Sei sulla pagina 1di 180

Athanasius

Kircher
(1601-1680)
sabio jesuita y
ocultista
LEANDRO SEQUEIROS

Córdoba, 2013

Bubok ediciones

1
Autor: Leandro Sequeiros San Román, doctor en
Ciencias Geológicas, Licenciado en Teología, Miembro
de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y
Naturales de la Universidad de Zaragoza. Ha sido
profesor de Paleontología durante muchos años y
también de Didáctica de las Ciencias, Historia de las
Ciencias, Epistemología y Antropología filosófica.

Leandro Sequeiros San Román


Athanasius Kircher (1601-1680), sabio jesuita y ocultista.
Bubok ediciones
Córdoba
ISBN en proceso

2
3
4
CONTENIDOS
Presentación . 7
1. Athanasius Kircher, un sabio
universal prestigiado en su época 9
2. El ocultismo ¿Qué es el ocultism... 15
3. ¿Quién es este Athanasius
Kircher?..................................................18
4. Apuntes biográficos de Athanasius
Kircher . 29
5. Los extraños caminos que llevan a
Roma .. 37
6. ¿ El último hombre que lo sabía
todo ? . 41
7. Musaeum Kircherianum .. . 49
8. Athanasius Kircher. Relación
bibliográfica 53
9. Las ideas de Kircher en España 57
10. ¿Cómo es el ocultismo de
Athanasius Kircher? ... 69
11. Kircher y los jeroglíficos de
Egipto 79
5
12. Un poco de historia para
entender el ocultismo egipcio de
Kircher .. 97
13. Los misterios de China . 103
14. La música de las Esferas 109
15. Technología y ocultismo 125
16. El organicismo kircheriano 141
17. Kircher y la alquimia 147
18. Alquimia y ocultismos 159
19. El retorno del Códice Voynich
.. . 169
Conclusión 173

6
PRESENTACIÓN

La Universidad de Granada organizó en el mes


de Noviembre de 2012 un curso de posgrado sobre
un tema apasionante (ermetismo Alquimia y
magia
Entre las conferencias, fui invitado a
pronunciar una sobre el jesuita Athanasius Kircher
(1601-1680) a quien no dudo de etiquetar como uno
de los mucho frikis que pertenecieron a la
Compañía de Jesús a lo largo de su dilatada historia.
Como científico, soy receloso de todo lo que
suene a pseudociencia, como el ocultismo, el
hermetismo, la cábala, la alquimia, la magia y otras
actividades más o menos sospechosas. Si he aceptado
participar en este ciclo de conferencias es porque
todo esto forma parte del patrimonio cultural de la
humanidad. Y por ello, coincido con la intención del
grupo de investigación HUM 404, Tradición y
pervivencia de la cultura clásica.
La ciencia occidental ha estado excesivamente
volcada a la herencia racionalista griega y ha
minusvalorado, cuando no despreciado, otros saberes
no tan racionales.
7
El objetivo de este libro es llevar al público
interesado en los Estudios Herméticos algunos rasgos
de lo que he llamado ampliamente el ocultismo del
padre Athanasius Kircher, un prodigio de erudición y
también de creatividad. Kircher, en el siglo XVII, no
dejaba fuera de su excepcional curiosidad ningún tipo
de saber, por muy fronterizo que fuera1. Pretendió
encontrar la armonía entre los saberes antiguos
ocultos que, en su opinión, contenían una semilla de
la verdad revelada en la Sagrada Escritura.

Córdoba, 2013.

1 Para algunos datos inéditos sobre Kircher, ver: Vita admodum


Reverendi P.A. Kircher, recogida en trabajos no publicados por él
en Caspar Schott, Magia Universalis Naturae et Artis. Würzburg y
Bamberg, 1957-4; A. BEHLAU, "Athanasius Kircher, eine
Lebensskizze"Program des Kóniglichen Gymnasiums zu
Heiligenstadt. Heiligenstadt 1874, Pags. 1-18; KARL BRISCHAR,
"P. Athanasius Kircher, ein lebensbild". Katholische Studien, 3, n°
5 (1877); P. CONOR, S.J.., Athanasius Kircher, S.J. Master of a
Hundred Arts, Roma-Wiesbaden, 1974.
8
1
Athanasius Kircher, un sabio
universal prestigiado en su época

Athanasius Kircher lo sabía casi todo como


ha escrito Paula Finden2. Su fama recorrió Europa y

2 PAULA FINDLEN, ed. Athanasius Kircher: The Last Man Who


Knew. Everything. New York and London: Routledge, 2004. xii +
466 pp. index. append. illus. bibl. Ver también: Athanasius
Kircher: The Last Man Who Knew Everything (review)by DARIN
HAYTON, Renaissance Quarterly Volume 58, Number 3, Fall 2005
pp. 1003-1004 | 10.1353/ren.2008.0834 Athanasius Kircher
continues to attract scholarly attention. His wide-ranging
interests and voluminous publications provide endless
opportunity to sample the intellectual currents of the
seventeenth century. Kircher's efforts to write on every subject
that he encountered, to build correspondence networks, to
collect and display all manner of objects, and to attract powerful
patrons make him "a barometer of virtually every intellectual
transformation of the seventeenth century" (41). The present
collection of essays on this erudite and fascinating polymath
complements Daniel Stolzenberg's catalogue The Great Art of
9
Knowing: TheBaroque Encyclopedia of Athanasius Kircher
(reviewed in RQ 56.3 [2003]). Both arise from an exhibition and
conference held at Stanford University in 2001. The present
volume contains nineteen short essays that illustrate the
multifarious ways that Kircher was a barometer not just for the
seventeenth century, but for much of the early modern period.
This short review cannot do justice to the essays presented in
this volume; instead, it focuses on a few important themes that
recur throughout the text. Findlen's introductory essay sets the
stage for the remainder of the book by offering less a biography
of Kircher than a survey of his reputation from brilliant young
scholar to discredited liar. Most of the chapters likewise focus
on Kircher's place in sixteenth- and seventeenth-century
discussions, revealing simultaneously Kircher's debt to his
predecessors and his originality. Anthony Grafton locates
Kircher within the early modern debates over ancient
chronology and indicates the extent to which Kircher
acknowledged and ignored sixteenth-century chronologers such
as Joseph Scaliger, Johannes Carion, and Phillip Melanchthon.
IngridRowland argues that Kircher's concept of panspermia
originated in Giordano Bruno's writings, but that Kircher
adapted it for his own purposes and thereby avoided the
troubles that beset Bruno. Peter Miller looks to Kircher's older
contemporary Pieresc to find the inspiration and model for
Kircher's Coptic studies. However, as Miller points out, a gulf
separated Pieresc's methods and goals from those of his
younger colleague. Where Pieresc viewed the history of
languages as reflecting the history of civilization, Kircher
equated the history of language to the history of the church.
What emerges from these essays is the fact that Kircher never
simply adopted a practice or concept. He adapted and modified
them to address his own concerns and questions.
10
The questions and concerns that motivated Kircher were those
of a Jesuit in Rome: most importantly, the local Roman context
and the global Jesuit missionary project. Eugenio Lo Sardo and
Antonella Romano fill in the immediate Roman context, while
Martha Baldwin, Harald Siebert, and Angel Mayer-Deutsch
depict aspects of Kircher's efforts to establish patronage
relationships throughout Europe. The last four essays follow
Kircher's works into China and New Spain. Here, as elsewhere in
this volume, Kircher's ideal of a Catholic universalism provides
the key for understanding his works. In a fascinating chapter, J.
Michelle Molina demonstrates how Kircher's China illustrata,
made possible by the Jesuit missionary activities, dictated the
narrative structure of hagiographic texts in New Spain. Drawing
on portraits and engravings as well as texts, Findlen offers an
insightful analysis of Sor Juana Inés de la Cruz, a nun in New
Spain whose works reflect Kircher's cultural and scientific
authority in the New World.
Finally, several chapters explore Kircher's efforts to publish and
circulate knowledge. Siebert's detailed study of censorship
reports from the College of Revisors General suggests that
Kircher exploited personal relationships and his growing fame
to avoid harsh censorship, particularly after his Great Art of
Knowing had received stern reproach in 1660. Nick Wilding's
contribution extends his work on Kircher's cryptography and
universal languages, arguing that Kircher adapted his works to
address the interests of particular patrons and to create the
appearance of a network of readers. Noel Malcolm traces the
contours of Kircher's correspondence network to challenge the
easy assumption that he was a typical representative of the
Republic of Letters.
http://books.google.es/books/about/Athanasius_Kircher.html?i
d=C0iGO0Hr95UC&redir_esc=y
11
sus libros (escritos en la lengua culta de la época) y
sus cartas (escritas en 24 lenguas) difundieron sus
saberes por todos los rincones universitarios. Prueba
de ello es el revuelo con ocasión del Manuscrito
Voynich.
En el año 1912, hace ahora un siglo, el librero
inglés Wilfrid Voynich descubrió en la vieja biblioteca
del colegio jesuita de Mondragone, cerca de Roma, un
extraño documento. Se trataba de un rarísimo
manuscrito depositado allí 250 años antes por
Athanasius Kircher.
Pero ¿qué hizo que este manuscrito llegase a
manos de Kircher desde Praga? ¿Por qué acudieron a
él? El documento, conocido como Manuscrito
Voynich, al que según su numeración le faltaban 28
páginas, era un volumen con gruesas tapas de
pergamino (en formato 27 por 15 cm) que
conservaba todavía 230 páginas de texto manuscrito
fácilmente legible. Sin embargo, la lengua en que está
escrito es todavía un misterio sin resolver. En este
manuscrito se contienen numerosos dibujos
dibujados con tintas de colores vivos que
representaban extrañas flores, esquemas
astrológicos, e incluso mujeres desnudas bañándose
en extraños lagos de tinta verde; algo que semejaban
intestinos o tubos, arabescos, estrellas y otros
extraños diseños no identificados.

12
Cuando el manuscrito fue adquirido a los
jesuitas en 1912, contenía entre sus páginas una carta
que fechada en agosto de 1666. En él se decía que
Kircher habría recibido el libro de su antiguo alumno
Johannes Marcus Marci, rector de la Universidad de
Praga. Se decía que el libro habría formado parte de
la biblioteca del emperador Rodolfo II (1552-1612),
gran aficionado al ocultismo y las artes mágicas,
quien lo habría adquirido en el año 1586 por la nada
despreciable suma de 600 ducados (unos 40.000
euros actuales).
Kircher no logró traducirlo: lo mismo le había
ocurrido años antes al sabio Johannes de Tepenecz
(Jacobus Horcicky de Tepenecz alias Sinapius, 1575-
1622), alquimista checo de humilde origen que llegó
a ser responsable de la farmacia real y favorito del
emperador Rodolfo II, quien incluso llegó a dejar su
firma en uno de los márgenes cuando el libro pasó a
ser propiedad suya a la muerte del emperador.
Kircher, ante su completo fracaso, depositó el
manuscrito en una biblioteca de los jesuitas para que
los eruditos de tiempos posteriores lo estudiasen. Allí
estuvo olvidado casi 250 años sin que nadie lo leyese.
Esta anécdota es expresiva: si el manuscrito
llegó a manos de Athanasius Kircher, es porque el
jesuita era una figura reconocida en toda Europa,
gracias a sus contactos y a sus trabajos, en el mundo
de las ciencias y de los conocimientos ocultos y a
13
veces proscritos (alquimia, hermetismo, magia,
gnosis, etc.).
Kircher fue un hombre que vivió obsesionado
por la armonía entre el conocimiento humano de
todo tipo, el saber antiguo y el moderno, la ciencia y
la teología. Profesor del mítico Colegio Romano de la
Compañía de Jesús, sumergió su poderosa mente en
problemas científicos.
Buscaba como los grandes sabios de la
antigüedad la respuesta a los grandes interrogantes
del ser humano, de la cultura, del conocimiento
racional y científico y de Dios. El filósofo y escritor
italiano Umberto Eco, ha escrito de Kircher: es el más
contemporáneo de nuestros antecesores, el más
trasnochado de nuestros contemporáneos.
Pero si el titulo de la conferencia es Athanasius
Kircher y el ocultismo, habrá que acordar que
entiendo por ocultismo

14
2
EL OCULTISMO. ¿Qué es el
ocultismo?

Después de descartar algunos títulos,


finalmente me decidí por utilizar la palabra
ocultismo Tal vez porque parecía más suave más
difuso y menos comprometido. Pero ¿qué es lo que se
entiende por ocultismo
Es amplísima la bibliografía sobre los sentidos
y contenidos de esta palabra. En el lenguaje diario,
oculto es todo aquello que no es patente que está
escondido, que no es accesible. Empezaremos
diciendo lo que no es. El ocultismo no es una palabra
que se refiera a misas negras, a los angelitos, a
oraciones rituales o mágicas, a las ruedas magnéticas
y a conectar a los mortales con hermanos del
cosmos... Según los expertos, la ciencia oculta o
ciencia hermética es la primera ciencia en el
sentido de sabiduría, conocimiento de la realidad)
que existió en la historia de la humanidad.

15
El ocultismo se refiere al conocimiento del
hombre, al conocimiento del universo, al
conocimiento de las leyes que nos mueven, un poco el
conocimiento de los qués y los por qués. Ocultistas
como Pitágoras, Ramón Llull, Giordano Bruno,
Nicolás Flamel3, y otros -, y aquí nuestro Athanasius
Kircher- , estudiaron y trabajaron durante años
leyendo, comparando, buscando, experimentando y
encontrando leyes tratando de entender el universo.
El ocultismo nos enseña otra visión de ciertas
cosas, pero una visión que pretende ser razonada,
coherente, estructurada. ¿Hay que plantear un
conflicto entre ocultismo, ciencia y religión? De
entrada, no tiene sentido plantear el conflicto. De
alguna manera, toda tradición religiosa está sostenida
en el ocultismo, en la fe en determinados dogmas,
entidades sobrenaturales, cosmovisiones. Además
toda religión está llena de simbologías, de mitos, de
elementos astrológicos, alquímicos, místicos,
metafísicos.
El propio cristianismo está lleno de saberes
ocultos; sin ir más lejos, los colores utilizados por la
jerarquía eclesiástica corresponden a las tres fases
iniciáticas de la alquimia: la Nigredo, la Albedo y la
Rubedo (negro, blanco y rojo); o el simple hecho de
haber hecho nacer a Jesús entre un buey y una mula,

3 http://www.edicionesobelisco.com/public/autor/236
16
que lo sitúa precisamente entre dos de los símbolos
astrológicos que son Tauro y Capricornio.
¿De verdad el ocultismo es algo tan
supersticioso, tan maléfico, tan anacrónico o tan
tonto? La respuesta a esta pregunta la dejo para todos
ustedes. Ahora nos centramos en Athanasius Kircher
y el ocultismo.

17
3
¿Quién es este Athanasius
Kircher?

En el año 2001 se conmemoró en muchos


cenáculos intelectuales y universitarios los cuatro
siglos del nacimiento del jesuita alemán Athanasius
Kircher4. Con este motivo, la Facultad de Teología de
Granada me invitó a pronunciar el discurso inaugural
y glosar a este personaje singular. Me sorprendió.
Escribió miles de páginas en latín, publicó casi 50
gruesos libros en varios tomos, dominaba unas 30
lenguas de todo el mundo, antiguas y modernas e
incluso inventó una lengua universal; y mantuvo
correspondencia en 24 lenguas con estudiosos de

4 Algunos autores fechan su nacimiento en 1602


(http://es.wikipedia.org/wiki/Atanasio_Kircher;
http://www.egiptologia.com/grandes-egiptologos/2894-
athanasius-kircher.html)
18
todos los continentes. Miles de cartas, algunas muy
extensas. Y muchas cosas todavía inéditas 5.

5 Los datos recogidos pertenecen a enciclopedias antiguas: H. A.


LANGENMANTEL, (edit.): Fasciculus epistolarum. Augsburgo,
1684; contiene una autobiografía de Athanasius Kircher bajo el
título: Via Admodum Reverendi Patris Athanasii Kircheri; AAVV:
Biographie Universelle, ancienne et moderne. L.G. Michaud
Librer., París, 1818. Voz: "Kircher", vol. 22, pág. 440-447; K.P.
BRISCHAR: Athanasius Kircher, ein Lebensbild, Katolische
Studien, 1877, vol. III, n1 5; AAVV, Allgemeine Deutsche
Biographie, Königl. Akad. der Wissenchaffen, Dunker& Humblot,
Berlin, 1882, voz "Kircher", tomo 11, pág. 641-646. Las fuentes
jesuíticas están en C. SOMMERVOGEL: Bibliothèque de la
Compagnie de Jésus. Bruselas-París, 1893, 4: 1070-1077; L.
KOCK: Jesuiten-Lexikon. Die Gessellschaft Jesu einst und jetzt.
Verlag Bonifacius-Druckerei GMBH, Paderborn, 1934, voz
"Kircher", pág. 983-984; F. D. ADAMS: The birth and
development of the Geological Sciences. Dover Public.Inn., New
York, 1938, 506 pág. (sobre todo, pág. 433-434). Los datos más
modernos pueden encontrarse en: G. E. MacCRACKEN:
Athanasius Kircher´s, universal polygraphy. Isis, 39 (1942) pág.
325-340; J. GODWIN: Athanasius Kircher. Un homme de la
renaissance à la quête du savoir perdu. J.-J- Pauvert, Paris,
(1980), 96 pág, 105 ilustraciones; H. KANGRO: Dictionary of
Scientific Biography. Amer. Council Learn. Society. Ch. Scribner´s
Sons Public., New York, 1973, tomo VII, pág. 374 ss; AAVV, New
Deutsche Biographie. Kömmis, Bayer. Akad. Wissenchaffen,
1977. Voz "Kircher", vol. 16, pág. 1-4; E. SIERRA VALENTÍ: El
Geocosmos de Kircher. Una cosmovisión científica del siglo XVII.
Cuadernos GeoCrítica, Barcelona, 1981, n1 33/34, pág. 1-81; F.
ELLENBERGER: Histoire de la Géologie, tomo II: La grande
éclosion et ses prémices, 1660-1810. Técn.et Docum. (Lavoisier),
19
Kircher fue un estudioso enciclopédico y escritor
fecundo que, entre otros libros, fue el autor de
Mundus Subterraneus6, una vasta obra científica,
filosófica y teológica de gran influjo en muchos
ambientes intelectuales. Kircher finalizó su

París, 1994, 381 pág., (sobre todo, pág. 71-76). Una buena
síntesis de la vida de Kircher puede encontrarse en: F. BRAUEN:
Athanasius Kircher (1602-1680). Journal of History of Ideas, 43
(1982), 129-134. http://www.strangescience.net/kircher.htm
6 El libro más paradigmático de Kircher, Mundus Subterraneus,

tuvo una primera edición en 1665, pero la que alcanzó más


difusión fue la segunda, de 1678 (muy poco antes del
fallecimiento de su autor).
(http://www.geographos.com/BLOGRAPHOS/?p=291). El título
original es: Athanasii Kircheri e Soc. Iesu. Mundus Subterraneus,
in XII Libros digestus; quo Divinum Subterrestris Mundi Opificium,
mira Ergasteriorum Naturae in eo distributio, Protei Regnum,
Universae denique Naturae Majestas et divitiae summa rerum
varietate exponuntur.....Amsterdam, 1665, 2 vol, 346 y 487 pág.
La portada, grabada en Roma, está fechada en 1664. De ella se
hizo una crónica en Journal de Savants, 1666, pág. 299-305 y
347-352. La segunda edición se editó también en Amsterdam
trece años después de la primera, en 1678. Tiene dos tomos y
aporta nuevas observaciones, con lo que el número de páginas
es superior: 2 vol., 366 y 507 páginas. Hemos rastreado en
INTERNET datos sobre "Mundus Subterraneus" y se han
encontrado (con buscador Google) en abril de 2001, un total de
293 entradas. De ellas, no todas aluden a Kircher. Las hay de
espeleología, esoterismo, y otros temas. Hay ofertas del libro de
Kircher de 1665 al precio de 17.500 $. Unas 200 páginas web se
refieren directamente al libro de Kircher.
20
redacción, tras muchos años de trabajo, en 1660 pero
no se publicó hasta 1665.
En Mundus Subterraneus, Kircher propone
una de las teorías globales de la Tierra, basada en la
idea del Geocosmos, que más influjo han tenido en las
ciencias naturales de los siglos XVIII y XIX. En ella se
articulan elementos de observación natural junto a
sugerentes y poderosas concepciones filosóficas de
raíz platónica y a teorizaciones teológicas de gran
envergadura7. Sobre las corrientes neoplatónicas y
ocultistas de algunos jesuitas del siglo XVII, hay
bastante literatura8.

7 Una aproximación inicial a la obra de Kircher puede


encontrarse en: L. SEQUEIROS: Athanasius Kircher (1601-1680):
ciencia y religión en el siglo XVII. Bubok ediciones, Córdoba,
2010, 190 páginas; L. SEQUEIROS: El Geocosmos teológico de
Athanasius Kircher (1601-1680). Proyección, Facultad de
Teología de Granada, XLVII, 199, 281-300. También: L.
SEQUEIROS: Athanasius Kircher (1601-1680), el geólogo que
creía que la Tierra estaba "viva". ACMIPA, Córdoba, (2001), 43,
22-23; L. SEQUEIROS: 2001: año de Athanasius Kircher (1601-
1680). Boletín de la Comisión de Historia de la Geología de
España. Sociedad Geológica de España, (2001), n1 15, páginas
14-16; L. SEQUEIROS: Las entrañas de la Tierra. Vida Nueva,
Madrid (2001), 10 marzo, página 33.
8 RENÉ TAYLOR (ermetism and Mystical Architecture
in the Society of Jesus". En Rudolf Wittkover y Irma B. Jaffe
(eds.), Baroque Art: the jesuit Contribution.New York, 1972, pag.
63-97
21
En Internet hay 123.000 entradas dedicadas a
él (noviembre de 2012), y algunas páginas web de
tipo esotérico o paracientífico9. Lo más curioso es que
muchas de las entradas sobre Kircher provienen de
movimientos religiosos, como los Rosacruces y otros
que pueden encuadrarse en movimientos de la
"Nueva Era"10.
Y un buen amigo y científico, Juan Valentín Fernández
de Gala, mantiene un jugoso blog dedicado a
Kircher11.
El filósofo y escritor italiano Umberto Eco, ha
escrito de Kircher: es el más contemporáneo de
nuestros antecesores, el más trasnochado de nuestros
contemporáneos.

9 http://bitacoras.com/canales/athanasius+kircher;
http://www.odisea2008.com/2009/07/athanasius-kircher-
iii_2319.html;
http://ilead.itrack.it/clients/Tara_Medium/c14638/popup.asp?
campaignid=14638&websiteid=11356&scriptid=94004&subwe
bsiteid=,27746&viralref=0&source=webgains&siteid=66140;
http://www.myspace.com/athanasiuskircher
10 Se pueden encontrar referencias a las relaciones de Kircher

con la Nueva Era en: L. SEQUEIROS: El Geocosmos teológicos de


Athanasius Kircher (1601-1680). Proyección, Facultad de
Teología de Granada, XLVII, 199, 281-300. También en: L.
SEQUEIROS (2001) ¿Tiene fundamentos científicos la "Nueva
Era"? Ponencia XXIX Reunión Interdisciplinar de ASINJA,
Galapagar, Madrid. Se publicará dentro de unos meses por la
Universidad de Comillas.
11 http://kircherlandscape.blogspot.com/
22
De alguna manera, Kircher se sitúa en un
punto de debate entre la ciencia del siglo XVII, la
filosofía y la teología postridentina. El interés que los
investigadores dedican a la figura de Kircher puede
medirse en función de los trabajos de investigación y
tesis doctorales sobre su figura.
En la clásica obra del padre Lazlo Polgár12,
conteniendo la bibliografía sobre la historia de la
Compañía de Jesús, se reseñan 80 trabajos sobre la
figura y la obra de Kircher, publicados entre 1901 y
1980. Puede resultar sorprendente que son varias las
tesis doctorales que se han defendido en estos
últimos años sobre Kircher. Así, citamos de pasada las
tesis de Baldwin (defendida en 1987 en Chicago)
sobre la filosofía magnética de Kircher13, la de
Cantoni (en 1994) sobre la armonía universal 14 y la

12 L. POLGÁR S.I.: Bibliographie sur l´Histoire de la Compagnie de


Jésus (1901-1980). Institutum Historicum S. I., Roma, (1990),
718 páginas (sobre todo, páginas 300-305). Este volumen
contiene la síntesis de la bibliografía que Polgár publica cada
año en Monumenta Historica S.I. En el último volumen que se ha
consultado, perteneciente al año 2000, el número de
publicaciones citadas para Kircher es de 14 citas. Esto indica que
la figura de Kircher, debido a las múltiples facetas que presenta,
ha sido objeto de muchos trabajos de investigación.
13 M. R. BALDWIN: Athanasius Kircher and the magnetic
philosophy. Dissert. University of Chicago (1987).
14 I. CANTONI: Athanasius Kircher e l´armonia universale. Tesis

Doctoral de la Universidad de Bolonia (1994), 210 pág.


23
de Ziller (1995), también sobre la armonía del
mundo en el siglo XVII según Kircher15.
Pero la obra de Athanasius Kircher y el Colegio
Romano (lo que en la actualidad se corresponde con
la Universidad Gregoriana) están indisolublemente
unidas. Kircher trabajó bajo los muros venerables del
Colegio Romano los últimos 47 años de su larga vida
y participó activamente en los debates científicos,
filosóficos y teológicos que impulsaba el claustro
pluralista e internacional de profesores. Este impulso
de búsqueda común y compartida de respuestas
teológicas, desde la presencia efectiva en los
movimientos culturales y científicos del mundo
secular, como un servicio a la Iglesia, preocupaba a
Ignacio de Loyola y a sus primeros compañeros16. Fue
una tarea prioritaria de la primitiva Compañía y sigue

15 C. ZILLER: L´harmonie du monde au XVII0 siècle. Essai sur la


pensée scientifique d´Athanasius Kircher. Dissert. Université de
París IV, Sorbonne, (1995).
16 En 1551, bajo el Generalato de Ignacio de Loyola, y con la

ayuda económica del entonces Duque de Gandía nace el


embrión de lo que iba a ser el Colegio Romano, la institución
intelectual conocida en su época de la Compañía de Jesús hasta
la disolución de la Orden en 1773. El Colegio Romano surgió en
una época compleja de la historia de la Iglesia para dar
respuestas desde la fe cristiana a tres retos principales: el reto
de la emergente cultura secular de la Revolución Científica, el
reto de la Reforma protestante y el reto de la renovación de la
Iglesia católica tras la experiencia del Concilio de Trento.
24
hoy inquietando a los que, con muchas limitaciones,
pretenden continuar -en comunión con la Iglesia
universal y desde coordenadas culturales muy
diferentes- la intuición de Ignacio de Loyola que dio
lugar a este proyecto, como puede ser esta Facultad
de Teología.
Simbología, hermetismo, magia, alquimia en
definitiva, ocultismo. El misterio del saber humano
vedado a los mortales y transmitido desde la
antigüedad remota a partir de los egipcios.. Kircher
desea encontrar en la herencia hermética el secreto
del saber universal. Por eso, sus obras están plagadas
de imágenes con significado esotérico y hermético.
Una tarea inmensa que desde hace unos años se
intenta desentrañar. Pero ¿cómo llegó Kircher a ser
ocultista? ¿dónde aprendió Kircher esas cosas? ¿Qué
fuentes consultó? A veces nos parece un
extraterrestre, un mago, un ser fuera de nuestra
realidad marcada por la racionalidad aristotélica.
De alguna manera, Kircher se sitúa en un
punto crucial de debate entre la ciencia del siglo XVII,
la filosofía y la teología postridentina, así como el
debate sobre los conocimientos ocultos, y con
frecuencia perseguidos y proscritos. El interés que los
investigadores dedican a la figura de Kircher puede
medirse en función de los trabajos de investigación y
tesis doctorales sobre su figura.

25
En la clásica obra del padre Lazlo Polgár
(1990)17, conteniendo la bibliografía sobre la historia
de la Compañía de Jesús, se reseñan 80 trabajos sobre
la figura y la obra de Kircher. Puede resultar
sorprendente que son varias las tesis doctorales que
se han defendido en estos últimos años sobre Kircher.
Así, citamos de pasada las tesis de Baldwin
(defendida en 1987 en Chicago) sobre la filosofía
magnética de Kircher 18, la de Cantoni (en 1994) sobre
la armonía universal19 y la de Ziller (1995), también
sobre la armonía del mundo en el siglo XVII según
Kircher20.
¿De qué fuentes obtuvo Kircher todo su saber?
Apenas lo sabemos. Pasó gran parte de su vida en el

17 L. POLGÁR S.I.: Bibliographie sur l´Histoire de la Compagnie de


Jésus (1901-1980). Institutum Historicum S. I., Roma, (1990),
718 páginas (sobre todo, páginas 300-305). Este volumen
contiene la síntesis de la bibliografía que Polgár publica cada
año en Monumenta Historica S.I. En el último volumen que se ha
consultado, perteneciente al año 2000, el número de
publicaciones citadas para Kircher es de 14 citas. Esto indica que
la figura de Kircher, debido a las múltiples facetas que presenta,
ha sido objeto de muchos trabajos de investigación.
18 M. R. BALDWIN: Athanasius Kircher and the magnetic
philosophy. Dissert. University of Chicago (1987).
19 I. CANTONI: Athanasius Kircher e l´armonia universale. Tesis

Doctoral de la Universidad de Bolonia (1994), 210 pág.


20 C. ZILLER: L´harmonie du monde au XVII0 siècle. Essai sur la

pensée scientifique d´Athanasius Kircher. Dissert. Université de


París IV, Sorbonne, (1995).
26
Colegio Romano. Y no se conoce con exactitud lo que
contenían en esa época las bibliotecas romanas. Pero
pasó parte de su época de formación en Würzburg,
donde se inició creo- en el ocultismo y las fuentes
siríacas y egipcias.

Imágenes de Mundus Subterraneus

27
El Colegio Romano

28
4
Apuntes biográficos de
Athanasius Kircher

No son muy abundantes los datos biográficos


fiables del P. Kircher. Las fuentes directas son poco
accesibles y, por lo general, se trabaja sobre fuentes
secundarias. Incluso en las redes de Internet son
abundantes las páginas web con datos biográficos de
Kircher, muchos de los cuales están escasamente
contrastados o se reducen a copiarse unos de otros21.
Los autores coinciden en estos datos generales
sobre la biografía de nuestro autor:
Athanasius Kircher nació en Geisa (Ghysen),
cerca de Fulda (provincia de Hesse-Nassau, en
Sajonia-Weimar) un 2 de mayo, día de San Atanasio

21 Algunas de las páginas web más fiables son:


www.akasha.de/~allen/Kirlife.html
es.rice.edu/ES/humsoc/Galileo/Catalog/Files/Kircher.html
www.faculty.fairfield.edu/jmac/sj/scientists/Kircher.htm
www.luc.edu/libraries/science/jesuits/1660html
29
de 1601 (o tal vez, de 1602, según nuestro
calendario)22.
Athanasius fue el más pequeño de los ocho
hijos (seis varones y dos mujeres) fruto del
matrimonio entre Johannes Kircher y Anna Gansek.
Johannes Kircher, su padre, había nacido en Maguncia
(Mainz), y era doctor en Teología. Siendo un joven
teólogo laico, obtuvo un puesto de trabajo de tipo
administrativo en la Abadía benedictina de Fulda.
Esto le hizo trasladarse a esta ciudad en la que
conoció a la que sería su esposa, Anna. Precisamente,
en Fulda tenían los jesuitas un colegio donde
estudiaron los hijos varones, y entre ellos el joven
Athanasius. En este centro estudió latín, griego y
hebreo desde 1614 a 1618 (desde los 13 a los 17
años) y allí sintió su vocación a la Compañía.
El 2 de octubre de 1618 ingresa como novicio
en la Compañía de Jesús, y en 1620 se traslada a la
ciudad de Paderborn, donde estudia Humanidades
Clásicas, Filosofía escolástica, Ciencias Naturales y
Matemáticas hasta 1622. Estos estudios los completó
un año más en Münster y Colonia.

22 No hay acuerdo entre los autores si nació en el año 1601


(que es la opinión mayoritaria desde hace 25 años) o en 1602
(que es la opinión de los autores más antiguos).
30
La formación intelectual y académica de
Kircker
Una vez terminados los estudios de
Humanidades y Filosofía, Kircher pasó a la etapa que
en la tradición jesuítica se llama el "magisterio",
durante la cual el joven estudiante pasa a ser
temporalmente profesor en alguno de los colegios
para niños y jóvenes.
En 1623, Kircher fue destinado al Colegio de
Coblenza donde imparte clases de lengua griega a los
niños y a los jóvenes. El curso siguiente, 1624 -1625,
Athanasius Kircher, a la sazón de 24 años, pasa a
impartir clases en el laboratorio de Física del Colegio
jesuita de Heiligenstadt en Sajonia. Este laboratorio
tenía una fama bien ganada, pues en él se
encontraban los aparatos "más modernos" (entonces)
para acercar a los jóvenes a los métodos de lo que
hoy llamamos la investigación científica. Esta
experiencia será de gran valor para Kircher 23. Hasta
el momento no tenemos datos sobre sus inquietudes
ocultistas y herméticas
Finalizada la etapa llamada de "magisterio" en
1625, Athanasius Kircher inicia sus estudios de

23 Adelantemos desde ahora que en Libro II, capítulo XIX de

Mundus Subterraneus (1665), Kircher describe en detalle varios


"experimentos" de laboratorio referentes a los llamados "tubos
eólicos" para explicar los efectos del aire sobre las rocas, cuando
está presente la humedad.
31
Teología en la Universidad de Maguncia, donde
también había estudiado la misma materia su propio
padre. En esta ciudad fue ordenado sacerdote en
1628, con 27 años. Sus estudios los compaginó con
trabajos de planimetría y agrimensura por encargo
del Elector de Maguncia que contribuyeron
grandemente a su posterior interés por la geografía.
También empezó a utilizar el telescopio para sus
observaciones que tuvieron como objetivo principal
el estudio de las manchas solares. Retomaba el
debate que casi 20 años antes mantuvieron Galileo y
el jesuita Scheiner. Hasta el momento no tenemos
datos sobre sus inquietudes ocultistas y herméticas.
Parece ser que era un physico convencional, con
tendencias platónicas propias de la época.
Würzburg: Ese mismo año, 1628, fue
nombrado profesor de la Universidad de Würzburg,
donde se le encarga enseñar materias tan variadas
como la filosofía escolástica, las matemáticas, las
lenguas hebrea y siríaca (nombre con el que se
conocía entonces al arameo). Ese mismo año inicia
su interés por la interpretación de los jeroglíficos
egipcios con ocasión de la lectura de un libro que
trataba de los obeliscos conservados en la ciudad de
Roma.
En Würzburg tuvo su primer contacto con la
medicina profesional (a la que hace abundantes
referencias en Mundus Subterraneus) y publicó su
32
primer libro en 1631: la Ars Magnesia, referente al
magnetismo terrestre.
Sería muy interesante un estudio sobre
Kircher en Wirzburg, hasta que cumplió los 30 años.
El tema del magnetismo terrestre lo retomará
años después publicando en 1641 el Magnetes sive de
arte magnetica que conoció varias ediciones (Roma,
1641; Colonia, 1643; Roma, 1654)..

33
Avignon: En 1631, Kircher abandona la ciudad
de Würzburg debido al avance de las tropas
protestantes de Gustavo Adolfo, y se establece en el
Colegio de los Jesuitas de Avignon. Se llevó consigo a
su discípulo, el también jesuita Caspar Schott (1608-
1666). Caspar Schott fue un fiel discípulo del maestro,
mantuvo correspondencia con Otto von Guericke,
Christiaan Huygens y Robert Boyle; y publicó más
tarde Magia Universalis Naturae et Artis (4
volúmenes, Würzburg, 1657-1659) sobre Óptica,
Acústica, Matemáticas y Física. ¿Introdujo Schott a
Kircher en los arcanos ocultistas?
La amistad entre Kircher y Schott fue
constante y les llevó a una fecunda colaboración
científica. Entre otras cosas, Schott será quien
complete la segunda edición, editada en 1660, del Iter
Extaticum coeleste et terrestre (de 1654). Más
adelante hablaremos con más detalle de este
interesante libro y sus imágenes.
En el Colegio de Avignon, ciudad que era
territorio pontificio, Kircher (con 30 años) enseñó
matemáticas y desarrolla una amplia tarea científica
en muy diferentes campos: la astronomía, el
desciframiento de inscripciones egipcias, la
planimetría y la agrimensura. También construye un
planetario para el cual realizó experimentos basados
en dirigir la luz del Sol y de la Luna hacia la Tour de la
Motte del Colegio mediante ingeniosas
34
combinaciones de espejos. De todos estos
experimentos resultó un libro (del que hablaremos
más adelante) sobre las observaciones astronómicas
por medio de la reflexión de la luz y otro sobre una
disciplina extraña: la catóptrica (la parte de la óptica
que trata de los procesos de reflexión de la luz).
Durante la etapa en Avignon, Kircher mantuvo
correspondencia con el jesuita Christophorus
Scheiner, descubridor de las manchas solares y
enemigo científico de Galileo. Tal vez en esta época
adquirió la costumbre de la correspondencia
frecuente con otros científicos europeos y que
mantuvo toda su vida24.
En 1633, estando aún en Avignon, le
presentaron a Gassendi en Aix-en-Provence, con el
cual seguirá manteniendo correspondencia y amistad
durante muchos años. Téngase en cuenta que Gasendi
es un representante cualificado de las posturas
opuestas al rígido mecanicismo de Descartes. Está
por estudiar las influencias mutuas que Gassendi y
Kircher pudieron tener.

24 La Universidad Gregoriana de Roma, en colaboración con

otros centros de investigación, están sistematizando la inmensa


correspondencia inédita. Puede consultarse en la página web:
http://www.150.217.52.68/kircher/indice.html
Sobre la correspondencia, se puede consultar también:
www.galileo.imss.firenze.it/mutti/Kircher/ y
www.bahnof.se/~rendel/kirlinx.htm
35
En este mismo año (1633), Kircher se propone
interpretar el lenguaje de los jeroglíficos egipcios.
Casi dos siglos antes de Champollion y la Piedra
Rosetta, Kircher trabajó en este campo basándose en
la lengua copta (que dominaba perfectamente) como
herramienta lingüística para descifrar la escritura
egipcia. Según los expertos, en este trabajo dominó
más su juvenil fantasía que el rigor científico. De
estos trabajos resultó una gramática de la lengua
copta, editada en Roma diez años más tarde.

36
5
Los extraños caminos que
llevan a Roma:
el Colegio Romano en los tiempos de
Kircher

Hay ocasiones en que, como dice el refrán, "el


hombre propone y Dios dispone". Eso le sucedió a
Kircher. Esta es la historia: en el año 1633 el
Emperador Fernando II, conocedor de la sabiduría
del jesuita, propone a sus superiores que concedan
permiso para que Kircher sea nombrado profesor de
matemáticas en Viena. Otras fuentes (Diccionario
Histórico de la Compañía de Jesús, en preparación)
indican que fue Fabri de Peiresc 25 (gran aficionado a

25 Nicolás Claudio Fabri de Peirsec fue un influyente hombre de

ciencia francés nacido en 1580 en Belgentier y fallecido en Aix


en 1637. Viajó por Italia, Inglaterra y Holanda. En sus viajes
recogió una gran cantidad de objetos, libros, manuscritos,
medallas, plantas y animales que puso a disposición de sus
amigos, entre los cuales estaba Kircher. Aclimató a Francia
37
las antigüedades e interesado en la investigación
orientalista y egiptológica), quien persuadió, por
medio del cardenal Francesco Barberini, al papa
Urbano VIII para que lo destinara al Colegio Romano.
Concedido el permiso, Kircher se dirigió desde
Francia a Alemania por vía marítima. En una
accidentada travesía, sufrió varios naufragios que le
obligan a arribar a la ciudad de Roma, donde no
tenía intención de ir. Está por estudiar la abundante
correspondencia de Fabri con Kircher. Posiblemente
se desvelarían muchos misterios relativos a los
estudios de Kircher.
Roma. Sea del modo que sea, Athanasius
Kircher nunca llegó a Viena. Desde ese año 1633
hasta su muerte en 1680, permaneció como profesor
en Colegio Romano, que gozaba en aquel tiempo de
una merecida fama. Desde 1633 hasta 1638, Kircher
dispuso de su tiempo para trabajar libremente en
Roma. No tenía aún una misión concreta. Por ello se
dedicó a la egiptología publicando el Prodromus

muchas plantas exóticas, formó en Belgentier un Jardín


botánico. Ayudó a propagar los descubrimientos de Harvey,
Copérnico y Kepler. Él mismo se dedicó a observaciones
astronómicas en compañía de Gassendi. Escribió mucho pero
nunca publicó nada. Sus manuscritos (conservados en la
Biblioteca Nacional de Francia), componen 116 volúmenes en
folio.
38
Coptus sive Aegiptiacus(1636)26, un pequeño tratado
de coptología.
Desde 1638, cuando tenía 37 años de edad, se
incorporó como profesor de Física y de Matemáticas
al claustro de profesores del Colegio Romano.
No se puede entender la obra completa de
Kircher, el impresionante esfuerzo intelectual de
ámbito científico, filosófico y teológico, sin situarlo en
el contexto de esta institución al servicio de la Iglesia.
El Colegio Romano fue fruto del desarrollo de una de
las intuiciones más preclaras de Ignacio de Loyola y
tenía como objetivo colaborar en la restauración
católica que había iniciado el Concilio de Trento. En la
mente de Ignacio se trataba de impulsar una
institución dedicada a la educación cristiana de la
juventud, a la formación del clero, a la recuperación
de la presencia católica en las letras y en la ciencia, a
la formación de apóstoles decididos a difundir la fe de
Roma.

26http://fathom.lib.uchicago.edu/1/777777122590/
39
40
6
¿”El último hombre que
lo sabía todo”? [The last
man who knew everything”,
Paula Findlen]

Tomamos este epígrafe del estudio sobre


Kircher editado por la profesora Paula Findlen (Paula
Findlen, ed. Athanasius Kircher: The Last Man Who Knew.
Everything. New York and London: Routledge, 2004. xii +
466 pp. index. append. illus. Bibl)
Aficionado a la ciencia, inventor y
coleccionista se considera a Athanasius Kircher un
erudito en diversos campos del saber en los que
publicó diversos tratados: el estudio del chino, la
escritura universal (Novum hoc inventum quo omnia
mundi idiomata ad unum reducuntur, 1660) o el arte
de cómo pensar Destacó por su estudio sobre la
lengua copta y su aplicación al desciframiento de los
jeroglíficos egipcios, campo en el que pese a que se le

41
consideraba un experto no logró ningún resultado
válido llegando a publicar un libro lleno de presuntas
traducciones sin valor.
Pienso que Kircher estaba fascinado por la
investigación del origen de las culturas. Este trabajo
lo llevó a cabo rastreando el origen de las lenguas. Y
sobre todo, si el origen de las lenguas y de las culturas
provenía de Egipto o de China.. Ya lo veremos en
China Munumentis Illustrada (1867)
Además clasifico a los animales en aquellos
que nacian de la nada y aquellos que nacían
normalmente.
En su obra del año 1641 Ars magna lucis et
umbrae describe varios artilugios relacionados con la
luz y las sombras, entre ellos varios diseños
fantásticos de Relojes solares: fue una de las muchas
contribuciones del siglo XVII a la gnomónica (la
construcción de relojes).

La obra impresa de Athanasius Kircher


La obra impresa de Kircher es de 44 títulos de
muy diversos temas27. De igual modo, los
manuscritos y su correspondencia son muy amplios.

27 La relación más completa de las obras, tanto publicadas como


inéditas de Kircher puede encontrarse en: C. SOMMERVOGEL:
Bibliothèque de la Compagnie de Jésus. Bruselas-París, 1893, 9:
1070-1077.
42
En 2001, con ocasión de centenario, se publicó un
catálogo del fondo kircheriano. Se compone de 2.587
documentos en 20 lenguas, con cartas que proceden
de 336 ciudades en 42 países. Entre los muchos
corresponsales, Kircher mantuvo una amplia
correspondencia con el español Juan Caramuel28.
Siguiendo las pautas de la Ratio Studiorum
profundizó en el estudio de los autores clásicos.
Séneca, Estrabón, Plinio y el Cicerón del Somnium
Scipionis, son manejados con soltura y
aprovechamiento. Se puede decir que constituyen la
base fundamental de su pensamiento geocósmico.
Pero también debió consultar otras fuentes, otras
bibliotecas extrañas. Y uno lo evoca en la biblioteca
de El Nombre de la Rosa de Umberto Eco, pasando
páginas de los saberes prohibidos..

28 Juan Caramuel y Lobkowitz (1606-1682) nació en Madrid de


ascendencia bohemia y flamenca. Después de cursar
humanidades en Alcalá, toma el hábito cisterciense. Se doctoró
en Teología en Lovaina. Protegido del rey Felipe IV, Fernando III
y Alejandro VII llegó a ser obispo de Campagna, en Nápoles.
Sobre él puede verse: J.M. LÓPEZ PIÑERO. Ciencia y Técnica en la
sociedad española de los siglos XVI y XVII. Labor, Barcelona,
(1979), 436-439; es clásico: R. CEÑAL: Juan Caramuel. Su
epistolario con Atanasio Kircher S.J. Revista de Filosofía, XII
(1953), 101-147. Más modernamente tenemos el amplio
estudio de Dino PASTINE: Juan Caramuel. Probabilismo ed
Enciclopedia. Firenze, La Nuova Italia Editrice (1975), 330 pág.
43
Una de las preguntas que me hago después de
recorrer los casi 80 años de su vida es: ¿qué itinerario
sigue su mente? ¿Qué experiencias le marcaron desde
sus primeros años de estudiante jesuita? ¿Qué
contactos? ¿Qué amistades? Y uno se lo imagina
rodeado de magos, de nigromantes, de herméticos, de
gente rara.. Kircher fue n auténtico friki en del
sentido más moderno de la palabra. Uno de sus
primeros trabajos (catalogados por Sommervogel)
está dedicado a los experimentos realizados en
Avignon años atrás con espejos, a partir de los cuales
construye un reloj de reflexión29. En los primeros
años de estancia en Roma, además del tratado de
coptología, publicó cuatro gramáticas árabes en latín
(Lingua Aegyptiaca restituta, Roma, 1643).
Años más tarde, vio la luz un monumental
tratado de Egiptología (Oedipus Aegyptiacus). Los
cuatro tomos se editaron entre 1652 y 1653. Tras
estos, vinieron otros muchos libros de temas
variados, tocando los temas más diversos: desde la
interpretación de los jeroglíficos egipcios (Obeliscus
Pamphilius, 1650), tratados de lenguas orientales, de

29El título de este libro, de 228 páginas, es largo y complejo. Las


primeras frases son: Primitiae gnomonicae Catoptricae hoc est
Horologiographiae novae specularis, in qua breviter, nova, certa,
exacta et facilis demonstrantur horologium per reflexi luminis
radium construendorum methodus... Tipografía J. Piot. La
dedicatoria del autor es de 1633, pero el privilegio es de 1635.
44
cultura china (China Monumentis illustrata,
Amsterdam, 1667), de música (Musurgia Universalis,
Roma, 1650)30, de física (Primitiae gnomonicae
catoptricae, Avignon, 1635) y geofísica (Ars Magna
Lucis et Umbrae, Roma, 1646)31 y de magnetismo
(Magnes sive de Arte Magnetica, Roma, 1641; Ars
magnesia, Würzburgo, 1631; Magneticum Naturale
Regnum, Roma y Amsterdam, 1667), de matemáticas,
de medicina (Scrutinium physico medicum
contagiosae luis, quae pestis dicitur, Roma, 1657), de
zoología (Arca Noe, Amsterdam, 1675; Turris Babel,
Amsterdam, 1679)32, etc.

30 http://www.mediateletipos.net/archives/8229
31 http://www.ctv.es/USERS/rosacruz/libro4.htm
32

http://www.faculty.fairfield.edu/jmac/sj/scientists/kircher.ht
m
45
Musurgia Universalis

46
Arca Noe

47
Parece ser que Kircher tenía gran interés en
divulgar los conocimientos. Por eso escribe en latín,
que era la lengua culta normal y universal. Sus obras
tienen gran claridad expositiva, acude con frecuencia
a las anécdotas, acompañaba al texto con preciosas
litografías y, al escribir en latín, se difundieron sin
dificultad por toda Europa.

48
7
Musaeum Kircherianum

49
Su afán divulgador le llevó a montar en Roma
un gran Museo (conocido luego como Musaeum
Kircherianum). Nuestro activo autor, empezó a
coleccionar objetos curiosos en su propio cuarto en
Roma. Como la cantidad de objetos aumentó
desmesuradamente, el Rector concedió a Kircher una
estancia mayor. Pero en 1615 Alfonso Donnini (más
conocido por su nombre latinizado de Donninus)
había donado al Colegio una colección de cosas
curiosas y valiosas. Este fue el germen del Musaeum
Kircherianum que fue dirigido por el P. Athanasius
Kircher en Roma.
El Museo comprendía colecciones de
curiosidades, rarezas naturales, arqueología,
etnografía, instrumentos científicos, malacología,
rocas, minerales y fósiles, etc. En 1678, Jorge de Sepi,
bajo la dirección de Kircher, publicó un catálogo del
mismo (Romani Collegii Soc. Jesu Musaeum
celeberrimum, cuius magnum antiquariae rei,
statuarium imaginum, picturarumque partem ex
legato Alphonsi Donnini S.P.Q.R. a secretis munifica
liberalitate relictum P. Athanasius Kircherus Soc. Iesu
novis et raris inventis locuplectatum, cumpluriumque
Principum curiosis donariis magno rerum apparatu
instruxit; Amsterdam, 1678).
A la muerte de Kircher, los jesuitas
encomendaron al padre Filippo Bonanni (1638-1735)
50
su reorganización e ilustración. En 1709 publica la
obra Musaeum Kircherianum (539 páginas y 171
láminas). Con la supresión de la Compañía de Jesús en
1773, las piezas del Museo fueron dispersadas.
Aunque tras la restauración hubo un intento de
agruparlas, la incautación por parte del Gobierno
italiano en 1870 acabó con el Musaeum. Los restos del
mismo se integraron en 1913, parte de ellos en el
Museo Paleoetnográfico del Museo de Roma, y otros
en los fondos del Museo Nazionale de Castel
Sant´Angelo33.
Se atribuyen a Kircher muchos "inventos"
curiosos, entre ellos, un sistema de proyección a
través de colores, que puede considerarse antecesor
del cinematógrafo34. Kircher pretendía difundir y
divulgar los conocimientos de que disponía por
medio de esta obra monumental. Sus obras son de
gran claridad, reúne los avances científicos de su
época en armonía con los datos de la Escritura, de los
Santos Padres y la tradición de la Iglesia, así como los
mitos, lo saberes ocultos, la alquimia, la magia, el
hermetismo.
Kircher deseaba un saber universal que
incluyese todos los conocimientos dentro del marco

33 Para más información sobre el Musaeum Kircherianum, puede


consultarse http://www.150.217.52.68/kircher/imuseum.html
34 W. A. WAGENAAR: The true inventor of the Magic Lantern:

Kircher, Walgenstein or Huygens?. Janus, 66 (1979), 193-207.


51
del saber teológico. Al estar escrito en latín el libro se
divulgó rápidamente por Europa en la que obtuvo
gran popularidad. Jungius y Leibniz citaron las obras
de Kircher y von Guericke aprovechó muchas de las
ideas de la Magnes, sive de arte magnetica (1643), de
la Ars magna lucis et umbrae (1646), del Iter
Exstaticum (1654)35 y del Mundus Subterraneus
(1665).

35 http://www.agapea.com/libros/ATHANASIUS-KIRCHER-
ITINERARIO-DEL-eXTASIS-O-LAS-IMaGENES-DE-UN-SABER-
UNIVERSAL-isbn-8478445846-i.htm
52
8
Athanasius Kircher
Relación bibliográfica

Las obras impresas escritas y publicada por


Athanasius Kircher son casi medio centenary. De ellas
entresacamos las más importantes por orden
cronológico:
Año Título Enlace
1631 Ars Magnesia
1635 Primitiae gnomonicae catroptricae
1636 Prodromus coptus sive aegyptiacus
Specula Melitensis encyclica, hoc est
1637 syntagma novum instrumentorum
physico- mathematicorum
1643 edition
1641 Magnes sive de arte magnetica
(second ed.)
1643 Lingua aegyptiaca restituta
1645
Ars Magna Lucis et umbrae 1646 edition
1646
Obeliscus Pamphilius: hoc est,
1650 1650 edition
Interpretatio noua & Hucusque Intentata

53
Obelisci Hieroglyphici
Musurgia universalis, sive ars magna Volumes I
1650
consoni et dissoni and II, 1650
1652
Oedipus Aegyptiacus
1655
1654 Magnes sive (third, expanded edition)
Itinerarium extaticum s. opificium
1656
coeleste
Iter extaticum secundum, mundi
1657
subterranei prodromus
Scrutinium Physico-Medicum
1658
Contagiosae Luis, quae dicitur Pestis
Pantometrum Kircherianum ...
1660
explicatum a G. Schotto
1661 Diatribe de prodigiosis crucibus
Polygraphia, seu artificium linguarium
1663 quo cum omnibus mundi populis poterit
quis responderé
1664 Mundus subterraneus, quo universae Tomus II ,
1678 denique naturae divitiae 1678
1665 Historia Eustachio-Mariana 1665 edition
Arithmologia sive De abditis numerorum
1665 1665 edition
mysterijs
Obelisci Aegyptiaci ... interpretatio
1666
hieroglyphica
Latin edition
China monumentis, qua sacris qua
(1667)
profanis, nec non variis naturae and artis
1667 (pages with
spectaculis, aliarumque rerum
illustrations
memorabilium argumentis illustrata
only); La
54
Chine, 1670
(French,
1670);
Modern
English
translation
Magneticum naturae regnum sive
1667
disceptatio physiologica
1668 Organum mathematicum
1669 Principis Cristiani archetypon politicum 1672 edition
1669 Latium 1671 edition
1669 Ars magna sciendi sive combinatorica 1669 edition
Phonurgia nova, sive conjugium
1673 mechanico-physicum artis & natvrae 1763 edition
paranympha phonosophia concinnatum
1675 Arca Noe
Sphinx mystagoga: sive Diatribe
1676 hieroglyphica, qua Mumiae, ex 1676 edition
Memphiticis Pyramidum Adytis Erutae
1676 Obelisci Aegyptiaci
1679 Musaeum Collegii Romani Societatis Jesu
Turris Babel, Sive Archontologia Qua
Primo Priscorum post diluvium hominum
vita, mores rerumque gestarum
magnitudo, Secundo Turris fabrica
civitatumque exstructio, confusio
1679
linguarum, & inde gentium
transmigrationis, cum principalium inde
enatorum idiomatum historia, multiplici
eruditione describuntur & explicantur.
Amsterdam, Jansson-Waesberge 1679.
55
Tariffa Kircheriana sive mensa
1679
Pathagorica expansa
1680 Physiologia Kircheriana experimentalis 1680 edition

56
9
Las ideas de Kircher en España

No está completa esta revisión de la obra


kircheriana si no aludimos al impacto que tuvo en
España. La filosofía neoplatónica era suficientemente
conocida y tuvo una influencia generalizada en
España desde el Renacimiento. Autores como León
Hebreo, Juan de Valdés o Miguel Servet se insertan en
esta tradición.
La figura de Servet es particularmente
interesante para la evolución del pensamiento
geológico y geográfico, pues fue el editor de las obras
de Tolomeo.
Una parte importante del los filósofos
naturales del Renacimiento y Siglo de Oro españoles
está impregnado por corrientes de pensamiento en
las que se afirmaba la solidaridad entre Macrocosmos
y Microcosmos. En este sentido, Kircher se integra en
una corriente cultural que era seguida por otros
muchos filósofos de su tiempo.

57
El hispanista Thomas Glick publicó hace ya
treinta años un documentado trabajo que resume las
influencias de Kircher sobre los filósofos, teólogos y
naturalistas españoles36. Destaca que, durante el siglo
XVII, la línea platonizante y hermético-alquímica está
presente en El Arte de los Metales (1640) del andaluz
de Lepe Alvaro Alonso Barba37.
Esta línea neoplatónica fue seguida también
por los jesuitas. La oposición a Aristóteles y la cita de
Platón son constantes en obras de naturalistas
jesuitas como José de Acosta (Historia Natural y
Moral de las Indias, 1590) y, sobre todo, en
Athanasius Kircher.

36 T. F. GLICK: On the influence of Kircher in Spain. Isis,


International Journal of History of Science, 62 (1971), 379-381.
37 Álvaro Alonso Barba (1569-1662) solía firmarse

como "de la villa de Lepe, en la Andalucía". Estudió en Sevilla


Artes y Teología, ordenándose sacerdote. En 1604 llega a las
Indias, al entonces Virreinato del Perú. Siendo cura de Potosí,
asiste a las técnicas para la obtención de la plata. En Potosí
escribe su obra más conocida: El Arte de los Metales, editada en
Madrid en 1640. Es, pues, casi contemporánea de los estudios de
Kircher. Para más información: M.R. GARCÍA FERNÁNDEZ.
Encuentro con Alonso Barba (1569-1662). Diputación de Huelva,
(1997), 164. Se acompaña una edición facsímil de su obra. Sería
muy interesante comparar la filosofía y la teología oculta en las
obras de Alonso Barba y de Kircher.
58
Pero Kircher, con su gran erudición y su pluma
ágil y colorista, tuvo la virtud de dar forma orgánica a
muchas de las ideas dispersas en el pensamiento de
la época. No es un gran innovador, sino una gran
sistematizador del pensamiento. De ahí su influjo en
los filósofos naturales de la época y del siglo XVIII.
También en el llamado "movimiento novador",
destaca la figura de Juan Caramuel (1606-1682), del
que se habló más arriba. Caramuel, casi de la misma
edad que Kircher, pertenece a ese grupo de científicos
que - como Descartes, Mersenne, Gassendi y el mismo
Kircher - buscaban a mediados del siglo XVII nuevos
caminos para la ciencia y la filosofía. Caramuel tuvo
una abundante correspondencia con Descartes,
adversario decidido del aristotelismo, defensor del
método experimental y cercano en sus
planteamientos a los círculos neoplatónicos. Mientras
era obispo de Campagna-Satriano, Caramuel recibió
directamente el Mundus Subterraneus de Kircher el
mismo año de su publicación y desde entonces
mantuvo una frecuente relación epistolar con
Kircher. Caramuel propició la expansión de las ideas
de Kircher en España. Ello hizo que su obra tuviera
un gran impacto y aparecen sus rasgos en diversas
formulaciones organicistas en la ciencia española de
la segunda mitad del siglo XVII y XVIII.
Por otra parte, las redes jesuíticas difundieron
estas ideas, no exentas de impregnaciones teológicas.
59
Entre los difusores cabe destacar a Juan Eusebio
Nierenberg38 y al padre José Zaragoza39. José
Zaragoza fue profesor de Matemáticas en el Colegio

38 Juan Eusebio Nierenberg (1595-1658) Nacido en


Madrid. Estudió en Alcalá y Salamanca. Profesor en el Colegio
Imperial de Madrid. Escribió Volcanes maravillosos y espantosos
accidentes, en la línea de Kircher. Ver: L. NAVÁS. V.P. Eusebio
Nierenberg. En: Linneo en España. Homenaje a Linneo en su
segundo centenario, 1707-1907. Sociedad Aragonesa de Historia
Natural, Zaragoza (1907), 98-108. G.MAZZOCCHI. Note sulla
fortuna italiana e lombarda di padre Juan Eusebio Nierenberg.
Studia borromaica, 13 (1999) 57-72
39 José Zaragoza y Vilanova (1627-1679) fue discípulo

de uno de los grandes "novatores" de Valencia, Vicente Mut


(1614-1687). Natural de Alcalá de Chivert (Castellón) estudió en
Valencia. Muy joven, recibió ofertas para ser catedrático de
Matemáticas, pero ingresó en la Compañía de Jesús en 1651 con
24 años. Desde 1660 residió en el colegio de los jesuitas de
Valencia donde tuvo un amplio magisterio científico. A final de
1670 fue nombrado titular de la cátedra de Matemáticas del
Colegio San Isidro de Madrid. En 1675 publica su tratado
Esphera en común, celeste y terráquea en la que se cita a
Copérnico, Brahe, Galileo, Kepler, Descartes, Gassendi, Cassini,
Clavius y Kircher. El último trabajo encontrado sobre él es: L.
MIRALLES CONESA: Reales estudios del Colegio Imperial de los
jesuitas: P. José Zaragoza y Vilanova de Alcalá de Chivert
(Castellón). Boletin de la Sociedad Castellonense de cultura. 72
(1996), 1, 73-92.
60
Imperial de Madrid a partir de 1670, y desde su
cátedra difundió las ideas de Kircher. En su obra
geográfica fundamental, la Esphera en común, celeste
y terráquea (1675), Zaragoza usa y cita a Kircher en la
proposición XII dedicada al Mundo Subterráneo.
Acepta la existencia del fuego central subterráneo
que tendrá en los volcanes los respiraderos. Se sabe
que Kircher mantuvo correspondencia con dos
jesuitas españoles que estaban en México: Francisco
Jiménez y Alejandro Fabiano.
Pero donde Kircher tuvo más audiencia fue
entre los componentes del llamado movimiento
novator, a finales del siglo XVII e inicio del XVIII. A
través del padre Zaragoza y de los profesores del
Colegio Imperial, y de otros autores como Caramuel,
sus ideas llegan a los círculos culturales madrileños.
Así se refleja en el Espejo Geographico del jesuita
Pedro Hurtado de Mendoza en 1690.
De igual modo, pasaron estas ideas a los
novatores valencianos, como Juan Bautista
Corachán40, que en sus Avisos del Parnaso hizo
aparecer directamente al padre Kircher exponiendo

40 Juan Bautista Corachán (1661-1741) nació en


Valencia y estudió en esa universidad graduándose en artes y
teología. Desde 1696 hasta su jubilación fue profesor de
Matemáticas. Su libro Viaje al Parnaso (terminado de redactar
en 1690 y publicado en 1747).
61
sus ideas. En este libro, se describe una fiesta en el
Parnaso a la que asisten, entre otros, los jesuitas
Grimaldi41, Fabri42, Mendoza, Clavio, Kircher y Escoto
y los científicos Boyle y Descartes.
También están presentes las ideas
organicistas de Kircher en el Compendio Mathematico
(1707-1709) del sacerdote valenciano Tomás Vicente
Tosca. En los inicios del siglo XVIII debe destacarse
también la figura de Diego de Torres y Villarroel
como uno de los difusores de las ideas kircherianas
en su Viaje fantástico (1724) y en otros libros de este
imaginativo autor43. En este libro (casi plagio del Iter

41 Franciscus Maria Grimaldi (1613-1663) era físico y


profesor en Bolonia. Su obra más conocida, Physico-Mathesis de
lumine (1665) es un tratado de Selenografía. En la Luna hay un
cráter con su nombre.
42 Honoré Favri (Lefèvre) (1607- 1688 ) fue teólogo y

matemático. Escribió el Tractatus physicus de motu locali (1646).


43 Diego Torres y Villarroel, situado ya en el siglo XVIII,

fue catedrático de matemáticas de la Universidad de Salamanca.


En muchos de sus libros "copia" muchas de las ideas de Kircher.
Sus obras esenciales son: D. TORRES Y VILLARROEL: Viaje
fantástico del Gran Piscator de Salamanca, Jornadas por uno y
otro Mundo .... (1724); ibíd. Anatomía de todo lo visible e
invisible: compendio universal de ambos mundos: Viaje
Fantástico: Jornadas por una y otra Esphera.... (1738); ibid.
Tratados Physicos y Médicos de los Temblores y otros
62
Extaticus de Kircher) narra un viaje que transcurre
desde el mundo subterráneo al mundo estelar. Los
conceptos organicistas y la relación Macrocosmos-
Microcosmos son patentes. El siguiente texto tiene
innegables ecos kircherianos:
"Este cuerpo terráqueo tiene una maravillosa
semejanza con el Mundo pequeño del hombre, y no
hay contenido en el uno que no se encuentre con poca
alteración en el otro, sin otra diferencia sensible que
la de la quantidad y figura; pero su materia, sus
órganos, su economía, sus achaques y sus
movimientos son tan parecidos, que bien examinados
los de un cuerpo se hallará nuestro discurso con un
claro conocimiento del otro".44

movimientos de la Tierra llamados vulgarmente Terremotos.


(1748)
44 D. TORRES Y VILLARROEL: opus cit. (1784).

63
Otro autor que bebió en las fuentes de
Kircher es el jesuita polígrafo Lorenzo Hervás y
Panduro45. Lorenzo García y Panduro, luego
cambiados sus apellidos a Hervás y Panduro
(Horcajo de Santiago, Cuenca, 10 de mayo de
1735 - Roma, 24 de agosto de 1809), polígrafo
jesuita, lingüista y filólogo español, padre de la
Lingüística Comparada. Cuando los jesuitas
fueron expulsados por Carlos III en 1767,
marchó a Córcega y en seguida a Italia,
estableciéndose en Forli, donde vivió hasta 1773
con otros jesuitas de la provincia eclesiástica
jesuita de Toledo, entregado a la investigación y
el estudio de las matemáticas, la astronomía, las
ciencias naturales y la lingüística. El contacto
con jesuitas de todo el mundo le facilitó
compilar informaciones sobre todo tipo de
lenguas. Pasó luego a Cesena, donde el marqués
de Chini le ofreció hospitalidad como preceptor
de sus hijos. Tras once años de estancia en la
Romaña, pasó a Roma para consultar la
bibliografía de la Biblioteca Vaticana.
Escribió unos 90 volúmenes. Viaggio
estatico al Mondo planetario ("Viaje estático al
mundo planetario", 1780, de la que después
hará una versión revisada en español). El título
completo es: Viaggio statico al Mondo planetario

45
http://biblioteca2.uclm.es/biblioteca/ceclm/ARTREVIST
AS/Revista_cuenca/cuenca_36/cuenca36_aventura.pdf
64
("Viaje estático al mundo planetario", 1780, de
la que después hará una versión revisada en
español, Viaje estático al mundo planetario: en el
que se observan el mecanismo y los principales
fenómenos del cielo; se indagan las causas físicas,
y se demuestran la existencia de Dios y sus
admirables atributos, Madrid, Imp. de Aznar,
1793 y 1794, 4 vols.).
También en Portugal estuvieron
presentes las ideas kircherianas. Citaremos
solamente la obra de Mauricio Vicente de
Almeida en la que se discute la problemática de
la piedra filosofal basado en la ideas de Feijoo y
Kircher46.

46 En 1733 se publicó Ennaea, ou applicaçao do


entendimento sobre a pedra Filosofal provada, e defendida
com os mesmos argumentos com que os Padres Athanasio
Kircher na seu Mundo Subterraneo e Fr. Jeronymo Bento
Feijoo na seu Theatro Critico concedendo a possibilidade
negao, e impagnao a existencia deste raro e grande
misterio, da Arte Magna, cuyo autor es Mauricio Vicente de
Almeida (Lisboa, Parte I y Parte II).

65
66
67
68
10
¿Cómo es el ocultismo
de Athanasius
Kircher?

69
Hemos recorrido la vida de Athanasius
Kircher y el conjunto de sus obras. Pero está por
hacer un estudio completo de las ideas de
Kircher. Hay estudios parciales (sobre la música,
la egiptología, las lenguas, las matemáticas, el
universo, la idea de la Tierra, etc). Pero faltan
estudios globales. ¿Qué ideas ocultistas expone
Kircher en sus obras? ¿De dónde le viene la
tradición ocultista, hermética, mágica y
alquímica? Ante la imposibilidad de abarcar
todos los aspectos, nos fijamos aquí en seis
temas ocultistas kircherianos.

La Tierra oculta y mística: el


Geocosmos
La iconografía y las descripciones
presuntamente científicas de Kircher revelan
una mente privilegiada en la recogida de
información y una cosmovisión oculta barroca y
germánica47. El tema del Geocosmos, con sus
implicaciones científicas y ocultistas, es el más
estudiado. Pero, ¿cómo surge la idea del
Geocosmos en la mente de Kircher? Todo parecer
ser un misterioso juego de casualidades. El año

47 Sobre esta cuestión he escrito otros trabajos: L.


SEQUEIROS: Athanasius Kircher (1601-1680): ciencia y
religión en el siglo XVII. Bubok ediciones, Córdoba, 2010,
190 páginas; L. SEQUEIROS: El Geocosmos teológico de
Athanasius Kircher (1601-1680). Proyección, Facultad de
Teología de Granada, XLVII, 199, 281-300.
70
1638 hay que considerarlo, según sus biógrafos,
fundamental para la obra geográfica y geológica
de Athanasius Kircher.
Kircher, tal como él mismo describe
minuciosamente, recorrió en ese viaje de 1638
las islas de Malta y de Sicilia, ascendió al volcán
Etna, estudió las corrientes marinas del estrecho
de Messina. De vuelta hacia Roma tuvo la
"suerte" (para él) de experimentar directamente
el terremoto de Calabria y ascendió para
estudiarlo al cráter del Vesubio en Nápoles.
Estas experiencias son las que le movieron a
escribir, primero el Iter Exstaticum en 1654 y
luego el Prefatio de 1660 a Mundus
Subterraneus (que no llegó a publicarse hasta
1665).
Según él mismo escribe en el capítulo I
del llamado Prefatio a Mundus Subterraneus (su
obra más brillante), concibió la idea de elaborar
una gran obra sobre la Tierra. A su regreso a
Roma inicia inmediatamente la redacción de su
gran cosmovisión científica, filosófica y teológica
sobre el Geocosmos. En esos años empieza a
impartir las clases de matemáticas en el Colegio
Romano, pero tanto le absorbe la investigación y
la redacción de sus obras que pronto (hacia
1646, ocho años después de su viaje) es
descargado del trabajo lectivo para que pueda
dedicarse a escribir. En ese tiempo la

71
correspondencia es abundantísima48. La
redacción de sus teorías se enriquece con las
conversaciones con los compañeros jesuitas que
pasan por Roma desde lejanos países de misión
o que envían memoriales al Padre General y que
le ilustran sobre procesos naturales en lejanas
tierras.
Kircher acuña un concepto nuevo que ha
pasado al vocabulario científico: es el concepto
de Geocosmos que se introduce para interpretar
dentro de él los fenómenos naturales globales
del planeta Tierra. Basándose en el
organicismo49, Kircher concibe en su poderosa
mente una gran obra de síntesis. El primer
ensayo general de su obra se publica en 1654,
añadido a la primera edición de su Iter
Exstaticum.
Otra de sus obras cosmológico-ocultistas,
Iter Exstaticum coeleste et terrestre 50 (sic) de

48 Hay un gran proyecto internacional de recuperación de


su correspondencia: http://archimede.imss.fi.it/kircher/
49 H.CAPEL: Organicismo, fuego interior y terremotos en la

ciencia española del siglo XVIII. Cuadernos GeoCrítica,


Barcelona, 1980, números 27/28, pág. 1-94. H. CAPEL:
La Física Sagrada. Creencias religiosas y teorías científicas
en los orígenes de la geomorfología española. Ediciones del
Serbal, Barcelona, 1985, 223 pág.
50 El título del libro es (C. SOMMERVOGEL, opus cit., 4,

columnas 1056 ss): Athanasii Kircheri e Soc. Iesu


Itinerarium exstaticum quo mundi opificium id est Coelestis
expansi, siderumque tam errantium quam fixorum natura,
vires, proprietates, singulorumque compositio et structura,
72
1656, contiene ya un desarrollo embrionario
completo de las ideas de Kircher. La primera
parte (1656), o Iter Exstaticum coeleste, es una
uranología o tratado de los cielos. La segunda
parte (1657), Iter Exstaticum terrestre, trata del
Geocosmos y la divide en Tres Diálogos51: en el
primero de ellos (compuesto por un solo
capítulo), un ángel conduce al personaje que
llama Teodidacto ("el que aprende de Dios") por
todos los caminos de la hidrosfera. El ángel
recibe, con toda lógica, el nombre de Hidriel. En
el segundo (con cinco capítulos) y el tercero
(con otros cinco capítulos) de los Diálogos, otro
ángel diferente, llamado Cosmiel, es el encargado
de conducir a Teodidacto por la superficie (el
Mundo Terrestre) y por las profundidades (el
Mundo Subterráneo) del Geocosmos. El estudio
de las preciosas litografías del texto, es ya un

ab infimo Telluris globo, usque ad ultima Mundi confinia,


perficti raptus integumentarum explorata, nova hypothesis
exponitur ad veritatem Interlocutoribus Cosmiele et
Theodidacto..... Romae, typis Vitalis Mascardi, (1656), 464
pág. La segunda edición está fechada en Würrzburg en
1660 y está corregida por su discípulo Caspar Schott.
Contiene al final de la misma la llamada "synopsis"
(páginas 684-689). El título correcto es: Iter Exstaticum
Kircherianum Praelusionibus et Scholiis illustratum
Schematibus exornatum a P. Gasp. Schotto Societate Iesu,
1660.
51 E. SIERRA, opus cit., 1981, pág. 14, con un esquema

detallado, pág.30-34.
73
pequeño tratadito sobre mitologías,
hermetismo, alquimia y ocultismo.

El Geocosmos científico de Mundus


Subterraneus (1665) de Athanasius Kircher
Mundus Subterraneus (1665) es un gran
tratado sobre lo que el autor denomina
Geocosmos: el mundo terrestre considerado
como una unidad, a medio camino entre el
Macrocosmos (el Mundo, kosmos en griego) y el
74
microcosmos (el organismo humano). La
interpretación organicista, de raíz neoplatónica
y aristotélica52, concibe el funcionamiento del
globo terrestre como si fuera el de un ser vivo. El
organicismo postula que el Macrocosmos
reproduce la realidad del Microcosmos,
representado por el hombre y los seres vivos.
Las imágenes del mundo subterráneo de
Kircher tuvieron una gran aceptación durante
mucho tiempo. Pero las ideas kircherianas no
son del todo originales. Muchas de sus
afirmaciones hunden sus raíces en las doctrinas
clásicas de Platón y Aristóteles, así como en
concepciones mágico-herméticas y también de
la filosofía estoica.
Mundus Subterraneus tiene la siguiente
estructura: se inicia con un prefacio (con tres
capítulos, que habían sido escritos en 1660 y
que narran el viaje realizado en 1638 y que dio
origen a toda la obra). De este ya hemos hablado
más arriba. Y le siguen doce libros de los que ya
hemos avanzado el contenido.
Tras la narración de sus visitas a
Strómboli, al Etna, al Vesubio y a las
formaciones de fangos hirvientes en Pozzuoli
(cerca de Nápoles), el autor reflexiona sobre la

52 Un buen resumen de la misma puede encontrarse en el

texto clásico de H. KEARNEY: Orígenes de la Ciencia


moderna, 1500-1700. Editorial Guadarrama, Barcelona,
253 pág. ( sobre todo, pág. 77-96).
75
formación de los volcanes. Kircher está
persuadido desde 1638 de que el interior de la
Tierra está ocupado por el fuego y que éste tiene
cavidades, grutas y canales que se entrecruzan y
ramifican. Esta será la intuición originaria que
irá desarrollando a través de sus páginas.

La Centrosofía
Para entender en su justa dimensión el
intento científico, filosófico y teológico del
Geocosmos será necesario citar uno de los textos
más clásico de Mundus Subterraneus,
perteneciente al Libro Primero, "o Centrográfico,
que también se llama Centrosofía" (eco
hermético u ocultista). Este texto es expresivo:
"Cuando me propuse dar a la luz las cosas
admirables del mundo subterráneo, me pareció
que tenía que empezar mi disertación por
aquella parte que con toda justicia se considera
la base y el fundamento de todas ellas. Porque,
así como el poder de Dios brilla en toda la
fábrica del mundo corpóreo y en los diversos
órdenes de los seres, así también luce en gran
manera la inacabable sabiduría del Hacedor en
la construcción del Centro. En él se esconde un
no sé qué admirable y, por así decir, émulo de la
divinidad, en el que casi coinciden lo máximo y
lo mínimo, mientras que en toda la amplitud del
mundo contiene todos los cuerpos brillantes, a
todos los deriva hacia sí, los atrae y los lanza
fuera de sí: obra muy admirable, obra de la
76
diestra del Excelso, que se funda en la fuerza de
Dios que del mismo modo que sacó las
propagaciones del organismo mundano como de
un centro, también las reduce todas a lo mismo y
quiso que todas estuviesen conectadas con lo
mismo"53.

Pirofilacios, hidrofilacios y aerofilacios


Los textos siguientes, tomados sobre
todo el libro II, capítulo XIX, son expresivos de
su concepción original:
"Para que tengamos unos nombres
apropiados con que referirnos a ellos (se refiere
a los receptáculos terrestres), llamaremos
hidro-filacios a los receptáculos de agua; a los de
fuego, pirofilacios; a los de aire, aerofilacios; y a
los almacenes de mezcla de tierras, geofilacios,
dándoles así el nombre apropiado, según sirvan
para custodiar agua, fuego, aire o tierra. Y
puestas estas nociones, vayamos a nuestro
objetivo"54.

El fuego central
Uno de los elementos fundamentales de
la gran máquina biológica del Geocosmos de

53De Mundus Subterraneus, 1665, Libro I, sección primera


sobre la admirable naturaleza del centro y la mayor de las
obras de Dios. Prefacio. Adaptado de E. SIERRA, opus cit.,
pág. 55-56.
54 De Mundus Subterraneus, 1665, Libro II, capítulo XIX.

Adaptado de E. SIERRA, opus cit., pág. 65-66.


77
Kircher, donde reside la fuente de energía para
moverla, el corazón de la misma, es el fuego
central. Kircher creía sinceramente en él. Los
volcanes eran una prueba concluyente de la
existencia de esos receptáculos ígneos situados
en el centro del planeta.
Una de las características de la tradición
neoplatónica medieval, y del hermetismo y del
ocultismo es el importante papel que en ella
desempeña el Sol en el cosmos y en la
generación de las cosas terrenas. El fuego
interior de la Tierra es un correlato de la
existencia de un pequeño Sol interior, generador
de vida y de calor en el interior de Geocosmos. El
Sol y el fuego se convierten en Kircher en
"spiritus vitalis", en "quasi artifex ex efficiens
causa" y por ello en un principio activo
fundamental para la explicación física del
mundo. La filosofía platónica, al resaltar el papel
del Sol y del fuego, enlazaba con la física
pitagórica y estoica y con una tradición médica
que también lo consideraba principio de vida y
fuerza natural original55.

55 H. CAPEL: Organicismo, Fuego Interior y Terremotos en


la ciencia española del siglo XVIII. Cuadernos GeoCrítica,
27(28 (1980), pág. 9.
78
11
Kircher y los
jeroglíficos de
Egipto

79
Tal vez el estudio más completo de
Kircher sobre este tema es el Oedipus
Aegypciacus, 1652-1655 (4 volúmenes)56.
Athanasius Kircher fue uno de los pioneros en el
estudio de las lenguas del antiguo Egipto y
específicamente de los jeroglíficos, además de
dejar notables contribuciones en otros campos.
Con una buena formación en griego y hebreo, a
él debemos la consideración de que el copto es
la última etapa de desarrollo de la lengua
hablada en el Egipto Faraónico, o que el
hierático no es más que una forma cursiva de los
jeroglíficos.
Con respecto a estos últimos, si bien
Kircher pensaba que pudieron tener un empleo
segundario cotidiano y vulgar como signos
de valor fonético o alfabéticos, dedicó su estudio
al supuesto uso, para él superior y de mayor
interés, como un sistema simbólico que ocultaba
misterios y verdades universales, y que, como
buen jesuita ilustrado y, partícipe de las

56 http://en.wikipedia.org/wiki/Oedipus_Aegyptiacus;
http://billheidrick.com/Orpd/AKir/AKOeAeII.htm;
http://www.esotericarchives.com/juratus/kircher.htm;
http://www.esotericarchives.com/kircher/cabala.htm;
Las imágenes ocultistas pueden verse en:
http://www.google.es/search?q=oedipus+aegyptiacus&hl
=es&tbo=u&rlz=1W1GFRE_es&tbm=isch&source=univ&s
a=X&ei=dLi9UPnIMMiW0QWph4HoAQ&sqi=2&ved=0CDc
QsAQ&biw=1024&bih=547
80
corrientes neoplatónicas imperantes,
consideraba compatibles con la fe cristiana 57.
Aparentemente el interés de Kircher por
los jeroglíficos comenzó estudiando una
colección de inscripciones egipcias conservada
en la ciudad alemana de Speyer58.
Posteriormente, se aplicó al copto, y
comenzaron a aparecer sus trabajos al respecto.
En 1636 publicó el Prodromus coptus sive
aegyptiacus, su primera gramática copta. En
1644 apareció su Lingua aegyptiaca restituta,
que durante mucho tiempo fue el mejor y casi
único léxico copto al alcance de los eruditos
occidentales. En 1650 apareció el Obeliscus
Pamphilius, dedicado ya a los jeroglíficos.
Pero sin duda su obra más monumental y
que le dio celebridad y fama, con relación a la
antigua escritura faraónica, es el Oedipus
Aegyptiacus, publicado entre 1os años 1652 y
1654. Se trata de una obra en tres volúmenes,
donde haciendo gala de una erudición

57 Ver, entre otros:


http://www.egiptologia.com/grandes-egiptologos/2894-
athanasius-kircher.html;
http://jorgeledo.net/2009/02/athanasius-kircher-turris-
babel-167/;
http://jwmulligan.wordpress.com/2011/03/08/una-
poetica-en-potencia-%E2%80%93-edipo-egipcio-
%E2%80%93-athanasius-kircher/
58 L. SEQUEIROS: Athanasius Kircher (1601-1680): ciencia
y religión en el siglo XVII. Bubok ediciones, Córdoba, 2010,
190 páginas
81
infatigable Kircher recopila gran cantidad de
monumentos e inscripciones egipcias,
incluyendo todos los obeliscos de Roma,
convirtiéndose en la obra fundamental de
referencia hasta la publicación de la Description
de l Égypte a comienzos del siglo XIX. En ella
lleva a su máxima expresión su interpretación
mistérica y simbólica de los jeroglíficos, para lo
cual, además de la filosofía y las matemáticas
griegas, reconoce contar con la magia y la
astrología caldeas, la alquimia árabe y la Cábala
hebrea.
El Oedipus contiene muchos elementos
valorables, como la larga recopilación, estudio y
descripción de monumentos faraónicos
(incluido el templo de Isis Campensis en Roma),
así como otros difícilmente aceptables en la
actualidad, como el tratado de Alchymia
Hieroglyphica El volumen tercero está
dedicado a la traducción de las inscripciones
jeroglíficas, que, según su sistema de
comprensión simbólica, conduce a lecturas
totalmente erróneas. Célebre es su versión de la
fórmula egipcia Osiris dice que introduce las
palabras puestas en boca del dios), que para
Kircher contiene el siguiente texto La traición
de Typhon termina en el trono de Isis, la
humedad de la naturaleza queda guardada por
la vigilancia de Anubis

82
Kircher, la cábala y el origen del lenguaje
En un sugerente trabajo Athanasius
Kircher, su aportación a la lingüística.
Cuatrocientos años de su nacimiento del
profesor Feliciano Delgado59, sistematiza el
estado de la investigación sobre el proceso de
interpretación de los jeroglíficos egipcios
realizado por Athanasius Kircher.
Tal vez sea esta la historia de su interés
por la interpretación d los jeroglíficos. En 1631
Kircher solicita que lo manden de misionero a
China y no se le concede. En esos días, invade la
región el ejército protestante del rey de Suecia
Gustavo Adolfo. Kircher junto con su discípulo
Caspar Schott huye a Mainz. Los superiores
buscan un sitio más tranquilo para este brillante
estudioso. Por Lyon se dirigen a Avignon. Allí se
encontrará con un erudito protector de la
cultura empeñado en conseguir la lectura de los
jeroglíficos egipcios, Nicolaus Claude Fabri de
Peiresc.
En Speir había visto por vez primera el
Thesaurus de Hürwart von Hohenburg, un libro
que reproducía jeroglíficos con intención
puramente estética. Peiresc le proporcionó una
copia de las tablas de Isis que el Cardenal Bembo
pudo comprar después del Saco de Roma. Con

59
http://helvia.uco.es/xmlui/bitstream/handle/10396/620
7/braco142_2002_3.pdf?sequence=1
83
Peiresc comenzó Kircher los intentos de
descifrar la escritura jeroglífica, pero en 1633 se
le destina a Viena a sustituir a Kepler que había
muerto en 1631.
Peiresc protesta y envía cartas al general
de los jesuitas, al Papa Urbano VIII, al Cardenal
Berberini para modificar esta decisión. Kircher
emprende el viaje a Viena por mar para evitar
territorios protestantes, de Avignon a Marsella,
Génova, pero en ruta hacia Leghorn un temporal
le hace retroceder hasta Civitavecchia, el puerto
de Roma en 1635.
Allí, sin él saberlo lo estaban esperando
porque las cartas de Nicolau Claude Fabri de
Peiresc habían hecho su efecto y los jesuitas lo
dedicaban al estudio de los jeroglíficos. No sólo a
eso. Su curiosidad sería universal y enseñó
además matemáticas en el Colegio Romano a
partir de 1638 hasta su muerte.

84
El hebreo y la primera lengua del hombre
El estudio de Kircher sobre los
jeroglíficos egipcios no puede separarse de su
interés por las lenguas, y en especial por la
lengua hebrea. La prehistoria del hombre la
estudió Kircher en dos libros que comentan
datos bíblicos. El mito del Diluvio Uiversal en
Arca Noe (Amsterdam 1671) y la Torre de Babel
en Turris Babel (Amsterdam, 1679). En ambas
obras tratará del lenguaje, en el cap. I de Arca
Noe y en la tercera parte de Turris Babel, y
matizará al máximo la hipótesis del origen
hebreo de las lenguas.
85
Kircher se pregunta: ¿Cuál fue la lengua
de Adán en el Paraíso? ¿Fue esa lengua una
invención del hombre o un don de Dios?¿Era el
hebreo la lengua primitiva del primer hombre?
Después de la confusión de Babel, ¿siguieron los
hijos de Sem empleando el hebreo y quedó así el
hebreo mantenido como testimonio vivo de la
lengua de Adán? La variedad de lenguas,
producto de la confusión de Babel, ¿fueron
creación humana o infusión divina? Por encima
de la confusión de las lenguas, ¿puede llegarse a
la lengua originaria primitiva? Si esa lengua
primitiva es el hebreo, ¿puede llegarse a ella a
través del análisis de las demás lenguas?
La primacía del hebreo como primera
lengua del hombre fue opinión casi común de los
primeros comentadores de la Biblia. Los Padres
de la Iglesia, consignaban el dato en sus
comentarios al Génesis, pero sin intención de
plantear ningún problema lingüístico. Las
opiniones divergentes son escasas. Gregorio de
Nysa opinaba que Dios no le dio al hombre una
lengua, sino la capacidad de inventarla. Teodoro
de Cyra, no mantiene la primacía del hebreo,
aunque no se inclina por alguna lengua concreta
y san Efrén que cree que la primitiva lengua del
hombre fue el sirio, es decir, la suya propia. La
idea del hebreo como lengua primigenia tuvo
mayor influencia porque la mantuvieron S.
Jerónimo y S. Agustín en el De Civitate Dei, tan
leído a lo largo de la Edad Media. S. Agustín
86
mantiene que en la confusión de Babel, Heber,
descendiente de Sem, mantuvo la lengua
primitiva, que por él, se llamó hebreo.
Kircher presenta en su Turris Babel una
teoría sobre las lenguas, matizada, y a veces un
poco ambigua, antes de exponer los principios
de un lenguaje simbólico. Kircher dice que antes
de la construcción de la torre de Babel todos los
hombres tenían una misma lengua. No nos dice
si esa lengua era la misma de Adán o si era la
hebrea. De la confusión de Babel surgen "las
múltiples formas de hablar y los dialectos
singulares, de forma que las voces compuestas
variadamente no signifiquen lo mismo para
todos". Kircher no traza la forma cómo se pasó
de las lenguas postbabélicas a la variedad actual.
Solamente señala dos cosas: en primer lugar las
causas de la multiplicación de las lenguas; en
segundo lugar los bloques fundamentales de
lenguas y las lenguas que de esos bloques han
derivado.
Kircher tiene que establecer cuales eran
esas lenguas primitivas postbabélicas que han
ido cambiando. Establece estadios sucesivos por
los que una lengua ha producido otra, pero sin
asignarles qué causas concretas de las generales
enumeradas ha producido el cambio. Las ramas
fundamentales de las lenguas primitivas son las
siguientes: la hebrea, "que es la primera. Por la
sucesión de los tiempos cambió, primero en
caldea, segundo en arábica o madianita, tercero
87
en samaritana, cuarto en etiópica, quinta en
siríaca, mezcla de hebrea y griega".
Las ramas restantes, prescindiendo de
sus derivaciones son la griega, latina, teutónica,
ilírica. En las lenguas índicas señala la multitud
de ellas y la imposibilidad de reducirlas a unidad
de lengua fundamental y lenguas derivadas. Lo
mismo sucede con las lenguas americanas y con
las africanas. Aparte de la clasificación que hace
Kircher, la importancia de sus ideas en este
momento está, no simplemente en establecer un
intento de clasificación fundamental de ramas
múltiples, sino que además niega la posibilidad
de que partiendo de ellas se pueda llegar a
poder rastrear los orígenes primitivos de las
lenguas, después de las transformaciones que
han experimentado. No es posible reducir las
lenguas existentes a la unidad hebraica. Después
de todas las transformaciones que las lenguas
han experimentado "no han dejado huella" de
sus estadios primitivos, "ni los prototipos ya
perdidos pueden reducirse a su forma prístina".
"En casi todas las lenguas se pueden encontrar
algunas voces semejantes en el sonido a las
hebreas, mas para que tengan la misma
significación hay que violentar el sentido". Con
ironía de diatriba barroca dice de los
reconstructores de la unidad hebraica: "los
inexpertos indagadores de esas cosas déjense de
pescar ranas en el aire, porque piensen que

88
vuelan sin alas". "Esa tarea es tan inútil como los
trabajos de Sísifo

El desciframiento de los jeroglíficos


En este contexto de búsqueda de las
raíces de todas las lenguas hay que situar el
problema del desciframiento de los jeroglíficos
egipcios. Este fue el gran triunfo y el gran
fracaso lingüístico de Kircher. Tuvo en sus
manos un abundante material jeroglífico llevado
a Roma por los conquistadores romanos de
Egipto. Descubrió los principios que se
habían de seguir para poder entenderlos.
Estableció las bases científicas exactas para
constituir la lectura de los jeroglíficos como
ciencia y fue incapaz de hacerlo por la tremenda
carga de prejuicios de ver una mística en los
jeroglíficos que venía desde teorías platónicas.
La escritura jeroglífica fue siempre una
escritura sagrada en manos de una clase de
escribas cercanos al desarrollo cultual de la
religión egipcia. Los jeroglíficos fueron sólo en
sus comienzos más primitivos representaciones
pictóricas de realidades exteriores o de estados
de ánimo interiores, expresados por sus
manifestaciones externas.
Esos signos expresaban realidades, como
una cabeza de toro podría significar un toro o
realidades que expresaban atrás cosas por
relaciones de sinécdoques, metonimias o

89
metáforas, una vela henchida por el viento podía
significar el soplo del ciento.
Esta relación entre pictograma y realidad
fue un fenómeno de una época anterior a la
propiamente histórica. Enseguida los
pictogramas eran signos, no de la realidad
esquematizada a que hacían referencia, sino a
los sonidos con que la realidad representada era
expresada en una lengua determinada. Es como
lo que vemos en algunos pasatiempos.
Supongamos que para expresar la palabra
española "ojalá", dibujo una hoja y a
continuación la nota musical "la". Hoja y nota
musical no está en relación con la realidad sino
con la secuencia sonora que ellas representan en
una lengua concreta que es el español.
El problema estaba en saber cómo era la
lengua egipcia de los jeroglíficos. Kircher
determinó que esa lengua, no era el copto, tal
como se conocía, pero el copto mantenía una
estrecha relación con la lengua egipcia
originaria. Peiresc le proporcionó manuscritos
coptos y documentación sobre la lengua copta,
sobre todo lo que había traído a Roma en 1626
Pietro della Valle y las notas que preparando la
edición de esos documentos lingüísticos le puso
el experto en árabe, Tomas Obicini en 1626.

La gramática copta
Con todo ese material Kircher fue capaz
de publicar la primera gramática copta que se
90
producía en occidente en su Prodromus Coptus
sive Aegyptiacits (Roma 1936) y más tarde, de
forma más definitiva, en Lingua Aegiptiaca
Restituta (Roma, 1643; 2ª ed., Amsterdam
1671).
Para comprender lo que significa esto
recordemos que el texto en griego, jeroglíficos
hieráticos y demóticos de la Piedra Rosetta no
pudo ser leído por el sueco Johan David
Ákerblad, ni por el inglés Thomas Young. Jean-
François Champolion pasó muchos años
infructuosos sin lograr dar con la clave y sólo
cuando a partir de 1822 se dio cuenta que la
escritura jeroglífica como la derivada de ella no
representan símbolos sino signos fonéticos y
que esos fonemas corresponden a la estructura
de la lengua copta. Entonces es cuando pudo
comenzar a entender la escritura jeroglífica y
dar comienzo a la egiptología.
Esos principios ya estaban en Kircher. No
pudo Kircher aplicarlos por su posición mental
ante el mito de la sabiduría de los egipcios.
Kircher dedicó a la lectura de los jeroglíficos la
descripción del obelisco Pamphilio, hoy en Roma
en la plaza Navona, [Obeliscus Pamphilius (Roma,
1650) ], la de un obelisco egipcio, descubierto en
Roma que Kircher interpretó como dedicado a la
Sabiduría divina, representado por Isis, Minerva
y la Virgen [Obeliscus Aegíptiacus (Roma. 1966),
Sphinx Mystagoga (Amsterdam, 1676)] sobre
una momias descubiertas en Memphis en
91
1672,pero su obra fundamental de la que hay
que partir para conocer su pensamiento son los
tres volúmenes de Oedipus Aegiptiacus (Roma.
1952-4) .
Kircher es un heredero tardío de una
corriente mística renacentista que veía en los
jeroglíficos egipcios una forma simbólica de
sabiduría trascendente, ni simplemente un
sistema gráfico de transmisión de
conocimientos. Posiblemente el punto de
partida estuvo en la misma Grecia. Plotino
interpreta los jeroglíficos desde un punto de
vista exclusivo de filosofía simbólica esotérica.
Kircher recoge las líneas generales de esta
tendencia pero establece su propio sistema
donde todo el universo se unifica en la sabiduría
divina. Mantiene que en todas las tradiciones
hay un aspecto exotérico y otro esotérico.
Analizando lo esotérico, que siempre está
más cercano a la verdad puede conocerse un
estadio primitivo de conocimiento. La religión
egipcia es el antecedente de las religiones
griegas, romanas, la primitiva de los hebreos,
caldeos, de la India, de China, Japón y hasta la de
los recién descubiertos pueblos americanos. "La
sabiduría de los egipcios -escribe- no era otra
cosa que esto: representar la ciencia de la
Divinidad y de la Naturaleza bajo varis fábulas y
narraciones alegóricas de animales y otras cosas
naturales" Kircher mantiene que existe una
verdad inspirada en casi todas las religiones del
92
pasado y entre los no cristianos de su tiempo a
quienes no ha llagado el mensaje cristiano. "No
hay duda que no solo los Profetas, los Apóstoles
y otros hombres de Dios, sino también los
Gentiles, Poetas, Sacerdotes y Profetas
estuvieron inspirados por ese sagrado Numen,
[llama así a Espíritu Santo] y hechos profetas del
nacimiento en carne de la Verdad eterna",
Oedipus Aegypciacus, II, 1 (Roma, 1663, pág.
193).
Las equivalencias son llamativas. A las
tres personas de la Trinidad, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, corresponden en la religión
egipcia los dioses Emeph, y Osiris Phtha y Ysis y
Amun. En el sistema simbólico jeroglífico están
representados por el Globo, la Serpiente y las
Alas. En la religión de Zoroastro esto sería la
Virtud, la Sabiduría y la Inteligencia que
correspondería a la Cabbala a Kether, Cholunah
y Ninah.
El profesor Joseph Mulligan Una poética
en potencia Edipo egipcio
Athanasius Kircher Marzo aporta datos
importantes sobre Kircher. En su opinión, el
descubrimiento de algunos caracteres
jeroglíficos en la biblioteca de Espira llevó a
Kircher a hacer su primer intento de resolver el
problema de la escritura jeroglífica, que aún
desconcertaba a todos los estudiosos.
En Aix conoció en 1633 al conocido
senador francés, Nicolas Peiresc, cuyas
93
magníficas colecciones despertaron en Kircher
el mayor interés. Reconociendo en Kircher al
hombre adecuado para resolver el antiguo
enigma egipcio, Peiresc le solicitó directamente
a Roma y al General de los jesuitas que se dejara
de lado la llamada que le hizo el emperador a
Kircher para ir a Viena, y que se citara al erudito
a la Ciudad Eterna60.

60 L. SEQUEIROS: Athanasius Kircher (1601-1680): ciencia


y religión en el siglo XVII. Bubok ediciones, Córdoba, 2010,
190 páginas
94
95
96
12
Un poco de historia para
entender el ocultismo
egipcio de Kircher

Ya en la Antigüedad Clásica los


jeroglíficos despertaron la curiosidad de los
estudiosos, para los cuales esos signos
representaban una escritura figurativa, imbuida
de misterioso significado. Así, el historiador
Diodorus Siculus, tras visitar Egipto en el siglo I
a.C. dijo: ...su escritura no expresa los conceptos
uniendo sílabas, sino por medio de los objetos
copiados y de su significado figurativo impreso
en la memoria por la práctica.
Pero en el siglo XVII Kircher, guiado por
esta falsa creencia, traducía así un grupo de
jeroglíficos de un cartucho (encerrados en un
óvalo): Debe despertarse la protección de Osiris
contra la violencia de Typho con los ritos
adecuados y apelando a la tutela de los Genios
del triple mundo, para asegurar el goce de la
prosperidad dada habitualmente por el Nilo
contra la violencia del enemigo Typho.
97
Hoy se traducen por Psamtik, el nombre
de un faraón. En el siglo siguiente el lingüista
francés Barthélemy dio el primer paso correcto:
los cartuchos encerraban nombres de reyes. Así
permanecieron las cosas durante el siglo XVIII.
Más tarde acometió la tarea de intentar descifrar
el lenguaje oculto en los jeroglíficos egipcios.
Durante veinte años se dedicó a una
investigación rigurosa con los objetivos de
extrapolar una gramática cóptica y descifrar los
jeroglíficos egipcios, cuyo significado hermético
tanto aturdía a los intelectuales sietecentistas de
Europa.
Tras un estudio extenso y después de
combatir la censura de la iglesia, publicó, entre
1650 y 1654, cuatro tomos gruesos en los que él
proponía explicar, entre tantas otros misterios,
el sistema lingüístico de los jeroglíficos y el
significado de la Tabula bembima (también
llamado Mensa de isíaca), fuente principal de su
estudio61.

La Tabula Bembina
La Tabula Bembina o isíaca es una placa
de cobre que estaba consagrada a la
antigua diosa Isis, y en ella figuran
decenas de dioses egipcios, mostrando

61 Serecomienda el excelente artículo «Athanasius Kircher


and the Egyptian Oedipus» escrito por Ingrid D. Rowland.
http://fathom.lib.uchicago.edu/1/777777122590/
98
sus símbolos y atributos. Es uno de los
documentos notables que nos ha
trasmitido la antigüedad; también se la
llama Tabla Maca.

La Tabla según dicen algunos


historiadores- fue descubierta en Roma, en el
saqueo que sufrió el año 1525. Luego, Eneas
Vico fue el primero que publicó en 1559 en
Venecia una copia grabada de este memorable
documento del arte egipcio.
Con posterioridad, en 1600, lo publicó en
Venecia Giacomo Franco, perteneciendo
entonces a Torcuato, hijo del cardenal Bembo,
habiéndola éste adquirido de regalo que le hizo
el pontífice Paulo III que, según se dice, la había
comprado a un aserrador.
99
El hijo del cardenal vendió la tabla, según
parece, al duque de Mantua, quien la colocó en
su galería de pinturas, en donde permaneció aun
en tiempo de Pignorius. Cuando Mantua fue
tomada en 1630 por los Imperiales, se perdió la
Tabla, y por mucho tiempo se ignoró su
paradero, hasta que por una casualidad se
encontró en los Archivos de Turín.
La Tabla es toda ella de cobre rojo,
teniendo tres pies y diez pulgadas de largo por
dos pies, tres pulgadas, nueve líneas de ancho;
las figuras en ella grabadas tienen a lo más una
línea de profundidad, son de un color mas
subido, y sus contornos están en su mayor parte
marcados con filetes de plata.
Es indudable que esta Tabla estaba
consagrada a Isis, porque sobre ser la figura
principal, ocupa la mayor de las tres bandas o
listas en que está compartida la superficie de la
Tabla. Muchos sabios han procurado explicar las
figuras que se hallan en ella, y la obra que con
este motivo ha aparecido escrita con mas
extensión y acierto es la de Laurencio Pignorius.
En el Edipo de Kirker, en Montfaucon y en los
Viajes de Keyssler se encuentran igualmente los
detalles de este documento.
¿Es falsa la Tabula Bembina? Los críticos
han señalado muchos problemas implícitos en
su estudio, sobre todo, la improbable
autenticidad de la tabula. Se cree, por lo general,
que la tabula haya sido creada por algún
100
romano, quien la fabricara imitando la
iconografía egipcia. No obstante, es
indispensable recordar que Kircher llevó a cabo
su investigación un siglo antes de que la Piedra
de Roseta fuera descubierta por Jean Luis
Champollion, en 1799, porque esta última
lápida, en la que está tallado un solo texto ya
traducido en cóptico, jeroglífico y griego,
contenía la clave secreta.
La interpretación de Kircher busca
establecer un sistema simbólico basado en el
principio de la trinidad, la tríada, la estructura
triangular que predominaba la concepción
humana del mundo medieval. Pero, es más. Su
interpretación va más allá e incorpora toda una
gama de estudios ocultos, fuentes antiguas como
la Cábala y la Talmud, entre otros. Por su parte,
mantuvo que era imposible traducir los
jeroglíficos a una lengua como el latín, pero que,
sí, se podía desarrollar un sistema paralelo y
emplear símbolos semejantes, un léxico propio e
inteligible.
La fama de Kircher como traductor de los
jeroglíficos egipcios recorrió Europa. Su nombre
como "experto" en jeroglíficos movería a uno de
los primeros propietarios del Manuscrito
Voynich, Georgius Barschius, a pensar en él
como el único capaz de interpretar sus extraños
caracteres: le escribió una carta, en 1637, en la
que le pedía estudiara el texto y tratara de hallar
una solución al problema; esta primera carta se
101
ha perdido pero no parece que Kircher le haya
dado ninguna importancia u obtenido algún
resultado digno de mención.
Es preciso tener en cuenta el contexto en
el que escribe Athanasius Kircher, entre el
Renacimiento y la Ilustración, a caballo entre la
admiración por la Antigüedad y la necesidad de
ajustar las culturas y los avances de egipcios,
griegos y romanos a la realidad dogmática de la
fe. Y en todo caso, su obra, en especial el
Oedipus, quedó como consulta y referente
fundamental sobre Egipto y la escritura egipcia
hasta que Champollion logró dar con clave de los
jeroglíficos (con la inestimable ayuda de la
Piedra Rosetta) a principios del siglo

102
13
Los misterios de
China

El interés de Athanasius Kircher por el


extenso, misterioso y oculto continente chino,
fue tardío. Tenía ya 66 años cuando emprende la
tarea de escribir sobre China e intentar
relacionar la lengua china con los jeroglíficos
egipcios62.Por qué publica Kircher en 1667 su
China monumentis qua sacris profanis, nec non
variis naturae et artis spectaculis, aliarumque
rerum memorabilium argumentis illustrata,
Amsterdam?
En aquella época, a Roma llegaban
noticias de los misioneros jesuitas en China. Es
más: algunos de los más famosos misioneros en
lejanos países de oriente pasaban por el Colegio
Romano para dar cuenta al padre General de la

62
http://www.euskadiasia.com/ESTUDIOS_ORIENTALES/PI
ONEROS/china_monumentis_illustrata.html

103
Compañía de los progresos de las misiones. Pero
las motivaciones presentes en la obra de Kircher
no se circunscriben únicamente a los amplios
espacios del universo chino sino que remiten a
problemas irresueltos ligados a la cultura
egipcia. Es más, la archiconocida comparación
de los caracteres chinos con los jeroglíficos
egipcios supone la culminación de la obra de
Kircher acerca de Egipto, cuyo comienzo data
del Lingua Aegyptiaca restituta (1643) y
continúa con Oedipus Aegyptiacus (1652-55). En
tal sentido, del compendio de Kircher cabe
inferir una estrecha vinculación con la tradición
hermética renacentista pero, sobre todo, con el
cariz que tomó esta corriente en el contexto de
la Alemania de la primera mitad del siglo XVII..
En realidad, la coherencia evolutiva
señalada por Kircher entre la escritura china y
los jeroglíficos egipcios (emplazando a éstos en
el origen) no es ni mucho menos novedosa. Ya
en 1616, el padre Nicolas Trigault establece esa
consideración en su De cristiana expeditione
apud Sinas suscepta, ab Societate Jesu (Absburgo,
1615).
Ante la creencia extendida de que la
invención de los primitivos caracteres chinos
correspondía a Fu Hsi (como mantiene M.
Martini en su Sinicae historiae decas prima,
1659), Athanasius Kircher invierte la relación
defendida por Diego de Magalhães (ver nota
anterior). Este estudioso insiste en señalar la
104
mayor antigüedad de los caracteres chinos en
relación con los jeroglíficos egipcios, e identifica
geográficamente el surgimiento de la escritura
china en Egipto, con la emigración de Cam y sus
descendientes. Parece evidente que en sus
estudios en torno a los orígenes del pueblo y de
la cultura china pesó sobremanera su
irrefrenable fe en la Biblia.
Tal hecho provocó, no sólo una intensa
actividad creativa por parte de Kircher para
descubrir semejanzas y lazos entre China y
Egipto, sino también el desarrollo de una tesis
argumental que aportase solidez a su teoría
sobre el origen de la escritura china, a saber, que
la cultura china procedía del Egipto
postdiluviano.
Pese a que en diferentes partes de la
China Illustrata, como en el capítulo IV (pp. 223
y ss.), Kircher acertó a vislumbrar notables
diferencias entre los ideogramas chinos y los
jeroglíficos (que apuntan siempre a los
conceptos ideales en general su recurso a la
consideración sobre la naturaleza idolátrica de
la religión egipcia le sirvió para explicar las
derivas politeístas asentadas en India y China.

105
Matteo Ricci y Pablo. China Illustrata

106
Porque en definitiva los chinos no eran
sino lejanos retoños del hijo de Noé, Cam, que
ocupó el área egipcia Desde esta particular
perspectiva, Kircher entiende que la ciencia
adámica, lo que en un tono melancólico se
llamaría prisca sapientia, pudo ser transmitida
ininterrumpidamente hasta Noé.
Bien pudiera parecer extraño o
inadecuado entender la contribución histórica
de Athanasius Kircher en el conocimiento
occidental de China como la propia de un
pionero. Entre otras razones, porque, pese a que
en su juventud solicitó, con escaso éxito por
cierto, ser enviado a China como misionero, el
material compendiado en su monumental obra
(China monumentis qua sacris profanis, nec non
variis naturae et artis spectaculis, aliarumque
rerum memorabilium argumentis illustrata,
Amsterdam, 1667) proviene de significativas
obras que se ocupan en aquel periodo de la
misteriosa realidad china (N. Trigault, M.
Martini, Matteo Ricci, A. Semedo, M. Boym) y,
por supuesto, del material proporcionado por
otros padres de la Compañía de Jesús que, en
este caso, habían tomado contacto directo con
las remotas tierras del hemisferio oriental.
Con todo, su papel en los estudios del
momento sobre China resulta del todo
incuestionable debido a su extraordinaria
capacidad para sintetizar, en consonancia con
los objetivos señalados en el prefacio de su obra,
107
la ingente información producida por los
jesuitas. De este modo, más allá de las posturas
sumamente críticas de sus adversarios (H.
Oldenburg, secretario de la Royal Society, llegó a
calificar las obras de Kircher como masivas
enciclopedias con una gran falta de
discriminación), la China Illustrata de Kircher se
convirtió en la más popular referencia
occidental sobre China del siglo XVII.

108
14
La música de las
esferas

Un antiguo tema de los ocultistas es el de


la armonía y la música del cosmos. Los
planetas, al moverse, cantan una sinfonía,
muestra de la armonía del universo. Esto
lleva a Kircher a estudiar los sonidos y la
música. Es una armonía musical de tipo
matemático. Sobre este tema se han
publicado varias tesis doctorales 63. Se

63 L'armonica nascita del mondo, rappresentata da un


organo cosmico, in Musurgia Universalis di Athanasius
Kircher, 1650.
http://it.wikipedia.org/wiki/Musica_delle_sfere ;
http://www.reading.ac.uk/web/FILES/special-
collections/featurekircher.pdf ;
http://www.uv.es/sfpv/quadern_textos/v37p71-78.pdf;
http://special.lib.gla.ac.uk/exhibns/month/nov2002.html
; http://es.wikipedia.org/wiki/Atanasio_Kircher; Muchas
imágenes ocultistas pueden encontrarse en:
http://www.google.es/search?q=kircher+musurgia+univ
ersalis&hl=es&tbo=u&rlz=1R2GFRE_esES371&tbm=isch&
109
han investigado las relaciones entre
matemáticas, música y metafísica.
Podemos decir que la música de
las esferas incorpora el principio
metafísico según el cual las relaciones
matemáticas expresan la cualidad que se
manifiestan en los números, formas y
sonidos que se unen en un enorme
modelo de proporcionalidad.
Pitágoras64 fue el primero en destacar
que la altura de una nota musical es
preoporcional a la longitud de la cuerda del
instrumento musical que la produce. Y que los
intervalos de la frecuencia sonora son simples
relaciones numéricas. Según Pitágoras, el Sol, la
Luna y los planetas producen, a causa de su
movimiento de rotación y de traslación, un
sonido continuo que no es perceptible por el
oido humano y que todos juntos producen
armonía65.

source=univ&sa=X&ei=F8C9UPO3OMTDhAeRo4GQCg&sq
i=2&ved=0CEwQsAQ&biw=1024&bih=547
64 Para estos temas, ver:
http://www.sinfoniavirtual.com/revista/003/pitagoras_
musica_matematicas.php;
http://es.wikipedia.org/wiki/Pit%C3%A1goras;
http://thales.cica.es/rd/Recursos/rd97/Biografias/12-1-
b-pitagoras.html;
http://www.monografias.com/trabajos7/pita/pita.shtml;
65
http://www.sinfoniavirtual.com/revista/003/pitagoras_
musica_matematicas.php
110
En el mundo griego, el cosmo era
comparado con la escala musical, en la que los
sonidos más agudos corresponderían a Saturno
y a las estrellas fijas. El Sol (fuente de energía, de
luz y divinidad) era indispensable para la
realización de la armonía, en cuanto según los
griegos- correspondía a la nota central que une
el tetracorde. Este es uno de los temas de
Kircher que hace coincidir el tetracorde con la
Trinidad66.
Para Filolao, matemático y astrónomo
pitagórico, el mundo es armonía y número, y
todo está ordenado según proporciones que
corresponden a los tres intervalos
fundamentales de la música: 2:1 (octava), 3:2
(quinta) y 4:3 (cuarta). Más tarde, Tolomeo
mantendría la estrecha correlación entre
astronomía, óptica, música y astrología.

Aportación de Kircher
Destacamos cuatro obras que expresan
bien el pensamiento ocultista de Kircher en
relación con la música y la armonía de las
esferas planetarias:

66 http://redalyc.uaemex.mx/pdf/351/35102509.pdf;
http://books.google.es/books?id=zGREAAAAcAAJ&pg=PA
719&lpg=PA719&dq=Kircher+tetracorde&source=bl&ots
=vtXXtshoO0&sig=vrPQvCl0QYtgSjA2cFybuv3cb78&hl=es
&sa=X&ei=ucW9UNW5PMmphAe3hAE&sqi=2&ved=0CFo
Q6AEwBg
111
1. Pantometrum Kircherianum (Wurzburg,
1669), un trabajo sobre la geometría y la
armonía.
2. En ese mismo año, Kircher publica una
síntesis de los simbolismos lógicos en el
conocimiento humano: Ars magna sciendi
(Amsterdam 1669). Estas ideas se
expresan con más amplitude en uno de
sus últimos libros: Tariffa Kircheriana
(Roma, 1679).
3. , Mundus subterraneus (Amsterdam,
1665), probablemente uno de los
primeros tratados de geofísica y
vulcanología, sazonado de abundantes
referencias ocultistas, como hemos visto
más arriba..
4. Y dejamos para el final el tratado más
complete: la popular Musurgia universalis
(Roma, 1646). Es uno de su libros más
extensos y ocultistas, en el que se marca
una brecha fundamental en el desarrollo
de la música.. Kircher tuvo la buena ida
de distribuir 300 ejemplares entre los
jesuitas que acudieron a Roma con
ocasión de la octava Congregación
General de la Compañía de Jesús (1645-
1646) y que coincidió con la publicación
del libro. Esto propició que el libro se
difundiera a través de los canales
jesuíticos por todo el mundo.

112
En la filosofía ocultista, tal como aparece
en la obra de Athanasius Kircher, los números
poseen una realidad mágico teúrgica, que los
hombres de nuestros días hemos olvidado, y que
trataremos de recuperar. Ellos son módulos
armónicos y medidas que relacionan al
microcosmos (hombre), con el macrocosmos
(universo), y responden a vibraciones secretas,
que encuentran sus correspondencias en todas
las cosas. Desde los acontecimientos mundiales,
a los sucesos locales e individuales, los que
forman parte de la armonía universal, que se
expresa también a través de números y medidas,
semejando una gran sinfonía. De allí la conexión
con la música, y particularmente con los ritmos
y los ciclos.
Por lo tanto el número es un lenguaje
universal conocido por todos los pueblos, que
siempre ha sido considerado como un símbolo
revelado, capaz de sintetizar y ordenar el
universo, y como un magnífico vehículo apto
para establecer relaciones entre las cosas,
entretejiendo los variados órdenes de la
existencia y los escalonados mundos o planos de
la realidad67.
Los números se corresponden de modo
preciso con las figuras de la geometría y las
notas musicales como hemos dicho, en perfecta

67 http://introduccionalsimbolismo.com/modulo1a.htm
113
armonía con las leyes de la Astrología y el orden
del universo.
El recorrido que hacen los números
desde el uno hasta el diez (de lo casi in-
manifestado a la manifestación) nos enseñará
cómo emprender el camino de retorno, a partir
de la realidad física, en búsqueda de la Unidad
metafísica.
El número, como todos los símbolos, es
susceptible de ser observado bajo dos aspectos:
exterior e interior. Desde el punto de vista
externo los símbolos numéricos expresan
meramente cantidades; desde el interno,
manifiestan más bien cualidades del ser.
Nuestro Programa hará énfasis en la visión
cualitativa, que es la principal, ya que desde
nuestro punto de vista lo cuantitativo es
secundario y derivado de lo cualitativo.
Esta visión esotérica de la Numerología
fue transmitida a Occidente por medio de la
Escuela Pitagórica, aunque se la encuentra
también en todas las culturas ligadas a la
Tradición Primordial. Según los pitagóricos
todas las cosas se sintetizan en los nueve
primeros números; éstos a su vez pueden
resumirse en los tres primeros; y ellos están
contenidos en la unidad.
Los trabajos numéricos y geométricos
que sugerimos promueven una labor de síntesis,
siempre en la búsqueda de la unidad de

114
nosotros mismos; de la unidad del cosmos; de la
Unidad del Ser.
El exponente sagrado de la armonía de
las esferas se encuentra en la música. Se sabe
que antes de hacerlo por el aire, el sonido se
propaga por el éter; este quinto elemento o
quintaesencia hermética, es el origen de los
cuatro restantes.
Por su extrema rarificación inmaterial,
superior a la del fuego, con el que a veces se lo
identifica, el éter es el vehículo por excelencia de
la luz inteligible y el sonido inaudible, cuya
naturaleza vibratoria hace ser a todos los
elementos una sola y misma cosa, antes de
diversificarse a través de los sentidos hasta el
mundo exterior.
Por su extrema plasticidad, pureza, y
receptividad absolutas, la Tradición también ha
asimilado simbólicamente este elemento al agua,
la sustancia universal. De ahí que la concha
marina, cuya forma nos recuerda al yoni
femenino y a la oreja humana, sea el
representante unánime (como las conchas de
agua bendita de los templos cristianos) del
poder purificador, productivo y "generativo" de
este supra-elemento divino.
Es de sobra conocida la leyenda que hace
de las conchas las conservadoras del sonido del
mar. Esta propagación se realiza en forma
ondulatoria, de lo que la espiral es símbolo por
excelencia. Diremos además que este símbolo
115
está estrechamente vinculado al logaritmo
pentagramático del crecimiento de los seres
vivos, lo que explica la estructura espiral misma
de las conchas y caracoles, así como la del ácido
desoxirribonucleico que preside la cadena
genética, y también otros muchos ejemplos que
omitiremos de momento.
La medicina pitagórica atribuía a la
música un poder terapéutico por excelencia. De
ello también nos da referencia la Alquimia,
cuando hace coincidir los centros musicales con
los centros sutiles, y éstos con las octavas del
microcosmos humano. Así vemos cómo la
música, encarada desde una perspectiva
sagrada, es mucho más de lo que parece. Y
también que las naturalezas del tiempo y el
espacio, del agua y el fuego, unidas
indisolublemente en el éter, origen de su vida,
siendo fundamentalmente distintas, se tocan en
un punto en donde, sin confundirse, se funden
en una Armonía Única y Universal.
Sócrates, en boca de Platón, confirma a
las Musas como las primeras protectoras del
arte de la música, de quienes ella recibió su
nombre. Como ya hemos afirmado, el tiempo y el
espacio se relacionan mutuamente a través del
movimiento, y éste no es sino la expresión
dinámica o rítmica de una armonía cuyos
modelos son los números. Ritmo y proporción,
asimilados respectivamente al tiempo y al
espacio, son la métrica por la cual ambos quedan
116
recíprocamente ordenados, conformando la
presencia viva de aquella misma armonía que se
da por igual en el cielo y en la tierra. La propia
geometría (geo = tierra, metría = medida) que
ordena idealmente el espacio, está virtualmente
implícita en la música como relación métrica de
sus intervalos. Armonía, número y movimiento
son pues términos equivalentes y mutables
entre sí, en cuanto se refieren a una misma
realidad, ya sea la arquitectura sutil y musical
del cosmos, el ritmo respiratorio, las pulsaciones
del corazón o el compás alterno de las fases
diurna y nocturna del día.
El hombre especialmente recibe con más
intensidad que ningún otro ser terrestre el ritmo
pulsatorio de la existencia, lo cual, en un sentido,
lo convierte en el más capaz de reproducirlo. De
naturaleza musical está hecha el alma humana y
su inteligencia, ya que son ellas las que captan
las sutiles relaciones entre las cosas; la
maravillosa articulación que a todas las
mantiene unidas, con sus matices, en un todo
indivisible que se va revelando a medida que la
unidad y la armonía se imponen a nuestro caos
particular.
En el hombre, como en un pequeño
instrumento en manos de un músico invisible,
según se nos dice en el hermetismo antiguo y del
Renacimiento, se dan cita todas las potencias,
virtudes y ritmos del universo, homologadas o
en diapasón con la naturaleza de su estado. Sin
117
embargo no siempre es consciente de ello, ya
que su diapasón particular no está en general
ritmado al tono universal.
Todas estas concepciones ocultistas
fueron desarrolladas por Robert Fludd, también
conocido como Robertus de Fluctibus (1574,
Bearsted, condado de Kent 8 de septiembre de
1637, Londres), que fue un eminente médico
paracélsico, astrólogo y místico inglés y que
influyó en el pensamiento ocultista de Kircher, y
sobre todo, en su obsesión por presentar
litografías expresivas.
La idea medieval de iluminar los textos
fue recogida en la edición de los libros
renacentistas que siguieron publicando
grabados que, a través de las nuevas técnicas y
su desarrollo paulatino, llegaron a ser
fundamentales en esta literatura pionera de
artes de consumo muy actuales que pasó a
utilizar estas imágenes no ya como algo
separado de los textos, sino como el texto en sí, y
no algo agregado al discurso.
Este es el caso de Fludd y Kircher, dos
autores que se encuentran distanciados
geográficamente y en el tiempo histórico. Entre
ellos hay medio siglo y también la distancia
provocada por los casi inexistentes medios de
comunicación de esos tiempos que, sin embargo,
no constituyeron barreras dada la enorme
distribución de los conocimientos cabalísticos
en toda Europa, que tomó la forma de una moda
118
que duró aproximadamente todo el
Renacimiento y se ha proyectado hasta la fecha.
De ellos debemos destacar por su número
y calidad artística en primer lugar a los libros de
Alquimia, disciplina que aquí estudiaremos en
capítulo aparte, donde veremos las relaciones
entre el saber cabalístico y el alquímico, aunque
ahora nos limitaremos a mencionar
someramente la obra de estos dos estudiosos
que en sus grabados y textos nos hablan de la
Cábala hebrea, que no sólo conocen sino que
incorporan a sus propios idearios. Robert Fludd
(1574-1637) y Athanasius Kircher (1601-1680)
fueron autores de obras enciclopédicas sobre la
Ciencia Sagrada que, como acabamos de decir
incluyen la Cábala y su relación tanto con las
disciplinas paganas y teúrgicas, como con el
cristianismo.
En el caso de Kircher estos estudios se
prolongan a la inventiva de la naciente ciencia
experimental, que algunos llamaban magia
natural y que comenzó su andadura histórica en
ese entonces con el resto de las disciplinas
científicas que se han ido desarrollando, en
algunos casos desechando, para bien o mal,
según las perspectivas.
Las imágenes poseen un formidable
poder comunicador, por lo tanto didáctico, en la
medida en que sintetizan, grafican y embellecen
conceptos y vivencias que son capaces de
transmitirnos por medios iconográficos.
119
El ocultismo (hermetismo, el gnosticismo
y la Cábala) se han volcado en diagramas y
esquemas, en los que algunos sólo han querido
ver talismanes o amuletos. Pero para imágenes
¡qué decir de las de la Biblia! que han sido
pintadas una y otra vez por el judeocristianismo
ya que puede hacerlo de acuerdo a sus teologías
en oposición con el Islam en el que las imágenes
están prohibidas, aunque no la expresión gráfica
de las figuras geométricas y proporciones
aritméticas en las que basa su arte.
Robert Fludd (1574-1637) era el quinto
hijo de Elisabeth Andros y Sir Thomas Fludd,
funcionario del gobierno de alto rango y
tesorero de guerra para la armada de Isabel I.
Fludd se educó en el anglicanismo, la religión de
sus padres. Pero considerando que su formación
era insuficiente, y con objeto de perfeccionar sus
conocimientos, emprendió un viaje al continente
europeo que duró seis años.
Entre 1598 y 1604 Fludd recorrió
España, Francia, Italia y Alemania, estudiando
medicina, química y ocultismo, aunque es
principalmente conocido por su investigación en
el campo de la filosofía oculta. Fue sin duda en
Alemania donde Fludd entró en contacto directo
con el movimiento rosacruz.
De retorno a Inglaterra, el 16 de mayo de
1605 obtuvo su doctorado en medicina en la
Universidad de Oxford. Más adelante se instaló
en Londres. A partir de los 42 años (1616)
120
empezó a escribir y publicar, y hasta su muerte
no paró de escribir voluminosas obras
herméticas.
Fludd es considerado como uno de los
grandes humanistas del Renacimiento: su
conocimiento se apoyaba en el conjunto de las
Humanidades, y consagró una parte importante
de sus voluminosos escritos a defender la
reforma de las ciencias. En tanto que médico y
ocultista, se interesó por las ideas de Paracelso.
En materia de medicina, es reconocido como un
precursor. A él se debe la descripción del primer
barómetro.
Fludd era ante todo un espiritualista que
establecía una distinción entre la parte física
mortal y la parte anímica inmortal del hombre.
Para él, el alma está unida a Dios, mientras que
el cuerpo físico es una parte de la naturaleza. El
espíritu de la vida, la fuerza esencial de la vida o
fuerza vital, etérea y unida al alma, constituye a
la vez la conciencia y el espíritu animal en
nosotros. Esta fuerza vital es la causa de todas
las funciones vitales. Mantuvo un célebre
intercambio de opiniones con Johannes Kepler
relativas a los enfoques científico y ocultusta del
conocimiento. Su filosofía está expuesta en
Utriusque Cosmi, Maioris scilicet et Minoris,
metaphysica, physica, atque technica Historia (La
historiametafísica, física y técnica de los dos
mundos, a saber el mayor y el menor, publicado
en Alemania entre 1617 y 1621).
121
En 1617, Fludd escribió De Musica
Mundana (Música Mundana), libro tercero de la
Historia metafísica, física y técnica de los mundos
mayor y menor, donde describe sus teorías de la
música, y del macrocosmos, además de su
monocordio (también conocido como "divino" o
"celestial"). Un año después publicaría De
Naturae Simia (la historia técnica) ampliando
sus teorías acerca de la música humana y
siguiendo la pitagórica estela que Boecio había
trazado en el siglo VI.
En sus libros, Robert Fludd se ocupó
asimismo de presentar la armonía entre el
macrocosmos y el microcosmos. Continuando
con un conocimiento universal, se interesó en
las correspondencias armónicas que existen
entre los planetas, los ángeles, las partes del
cuerpo humano y la música. Sus libros son
verdaderas obras maestras, magníficamente
adornados con grabados que ilustran sus ideas,
lo cual debió fascinar a su lector Kircher.
Fludd defendía la filosofía de los
alquimistas y de los Rosacruz, y se sirvió de sus
doctrinas para describir al hombre, la naturaleza
y el universo. No era miembro de los Rosacruz,
como sostenía a menudo, pero defendió su
pensamiento en su Tractatus Apolegeticus
integritatem Societatis de Rosea Cruce defendens,
donde describió el origen del conocimiento de
los Rosacruz. La obra trata de sus ideales, de su
integridad y su sabiduría.
122
Para Athanasius Kircher, siguiendo las
ideas de Fludd, la armonía musical y numérica
es la base para entender el mundo. Aunque la
sociedad moderna pareciera creer que los
números fueran una invención humana,
producto del progreso, muy útiles para hacer
cálculos estadísticos, así como para medir,
clasificar y en general contar objetos de toda
índole, percibiendo a la serie numérica como
una sucesión indefinida y horizontal en una
sola dimensión , carente en absoluto de un
significado otro, en las sociedades tradicionales,
por el contrario, los números son concebidos
como deidades ordenadoras, como
intermediarios, portadores de energías e Ideas
superiores que ellos mismos plasman en el
cosmos entero.

123
124
15
Technología y ocultismo

Al hablar de Technología queremos


diferenciar esta palabra de Tecnología No
busquemos en Athanasius Kircher a un
ingeniero en el sentido moderno de la palabra,
sino a un técnico tékne en griego es arte
oficio artesanía un hombre que hace
instrumentos Lo que llamaríamos un
manitas un chapuza un multiusos
Kircher construye artefactos (ars
factum, cosas hechas con las manos) diversos
con usos diversificados. Desde relojes a
linternas mágicas (cámaras de proyección). Y es
ahí donde los principios que rigen la búsqueda
de artefactos, a veces, no sean demasiado
científicos en el sentido moderno. Es el misterio
de la luz, del tiempo, de la distancia, de la
tiniebla, de los imanes, lo que guía a nuestro
hombre.
Desde sus primeros años en la Compañía
de Jesús, Athanasius Kircher fue un apasionado
de los relojes. Le fascinaba la construcción de

125
aparatos que medían matemáticamente la
regularidad de este mundo. Primero, fueron los
relojes de sol. Pero pronto construyó relojes
mecánicos e incluso magnéticos. En su obra
Magnes sive Arte Magnetica (1641)68. El objeto
había sido originalmente inventado por otro
jesuita, el padre Linus de Lieja, y fue descrito por
Kircher con el permiso de Linus en 1634. El
patrón de Kircher, Peiresc defendía que el
movimiento del reloj se basaba en el modelo
cosmológico de Copérnico, argumentando que la
esfera magnética del reloj se movía debido a la
fuerza magnética del Sol.
El modelo de Kircher descalificaba esta
hipótesis, mostrando que el movimiento podría
estar producido por un reloj de agua situado en
la base del aparato. Aunque Kircher escribió
contra el modelo copernicano en su Magnes,
defendiendo el modelo de Tycho Brahe69, la
última edición de Itinerarium extaticum (1656,
revisado en 1671), presentaba diversos sistemas

68
http://books.google.es/books/about/Athanasii_Kircheri_
Magnes_sive_De_arte_m.html?hl=es&id=FJE_AAAAcAAJ;
Las ilustraciones ocultistas pueden verse en:
http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/btv1b2600070z
69
http://www.aip.org/history/cosmology/ideas/brahe.htm
. Sobre Brahe y los jesuitas, puede consultarse:
http://en.wikipedia.org/wiki/Tychonic_system;
https://scholarworks.iu.edu/dspace/handle/2022/99.
126
cosmológicos incluido el copernicano como
posibilidades diferentes. El reloj de Kircher ha
sido reconstruido por Caroline Bouguereau en
colaboración con Michael John Gorman y se
puede observar en la Green Library en Stanford
University.
En 1646, Kircher publica una de sus
obras más grandiosas: Ars Magna Lucis et
Umbrae70, con el objetivo de desvelar los
misterios de la luz y de las sombras. Una
teología ocultista de luces y tinieblas, donde
ángeles y demonios pasean a sus anchas.
Aunque siempre se asocia esta obra
monumental con la linterna mágica, Ars Magna
es mucho más que eso.

70
http://books.google.es/books/about/Athanasii_Kircheri_
Ars_magna_lucis_et_um.html?hl=es&id=h2BDAAAAcAAJ;
Sobre la relación entre Ars Magna y los Rosacruces,
http://www.rosacruz.net/libro4.htm; Michael John
GORMAN The Great Art of Knowing: The Baroque
Encyclopedia of Athanasius Kircher, ed. Daniel Stolzenberg,
Stanford: Stanford University Libraries, 2001, pp. 59-70
127
Con ocasión del centenario de su
nacimiento, la Universidad Complutense
organizó una exposición bibliográfica. Del
catálogo reproducimos unas páginas
ilustrativas71 El riquísimo tesoro bibliográfico
que conforma la obra del padre jesuita
Athanasius Kircher (1601-1680), conservado en
la Biblioteca Histórica de la Universidad
Complutense, es ingente y heterogéneo. Abarca
la China monumental, los jeroglíficos egipcios, la

71 Puede encontrarse en
http://www.ucm.es/BUCM/blogs/Foliocomplutense/420
5.php
128
geología moderna, los tratados de música y
acústica, numerología, matemáticas, los orígenes
de las lenguas y su relación con la Torre de
Babel, el Arca de Noé y el mundo acuático, el
magnetismo, la astronomía... Valiosos
ejemplares que incluyen grabados
monumentales en su tamaño y exquisitos en sus
detalles que plasman las ideas de Kircher en
imágenes. Su vida fue rica en acontecimientos y
relaciones, y el Colegio de Roma de la Compañía
de Jesús su centro de trabajo y estudio .
Y prosigue El catálogo de la exposición
celebrada en esta biblioteca en el 2001-2002,
Athanasius Kircher y la ciencia del siglo XVII:
exposición con motivo del IV Centenario del
nacimiento de Athanasius Kircher, nos introduce
en su vida y en su obra. La mayoría de las obras
que se hallan en nuestra biblioteca se
encuentran actualmente digitalizadas. La joya
ahora objeto de nuestra atención es Ars magna
lucis et umbrae, publicada en Roma en 1645-
1646 (BH FLL 21191), la cual destaca por el
tratamiento de los cuerpos celestes, sus
interrelaciones, su influencia sobre la Tierra y su
relación con el cálculo del tiempo.
No podemos olvidar que en el siglo XVII
se producen importantes avances en los
estudios matemáticos, sobre todo en álgebra,
teoría de los números, cálculo de
probabilidades, geometría proyectiva y cálculo
infinitesimal, que servirán de base para el
129
desarrollo de otros campos científicos. Es el
siglo de las leyes de Kepler, la mecánica de
Galileo, el sistema circulatorio de Harvey, la
geometría de Descartes, la geología de Sténon, la
óptica astronómica de Newton y la anatomía
microscópica de Leeuwenhock, entre otros. Se
abre el camino a la ciencia moderna, gracias a
científicos que encontraron nuevos métodos de
investigación, superando los prejuicios y
supersticiones que igualaban ciencia práctica
con magia y rompiendo las ataduras entre el
conocimiento y la fe .

Los temas de Ars magna lucis et umbrae


Como ya se ha mencionado, el objeto
principal de esta obra son los cuerpos celestes
(cometas, planetas, estrellas) y su influencia en
fenómenos físicos terrestres, estructurándose la
misma en diez libros o capítulos. En la mayor
parte de ellos, el autor trata sobre distintos
aspectos de la "gnomonica", ciencia que
profundizaba en el estudio de la trayectoria del
Sol y su aplicación en la realización de relojes
solares. También se la denominó como
"sciaterica" o "scioterica" y "horographia" u
"horologiographia". Kircher estudia, inventa y
diseña en esta obra multitud de relojes de sol de
todo tipo y forma, muchos de ellos sin utilidad
práctica e incluso extravagantes.
Color, óptica y fosforescencia son
también materias tratadas en los primeros
130
capítulos de la obra, siguiendo la estela del
astrónomo Francesco Maurolico (1494-1575) y
el filósofo Giovan Battista della Porta (1535-
1615), autores cuyas obras también se
encuentra en nuestra biblioteca. Un tema
curioso estudiado desde la antigüedad y por el
que Kircher también se interesa es el de la
cuadratura del círculo, "problema matemático,
irresoluble de geometría, consistente en hallar,
con sólo regla y compás, un cuadrado que posea
un área que sea igual a la de un círculo dado".
Se incluye también en la obra la primera
imagen impresa de Saturno con sus anillos y de
Júpiter y, como señalan diversos autores,
Kircher toma conciencia del movimiento de los
astros pero sin romper totalmente con el dogma
bíblico-aristotélico-ptolomeico ni aceptar sin
tapujos los descubrimientos de Copérnico o
Kepler. Sus estudios astronómicos siguen la
línea del astrónomo del siglo XVI Tycho Brahe,
para el cual el Sol y la Luna giraban alrededor de
la tierra y los otros cinco planetas giraban
alrededor del Sol.
En Ars magna lucis et umbrae Kircher
también diseña y reproduce en imágenes,
calendarios, espejos de todo tipo y para todo
uso, como los espejos ustorios ("espejo cóncavo
de gran tamaño utilizado para concentrar en su
foco los rayos solares o de un cuerpo en
combustión y aprovechar con fines bélicos el
gran calor que produce"), astrolabios, tablas
131
astrológicas, juegos y efectos de perspectiva y
proyecciones, así como numerosos inventos
carentes de utilidad. Escribe también sobre la
linterna mágica (aparato óptico para proyectar
imágenes) de la cual se había hablado por
primera vez en 1646 y de la que Kircher se
convertirá en su ferviente divulgador .

132
Otras curiosidades de la obra:
De acuerdo con el Catálogo El
frontispicio calcográfico diseñado por Pierre
Miotte precede a la portada, representando las
cuatro fuentes de conocimiento: la Sagrada
Autoridad (encarnada por la Biblia), la Razón (la
cual se halla cerca de Dios, pero filtrada por el
ojo interior), el conocimiento y la percepción
(no provienen directamente de Dios sino del Sol,
representado por el telescopio) y la autoridad
profana (una lamparita que luce entre nubes de
ignorancia o de lo desconocido). Se representa
también a Apolo (el Sol), acompañado por el
águila, y a Diana (la Luna) junto al pavo real de
cola ocelada. El reloj solar diseñado en el jardín
recoge la luz proyectada por el Sol y reflejada en
el espejo de Diana .
En el libro sexto de la obra (Ars Magna)
se encuentra un grabado plegado con el
denominado horóscopo Jesuita Universal que
muestra la hora y duración del día en todos los
países. Representa el árbol de la Compañía de
Jesús, un olivo, con su tronco brotando de Roma
y de la figura de San Ignacio de Loyola, y que
expande sus ramas por todo el mundo conocido,
estructurado por las provincias de la Compañía
de Jesús. El objeto del grabado es demostrar que
la Sociedad de Jesús lleva a cabo sus
obligaciones religiosas a través de la Tierra, día
y noche, sin interrupción y en todas las lenguas
conocidas. En los ángulos de la ilustración
133
aparece una leyenda que se repite en treinta y
cuatro lenguas: Desde el Oriente hasta el ocaso,
es venerado el nombre del Señor".

Tras la página 935 consta una lista de las


obras publicadas por Kircher hasta la fecha y
otras próximas a serlo. Algunas de ellas nunca
134
verían la luz. Nuestro ejemplar procede del
Colegio Imperial de Madrid y fue donado por el
autor, según consta en nota manuscrita al pie de
la portada, fechada a 14 de febrero de 1646

La linterna mágica
La parte del libro que más ha llegado al
gran público es la que trata de la Linterna
mágica, un ingenioso artefacto para proyectar
imágenes en movimiento. Algunos han querido
ver aquí un anticipo del cine72. Kircher describe

72 Tanto es así, que con ocasión del centenario del Cine, la


Universidad de Santiago de Compostela se gastó mucho
dinero en 2000 en una lujosa edición latín-gallego del
libro correspondiente a este tema.
http://www.lacentral.com/web/book/?id=97884812184
28; http://www.abebooks.com/book-search/title/ars-
magna-lucis/author/kircher/sr-4/sortby/1/;
http://books.google.es/books?id=Gki6ZIbrgQ8C&pg=PA6
&lpg=PA6&dq=%22Universidad+de+Santiago%22+%22A
rs+Magna%22&source=bl&ots=tl_SUqvZlx&sig=lrtBHsb0
yDgP_SRpUuqlNvvFqws&hl=es&sa=X&ei=1h2_UOCqFMjC
hAfqsIHwBQ&sqi=2&ved=0CCwQ6AEwAA#v=onepage&q
=%22Universidad%20de%20Santiago%22%20%22Ars%
20Magna%22&f=false;
http://es.wikipedia.org/wiki/Linterna_m%C3%A1gica;
http://www.mostolesmuseo.com/maquinas_cientificas/1
4linterna_magica.htm;
http://www.cervantesvirtual.com/obra/athanasii-
kircheri-fuldensis-buchonii-ars-magna-lucis-et-umbrae-
in-decem-libros-digesta-quibus-admirandae-lucis-et-
umbrae-in-mundo-atque-adeo-vniuersa-natura-vires-
effectusq-vti-noua-uti-varia-nouorum-reconditiorumq-
speciminum-exhibitione-ad-varios-mortal/; sobre
135
la construcción de una lámpara catotrófica
(sic) que utilizaba la reflexión para proyectar
imágenes sobre una pared en una habitación
oscura.
La linterna mágica es un aparato óptico,
precursor del cinematógrafo. Se basaba en el
diseño de la cámara oscura, la cual recibía
imágenes del exterior haciéndolas visibles en el
interior de la misma, invertiendo este proceso, y
proyectando las imágenes hacia el exterior.
Durante un tiempo se había considerado a
Athanasius Kircher como inventor del aparato,
en 1646 publicó Ars Magna Lucis et Umbrae (La
gran ciencia de la luz y la oscuridad) pero parece
que hasta la segunda edición de 1671 no hay
ninguna descripción del aparato. La primera
referencia a un aparato capaz de proyectar
imágenes sería un manuscrito de Christiaan
Huygens de 1659.
El artefacto consistía en una cámara
oscura con un juego de lentes y un soporte
corredizo en el que se colocaban transparencias
pintadas sobre placas de vidrio. Estas imágenes
se iluminaban con una lámpara de aceite aún
faltaba mucho para el invento de la luz eléctrica

imágenes de la Linterna mágica, hay en internet cientos de


figuras. Ver:
http://www.google.es/search?q=kircher+linterna+magic
a&hl=es&tbo=u&rlz=1W1GFRE_es&tbm=isch&source=uni
v&sa=X&ei=7Ry_UISJB8SGhQfCzIGYBg&sqi=2&ved=0CDI
QsAQ&biw=1024&bih=547
136
, y para que el humo pudiera tener salida se
dotaba al conjunto de una vistosa chimenea.
Desde mediados del siglo XVII Kircher
pudo emplear la proyección de imágenes en sus
clases del Centro de Estudios Superiores de los
Jesuitas en Roma, mediante un aparato que tenía
forma cilíndrica y una lente a modo de
condensador que proyectaba, ampliadas sobre
una pantalla, imágenes pintadas con colores
translúcidos sobre delgados trozos de vidrio.
Paulatinamente se populariza la linterna
mágica, y se le van encontrando aplicaciones
prácticas. Nollet y Charles la introducen en la
Sorbona para apoyar sus enseñanzas de modo
visual, y el famoso mentalista Mesmer la emplea
en sus cátedras de «magnetismo animal» y en
sesiones de hipnotismo. El profesor Jean-Martin
Charcot la usaba como método curativo de
ciertos casos de epilepsia e histeria.
La linterna mágica sufrió un cambio
fundamental en su diseño con la invención de la
lámpara incandescente y del arco voltaico. Su
aplicación sustituye con inmensa ventaja la
iluminación por lámpara de aceite. Poco después
aparece la fotografía, con lo que las
transparencias pintadas son sustituidas por
diapositivas, y la linterna mágica es
virtualmente una ampliadora fotográfica.
Quedaban solo unos pasos más para que llegara
a ser un proyector cinematográfico.

137
Pero esto es solo una anécdota que
muestra la creatividad, a veces excesivamente
desbordante y crédula, del potente
intelectualmente, pero sin embargo ingenuo
sabio jesuita.
Aunque ya se ha citado en Musurgia
Universalis (1650), Kircher se refiere a la
armonía de las esferas celestas, pero también
describe algunos artefactos musicales muy
ingeniosos. Entre ellos se encuentra la
construcción de un órgano musical movido por
agua, capaz de reproducir el canto de los
pájaros. En Phonurgia Nova (1673) Kircher
considera la posibilidad de transmitir música a
lugares lejanos.. De alguna manera se anticipa al
invento de la radio.
Otros artefactos diseñados por Kircher
incluyen un arpa movida por el viento,
autómatas capaces de hablar a través de un tubo
(un precedente del teléfono), una máquina de
movimiento continuo, y lo que llamaba un
Katzenklavier (un clavicordio-gato) construido,
al parecer, con colas de gato.

El Geocosmos, una "maquinaria magnética"


Pero vayamos a temas más serios. Uno de
los aspectos en los que Kircher tomó partido
claro es en el del magnetismo. Los jesuitas del
Colegio Romano se comprometieron en la
defensa de la llamada Filosofía Magnética.

138
En el siglo XVII se acude con frecuencia a
explicar muchos fenómenos naturales
invocando a conceptos antropomórficos como
son los de atracción y repulsión, como simpatía y
antipatía entre elementos naturales. Se extendió
una vasta literatura acerca de los imanes y su
influjo sobre los humanos. Rossi 73 cita al jesuita
Nicolás Cabeo (que escribe en 1629, y nos ha
dejado una serie de creencias muy extendidas en
su tiempo) y que se encarga de rebatir, como
que el ajo puede debilitar la fuerza de un imán, o
que un imán puede reconciliar a unos esposos o
revelar un adulterio.
Sin embargo, junto con estas creencias,
los físicos investigan las fuerzas de los imanes.
Un hito importante en este proceso es la
publicación en Londres, en 1600, del libro De
magnete magneticisque corporibus et de magno
magnete Tellure physiologia nova. Su autor es el
médico inglés William Gilbert (1540-1603)74.
Algunos lo han considerado como el
primer libro "moderno" de física en el sentido
actual del término. Desde 1581 a 1600 realizó
experimentos sobre el comportamiento
magnético de muchos materiales llegando a la

73 P. ROSSI: El nacimiento de la Ciencia moderna en


Europa. Crítica, Barcelona, 1998, 276 pág.
74 El cuarto centenario del magnetismo fue ampliamente

celebrado dentro de la comunidad científica. Una


referencia puede encontrarse en EL PAIS, miércoles 19 de
julio de 2000, página 41 (Sociedad).
139
conclusión de que la misma Tierra se comporta
como una calamita con polaridades magnéticas
que coinciden con los polos geográficos.
Para Kircher, Gilbert había sido un gran
estudioso del magnetismo. Toma de él algunas
ideas importantes. Pero difiere de Gilbert en
cuestiones básicas. Así, en Mundus Subterraneus
difiere del autor del De Magnete en el presunto
error de aceptar "la monstruosa doctrina del
movimiento de la Tierra". Además -concluye
Kircher, si la Tierra fuera un imán, "las
herraduras de los caballos y los mulos
quedarían adheridas al suelo y no habría forma
de separarlos"75. Este tema lo he tratado más

75 BALDWIN, M.R. (1987) Athanasius Kircher and the


magnetic philosophy. Tesis doctoral
[http://scholar.google.es/scholar?q=BALDWIN,+M.R.+(19
87)+Athanasius+Kircher+and+the+magnetic+philosophy
&hl=es&as_sdt=0&as_vis=1&oi=scholart&sa=X&ei=aye_UJ
OlGIephAeCpIGQBw&sqi=2&ved=0CCoQgQMwAA]
http://specialpapers.gsapubs.org/content/411/65.abstra
ct;
http://es.scribd.com/doc/71861859/1/PRESENTACION;
y también:
http://www.viajesconmitia.com/2011/02/02/el-oraculo-
magnetico-del-padre-kircher/ ;
http://books.google.es/books?id=W5ZGYJAInusC&pg=PA
161&lpg=PA161&dq=Kircher+magnetismo&source=bl&ot
s=LeoP0qhPta&sig=I31ZrQL33oAcqdS3UevawX1hA0M&h
l=es&sa=X&ei=5SS_ULSFAsOmhAeRh4DYCw&sqi=2&ved
=0CF4Q6AEwCQ#v=onepage&q=Kircher%20magnetismo
&f=false
140
extensamente en otros trabajos anteriores y a
ellos remito al lector76.

16
El organicismo kircheriano

¿Puede considerarse a Athanasius


Kircher y su Geocosmos, descrito en Mundus
Subterraneus (1665), como seguidor de una

76 L. SEQUEIROS: El Geocosmos teológicos de Athanasius


Kircher (1601-1680). Proyección, Facultad de Teología de
Granada, XLVII, 199, 281-300. También en: L. SEQUEIROS
(2001) ¿Tiene fundamentos científicos la "Nueva Era"?
Ponencia XXIX Reunión Interdisciplinar de ASINJA,
Galapagar, Madrid. Se publicará dentro de unos meses por
la Universidad de Comillas.

141
filosofía organicista? Pero ¿en qué sentido se
puede decir que es organicista? ¿De qué fuentes
clásicas bebió esa concepción de la realidad
natural?
El término organicismo, como todos los
términos filosóficos, no tiene una significación
unívoca. De modo general, lo utilizamos aquí
para designar una concepción del mundo según
la cual los seres vivos no se pueden explicar
solamente como simples mecanismos. El
organicismo rechaza el sistema mecanicístico
convencional. Pero no por ello se adhiere
inmediatamente al sistema del vitalismo,
especialmente si este es de carácter radical. En
rigor, dentro de la teoría biológica, el
organicismo ocupa una posición intermedia
entre el mecanicismo y el vitalismo. Es necesario
tener en cuenta que el concepto de organismo ha
evolucionado históricamente.

La visión panvitalista del mundo


En el siglo XVII, entre algunas escuelas
médicas, el organicismo revistió un ropaje
renovado que se difundió dentro de lo que se ha
dado en llamar la visión panvitalista del
mundo77.
Para estos médicos, sus teorías están
atravesadas por una visión según la cual Dios, en

77 P. LAÍN ENTRALGO. Historia de la Medicina. Salvat,

Barcelona, (1979), 288-385.


142
uso de su omnipotencia, quiso crear el mundo
como un inmenso mecanismo vivo, para que
frente a él los hombres ejercieran
inteligentemente su voluntad de conocerlo y
dominarlo. Tal fue la tesis más central de estos
mecanicistas modernos.
Usando de esa misma omnipotencia, Dios
ha querido que el mundo creado fuese un
ingente organismo viviente, para que dentro de
él, conviviendo humanamente con todo cuanto
en él existe, pudiesen los hombres
comprenderlo para dominarlo y curar sus
enfermedades. Dos paradigmas alternativos
intentan desarrollar el conocimiento y el
funcionamiento de esta realidad del cosmos: por
un lado, la máquina; por otro lado, el organismo
viviente.
En el siglo XVII se expresa con fuerza la
interpretación organicista del mundo. Para ellos,
el universo se nos aparece como una
multiplicidad de cosas cualitativamente
distintas entre sí. Pero la existencia visible de
cada una de ellas y su peculiaridad cualitativa no
son sino la manifestación de las "fuerzas"
específicas y genéticas que tienen la raíz misma
de su realidad activa y productivamente las hace
ser y ser como son.

Macrocosmos y Microcosmos
La visión del Geocosmos kircheriano está
imbuido de la filosofía del Macrocosmos y del
143
Microcosmos, según la cual el hombre es la
medida de todas las cosas, y todo el universo
está recapitulado en él, como creatura a la que
todo se refiere.
Los filósofos llamados "organicistas"
comparaban el Mundo (el Cosmos) con los
organismos y con el hombre, de modo que los
órganos y procesos que se dan en los seres vivos
se reproducen del mismo modo en el Mundo o
Geocosmos.

La Teología implícita en el Geocosmos de


Athanasius Kircher
El Geocosmos de Athanasius Kircher no es
solamente una mera "construcción" racional,
filosófica y científica. Es, además de esto y sobre
todo, una cosmovisión teológica. Sustentando
los argumentos de una imagen natural del
mundo, existe una visión religiosa del mundo
que se expresa teológicamente con un lenguaje
muy propio de su época.
Kircher no es teólogo de oficio, sino
profesor de matemáticas y de astronomía. Pero
vivió durante casi medio siglo en el Colegio
Romano, en el que se elaboraba y se transmitía
saber fundamentalmente teológico.
Una gran parte de sus compañeros de
comunidad y de Colegio se dedicaba a la
Teología. Por ello, en el Geocosmos kircheriano
hay un innegable trasfondo teológico. Sin poder
profundizar en exceso, presentamos algunos de
144
los elementos teológicos presentes en Mundus
Subterraneus.

El organicismo teológico de Athanasius


Kircher
El primer aspecto que conviene resaltar
del Geocosmos es que pretende ser no solo una
imagen natural, sino sobre todo la expresión de
lo que podría denominarse un organicismo
teológico. A él nos referiremos ahora.
El capítulo XIX del Libro II de Mundus
Subterraneus presenta lo que denominamos una
síntesis teológica organicista del mundo. El
mismo título no deja lugar a dudas: "Capítulo
XIX: Sobre la constitución interior del Geocosmos,
de sus oficinas y analogía con los miembros del
cuerpo humano".
Para Kircher, esta disposición del
Geocosmos terrestre (Macrocosmos) análogo al
organismo humano (Microcosmos) regirá el
discurso teológico: es la mente de Dios quien ha
diseñado este modelo.

145
146
17
Kircher y la alquimia

Para Kircher, todo su esfuerzo intelectual


busca la armonía entre las ciencias de la
naturaleza (la physica), los conocimientos
ocultos heredados de los antiguos y las Sagradas
Escrituras. El intento de un saber universal que
nos acerca a la mente de Dios. Para él, el objetivo
de la alquimia se resume en esta frase:
Convertir plomo en oro Se trata de alcanzar el
oro de la conciencia trascendente, una
metáfora para el crecimiento 78
Para ello, conviene precisar algunos
aspectos, de una forma resumida, sobre en qué
consistió, y en qué consiste, la auténtica
alquimia79. La mayoría de los diccionarios
modernos ha contribuido a reforzar una serie de
errores comunes, rechazándola por considerarla

78 Para un interesante estudio iconográfico- alquímico de


Kircher, ver:
http://simbolismoyalquimia.com/cabala/athanasius_kirc
her_images5.htm
79 http://www.astronoa.com.ar/alquimia.php

147
una predecesora inmadura, empírica y
especulativa de la química, con el único objetivo
de transmutar los metales comunes en oro.
La percepción de la perfección eterna de
todo en todos los lugares es lo que constituye la
Redención Universal. La alquimia es un arco iris
que atraviesa el abismo que existe entre el plano
terrestre y el celestial, entre la materia y el
espíritu.
La ciencia de la alquimia, sagrada,
secreta, antigua y profunda, también de
nominada arte real o sacerdotal y filosofía
hermética, esconde tras textos esotéricos y
emblemas enigmáticos las vías para penetrar en
los secretos más profundos de la naturaleza, de
la vida y la muerte y de la unidad, la eternidad y
el infinito.
A la vista de tales secretos, el de fabricar
oro tiene, relativamente, poca importancia; se
podría comparar con los superpoderes (siddhis)
que a veces consiguen los grandes yoguis; estos
poderes no se buscan por el valor que en sí
tengan, son importantes productos secundarios
que resultan de alcanzar un alto nivel espiritual
y que incluso implican una suerte de tentación
final para el anhelo enfermizo del Ego por
poseer.
Otra de las artes herméticas es la
Alquimia. Así se llamaba en la Antigüedad la
ciencia de las transmutaciones, minerales o
vegetales, de la naturaleza. Estas operaciones
148
tienen una réplica en el hombre, que puede
verse en ellas como en un espejo que reflejara su
propio proceso de desarrollo, y simbolizan la
posibilidad de la regeneración. Es decir, la de
mudar de condición y de forma, a tal punto que
la sustancia con que se trabaja en este caso la
psiquis humana en los primeros niveles pase a
ser una cosa distinta de la que conocemos
actualmente. Esta búsqueda y hallazgo del Ser es
en suma, la auténtica Libertad, no empañada por
ningún prejuicio, y puede ser equiparada a un
nuevo nacimiento.
La Alquimia del medioevo europeo, que
trabaja con las transmutaciones de los metales
(y minerales en general), utiliza también la
notación astrológica para designar las
cualidades simbólicas que distinguen a
determinados metales.

Esta asociación entre los astros (deidades


y energías celestes) y los metales, no es de
ningún modo arbitraria, pues hay una
correspondencia constante entre lo alto y lo
bajo, y son análogas las fuerzas y energías de los
cielos (deidades uránicas) y las de la tierra
(deidades ctónicas), aunque es imprescindible
149
señalar que se hallan invertidas las unas
respecto a las otras.

Sin embargo estas fuerzas son


complementarias y no podrían ser el Universo y
el hombre sin la una y la otra pues ellas
constituyen la dinámica rítmica, la dialéctica, en
que se producen todas las cosas. Por ese motivo
el trabajo alquímico, o hermético, se realiza con
estas dos energías, armonizándolas, sin excluir
ninguna de ellas. Pues como ya veremos es el
hombre el que las religa, el verdadero
intermediario entre cielo y tierra. Y es por esa
misma razón por lo que en las tradiciones
antiguas, la Iniciación era y es tomada como una
visita del ser humano a las entrañas de la tierra,
o un viaje al país de los difuntos, cuando no un
descenso a los infiernos de nuestro ignorante
psiquismo, imprescindible para un posterior y
triunfal ascenso a los cielos. A continuación van
los nombres de los tres principios alquímicos y
los signos con que se los representa:

150
La interacción de estos principios y su
constante conjugación producen todas las cosas
y por lo tanto se hallan presentes en ellas. El
Azufre es activo (+), mientras que el Mercurio es
pasivo ( ). La Sal, tercer principio que liga los
precedentes, se puede calificar de neutra (N). El
Athanor es el horno o cocina alquímica donde se
transforman estos principios de continuo, así
como los elementos minerales que ellos
originan, los cuales igualmente llevan en sí esta
división tripartita. Lo que sucede en el interior
del Athanor del mismo modo acontece en el
interior del ser humano, especialmente en su
psiquis, primer paso en el trabajo hermético,
donde estas energías se oponen, se contradicen
y se unen, provocando una dialéctica
permanente de equilibrios y desequilibrios que
conforman la armonía universal. Esta dinámica
es una dialéctica en la que los opuestos no se
excluyen sino que constantemente confluyen en
la unión para poder separarse.
151
Para Kircher, todo su esfuerzo intelectual
busca la armonía entre las ciencias de la
naturaleza (la physica), los conocimientos
ocultos heredados de los antiguos y las Sagradas
Escrituras. El intento de un saber universal que
nos acerca a la mente de Dios. Para él, el objetivo
de la alquimia se resume en esta frase:
¿Convertir plomo en oro? Se trata de alcanzar el
oro de la conciencia trascendente una
metáfora para el crecimiento

Alquimia: algo más que magia con la materia


Conviene precisar algunos aspectos, de
una forma resumida, sobre en qué consistió, y en
qué consiste, la auténtica alquimia80. La mayoría
de los diccionarios modernos ha contribuido a
reforzar una serie de errores comunes,
rechazándola por considerarla una predecesora
inmadura, empírica y especulativa de la química,
con el único objetivo de transmutar los metales
comunes en oro.
Aunque es cierto que la química se
desarrolló a partir de la alquimia, estas dos
ciencias no tienen apenas nada en común.
Mientras que la química se ocupa de los
fenómenos científicamente verificables, la
misteriosa doctrina de la alquimia atiende a una
realidad escondida de orden superior que

80 http://www.astronoa.com.ar/alquimia.php

152
conforma la esencia que subyace a la mayoría de
las verdades y religiones. La perfección de esta
esencia se denomina Absoluto; puede ser
percibida y comprendida como la Belleza de
toda la Belleza, el Amor de todo el Amor y lo Más
Alto de lo Alto, sólo con que la conciencia cambie
profundamente y pase del nivel normal de
percepción cotidiana (el plomo) a un nivel sutil
de percepción (el oro), de manera que cada
objeto se perciba con la forma arquetípica
perfecta, contenida dentro del Absoluto.
La percepción de la perfección eterna de
todo en todos los lugares es lo que constituye la
Redención Universal. La alquimia es un arco iris
que atraviesa el abismo que existe entre el plano
terrestre y el celestial, entre la materia y el
espíritu. Al igual que el arco iris, puede parecer
que está a nuestro alcance, pero si se corre tras
ella con el único objetivo de encontrar una
montaña de oro, se alejará. Es allí donde se han
perdido los buscadores ambiciosos de poderes
mágicos, y de hecho con esa finalidad la
imaginería alquímica ha ocultado la verdad de
diferentes maneras.
La ciencia de la alquimia, sagrada,
secreta, antigua y profunda, también de
nominada arte real o sacerdotal y filosofía
hermética, esconde tras textos esotéricos y
emblemas enigmáticos las vías para penetrar en
los secretos más profundos de la naturaleza, de
la vida y la muerte y de la unidad, la eternidad y
153
el infinito. Y aquí reencontramos al Athanasius
Kircher que hemos descrito más arriba.
A la vista de tales secretos, el de fabricar
oro tiene, relativamente, poca importancia; se
podría comparar con los superpoderes (siddhis)
que a veces consiguen los grandes yoguis; estos
poderes no se buscan por el valor que en sí
tengan, son importantes productos secundarios
que resultan de alcanzar un alto nivel espiritual
y que incluso implican una suerte de tentación
final para el anhelo enfermizo del Ego por
poseer.
Empezaremos, por lo tanto, fijándonos en
qué era realmente lo que los alquimistas
pretendían conseguir. «La alquimia no es
simplemente un arte o una ciencia que enseñe a
realizar la transmutación de unos metales en
otros, sino más bien una ciencia sólida y
verdadera que enseña a conocer el centro de
todas las cosas, lo que en el lenguaje divino se
llama el Espíritu de la Vida.» (Pierre-Jean Fabre,
Les Secreis chymiques, París, 1636.)
Y otro texto: La Gran Obra consiste, por
encima de todo, en que el hombre se cree a sí
mismo, es decir, que domine total y
absolutamente sus facultades y su futuro; es
especialmente la completa emancipación de su
voluntad lo que le asegurará el dominio sobre
Azoth y la región de Magnesia; en otras palabras,
el control absoluto del Agente Mágico Universal.
Este Agente, al que los antiguos filósofos
154
disfrazaron con el nombre de Materia Primera,
determina las formas que muestran las sustancias
modificables; a través de él, podemos muy bien
llegar a la transmutación de los metales y a la
Medicina Universal Eliphas Levi
Transcendental Magic, Londres.)
El Adepto (adeptus, «el que ha
conseguido» el Don de Dios) recibiría entonces
la triple corona de la Iluminación: Omnisciencia,
Omnipotencia y Gozo del Amor Divino Eterno.
Pero muchos son los llamados y pocos los
elegidos; hay que reconocer que dentro de esta
minoría muy pocos han conseguido alcanzar el
último objetivo. Los que sí lo han hecho
constituyen la Hermandad de la Luz y están
Vivos.

Ideogramas y lenguaje cifrado, el museo


hermético
Existe todo un mundo de imágenes
profundamente ancladas en la memoria del
hombre moderno y que se relacionan con la
Alquimia. Pero no se encuentran en
publicaciones accesibles al gran público, sino
sepultadas en manuscritos y grabados antiguos.
Ya que la finalidad era guardar este
conocimiento arcano de los inescrupulosos.
Allí están las eternas salas de Los el
profeta de la imaginación, salas repletas de
imágenes arquetípicas y figuras platónicas que
rigen nuestra representación del mundo y de
155
nosotros mismos, imágenes de las que el poeta
inglés William Blake (1757 1827) dice que
reflejan todo lo que pasa en la tierra y que
cada época puede utilizarlas para acopiar
renovadas fuerzas Jerusalén 4 1820).
Algunas de esas imágenes serán reproducidas
aquí para que el que pueda entender entienda
El extraño carácter jeroglífico de estas
imágenes nos remite a la legendaria antigüedad
de su arte y a la fuente de sus sabidurías:
Hermes Trismegisto, el patriarca de la mística de
la naturaleza y de la alquimia.
Fueron los colonizadores griegos en
Egipto, en la Antigüedad tardía, quienes
identificaron a uno de sus dioses, Hermes (lat.
Mercurius), mensajero alado y conocedor del
arte de curar, con Thot, el tres veces grande
del antiguo Egipto. Thot era el dios de la
escritura y de la magia, siendo venerado, al igual
que Hermes, como «psicopompos», como guía
de las almas en los infiernos.
La figura de Hermes Trismegisto se
asoció también a un faraón legendario que
supuestamente había dotado al pueblo egipcio
de 30.000 volúmenes que contenían todos los
conocimientos naturales y sobrenaturales, entre
ellos la escritura jeroglífica. Fue una especie de
Moisés de los alquimistas, pues había
transmitido los mandamientos divinos de su
arte en la Tabla de esmeralda Esa Tabula
smaragdina hoy día datada entre los siglos V) y
156
VIII de nuestra era, andaba por el occidente
cristiano, a partir del siglo XIV, en traducciones
del árabe.
Desde entonces apenas volvió a haber un
alquimista, ni operativo ni especulativo, que no
se esforzase en hacer concordar sus
conocimientos con el texto lapidario de estas
doce tesis:
Es verdadero, verdadero, sin duda y cierto:
Lo de abajo se iguala a lo de arriba, y lo de arriba
a lo de abajo, para consumación de los milagros
del Uno.
Y lo mismo que todos las cosas vienen del Uno, por
la meditación sobre el Uno, así todas las cosas han
nacido de esa cosa única, por modificación.
Su padre es el sol, su madre la luna, el viento lo ha
llevado en su vientre; la tierra es su nodriza.
Es el padre de todas las maravillas del mundo
entero. Su fuerza es orbicular, cuando se ha
transformado en tierra.
Separarás la tierra del fuego, lo sutil de lo
grosero, suavemente y con gran entendimiento.
Asciende de la tierra al cielo y vuelve a descender
a la tierra, recogiendo la fuerza de las cosas
superiores e inferiores.
Tendrás toda la gloria del mundo, y las tinieblas
se alejarán de ti.
Esta es la fuerza de fuerzas, pues vencerá todo lo
sutil y atravesará lo sólido.
Así se creó el mundo.

157
He aquí la fuente de las admirables
transmutaciones y aplicaciones indicadas aquí.
Por eso me llaman Hermes Trismegisto, porque
poseo las tres partes de la sabiduría universal

De Hermes, mensajero de los dioses,


deriva la hermenéutica, la ciencia de la
interpretación de textos, que según el autor del
Libro de la Santísima Trinidad primer
texto de alquimia en lengua alemana, tiene una
cuádruple vertiente: natural, sobrenatural,
divina y humana. En los códices de sus más
eminentes representantes, la literatura
alquimista despliega un lenguaje
extraordinariamente sugestivo, rico en
alegorías, analogías y alusiones, un lenguaje que,
gracias sobre todo a la mediación de los escritos
teosóficos que Jacob Boehme, ha ejercido una
profunda influencia en el romanticismo (Blake,
Novalis), en el idealismo alemán (Hegel,
Schelling) y en la literatura moderna (Yeats,
Joyce, Rimbaud, Brecht, Breton, Artaud).

158
18
Alquimia y ocultismos

Numerosos eran quienes, incluso en el


seno de la propia corporación, criticaban la
lengua oscura de los alquimistas Y lo que ellos
mismos nos revelan sobre sus medios de
expresión, no parece facilitar más las cosas:
Cuando hablábamos abiertamente no decíamos
(en realidad) nada. Pero cuando escribíamos en
lenguaje cifrado y en imágenes, ocultábamos la
verdad Rosarium philosophorum ed
Weinheim, 1990)
Entre los muchos simpatizantes de la
invisible hermandad luterana se encuentra
Lucas Jennis, editor del primer «Musaeum
Hermeticum», publicado en Francfort en 1625.
Aunque esta compilación de tratados no hace
honor a su título en lo referente al número de
ilustraciones, contiene al menos algunos
magníficos aguafuertes de Mathaeus Merian
(1593 1650).
No obstante, un año antes y bajo el título
de Viridiarium Chymicum o Chymisches
Lustgärtlein» (Hortulus Hermeticus), Jennis

159
había publicado una colección de ilustraciones
alquímicas provenientes de sus archivos. Cada
uno de esos motivos iba acompañado de versos
salidos de la pluma de Daniel Stolcius von
Stolcenberg, discípulo del médico paracelsiano
Michael Maier (1568 1622). Maier había sido
médico de cabecera de Rodolfo )) llamado el
(ermes alemán en cuya corte de Praga se
congregaban los más ilustres representantes de
las ciencias ocultas de la época.

Gnosis y Neoplatonismo
El historiador de arte Aby Warburg,
cuyos trabajos interdisciplinarios a comienzos
del presente siglo lo convirtieron en un
innovador en este campo, veía en la Alejandría
del fin de la Antigüedad la encarnación del
oscurantismo y de la superstición.
Allí, en aquel lugar que fue, en pleno
feudo egipcio, el antiguo centro de la cultura
griega universal, crisol de pueblos, mercado de
colonizadores griegos y romanos, egipcios y
judíos, convergen los hilos de las disciplinas que
forman el grueso de la filosofía hermética:
alquimia, magia astral, cábala. Bajo los términos
de gnosis y neoplatonismo se esconden sistemas
sincréticos, híbridos, remendados de filosofía
helénica, de religiones orientales y de cultos a
misterios que se complementan e influencian
mutuamente.
160
El animismo caracteriza tanto la gnosis
como el neoplatonismo; en ambas doctrinas se
encuentran numerosas entidades demoníacas y
angélicas, cuyo poder e influencia determinan el
destino del hombre.
Gnosis quiere decir conocimiento, y el
gnóstico pasa por varios estadios de la
conciencia. El primer conocimiento fundamental
es la buena nueva de que el fondo del propio ser
humano tiene naturaleza divina: el alma aparece
como rayo de luz divina. La segunda noticia, la
mala nueva, se refiere al «horror de la
situación»: ese rayo de luz es prisionero de los
poderes tenebrosos, está confinado en el exilio
de la materia, encerrado en la mazmorra del
cuerpo, los sentidos corporales lo engañan, los
astros demoníacos lo mancillan y embrujan,
para impedir su retorno a la patria divina.
Bajo la influencia del dualismo mazdeísta
(Zoroastro) y platónico, la visión del mundo
gnóstico presenta una dolorosa sima entre
mundo interior y mundo exterior, entre sujeto y
objeto, entre espíritu y materia.
Fue Aristóteles quien, en el siglo IV a.C.,
había formulado esta dicotomía y le había dado
un carácter cósmico, dividiendo radicalmente el
universo en cielo etéreo, eterno, y una región
sublunar y transitoria. Este modelo, que fue
asumido casi sin modificaciones por Claudio
Ptolomeo (hacia 100 178 d. C.), el agnóstico de
Alejandría, se destacó sobre los espíritus
161
durante dos milenios, aniquilando cualquier
visión monista del mundo.
Al pleroma, a la plenitud espiritual del
mundo de luz divino, se opone en la gnosis, de
repente, el kenoma, la vida material del mundo
de las apariencias. La ingrata tarea de la
creación le cae en suerte a un Dios creador que
asume los rasgos despóticos del Jehová del
Antiguo Testamento, y que en su acción se
vuelve contra el Dios de la luz y de la bondad,
contra el «Padre desconocido». Es el demiurgo;
en otras palabras, el artista o el maestro de
obras. Mientras que en el mito platónico de la
creación, el «Timeo», el demiurgo (Platón aún lo
llama «poeta») forma a partir del mundo de las
ideas un cosmos de proporciones armoniosas
bajo la forma de un organismo animado que
contiene «todos los seres mortales e
inmortales», el demiurgo de la gnosis origina un
horrible caos, crea un mundo desnaturalizado e
incompleto. Un mundo que la alquimia pretende
mejorar por medio del «arte», creando un nuevo
orden o modificando el ya existente.

Alquimia y mitos gnósticos


En muchos mitos gnósticos, se atribuye al
hombre una responsabilidad creadora: para
curar el organismo enfermo del mundo, es
preciso devolver el rayo de luz divino, el oro
espiritual, a su patria celestial, pasando por las
siete esferas planetarias del cosmos ptolemeico.
162
A la esfera de Saturno, la más exterior,
corresponde «la sucia vestidura del alma», el
plomo, metal grosero. Para franquear esa esfera,
es necesario pasar por la muerte del cuerpo y la
putrefacción de la materia, condición previa de
la transmutación. El alma tendrá que atravesar
las esferas de Júpiter (cinc), Marte (hierro),
Venus (cobre), Mercurio (mercurio), Luna
(plata) y Sol (oro).
La gnosis partía de la tesis de que los
diferentes metales correspondían a diversos
estados o estadios de madurez o de enfermedad
de una sola materia primera en su camino hacia
la perfección: el oro. Para facilitarle el paso por
las siete puertas de los espíritus planetarios,
había que estar en posesión de la gnosis, del
conocimiento de las prácticas de la magia astral.
Los neoplatónicos encajaban las
diferentes tesis, a veces divergentes entre ellas,
que su maestro había expuesto dialécticamente
en sus diálogos, en el estrecho corsé de un orden
del mundo piramidal y escalonado. En una
especie de escala de sonidos descendente, el
universo surge de la plenitud del Uno, del bien, y
actúa los intervalos de las leyes de la armonía
que se remontan a Pitágoras (s. VI a.C.) y a su
teoría de la armonía de las esferas. El conflicto
interno de los gnósticos era ajeno a los
neoplatónicos, que interponían una serie de
instancias mediadoras entre los dos polos de la
filosofía de Platón: el mundo de ideas
163
inmutables y arquetipos celestes y el mundo
mudable y perecedero de las imágenes
terrestres. Al igual que el ser humano, el mundo
pequeño de éste (microcosmos) estaba formado
de tres partes, el cuerpo, el alma y el espíritu; la
región astral tenía un alma, el alma del mundo.
Las ideas habitan las regiones superiores y
trascendentes del intelecto divino, reflejándose
e imprimiéndose sus «signaturas» eternas en las
cosas de abajo, materiales y mortales, por influjo
de los planetas.

Los ocultistas del Renacimiento


Pero en el Renacimiento la tradición
alejandrina brotó con renovadas fuerzas:
Marsilio Ficino (1433 1499), el principal
representante de la Academia Platónica
florentina, traducía en 1463, por orden de
Cosme de Médicis, un compendio de catorce
tratados gnóstico-neo platónicos de los
primeros siglos del cristianismo. Este
compendio, que se atribuía a Hermes, «el tres
veces grande», era conocido bajo el título de
Corpus (ermeticum La impresión profunda
que causó este «corpus» en el mundo del
humanismo se explica por el hecho de que
parecía transmitir, aun estando impregnado de
ideas mágicas, la pretendida sabiduría de los
misterios antiguos en el estilo del Nuevo
Testamento, es decir, con un espíritu cristiano.

164
Y el hecho de que los textos evocaran una
ciencia antigua y secreta de los hebreos, la
cábala, tal cual la había expuesto Pico della
Mirandola (1463 1494), amigo de Ficino, no
hizo más que reforzar la creencia de que existía
una prisca sapientia de espíritu totalmente
cristiano. (La cábala de fundamento alejandrino,
como la conocemos ahora, surgió en los siglos
XII y XIII en el sur de Francia y en España.)
Los efectos de la conciencia gnóstica
sobre la vida espiritual en Europa son tan
complejos y omnipresentes, que es difícil
evaluarlos en toda su extensión: el hombre del
«Corpus Hermeticum», que participa del genio
creador de Dios, cuadra de maravilla con el ideal
del hombre renacentista, que comienza a
liberarse de las ataduras del cosmos gradual del
medioevo para penetrar en el centro del devenir
universal.
El rayo de luz gnóstico que, prisionero de
las tinieblas de este mundo, aspira al
conocimiento de Dios, se refleja en la lucha
solitaria del alma protestante por alcanzar la
salvación. La ortodoxia luterana ha conseguido,
a lo largo de los siglos, borrar de su memoria
todos los intentos de reforma, provenientes de
sus propias filas, basados en la alquimia y la
cábala, ya que dichos intentos se oponían al
«cristianismo amurallado y a la letra de la fe».
Pero la huella dejada por estas fuerzas
visionarias del siglo XVII (como las de Weigel,
165
los Rosa-Cruz o los partidarios de Boehme), en
la mística anglicana, en las corrientes pietistas
del siglo XVIII y en el idealismo alemán, de
orientación protestante, ha sido profunda.
William Blake ve con toda razón el
demiurgo de la gnosis en el Dios deísta de la
Ilustración creyente en el progreso, un Dios que
emprende la huida después de haber puesto en
marcha la rueda de la creación y haberla
abandonado a su curso disparatado. Se imponía
la noción de un mundo perfecto, necesitado de
mejora, para que pudiera desarrollarse el
moderno espíritu científico. Es interesante
constatar que son los pensadores gnósticos
como Paracelso y Boehme quienes pueden
trazar la imagen de una naturaleza divina
surgida de la materia sombría, inspirando así el
culto del romanticismo a la naturaleza.
Pocos alquimistas tenían conocimiento
del Corpus (ermeticum Pero todos ellos
asociaban a Hermes con la imagen aportada por
la Tabla de esmeralda, y con el principio
húmedo, «mercurial», del «comienzo y del fin de
la obra En la veneración de esta agua divina
se encuentran las aguas superiores y
pneumáticas de la gnosis que en los textos
griegos de los albores de la alquimia
desembocan en las tinieblas de la materia,
evocando así el descenso del Cristo gnóstico
para despertar de su letargo a los cuerpos
muertos de los metales.
166
En dichos textos se abordan los ritos del
desmenuzamiento y resurrección de los metales,
que recuerdan el mito egipcio de Osiris, así
como los cultos órficos y dionisíacos
perpetuados en nuestros días en el rito
masónico. Mircea Eliade, especialista en temas
de religión, habla de la noción de «complejidad y
del drama en la vida de la materia» propia de la
antigua práctica metalúrgica de los egipcios y
del área cultural de Mesopotamia; sólo después
de «conocer los misterios greco-orientales»
podemos tener una idea cabal de las imágenes y
visiones que los conforman. (Herreros y
alquimistas, París 1956)

Químicos y alquimistas
La distinción exacta entre materia
orgánica e inorgánica era desconocida entonces.
Por ese motivo, el proceso de transmutación se
representaba como una especie de
fermentación, durante la cual ciertos metales
podían transmitir sus propiedades, como una
encima o levadura.
Pero la alquimia, tal cual llegó al
Occidente cristiano después de pasar por
España en los siglos XII y XIII, es infinitamente
más rica y misteriosa de lo que sugieren los
textos de alquimistas de comienzos del período
alejandrino. Si se quiere hacer honor a toda la
complejidad del «real arte», hay que recurrir al
167
esquema ternario tan socorrido por los filósofos
herméticos: el alma de la alquimia se situaría en
Alejandría; su corpus, sus innumerables
prácticas empíricas, su saber técnico, los
criptogramas, las máximas y las imágenes
alegóricas, encuentran su continuación en los
árabes. Su espíritu, por último, está
estrechamente ligado a la filosofía de la
naturaleza griega, cuyos fundamentos teóricos
fueron sentados en el siglo V a.C.
Puede que su aportación a las ciencias
sea exigua; pero a la vista de la extraordinaria
plasticidad de formas con que ha sabido revestir
la cultura isabelina, sobre todo los dramas de
Shakespeare, contribuyendo enormemente a su
mejor comprensión, merece el rango en la
historia del arte que hasta ahora se le ha negado.
(Debo a Dietrich Donat la noticia, debidamente
documentada, de que Fludd entregó a la
imprenta de Bry dibujos muy exactos y
detallados.)
En las generaciones siguientes, el mayor
competidor de Fludd, proveniente esta vez de la
Contrarreforma, sería nuestro sabio jesuita
Athanasius Kircher (1602 1680). Sus
conocimientos enciclopédicos sobrepasaban con
mucho los de Fludd en todos los campos. Sabio
universal, Kircher pasa por fundador de la
egiptología, y hasta el advenimiento de
Champollion, su interpretación simbólica de los
jeroglíficos era indiscutida.
168
19
El retorno del códice
Voynich

Tal vez sea el momento, a propósito del


famoso códice Voynich (citado al inicio)
reencontrarnos con Athanasius Kircher. La
historia de este códice sigue llena de misterios.
Para unos, este extraño libro es una falsificación
del siglo XX realizada hace ahora un siglo por el
mismo Voynich. Para otros, fue falsificado hace
varios siglos, en el siglo XVI, para sacarle dinero
al ingenuo emperador Rodolfo II. Y una tercera
posibilidad, es que algunos detractores de
Athanasius Kircher quisieran tenderle una
trampa al sabio jesuita para desprestigiarlo.
El punto de partida de nuestra historia
arranca en la corte del emperador Rodolfo II.
«Uno de los Soberanos que mayor protección
han dispensado a la Alquimia y a los sabios a ella
consagrados fue Rodolfo II de Alemania, que
subió al trono en 1576. Educado en España en la
corte de Felipe II, adquirió en este país afición a
la Astrología y a la Alquimia. Cansado pronto de
169
las arduas tareas del gobierno del Imperio, lo
confió al cuidado de sus ministros, y se encerró
en el castillo de Praga para entregarse libre y
exclusivamente hasta el fin de su vida a sus
estudios favoritos.
Algunos años antes (1584-1588) su corte
habría recibido fugazmente al matemático,
erudito, criptógrafo y espía inglés John Dee
quien, posiblemente (aunque sin ninguna
seguridad), fuese quien le hiciese entrega del
manuscrito después de haber intentado
traducirlo en vano.
El documento, según su aspecto y
contenido superficial, parecía un completo
herbario, una obra de alquimia o incluso un
tratado astrológico tardomedieval aunque
algunos detalles de los dibujos (como los
peinados) parecían acotar el período de su
elaboración entre los años 1470 y 1550 tal como
D´Imperio hizo notar acertadamente en 1976.
Tras reconocer en él un valioso
documento Voynich pidió a los más afamados
criptógrafos y especialistas de la época una
traducción de su contenido, poniendo en
circulación fotografías del documento;
desgraciadamente ninguno de ellos logró
encontrar una solución válida: en el manuscrito
se podían reconocer constelaciones (como las
Híades, Tauro y la brillante estrella Aldebarán),
aparecían diagramas astronómicos y se
representaban plantas desconocidas o
170
imaginarias, pero no había nada que aportase
pistas fiables o arrojase más luz sobre el asunto.
A la muerte de Voynich (1930) el
manuscrito pasó a ser propiedad de su esposa
Ethel Lillian quien, ajena a la controversia sobre
su contenido, lo guardó en la caja fuerte de un
banco hasta su fallecimiento en 1960. Ese año
sus albaceas lo subastaron y fue adquirido por el
librero Hans P. Kraus, quien lo puso a la venta
por nada menos que 160.000 dólares de la
época; quizá debido a que no encontró ningún
comprador (era excesivamente caro si sólo
contenía un herbario) en 1969 lo donó a la
Biblioteca Beinecke de Manuscritos y libros raros
(Universidad de Yale), en donde permanece
custodiado y puede ser admirado en la
actualidad.
Una hipótesis fundada es que el
Manuscrito Voynich no es más que un "diario de
laboratorio" (quizá incompleto, alterado
exprofeso o incluso recopilado
apresuradamente por algún motivo que ahora
desconocemos) escrito en Praga por los
ayudantes del alquimista Simón Bakalar Hájek
con posterioridad al año 1518, es consistente no
sólo con la idea que mantienen los expertos de
que fue escrito en Europa Central entre 1470 y
1550, sino que es congruente con el aparente
contenido de la obra tal como la conocemos:
plantas alquímicas alegóricas, diagramas
astrológicos o astronómicos, remedios
171
médicos/farmacológicos basados en hojas y
raíces vegetales así como bastantes recetas
¿alquímicas?

172
CONCLUSIÓN

En el pensamiento barroco europeo la


figura de Kircher llena mucho de sus campos. Su
curiosidad era universal. Dejó una larga obra
escrita sobre geología, física, el estudio científico
de lo que pudo haber sido el Arca de Noé, si es
que hubiera sido algo más que una parábola
moral, sobre China, sobre los jeroglíficos
egipcios, multitud de aparatos curiosos todos,
prácticos los menos y todo ello dentro de un
pensamiento que intentaba unir la doctrina
cristiana que profesaba con una unificación
mística donde todo pensamiento no cristiano
era un reflejo de la revelación de Dios81.
Kircher realizó en antiguo y pensó en
moderno. Forma parte de una corriente
esotérica y hermética que fructificó entre
muchos jesuitas del siglo XVII82.. Sus intentos
eran más modernos que sus logros, pero sus
planteamientos siguen siendo iluminadores. De

81 L. SEQUEIROS: Athanasius Kircher (1601-1680): ciencia


y religión en el siglo XVII. Bubok ediciones, Córdoba, 2010,
190 páginas
82 RENÉ TAYLOR (ermetism and Mystical
Architecture in the Society of Jesus". En Rudolf Wittkover
y Irma B. Jaffe (eds.), Baroque Art: the jesuit
Contribution.New York, 1972, pag. 63-97
173
la vida de Kircher nos queda una autobiografía
de su juventud hasta su edad madura), que ha
sido la base de las biografías posteriores. Nació a
las tres de la mañana el dos de mayo de 1602,
fiesta de san Atanasio, de ahí su nombre, en
Geisa. Su padre, doctor en teología poseía una
gran biblioteca que perdió en la Guerra de los
Treinta Años y enseñaba y hacía de
administrador en el monasterio benedictino de
Heiligenstadt. El último de nueve hermanos,
bastante precoz, porque su padre aparte de lo
que le comenzaron a enseñar los jesuitas en el
colegio de Fulda, le puso como profesor a un
rabino para que lo iniciara en el hebreo.
De espíritu aventurero. Cuando tenía
quince años hizo dos días de camino a un pueblo
cercano para ver una representación teatral. De
vuelta se perdió en un bosque y pasó la noche
encima de un árbol por el temor a los ladrones y
a los animales salvajes. Peligro de morir
ahogado, de ser pateado por un caballo. Escenas
juveniles que luego se convertirán en
situaciones difíciles de la edad madura.
No pudo entrar en el colegio de los
jesuitas de Mainz, pero fue admitido como
novicio en el colegio de Paderborn. En 1620
termina el noviciado y comienza a estudiar
filosofía. Los azares de la Guerra de los Treinta
a'ñ'os interrumpen su formación. En 1621el
Duque Christian de Brunswich se acerca con sus
tropas a Paderborn. Kircher y dos estudiantes
174
más se escapan de la ciudad. Otros jesuitas
fueron hechos prisioneros y ahorcados. Kircher
y sus compañeros pasan tres días huyendo bajo
la nieve y el barro, sin alimentos y sin dinero. Un
católico amigo los ayuda y pueden llegar al
colegio de jesuitas de Münster donde se les dice
que continúen su viaje hasta Colonia. Al llegar a
Düsseldorf y pasar el Rhin helado, a Kircher se le
rompe el hielo y se hunde en la corriente helada.
Sus compañeros lo dan por muerto. Logra nadar
contra corriente y llegar al otro lado del río y
después de caminar tres horas por la rivera llega
al colegio de jesuitas de Neuss y de allí a Colonia.
Continúa los estudios de filosofía y en
1623 lo trasladan a Koblenza para estudiar y a la
vez enseñar griego. No sabemos que pudo pasar,
si temor de los superiores ante aquella mente
inquieta o envidia de compañeros, lo cierto es
que se le destina al humilde colegio de
Heiligenstad.
Para llegar allí tiene que pasar por una
región protestante. Kircher se niega a ocultar su
condición de católico cambiando de traje y
mantiene la sotana. Lo apresa un grupo de
soldados. Lo desnudan y están dispuestos a
ahorcarlo, pero uno de ellos se apiada de su
juventud, le devuelve la ropa y los libros, le da
hasta dinero y le permite marcharse libre. En
Heiligenstadt enseñará hebreo, sirio y
matemáticas. También se dedicará a la
fabricación de artilugios para producir efectos
175
maravillosos. En una visita al colegio del Obispo
Elector de Maiz, Kircher presentó algunos de sus
invenciones. El Obispo Elector quiso llevárselo a
su corte en Aschaffenburg, para que hiciera un
estudio sobre su territorio y construyera
aparatos curiosos.
En tres meses hizo todo el trabajo y
publicó su primera obra sobre magnetismo, Ars
Magnesia (1631). Muere el Obispo Elector y
Kircher es destinado al colegio de Mainz para
estudiar teología. Kircher consigue un telescopio
para poder observar las manchas solares. Parece
ser que el Rector le aconsejó que limpiara bien
los cristales del telescopio porque el sol no
podría tener manchas. Aristóteles había dicha
que era el primum incorruptibile.
Ordenado sacerdote en 1628 hace el
último año de retiro y estudios, la Tercera
Probación jesuítica en Speier, enseña a
Wurzburg, pide en 1631 que lo manden de
misionero a China y no se le concede. Invade la
región el ejército protestante del rey de Suecia
Gustavo Adolfo, Kircher junto con su discípulo
Caspar Schott huye a Mainz.
Los superiores buncan un sitio más
tranquilo para este brillante estudioso. Por Lyon
se dirige a Avignon. Allí se encontrará con un
erudito protector de la cultura empeñado en
conseguir la lectura de los jeroglíficos egipcios,
Nicolaus Claude Fabri de Peiresc.

176
En Speir había visto por vez primera el
Thesaurus de Hürwart von Hohenburg, un libro
que reproducía jeroglíficos con intención
puramemte estética. Peiresc le proporcionó una
copia de las tablas de Isis que el Cardenal Bembo
pudo comprar después del Saco de Roma. Con
Peiresc comenzó Kircher los intentos de
descifrar la escritura jeroglífica, pero en 1633 se
le destina a Viena a sustituir a Kepler que había
muerto en 1631.
Peiresc protesta y envía cartas al general
de los jesuitas, al Papa Urbano VIII, al Cardenal
Berberini para modificar esta decisión. Kircher
emprende el viaje a Viena por mar para evitar
territorios protestantes, de Avignon a Marsella,
Génova, pero en ruta hacia Leghorn un temporal
le hace retroceder hasta Civitavecchia, el puerto
de Roma en 1635.
Allí, sin él saberlo lo estaban esperando
porque las cartas de Nicolau Claude Fabri de
Peiresc habían hecho su efecto y los jesuitas lo
dedicaban al estudio de los jeroglíficos. No sólo a
eso. Su curiosidad sería universal y enseñó
además matemáticas en el Colegio Romano a
partir de 1638 hasta su muerte. Con todos sus
artilugios y curiosidades hizo un museo.
Esta vida aventurera e investigadora
navegó entre la racionalidad de la formación
jesuítica y las aguas turbulentas del ocultismo.
Hemos descrito algunos de los rasgos más
sobresalientes del Kircher hermético, mago y
177
alquimista. Falta iluminar muchos resquicios
oscuros de su biografía gigantesca. Pero
creemos haber suministrado pistas para
posteriores investigaciones.
En muchas universidades languidecen
sus obras. Y en Roma están depositados muchos
documentos inéditos. Esperemos que en el
futuro salgan a la luz y se desvelen nuevas
facetas de este hombre singular el hombre que
lo sabía casi todo un gran buscador de la
verdad, aunque con frecuencia su creatividad
excesiva le llevase a puertos no deseados. Pero
el intento titánico de unificar todos los
conocimientos convergentes hacia la revelación
bíblica, anticipó en varios siglos el proyecto del
diálogo interreligioso y del diálogo entre las
ciencias (el conocimiento racional y
experimental) y la verdad revelada.

Córdoba, primavera de 2013


Leandro Sequeiros
Lsequeiros@probesi.org

178
179

Potrebbero piacerti anche