Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
La ley de Reforma Agraria, que permitía expropiar tierras bajo ciertas condiciones,
fue realizada con el propósito de desarrollar métodos capitalistas en la producción
agrícola. Según dicha ley, podían expropiarse fincas de propiedad privada
mayores de seis caballerías, siempre que no estuvieran cultivadas. Se disponía,
también, que el precio de las tierras expropiadas se determinaría según el valor
declarado por el propietario en la Oficina de Registro de la Matrícula Fisca. Esta
ley establecía que no podían expropiarse tierras de las empresas agrícolas
dedicadas a cultivos técnicos o económicos, las destinadas a pastos, las
instalaciones o establecimientos industriales o comerciales de las unidades
agrícolas de propiedad privada, las del Estado o de los municipios, las tierras de
comunidades agrarias indígenas o de campesinos y las reservas forestales.
Tampoco podían expropiarse fincas menores de dos caballerías, cultivadas o no, y
las de seis caballerías, cultivadas en sus dos terceras partes. De enero de 1953 a
junio de 1954 se emitieron 1,002 acuerdos de expropiación y se benefició a un
total de 138,000 familias, es decir, entre un 30% y un 40% de los trabajadores sin
tierra. Las expropiaciones produjeron muchas protestas, sobre todo porque no
siempre se aplicó la ley correctamente, pues hubo invasiones injustificadas de
tierras.
Constituyó una forma de trabajo forzoso para los indígenas por parte de los
españoles durante la conquista de Guatemala y colonización. Fue el principal
medio por el que los hacendados seculares y eclesiásticos, así como las
autoridades, se proveían de mano de obra indígena. Las leyes nuevas prohibieron
el empleo de los indios para obtener mano de obra, sin embargo, en 1565,
la corona de España autorizó el repartimiento de los indígenas que habitaban los
pueblos asentados en la periferia de la ciudad de Santiago de Guatemala, para
que trabajaran en la cosecha y molienda del trigo. La legalización definitiva de esta
institución se produjo en el reino de Guatemala, en 1574, cuando el consejo de las
indias la autorizó para que los españoles pudieran atender las labores en el cultivo
del trigo y sus necesidades domésticas. De esta fecha en adelante, todos los
indios varones comprendidos entre los 16 y los 60 años, de la mayoría de los 77
pueblos del corregimiento, ya sea que pertenecieran a un pueblo realengo o a uno
de encomienda, tenían que cumplir con el requerimiento, es decir, trabajar una
semana de cada mes en beneficio de los españoles.
El Reglamento de Jornaleros fue emitido por el gobierno liberal del general Justo
Rufino Barrios para garantizar el suministro de mozos colonos para las grandes
fincas cafetaleras que se iniciaron con ese gobierno. Esta legislación laboral que
colocó a la población indígena guatemalteca prácticamente a la disposición de los
intereses de los nuevos latifundistas cafetaleros, y los tradicionales conservadores
con la notable excepción del clero regular de catolicismo de Guatemala, el cual fue
expulsado del país. El decreto establecía que los indígenas quedaban obligados a
trabajar en las fincas cuando los dueños de éstas los necesitaran y sin importar en
donde se encontraran, y también quedaban bajo la tutela de las autoridades
locales, quienes se encargaban de velar porque los contingentes de indígenas
fueran enviados a las fincas.
El trabajo forzado, como ya es sabido, el trabajo forzado fue una práctica
implantada por los conquistadores a los indígenas y negros, desde el siglo XVI y
que se conservó en Guatemala hasta 1944. Uno de los hechos más cuestionarios
durante los regímenes liberales guatemaltecos fue la legalización del trabajo
forzado de los indígenas. Por medio del decreto 177 del 3 de abril de 1877, el
gobierno de Justo Rufino Barrios emitió el reglamento de jornaleros que permitió a
los particulares solicitar a los jefes políticos de los departamentos "mandamientos
de jornaleros" para trabajar en sus propiedades. La práctica se modificó durante el
gobierno de Jorge Ubico, el último dictador liberal cafetalero, con la emisión de la
ley contra la vagancia (Decreto 1996 de 10 de mayo de 1934). Esta ley declaraba
que los jornaleros que no pudieran demostrar que tenían un compromiso de
trabajo en una finca serian tenidos por vagos y castigados como tales.
A principios del siglo XX la recién creada United Fruit Company (UFCO) desarrollo
un interés particular por establecerse en la región centroamericana. Esto fue
favorecido por el interés de los gobiernos liberales por explotar las zonas costeras
y desarrollar la red de ferrocarriles y puertos de la región. En Guatemala, en
presidente Manuel Estrada Cabrera otorgó, en 1904, una concesión a Minor Keith
para terminar 60 kilómetros de un tramo ferrocarrilero para conectar El Rancho
con la ciudad capital. Además de la concesión de la linea se le otorgo terrenos a lo
largo de la vía que fueron utilizados para cultivar bananos.
Se le denomina economía de enclave porque el territorio de la UFCO funcionaba
con total independencia del terrirotio naciones guatemalteco. Si bien pagaba
pequeños impuestos, su funcionamiento no dependía de la economía nacional, ni
aportaba mayor cosa a ella.
COMENTARIO
II SEMESTRE
“RESUMEN CRÌTICO”
CARNÈ: 201603622