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Sx.

Burnout, una
revisión
Rojo Cabral Jesús Alfredo
Velazquez Renteria Diana Laura
Hernández Díaz José Manuel.
Román López Lizeth Ahide
Artículo de Revisión

Breve historia del Sx. de Burnout.

El término Burnout ha sido utilizado en el lenguaje anglosajón, dentro de la jerga de los


deportistas, para describir una situación en la que no se lograba obtener los resultados
esperados, aunque se habían preparado y esforzado para conseguirlos. La traducción literal
al castellano significa “estar quemado”. (Bustos Villar. 2015. p. 93.)

Pese a que el término fue implementado en el área deportiva, es a Freudenberger a quien


frecuentemente se le atribuye el “descubrimiento”, pues da cuenta de un síndrome clínico que
lo aquejaba a él y a sus colegas que atendían a víctimas de adicciones, y lo definió como un
estado de deterioro de energía, de pérdida de motivación y de compromiso, que se acompaña
por un amplio abanico de síntomas físicos y mentales. (Juárez García, et al. 2014)

Más adelante, Maslach se convirtió en el principal referente en el tema debido a que dio una
definición más concreta, señalando el burnout como un síndrome derivado del agotamiento
y la incapacidad de la gestión emocional ante circunstancias de exigencia o necesidad de
rendimiento, atendiendo a los procesos de agotamiento, falta de sensibilidad en el trato
social, y percepción reducida de sí mismo. (Perez. 2017) posteriormente Maslach desarrolla
un test sistemático para poder evaluar el síndrome de burnout, el “Maslach Burnout
Inventory” (MBI) y en general otorgó una aproximación más empírica que permitió
demostrar la asociación de este fenómeno con múltiples indicadores de salud y
funcionamiento en la vida
cotidiana y laboral. (Juárez García, et al. 2014) después de 35 años Maslach y otros
colaboradores terminan concluyendo que la definición del síndrome puede variar según el
área donde se busque aplicar, dado que el burnout no se limita únicamente a una profesión
específica, existen algunas investigaciones que sugieren que el SB puede darse en otros
ámbitos (Carlotto, 2017) (Perez. 2017) por lo que la doctora Maslach definió el síndrome de
burnout como:

[…] un síndrome de cansancio emocional, despersonalización y baja


realización personal, que ocurre en individuos que son trabajadores sociales.
Es una respuesta al esfuerzo emocional crónico por el tacto extensivo con
otros seres humanos, particularmente cuando estos son problemáticos […] puede
considerarse un tipo de estrés laboral. (Alves Farias. 2016. p 21)

El síndrome de burnout resulta de interés en primer lugar por la salud del trabajador y en
segundo lugar porque el síndrome compromete la calidad de los servicios ofrecidos por los
trabajadores, dañando de esa manera la percepción de aquellos oficios, ocasionando
agotamiento físico, mental y emocional, hasta relaciones conflictivas interpersonales.

El síndrome es un tipo de estrés laboral que se padece por la voluntad de adaptarse y


responder a un exceso en las demandas y presiones laborales; el esfuerzo es intenso y de
tiempo prolongado que da como resultado importante riesgos como contraer enfermedades
con lo cual se ve afectado el rendimiento y calidad de servicio.

El MBI cuenta con tres versiones oficiales: el MBI Human Services Survey (HSS), para
profesionales de servicios humanos (22 reactivos), el MBI Educators Survey (ES) que
simplemente sustituye la palabra estudiantes por pacientes, y el MBI General Survey (GS),
una nueva versión para su uso en cualquier tipo de ocupación (16 reactivos). En México se
encuentran sólo dos estudios de validez psicométrica del MBI HSS que señalan, al menos
parcialmente, cierta eficacia de la escala en población mexicana. (Juárez García, et al.
2014)

Síntomas

Los síntomas del burnout son muy complejos, las manifestaciones que pueden observarse
de manera subjetiva son las siguientes: Psiquiátricas, somáticas y organizacionales. En la
actividad profesional, el médico puede tener las siguientes conductas: Ausencia de
compromiso emocional, disociación instrumental extrema, embotamiento y negación, así
como impulsividad y desmotivación (Carrillo y Espinoza 2012). Está caracterizado por
sentimientos de desánimo, despersonalización y autoeficacia reducida, vinculada a fatiga y a
situaciones crónicas de demandas que viven como excesivas en el ámbito laboral (Terrones
et al., 2016). Síntomas constantes como: cansancio, pérdida del interés por el trabajo,
frustración, y desesperanza, psicólogos y psiquiatras los han determinado como parte del
síndrome de Burnout, el cual tiene como principal exponente el estrés crónico severo (Andrea
et al., 2012). El constructo psicológico del síndrome se distingue por el agotamiento,
despersonalización y cinismo, así como desmotivación e insatisfacción en el trabajo que
conllevan a un pobre desempeño laboral, como consecuencia de estrés programado, tanto
en la esfera emocional como en las relaciones interpersonales en el trabajo (Terrones et
al.,2016) .
De la misma manera se sabe que el síndrome de Burnout es multicausal y altamente
complejo,se consideran distintas causas y entre ellas cabe destacar: aburrimiento, stres,
crisis en el desarrollo de la profesión, bajas condiciones económicas, sobrecarga del
trabajo, falta de estimulación, baja orientación profesional y aislamiento.
Dentro de todo esto se indican los siguientes puntos:
-Factores personales que cobran un gran interés:
● Edad, es relacionada con la experiencia.
● El sexo. las mujeres pueden sobrellevar mejor las situaciones que se presenten en
el área laboral.
● Variables familiares. Mientras el núcleo familiar esté más estable,con armonía y
estabilidad se tendrá mayor equilibrio para enfrentar situaciones conflictivas.
-Inadecuada formación profesional
-Factores ambientales.
Como la muerte de un ser querido, divorcios, nacimiento de hijos, etcétera.
Factores desencadenantes del Síndrome
de Burnout según Horacio Cairo:
1. La falta de percepción de capacidad para desarrollar el trabajo.
2. El exceso de trabajo, la falta de energía y de recursos personales para responder a las
demandas laborales.
3. El conflicto de rol, y la incompatibilidad entre las tareas y conductas que se desarrollan
con las expectativas existentes sobre el mismo rol.
4. La ambigüedad del rol, incertidumbre o falta de información sobre aspectos relacionados
con el trabajo (evaluación, funciones, objetivos o metas, procedimientos, etc.)
5. La falta de equidad o justicia organizacional.
6. Las relaciones tensas y/o conflictivas con los usuarios/clientes de la organización.
7. Los impedimentos por parte de la dirección o del superior para que pueda desarrollar su
trabajo.
8. La falta de participación en la toma de decisiones.
9. La imposibilidad de poder progresar/ascender en el trabajo.
10. Las relaciones conflictivas con compañeros o colegas.

Prevalencia en México

Posibles tratamientos

Los enfoques para el tratamiento del síndrome de burnout deben guiarse por la gravedad del
síndrome. Si es leve, las medidas pueden ser el cambio de hábitos de vida. De acuerdo con
Hillert y Marwitz, el tratamiento debe concentrarse en tres factores: alivio del estrés,
recuperación mediante relajación y práctica de algún deporte. Si la manifestación del
síndrome de burnout es grave, las intervenciones psicoterapéuticas recomendadas son los
antidepresivos, de preferencia en combinación con la psicoterapia (Carrillo y Espinoza 2012).
Está claro que el fenómeno burnout interfiere en gran magnitud sobre la vida del profesional
en todos sus aspectos, hasta llegar a interferir con la calidad de la atención prestada. Por
esta razón es fundamental implementar medidas que prevengan este síndrome y que faciliten
el que hacer para optimizar su calidad de vida (Andrea et al., 2012). Se propone disminuir
el estrés , limitar las horas de trabajo, permitir más oportunidades para el descanso, disminuir
el trabajo con los pacientes, reuniones del personal dando cabida a la discusión de los
problemas que cada trabajador experimenta como resultado de su labor en la salud, realizar
talleres cuyos objetivos sean preparar a los participantes para identificar sus problemas y
enseñarles a lidiar con ellos, los profesionales deben mantener sus tensiones separadas de
su vida personal y familiar, incluir actividades recreativas, relajantes o gratificantes, crear
programas educativos, de información, consulta y consejo, crear comités capacitados para
recibir, evaluar y atender referencias, aprovechar toda actividad interdisciplinaria (social o
profesional) para enriquecerse en contacto con otras profesiones. En este sentido, los
profesionales de la salud deben trabajar planeando y estableciendo prioridades; fijarse metas
realistas, aprender a conocerse a uno mismo y reconocer en uno las necesidades físicas,
espirituales y sociológicas (Monte y Peiró, 2000).

Conclusiones y propuestas de atención


Bibliografía

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