Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
NUTRICION INFANTIL
Instituto María Montessori
La idea de esta escuela para padres es darles a conocer a ustedes que debemos empezar a
trabajar en casa con los niños y niñas, enseñándoles la Pirámide nutricional, los buenos
hábitos de alimentación en niños y fichas para trabajar hábitos alimentarios saludables en
los niños y niñas.
OBJETIVOS
Objetivo general:
Realizar psico-educación sobre las enfermedades causadas por los desórdenes
alimenticios a los padres de familia del Instituto María Montessori
Objetivos específicos:
Anorexia Nerviosa:
Espina, A., (2001) la define como “un trastorno de la conducta alimentaria que se
manifiesta como una necesidad patológica de estar delgado, acompañado de la práctica
voluntaria de procedimientos para conseguirlo” dieta restrictiva estricta y conductas
purgativas (vómitos auto inducidos, abuso de laxantes, uso de diuréticos, etc.).
A pesar de la pérdida de peso, las personas afectadas presentan un intenso temor a llegar
a ser obesas, una gran distorsión de la imagen corporal, y una preocupación extrema por la
dieta, la figura y el peso. Generalmente desarrollan estrategias de evitación hacia la comida
y acciones compensatorias para contrarrestar lo que ingieren (hiperactividad física
desmesurada, conductas de purga, etc.).
No suelen tener conciencia de enfermedad ni del riesgo que corren por estas conductas,
ya que la pérdida de peso puede causar carencias nutricionales que pueden comportar riesgos
vitales.
Bulimia nerviosa:
Es definida por Yenes, F., & Alemán, A. (2001), como un trastorno de la conducta
alimentaria que se caracteriza por episodios de atracones (ingesta voraz e incontrolada), en
los cuales se ingiere una gran cantidad de alimento en poco espacio de tiempo y
generalmente en secreto.
Las personas afectadas intentan compensar los efectos de las sobre ingestas mediante
vómitos autoinducidos y/o otras maniobras de purga o aumento de la actividad física.
SIGNOS FISIOLÓGICOS
Pérdida importante de peso, y afirmar que se está gordo aunque se está delgado.
Palidez, caída del cabello, sensación de frío, dedos azules.
Debilidad y mareos.
Irregularidades y pérdida de la menstruación.
Estreñimiento.
Cambios de actitud
Cambios de carácter (irritabilidad, ira, etc.).
Sentimientos depresivos, inseguridad con respecto a su capacidad.
Sentimientos de culpa por haber comido o haber dejado de hacerlo.
Agresividad, tristeza y aislamiento de la familia y amigos.
La familia tiene que evitar temas de conversación relacionados con la comida, el aspecto
físico de la paciente o la salud de la misma. Son temas que se tratan en el grupo
terapéutico.
Los padres son las personas que deciden los menús diarios, deben abstenerse de
preguntar al paciente su opinión sobre este tema.
Ignorar los comentarios o protestas de los hijos, respecto a cantidades o contenidos
antes, durante y después de las comidas.
Procurar variar los menús, para que el implicado esté mejor nutrida/o y evitar que pueda
acogerse a determinados alimentos que pueda llegar a ritualizar.
Si existen diferencias de opinión entre los miembros de la familia (respecto al trastorno),
discutirlos fuera de la presencia del paciente, o posponerlo para plantearlos en el grupo
terapéutico de familias o ante su terapeuta.
Cada día, las familias observan una serie de comportamientos inadecuados en los
pacientes con desórdenes alimentarios. Intentan que dejen de ser agresivos, impulsivos u
obsesivos. Sin embargo, estas conductas incrementan a la vez que la enfermedad se agrave.
A veces se sorprenden al ver buen comportamiento y tratan de “ andar a puntillas” para no
estropearlo y desean que sigan así por mucho tiempo.
psicológica que aparecen por los cambios fisiológicos que surgen consecutivos a la
realimentación. Pronto se normalizarán.
Antes de las comidas suele estar agobiada , tensa y de mal humor. Es necesario
distraerla, trasmitirle seguridad y confianza.
Otro miembro de la familia podría entretenerla a través de algún juego u otro pasatiempo
para que esté relajada mientras la madre pone la mesa.
Acompañarla durante las comidas y no agobiarla, así le daremos mayor seguridad.
Ayudarla a fijar los límites para que no tome menos pero tampoco más comida.
Mientras come, hablar con ella, evitar aquellos temas de naturaleza obsesiva. Ayudarle
a la adquisición de hábitos y horarios, éstos la tranquilizarán enormemente. Ella busca
seguridad y tiene miedo al descontrol.
Persuadirla para que no vaya a la cocina, así evitarás que se agobie, controle
nocivamente sus comidas o se dé atracones.
Ganarse la confianza de la paciente y evitar engañarla, recuerda que ella desea curarse.
Mantener una actitud uniforme. La familia debe estar coordinada para hacer que las
comidas sean amenas. Eviten las contradicciones mutuas.
Recordar que los hábitos de comida de la familia sirven como patrones de referencia a
la paciente.
La familia debe actuar con tranquilidad y, hasta cierto punto con indiferencia a sus
gestos y provocaciones.
Después de las comidas es conveniente que las que tienen riesgo de vomitar no vayan
al cuarto de baño hasta una o dos horas . En este tiempo deben hacer sobremesa, guardar
reposo o participar en alguna actividad entretenida, excluyendo los ejercicios físicos.
Evitar las suspicacias y la actitud persecutoria. Recuerda que necesitas acompañarla y
no vigilarla.
Si descubres que ha escondido comida, ha tenido un atracón o a vomitado, no la
reproches ni pienses que lo está haciendo mal. Toma tus previsiones para el futuro.
No te desesperes por las quejas de la paciente, cuando se tranquilizan disminuyen sus
molestias.
Debe tomar la comida caliente o a temperatura ambiente, en vez de fría.