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Montevideo, Marzo del 2004

A L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.

El Templo Alquímico

Este trabajo se refiere a dos componentes; Templo y Alquimia.

Templo: proviene del latín “tenebre”, tinieblas, lugar oscuro, por ende sitio
oscuro. El templo Masónico es una réplica al de Salomón, confeccionado por
inspiración Divina. Los planos se los entregó su padre David y tiene gran
similitud, al antiguo Tabernáculo de los Hebreos.

Alquimia: del árabe Al-Khemi, tierra negra, en griego Kimia, aunque


etimológicamente tiene el mismo origen que la Química no hay relación entre
las dos, ni una nació de la otra, tienen historias muy diferentes. Mientras la
Química nace en la Revolución Industrial como forma de cuantificar y estudiar
sustancias para el beneficio del nuevo desarrollo que iba ganando al mundo.
La Alquimia es anterior y tiene un carácter totalmente espiritual.
Las teorías de Alquimia provienen de Asiria, donde los Caldeos la ensañaban
en sus escuelas esotéricas y también en las escuelas iniciáticas de Egipto.
A la Alquimia se debe el descubrimiento de cuerpos simples y no por
casualidad, sino luego de pacientes y laboriosas investigaciones.
Sustentaba la Alquimia la afirmación de que todos los cuerpos eran derivados
de una materia única y primordial, animada por una vida única y universal.

La Tabla Esmeralda de Hermes Trimegisto es citada con gran frecuencia por


los antiguos Alquimistas, que la consideraban como la Piedra Angular de la
Alquimia, por su antigüedad y origen legendario.
Eliphas Levi dice “que es toda la magia escrita en una sola página, ella dice:
“es real y sin mentiras, cierto y muy verdadero, lo que está abajo es como lo
que está arriba y lo que está arriba es como lo que está abajo, para hacer los
milagros de una sola cosa.
Su padre es el Sol, su madre la Luna, el Viento lo ha llevado en su vientre, la
Tierra es su nodriza.
Separaras la Tierra del fuego, lo sutil de lo espeso, suavemente con gran
industria.
El que sube de la tierra al cielo y enseguida baja, recoge la fuerza de las cosas
superiores e inferiores, así tendrás toda la Gloria del mundo, por eso toda
oscuridad se alejará de ti.”
Tenemos en nuestros misterios los 4 elementos que encontramos en las
pruebas simbólicas de la iniciación, solo aquel que pasó por ellas, lleva consigo
las llaves para abrir las Puertas de la Alquimia.
El Alquimista debe conseguir cumplir la Gran Obra (magnun Opus) y la primera
tarea consiste en la búsqueda de la materia prima. Esconde en su corazón, el
oro de los Filósofos y el Mercurio de los Sabios.
La obra debe realizarse en Primavera, Aries, Tauro o Géminis (hemisferio
Norte) preferentemente en Aries, el Carnero y consiste en lograr encontrar la
Piedra Filosofal.
El Alquimista trabaja con los metales, su transmutación es la base de la
Alquimia, o sea partiendo de un metal inferior como el Plomo se debe llegar al
Oro, el Sol de la materia.
Esta transformación de un metal no noble en puro metal, o sea Oro, no es más
ni menos que nuestro Arte Real.
El Alquimista trabaja en su laboratorio, término compuesto por “labor” y
“oratorium” o sea debe trabajar y meditar, nosotros los Masones trabajamos y
reflexionamos en Silencio,.
El Alquimista está acompañado por la presencia de Dios, “ sin Luz no hables de
Dios”, a los Masones nos acompaña el G.·.A.·.D.·.U.·.

Si hablamos de Alquimia debemos nombrar al;

Azufre – Sal – Mercurio, Padre – Hijo – Espíritu Santo, Espíritu –Cuerpo –


Alma

En nuestro Templo:

Azufre columna J – Mercurio Columna B,


Azufre Masculino – Mercurio Femenino
Azufre Solar _ Mercurio Lunar

El Rey Rojo (rosa Roja) Azufre de los Sabios, se reúne con el Fuego del Amor
(la Sal) y se casa con la Reina Isis o Mercurio (Rosa Blanca).

QQ.·.HH.·. Este trabajo desmenuza una pequeña parte de la Alquimia, fundido


en la simbología del templo.
La transmutación espiritual que debemos tener, está en nuestro Templo interior.
Ese Arte Real de desbastar la Piedra Bruta está en franco paralelismo con la
alquimia. Esa transformación tan necesaria para subir por la escalera de los
metales empezando por el Plomo, Hierro, Estaño, Mercurio, Cobre, Plata,
finalizando en Oro.
Decir que cada metal recién nombrado tiene un correspondiente color y un
Planeta. Solamente descifraremos al Cobre, en la Alquimia mental corresponde
a Venus y es símbolo de sensualidad y deseo en sus más mezquinas
manifestaciones. Este Amor es el que corrompe y arruina la Sociedad.
Pero sublimado, el Amor se convierte en el atributo más fecundo de nuestro
magisterio, el sentimiento que más ennoblece y hermoso de la Vida.
Ese Cobre sublimado es lo más glorioso y positivo de nuestra condición
humana, cumbre del altruismo, del sacrificio y el valor.
El templo Alquímico es un Crisol, es el vaso donde se purifican los metales.
Dichos metales son como una escalera ascendente y descendente entre la
tierra y el cielo, en cada peldaño que se asciende, significa un estado más
perfecto, más puro que los precedentes, constituyendo las etapas necesarias
para lograr el fin de la Obra, la obtención de la Piedra Filosofal, el acceso de la
Sabiduría.
Sepamos observar nuestro Templo Masónico cargado de mensajes Alquímicos
y trasladarlos a nuestro interior para nuestra perfección y así nos acercarnos
más al G.·.A.·.D.·.U.·.
Rezan las escrituras Alquímicas:

TRANSMUTEMINI, TRANSMUTEMINI DE LAPIDIBUS


MORTUIS, IN LAPIDES VIVOS PHILOSOPHICOS.

TRANSMUTAOS, TRANSMUTAOS DE PIEDRAS


MUERTAS, EN VIVAS PIEDRAS FILOSOFALES.

Ricardo Bellido
2º Vig.·.
Log.·. Fénix Nº 69

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