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Emoción y salud

Article · February 2014


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anales de psicología, 1994, 10(2), 101-109
TEMA MONOGRÁFICO: EMOCIÓN Y SALUD

Emoción y Salud.
Desarrollos en Psicología Básica y Aplicada.
Presentación del Monográfico
Francisco Martínez Sánchez*1 y Jordi Fernández Castro2
1Dpto. de Psicología Básica y Metodología. Universidad de Murcia
2Unidad de Psicología Básica.Universidad Autónoma de Barcelona

Resumen: Este artículo presenta una revisión en torno al Title: Emotion and Health. Trends in Basic and Applied
papel de las emociones humanas en la salud y la enfer- Psychology. Presentation of Special Issue.
medad. El interés en los factores psicológicos y la enfer- Abstract: This paper reviews the role of human emotions
medad se basa en datos epidemiológicas. Los autores on health and illness. Interest in psychological factors of
examen la enfermedad de Graves como un ejemplo de es- illness is baseson epidemiological data. The authors ex-
tas relaciones. También se revisan los datos que sostienen amine Grave’s disease as an example of these relation-
la evidencia de la influencia de las emociones sobre el ships. Data supporting the evidence of the influencies of
proceso de enfermar. Por último, se presentan las diversas emotions on the process of becoming ill are also re-
contribuciones recogidas en este número monográfico de viewed. Finally, the contributions of the different authors
la revista. tho this journal special issue are examined.
Palabras Clave: Emoción, Salud, Estrés, Enfermedad de Key words: Emotion, Health, Stress, Graves´ Disease
Graves

Introducción
El estudio de las polimorfas relaciones entre emo- teoría situacionista defendió la existencia de va-
ciones humanas y salud es un área de investiga- riables “no específicas” para explicar la relación
ción que implica a muy diversas disciplinas, sien- entre variables psicológicas y la salud, especial-
do éste un tema que interesa a psicólogos, médi- mente los sucesos vitales (Holmes y Rahe, 1967),
cos, biólogos, farmacólogos y un largo etcétera de etc.. Ya en la década de los ochenta diversos auto-
profesionales e investigadores. res (Friedman y Booth-Kewley, 1987; Holroyd y
Coyne, 1987), han tratado de reelaborar la rela-
Si bien existen diversos antecedentes que aso-
ción existente entre procesos psicológicos y tras-
cian emoción y salud a lo largo de la historia,
tornos somáticos.
mhhás recientemente, durante los años cuarenta y
Sea cual fuere el marco teórico desde el que se
cincuenta, el psicoanálisis sostuvo la asociación
realice la investigación de la relación emoción-
entre rasgos de personalidad y ciertos trastornos
salud, se parte del supuesto de que las emociones
somáticos (Alexander, 1950); posteriormente la
y la personalidad pueden influir sobre las funcio-
nes somáticas y contribuir a la etiopatogenia de
*
Dirección para correspondencia: Francisco Martínez numerosos trastornos (Taylor, Bagby y Parker,
Sánchez. Dpto. de Psicología Básica y Metodología. Fa-
cultad de Psicología. Edificio Luis Vives. Universidad de
1991).
Murcia. Apartado 4021. 30080 Murcia. En este trabajo revisamos brevemente el papel
 Copyright 1994: Secretariado de Publicaciones e Inter- de la emoción -entendida como un proceso psico-
cambio Científico, Universidad de Murcia, Murcia (Es-
paña). ISSN: 0212-9728. Artículo recibido: 15-9-94,
lógico básico- en el origen y curso de diversas en-
aceptado: 8-10-94. fermedades, así como las dificultades que existen

- 101 -
102 F. Martínez y J. Fernández

para su estudio científico. Nuestra intención es ciona con lo que las personas hacen y lo que no
remarcar que las emociones influyen en la salud, hacen” (Fuchs, 1974).
de diferentes maneras y en diversos momentos del La confluencia de muy diversos factores pro-
proceso de enfermar; asimismo se esbozan alter- pició el inicio del tránsito desde el modelo biomé-
nativas de estudio desde nuestro ámbito discipli- dico tradicional al bio-psico-social, en el que los
nar. factores sociales, psicológicos y conductuales son
valorados en la etiología y distribución social de la
Evidencias epidemiológicas enfermedad (Sandín, 1993).
Esta transformación, aún en sus primeras fases
Los epidemiólogos han alertado sobre el cons- de desarrollo, no ha sido fácil, de ahí que implíci-
tante y significativo desplazamiento producido en tamente se acepte la existencia de numerosos pro-
los patrones de morbilidad y mortalidad. blemas conceptuales, metodológicos y hasta gre-
Según el censo de mortalidad de 1850, apro- miales; no es de extrañar que Angell afirmara:
ximadamente tres quintas partes de todas las “hay que reconocer que nuestra creencia de que la
muertes en los EE.UU. eran causadas por enfer- enfermedad es un reflejo directo del estado mental
medades infecciosas, incluyendo (en orden de fre- es, en su mayor parte, folklore” (Angell, 1985; p.
cuencia) tuberculosis, disentería, diarrea, cólera, 1571).
malaria, neumonía, etc. Todas ellas se debían a Veamos, a modo de ejemplo de los problemas
factores imputables a aguas contaminadas, defi- inherentes al objeto de estudio que nos ocupa, un
ciente alimentación, así como a las precarias con- trastorno apenas conocido -excepto para endocri-
diciones de trabajo y vivienda. nólogos y epidemiólogos- en su dimensión de al-
Progresivamente, estas enfermedades fueron, teración relacionada con la emoción.
en su mayor parte, controladas bien mediante el
tratamiento de aguas y alimentos, bien por pro- La enfermedad de Graves: algo más que
gramas públicos de inmunización, prevención y un ejemplo
control ambiental (Terris, 1980).
Sin embargo, si dirigimos nuestra atención a A finales del siglo XIX se especuló en torno a
las enfermedades no infecciosas encontramos un la relación causal entre “una preocupación excesi-
menor éxito en la reducción de su morbimortali- va” o un “shock súbito” y la enfermedad de Gra-
dad, si bien es cierto que durante las últimas déca- ves
das se han realizado enormes avances en el trata- -enfermedad de Basedow en los países francófo-
miento del cáncer, las enfermedades vasculares y, nos-. Se conoce con este nombre un trastorno au-
más recientemente, se vislumbran esperanzas para toinmune que tiene una incidencia de 10 a 20 ca-
ciertas enfermedades degenerativas crónicas como sos por cada 100.000 habitantes, más frecuente en
la de Alzheimer (Summers, Majovski, Marsh, Ta- mujeres que en hombres (Leger, 1990), consisten-
chiki y Kiling, 1986). te, básicamente, en un hipertiroidismo consecuen-
En la década de los sesenta, la denominada te a la formación de anticuerpos antitiroideos que
“segunda revolución epidemiológica”, a la vez estimulan la actividad de la glándula, y que se
que reclamaba políticas de salud pública, permitió manifiesta a nivel conductual a través de una alte-
tomar conciencia de que las principales causas de ración del estado de ánimo, somnolencia y ansie-
muerte -corazón, cáncer, enfermedades cerebro- dad (Kathol y Delahunt, 1986).
vasculares y accidentes- estaban relacionadas, de Para Rosch “un estrés emocional de conside-
una u otra manera, con la conducta (Terris, 1980). rable importancia precede el comienzo del hiperti-
El debate se produjo en términos económicos: la roidismo en el 90% de los casos” (Rosch, 1993, p.
prevención es más barata que el tratamiento; para- 428). Se justifica esta afirmación basándose en es-
lelamente se ponía de manifiesto que “el mayor tudios de inducción experimental de estrés en
potencial actual para la mejora de la salud se rela- animales y humanos, especialmente después de un
susto súbito.

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Emoción y Salud. Desarrollos en Psicología Básica y Aplicada 103

Es aquí donde empiezan los problemas: ante llene nuestra ignorancia achacando su etiología a
la hipótesis del estrés como factor etiológico en el causas psicológicas o al estrés. Esta práctica es,
trastorno, diversos autores se preguntan: ¿qué es probablemente, responsable de la mala fama que
primero?, el aumento de ansiedad y/o la hiperreac- pueden tener estas explicaciones entre algunos in-
tividad al estrés como una más de las manifesta- vestigadores rigurosos.
ciones sintomáticas del hipertiroidismo que pre- Creemos que nunca se puede adjudicar un pa-
ceden, incluso durante meses, al diagnóstico con- pel causal a las emociones por exclusión, sino por
firmatorio?, o por el contrario ¿es el cuadro emo- la obtención de evidencia positiva de relación ne-
cional agudo el agente causante del trastorno?. cesaria entre estados emocionales alterados y en-
Como era de esperar, existen datos epidemio- fermedad. Sin embargo, el hecho de que se com-
lógicos (Hadden y McDevitt, 1974) que inclinan pruebe esta evidencia no excluye de modo alguno
la balanza, dependiendo de quién los utilice, en las causas genéticas, infecciosas, tóxicas, etc.; pre-
uno u otro sentido. No obstante, los epidemioló- cisamente una de las características de la influen-
gos han observado el aumento de su prevalencia cia de los estados emocionales sobre la salud es su
en periodos de guerra; así, en los países escandi- capacidad de interactuar, potenciando o disminu-
navos, tras la segunda guerra mundial los niveles yendo, con factores causales de tipo biológico. Sin
volvieron a la normalidad tras alcanzar tasas hasta duda alguna, la polémica sobre la enfermedad de
seis veces superiores a lo normal (Means, 1948). Graves está empañada con prejuicios originados
Argumentan los críticos a la hipótesis que por estas prácticas viciadas: la sobreexplicación
atribuye al estrés el trastorno, que los estudios so- por exclusión y la atribución causal excluyente.
bre los que se apoya presentan notorios defectos
de forma; por otra parte, esta crítica es frecuente- Emociones y salud
mente aducida en estudios sobre emoción y salud.
Más pragmáticos, Sonino, Girelli y Boscaro Frente al sombrío panorama que parece dibujarse
(1993) afirman que “quizás” exista relación causal de nuestra breve referencia al trastorno de Graves,
entre el estrés y el trastorno. el estado de la investigación está, por suerte, mu-
Para concluir con este ejemplo -y no confun- cho más avanzado en otros procesos.
dir a los lectores- digamos que Utiger (1991) apo- Sabemos que las emociones humanas no in-
ya parcialmente la hipótesis del estrés como factor fluyen en la salud a través de un único mecanis-
etiológico al afirmar que aunque el origen de la mo, sino que pueden ejercer esta influencia de
enfermedad puede ser desconocido, existen prue- muy diversas maneras que, además, inciden en di-
bas de que una función inmune alterada desempe- ferentes momentos del proceso de enfermar (Fer-
ña un papel importante en el trastorno. Rosch nández Castro, 1993; Fernández Castro y Edo,
(1993) confía en que nuevos descubrimientos 1994; Sandín, 1993). Existen sólidas evidencias
desde la psiconeuroinmunología ayuden a delimi- epidemiológicas, clínicas y experimentales, que
tar su papel en la enfermedad, recomendando la apuntan a que:
realización de estudios prospectivos desde una óp-
tica psicosocial. a) Las emociones negativas constituyen un ries-
Como vemos, el debate nos resulta familiar. go para la salud. Los pioneros trabajos de
Subrayamos lo significativo que resulta el que esta Hans Selyé (1936) permitieron investigar los
polémica aparezca en las páginas de The Lancet y efectos del estrés en la etiopatogenia de numero-
en el New England Journal of Medicine. sas enfermedades. La interpretación y el afron-
A la luz de esta breve referencia al trastorno tamiento que el individuo hace de las situacio-
de Graves, podría afirmarse que el peor favor que nes de estrés (Lazarus y Folkman, 1984) de dis-
se puede hacer a la investigación sobre la impor- tinta magnitud (desde los altamente traumáticos,
tancia para la salud de los factores psicológicos, y pasando por los sucesos vitales mayores y los
en concreto, de la emoción, es que, cuando apare- estresores ambientales, hasta los contratiempos
ce una enfermedad con causa desconocida, se re-

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cotidianos), están implicados en diversos tras- prequirúrgica media en la recuperación postqui-


tornos. rúrgica (Moix, 1994; Martínez-Sánchez y Va-
Los estudios sobre Psiconeuroinmunología es- liente, 1994); en otras palabras: los pacientes
tán aportando datos que permiten objetivar las con un mejor estado psicológico antes de la ci-
relaciones entre los estados emocionales negati- rugía son los que se recuperan más fácil y rápi-
vos y sus consecuencias en el sistema inmune damente.
(Ader, Felten y Cohen, 1991; Bayés, 1991; Bo-
rrás, 1992), mostrándose cómo el estrés hace a d) Las emociones pueden distorsionar la con-
las personas más vulnerables a la enfermedad. ducta de los enfermos. El grado de informa-
Las investigaciones en torno al patrón de con- ción, el apoyo y protección familiar, la relación
ducta A (Rosenman, Brand, Scholtz y Fried- con el médico y el personal sanitario, así como
man, 1976; Palmero, Codina y Rosel 1993), y el cumplimiento de las prescripciones médicas
más recientemente sobre la Hostilidad e Ira son aspectos influidos por el estado emocional.
(Siegman, 1994; Spielberger, 1994) han mos- Las emociones pueden distorsionar la conducta
trado que algunos estados emocionales concre- del paciente y hacer que tome decisiones o
tos pueden llegar a ser factores de riesgo para adopte actitudes que, en realidad, interfieren en
ciertas enfermedades, en este caso para las car- el proceso de curación.
diovasculares. Un caso paradigmático es el de los enfermos
oncológicos sometidos a quimioterapia (Blasco,
b) Los estados emocionales crónicos afectan a 1992; Font, 1990). La aversión y la angustia
los hábitos de salud. Parte de los efectos pató- producidas por los efectos secundarios de los
genos que produce el estrés sobre la salud se agentes quimioterápicos pueden llegar a hacer
deben a que éste induce a la realización de hábi- que los pacientes abandonen el tratamiento, con
tos poco saludables tales como el incremento en lo que se evita un malestar inmediato -las náu-
la ingesta de alcohol, del hábito de fumar, y la seas y la angustia-, para exponerse a un daño se-
paralela reducción de conductas saludables tales guro pero menos perceptible y más lejano en el
como el ejercicio físico, las precauciones ante tiempo -el progreso de la enfermedad-.
contagios y accidentes, etc. (Fernández Castro,
Doval, Edo y Santiago, 1993). Una alternativa: el estudio de la relación
c) Los episodios emocionales agudos pueden cognición-emoción
agravar ciertas enfermedades. Aparte del ries- Complementariamente a las líneas de investiga-
go en la aparición de enfermedades, las ción brevemente descritas, y a la luz de los pro-
emociones también inciden en su curso, precipi- blemas en la investigación a los que hemos hecho
tando el inicio de una crisis, su agravamiento y referencia, creemos preciso -y acaso posible- el
hasta su cronificación; éste es el caso de trastor- abordar el estudio de las relaciones entre emoción
nos tan frecuentes como el asma (Isenberg, Le- y salud desde nuevas ópticas.
herer y Hochrom, 1992), la hipertensión (Fer- Una alternativa, -al menos a nivel teórico-
nández-Abascal y Calvo, 1987), el dolor de ca- consiste en el estudio de la relación emoción y sa-
beza (Martínez-Sánchez, Romero, García y Mo- lud a un nivel ya no fenomenológico y básicamen-
rales, 1992). Es más, recientes estudios (Spiegel, te correlacional, si no más centrado en el papel del
Bloom, Kraemer y Gottheil, 1989) muestran binomio cognición-emoción en el curso de la etio-
que las respuestas emocionales pueden afectar logía y cronificación de la enfermedad.
marcadamente la longevidad de pacientes con Desde esta óptica, paradójicamente la psico-
cáncer. logía, al contrario que la psiquiatría y la medicina
Este hecho ha sido también observado en los psicosomática, apenas ha desarrollado investiga-
procesos médicos diagnósticos (endoscopias, ciones encaminadas a esclarecer el papel de los
cateterismos, etc.), así como en las intervencio- procesos implicados en la identificación de los
nes quirúrgicas, comprobándose que la ansiedad

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sentimientos y afectos, en el desarrollo de sus es- razones hacen plausible esta vía confiriendo un
quemas lingüísticos, y en general simbólicos, que importante valor heurístico al concepto de alexi-
representen las emociones, imprescindibles tanto timia (Taylor, Bagby, Ryan y Parker, 1990).
para la valoración individual de los estados de ac- En esta línea, se han demostrado relaciones
tivación emocional (Lane y Schwartz, 1987), así significativas entre alexitimia, síntomas y patolo-
como para la búsqueda de recursos que atenúen y gía somática en un amplio espectro de trastornos
modulen los efectos negativos de los procesos que cursan con la emoción: abuso de sustancias
adaptativos capaces de generar estados emociona- psicoactivas (Hendryx, Haviland, Shaw y Henry,
les negativos. 1994); trastornos por estrés postraumático (Zei-
A nuestro juicio, el estudio de disfunciones tlin, McNally y Cassiday, 1993); cáncer (Todare-
cognitivo-afectivas tales como la alexitimia llo, Casamassina, Marinaccio, La-Pesa, Caradon-
-etimológicamente, dificultad para procesar, reco- na, Valentino y Marinaccio, 1994) y un largo etcé-
nocer y expresar emociones- puede propiciar el tera.
avance en la comprensión de los procesos que Además, el estudio de las alteraciones en el
subyacen en las diferencias individuales en la procesamiento cognitivo de las emociones puede
identificación y comunicación simbólica de las ser relevante para la investigación de la emoción a
emociones, con la esperanza de que éstos puedan diversos niveles:
ofrecer información en torno a las relaciones entre 1) Puede contribuir a explicar las relaciones emo-
emoción y cognición, para así poder estudiar su ción y cognición; así, por ejemplo, mientras que
relación con la etiología de la enfermedad. para Lazarus (1984) los trastornos relacionados
La hipótesis sobre la que se asienta la utiliza- con la alexitimia podrían explicarse en base a la
ción de la alexitimia como mecanismo explicativo alteración en los procesos de valoración cogniti-
de la alteraciones psicosomáticas, parte básica- va, Martin, Pihl, Young, Ervin y Turjman
mente de una secuencia causal que supone que la (1986) describen altos niveles de reactividad fi-
limitada conciencia sobre los estados emociona- siológica al estrés en alexitímicos, hecho éste in-
les, así como las alteraciones en el procesamiento terpretable en términos de que ciertos procesos
cognitivo de los afectos llevan a focalizar, ampli- afectivos pueden ser independientes de la cogni-
ficar y prolongar los componentes somáticos de la ción en la línea de lo postulado por Zajonc
activación emocional (Barsky y Klerman, 1983), (1984).
consecuentemente, las dificultades en la modula- 2) Pueden permitir avanzar en el conocimiento
ción cognitiva emocional contribuye a la realiza- de las bases neurobiológicas del procesamiento
ción de conductas compulsivas -en ocasiones el de la emoción, y en especial en torno a la espe-
uso de sustancias psicoactivas- tendentes a la re- cialización hemisférica en la regulación de la
ducción de la activación fisiológica displacentera. emoción. En esta línea, los trabajos llevados a
Paralelamente, en un intento por regular el nivel cabo por TenHouten con sujetos parcialmente
de arousal en situaciones de conflicto (estrés, etc.) comisurectomizados ante estímulos emociona-
se producen las condiciones somáticas (autonómi- les, han demostrado que la alexitimia puede es-
cas, endocrinas e inmunes) que facilitan la apari- tar asociada a alteraciones del procesamiento de
ción del trastorno (Martin y Phil, 1985). las emociones debidas a disfunciones en los me-
De esta manera, se considera a la alexitimia canismos de inhibición y facilitación del proce-
como un factor de riesgo que incrementa la sus- samiento emocional asociados a la lateralización
ceptibilidad hacia la sintomatología funcional y la cerebral (TenHouten, Walter y Bogen, 1987).
enfermedad somática (véase García-Esteve, Nú-
ñez y Valdés, 1988) Desarrollos en investigación básica y apli-
Esta proposición supone, a nuestro juicio, una cada
alternativa a las concepciones que establecen fun-
ciones lineales cuasiproporcionales entre emocio- Se presentan en este número monográfico diver-
nes negativas y patología somática. Numerosas sas contribuciones procedentes de varias universi-

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dades españolas, agrupadas en torno un núcleo El trabajo del doctor de Flores -Universidad
temático común. de Barcelona- es una muestra del creciente interés
Una parte importante de los trabajos proceden y expectativas que despierta la psiconeuroinmuno-
de investigaciones elaboradas en Departamentos y logía, examina las relaciones entre respuestas psi-
Áreas de Conocimiento de Psicología Básica, cológicas y de la función inmunitaria ante un es-
mientras que la otra proviene de grupos de inves- trés agudo anticipatorio, evidenciando cómo cier-
tigación adscritos a Áreas de Conocimiento Clíni- tos indicadores fisiológicos pueden utilizarse co-
cas (Personalidad, Evaluación, Tratamiento Psico- mo marcadores de estado, con el objeto de obte-
lógico). Se recogen también dos trabajos proce- ner evidencias objetivas del impacto del estrés
dentes de grupos de investigación adscritos a Fa- agudo o crónico.
cultades de Medicina. El grupo de investigación dirigido por los doc-
A pesar de esta clasificación, básicamente de tores Miguel Tobal y Cano Vindel, de la Univer-
carácter académico-administrativo, el lector apre- sidad Complutense, presentan dos interesantes
ciará que la línea de demarcación que la sustenta trabajos. En el primero de ellos, los doctores Cano
es indeleble, por cuanto el objeto de estudio que Vindel, Miguel Tobal, González e Iruarrizaga jus-
nos ocupa es un área de investigación caracteriza- tifican una de las afirmaciones expuestas en este
da por una alta integración multidisciplinar. trabajo: los estados emocionales crónicos afectan
El primer trabajo que aparece en este mono- a los hábitos de salud, por cuanto, el estrés y la an-
gráfico, presentado por los doctores Ferré, Escori- siedad pueden inducir a la realización de conduc-
huela, Fernández-Teruel, Núñez, García, Gonzá- tas lesivas para la salud (ingestión de alcohol, sus-
lez, Castellano y Tobeña, de la Universidad de tancias psicoactivas, etc.). Sus conclusiones son
Barcelona, revisa los efectos del estrés en los pro- potencialmente útiles en el tratamiento de diversas
cesos neurales de envejecimiento, así como la po- adicciones. En el segundo trabajo del grupo, los
sibilidad de prevenir sus efectos patógenos modu- doctores Miguel Tobal, Cano Vindel, Casado y
lando la reactividad emocional de los sujetos, en Escalona, presentan un programa cognitivo-
base al desarrollo de programas de enriquecimien- conductual para el tratamiento de una alteración
to ambiental y la estimulación postnatal aplicados íntimamente relacionada con diversas emociones
en las primeras etapas del desarrollo. Se ponen de (ansiedad, ira, etc.): la hipertensión arterial. Sus
manifiesto las propiedades del estrés como induc- resultados justifican la necesidad de implementa-
tor de reacciones hormonales y conductuales que ción de programas de tratamiento que pongan al
pueden ser lesivas para las células nerviosas ubi- servicio de la sanidad pública el bagaje experi-
cadas en áreas implicadas en las capacidades cog- mental y el potencial terapéutico que la psicología
nitivas. La transcendencia y actualidad de estas ha adquirido a lo largo de décadas de investiga-
investigaciones queda avalada por las alarmantes ción.
proporciones que las demencias seniles tienen, e Por su parte, los doctores Palmero, Breva y
indudablemente tendrán en el próximo siglo. Espinosa, de la Universidad Jaime I de Castellón,
Los doctores Fernández Castro y Edo desarro- estudian los patrones psicofisiológicos de activa-
llan los conceptos de control objetivo, percibido y ción, reactividad y recuperación de sujetos “Tipo
personal, poniéndose de manifiesto que de cara a A y tipo B”, ante tareas de estrés real y ficticio,
la prevención de los efectos nocivos del estrés, así concluyendo la necesidad de utilizar tareas expe-
como para potenciar hábitos de conducta saluda- rimentales que impliquen estrés real, a la vez que
bles, es preciso mejorar las percepciones de con- confirmando la mayor reactividad de los sujetos
trol de los individuos así como sus expectativas de tipo A. A pesar de que -tal y como señalan los au-
autoeficacia. Los autores, investigadores de la tores- el constructo “Tipo A” parece estar dejando
Universidad Autónoma de Barcelona, hipotetizan paso a la investigación en torno a la ira y hostili-
que el control percibido puede ser considerado dad y su relación con las alteraciones cardiovascu-
como un modulador de la reactividad psicobioló- lares, es preciso reconocer el servicio que este
gica de los estados emocionales.

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Emoción y Salud. Desarrollos en Psicología Básica y Aplicada 107

constructo ha prestado a la investigación psicoló- puede justificarse simplemente haciendo referen-


gica y médica. cia a que si se implantaran programas de control
En línea con lo anteriormente expuesto, los de la ansiedad prequirúrgica en los hospitales es-
doctores Fernández Abascal y Martín, de las Uni- pañoles en las aproximadamente 400.000 inter-
versidades de Cantabria y Complutense respecti- venciones quirúrgicas, tanto programadas con
vamente, desarrollan un trabajo en el que dos es- hospitalización como ambulatorias, además de re-
tados emocionales: Ira y Hostilidad, aparecen co- ducirse el sufrimiento humano, se liberarían im-
mo determinantes en el riesgo de padecer trastor- portantes recursos sanitarios; baste señalar que los
nos coronarios. Los autores subrayan la interac- sujetos sometidos a programas de control de la
ción entre los diversos factores de riesgo, desde ansiedad prequirúrgica disfrutan de una mejor
aquellos que tienen un mayor componente bioló- convalecencia (menor número de complicaciones,
gico (nivel de colesterol, hipertensión, tabaco, ni- infecciones, ingieren menos analgésicos, etc.) y
vel de plaquetas en sangre, ingesta de cafeína, son dados de alta significativamente antes que los
etc.) hasta los que poseen un mayor componente no sometidos a estos programas.
emocional y conductual (patrón de conducta Tipo Por último, el doctor Chóliz, de la Universi-
A, hostilidad, ira, reactividad cardiovascular, apo- dad de Valencia, revisa el papel de diversas alte-
yo social, etc.). raciones emocionales en los trastornos del sueño,
En otro de los trabajos, el de los doctores así como a las diversas intervenciones desarrolla-
Méndez y Beléndez, de la Universidad de Murcia, das para paliar este problema. El autor presenta
se reiteran dos de las conclusiones que apuntamos también un novedoso procedimiento, actualmente
a la hora de delimitar el papel de las emociones en en fase de desarrollo de investigación, basado en
la salud: 1) los episodios emocionales agudos pue- la inducción de somnolencia mediante técnicas de
den agravar ciertas enfermedades -en este caso la respiración.
Diabetes Mellitus-, en base a la acción de las Agradecemos sinceramente el trabajo de los
hormonas segregadas en estados de estrés que al- autores que han hecho posible este monográfico, y
teran los niveles glucémicos, y 2) las emociones albergamos la esperanza de que estas páginas inte-
pueden distorsionar la conducta de los enfermos resen al lector y sirvan para incitar al desarrollo de
respecto a su autocuidado y el seguimiento de los nuevas investigaciones, reiterándonos en la tesis
tratamientos. de que si no progresamos en el desarrollo y apli-
La doctora Moix, de la Universidad Autóno- cación de los principios psicológicos básicos -de
ma de Barcelona, revisa el papel de la ansiedad los determinantes de la conducta humana- difícil-
prequirúrgica en la recuperación postquirúrgica, a mente podremos afrontar los retos en la atención a
la vez que describe las diversas técnicas psicoló- la salud que la sociedad nos plantea.
gicas que se han mostrado efectivas, tanto de cara
a su reducción como para facilitar la convalecen- Nuestro agradecimiento al Dr. J. Valiente Ca-
cia. La importancia de esta línea de investigación rrillo por sus comentarios y sugerencias.

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