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El ejercicio físico es una actividad recomendado para todas las personas de todas las
edades, tanto sanas como enfermas, lógicamente adaptando las pautas de ejercicio a
las necesidades, capacidades y circunstancias particulares de cada cual. Practicado de
forma habitual, el ejercicio físico tiene unos beneficios ampliamente estudiados y
demostrados.
Los beneficios del ejercicio físico afectan a prácticamente todos los sistemas del
organismo, y son adecuados tanto para prevenir como para tratar una serie de
patologías, como enfermedades cardiovasculares, diabetes y demás. Hagamos un breve
repaso a algunos de los beneficios más destacables.
1. Mente sana en cuerpo sano: El ejercicio físico estimula y cuida tu mente. En personas
mayores cada vez hay más estudios que respaldan la recomendación de practicar
ejercicio de forma habitual como medida para reducir la progresión de pérdidas a
nivel cognitivo. El ejercicio físico cuida tu cuerpo, pero también tu mente. Además,
el ejercicio, la superación, el bienestar que provoca, se asocian a mayor fortaleza a
nivel mental y a mayor motivación. El ejercicio es optimismo y superación.
2. Músculos y huesos: El ejercicio físico estimula y cuida tu sistema
musculoesquelético. El estímulo sobre el hueso lo hace más resistente, al estar más
preparado a sufrir y defenderse de estímulos intensos. Enfermedades como
la osteoporosis pueden ser prevenidas y tratadas con pautas adecuadas de ejercicio.
Además, el ejercicio ayuda a tener músculos fuertes y flexibles, reduciendo la
aparición de dolores, molestias y lesiones.
3. A nivel respiratorio: En problemas como asma o alergia, el ejercicio ayuda a
normalizar la capacidad respiratoria, reduciendo la sintomatología problemática. En
enfermedades como la fibrosis quística, el ejercicio físico es un excelente aliado para
reducir las visitas al hospital. En sujetos sanos, el ejercicio también ayuda a mantener
una buena salud del sistema respiratorio.
4. A nivel del aparato digestivo: El ejercicio físico también ayuda a normalizar
la actividad intestinal, a controlar el apetito y, en general, a mantener un estado
saludable a nivel orgánico.
5. Te ayuda en tu trabajo: Tanto si tu trabajo es activo como sedentario, el ejercicio
físico ayuda a afrontarlo con más capacidad, tanto física como mental, y reduce el
número de bajas y su duración, lo cual beneficia al trabajador y a la empresa.
6. Prevención y tratamiento: En enfermedades de tipo cardiovascular, diabetes,
sobrepeso, artrosis, algunos tipos de cáncer... El ejercicio físico (correctamente
adaptado, claro está) actúa como factor protector (a nivel preventivo) o como
tratamiento que puede ayudar a disminuir la sintomatología.
7. Te ayuda a descansar: El ejercicio diario, asociado a hábitos saludables y a una
correcta alimentación, ayuda a que el cuerpo y la mente consigan una mejor
relajación, lo cual garantiza un descanso reparador.