pequeña gota de sangre de
nuestra pareja, es como súper curación. No somos propensos a las
enfermedades, así que no tienes que preocuparte por eso. Si te reclama, aún
serás mayormente humano, pero mejorado. No todo es fatalidad y
pesimismo.
Galen se sentó un poco más erguido cuando Willow hubo terminado
de hablar. —Creo que ese es el problema. Jory es un demonio y supo que
Stavion era su pareja inmediatamente, tú eres un elfo, así que supiste que
Blaise y Cole eran tus parejas. Además, eres parte cambia-formas.
Realmente puedes cambiar.

—Espera. —Jory agitó una mano alrededor y frunció el ceño—. Creo


que no entiendo el problema.

—Soy humano. Si tengo algo de sangre cambia-formas, es casi


inexistente. No tengo idea si Bannon está diciendo la verdad. No tengo idea
si realmente soy su pareja. No puedo sentirlo como tú lo haces. No es como
si él entrara en la habitación y yo de inmediato supiera que es él.

Sus amigos le miraron durante un largo tiempo antes de que Willow 80


se acercara y le tomara las manos. —¿Los humanos no tienen almas
gemelas?

—Supongo. Parece ser un tema popular en las bodas. —Sí, Galen


estaba siendo sarcástico, pero estaba cansado de estar confuso, y cansado
de dejar que esa confusión alimentara su miedo. Sólo quería ser feliz por
una vez en su maldita vida. ¿Realmente era mucho pedir?

—Entonces deja de preocuparte por toda la mierda, y sólo hazlo de la


manera tradicional —intervino Jory—. Enamórate a tu ritmo.

—Incluso a nosotros meros humanos nos gusta decir que cuando nos
encontramos con el más adecuado, simplemente lo sabremos. Quizás
Bannon no es el adecuado.

—No puedo responder eso.


Esa era cosa que Galen estaba cansado de escuchar. Tenía preguntas,
pero aparentemente nadie tenía respuestas. Tenía que buscar dentro de sí
mismo o alguna mierda como esa, eso no ayudaba. Si tuviese las respuestas
dentro, no necesitaría preguntar las malditas cuestiones en primer lugar.

—Te gusta Bannon, ¿verdad? ¿Más que sólo como amigo? —


Preguntó Willow.

Galen asintió. —Sí. No podía negar que se sentía locamente atraído


por el hombre y le gustaba pasar tiempo con él.

—Por tanto, olvida toda la mierda paranormal, y sólo deja que


ocurra. Al menos date una oportunidad de averiguar si es el único. Si se
supone que debe ser, sucederá. Deja de intentar forzarlo y contener todo
dentro de una caja de lógica. Si hay algo que he aprendido, es que el amor
no sigue ningún camino lógico. 81
Y esa era la jodida verdad.
Capítulo Siete
—Sí, vendrá. Estaremos preparados mañana por la noche.

—Necesito que os vayáis ahora. Hay un avión esperando en la pista


de aterrizaje.

—Bien, todo está bien, Torren, excepto que no sabemos a dónde


vamos. —Bannon apretó más fuerte el teléfono y pellizcó el puente de su
nariz con la otra mano—. Va a tomar tiempo.

—No tenemos tiempo, Bannon. Son menos de cuatro semanas hasta 82


Halloween. —Hubo una pausa significativa antes de que Torren hablara de
nuevo—. ¿Has reclamado a Galen?

Bannon colgó el teléfono. Luego dio un paso más y lo apagó


completamente. Torren Braddock podía joderse. Era muy poco lo que
Bannon no haría por sus hermanos, pero nunca obligaría a nadie a
acoplarse en contra de su voluntad – sin importar lo mucho que pudiera
ayudar.

Había una buena probabilidad de que Galen fuese capaz de ayudarle


sin la unión entre ambos. Torren tenía que saber eso. Así que, ¿por qué les
quería emparejados con tanta insistencia?

Lo que sea. Bannon renunciaba. Sólo acababa de renunciar a todo.


Galen no le quería. El Consejo sólo quería utilizarle. Sus hermanos estaban
ocupados con sus propios trabajos y vidas, y ya apenas les veía. Era un
cambia-formas viviendo en una casa llena de vampiros. En muy raras
ocasiones no estaba rodeado por personas, y sin embargo nunca se había
sentido más solo en su vida.

Y aunque se sentía solo, también se sentía asfixiado. “Joder”. Con un


sonoro gruñido, lanzó su teléfono a través de la habitación donde se estrelló
contra la pared con un satisfactorio crujido. Se levantó de un salto del
colchón y fue pisoteando hacia la puerta de su dormitorio, tiró para abrirla,
sólo para detenerse en seco cuando encontró a Galen allí de pie con la
mano a punto de tocar. —¿Qué?

No fue justo, y lo sabía. Realmente no estaba enojado con Galen. El


hombre tenía todo el derecho a rechazarle. Había una serie de cosas que le
estaban enojando, sin embargo, bien o mal, Galen era un objetivo para sus
frustraciones.

—¿Podemos hablar?
83
—No. —Había hablado hasta que su cara fue de color azul. Nada de
lo que dijo cambó la voluntad de Galen, y se había quedado sin cosas que
decir. Estaba harto de ir de atrás a adelante, caliente y frío. Galen quería
que estuvieran juntos, pero sólo bajo sus condiciones. Ni siquiera estaba
dispuesto a satisfacer medio camino de Bannon.

—¿Por favor?

—No. Ahora muévete. —Bannon no estaba pidiendo el mundo. No


estaba pidiendo que Galen le envolviera la luna para regalo. ¡Sólo estaba
pidiendo una jodida oportunidad! No esperaba que su pareja se rodara y
expusiera su vientre jadeando por ser acariciado. Sabía que tenía que
trabajar para ello, ganar la confianza de Galen. ¿Cómo infiernos se suponía
que lo haría si Galen no se lo permitía?

—Bannon, deja de ser un idiota y déjame entrar.


¿Se había inclinado para cumplir cada una de las demandas de Galen
y ahora era un idiota? Invaluable. —Querías que te dejara solo. Es lo
menos que puedes hacer por mí.

—Nunca dije que quería que me dejaras solo. Eres el único que saltó
y salió corriendo de la habitación como si estuviera en llamas. Siento que te
hiciera daño, y no me digas que no lo hice. Te conozco, tanto si quieres
admitirlo como si no. —Dio un paso más cerca para que su pecho chocara
contra Bannon—. ¿Por qué no puedo estar contigo sin que me reclames?

Sí, por qué Bannon, parecía gritarle su polla cuando se dio cuenta de
la cercanía de su pareja y se hinchaba dentro de sus pantalones vaqueros.
—No soy lo suficientemente fuerte, admitió. —Sólo el hecho de estar tan
cerca de Galen, hacía que solo pensara en hundir sus dientes en esa piel
cremosa y reclamarlo como suyo para siempre.
84
—Eso es porque ambos estamos pensando demasiado. —Galen se
acercó más, obligando a Bannon a dar un paso hacia atrás dentro de la
habitación—. Realmente tengo algunos buenos consejos esta noche. —Sus
manos comenzaron a vagar por el pecho de Bannon, sus pulgares frotando
sobre los pezones y causando que se endurecieran—. ¿Por qué tiene que ser
todo o nada? ¿Por qué no podemos simplemente ir con ello y ver a dónde
nos lleva?

Bannon mordió el interior de su mejilla para evitar un gemido


cuando las manos de Galen viajaron sobre sus abdominales y rozaron a lo
largo de su cinturilla. ¿Podría hacerlo? Eso significaría sofocar sus instintos
básicos y luchar contra su naturaleza. ¿Galen valía la pena?

Absolutamente.

—¿Qué es exactamente lo que quieres?


—Te quiero, Bannon. Quiero decir, realmente me gustas. Pensé que
podría ser más que eso, pero ahora sólo estoy malditamente confundido. —
Sus dedos hicieron una pausa y sus cejas se juntaron—. Sé que soy más
feliz cuando estoy contigo. Sé que me haces querer cosas que no he querido
en un tiempo muy largo. Todo lo demás es un poco confuso. No puede ser
confuso, Bannon. Tengo que saber sin ninguna duda que quiero esto, que te
quiero a ti por el resto de mi vida. De lo contrario, no será justo para
ninguno de nosotros.

La petición de Galen y el razonamiento que lo respaldaba tuvo tanto


sentido que Bannon se sintió de tres centímetros de alto. Había sido un
egoísta gilipollas, y a pesar de todas sus afirmaciones de lo contrario,
definitivamente había estado intentando presionar a Galen para que
aceptara algo, para lo que no estaban preparados.

Por mucho que ansiara la cercanía que el vínculo afectivo le daría, no 85


sabía absolutamente nada acerca de tener una pareja. En realidad, sabía
muy poco sobre Galen. Hasta la noche anterior, no tenía idea sobre Dallas
Zeppler. Habían pasado meses llegándose a conocer mutuamente, pero
Bannon estaba comenzando a pensar que él había hecho la mayor parte de
la conversación.

Pensando de nuevo en las conversaciones que habían tenido, no


podía recordar un detalle importante sobre Galen que no fueran las historias
de su horrible madre. Bannon no conocía la comida favorita, el color, la
película, o el libro. No sabía si Galen prefería rosas o lirios, o quizás no le
gustaban las flores. Cosas simples y básicas que debería saber sobre su
pareja, y aún, no las sabía

—Ven aquí, dulce corazón. —Habían sido sólo un par de horas, pero
se sentía bien tener a Galen en sus brazos de nuevo—. Lo haré mejor. Te lo
prometo.
Los brazos de Galen se cerraron alrededor de su cintura y le abrazó
muy fuerte. —No hiciste nada malo, Bannon. Sólo necesito más tiempo.
Por favor entiéndelo.

—Oh, cariño, lo entiendo. Siento si no mantuve mi promesa. Las


cosas serán diferentes.

—No necesito diferentes. De hecho, eso es lo que nos metió en


problemas en primer lugar. Sólo quiero regresar a la manera en la que
estábamos.
—Torren quiere que nos vayamos esta noche.

—Torren puede esperar —murmuró Galen distraídamente cuando


sus manos comenzaron a vagar de nuevo, encontrando el botón de los
vaqueros de Bannon y haciéndolo saltar para abrirlo con facilidad—. Hay
muchas cosas sobre las que no estoy seguro, pero esta no es una de ellas. 86
Te quiero, Bannon Murphy.

—¿Entonces estás planeando seducirme? —Porque, dulce Jesús,


estaba funcionado. La polla de Bannon estaba hinchaba y pulsaba dolorida
esperando que la toque Galen.

—¿Está funcionando?

—Sí, lo está. —Bannon cerró los ojos y gimió como una puta barata
cuando su pareja metió la mano en sus bóxers y liberó su polla,
envolviendo sus dedos suaves y delgados alrededor del duro eje y dándole
un ligero apretón.

La única excusa que Bannon tuvo para su siguiente movimiento fue


que toda la sangre de su cerebro se precipitó directamente hacia su polla, y
momentáneamente dejó de razonar. Abrazó fuertemente a Galen, lo giró
empujándolo contra la pared y atacó su boca como un animal salvaje.
Gruñidos, rugidos, y bufidos sobrevinieron cuando hizo su mejor
impresión de algo entre un hombre de las cavernas y un glotón e intentó
meter su lengua tan lejos como fuese posible en la garganta de Galen.
Posiblemente, las cuerdas vocales le sabrían como el cielo si pudiera llegar
a ellas.

Su desnuda polla no sólo se frotaba o deslizaba sobre la sección


media cubierta de algodón de Galen. Jodía, molía, y básicamente intentaba
joder su ombligo. Tranquilo.

Arriba, abajo, sobre, y alrededor, sus manos ejecutaban movimientos


que impresionarían a los Blue Angels8 mientras agarraba, buscaba a tientas,
y amasaba cada centímetro de la desnuda carne que podía encontrar.
Cuando no pudo encontrar suficiente cantidad de sedosa piel para saciar su
deseo, pasó por encima la línea de macho agresivo y directamente entró en 87
el reino de la barbarie rompiendo de la camisa de Galen hasta que fue poco
más que harapos.

Siete, los contó, hacia siete terribles meses que acumulaba deseo y
lujuria por el hombre que se retorcía en sus brazos. Se había masturbado
como un adolescente en la pubertad tantas veces que realmente había
desarrollado callos entre los dedos índice y pulgar. Fue un poco
sorprendente para él que su polla simplemente no renunciara y
directamente se le cayera .

Probablemente estaba aterrorizando a su pareja, pero no podía


detenerse. Instinto, junto con una buena dosis de frustración sexual,

8 Pittsburgh Steelers: equipo profesional de fútbol americano de Pittsburgh, Pensilvania.


Pertenecen actualmente a la División Norte de la Conferencia Americana (AFC) de la
NFL. El equipo ha aparecido en 8 Super Bowl, ganando seis de ellos. Originalmente
llamados los Pittsburgh Pirates, el equipo junto con las Philadelphia Eagles y los ahora
extintos Cincinnati Reds, se unieron como equipos de expansión en la NFL en 1933. El
equipo fue rebautizado como los Steelers en 1941 en honor a la industria más
importante de la ciudad (la del acero).
impulsaron todos sus movimientos hasta que de alguna manera hubo
logrado desprender a Galen de cada prenda de vestir sin darse cuenta.

Con su pronto futuro amante completa y gloriosamente desnudo,


extendido como un buffet, Bannon reorganizó su ataque, enfocándose en
los pequeños y dulces pezones de color cobre. Galen quedó sin aliento y
jadeó sobre él, arqueó su espalda y agarrando el cabello de Bannon acerco
aún más.

A Bannon le hubiese gustado decir que se tomó su tiempo y adoró el


cuerpo de su pareja como el tesoro que era. Sin embargo, estaría mintiendo.
Mordiendo la dura protuberancia entre los dientes, golpeó su lengua sobre
ella antes de chupar toda la cosa en su boca y prodigarle atención hasta que
estuvo hinchada y palpitante por él. Luego se trasladó al siguiente, porque
su pareja no podía tener pezones asimétricos.
88
Dulce misericordia, ya ni siquiera sabía lo que estaba haciendo. Su
cerebro se había cerrado por completo, y su cuerpo se precipitaba en modo
conquista, moviéndose por su propia voluntad sin sus órdenes. Todo lo que
supo en ese momento exacto era que Galen era su pareja, ¡y necesitaba
más! Ya fuese más del aroma de Galen, su sabor, el tacto de su piel
satinada, o más fricción en la esforzada polla de Bannon, no sabía, y
realmente no le importaba una mierda.

Abandonando los torturados pezones de su pareja, Bannon apretó a


Galen contra él y lo giró, con la intención de llevarlo a la cama. En cambio,
sus vaqueros se deslizaron por sus caderas, haciéndole tropezar, y terminó
abordando a su pareja en el colchón como la línea defensiva de los
Pittsburgh Steelers8.

No, no un guarda línea, sino todos ellos. Estaba agradecido aunque


sorprendido de que su pequeño hombre hubiera sobrevivido a la caída ya
que ciento catorce kilos aterrizaron encima de él. Realmente se echó a reír
aunque estuviera un poco sin aliento.

—Lo siento —masculló Bannon distraídamente mientras lamía el


cuello de Galen e intentaba sacar sus vaqueros, pero sólo terminó con ellos
atascados en sus botas. Al diablo.

Probablemente Galen ya pensaba que era un completo idiota. No era


como que las cosas pudieran ponerse peor. Quizás. Ojalá. Entonces recordó
que si iban a seguir adelante con esto, en algún momento iba a tener que
recuperar el lubricante. ¿Dónde infiernos estaba el lubricante?

—Lubricante. Necesitaremos lubricante.

Galen se rió de nuevo y se dio la vuelta para hurgar en el cajón de la


mesita de noche. Bannon siguió, o mejor dicho, sus labios siguieron
recorriendo el cuerpo de Galen. 89
Entonces su pareja estuvo de vuelta, intentando empujar una botella
bastante grande de lubricante en su mano. —Uh, quizás deberías usar eso.
—Al paso que iba, probablemente acabaría hiriendo a su pareja, y esa era la
última cosa que quería hacer.

—¿Quieres ver? —Galen ronroneó seductoramente cuando hizo girar


la tapa para abrirla y vertió una cantidad generosa del líquido claro en su
palma.

Bannon se recostó, se quitó el resto de sus ropas y luego se arrodilló


en el suelo, posicionándose para una vista más cercana y personal del
espectáculo a punto de comenzar. Su polla pulsaba, flexionándose con cada
latido atronador de su corazón mientras se filtraba una cantidad generosa de
líquido pre-eyaculatorio por la hendidura.

Estirando sus piernas a lo ancho y echando sus piernas hacia atrás


hasta su pecho, Galen se abrió para la placentera visión de Bannon,
mostrando su dulce agujero de color rosa. Los músculos se estremecieron y
apretaron, aparentemente ansiosos por lo que se avecinaba.

Sin embargo, Galen había decidido torturar a Bannon hasta la


muerte. En lugar de llegar hasta su agujero obviamente hambriento, sus
delgados dedos se envolvieron alrededor de su polla, acariciando y alisando
la dura y gruesa longitud.

Bannon observaba con gran atención, siguiendo cada deslizamiento


largo y lento mientras su boca se hacía agua y la electricidad pasaba como
un rayo por su columna vertebral. Mirando a la cara de Galen,
prácticamente podía ver el fuego ardiendo allí, le provocó un nudo en su
estómago y sus bolas se levantaran cerca de su cuerpo. Si no conseguían
que este tren se moviera, iba a estallar antes de que llegara a la estación.
90
Sintiéndose un poco más en control, arrancó el lubricante del
colchón y recubrió sus dedos rápidamente. Apoyó una mano dentro del
muslo derecho de Galen y utilizó sus resbaladizos dedos para acariciar el
apretado agujero de su amante.

Los músculos se apretaban y relajaban, ávidos de más. Deslizando


sólo la punta de su dedo índice en la ajustada apertura, Bannon levantó de
nuevo la mirada hacia su pareja, comprobando para asegurarse de que
Galen no estaba demasiado incómodo.

Un largo y bajo gemido rebotó en las paredes, y Galen se sacudió de


arriba abajo en el colchón, empalándose a sí mismo más lejos en el dígito
de Bannon. —Más. Se siente bien, pero necesito más.

Cualquier cosa que su bebé quisiera, lo obtendría. Insertando más de


su dedo, Bannon hizo una pausa por un instante antes de que comenzara a
bombear dentro y fuera, persuadiendo el agujero de Galen para que se
relajara para él. No le llevó mucho tiempo antes de que fuese capaz de
insertar un segundo dedo y finalmente un tercero.

Las paredes internas de Galen se fijaron alrededor de sus dedos,


apretándoles dentro de su aterciopelado calor. —Ahora, Bannon. No voy a
durar. ¡Oh, oh, joder! —Su mano era una mera mancha cuando tiró más
fuerte y rápido de su hinchada polla—. ¡Por favor! —Eróticos y
necesitados gemidos se derramaron de sus labios hinchados por los besos,
y Bannon pensó que se correría directamente donde estaba sentado.

Consiguiendo dominarse, aflojó los dedos del culo de Galen y se


arrastró hasta la cama para ponerse sobre él. La necesidad seguía agarrada a
él, haciendo que su cabeza tuviese vértigo y sus bolas dolieran, pero ahora
era capaz de controlarse un poco mejor.

Agarrando la base de su polla, la alineó con la entrada de su pareja y 91


se detuvo, empujando contra el anillo de músculos pero no entrando. Con
su otra mano, cepilló los rizos hacia atrás de la roja cara de Galen y miró
los ojos de color marrón chocolate, esperando por el permiso.

—No te detengas. Por favor, Bannon. Necesito esto. Necesito


sentirte. Hazme el amor.

Era música para sus oídos y para su polla, pero no mencionaría esto
último. Aún mirando a los ojos de Galen, meció sus caderas hacia adelante
en movimientos suaves y pequeños hasta que la acampanada punta de su
polla abrió una brecha en la entrada de su amante. La primera sensación de
los músculos increíblemente apretados envueltos alrededor de su polla fue
el cielo y el infierno, todo en un paquete perfecto.

Apretando los dientes para evitar el orgasmo ya inminente, continuó


hacia adelante hasta que toda su longitud estuvo encerrada en las cálidas
profundidades del canal de Galen. Entonces, como si hubiese oprimido un
botón, su control se quebró una vez más, y salió, sólo para golpear de
nuevo con una intensidad que sacudía los huesos.

Galen gritaba y arqueaba su espalda, sus dedos peleando por


agarrarse a la espalda de Bannon, y luego hundiendo sus uñas para asegurar
el control. La punzada de dolor sólo estimuló a Bannon mientras
martilleaba sus caderas, surgiendo en el cuerpo de su amante una y otra
vez, cada golpe más duro y rápido que el anterior.

Sus gruñidos y rugidos se mezclaban con los ronroneos y gemidos de


Galen y luego eran acompañados por los sonidos de su carne húmeda
golpeando juntos para crear una sinfonía erótica que hizo eco por toda la
habitación. Galen dejó caer su cabeza hacia atrás en el colchón, expuso su
cuello en un gesto sumiso y Bannon tuvo que recordar que realmente no era
un ofrecimiento.
92
Era duro recordar algo con la asombrosa sensación del cuerpo de su
pareja debajo de él y el calor envuelto alrededor de su polla descuidada
durante mucho tiempo. A pesar de que sus encías picaban y su boca se
hacía agua cuando su mirada se concentró en la saltona vena en el cuello de
Galen, por algún milagro, se las arregló para aferrarse a ese gesto de auto-
control.

Deslizó un brazo por la parte inferior de la espalda de Galen, levantó


sus caderas de la cama, cambió el ángulo y se clavó en su próstata con en el
siguiente empuje. Su pareja gritó, sus músculos se tensaron, y sus paredes
internas agarraron la polla de Bannon en un estrangulamiento cuando
largas cuerdas de caliente crema salieron disparadas de la hendidura de
Galen.

A medida que el túnel de su amante se convulsionaba a su alrededor


en ondas, Bannon cerró los ojos y gimió antes de enterrarse hasta la raíz y
temblar por el clímax más estremecedor que jamás había experimentado.
Una y otra vez se corrió, rebotando a través de su cuerpo mientras
bombeaba cuerdas sin fin de caliente semen en las pausadas profundidades
de Galen.

Cuando finalmente pudo ver con claridad, y mucho menos pensar en


términos de más de sí, sí, sí, Bannon suavemente salió de la entrada de
Galen y se desplomó sobre el colchón junto a su sudorosa pero sonriente
pareja.

—Gracias —susurró Galen un momento más tarde, girándose a su


lado para presionar sus labios juntos—. Eres el hombre más asombroso que
jamás he conocido.

Empezó a rodar lejos, pero Bannon le cogió por la cintura y lo abrazó


contra su pecho. —¿A dónde piensas que vas?
93
Galen se rió entre dientes y le besó de nuevo. —A conseguir algo
para limpiarnos. Enseguida regreso. —Con un agotado gruñido, Bannon le
liberó y rodó sobre su espalda con una sonrisa tonta en su cara. Finalmente
entendía lo que Galen había estado intentando decirle.

Mientras intentaba apresurar su relación como si corriera por una


autopista a alta velocidad, se había estado perdiendo todas las cosas
importantes. Ahora que entendió eso, esperaba explorar no sólo el cuerpo
de su pareja, sino también su mente y alma. Quería conocer todo lo que
había que saber sobre Galen Charles.

Podría llegar más rápido por la autopista, pero para disfrutar


realmente del viaje, tendría que tomar carreteras secundarias.
Capítulo Ocho
—¡Bannon Murphy, abre esta jodida puerta!

Galen se despertó sobresaltado, saltó por encima de Bannon, y se


apretó contra la cabecera, intentando volverse tan pequeño como pudiera.
No sabía quién diablos estaba al otro lado de la puerta, pero estaba claro
que estaban enojado. Los golpes en la puerta eran tan continuos que parecía
que toda la habitación temblaba y repercutía en el interior del cráneo de
Galen.

No sabía cuánto había estado durmiendo, pero aún estaba oscuro


afuera, así que no podía haber sido durante mucho tiempo. De cualquier
94
manera, sin duda esta no era la forma que hubiese elegido para ser
despertado. ¿No habían oído hablar de los relojes con alarma? ¿Y por qué
siempre tenían que intentar derribar la puerta como si los perros del
infierno estuvieran sobre sus talones?

—No pasa nada —dijo Bannon mientras daba unas palmaditas en el


muslo de Galen—. Sólo es Torren. Con un fuerte gemido, se empujó hacia
arriba sobre el colchón y restregó ambas manos sobre su cara. —¡Deja de
golpear! ¡Ya voy, maldita sea!

Rodando fuera de la cama, se tomó su tiempo para ir al armario a


encontrar un par de bóxers limpios y ponérselos. Luego paseó hacia la
puerta como si no hubiese un brujo enojado al otro lado y la abrió. —¿Qué?

—Me colgaste el teléfono —gruñó Torren.

—Muy amable el que te dieses cuenta. Eso no explica por qué


sentiste la necesidad de venir hasta aquí, golpear mi puerta, y darle un susto
de muerte a mi pareja.

—Te di una orden.

Bannon soltó un bufido, pero Galen realmente no veía nada de


humor en la situación. Torren parecía lo suficientemente furioso como para
escupir fuego. Galen se preguntó distraídamente si convertiría a Bannon en
sapo. Los brujos hacían eso, ¿cierto?

—Sí, lo hiciste, y si no te diste cuenta, esa fue mi manera de


mandarte a la mierda.

—Tenemos veintisiete días hasta Halloween. En promedio, te toma


alrededor de dos semanas encontrar a una persona. Estamos buscando a
tres. ¿Crees que esto es un maldito juego? —Rugió Torren, golpeando su 95
mano contra el marco de la puerta.

Galen gimió cuando se hizo un ovillo y agachó la cabeza. Siendo


realistas, sabía que Torren no estaba enojado con él. También sabía que
Bannon no dejaría que el hombre le hiciera daño si fuese a hacerlo. Eso no
le impidió que su mente tuviese miedo al hombre grande.

—Suficiente —gruñó Bannon. Le dio la espalda a Torren, lo que


fue un valiente aunque estúpido movimiento en opinión de Galen, y cruzó
la habitación para arrastrarse de nuevo a la cama. Luego abrazó a Galen y
le acarició el cabello corriéndolo de su cara.
—No te preocupes, cariño. Torren sólo está un poco de mal humor.
Nadie va a hacerte daño.

Un fuerte suspiro sonó desde el umbral, y Galen se asomó para ver a


Torren dejar caer su cabeza y frotar la parte posterior de su cuello. —Tiene
razón. Lo siento, Galen. Este trabajo de anciano es mucho más estresante
de lo que pensé que sería. Añade mis asuntos personales además de eso, y
en realidad no soy yo estos días. No fue mi intención asustarte.

—¿Galen? ¿Estás bien? —Aslan apareció detrás de Torren,


atisbando alrededor de su enorme cuerpo para mirar dentro de la
habitación—. Oí gritos y golpes. No estás herido, ¿no?

Galen sonrió a su amigo y le hizo un gesto a la habitación mientras


Bannon tiraba una manta sobre él para ocultar su desnudez. —Gracias —
susurró a su amante y le dio un rápido beso en la mejilla antes de girarse
hacia Aslan—. Estoy bien, pero gracias.

Aslan era tan pequeño, incluso más pequeño que Galen, y no podría
luchar ni para escapar de una bolsa de papel. Cualquier otra persona en su
lugar se hubiese encerrado y ocultado debajo de la cama por la cantidad de
ruido que había estado haciendo Torren. Sin embargo, Aslan no. Su amigo 96
estaba en problemas, y había venido corriendo sin pensar en su propia
seguridad.

—De acuerdo, sólo quería estar seguro. —Aslan cruzó sus piernas
debajo de él sobre el colchón y se instaló, no mostrando señales de
marcharse a corto plazo. Entonces muy lentamente, giró su cabeza para
mirar fijamente a Torren y señaló con un dedo al enorme hombre—. Estás
siendo muy rudo.

Torren tenía la mirada más extraña en su rostro cuando miró a Aslan.


Era algo entre un cachorro perdido y un lobo hambriento. Probablemente
Galen la habría encontrado cómica si aún temblara por ser despertado de
una manera tan aterradora.

—Me disculpo —dijo Torren tranquilamente—. ¿Te asusté?

—Un poco —admitió Aslan pero se encogió de hombros—. Estaba


más preocupado por Galen. Eres mi pareja, ¿verdad? Te he visto antes,
pero eras más brillante y transparente. Me gustas más de esta manera.

Los ojos de Bannon se redondearon, y elevó ambas cejas. Galen


sonrió y se acurrucó más cerca. Podría parecer un poco brusco para
algunos, pero sólo era Aslan. Nunca se andaba por las ramas en nada.

—¿Gracias? —La inflexión en la voz de Torren hizo que sonara


como una pregunta, y Galen presionó su cara contra el cuello de Bannon
para ahogar su risa.

—Oh, de nada. Si somos pareja, ¿por qué no vienes a verme? ¿No te


gusto?

—Me temo que no te conozco en absoluto. Sin embargo, me gustaría


cambiar eso. 97
—De acuerdo. —Aslan se puso de pie en la cama y saltó a través de
la habitación, directamente a los brazos de Torren—. Vamos a mi
habitación.

Torren asintió aturdido y se dio la vuelta para llevar a su pareja por el


pasillo. En cuanto estuvieron fuera de la vista, Galen comenzó a reír. —
Torren ni siquiera sabe que lo golpeó. ¿Viste la mirada en su cara?

—¿Te refieres a la que yo llevaba cuando te vi entrar por primera vez


en la habitación? —Bannon acarició las costillas de Galen, haciéndole
cosquillas. Luego suspiró y dejó caer su mejilla para que descansara en la
parte superior de la cabeza de Galen.

—Supongo que deben estar acoplándose. Torren tiene razón en que


nos estamos quedando sin tiempo.
—Sí, supongo que tienes razón. Así que, ¿cómo rastreas a las
personas? ¿Cómo voy a ayudar?

—No estoy seguro de cómo explicarlo. Creo que será algo que
necesitaré mostrarte.

—¿Puedes hacerlo ahora?

—Tengo que estar dormido.

—¿Huh? —Galen se enderezó y ladeó la cabeza sobre sus


hombros—. ¿Cómo diablos encuentras a las personas mientras estas
durmiendo?

—Puede mostrártelo en el avión —interrumpió Torren, regresando al


interior de la habitación, sin Aslan—. Tenemos razones para creer que 98
Camdin está en algún lugar en Nueva Inglaterra, así que hay un avión
esperando para llevaros a Maine donde bajaréis el camino por la costa
desde allí.

Ignorando los labios hinchados por los besos y el cabello


desordenado de Torren, Galen frunció sus labios y entrecerró los ojos. —
Si sabes que está en Nueva Inglaterra, ¿por qué no sabes exactamente
dónde está?

—No soy un GPS, Galen.

—¿Por qué no? ¿Por qué siento que sólo nos estás dando la mitad de
la historia?

—Porque lo estoy —admitió Torren—. No necesitáis saber todo.


Sólo necesito que Bannon haga su trabajo y le ayudes si puedes. Hay un
coche listo para salir hacia la pista de aterrizaje en diez minutos. Os espero
en él.

Aslan estaba de pie justo en el umbral con los brazos cruzados sobre
su pecho y una sonrisa torcida en su rostro.

Todo el cuerpo de Torren se suavizó cuando se dio la vuelta para


enfrentar a su pareja. —Tengo que regresar, caro. —Su palma enorme
acunó tiernamente un lado del rostro de Aslan—. Necesito resolver algunos
asuntos, pero regresaré pronto. ¿Esperarás por mí?

—Seguro. —Aslan se paró sobre los dedos de sus pies, besó la


mejilla de Torren, y luego se dio la vuelta y salió de la habitación.

—Va a ser un niño problemático —murmuró Torren mientras veía


marcharse a Aslan. Sin embargo, tenía una sonrisa boba en su rostro, así
que Galen lo tomó como algo bueno—. Estad en ese coche —dijo sin darse 99
la vuelta. Luego se fue sin más comentarios.

—Supongo que será mejor que estemos en ese coche.

Bannon se rió entre dientes y besó a Galen en la nariz. —Sí, supongo


que deberíamos.

—¡Wow! —Galen se sorprendió cuando dio un paso a través de la


puerta en la parte trasera del avión—. Esto es impresionante.

Galen se sorprendería si supiera la cantidad de veces que Bannon


había dormido en esa cama, pero recordaba que había tenido la misma
reacción la primera vez. Sin embargo, nunca nadie había compartido la
cama con él. De repente, el viaje no parecía tan malo.
—Nunca he estado antes en un avión. Es seguro, ¿verdad?

—No te preocupes, dulce corazón. Es más seguro que conducir.


—Pronto amanecerá. ¿Van a estar bien Raven y Demos?

Bannon se acercó a su pareja y señaló a la pequeña ventana al lado


de la cama. —Placas de acero se deslizan sobre ellas, igual que en casa.
Incluso hay una puerta de acero que separa la cabina del piloto. Todo el
mundo está perfectamente seguro.

—¿Cuánto tiempo falta para que aterricemos? Y luego, ¿qué vamos a


hacer cuando lleguemos a dónde vamos?

—Ven aquí, y no sigas preocupándote. —Bannon se rió entre dientes


y se acostó en el colchón—. Tenemos trabajo que hacer.
100
—¿Vas a mostrarme cómo haces lo del rastreo ahora?

—Sí. En realidad es más fácil cuando nos estamos moviendo, pero


llegaré a esa parte. —Metió la mano en un pequeño compartimiento en la
cabecera de la cama y sacó dos viales de cristal—. Necesito tomar esto y
sentirme cómodo. Es sólo para ayudar a que me duerma —añadió cuando
Galen parecía dudar.

Desenroscando el tapón negro de uno de los viales, bebió el


contenido y arrojó la botella y la tapa en la papelera al lado de la cama.
Luego sacó sus botas y se despojó de sus bóxers antes de bajar las mantas y
meterse en la cama.

—Hasta el fondo —murmuró Galen cuando volcó la botella y bebió


el líquido claro del interior. Su nariz se arrugó, y su boca se torció—. ¿Qué
es?
—Más o menos un Valium9. —Bannon se elevó sobre sus codos y
dio unas palmaditas en el espacio vacío a su lado—. Acuéstate.

Galen también se quitó sus bóxers y se movió bajo las mantas


directamente hasta el pecho de Bannon. —¿Ahora qué?

—Relájate e intenta dormir.

—De acuerdo. —Galen se acurrucó más cerca, descansando su


cabeza sobre el pecho de Bannon y colocando una pierna sobre su muslo.

Ya agotado de la montaña rusa emocional de la jornada, y


sintiéndose completamente satisfecho con el olor de su pareja y su cálido
cuerpo a su lado, no pasó mucho tiempo antes de que la ayuda para dormir
empezara a hacer efecto en Bannon.
101
—Bannon, ¿dónde estamos? —Había una nota ligeramente histérica
en la voz de Galen cuando susurró al oído de Bannon.

Parpadeando al abrir los ojos, Bannon miró hacia el vasto campo


rodeado con bordes de espesa y laminada niebla. La luz de la luna
iluminaba la hierba, dándole un aspecto casi negro en el ámbito
espeluznante de su mundo de sueños.

—Sólo es un sueño —aseguró Bannon a su amante. Estaba muy


complacido por haber sido capaz de absorber a Galen con él en su sueño—.
Quédate a mi lado, y no dejes que nadie te toque.

9 Valium: fármaco derivado de la 1,4-benzodiazepina, con propiedades ansiolíticas,


miorrelajantes, anticonvulsivantes y sedantes. Se utiliza para tratar estados de ansiedad
y está considerada como la benzodiazepina más efectiva para el tratamiento de
espasmos musculares. Es una de las benzodiazepinas más frecuentemente
administrada tanto a pacientes ambulatorios como ingresados. Actúa deprimiendo la
conducción nerviosa en ciertas neuronas del sistema nervioso central, donde produce
desde una leve sedación hasta hipnosis o coma, en función de la dosis administrada.
—¿Quién? No hay nadie aquí excepto nosotros. —Igualmente, Galen
hizo lo que le indicó, cogió la mano de Bannon y se frotó a su lado—. ¿Qué
estamos haciendo?

—Guarda silencio ahora, mo chroi.

Los sueños no funcionaban como la realidad. No era como poner el


nombre de alguien en una base de datos y esperar a que los resultados
apareciesen en la pantalla. Con ordenadores, Bannon podría buscar por
nombre, edad, sexo, número de teléfono, dirección, registros policiales y
muchas otras cosas – por lo general cuanto más mejor.

Era todo lo contrario en sus sueños. Con menos detalles


normalmente obtenían mejores resultados. Desafortunadamente, también le
daban una gran cantidad de resultados. Ahí era donde Galen entraba en
juego. 102
El primer hombre apareció en el centro del campo, pareciendo
aturdido y muy confuso sobre lo que le rodeaba. —No tengas miedo —
susurró a Galen cuando sintió tensarse detrás de él—. ¿Puedes decirme qué
es?

Bannon sabía que el hombre tenía que ser un sobrenatural de algún


tipo. Por alguna razón, sus poderes sólo funcionaban en otros
paranormales. Había miles de ellos repartidos por todo el mundo, pero
afortunadamente, sumaban mucho menos que la población general, lo que
hacía su trabajo mucho más fácil.

—D-Demonio —tartamudeó Galen, apretando la mano de Bannon en


un agarre mortal.

—Shh, tranquilo, no pasa nada.


Tres hombres más aparecieron de la nada, dispersos alrededor del
claro. —Cambia-formas —susurró Galen—. Todos son cambia-formas.
Relacionados, creo.

—Bien. Lo estás haciendo bien, cariño. —E iba mucho más rápido


de lo que normalmente lo hacía. Bannon no podría haber estado más
satisfecho.

—¿A dónde fue?

El demonio que Galen había identificado se desvaneció hasta que


desapareció por completo. —El avión se ha movido fuera de mi alcance. —
Había límites en sus poderes, al igual que cualquier otra magia. Sólo podía
convocar sobrenaturales, y sólo cuando estaban durmiendo. Una vez que la
persona se despertaba o se movía fuera de su círculo, le perdía.
103
Ocho hombres más aparecieron dentro de los límites de la niebla, dos
de lo que aparecieron era adolescentes, un chico pequeño, y cinco hombres
totalmente desarrollados. Ahora era donde vagar podría ser un problema.
Habían sido enviados a tantear el terreno para los hombres, pero la
diferencia de edad lo hacía un poco más difícil.

—Todos son werelobos excepto el chico pequeño —susurró Galen, y


Bannon podía oír la desaprobación en su voz—. Es… es como Kendall. Y
está asustado.

Antes de que Bannon pudiera reaccionar a la noticias, un enorme


grupo de por lo menos veinte hombres apareció a través de la niebla.
Parecían tan confundidos como los otros – todos excepto por uno. Mientras
todos los demás se arremolinaban en el claro, viéndose como se esperaría
en un sueño, uno de los hombres de la parte de atrás estaba completamente
inmóvil, con la mirada fija en los ojos de Bannon como si le hubiese
reconocido por lo que era.
—¿Galen?

—¿El que nos está mirando? Su nombre es Raith Braddock, y quiere


que nos larguemos jodidamente de aquí. Sus palabras, no las mías.

—¿Cómo hiciste eso?

—No lo hice. —Galen levantó su brazo y señaló hacia el brujo—. Él


lo hizo. Está en mi cabeza, y es un poco incómodo.

—¿Dónde está? —Las palabras no habían salido del todo de su boca


antes de que Raith fuese absorbido de nuevo en la niebla como si una línea
invisible estuviera conectada a su ombligo.

—¿Qué ocurrió? ¿A dónde se fue? 104


—Alguien se lo llevó. —Bannon sólo había visto que sucediera dos
veces antes, y nunca significó nada bueno para él—. Tenemos que irnos,
Galen. Ahora.
Capítulo Nueve
— ¡Galen, despierta!

Moviendo su cabeza hacia atrás y adelante en la almohada, Galen


gimió cuando el mundo a su alrededor tembló. ¿Por qué se estaba
moviendo la cama?

—¡Galen!

Oh, bien. La cama no estaba vibrando, pero él sí. Bannon lo estaba


zamarreando mientras gritaba su nombre y le daba golpecitos en sus
mejillas irritantemente. —Me levanto. Me levanto. —Galen gimió de
105
nuevo, forzando varias veces los párpados al abrirlos para conseguir que se
centraran—. ¿Por qué me estás sacudiendo?

—Creo que probablemente no deberías tomar las cosas del sueño


nunca más. Casi se me para el corazón cuando no despertaste.

—¿Cuánto tiempo he estado dormido? —Se sentía como que fueron


sólo minutos, pero de repente se le ocurrió pensar que ya no sentía más la
oscilación o balanceo del avión—. ¿Aterrizamos?

—Sí. —Bannon bajó la mirada hacia él con preocupación—. Casi


está anocheciendo, Galen. Salí del sueño, pero no podía conseguir que
despertaras.

Galen se sentó, gimiendo y agarrando sus sienes cuando su cabeza


comenzó a girar. —Sí, no más zumo de buenas noches para mí. Siento
como si mi cabeza fuera a explotar.
—Aquí, bebe esto, cariño. —Bannon le dio un pequeño vaso de
plástico con agua—. No estoy seguro si te hará bien, pero lo vi en las
películas.

Galen soltó un bufido y comenzó a toser cuando el trago que acababa


de tomarse se fue por el conducto equivocado. Una vez que pudo respirar
de nuevo, posó el vaso a un lado y atrajo sus piernas debajo de él. —Así
que, en primer lugar, eso fue muy extraño. ¿Hiciste eso cuando tuve ese
sueño sobre ti estando en el cementerio?

—Sí, pero es un poco diferente entrar en tu sueño en vez de atraerte a


los míos.

—¿Por qué yo? —Galen se lo había preguntado desde el momento


en que había despertado sudoroso después de la pesadilla. 106
—Supongo que porque eres mi pareja, y estaba preocupado por ti. En
realidad no estoy seguro de cómo sucedió todo.

—Entonces, ¿qué hacemos ahora? —Galen estaba muy orgulloso del


hecho de que su voz sonara tan firme teniendo en cuenta que estaba
mentalmente como loco. Ese campo que habían soñado era espeluznante.
La niebla era directamente de los sueños húmedos de Wes Craven 10. Gente
entrando y saliendo, demonios, werelobos, y ese maldito brujo
deslizándose dentro de su cabeza, todo fue una locura, por no decir
completamente aterrador.

—Ya he hablado con Torren. Tiene a mis hermanos buscando en un


radio de ciento sesenta kilómetros alrededor del lugar en donde vimos a
10Wes Craven: Wesley Earl Craven (Cleveland, Estados Unidos; 2 de agosto de 1939) es
un guionista y director de cine estadounidense, conocido por ser el creador de
numerosas películas de terror, destacando entre ellas sagas como Scream o Pesadilla
en Elm Street y formando junto a David Cronenberg y John Carpenter una triada
esencial para entender el cine de terror actual.
Raith. —Bannon abrazó a Galen y lo arropó cerca de su lado—. Hay un
coche esperando para llevarnos por la costa mientras busco a Camdin.

—Voy contigo —respondió Galen con firmeza—. Puedo ayudar.

—Sí, fuiste una gran ayuda, pero es demasiado peligroso. Estarás en


el coche, pero no te llevaré dentro de los sueños de nuevo.

En lugar de discutir con el necio testarudo, Galen cambió de tema.


Estaría dentro del mundo de los sueños, y haría lo que pudiera para ayudar.
Sin embargo, el hecho de que Bannon pensara que podría ganar en el
asunto era muy lindo, así que le dio un rápido beso en la mandíbula. —¿Por
qué me dijiste que no dejara que nadie me tocase? Sólo es un sueño,
¿verdad?
107
—Sí y no. ¿Recuerdas cómo se sintió de incómodo el que Raith
estuviera dentro de tu cabeza? —Bannon esperó a que asintiera—. Ahora
imagina que haya cientos de personas allí. Las cosas están empezando a
estar un poco apretadas, ¿sí? Cuando construyo esos sueños, no los pueblo
con gente de mi subconsciente – que es la razón del campo oscuro. Cuando
traigo a otras personas dentro de mis sueños, no son sus cuerpos físicos, y
siempre y cuando la otra persona no sea más fuerte, puedo atrapar sus
mentes dentro del sueño indefinidamente.

—Lo que también podría funcionar en sentido inverso —conjeturó


Galen—. Estaban dentro de tu sueño, donde controlabas qué sucedía.
Decir, por ejemplo, que si ese demonio hubiese tomado mi mano antes de
que saliera del claro, podría haberme absorbido dentro de su sueño sin
escapatoria.

—Correcto. —Bannon parecía complacido con las habilidades


deductivas de Galen. Galen decidiría más tarde si tomaba eso como un
cumplido o no—. Cuando comienzas a manipular la mente de otras
personas, se vuelve más complicado que simplemente despertar para
liberarse.

—Entonces sólo tendremos que tener cuidado. ¿Y el niño pequeño?


No podría haber tenido más de cinco años, y había estado tan triste y
asustado. El corazón de Galen se rompió por el chiquillo.

—Mis hermanos también le están buscando, pero no es la prioridad.

—¡Eso es una mierda! ¡Sólo es un niño pequeño!

—Sí, estoy de acuerdo, dulce corazón, pero no tengo ninguna


opinión en esto.

—Bannon, eso no es cierto. Tenemos que ayudarle. 108


Después de un momento de silencio, finalmente Bannon inclinó la
cabeza una vez. —Si Devlin no le encuentra antes de que hayamos
terminado aquí, regresaremos por él. ¿Eso es suficiente para ti?

No, en realidad no, pero Galen no veía que tuviese elección. ¿Se
daba cuenta su gran amante irlandés que tenía un corazón de oro, y que eso
le parecía muy sexy a Galen? Estirando el cuello, sus dientes rasparon la
sombra de las cinco a lo largo de la mandíbula de Bannon. —
Gracias. ¿Cuánto tiempo tenemos antes de irnos?

Un escalofrío atormentó el cuerpo de Bannon, y apretó su brazo


alrededor de Galen. —Media hora o así —respondió distraídamente,
inclinando su cabeza hacia atrás para dar más espacio a Galen para que
jugara—. ¿Qué tenías en mente, cariño?

—Creo que lo sabes. —Galen ronroneó de manera seductora cuando


enrolló sus brazos alrededor del cuello de Bannon. Luego se echó hacia
atrás en el colchón, tirando a su amante sobre él. —Debe ser agotador ser
tan perfecto todo el tiempo.

Bannon se rió entre dientes y frotó sus labios juntos ligeramente. —


Estoy lejos de la perfección, pero lo estoy intentando. Cuando su boca
regresó a la de Galen, fue cualquier cosa menos tentativa. El beso fue duro,
sin dejar ninguna duda en la mente de Galen de lo que Bannon necesitaba
de él.

Con un gemido ahogado, se arqueó contra su amante, presionando


sus pechos desnudos juntos mientras se rendía a la hábil lengua de Bannon.
Dios, podría besar a Bannon para siempre. La manera hambrienta en como
le mordisqueaba sus labios y le acariciaba dentro de la boca con su lengua
dejó la cabeza de Galen tambaleándose y su cuerpo ardiendo.
109
Su corazón martilleaba violentamente dentro de su pecho, golpeando
contra su esternón mientras bombeaba toda la sangre de su cuerpo
directamente hacia su ingle. Su polla se endureció instantáneamente,
hinchándose y alargándose donde estaba atrapada entre sus cuerpos
calientes.

Los suaves y húmedos labios de Bannon lo liberaron y viajaron a lo


largo de la columna de su garganta, sobre su clavícula, y continuó por el
pecho, dejando un rastro de líquido caliente a su paso. Galen se retorcía y
estremecía, jadeó y gimió cuando sus dedos se enredaron en el cabello de
Bannon, guiándole la boca hacia donde más la necesitaba.

Evitando su dolorida polla, Bannon pasó la lengua sobre la sensible


carne donde el muslo se unía a la ingle y luego la mordisqueó. Después de
varios minutos de torturar los sentidos de Galen y poniendo a prueba su
cordura lamiendo, mordiendo, y tanteando por todas partes excepto su
polla, la lengua de Bannon se arremolinó alrededor del saco de Galen,
lamiendo con movimientos lánguidos.

Galen gimió y encorvó sus caderas, demandando silenciosamente


más. Bannon no lo decepcionó mientras chupaba un testículo y lo rodaba
antes de pasar al siguiente. Sólo cuando el saco de Galen estuvo tan duro
que pensó que sus testículos podrían retraerse en su cuerpo Bannon
finalmente los liberó.

Acoplando su lengua, lamió una línea húmeda del escroto de Galen


despejando su flexionada polla y todo el camino hasta la llorosa punta.
Cuando Galen pensó que finalmente estaba llegando a alguna parte,
Bannon volvió a burlarse de él.

Chupando la esponjosa corona en su boca, Bannon pasó la lengua


por la hendidura, la hizo girar lentamente alrededor de la cabeza, y rastrilló
suavemente el borde acampanado con los dientes. Sus labios se deslizaron 110
un poco más abajo de la longitud erecta de Galen, pero salto nuevamente
hacia atrás rápidamente.

—¡Maldita sea, Bannon!

Galen sentía más que veía los labios de Bannon extendidos en una
sonrisa alrededor de su palpitante polla. El bastardo. Una y otra vez,
Bannon le torturaba, trabajando la polla de Galen en la parte posterior de su
garganta un poco a la vez hasta que Galen pensaba que explotaría.

Con un gruñido salvaje que nunca antes había oído salir de sus
labios, puso sus manos en puños en el cabello de su amante de nuevo y
bombeó sus caderas, jodiendo la boca de Bannon rudamente. El cambia-
formas sólo parecía gritar a la bestia dentro de él.

Bannon gimió con fuerza, enviando leves vibraciones cursando a lo


largo de la longitud de la polla de Galen. Sus labios se sujetaron con fuerza,
incluso cuando los músculos de su garganta se relajaron, y se mantuvo
perfectamente inmóvil, permitiendo que Galen tomara lo que quisiera sin
reservas.

—¡Sí, oh, joder! ¡Sí, sí, sí! —Gemidos, lloriqueos, quejidos, y


gruñidos que haría la prostituta mejor pagada se derramaron de sus
jadeantes labios.

Un resbaladizo dedo se empujó contra su entrada trasera, y Galen


abrió más las piernas, sin preocuparse de donde hubiese venido el
lubricante. Quizás recordaría preguntar más tarde. Plantando los pies al
lado de su culo, se agitó dentro y fuera de la húmeda y caliente boca de
Bannon y montó el dedo que bombeaba en su hambriento agujero.

La picadura de dolor cuando Bannon insertó dos dedos más sólo


elevó más su lujuria, y se resistió en la boca de su amante mientras su 111
cabeza se batía hacia atrás y hacia adelante en el colchón. —Justo ahí. Oh,
no te detengas. ¡Joder, voy a correrme! —Rayos chisporrotearon por su
columna vertebral, su bajo vientre se tensó, y su polla palpitó contra la
lengua de Bannon.

Entonces todo se detuvo.

Bannon sacó su polla con un travieso sorbo, extrajo sus dedos del
apretado canal de Galen, y se puso de rodillas en el colchón. Sin una
palabra, aunque definitivamente hubo algunos jadeos y gruñidos, Bannon
posicionó la corona de su polla en la entrada de Galen y empujó hacia
adelante, hundiéndose hasta la base en un poderoso empuje.

Galen arqueó su espalda y gritó al techo cuando sintió cada vena y


nervio de la longitud de Bannon, extendiéndole y deslizándose contra sus
tensos músculos. Duro y demandante, Bannon le tomó en una rápida monta
mientras golpeaba en el cuerpo de Galen con fuerza suficiente para
enviarles deslizándose hacia arriba en la cama.

Levantando sus temblorosas piernas al aire alrededor de las caderas


de Bannon, Galen obligó a su cuerpo a moverse, encontrando cada
castigadora embestida de Bannon. —¡Más fuerte! —Gritó—. Jódeme más
fuerte. Haz que me corra, Bannon.

Aparentemente, “correr” fue la palabra mágica que terminó


dejándole vacío e insatisfecho, porque Bannon salió de su agujero una vez
más y se sentó en sus rodillas. Galen quería gritar de frustración, pero antes
de que tuviera la oportunidad, Bannon le dio la vuelta sobre su estómago,
movió su culo en el aire, y se estrelló de nuevo dentro de él.

Un fuerte brazo lo sujetó por su pecho y tiró de él en posición


vertical de modo que su espalda presionara contra el húmedo pecho de
Bannon. Más fuerte y más rápido, su amante le condujo en un túnel 112
codicioso mientras un gruñido posesivo retumbó en su pecho.

—Te encanta esto, ¿no, dulce corazón? Adoras la sensación de mi


polla gorda perforando tu pequeño y dulce culo. Nadie más puede hacerte
sentir como yo lo hago.

—Nadie más —estuvo de acuerdo Galen con un desesperado


gemido. Si no se corría pronto, iba a morir.

—Me perteneces, Galen Charles. Soy el único que puede hacerte


volar.

—¡Sí! —Gritó Galen cuando la enorme polla de Bannon se clavó en


su punto dulce y envió luces estallando detrás de sus párpados cerrados. —
Justo tú. Sólo tú. Tócame, tira de mi polla, y haz que me corra. Necesito
correrme. ¡Por favor!
La callosa mano de Bannon sujetó la saltarina polla de Galen y la
acarició rudamente. —Córrete para mí entonces. Aprieta mi polla y córrete
en mi mano. Dame lo que quiero, Galen.

—¡Bannon! —Dejando caer su cabeza hacia atrás en el hombro de


Bannon, Galen se sacudió y estremeció cuando grandes cantidades de
espesa crema hicieron erupción de su hendidura y recubrieron la mano y
muñeca de su amante.

—A ghrá —susurró Bannon antes de enterrar su cara en el cuello de


Galen y gemir. Sus músculos se tensaron, su brazo alrededor de Galen
restringiéndole, y lava fundida llenaba las profundidades de Galen hasta
rebosar.

Se sentaron así durante mucho tiempo, sólo sujetándose uno al otro


hasta que la blanda polla de Bannon finalmente se deslizó del húmedo 113
agujero de Galen. —¿Lo dijiste en serio?

Galen inclinó la cabeza hacia atrás para mirar a los ojos de Bannon.
—¿Qué soy tuyo? Por supuesto que te pertenezco, Bannon. Sólo porque no
estoy preparado para que me reclames no quiere decir que no sepa eso.
Eres todo lo que quiero.

Quiso decir cada palabra. Su principal preocupación era que el


sentimiento fuese temporal. Hasta que supiese con certeza que nada
volvería a sentirse tan bueno como el tener a Bannon en sus brazos, no
podría dar el siguiente paso.

—Eso es más que suficiente por ahora —murmuró Bannon contra la


enrojecida piel del hombro de Galen.

Se movían hacia un territorio peligroso, y Galen no quería arruinar el


estado de ánimo discutiendo algo que sabía haría daño a Bannon.
—¿De dónde vino el lubricante?

Bannon soltó un bufido y besó la nuca de Galen. —Tenía que hacer


algo mientras te estaba viendo dormir, ¿no?

114
Capítulo Diez
—¿Dónde estamos?

Bannon sonrió cuando tomó la mano de su pareja y le llevó por las


escaleras de piedra del pequeño gazebo11. Con solo un pensamiento, suaves
y brillantes luces iluminaron la marquesina sobre ellos, y una suave música
derivó en el cálido aire de la noche.

Jadeando por la sorpresa, sus ojos brillando con asombro y emoción,


Galen apretó la mano de Bannon mientras su cabeza giraba a un lado y
luego al otro, como si estuviera intentando abarcar todo al mismo tiempo.
Sus ojos aterrizaron en el pecho de Bannon, viajaron sobre su cuerpo, y
115
finalmente se trasladaron a su propio cuerpo expertamente vestido. —¿Qué
demonios llevo puesto?

—¿Te gusta? —Bannon no sabía mucho sobre moda, pero pensó que
Armani siempre tenía estilo, y la piel cremosa de su amante deslumbraba
contra el color carbón del traje.

—Es asombroso —exhaló Galen, pasando las puntas de sus dedos


sobre la solapa de su chaqueta—. ¿Estamos soñando?

—Sí, tomé la noche libre. —Habían estado viajando por toda la


Costa Este durante días, y Bannon echaba de menos a su pareja. No

11Gazebo: pabellón de planta simétrica, generalmente hexagonal o circular, que


comúnmente se encuentra en los parques, jardines, y en áreas públicas abiertas. Los
gazebos se encuentran aislados, techados, y abiertos por todos los lados;
proporcionan sombra, un abrigo de características básicas, función ornamental en un
paisaje, y un lugar de descanso.
importaba que Galen estuviera a su lado durante todo el viaje. Simplemente
no era lo mismo.

—¿Tiempo de calidad? —Preguntó Galen, una de las esquinas de sus


labios doblándose en una media sonrisa.

—Es el único. —Acercando a Galen, Bannon enrolló un brazo


alrededor de la cintura de su pareja y le mantuvo apretado contra su pecho
mientras les balanceaba de un lado a otro—. ¿Cómo lo estoy haciendo?

—Muy romántico —respondió Galen con un suave suspiro mientras


apoyaba su cabeza en el pecho de Bannon—. Sin embargo, realmente
deberías estar trabajando.

—Deja que te cuente un pequeño secreto. —Inclinando su cabeza,


Bannon rozó su nariz alrededor de la delicada concha del oído de Galen, 116
sonriendo ampliamente cuando el pequeño hombre se estremeció—. Me
gusta mi trabajo, y soy bueno en ello. Es importante, pero no tan
importante como tú, Galen Charles. No descuidaré a mi pareja.

—Mmm, dices todas las cosas correctas —ronroneó Galen—. Esto


es realmente agradable.

—Dime lo que quieres, y es tuyo. Cualquier cosa en el mundo. —


Bannon no podía explicarlo, pero tenía una necesidad de hacer que todo
fuera perfecto para Galen. No importaba que solo fuese un sueño. Sería una
noche inolvidable.

—La luna está luminosa, las estrellas están brillando, la música es


asombrosa, y te tengo todo para mí para variar. En realidad no puedo pedir
nada más. —Galen se presionó aún más cerca, apoyó una mano en el pecho
de Bannon, y envolvió la otra alrededor de su cintura para darle un suave
apretón—. Pensaste en todo.
Sin embargo, no era lo suficientemente para Bannon. Tener a Galen
en sus brazos y no preocuparse por nada más en el universo era estupendo,
pero quería más para su pareja. —Por favor, cariño. Elije cualquier cosa.
Deja que te dé algo.

Inclinando su cabeza hacia arriba, Galen le miró durante un buen rato


antes de que sus ojos viajaran a la cadena de luces sobre sus cabezas. —
Esto me recuerda a una película que vi hace un par de semanas con Jory.
Era una película ridícula como siempre, pero mostraba una visión
panorámica de París.

—Ah, La Ciudad de la Luz.

—¡Sí! ¿Estuviste allí? —Galen prácticamente vibraba por su


entusiasmo. 117
—Si.

Antes incluso de que Galen pudiera preguntarle, Bannon cerró los


ojos y reconstruyó el sueño, ahora estaban de pie en a la Torre Eiffel.

—Oh, es hermoso —susurró Galen con reverencia. Sus delgados


dedos se envolvieron alrededor de los antebrazos de Bannon y los empujó
mientras miraba hacia la ciudad—. Gracias.

No era tan bueno como lo real, pero estaba bastante malditamente


cerca. Una vez que las cosas se calmaran y se pudieran relajar, Bannon se
prometió que haría que el sueño de su pequeña pareja se volviera real.

Aferrando más cerca a Galen, le dio un beso en la parte superior de


su cabeza y sonrió. —Me alegro que te guste. Me gustaría poder darte más.
—Calla —reprendió Galen cuando comenzó a mecerse hacia atrás y
adelante—. Sólo hay una cosa que podría hacer esto más perfecto.

—¿Y qué es eso? —Todo lo que Galen tenía que hacer era decir la
palabra y sería suyo. Bannon se aseguraría de ello.

Inclinando la cabeza sobre los hombros y mirando hacia arriba con


una sonrisa pícara, Galen le guiñó un ojo. —Bésame. Aquí mismo en la
Torre Eiffel, con vistas sobre la ciudad más bella del mundo, quiero que me
beses.

Bien, desde luego no era una dificultad. —Ah, las cosas que sufro
por ti, Sr. Charles —bromeó Bannon mientras acunaba la cara de su
amante, juntó su boca con la de Galen, y solicitó la entrada dentro de las
cálidas profundidades.
118
Los brazos de Galen subieron para enroscarse alrededor de su cuello,
dando un pequeño y suave gemido cuando sus lenguas se encontraron. No
hubo batalla por la dominación, ni dulce rendición. Fueron iguales en todos
los sentidos mientras sus labios y lenguas se mezclaron juntas.

En lugar de su polla creciendo dura como una roca como


normalmente lo hacía cada vez que estaba cerca para oler a Galen, Bannon
descubrió que esta vez era su corazón el que se hinchaba. Todo su cuerpo
hormigueaba, un nudo se formó en su garganta, e incluso las luces de París
no pudieron competir con el tesoro en sus brazos.

Cuando el beso terminó, el mundo que le rodeaba seguía borroso,


dejando sólo a él y Galen. Sólo era un sueño, pero real o fingido, Bannon
no podía imaginar un momento más perfecto.

Habría querido que no terminara nunca, pero tenía un trabajo que


hacer. Afortunadamente para él, Galen siempre era muy comprensivo.
—Necesitamos despertarnos ahora, ¿no? —No había desilusión en su
voz, y Bannon lo adoró aún más por ello.

—Podemos quedarnos unos pocos minutos más —respondió, girando


a Galen para que pudiesen mirar hacia el Campo de Marte12.

Galen se acurrucó a su lado y suspiró. —Necesitas regresar al


trabajo. Lo entiendo. —Levantó la mirada y frunció los labios para darle un
beso rápido—. Muchas gracias por esto. Es asombroso. Incluso si no es
real, es real para mí. Nadie ha hecho algo como esto por mí.

—Cualquier cosa por ti, cariño.

—Lo sé. —Galen sonrió tímidamente y dio un paso hacia atrás—.


Realmente comienzo a ver eso. Su cabeza se inclinó hacia un lado, y 119
frunció el ceño. —Creo que nuestros chóferes no van a estar muy felices
con nosotros.

Bannon tenía el presentimiento de que los hombres que habían sido


asignados para patrullar mientras dormían y buscaban al hada y los brujos,
nunca estaban contentos con nada. —Lo superaran.

—Probablemente, pero quiero terminar con esto y volver a casa.


Echo de menos mi cama. —Galen tomó la mano de Bannon y se la llevó a
sus labios donde puso un casto beso en la palma—. Gracias de nuevo por
esto.

12 Campo de Marte: vasto jardín público situado en el séptimo distrito, entre la Torre
Eiffel, al noroeste y la Escuela militar al sureste. Su nombre procede del Campo de
Marte romano (dios romano, Marte, dios de la guerra) o bien Campo de Marzo (el 14
de julio de 1790 se celebra la fiesta de la Federación). El 17 de julio de 1791 se
produjeron los fusilamientos del Campo de Marte y Jean Sylvain Bailly fue guillotinado
el 12 de noviembre de 1793. Se celebró la fiesta del Ser supremo el 6 de junio de 1794.
En el centro de la explanada se situó el altar de la Patria.
Bannon tragó alrededor de la constricción en su garganta y asintió
con la cabeza. —Despacio, ¿cierto?

Galen le dio una pequeña sonrisa. —Sí, pero no demasiado.


Desnudos sigue estando sin duda en el menú.

Durante el resto de la semana, viajaron a lo largo de la costa de


Nueva Inglaterra. Galen no sabía qué eran los dos conductores, pero sabía
que eran cambia-formas, y pensó que tal vez lobos.

Podía obtener una lectura clara de algunos paranormales, pero otros


eran más difíciles. Estos tipos no eran trasmisores muy claros, pero tenía la
sensación de que preferirían estar en cualquier otro lugar en vez de 120
llevándoles a él y a Bannon por toda la comarca.

No era que pudiera culparles. Dudaba que se ofrecieran como


voluntarios para el trabajo. Diablos, incluso no sabía de qué manada eran.
Stavion confiaba en ellos, y más importante, Bannon confiaba en ellos. Eso
era suficientemente para Galen.

Sólo deseaba que fuesen un poco más comunicativos. Rara vez


hablaban excepto para gruñir órdenes. Probablemente tenían nombres, pero
aún tenía que aprenderlos.

Paraban cinco veces al día para comer, lavarse, y abastecerse de


combustible. Aparentemente, sus reacios conductores querían acabar de
una vez la misión y regresar a casa igual que él.

Galen estaba comenzando a volverse loco atrapado dentro de su hotel


rodante. Para empeorar las cosas, Bannon dormía la mayor parte del
tiempo. Aparte de la única especial cita soñada que había creado, Bannon
se negó a dejar que Galen entrara en sus sueños porque era demasiado
peligroso. Galen lo entendía, pero se sentía solo.

Cuando Bannon no estaba durmiendo, hablaban. Galen quería que lo


jodiera hasta desmayarse, pero en cambio, hablaban. Incluso se habría
conformado con un polvo dentro de uno de los sueños de Bannon, pero el
hombre se negó, diciendo que Galen se merecía algo mejor que eso.
Aunque apreciaba el sentimiento, hizo poco por su hiperactiva libido.

Bannon preguntó las cuestiones más extrañas sobre todo de los


personajes de dibujos animados favoritos de Galen de cuándo había tenido
su último examen médico. ¿Se había extraído las muelas del juicio? ¿Cuál
era su color favorito? ¿Prefería el queso cortado o en bloque? Una y otra
vez era como un extraño episodio de la Familia Feud13. La encuesta dice…
¡Bannon se ha vuelto loco!
121
Dos noches de increíble sexo no eran suficientes para sofocar el
fuego que ardía en su interior por su pareja. De hecho, sólo empujaba su
deseo a nuevos niveles de los que no estaba seguro poder recuperarse
alguna vez si pronto no sucedía algo entre ellos. Y sí, en algún momento
durante el transcurso de la semana mientras observaba dormir a Bannon, o
se acurrucaba en su regazo, o respondía a una serie de preguntas, había
llegado a la conclusión de que el hombre era definitivamente su pareja.

Más importante, finalmente había aceptado que en algún lugar de su


árbol genealógico se escondía un cambia-formas que de alguna manera le
había pasado sus genes. Nadie podría desear a alguien tanto como él quería
a Bannon sin la ayuda del magnetismo animal. Aparte de su ardiente deseo,
había algo calmante y pacífico por estar cerca de su amante.

Durante las largas horas cuando la carretera parecía no acabar nunca,


y el único sonido era el repiqueteo de los neumáticos contra el asfalto,
13Familia Feud: concurso televisivo donde las familias compiten entre sí. Deben acertar
a las respuestas de 100 personas ante una encuesta para ganarse un gran premio.
Galen juraba que si cerraba los ojos y se concentraba, podía oír el corazón
de Bannon latiendo sincronizado con el suyo. Bannon no permitía que
Galen entrara en sus sueños, pero eso no impedía que Galen soñara con su
magnífico amante.

Dos veces se había despertado con los bóxers empapados de semen.


A pesar de que todos sus sueños habían sido de naturaleza erótica, la
posibilidad de que se despertara con pegajosos parecía tener una relación
directa con los sueños que incluían a Bannon mordiendo y reclamándole. Si
eso no respondía a la pregunta de su status de pareja, no sabía que lo haría.

—Quiero que vengas conmigo esta noche —dijo Bannon de la nada,


mientras aceleraban a lo largo de alguna carretera de mala muerte de nuevo
en Pensilvania, viajando ahora hacia el norte, aunque más hacia el interior.

—¿En tu sueño? —Galen rebotó un poco en su asiento. Aunque 122


apreciaba el deseo de Bannon por protegerlo, estaba aburrido y
definitivamente podría utilizar la distracción. Además, se suponía que debía
estar ayudando, algo que Bannon le permitió hacer muy pocas veces desde
que comenzó su viaje.

—Sí, pero quiero que me prometas que harás exactamente lo que yo


diga.

—Sabes que lo haré. Déjame ayudar, Bannon. Estás agotado, y te ves


muy mal. Me necesitas. —Probablemente podría haberlo expresado un
poco más delicadamente, pero era la verdad. Bannon parecía la muerte
cocinada a fuego lento.

Bannon suspiró y se inclinó sobre el asiento para besar a Galen en


los labios. —Qué puedo hacer. Te echo de menos, Galen Charles. Estoy
sentado justo a tu lado todos los días, pero necesito sentirte en mis brazos
sin toda esa ropa molesta.
Galen soltó un bufido y rodó los ojos. —Sólo estás caliente.

—Eso, también. —Bannon sonrió infantilmente y se encogió de


hombros—. ¿Puedes culparme?

Gimiendo cuando su polla comenzó a hincharse entre sus muslos,


Galen se frotó el duro bulto con su mano y negó con la cabeza. —Conozco
bien la sensación.

—Entonces terminemos con esto para que pueda prestar la debida


atención a mi pareja.

—No sé si pueda esperar tanto tiempo —masculló Galen, lo que le


valió un bufido burlón del lobo cambia-formas al volante. El acompañante
miró sobre el respaldo del asiento, pero no hizo ningún comentario sobre la 123
situación de Galen. Inteligente de su parte.

Al igual que con todas las nuevas relaciones, la atracción física era
intensa, y la necesidad de lamer, morder, chupar y joder era abrumadora. Si
no estaba pensando en las quince maneras diferentes en que Bannon podría
echarle un polvo la próxima semana, entonces estaba salivando por poner
sus labios envueltos alrededor de la enorme polla de su pareja.

Pensando positivamente, ahora podía decirle a Willow con confianza


que, sí, definitivamente a Bannon le colgaba como un caballo.

—¿Me necesitas, cariño? —Bannon le agarró de sus caderas y tiró de


Galen hacia su regazo para que se sentara a horcajadas sobre sus
musculosos muslos—. ¿Quieres hacerlo?

Galen miró sobre su hombro y directamente hacia la mirada ámbar


del cambia-formas encaramado en el asiento del pasajero. —Me está
mirando, Bannon.

Largos dedos agarraron su barbilla, persuadiéndolo para que sus ojos


regresaran de nuevo a su amante.
—Justo aquí, Galen. Mírame a mí. Sólo nosotros, nadie más. —Su
mano se movió alrededor para acariciar la nuca de Galen y tirar de él hacia
abajo en un ardiente beso.

Su otra mano buscó a tientas el botón de los vaqueros de Galen, y


antes incluso de que pudiera pensar en detenerlo, Galen sintió que su polla
emergía libre de su encierro y el aire fresco pasó sobre la tirante longitud.
Se estremeció involuntariamente, pero no hizo ademán de alejarse de la
boca de Bannon. Cuando esa mano fuerte se envolvió alrededor de su
erección y comenzó a acariciarle al ritmo de la lengua de Bannon, Galen
estuvo en el cielo.
124
Gimiendo en la boca de su amante, Galen sacudió sus caderas,
empujando su rígido eje a través del férreo control de Bannon mientras el
mundo a su alrededor se desvanecía. Maldición, necesitaba esto. No solo el
orgasmo que se iba a disparar hacia él, si no el poder sentir la conexión con
su pareja. Sólo una prueba más de que estaban destinados a estar juntos.
Literalmente lo lastimó no tener el toque de Bannon durante tanto tiempo.

Liberando su boca y arrastrando sus labios arriba hacia el oído de


Galen, Bannon aceleró sus movimientos mientras susurraba entrecortadas,
deliciosas y traviesas palabras. —Sé lo que quieres, Galen. Quieres mi
polla gorda en tu culo, estirándote y llenándote. Eso es lo que mi amor
quiere, ¿no?

—Sííí —siseó Galen, arrastrando la palabra mientras su cabeza caía


hacia atrás sobre sus hombros.

—Pronto, dulce corazón. Esto es sólo para hacerte correr. Sin


embargo, me necesitas, ¿no?

—Sí. Te necesito, Bannon. Por favor. —Galen estaba gimiendo más


fuerte cada vez con cada palabra, pero no le importó. Si los dos hombres en
la parte de delante insistían en mantenerlos encerrados en el estúpido coche
durante días, entonces podrían muy bien irse a la mierda por ello si no les
gustaba.

—Estoy aquí. No voy a dejarte caer. Córrete para mí, cariño. Deja ir
todo lo demás, y córrete para mí.

Eso fue exactamente lo que hizo Galen. Expulsó todo lo demás de su


mente, se enfocó en el intenso placer que le estaba dando Bannon y apretó
los dientes cuando su clímax le atravesó. Semen se disparó de su eje a
través de la hendidura y cubrió la camisa de Bannon con su esperma.
125
Estremeciéndose por las réplicas, finalmente Galen abrió sus
párpados y sonrió hacia los ojos de Bannon.
—Gracias.

Bannon le devolvió la sonrisa y le dio un beso en los labios a Galen.


—Mmm, mi placer. ¿Crees que puedas dormir ahora?

Galen estaba bastante seguro de que podría dormir durante un


tsunami en este momento. —Es usted muy astuto, señor.

Encogiéndose de hombros sin arrepentimiento, Bannon le puso de


nuevo los vaqueros a Galen y le guiñó un ojo. —No te oigo quejarte.

—¿Podemos detenernos para que pueda asearme y cambiarme?

—Nos detendremos en un par de horas para repostar —más o menos


le gruñó el conductor. Aparentemente, aún no le gustaba mucho su trabajo.
—¿De dónde eres? Quiero decir, ¿a qué manada perteneces?

—Cloud Peak —gruñó también el pasajero.

Galen arqueó una ceja y sonrió con satisfacción. —Bannon, ¿puedo


ver tu teléfono, por favor?

Si hacer preguntas Bannon metió la mano en su bolsillo para sacar el


teléfono y se lo dio, encogiéndose de hombros cuando Galen se quedó
asombrado por la pantalla rota y pedazos de plástico astillados. —Tuve un
pequeño accidente.

—¿Aún funciona?

—Por supuesto. 126


Rodando los ojos, Galen encendió la pantalla y se desplazó a través
de los contactos hasta que encontró el número que estaba buscando. Luego
presionó el teléfono en su oreja y esperó mientras sonaba.

—¿Bannon?

—Hey, Blaise —respondió Galen, sonriendo inocentemente cuando


ambos cambia-formas le lanzaron una mirada de asombro. —Soy Galen.
¿Eres el que envió a estos idiotas a que nos llevaran por ahí? Porque, tengo
que decir que apestan.

Blaise gimió a través de la línea, y hubo una pausa larga antes de que
hablara de nuevo. —Puedo entender que están siendo menos que cordiales.

—Eso es un eufemismo. Sólo quiero parar, tomar una ducha, y


comer comida real que no implique el uso de mis dedos como utensilios.
¿Realmente es mucho pedir?

Blaise gruñó, pero no dio ninguna respuesta adicional.

—Nos detenemos para obtener gasolina, aliviar nuestras vejigas, y


pasar por alguna cadena de comida rápida, pero sólo cuando ellos lo
deciden. No me importa ayudar, pero estoy agotado, huelo, y estoy
comenzando a tener migrañas por toda la comida de mierda que siguen
empujando en mi cara.

Bannon frunció el ceño, obviamente infeliz de que Galen le hubiese


ocultado esas noticias. Sonriendo a modo de disculpa, Galen se empujó
hacia arriba en su asiento y besó la mejilla de Bannon. —Estaré bien —
articuló con la boca a su amante.

—No son los tipos más amables del mundo, y están acostumbrados a 127
hacer las cosas a su manera. Además, como que les soborné para que
tomaran el trabajo. Sin embargo, son los mejores, y eso es lo que Torren
me pidió. Blaise estaba siendo extrañamente impreciso, lo que parecía ser
un tema recurrente con todo el mundo relacionado con El Consejo.

—Tío, no estoy lloriqueando o intentando acusarlos. Sólo quiero una


maldita ducha y posiblemente una ensalada sin el Comando Joe Bob
gruñendo como si moralmente yo ofendiera a su madre. No te estoy
pidiendo que les envíes a sus habitaciones. Sólo quiero saber por qué
estamos siendo tratados como prisioneros.

Blaise suspiró audiblemente, y Galen sólo pudo imaginársele


pellizcándose el puente de su nariz. —Sus órdenes eran mantenerse en
movimiento y no dejar que nadie se acercara a ti o a Bannon. De nuevo, eso
es lo que Torren solicitó. —Por el tono de su voz, estaba menos que
encantado con el nuevo anciano—. Eso es todo lo que puedo decirte. Así
que, si quieres una ducha, te sugiero que encuentres rápido al hada.
—¿Qué pasa con Raith Braddock?

—Aún no le han encontrado ni al niño pequeño que mencionaste.


Estoy comprobando la base de datos, pero hay tres manadas de werelobos y
dos manadas de cambia-formas alrededor de esa área. Va a llevar algo de
tiempo. Willow y yo estamos de camino hacia el aeropuerto, así que voy a
tener que dejarte. Siento si no puedo ser de más ayuda.

—¿Por qué vais al aeropuerto? —Galen se dio cuenta de que estaba


siendo entrometido, pero no pudo evitar su curiosidad.

—Aunque los Murphy no hayan encontrado aún a Raith, tropezaron


con una pequeña manada de Moonlighters. Dejaré que Willow te de los
detalles más tarde, pero el resumen de la larga historia es que están en
malas condiciones. Incluso Haven no sería un buen lugar para ellos. 128
—Eso es horrible, pero no explica por qué estáis subiendo a un
avión.

—Stavion acaba de comprar el terreno junto a Haven para que pueda


expandirse. El lugar está demasiado lleno de gente, y cada día llegan más
personas.

—Sí, Jory me lo dijo. —Sin embargo, era una buena cosa. Los
paranormales que Haven recibía eran buena gente sin ningún otro lugar a
donde ir. Era feliz sabiendo que formaba parte de algo como eso.

—De todos modos —continuó Blaise como tengo vínculos familiares


con la manada de Georgia, tengo el honor de ir a convencer a su muy terco
alfa para que haga las maletas, se muden todos a Wyoming, y acoja a esos
Moonlighters. Sé que no has conocido a Xander, pero créeme cuando digo
que preferiría estar en tu posición ahora mismo.
Galen preferiría estar en cualquier otra posición que en la que estaba,
por lo que supuso que podrían necesitar una ley del congreso para
convencer a este alfa para que mueva su manada. —Buena suerte, Blaise, y
quiero decir eso. Dile a Willow que me llame cuando aterricéis.

Se despidieron, y Galen colgó antes de pasarle el teléfono a Bannon


y contarle partes de la conversación que podría haberse perdido. —
Realmente, y quiero decir, realmente quiero una ducha, así que vamos a
encontrar a ese pequeño bastardo hada.

Bannon se rió entre dientes, sacando un frasco de cristal con líquido


claro del asiento frente a él. Giró la tapa y bebió la medicina del sueño. —
Voy a darme cuenta cuando te duermas y voy a llevarte a mi sueño
—No. —Galen se inclinó y sacó otro frasco—. Esta vez sólo tomaré
menos. —Abrió la tapa y bebió un sorbo con cuidado, estimando que fuese 129
alrededor de un tercio del frasco—. Vamos a ver si esto lo logra.

Bannon no parecía muy feliz, pero era demasiado tarde para dar
marcha atrás ahora. Así que, Galen sólo sonrió y se acomodó en su asiento.
Había sido muy serio sobre esa ducha.
Capítulo Once
La primera noche fue un completo fracaso. Una y otra vez trajeron
todo tipo imaginable de paranormales, y alguno que Galen no pudo
identificar, dentro del sueño de Bannon. A pesar de todo, no pudieron
encontrar al maldito hada, o a Lynk Braddock.

—Estoy aburrido. Me duele el trasero. Huelo como un queso viejo


que se ha quedado al sol, y si tengo que comer una hamburguesa más me
van a comenzar a germinar semillas de sésamo por los oídos.

—¿Hay algo más sobre lo que quieras quejarte, princesa? —Le 130
preguntó el conductor.

Bannon gruñó y se movió en su asiento, pero Galen le dio unas


palmaditas en la pierna y sacudió la cabeza. —Tiene razón. Todos se
sientes tan miserables como yo.

—Igualmente No me gusta —respondió Bannon, lanzando dagas con


la mirada hacia la nuca del cambia-formas.

Rodando los ojos, Galen se deslizó a través del asiento y se metió


debajo del brazo de Bannon. —El gruñido es sexy, pero no particularmente
útil. ¿Qué tal si trabajamos? Necesitamos encontrar a Camdin antes de que
todos nos terminemos matando.

Galen amaba que Bannon se sintiera protector hacia él y que


estuviera dispuesto a defenderlo. El hombre también tenía una veta
posesiva enorme, que Galen encontraba entrañable. Era agradable
pertenecer a alguien sin sentirse un pedazo de propiedad.
Pasaron la semana estando agobiantemente juntos en el interior del
vehículo, la tensión era alta. Bannon y los dos lobos cambia-formas se
habían estado gruñendo desde el amanecer. Era dulce por parte de Bannon
salir en su defensa, pero Galen no sabía cuánto más podrían manejar sus
nervios crispados.

—Quizás el pequeño hombre quiera darnos otro espectáculo —dijo


el pasajero con una sonrisa arrogante cuando se dio la vuelta en su asiento
para mirar a Galen de arriba abajo.

Bannon estuvo fuera de su asiento y arrastrándose sobre la consola


entre los asientos delanteros para estrellar su puño en la cara del tipo
incluso antes de que Galen registrara el insulto.

El coche se desvió mientras el conductor luchaba por separarles y 131


empujar a Bannon hacia el asiento trasero. Sin embargo, no estaba teniendo
mucho éxito con sus esfuerzos, y Galen supo que terminarían en una zanja.

—Nunca hables así de él —rugió Bannon antes de asestar otro golpe


en la mandíbula del cambia-formas.

El nivel de ruido en el coche subió a volúmenes ensordecedores, y


Galen tuvo el impulso de cubrirse los oídos. En su lugar, envolvió ambos
brazos alrededor de la cintura de Bannon y tiró con toda su fuerza. —
¡Bannon, es suficiente!

Fue como apretar un interruptor. Bannon se calmó al instante, libero


su agarre del cuello del otro hombre, y se sentó. Sujetó a Galen por la parte
superior de los brazos y lo jaló sobre su regazo, y lo sostuvo allí con mano
de hierro mientras continuaba gruñendo y rugiendo a los dos lobos en el
asiento delantero.
—Pide perdón.

El pasajero se frotó su hinchada mandíbula y fulminó con la mirada,


pero inclinó su cabeza hacia abajo y ofreció una farfullada disculpa a
Galen.

Galen inclinó su cabeza a cambio y se acurrucó contra el pecho de


Bannon. Parte de él quería reprender a su amante por actuar como un niño,
pero no pudo hacerlo. Nadie había estado nunca de su lado. Nunca nadie lo
defendió sin pensar si estaba bien o mal. Ni siquiera sus amigos en Haven
habían peleado alguna vez con tanta vehemencia por él.

—Gracias —susurró contra la erizada piel de la mandíbula de


Bannon—. Siento si causé problemas.

De ser posible, los brazos de Bannon se apretaron aún más en torno a 132
él, y frotó su mejilla en la parte superior de la cabeza de Galen. —No
hiciste nada malo, cariño. Nadie tiene el derecho de tratarte de esa manera.
Incluso cuando no esté alrededor, nunca te conformes con menos de lo que
te mereces.

Cerrando los ojos y suspirando con satisfacción, Galen sintió que se


enamoraba un poco más del gran irlandés con brillantes ojos verdes. —
Vamos a trabajar y encontrar a ese hada.

—¿Dónde diablos estamos?

—Mi sueño. —Bannon enrolló los brazos alrededor de su pareja y lo


arrimó contra su pecho. No estaba en ningún peligro, aún, pero le gustaba
sostener a Galen.
Galen soltó un bufido cuando se echó hacia atrás cómodamente
contra Bannon. —Sé eso. Quiero decir ¿dónde está el coche?

—Ah, creo que estamos en Pensilvania.

—¿Pueden tus hermanos hacer esto? Todo el mundo dice que eres un
Rastreador asombroso, así que tengo que asumir que no pueden.

El pecho de Bannon se hinchó de orgullo, y sus labios se estiraron en


una amplia sonrisa. —No, no pueden. Son buenos Rastreadores por
derecho propio, pero sólo un Murphy por generación nace con la habilidad
de soñar despierto.

—¿Tus hermanos son gay?

—Sí, lo son —Las cejas de Bannon se fruncieron en confusión—. 133


¿Por qué lo preguntas?

—Va a ser un poco difícil para vosotros pasar este pequeño don si
ninguno de vosotros folla mujeres.

—Bien, Cassius no estaba follando a una mujer, ¿no? Además,


tenemos primos. No es como si nos estuviéramos meando en el árbol
genealógico.

—Brujo espetó Galen. Brujo, brujo, brujo, creo que hay once no,
doce de ellos.

—Muy bien, dulce corazón. —Bannon estaba impresionado. Galen


había sido capaz de identificar el círculo de brujos incluso antes de que
hubieran pasado a través de la niebla. No solo la compañía del pequeño
hombre era bienvenida, si no que las cosas iban mucho más rápidas con él
aquí.
—Libérales, Bannon. —Galen parecía presa del pánico—. Saben lo
que está pasando. Están cantando. ¡Joder, hazlo ahora!

Bannon cerró los ojos y mentalmente borró su control provisional de


las mentes de los brujos. Cuando abrió los ojos de nuevo, se había ido, y
soltó un suspiro de alivio. —¿Cómo haces eso?

—No tengo idea. Definitivamente es nuevo. Quizás sólo puedo


hacerlo en sueños, porque sin duda nunca antes escuché a la gente en mi
cabeza o pude sentir cuándo estaban asustados o enojados.

—Tiene sentido. Puedes manipular tus poderes para lo que necesites


dentro del mundo de los sueños. No me quejo, porque está probando que es
útil.
134
—Demonios, pero se sienten más como Jory que el aterrador de la
última vez.

Bannon asintió con la cabeza cuando cuatro hombres de mediano


peso y estatura vagaban en medio de la niebla. No eran una amenaza, y no
eran los que estaban buscando, así que los desestimó.

—Cambia-formas, cambia-formas —continuó Galen de una manera


aburrida—. Ca–¡Hada!

Cuatro de los hombres más grandes que Bannon había visto en su


vida se desviaron hacia el centro del claro, cada uno mirando a su alrededor
o mirando la luz de la luna. —¿Cuál? —Imaginaba que un hada sería
pequeño y delicado, al igual que Kendall, el amigo de Galen.

—Ese, —dijo Galen, señalando hacia el que estaba más cerca de él—
el que tiene el cabello negro y largo
—¿Puedes oírle?

Galen sacudió la cabeza.

—¿Puedes hablar con él? —Bannon tocó la sien de Galen para


mostrarle que no quería que hablara en voz alta.

—Lo intentaré.

Lo que sea que hizo funcionó porque el hombre que Bannon asumió
que era Camdin se dio la vuelta para mirarles fijamente.

—Ese es Camdin —confirmó Galen—. Sabe que está en un sueño,


pero aparte de eso, no tiene idea de donde está en el mundo real. Quiere
saber si Layke está a salvo. —Galen transmitía todo a Bannon igual que lo 135
haría un intérprete—. Lo están manteniendo drogado con sangre de
cambia-formas. —Galen levantó la mirada y arrugó la nariz ante Bannon—
. ¿De verdad? ¿Tu sangre enferma a las hadas?

Bannon se encogió de hombros. —Realmente nunca conocí a un


hada. No podría decirte.

—De acuerdo, así que ¿qué hacemos ahora? ¿Cómo llegamos hasta
él?

—Necesitamos saber dónde está.

—Ya te dije que no lo sabe. —Galen bufó de frustración—. Esto es


una mierda. Quiero decir, está malditamente aquí, pero no está. Y ¿cómo
diablos hacías esto sin mí?

Bannon se rió entre dientes y besó la parte superior de la cabeza de


Galen. —Era mucho más difícil, y un gran problema. Sin tu ayuda, lo
establezco más como un club, y para cada estado tenían su nombre y de
dónde venían para poder entrar.

—Sí, eso suena complicado y consume mucho tiempo —coincidió


Galen—. ¿Qué hacías en caso de que no supieran donde estaban?

—Necesito que despiertes ahora, Galen. —Bannon sabía lo que tenía


que hacer, pero no iba a arriesgarse a que Galen lo hiciera.

—¿Por qué? ¿Qué estás haciendo?

—Voy a ir con él.

—¡No lo harás! —Galen se dio la vuelta y entrecerró los ojos—.


¿Qué pasa si te quedas atascado? ¿Qué pasa si no puedes salir de su sueño? 136
No voy a dejarte hacerlo.

—Hice esto antes, a ghrá. Sé lo que estoy haciendo. —Bannon


empujó hacia atrás los oscuros rizos de la cara de Galen y besó su frente—.
Confía en mí.

—Me has llamado así antes. ¿Qué significa?

—Mi amor —susurró Bannon—. No te estoy pidiendo que sientas lo


mismo, pero conozco mi corazón.

—Pensé que yo era tu corazón. —Los ojos de Galen centellearon, y


una sonrisa apareció en la comisura de sus labios.

—Sí, eso eres. Y siempre protejo mi corazón, así que necesito hacer
esto solo. Despierta ahora, Galen.
Su pequeña pareja feroz le miró durante un largo tiempo antes de que
finalmente asintiera con la cabeza y diera un paso hacia atrás. —Regresa a
mí, Bannon Murphy. Lo digo en serio.

—Es el único lugar en el que quiero estar. —Igual que con los
brujos, Bannon cerró los ojos y liberó a Galen de regreso a su propio sueño.
Esperaba que fuese un final feliz.

Entonces una por una, liberó a las otras personas de pie en el claro
hasta que sólo quedaron Camdin y él. —Soy Bannon Murphy, y el Anciano
Winters me envió para llevarte de regreso a Wyoming.

—¿Layke está bien? —Preguntó Camdin, y Bannon se sorprendió de


lo suave y musical que sonó su voz. Había esperado una resonante y
profunda voz de barítono.
137
Bannon asintió. —¿Sabes quién te está reteniendo?

Camdin sacudió la cabeza. —Sólo sé que son cambia-formas. Ni


siquiera estoy seguro de que tipo.

—¿Cuánto tiempo has estado allí?

—No lo sé, pero creo que no mucho. Estuve con diferentes cambia-
formas antes que ellos.

—¿Por qué te retienen, Camdin? —Esta línea de interrogatorio no


iba a ninguna parte rápido, pero Bannon realmente no quería viajar al
interior del sueño de Camdin—. El Anciano Winters dijo que estabas en la
clandestinidad.

—Lo estuve durante mucho tiempo. Pero me encontraron. Estoy


enfermo, Sr. Murphy. Creo que me podría estar muriendo. Tengo algo que
quieren.

—¿Qué tienes, Camdin? —Preguntó Bannon persuasivamente.

—Tienen la llave, pero no pueden encontrar el libro. No les daré el


libro.

Una luz se encendió, y Bannon casi se ahogó con su lengua. —


Tienes el Libro de los Desterrados.

—Está bien escondido. Nunca lo encontrarán.

—¿La llave, Camdin? ¿Quién es la llave?

—Ah, así que conoces la leyenda. —El hada asintió lentamente en


señal de aprobación antes de doblarse por un ataque de tos. —Lynk 138
Braddock no puede saber la localización del libro— habló con voz áspera
cuando pudo respirar de nuevo—. Han traído vampiros para intentar
sacarme la información. Cada vez estoy más débil, y no sé cuanto pueda
resistirme a ellos.

—¿Qué quieren hacer los cambia-formas con el libro?

—Lo mismo que quieren todos. —Camdin levantó sus brazos hacia
los lados—. Poder. Creen que los brujos les darán ese poder si entregan el
Relegatis.

Bannon sabía exactamente qué aquelarre esperaba beneficiarse del


trato. Bien, quizás no exactamente, pero había visto sus caras cuando les
había arrastrado a su sueño.

—Voy a ayudarte, pero necesito saber dónde está el libro.


¿Cuánto tiempo había estado guardando el libro de todos modos? En
algún momento Phillip McCarthy tuvo que haberlo poseído para conocer
los hechizos que había emitido en el cementerio, así como
comprometiéndose para asegurarse de que ese lobo no pudiera matarle.

—No puedo decirte eso, porque nuestros sueños no son seguros.


Libérame de esos cambia-formas, y podré darte el libro. —No fue una
demanda tanto como una súplica.

—¿Conoces a Phillip McCarthy?

El rostro de Camdin palideció, y sus labios se presionaron juntos en


una delgada línea. Sacudió la cabeza rápidamente. Bannon pensó que se
negaba a responder la pregunta, no que estuviera respondiendo que no, esa
fue toda la respuesta que necesitó.
139
—¿No puedes decirme nada de dónde estás? —Ahora que sabía que
los brujos estaban involucrados, la idea de de aventurarse en los sueños de
Camdin era aún menos atractiva.

—Huele como sangre, excrementos, y animales muertos donde


estamos siendo retenidos. La habitación es pequeña, pero creo que el
edificio debe ser mucho más grande. Las voces hacen eco cuando la gente
habla. No hay suelo, sólo tierra. Eso es todo lo que puedo decirte.

—Camdin, voy a enviarte de regreso ahora. Alguien estará allí


pronto. ¿Está Lynk Braddock contigo?

—Sí.

Bannon meneó la cabeza. —De acuerdo, entonces sólo quédate


tranquilo. —Liberando su dominio de Camdin, lentamente comenzó a
derrumbar su sueño, invirtió los pasos que dio para construirlo. Cuando
hubo terminado, cerró los ojos y básicamente se obligó a despertar.
Realmente no sabía cómo funcionaba nada de esto, pero ser capaz de
despertar a voluntad era muy útil cuando las cosas iban mal.

El hecho de que supiera donde comenzar a buscar a Camdin y Lynk


fue sólo pura suerte. Su Pa había insistido en que los chicos Murphy eran lo
suficientemente fuertes, lo que significaba que Bannon tuvo un trabajo en
el momento en que cumplió quince años. Había odiado cada minuto de ese
verano, pero tenía un lado positivo, ya que ahora le era muy útil.

Abrió sus párpados de nuevo, bostezó y se apartó el pelo de la cara.


Rodando la cabeza hacia un lado, sonrió cuando encontró a Galen
devolviéndole la mirada. —Hola, dulce corazón.

—Has vuelto —susurró Galen—. Estaba preocupado.


140
—Estoy bien. Te dije que no te preocuparas. —Extendió la mano y
tocó la punta de la nariz de Galen con el dedo—. Creo que sé donde está. Y
¿adivina qué?

—¿Qué? —Preguntó Galen, jugando con una sonrisa tonta en los


labios.

—Lynk Braddock está con él.

—¡Lo conseguimos! —Galen hizo un bombeo con el pequeño puño


que hizo reír a Bannon.

Sentándose más erguido, se inclinó hacia arriba entre los dos asientos
delanteros y se aclaró la garganta. —Necesitamos parar aquí. —
Sorpresivamente, los lobos no discutieron. Diablos, el conductor ni siquiera
encontró un estacionamiento. Simplemente se hizo hacia un lado de la
carretera—. Uh, gracias.
—¿Qué estamos haciendo? ¿Dónde está? ¿Cómo llegamos?
¿Necesitamos refuerzos?

Bannon levantó las manos para cortar las frenéticas preguntas de


Galen. —Tranquilo, cariño. Voy a llamar a Torren ahora. —Sacando su
móvil, presionó la marcación rápida y esperó a que el brujo respondiera. —
Sé dónde buscar a Camdin —dijo a modo de saludo cuando Torren
respondió.

—Dime que necesitas —respondió Torren, todo negocios.

—Raven y Demos para mañana por la noche, y una lista de los


mataderos dentro de un radio de ciento sesenta kilómetros de… —Bannon
se apagó y miró por la ventana como si eso le diera una idea—. ¿Dónde
diablos estamos? 141
—Creo que la última señal decía Carbondale —contestó el pasajero.
Bannon pensó que su nombre podría haber sido Scott, pero no podía
recordarlo. Después de siete días, cualquiera pensaría que sabría sus
nombres. No era que no le importara. Los lobos no eran buenos
compartiendo.

—Dentro de un radio de ciento sesenta kilómetros de Carbondale,


Pensilvania —le repitió a Torren.

—¿Por qué coño necesitas mataderos, Murphy?

El olor de excrementos, sangre, animales muertos, suelos sucios,


habitaciones cavernosas, y paredes huecas, todo eso le trajo recuerdos del
verano que había pasado trabajando en ese matadero en Limerick. —Ahí es
donde vamos a encontrarles.
Capítulo Doce
—¿Estás preparado para esto? —Preguntó Raven.

Galen estaba preparado para cualquier cosa. Finalmente tuvo su


habitación en un hotel, una ducha caliente, y comida decente. La ducha
caliente había incluido un cambia-formas muy hermoso y desnudo con ojos
verdes de ensueño, así que prácticamente sentía que podría arrasar el
planeta.

También había tenido una revelación. Mientras había estado sentado


en el asiento trasero del infernal Tahoe14 viendo dormir a Bannon y 142
preocupándose de si volvería a verlo, se había maldecido por ceder y
permitir que su pareja le alejara. Bannon sabía lo que estaba haciendo, así
que habría tenido más sentido que Galen diera un paseo dentro de los
sueños de Camdin. Entonces si algo fuese mal, Bannon, con un poco de
suerte, podría haberle rescatado.

Si algo hubiese salido mal para Bannon, él habría estado solo, porque
Galen no tenía idea de cómo rescatarle. Y mientras había estado pensando
en eso, también se había dado cuenta de que si su amante no pudiera
salvarle, había una posibilidad muy real de que acabara muerto. La mayor
revelación fue que no le importaba. Si eso significaba que Bannon estaba a
salvo, bien, eso era todo lo que importaba.

Estaba dando impaciente por compartir este nuevo descubrimiento


con Bannon, pero no le pareció un buen momento. O bien habían estado

14Tahoe: El Chevrolet Tahoe y GMC Yukon es un automóvil todoterreno del segmento F


desarrollado por General Motors y vendido bajo las marcas Chevrolet y GMC. Ambos
modelos poseen un motor V8 de 5 L. capaz de alcanzar una potencia máxima de 225
CV a 5200 RPM.
elaborando estrategias o durmiendo. Ninguna se presentaba la oportunidad
ideal para su declaración. Había estado la ducha, por supuesto, pero en
realidad no quiso decir las palabras por primera vez con la polla de su
amante enterrada en su culo. Eso parecería de mal gusto.

—¿Galen? ¿Estás preparado, a ghrá? —Bannon tocó su brazo


ligeramente, rozando sus dedos sobre la piel y haciéndola estallar en piel de
gallina.

—¿Qué? —Galen tembló y miró alrededor de la habitación a los


otros hombres. ¡Mierda! Se había perdido completamente toda la
conversación—. ¿A dónde vamos?

—Vuelve al camino por el que viniste —respondió Demos—. Hay


un matadero justo al norte de Carbondale que ha estado cerrado durante un
par de meses. Es el mejor lugar para comenzar. 143
—¿Sólo vamos a estar nosotros? —Galen no sabía cuántos cambia-
formas había, pero asumía que serían extremadamente superados en
número. Bannon había dicho algo sobre brujos. ¿Qué pasa si el lugar tiene
algún tipo de hechizo de protección a su alrededor?

—Realmente piensa en todo —le felicitó Raven cuando comentó sus


preocupaciones con el grupo—. Desafortunadamente, no tenemos tiempo
para esperar a que los refuerzos lleguen hasta aquí.

—Hay una buena probabilidad de que los brujos ya sepan que


estamos aquí —añadió Demos—. Si no lo saben, lo sabrán pronto.
Tenemos que movernos ahora.

—¿Qué pasa con Raith y el niño pequeño? —Galen sabía que no era
realmente importante para su situación actual, pero no podía olvidar al
pequeño hada.
—Tienen al niño pequeño y arrestaron al alfa, beta, y dos Ejecutores
—respondió David, uno de los cambia-formas lobo. Resultó que sí tenían
nombres, y después de sacarles de la SUV, realmente no eran chicos tan
malos.

Debió haberlo mostrado en su cara porque el otro lobo, Scott, le


sonrió y guiñó un ojo. —Siento lo que dije en el coche. Estuvo fuera de
lugar, y no tengo excusa. Tienes una buena pareja ahí.

—Gracias. —Galen echó un vistazo a Bannon y sitió su interior todo


sensiblero. Nadie tenía que decirle que tenía al mejor.

—También siento haber sido tan idiota —añadió David con una
sonrisa mientras arrastraba los pies incómodamente—. Estábamos teniendo
algunos problemas personales antes de que Blaise nos asignara este trabajo. 144
Supongo que podrías decir que no estábamos exactamente felices por
tomarlo, pero aún así no debimos habernos desahogado contigo.

Galen le hizo una señal. —Lo entiendo. No he sido el más fácil para
llevarse bien. Ocho días dentro de un coche harían eso a cualquiera, así que
definitivamente estáis perdonados. —Todos se dieron las manos, e incluso
Bannon se unió con su propia disculpa por tumbar a Scott.

—Así que, ¿qué pasa con el niño pequeño?” Preguntó Bannon una
vez que todos terminaron con sus tareas pendientes. Calentaba el corazón
de Galen que su pareja estuviera tomando la situación con seriedad.
También le dio la sensación de que sólo era porque Bannon sabía que era
importante para él. ¿Quién no podría amar a un hombre como ese?

—No saben por dónde empezar a buscar a los padres del niño, así
que van a llevarle de nuevo al Consejo —dijo Scott—. Esa es toda la
información que tenemos por ahora.
—¿Qué pasa con Raith Braddock? —Preguntó Demos.

Ambos cambia-formas sacudieron sus cabezas.

—No pueden localizarle. Torren está en camino, pero suena como


algún mal mojo15 descendiendo en Missouri. —David se frotó la nuca y
suspiró—. Si no pueden encontrarle para cuando terminemos aquí, se
supone que tenemos que llevarlos de vuelta para reuniros con Torren.

—Bien. Entonces vamos a hacer esto de manera que podamos volver


pronto a casa —dijo Raven cuando se puso de pie.

Galen estuvo de acuerdo. Sólo habían pasado ocho días, pero estaba
preparado para regresar a Wyoming. Echaba de menos su cama, a sus
amigos, y no estar en constante temor de que alguien intentara 145
exterminarles antes de que pudieran alcanzar su meta.

Estaban tan cerca, demasiado. Sus enemigos ya les habían dado un


trato de dos por uno con Camdin y Lynk. Si fuesen afortunados, Torren
encontraría a su otro maldito hermano por su propia cuenta, y entonces
todos podrían seguir adelante con sus vidas.

—¿Hay alguna posibilidad de que podamos morir?

Demos se encogió de hombros despreocupadamente. —Seguro.


Siempre hay una probabilidad cuando salimos en una misión. —La manera
en que lo dijo sonó más como si estuviera explicando a Galen las
posibilidades de conseguir un pinchazo en un partido de béisbol. Sí, podría
ocurrir, y nadie podría verlo venir.

15 Mojo: bolsa de hechizos mágicos utilizados en vudú.


Galen había imaginado hacer esto a la luz de las velas y con música
suave, pero sabiendo que Bannon podría no regresar, no estaba dispuesto a
dejarlo ir sin decirle esto antes. —Chicos, ¿podéis darnos un minuto? Nos
encontraremos en el coche.

Todos mascullaron su conformidad y salieron de la habitación. Galen


les vio irse y esperó a que cerraran la puerta antes de darse la vuelta para
mirar a su pareja. —Necesito decirte algo.

—¿Qué es? —Bannon no parecía inquieto en lo más mínimo.


Diablos, su sonrisa era tan grande, que Galen temía que le partiera la cara
en dos.

Su corazón martilleaba, sus palmas comenzaron a sudar, y su lengua


se le pegó en el paladar. —Yo… yo… —Nunca había pronunciado las
palabras a otro ser humano. Ni a sus amigos, ni a su madre, ni siquiera a 146
Dallas Zeppler habían sido dignos de las palabras. Sin embargo, Bannon
era diferente. Bannon era todo. —Te amo.

Una vez que pasaron por sus labios, las palabras ya no parecían ser
tan aterradoras. De hecho, Galen se sentía liberado, como si hubiese
llevado una gran carga, y de repente se hubiese levantado. —Nunca voy a
sentir por otra persona lo que siento por ti. Moriría por ti de buena gana,
Bannon Murphy, porque eres lo más importante en mi vida.

Galen chilló cuando los brazos de Bannon lo atraparon como bandas


de acero, lo alzó y le giró en círculos. —Ah, haces que mi corazón
repiquetee, cariño —bromeó. Sus labios encontraron los de Galen, y
compartieron un beso breve pero sensual antes de que Bannon lo dejara de
pie y se pusiera serio.

Acunando las mejillas de Galen con ambas manos, se inclinó para


que estuvieran cara a cara. —Te amo —dijo muy claramente.
Eso fue todo lo que dijo, pero en realidad, ¿qué más había? Era lo
suficientemente para Galen, y no sabía si su ritmo cardíaco regresaría a la
normalidad. Si ese era el precio que tendía que pagar por tener el amor de
un hombre como Bannon, lo pagaría con mucho gusto. Diablos, tomaría un
préstamo por si lo necesitara.

—Deberíamos irnos —dijo Bannon después de otra larga pausa


donde sólo se miraron.

—Te propongo un trato.

—¿Qué trato?

—Sácanos vivos de esto, y podrás reclamarme.


147
Bannon sonrió cuando se puso de pie y tomó la mano de Galen,
llevándolo hacia la puerta. —Me aferraré a ese trato

Absolutamente odiaba que Galen tuviera que estar allí, pero su


pequeña pareja se había convertido en su arma secreta. Sería más fácil, más
rápido, y mucho más seguro que Galen hiciera un análisis y les dijera
cuántos paranormales había en el edificio y de qué tipo eran. Sin embargo,
una vez que su trabajo hubiese terminado, iba a quedarse en el coche a
esperar tanto si le gustaba como si no.

—¿Necesitas acercarte más? —Bannon rezaba para que su amante


dijera que no.

Galen cerró los ojos y se inclinó contra el lado de Bannon en el


asiento trasero de la SUV. Podían ver el matadero abandonado por la
carretera, pero con un poco de suerte, estarían lo suficientemente lejos para
que nadie pudiera verles.

—Uno… dos… cinco… siete cambia-formas —dijo Galen después


de un minuto, aparentemente contándoles cuando se topaba con ellos o lo
que fuese que pudiera sentir—. Un hada, un brujo, y creo que una cabra.

—¿Una cabra? —Preguntó Raven desde el asiento del conductor—.


¿En serio?

Galen abrió los ojos y se encogió de hombros. —Los animales reales


son más difíciles que los cambia-formas, pero creo que es una cabra.

—Bueno, tenemos la esperanza de que el brujo sea Lynk Braddock


—dijo Demos antes de abrir la puerta y salir del vehículo—. Vamos a
rocanrolear. 148
Galen también alcanzó la manija de su puerta, pero Bannon lo
detuvo. —Quédate aquí.

—De acuerdo. —El hombre más pequeño se repantingó en su asiento


y se quitó los zapatos dejándolos caer en el suelo.

—¿Eso es todo? —Bannon se había preparado para rogar, implorar,


y sobornar. La fácil conformidad de Galen le dejó tambaleándose por qué
decir a continuación.

—No puedo luchar. No tengo súper poderes, y no sano como


vosotros. Sólo voy a estorbar, distraerte, o ser herido. Realmente no me
gusta ninguna de esas opciones, así que me quedaré aquí. ¿Debo tocar el
claxon si veo que viene alguien?

—No. Quédate ahí y guarda silencio. —Aunque sería bueno el


preaviso de que la caballería se acercaba, no se arriesgaría a que Galen
expusiera su escondite. Sacando una daga de la funda de su cinturón, la
volteó y se la tendió a Galen. —Toma esto.

Galen parecía que iba a rechazarla, pero Bannon gruñó, y finalmente


rodó los ojos y la tomó. —Lo mismo que la última vez —dijo con
firmeza—. Vuelve a mí, Bannon Murphy, o buscaré a alguien más grande
para que te patee el culo.

Riéndose, Bannon se inclinó y besó los regordetes labios de Galen


antes de deslizarse fuera del coche y correr para reunirse con sus
compañeros Ejecutores. —¿Nos mantenemos juntos o separados? —
Preguntó a Raven, quien técnicamente estaba al mando en ausencia de
Stavion, aunque a los Ejecutores de la Manada Cloud Peak probablemente
no podría importarles menos quién daba las órdenes.
149
—Nos mantendremos juntos hasta que entremos. Lo
reconsideraremos desde allí.

Todo el mundo asintió su conformidad y salieron hacia la ruinosa


estructura que parecía francamente espeluznante allí de pie a la luz de la
luna. Manteniéndose bajo y pegado a las vallas cerca de los corrales,
Bannon fue el primeo en alcanzar la pequeña puerta lateral. Estaba
ligeramente entreabierta, y parecía que se iba a caer de sus bisagras si
resoplase mucho.

Deslizándose alrededor del lateral del edificio, buscó otra forma en la


que fuesen menos visibles que básicamente derribando la puerta frontal.
Las ventanas estaban demasiado altas para alcanzarlas. ¡Mierda! No vio
otra puerta a lo largo del lado este, así que continuó hacia la parte trasera
del establo donde trató de nuevo con la vista de las enormes puertas dobles.
Sí, nadie se daría cuenta si empujaba directamente para abrirlas.
Pisando en silencio, se apresuró a regresar alrededor del edificio
hacia los otros que aún esperaban cerca de los corrales. A medida que
caminaba hacia ellos, sus ojos siguieron la valla, y una sonrisa se extendió
sobre su cara cuando se dio cuenta que en realidad era una rampa que
conducía a una puerta en lugar de una puerta interior del edificio.

Agitando su mano para conseguir la atención de los otros, hizo un


gesto con la cabeza hacia la rampa y señaló la puerta. Cuatro pares de ojos
siguieron sus movimientos, y todos asintieron con sus cabezas.
Deslizándose entre dos de las tablas podridas, Bannon se agachó en el
interior de la rampa y esperó a que los otros se le unieran antes de ir hacia
la puerta.

Era de metal en lugar de madera, pero no tuvo problemas para


saltarla y aterrizar en el interior del edificio escasamente iluminado. Raven
y Demos saltaron la valla después de él, y algo peludo rozó contra su mano 150
donde colgaba sin fuerzas a su lado.

Bajando la mirada, se encontró con un enorme lobo rojizo mirando


en la oscuridad de la cavernosa habitación. Explorando detrás de él,
encontró otro lobo de pie cerca de Demos con sus ojos fijos en la
oscuridad.

Doblando las rodillas, se puso en cuclillas al lado del lobo cercano a


él y presionó sus labios en la oreja del animal. —Guíanos —dijo lo más
silenciosamente posible. La oreja del lobo tembló, y se quedó en silencio
resoplando antes de caminar hacia delante para ser engullido por las
sombras.

Bannon no podía ver, pero era capaz de seguir el suave acolchado de


las patas del cambia-formas sobre el suelo de tierra. No había dado más de
media docena de pasos cuando el otro lobo de su grupo salió lanzado
delante de él, ladrando y gruñendo. La voz de su compañero se alzó con la
suya, salvaje y feroz.

Sus ladridos y gruñidos estuvieron acompañados rápidamente por el


grito infernal de un pterodáctilo16. Siendo realistas, no sabía nada sobre un
gran pájaro-reptil-extinto, pero estaba seguro que sonaba como uno.

Fuertes graznidos y chillidos como para sacudir las paredes hicieron


eco alrededor de la habitación, y el aire se estremeció a su alrededor
cuando los sonidos del aleteo compitió con los profanos gritos.

—¡Bannon! —Gritó Raven—. Ve a buscar al hada y a Braddock.


¡Nos encargamos de esto!

Bannon nunca había sido una persona que se retirara en una pelea,
pero comprendía la importancia de encontrar a esos tipos, así que salió
corriendo hacia el interior del establo. Desafortunadamente para él, eso le 151
llevó directamente hacia el pájaro monstruoso que estaba haciendo todo el
escándalo. Afortunadamente, alguien tuvo la amabilidad de elegir
exactamente ese momento para encender las luces fluorescentes que
colgaban de las vigas.

Entrecerrando los ojos contra el repentino brillo, Bannon obtuvo su


primera buena mirada de sus enemigos y casi se enojó. Eran águilas
doradas. Parecían lo que él imaginaba que serían las aves de rapiña si
alguien les inyectara esteroides y posiblemente residuos radiactivos.
Pájaros tan grandes simplemente no existían más allá de los fósiles.

Parecía ser una desventaja para ellos, ya que estaban teniendo


problemas para permanecer en el aire. Aunque la habitación era grande, no
era lo suficientemente grande para dar cabida a siete de ellos y permitirles

16Pterodáctilo: Reptil fósil volador caracterizado por presentar una membrana entre las
extremidades anteriores y el cuerpo, que le posibilitaba el vuelo; vivió en el periodo

jurásico.
dar vueltas libremente. Incluso mientras miraba, una de las águilas se
golpeó contra las vigas y cayó en espiral hasta el suelo.

Decidiendo que los otros Ejecutores tenían las cosas bajo control,
Bannon buscó en la habitación a quienquiera que encendió las luces. Cerca
de la esquina en el fondo de la habitación, oculto en las sombras, una figura
oscura se dejó caer contra la pared y se deslizó lentamente hacia el suelo.

Saltando sobre uno de los pájaros caídos, Bannon corrió al otro lado
de la habitación, levantando polvo detrás de él mientras corría.
Disminuyendo el paso, se acercó cautelosamente con las manos a la vista
para demostrar que no era una amenaza. —¿Eres Lynk Braddock? —Gritó
por encima del ruido de la lucha.

—Sí —dijo el hombre con voz ronca. Estoy muriendo.


152
—Hoy no, no lo harás. ¿Dónde está el hada?

Lynk levantó una mano temblorosa y señaló hacia una puerta en la


esquina.

Bannon asintió y le dio unas palmaditas en el hombro al brujo. —


Regresaré por ti. Sólo aguanta. Poniéndose de pie, se movió con cautela,
manteniéndose de espaldas a la pared y comprobando por encima del
hombro cada pocos pasos. Una vez que alcanzó la puerta, le dio un suave
empujón con el pie para abrirla y se asomó a través del marco. —¡Camdin
Maywater!

El sonido de una tos fue su única respuesta, pero era mejor que nada.
Nada quería decir que estaba muerto, y si estaba muerto tendría problemas
con El Consejo. Además, tenía que convencer a la persona para que se
hiciera el muerto.
No le tomó mucho tiempo localizar al hada y medio llevarle, medio
arrastrarle fuera de la habitación para sentarle junto a Lynk. —Quedaos
aquí —ordenó como si estuvieran en condiciones de moverse. Ambos
parecían como si fuesen a llamar a las puertas de la muerte en cualquier
momento.

En algún momento mientras había estado rescatando a los


prisioneros, sus amigos habían decidido que no querían ganar. Demos
estaba tumbado de bruces en el suelo. Ambos lobos estaban desplomados
de costado sangrando profusamente. Se las habían arreglado para ganar a
cinco de los pájaros, pero eso aún dejaba a Raven por su cuenta para que
luchara contra dos de ellos. Así que, por supuesto, estaba perdiendo.

Una gran garra cortó el aire, alcanzando a Raven en el pecho


derribándolo. No tardó mucho en ponerse de nuevo en pie para luchar y
atacar como un loco, aún cuando la sangre fluía de su herida abierta en su 153
pecho.

Si Raven estaba loco, Bannon su ponía que él también lo estaba,


porque al siguiente instante también se encontró corriendo hacia las
enormes bestias. Probablemente fueran a perder, pero no se irían sin luchar.

Sin embargo, no fue necesario. Dos golpes amortiguados sonaron


desde el otro lado de la habitación, y entonces ocurrió la cosa más extraña.
Ambas águilas cambiaron a hombres desnudos en el aire y cayeron hacia el
suelo donde quedaron inconscientes.

Sorprendido, Bannon miró hacia la puerta para encontrar a su pareja


allí de pie con una pistola tranquilizante en sus manos. —¡Pensé que te dije
que te quedaras en el coche!

Galen se encogió de hombros mientras avanzaba hacia adelante. —Y


yo te dije que no dejaras que te mataran. —Dejó que la culata del rifle se
apoyara en el suelo e hinchó su pecho, orgulloso y arrogante—. Pensé que
si uno de nosotros iba a romper su promesa, debía ser yo.

Bannon no se apaciguó. Gruñó y refunfuñó en voz baja mientras


pisoteaba fuerte de un lado a otro y agitaba sus manos alrededor como un
loco, delirando sobre cómo Galen podría haber muerto. Cuando finalmente
se detuvo, se dio la vuelta, cruzó los brazos sobre su pecho y lo miró
fijamente. —¿Qué tienes que decir en tu defensa?

Su pareja levantó ambas cejas y sonrió con satisfacción. —De nada.

154
Capítulo Trece
—Así que, ¿salvamos el mundo? —Galen parpadeó inocentemente a
Bannon cuando todos se reunieron en el despacho de Torren.

—Estamos a punto de descubrirlo —respondió Bannon con una


inclinación de cabeza hacia Torren y Layke—. Al menos encontraron a
Raith.

Galen meneó la cabeza ansiosamente al estar de acuerdo. Realmente


no tenía ganas de ir a Missouri y hacer todo de nuevo. —Nunca me dijiste
qué succionó a Raith fuera de ese sueño.
155
Tomando nuevamente la mano de Galen, Bannon acarició los
nudillos con su pulgar. —Alguien lo despertó. —Miró a Torren e hizo una
mueca. —Raith casi me vuelve loco queriendo saber porque lo arrastré a mí
su sueño junto con otros brujos, parece creer que lo hice apropósito.

Había un montón de personas en el despacho, y Galen estaba


comenzando a sentir un poco de claustrofobia. —¿Por qué tenemos que
estar aquí?

Bannon no tuvo oportunidad de responder antes de que Torren


aclarara su garganta, llamando la atención de todo el mundo. —En primer
lugar, quiero darles las gracias. —Inclinó la cabeza a cada uno de los
Ejecutores en la habitación. Incluso Scott y David estaban allí. Galen
supuso que era un milagro que aún estuviesen vivos después de la manera
en que esas aves los hirieron. —También, a nuestro nuevo francotirador.

Torren le guiñó un ojo, y Galen sintió que su rostro se ruborizaba. En


realidad no había hecho mucho. La pistola tranquilizante sólo había estado
apoyada en su maleta en la parte trasera de la SUV. Increíblemente no
había sido capaz de averiguar por qué nadie más la había tomado. Se
suponía que estaban entrenados para eso, ¿cierto?

Había tres diferentes conjuntos de dardos – azul, verde, y rojo – y


sólo hizo una conjetura afortunada cogiendo el azul. Cuando esos pájaros
se convirtieron en hombres y cayeron directamente desde el aire, Galen lo
escondió bien, pero había estado luchando por no vomitar, porque pensó
que les había matado.

Bannon le explicó más tarde que los dardos estaban rellenos con
Inhibidores, Inductores y sedantes. Los Inhibidores evitaban que los
cambia-formas cambiaran. Los Inductores les forzaban a cambiar a
cualquiera, animal o humano. Y bien, los sedantes eran sólo sedantes,
aunque especialmente diseñados para paranormales. Galen decidió que era 156
una muy buena cosa que sin saberlo hubiese cogido los dardos Inhibidores.

—Para aquellos de vosotros que no lo habéis conocido, este es mi


hermano, Raith. —Lo palmeó en la espalda, sonriendo de oreja a oreja—.
Su cuerpo aún está asimilando las drogas que le dieron los cambia-formas,
pero os aseguro, es un idiota más grande que yo.

Galen decidió reservarse su opinión.

Raith miró a su hermano mientras levantaba una mano para


agradecer al resto de la habitación. —Ignoradle. Me siento mucho mejor, y
sólo soy un idiota con Torren.

Todo el grupo se rió, y Galen se inclinó más hacia Bannon cuando


participó. De acuerdo, podía admitir que toda la cosa de la reunión familiar
había sido buena, incluso si aún faltaban diez de sus hermanos.
Dándose la vuelta hacia el hombre a su otro lado. Torren envolvió su
brazo alrededor del hombro del chico y le apretó suavemente. —Este es mi
otro hermano, Lynk. También está trabajando en sacar algunos sedantes
fuera de su sistema, pero realmente es un chico bastante bueno.

Aunque Torren y Raith eran gigantescos para las estimaciones de


Galen, Lynk parecía ser de su tamaño. Era extraño ver a los tres hermanos
juntos, dulce, pero extraño.

La atención de todo el mundo giró hacia Camdin, que estaba sentado


en el sofá con el Anciano Winters encaramado en el reposabrazos derecho
a su lado. —Este es Camdin Maywater —dijo Layke con una sonrisa
cariñosa hacia el hada—. El médico lo examinó y dice que estará como
nuevo en unos días. Hasta entonces, me temo que necesita descansar.

—Espere un minuto —interrumpió Raven—. Estuvimos 157


terriblemente cerca de morir por rescatar a este chico, y nadie nos ha dado
aún una razón de por qué. No creo que sea el único al que le gustaría una
explicación.

Había dado en el clavo con esa pregunta. Galen seguro que quería
saber por qué Torren y Layke habían sido tan reservados, y por qué incluso
ahora, estaban intentando hacer desaparecer misteriosamente al hombre.
Como si la mirada combinada de las personas en la habitación redujera al
gigante de dos metros a una pila de escombros.

—Podemos discutirlo en otro momento —dijo Torren lo


suficientemente alto para ser escuchado sobre las quejas de todo el grupo—
. Sólo faltan dos semanas para Halloween, y tenemos una reunión y una
fiesta por preparar. Además, me gustaría pasar algo de tiempo con mi
familia. Pasó mucho tiempo desde que nos vimos.

—¿Por qué está siendo tan formal y estirado? —Susurró Galen a su


pareja.

—Está escondiendo algo —dijo Demos desde el otro lado de


Galen—. No sé vosotros, pero yo no me iré hasta que averigüe lo que es.

—Sólo diles, Layke. Es mejor si lo saben todo. Confías en ellos,


¿no? Camdin levantó la mirada hacia el elfo y sonrió suplicante. Había
alguna historia ahí. Galen se preguntaba si también tendría un futuro.

Layke y Torren intercambiaron miradas, y luego Torren susurró algo


a cada uno de sus hermanos. Finalmente, pareció que todos llegaron a
algún tipo de acuerdo, porque Torren inclinó la cabeza con brusquedad, y
Layke se puso de pie, extendiendo una mano hacia Camdin.

Parecía casi doloroso para el hada enderezarse en el sofá, pero lo


manejó, y se puso de pie con piernas temblorosas junto a Layke. Camdin 158
forcejeó con los botones de la camisa limpia que le dio El Consejo.
Después de varios intentos fallidos, finalmente se rindió y se dio la vuelta
para pedir ayuda a Layke.

Con dedos ágiles, Layke desabrochó los botones rápidamente y


separó la tela para revelar el pecho liso, los hombros anchos, y los
ondulantes abdominales de Camdin.

—Podrías querer poner los ojos de nuevo en tu cabeza, Galen. Y


quizás limpiar la baba de tu barbilla.

—Oh, cállate. —Galen golpeó la cadera contra su pareja—. No hay


nada malo con mirar, y él es un bombón. Admítelo.

Bannon presionó sus labios juntos y no dijo nada, lo que sólo hizo
reír a Galen. El hombre era un tonto, pero era una de las cosas que Galen
más amaba de él.
A pesar de que era un magnífico espectáculo, estaba teniendo
problemas para entender por qué Torren y Layke estaban mostrando el
perfecto físico de Camdin. Sin embargo, no comenzó a preocuparse hasta
que Torren se adelantó con un abrecartas en la mano.

Antes de que Galen pudiera objetar, el brujo deslizó la hoja a través


de su pulgar de modo que las gotas de color carmesí se precipitaron hacia
la superficie y fluyeron hacia abajo de su palma. Untó la sangre sobre el
pecho de Camdin y bajó su cabeza, cantando palabras en un idioma que
Galen no entendía.

Justo ante sus ojos, aparecieron palabras brillantes, no sólo en el


pecho de Camdin, si no a través de cada centímetro de piel desnuda que
Galen podía ver. Tenía la sensación de que había más oculto en la espalda
y debajo de sus pantalones. 159
—¿Él es el Libro de los Desterrados? —La boca de Demos cayó
abierta—. ¿Me estás jodiendo? ¿Cómo es eso incluso posible?

—¿Y cómo diablos se cierra a una persona? —Intervino Raven.

—De esta manera —respondió Torren. Limpió la sangre del pecho


de Camdin con un pañuelo y murmuró más palabras que Galen no
entendió. Las palabras brillantes desaparecieron, dejando sólo la piel lisa,
sin ninguna marca.

—Mierda —susurró Raven—. ¿Por qué no nos lo dijisteis?

—Nadie podía saberlo —respondió Camdin—. Nuestras mentes


nunca son tan seguras como creemos.

—¿Has sido siempre así? —Galen agitó una mano para indicar el
pecho de Camdin. Realmente no estaba seguro de que era “esto”, pero
imaginó que obtuvo su punto de vista con el impresionante movimiento de
manos. Bonita jugada, idiota.

Camdin pareció entender, porque comenzó a reírse mientras Layke le


ayudaba a recostarse de nuevo en el sofá. —No siempre, pequeño. Ya han
pasado casi cinco siglos desde que fui maldecido, vinculándome al
Relegatis para toda la eternidad.

—Wow —dijo Galen—. Eres realmente viejo. Bannon lo agarró


nuevamente y le golpeó el culo como reprimenda. Galen saltó y levantó la
mirada hacia su amante mientras se frotaba su escocida parte trasera.

Camdin se rió de nuevo. —Tendré setecientos veintitrés años en


noviembre. Así que, sí, supongo que soy bastante viejo.
160
—¿Cómo conoces a Phillip McCarthy? —Preguntó Bannon con un
pequeño gruñido en su voz.

¿Y él pensaba que Galen estaba siendo grosero? —Hipócrita —


murmuró Galen en voz baja. Sin embargo, como de costumbre, Bannon le
ignoró.

—Fui llamado a la propiedad del Líder McCarthy para traducir


algunos pergaminos que había encontrado. Pensó que podrían ser Faerine,
ya ves, el antiguo idioma de mi gente. Hasta donde yo sabía, no había
indicios en cualquier parte del mundo. Estaba ansioso por ver esos
pergaminos.

—¿Pensé que Nicholas era el líder?

Bannon besó la parte superior de la cabeza de Galen. —Le ganó la


posición a su hermano.
Oh, bien, eso tenía sentido. Galen realmente necesitaba dormir. Su
pobre cerebro agotado simplemente no estaba funcionando correctamente.

—Así es como te hizo ir a él, pero la gran pregunta es por qué.


¿Cómo supo lo que eras? —Preguntó Stavion, hablando por primera vez
desde que se habían reunido en la habitación.

Camdin tragó duro y puso los puños en su regazo. Galen ya sabía la


respuesta a esa pregunta, y pensó que todos los demás también la sabían.
Sólo uno de los hermanos de Torren podían haberle pasado la información
a Phillip. Lo único que quedaba por reconstruir era quien de ellos lo había
hecho.

—Mikko, pero no te traicionó. El chico parecía medio muerto


cuando Phillip me lo trajo. Estaba enfermo y débil, por lo que fue fácil 161
obligar a su mente.

De todo lo que Bannon le había contado sobre Phillip McCarthy y


toda la mierda que cayó en Nevada, Galen vio que algunas cosas no
cuadraban. Dando palmaditas en la mano de Bannon cuando intentó
detenerle, Galen dio un paso hacia adelante e inclinó la cabeza hacia un
lado, mirando primero a Camdin, y luego a Torren.

—Phillip murió aproximadamente hace tres años, ¿cierto? ¿Y cuándo


murió tu padre?

—Hace quince años —suministró Raith inmediatamente.

—Así que, perdiste contacto con el hombre que se suponía debías


proteger durante quince años, pero Phillip McCarthy fue capaz de
encontrarlo fácilmente con la ayuda de uno de tus hermanos hace sólo tres
años. ¿Ves dónde esta historia no cuadra para mí?
—Sabías exactamente donde estaba hasta que fue secuestrado por
esos cambia-formas águila —acusó Raven—. ¿Por qué simplemente no nos
lo dijiste, Torren?

Torren se frotó la nuca y suspiró. —Si Camdin había sido tomado


por los brujos, no podía arriesgarme a que supierais demasiado. —Miró
directamente a Bannon cuando habló—. Te necesitaba para encontrarle,
pero con la forma en la que realizas un seguimiento, era demasiado
peligroso para ti saberlo todo. ¿Qué habría ocurrido si hubieses sido
arrancado de tu sueño?

Habrían estado jodidos. Galen recordaba el círculo de brujos que


habían aparecido en ese campo del sueño. Daban mucho miedo. Sólo podía
imaginar qué habría ocurrido si Bannon no les hubiese forzado fuera del
sueño cuando lo hizo. 162
—Brujos —susurró Galen—. De eso se trata todo esto. Esos brujos
saben que tú y tus hermanos sois las llaves. Han estado acorralándoos como
al ganado, ¿no, Torren? Tienen las llaves, pero necesitan el libro.

Torren asintió lentamente. —Es una carrera entre los círculos de los
brujos sobre quién puede encontrar el libro primero. La única ventaja que
tenemos es que piensan que estamos buscando un libro real. Siento
haberles mentido, pero fue por vuestra propia protección.

—Así que, ¿por qué esos cambia-formas tenían a Camdin? —


Preguntó Demos.

—Creen que tiene información sobre el libro —respondió Lynk, su


voz un poco ronca—. Los brujos estás utilizando cambia-formas y
vampiros para hacer su trabajo sucio, de ese modo pueden esconder el
hecho de que están en posesión de una llave.
—Tenemos el Relegatis y tres de las llaves —dijo Bannon después
de un tenso momento donde nadie habló—. Digo que vayamos a buscar las
otras llaves.

¿Cómo podía Galen no amar al hombre? Su corazón era tan grande,


y siempre veía el lado bueno de la gente. A pesar de que Torren les había
mentido, lo había hecho por su familia, y también para proteger a Galen y
Bannon. Era una línea delicada, pero estar enojado tomaba demasiada
energía. —Estoy dentro.

—Gracias, pero no puedo permitirles hacer eso. —Torren sonrió,


pero parecía triste—. Saben demasiado ahora. No me puedo. Tendremos
que encontrar otra manera de localizar a mis hermanos.

—Lo tenemos a él —dijo Raven con indignación—. Con la ayuda de 163


Galen, es prácticamente pan comido.

—Sí, Galen puede identificar a los brujos en el momento en que


entren en el sueño. Encontraremos a tus hermanos.

Los ojos de Torren viajaron sobre su grupo, y finalmente asintió.


—Gracias. Sé que no merezco su ayuda después de haberles mentido, pero
la necesito.

—Sólo deja de ser un gilipollas y ocultar cosas de nosotros —dijo


Raven sin rodeos, pero estaba sonriendo—. Eres un buen tipo, y me gustas.
Sin embargo, no me gusta que me escondan cosas cuando estoy intentando
hacer mi trabajo. Desde ahora, trabajamos juntos. ¿Lo tienes?

Torren sonrió. —Lo tengo.

—Necesitamos encontrar primero a Mikko —añadió Raith, dándose


la vuelta para mirar a Camdin—. ¿Qué hizo McCarthy con él?

—Algunos de los sirvientes me ayudaron a escapar, y no he visto a


Mikko desde entonces. Sinceramente no sé que le ocurrió a tu hermano. Lo
siento.

—Pregunta a McCarthy —sugirió Stavion—. Mejor aún, trae el culo


de Nicholas de nuevo aquí y que le pregunte al loco de su hermano.

—Tenemos el Relegatis, así que deberíamos estar a salvo por ahora.


—Torren unió los dedos detrás de su espalda y comenzó a caminar—. Todo
el mundo necesita descansar y recuperarse. Nos reuniremos y discutiremos
esto después de Halloween. Dondequiera que estén nuestros hermanos, no
están muertos. No quiero sonar como un idiota engreído, pero somos
demasiado importantes para los brujos para matarnos.
164
Para los extraños podría haber parecido arrogante, pero Galen
entendió exactamente lo que Torren quiso decir. Esos brujos no habían
pasado años siguiendo a los Braddock sólo para masacrarles. Necesitaban
un Braddock para abrir el libro, y eso no podría suceder si los hombres
estaban muertos.

Dijeron algunas palabras más, pero Galen se las perdió cuando la


mano de Bannon viajó por su espalda y comenzó a masajear su culo. Galen
hecho una gran promesa en esa habitación de hotel en Pennsylvania, y no
podía esperar para cumplirla. —Llévame a casa, tipo grande.

Los brazos de Bannon se enrollaron alrededor de su cintura y lo


levantaron de sus pies. —Vamos a casa.
Capítulo Catorce
—Son idiotas, hasta el último de ellos. —Galen se sentó en la hierba
a lado de Malakai y rió mientras Bannon y sus hermanos se perseguían
unos a otros alrededor del campo a la luz de la luna. Aunque habría sido
divertido si hubieran sido humanos, lo era aún más ver seis enormes
purasangres irlandeses revolcarse alrededor como niños.

Malakai se rió entre dientes se inclinó hacia atrás sobre sus codos.
—Se están divirtiendo. No han tenido suficiente diversión últimamente.

No, realmente. Hasta que fue lanzado a una misión con Bannon,
Galen nunca apreció con cuánta mierda tenía que tratar su pareja en su
165
trabajo. —¿Dónde está Boston?

—En Georgia, ayudando a Xander y a todo el mundo en la manada.

—¿Blaise les convenció para mudarse?

—Sí, no fue tan difícil como pensé que sería. Pero, creo que Braxton
y Keeton tuvieron un poco que ver con eso.

—¿Quién son?

Malakai sacudió su cabeza se rió. —Flynn los llama los Gemelos


Problemáticos. Verás por qué cuando los conozcas. Casi siempre están en
algún tipo de problema, pero tienen unos grandes y bondadosos corazones.
Me imagino que en cuanto Blaise dijo que algunos cambia-formas
necesitaban ayuda, Braxton y Keeton estaban allí.
—¿Cuándo estarán aquí?

—La semana que viene. Supongo que se quedarán en la casa


principal hasta que las cabañas estén en el nuevo terreno. Tratan de triplicar
el tamaño de la tierra que poseemos ahora, y Stavion cederá un centenar de
hectáreas sólo para los Moonlighters.

—Supongo que Stavion quiere que esto se haga lo más rápidamente


posible. —¿No era esa la única razón para pedir a la antigua manada de
Boston que viniera a Wyoming? Galen no entendía muy bien a qué venía
tanto alboroto, pero sabía que los cambia-formas de la variedad albina
hacían que la gente se pusiera nerviosa.

—Sí —suspiró Malakai—. Boston intenta adherirse de nuevo a la


superficie cuando corre, y más a menudo cada vez, está tomando
Inhibidores en la luna llena. Le impiden cambiar, pero siempre está mal 166
durante los siguientes dos días. No me gusta eso.

—No se supone que en Haven pase eso. Todo el mundo es


bienvenido aquí. Es donde los desamparados, abandonados, y maltratados
vienen a buscar seguridad aceptación.

—La gente sólo está asustada, Galen. Ha sido así durante mucho
tiempo, y va a tomar el mismo tiempo empezar a convencer a la gente que
los Moonlighters no son malos. Vamos a llegar allí, pero por ahora,
simplemente es mejor si todo el mundo está sobre aviso. —Malakai levantó
los pies y sonrió—. Las cosas se resolverán. Voy a coger a mi pareja y
llevarle a casa. Te veré más tarde, Galen.

—¡Puta! —le dijo Galen a su amigo.

Malakai sólo se rió y agitó una mano sobre su hombro cuando echó a
correr a través del campo. Galen no sabía cómo el vampiro podía distinguir
entre todos aquellos caballos a tanta distancia, pero Malakai se dirigió
directamente a uno de ellos, tomó al equino alrededor del cuello y lo
montó. Hizo que pareciera tan fácil. Estúpidos vampiros.

Mientras los demás trotaban por el campo, uno de los purasangres se


separó y trotó hacia Galen. Dejó caer su cabeza y resopló suavemente
mientras embistió su nariz contra la mejilla de Galen.

—Hey, Bannon —dijo con una sonrisa—. Ya basta. ¡Hace


cosquillas!

En el siguiente parpadeo, el caballo se desvaneció, y Bannon


comenzó a besar y a lamer la mejilla de Galen mientras lentamente le
echaba hacia atrás en la hierba. —Te eché de menos, a ghrá.

—Mmm, también te eché de menos. —¿Y qué si sólo había pasado 167
media hora desde que se habían puesto las manos encima en el camino
hacia el campo? Era una de esas cosas cursis que la gente decía cuando
estaban enamorados. Galen estaba a favor de estar enamorado.

Bannon sabía exactamente lo que estaba pensando Galen, pero no era


cierto. No se limitó a decir las palabras porque sonaban dulces o porque
venían con el hecho de tener una pareja. Las había dicho porque eran
ciertas. Cada minuto que no estaba con Galen, lo echaba de menos.

—¿Vas a reclamarme? —Galen parecía inseguro, sus ojos brillando a


la luz de la luna que flotaba entre los árboles.

Habían pasado tres días desde que regresaran de su misión, y su


pareja se lo había pedido cada día. Sin embargo, Bannon lo había seguido
posponiendo – no porque no lo quisiera, si no porque quería que el
momento fuese perfecto cuando finalmente ocurriera.

—¿Aquí mismo, en la hierba? ¿Es eso lo que quieres?

—Sólo quiero ser tuyo.

—Pero ya lo eres, cariño. —Y siempre lo sería. El mordisco de


reclamación sólo sería la guinda del pastel. Había estado tan preocupado
sobre eso antes, pero se había dado cuenta de que no lo necesitaba para
sentirse cerca de su pareja y saber que se pertenecían el uno al otro. Sólo
era un extra.

—Por favor, Bannon.

Ahora ¿cómo iba a resistirse a semejantes dulces objeciones?


Tomándose su tiempo, se deshizo de la ropa de su pareja, besando y 168
acariciando cada centímetro de piel desnuda cuando era revelada. Cuando
finalmente tuvo a Galen completa y gloriosamente desnudo debajo de él,
Bannon empujó los rizos de su cara y reclamó los labios de su amante en
un beso apasionado.
Galen se arqueaba debajo de él, presionando sus pechos juntos y
gimiendo dentro de su boca. “Tócame”, jadeó cuando se encorvó hacia
arriba para moler su polla dura contra los abdominales de Bannon.

—Mmm, alguien fue muy travieso, bromeó Bannon cuando se


encontró con la base plana de un tapón anal ubicado cómodamente entre las
nalgas de Galen.

—Quería estar preparado. Ahora, ¡sólo jódeme ya!

Bannon se rió por la impaciencia de su amante. Agarrando la base de


silicona, tiró el juguete fuera del estrecho canal de Galen sólo un poco y lo
movió a su alrededor. Entonces lo bombeó dentro y fuera lentamente hasta
que su pareja comenzó a retorcerse y gemir.

—¡Bannon, maldición!

Oh, amaba burlarse de Galen. El hombre siempre estaba intentando


precipitarse. —Shh, amor. Es mucho mejor cuando tomas caminos
secundarios. —Bannon lo sabía por experiencia.

Continuó bromeando, bombeando el tapón dentro y fuera del agujero


de Galen, lamiendo sus duros pezones, y acariciando su hermosa polla
hasta que Galen no pudo hacer nada más que jadear y gimotear de placer.

Cuando Bannon estuvo satisfecho de haber adorado el cuerpo de


Galen con lo mejor de su habilidad, suavemente extrajo el juguete y lo
reemplazó con la cabeza de su polla. Permaneciendo inmóvil sobre el
cuerpo brillante y sonrojado de su pareja, se empujó hacia adentro 169
lentamente, gimiendo por el intenso placer que le asaltaba cada vez que
hacía el amor a Galen.

Sus embestidas eran vagas, un lento deslizamiento lánguido de sus


caderas, nada más en el mundo existía solo el hombre debajo de él. Galen
le había hecho trabajar por ello. Le había entregado su cuerpo y corazón en
bandeja de plata, y Bannon lo amaba aún más por ello. Todos esos largos
meses que había pasado persiguiéndolo, sólo hizo que la recompensa fuese
mucho más dulce.
La intensidad aumentó, llevando a Bannon a que incrementara su
ritmo, y al poco tiempo estaba golpeando en el entregado cuerpo de Galen
con movimientos rápidos como rayos. Su columna vertebral se estremeció,
sus bolas se apretaron, y un juego de maliciosos colmillos explotó desde
sus encías.

Bien, eso fue nuevo. Decidiendo que su cuerpo sabía qué diablos
estaba haciendo, Bannon alejó el pensamiento y continuó hinchándose
dentro del apretado calor de Galen. Los tendones de su cuello se tensaron,
sus músculos se fruncieron, y fuertes y primitivos gruñidos salieron de sus
jadeantes labios.

—Ahora, Bannon —susurró Galen antes de cerrar los ojos y girar la


cabeza hacia un lado. El acto fue tan sumiso por naturaleza, que Bannon
casi se corrió en ese momento.

Inclinando su cabeza, lamió la columna de la garganta de Galen, y


luego con cuidado utilizó sus nuevos colmillos alargados para pasar a
través de la flexible carne. Con la primera salpicadura de sangre en su
lengua sintió como que lo alcanzaba un rayo. Después de sólo un par de
succiones, con mucho cuidado liberó su agarre del cuello de Galen y lamió
sobre la herida.

—Tu turno, mo chroi. Utilizando sus afiladísimos colmillos, cortó la 170


yema de su pulgar y lo bajó a la boca de Galen. Bendito dios, sintió como
un latigazo mientras Galen chupaba el dedo con fuerza.

Bannon sintió cada tirón en su dedo como si estuviera directamente


relacionado con su polla. Su longitud se hinchó y pulsó dentro del culo de
Galen y finalmente explotó con suficiente fuerza para robar el aliento de
sus pulmones.

—¡Bannon! —Galen tiró su cabeza hacia atrás y gritó una y otra vez
mientras calientes cuerdas de perlado semen salían a chorros de su
hendidura para salpicar por encima de su vientre y pecho.

Cayeron juntos, sudorosos y jadeantes, y Bannon no podía recordar


un momento en el que hubiera sido más feliz. Los sentimientos de amor y
alegría de Galen se apoderaron de él, bañándole con la luz que le calentaba
el alma.
—Mío —susurró Galen en su mente cuando se empujó hasta rozar
sus labios con los de Bannon.

—Mío —dijo Bannon en voz alta. El viaje que les quedaba sería
largo y tortuoso, pero esperaba con interés recorrerlo con su pareja—. Te
amo, Galen Charles. Más que cualquier cosa.

Galen sonrió de oreja a oreja y sus pequeñas manos acunaron la cara


de Bannon. —También te amo, Bannon.

Bannon siseó cuando su polla blanda se deslizó fuera del agujero de


Galen. Envolviendo sus brazos alrededor de su amante, rodó hacia un lado
y tiró y lo arrimó a su pecho. —¿Tienes frío?

—Un poco —murmuró Galen, metiendo los brazos entre sus


cuerpos—. Está tranquilo aquí. No me quiero ir aún.
171
Acariciando suavemente el cabello de su pareja, Bannon miró hacia
las estrellas y suspiró con satisfacción. Tenían un montón de trabajo por
delante, pero sólo por un rato, podía fingir que no existía nada, excepto el
hombre en sus brazos.

—Puedo sentir lo que estás sintiendo —dijo Galen, y Bannon podía


oír la sonrisa en su voz—. Realmente por lo demás no me siento diferente.
Pensé que se suponía que seríamos más poderosos después de que nos
acopláramos. ¿No es por eso que Torren estaba presionando tan
insistentemente?

—Pienso que fue para que podamos compartir poderes y así cubrir
más terreno creando sueños separados. ¿Entiendes?

Galen asintió contra el pecho de Bannon. —Sí, lo entiendo.


¿Funcionará?
—Probablemente, tendremos que probarlo antes de ir en busca de los
Braddock.

—¿Qué tal si lo probamos ahora?

Bannon se rió y rozó con sus dedos a lo largo del pliegue del culo de
Galen. Incluso se rió más fuerte cuando sintió la polla de su pareja
comenzar a estimularse e hincharse entre ellos. —Algo me dice que podrías
tener problemas para conciliar el sueño ahora mismo.

—Mmm —ronroneó Galen cuando comenzó a mecer sus caderas,


frotando su dura polla sobre los abdominales de Bannon—. Entonces
supongo que tendrás que agotarme, ¿no?

Con un gruñido juguetón, Bannon les dio la vuelta, inmovilizó a su


amante debajo de él y atacó su boca hambrienta. Ese es un reto que estaba 172
más que dispuesto a aceptar.

Fin
Acerca de la Autora
Gabrielle Evans creció en un pequeño pueblo en el sur de Oklahoma.
Estamos hablando de una luz roja que puede funcionar o no dependiendo
del día de la semana. Se casó con su novio del instituto el resto es
prácticamente historia. Tienen dos niños muy activos y un muy nervioso
perro salchicha que la mantienen constantemente en movimiento. Por
ahora, aparca su coche en el centro de Indiana, pero quién sabe lo que
pasará mañana.

Gabrielle cree en el amor a primera vista, enamorándose fuerte y


173
rápido, tomando riesgos, y agarrando sus felices para siempre con ambas
manos. Lo más importante, cree que una gran taza de café puede curar
cualquier cosa.
Coordinación de Proyectos

Staff Blue Sensation

Traductora

ChibiNeko

Correctora 174

Dankar

Diseño de Portada

Clau

Diseño y Formato

Pervy

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