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La dieta Smart es
una dieta de bajo
índice glicémico
que consta de 4
niveles. Del 0 al
2, la dieta Smart
lleva a la pérdida
del peso excesivo.
El nivel 3 es de
mantenimiento.
Durante el nivel 0
(arranque), se
pueden comer todo
tipo
de vegetales (50%)
y proteínas
saludables (50%),
evitando frutas, legumbres, pan, pastas, carnes rojas o pescado azul.
Partiendo de que se
engorda porque se
consumen más calorías de
las necesarias, la doctora
Reina García, creadora de
la dieta Smart, propone lo
que ella denomina "La
tríada del éxito" (dieta,
actividad física y
relajación).
Es decir:
Antes de cada
comida y de cada
cena del nivel 0 al
nivel 2, la dieta
Smart propone
que se tome un
vaso de caldo
vegetal. Este
caldo deberá
estar elaborado
con los siguientes
ingredientes:
1.-
Combinar proteínas y carbohidratos,
ingiriendo 1/3 de proteínas en cada
una de las tres comidas principales.
La idea es dividir el
plato en dos mitades.
Una mitad debe
llenarse de verduras y
frutas (2/3 partes
de verduras y
hortalizas, 1/3 parte
de frutas).
-Usar aceites
vegetales (oliva, soja,
girasol…) tanto en cocina
como para aliñar ensaladas,
de modo que
complementarían el Healthy
Eating Plate. Con ello,
propone limtiar el uso de
grasas animales como la
mantequilla.
https://www.vitonica.com/dietas/un-nuevo-plato-para-ensenarnos-a-lograr-una-alimentacion-
saludable
La dieta Montignac, una dieta de bajo índice
glicémico
La dieta Montignac es un método de adelgazamiento y
mantenimiento del peso creado por el francés Michel Montignac,
uno de los primeros que empezó a basarse en alimentos de
bajo índice glucémico para establecer las pautas alimenticias de
su método.
Alimentos prohibidos
La dieta de los 31 días
básicamente, en sus
primeras fases,
elimina hidratos de
carbono porcedentes
de cereales (pasta, arroz,
maíz, etc.) o de fécula
(patata), así como
legumbres (alubias, garbanzos, lentejas) y hortalizas de alto
índice glucémico.
Una dieta anti-inflamatoria es una dieta con un bajo contenido de alimentos pro-
inflamatorios, como las grasas trans, por ejemplo, y un alto contenido en alimentos
anti-inflamatorios, como las verduras o los ácidos grasos esenciales omega 3, entre
otros.
Pero existe también una inflamación subclínica, latente, que no da la cara, no molesta
mucho, se produce en el interior del organismo y provoca diversos síntomas que
genera una alteración de la estructura y la función. Y hoy sabemos que es la base
común de la mayoría de enfermedades crónicas: ateroesclerosis, cardiopatía,
procesos neurodegenerativos (distintos tipos de demencia, esclerosis múltiple),
algunos tipos de cáncer (mama, colon, próstata), dolores articulares, procesos
reumatológicos como la artritis reumatoide, alteraciones intestinales como la
enfermedad de crohn o la colitis ulcerosa, eccemas cutáneos…
Los alimentos de alto índice glucémico, las grasas trans o parcialmente hidrogenadas,
y los aceites vegetales quemados o los alimentos tostados o asados en barbacoa son
alimentos pro-oxidantes, que dan lugar a la producción de estos compuestos
altamente reactivos.
Una dieta con escasa (o mejor nula) presencia de esos alimentos y con una mezcla
variada de alimentos ricos en antioxidantes puede protegernos frente a las lesiones
inducidas por los radicales libres. Y esto es una dieta rica en colores, que vienen dados
por los pigmentos antioxidantes de los alimentos:
el licopeno del rojo de la sandía o las fresas;
los carotenoides naranjas de la zanahoria, las naranjas, la calabaza o el
boniato;
la luteína y la quercetina del amarillo del maíz o las manzanas;
la clorofila del color verde de las espinacas, la lechuga, los guisantes, las
alcachofas o el brécol;
y las antocianinas del color morado de las moras, los arándanos y la piel de las
berenjenas.
También son antioxidantes los alimentos ricos en selenio, presente en los cereales
integrales, el pescado, las legumbres y los frutos secos.
Otro mecanismo por el que la dieta repercute en el nivel de inflamación del organismo
es el efecto en los niveles de insulina y glucosa: existe una estrecha correlación entre
una carga glucémica elevada y el aumento en las concentraciones de uno de los
marcadores de inflamación, la proteína C reactiva (PCR). Un buen ejemplo de esto es
la constatación de que las personas con diabetes mellitus tipo 2 normalmente tienen
una elevación de marcadores de la inflamación en sangre previo al desarrollo de la
enfermedad.
El tercer mecanismo es la presencia de componentes específicos en los alimentos
que afectan directamente a las reacciones químicas inflamatorias:
Alimentos ricos en precursores de moléculas pro-inflamatorias, como los ácidos
grasos omega 6: grasas trans, aceite de maíz, crema de cacahuete, la leche de vaca
de producción industrial, la carne y la grasa procedente de animales que son criados
en condiciones de explotación masiva.
Determinados alimentos contienen componentes que reducen la inflamación. Por
ejemplo:
La curcumina de la cúrcuma suprime la expresión de la ciclooxigenasa-2, un
mediador de la inflamación;
La miristicina de la nuez moscada inhibe la liberación de TNF-alfa.
Los ácidos grasos esenciales omega 3, que poseen un efecto más beneficioso
en la regulación de la inflamación. La mejor fuente de omega 3 es el pescado
salvaje de aguas frías de tamaño pequeño o mediano. Debe evitarse el
consumo de pescado criado en piscifactoría, alimentado con harina de maíz,
que lleva cantidades bajas de omega 3 y altas de omega 6. Otras fuentes de
omega 3 son las semillas de lino, los frutos secos (en particular, las nueces),
las verduras de hoja verde, las algas y las semillas de cáñamo.
¿Cómo se hace una dieta anti-inflamatoria?
El prototipo es la dieta mediterránea: mayor ingesta de frutas, verduras, legumbres,
pescado, carne de ave, granos integrales, semillas, frutos secos y aceite de oliva.
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dieta antiinflamatoriaMenú antiinflamatorio: siéntete mejor en 7 días
6 ALIMENTOS ANTIINFLAMATORIOS
Está claro que si dormimos las horas que necesitamos, dejamos de fumar si es que
lo hacemos, empezamos a practicar deporte y comemos mejor, experimentaremos
un efecto antiinflamatorio.
Todos estos hábitos son parte de la filosofía Come Limpio que nos ayuda a
deshacernos de toxinas y tiene propiedades antiinflamatorias.
Algunos alimentos que te recomiendo integrar y en abundancia en tu alimentación
son:
1. CÚRCUMA
Se ha demostrado que la cúrcuma tiene grandes propiedades antiinflamatorias, por
eso la llaman el Ibuprofeno natural.
2. SEMILLAS DE LINO Y CHÍA
Estas semillas son una muy rica fuente de ácidos grasos omega-3 con efecto
antiinflamatorio en nuestro cuerpo.
4. CRUCÍFERAS
Las crucíferas, como las coles y el brócoli, son altamente antioxidantes y con
propiedades depurativas.
5. ALIMENTOS PROBIÓTICOS
El chucrut, el kimchi, el kefir de agua y el te kombucha nos ayudan a mejorar el
estado de nuestra flora intestinal y de nuestras digestiones provocando un efecto
depurativo y antiinflamatorio.
6 ALIMENTOS PROINFLAMATORIOS
Hay alimentos que ciertamente debemos evitar o limitar su consumo para ocasiones
especiales si no queremos crear inflamación en nuestro cuerpo. Algunos de estos
ingredientes son:
1. ALIMENTOS PROCESADOS
El cuerpo humano no tiene la capacidad de digerir y metabolizar los químicos
artificiales como colorantes y conservantes que encontramos en los “alimentos”
procesados.
4. CARNES ROJAS
Al consumir carne roja el cuerpo produce un químico llamado Neu5gc, y nuestro
cuerpo genera una respuesta antiinflamatoria contra él.
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Por eso es recomendable cocinar con la mínima cantidad de aceite como sea
posible.
Una de cada tres personas sufre hígado graso no
alcohólico, enfermedad que ha crecido de forma
alarmante en los últimos años, como consecuencia del
boom de la obesidad y el sedentarismo.
La incidencia de la enfermedad por Hígado Graso No Alcohólico es mucho más
frecuente de lo que creemos:
uno de cada tres adultos
uno de cada diez niños
Esta patología del hígado relacionada con el estilo de vida, el exceso de peso, la
hipertensión, el colesterol elevado y la diabetes tipo 2. También conocida como
esteatosis hepática no alcohólica, es una enfermedad ligada a la obesidad, aunque
también puede tener un componente genético. Según explica el hepatólogo
del Hospital Vall d’Hebron, Salvador Agustín e investigador en el Grupo de
Enfermedades Digestivas y Hepáticas del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR),
esta enfermedad provoca una “inflamación en las células del hígado, y si la
enfermedad avanza, puede causar fibrosis (acumulación de tejido cicatricial en el
hígado debido a la inflamación), cirrosis (una forma más avanzada y grave de
fibrosis) e incluso cáncer de hígado”.
De hecho, es la primera causa de trasplante de hígado y de carcinoma hepático.
Pese que a día de hoy no cuenta con una curación farmacológica, se puede prevenir
y curar, y supone “todo un reto para el sistema sanitario, ya que afecta a muchas
personas, y la mayoría no son conscientes de padecerla”.
Asintomática
Según este experto del Vall d’Hebron, “en una analítica de rutina, la elevación
de transaminasas (marcadores de daño hepático) puede despertar la sospecha del
médico. Pero, en la mayoría de los casos, esta enfermedad está sin diagnosticar y,
de hecho, muchos la califican como una enfermedad silenciosa”. A ello hay que añadir
la necesidad de diferenciar esta enfermedad en la que no está implicado el consumo de
alcohol, de la llamada Enfermedad por Hígado Graso causada por el Alcohol, mucho
menos frecuente que la primera. “Los pacientes que sufren hígado graso no alcohólico
se sienten estigmatizados y no dicen a nadie que tienen la enfermedad, porque,
tradicionalmente, la acumulación de grasa en el hígado y, sobre todo, la cirrosis, se han
asociado al consumo excesivo de alcohol”, indica Agustín.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo que predisponen a padecerla son el sobrepeso o la obesidad, la
diabetes o la prediabetes, el colesterol elevado o los triglicéridos elevados, aunque
también puede tener un componente genético. En el 20% de los casos de enfermedad
por hígado graso no alcohólico hay presencia de fibrosis y se estima que entre el 3% y
el 5% de los pacientes tienen cirrosis. En pacientes con diabetes tipo 2, hasta el 10-
15% tienen cirrosis o una pre-cirrosis. Además, esta afección se ha convertido ya en la
primera causa de cáncer hepático en países como el Reino Unido. En los casos más
graves, la única alternativa es el trasplante hepático.
El hígado es uno de los órganos más afectados por el consumo de
alcohol
En el Día Mundial Sin Alcohol, la Fundación Española del Aparato Digestivo
(FEAD) quiere recordar las nocivas consecuencias que el consumo elevado y
prolongado de alcohol tiene para la salud en general y para el hígado en
particular, y en especial alertar sobre los peligros del consumo social del alcohol
muy especialmente entre los jóvenes.
“El alcohol produce en el hígado lo que llamamos hepatopatía alcohólica, que
es un espectro de lesiones que se agrupan en tres síndromes fundamentalmente y
que además son evolutivos en gravedad y dificultad de tratamiento: la esteatosis
hepática alcohólica o hígado graso por alcohol en fase inicial, y la hepatitis
alcohólica y la cirrosis hepática alcohólica, que son etapas más graves de la
misma enfermedad” explica el Dr. José Miguel Rosales Zábal, especialista del
aparato digestivo y portavoz de la Fundación Española del Aparato Digestivo
(FEAD). Además, la cirrosis hepática puede facilitar el desarrollo de cáncer de
hígado.
En España se estima que el alcohol es el responsable del 40-50% de los casos
de cirrosis hepática, siendo así la principal causa de cirrosis. En cuanto
al cáncer de hígado, entre un 20- 50% de los cánceres de hígado que se someten
a trasplante hepático son debidos al alcohol. La gravedad y dificultad del
tratamiento de las hepatopatías viene demostrado por las bajas cifras de
supervivencia a largo plazo. Solo sobreviven más de cinco años el 58% de los
pacientes con hepatopatía alcohólica, el 49% de pacientes con cirrosis provocada
por el consumo de alcohol y el 33% de pacientes con hepatitis alcohólica sobre
una cirrosis previa.
“Los efectos nocivos del alcohol sobre el hígado vienen definidos por múltiples
factores, por un lado, relacionados por los efectos sobre el propio órgano y su
metabolismo, y, por otro lado, relacionados con la propia susceptibilidad de
cada persona, pues los daños no son iguales en todos”, añade el Dr. Rosales
Zábal.
En la fase más inicial del daño hepático, cuando se trata de hígado graso o
hepatitis leve, el abandono del alcohol evita la progresión del daño e incluso
puede revertirse. Las hepatitis agudas por el alcohol necesitan hospitalización,
tratamiento nutricional y a veces con corticoides. Sin embargo, en fases
avanzadas, con cirrosis, el daño es irreversible. En estos casos, el abandono del
alcohol disminuye, aunque no lo suprime, el riesgo de poder desarrollar un
cáncer de hígado o bien otras complicaciones de la cirrosis, como la aparición de
líquido en el abdomen (ascitis), hemorragias digestivas, encefalopatía hepática
(alteraciones del comportamiento y del nivel de conciencia), etc. El trasplante
hepático es una opción en situaciones de muy mala función hepática y siempre
que la persona no beba nada de alcohol desde hace más de 6 meses.
15 platos rápidos para
una dieta saludable
15 ejemplos de platos apetecibles en menos de 15 minutos que
son fáciles de preparar y adecuados para los que quieren seguir
una dieta saludable
7 diciembre, 2014 20:20
1. DIETA
Mer Bonilla
Noticias relacionadas
Cocina fácil para gente con poco tiempo y ganas de comer bien,
ese es el lema de Cocinillas y a lo que vamos a dedicar este post en
el que os mostraremos varios ejemplos de cómo es posible comer
bien siguiendo una dieta saludable e invirtiendo el mínimo tiempo
en cocinar.
2. Huevos revueltos
Os enseñamos a prepararlos en este post y son socorridos como
ellos solos porque nos arreglan desde un desayuno hasta una cena.
Os enseñamos dos propuestas, con ensalada y taquitos de jamón o
con unas sobras de pisto que, en esta ocasión, no tenía salsa de
tomate.
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3. Salmón a la plancha
Se prepara en 5 minutos y acompañado de verduras a la plancha
como calabacín o berenjena o de una buena ensalada y es un plato
completísimo para esos momentos en los que es imposible sacar
tiempo para recetas más elaboradas como este salmón a la
naranja.
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4. Pollo a la plancha
Pensar en dieta saludable y en pechuga de pollo a la plancha creo
que es todo uno. En este caso, plato perfecto acompañada de un
poco de ensalada y unas sobras de arroz con verduras al
pimentón.
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5. Gambones a la plancha
Tener prisa y querer llevar una dieta saludable no está reñido con
darse un capricho de vez en cuando y para eso qué mejor que un
poco de marisquito como unos gambones que se pueden
acompañar de una sopa de verduras al curry o de una ensalada
thai o una crema de verduras, en este caso, eran espinacas.
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7. Tortilla francesa
Otro clásico al que, echándole un poco de imaginación, podemos
convertirlo en un plato muy vistoso, porque una de las claves para
llevar una dieta más saludable es no caer en la monotonía y
cocinar platos que resulten apetecibles a primera vista. Yo esta
vez, he añadido unos trocitos de queso a unas sobras de espinacas
salteadas con pimiento rojo y lo he puesto como relleno de la
tortilla.
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8. Huevos a la plancha
Si la tortilla francesa no nos convence, siempre nos podemos
hacer un par de huevos, a la plancha o en el microondas y
acompañarlos de unas verduras a la plancha o al vapor que en el
microondas también se hacen en nada.
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15. Pasta
Y por supuesto que llevar una dieta saludable tampoco está reñido
con comer pasta, solo que en vez de acompañada de una grasienta
salsa industrial la acompañaremos de una carne baja en grasas
como el pavo o el pollo y una salsa a base de verduras frescas. Y
será muchísimo mejor si la pasta es integral.
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