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¿Cómo afecta el sedentarismo a nuestra salud?

Entendemos el sedentarismo como un estilo de vida carente de movimiento o de


actividad física. Más concretamente, la Organización Mundial de la Salud define como
inactivas a aquellas personas que realizan menos de 90 minutos de actividad física
semanal.
Este mal hábito cada vez es más habitual en la población, que reduce su ejercicio físico
en el tiempo de ocio y aumenta el uso de los medios de transporte como el coche o el
autobús para los desplazamientos. Tanto es así que, según señala la OMS, al menos un
60% de la población “no realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios para
la salud”. Además, España es uno de los cuatro países más sedentarios de Europa.
Sin embargo, el hecho de que el sedentarismo sea una cuestión común a gran parte de
la población, no significa que sea positivo. Nuestro organismo necesita movimiento y el
hecho de no proporcionárselo puede acarrear importantes riesgos para la salud.
Señalamos algunos de estos peligros, destacados por la Organización Mundial de la
Salud:

 La falta de actividad física fomenta un incremento del riesgo de


padecer sobrepeso u obesidad. Este estado físico conlleva, a su vez, numerosos
peligros para el organismo y problemas de salud. La actividad física, en cambio,
nos ayuda a mantener un estado físico saludable.
 Propensión a enfermedades cardiovasculares. El sedentarismo duplica el riesgo
de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo II. También de padecer
hipertensión arterial.
 Las personas sedentarias tienen entre un 20 -30% más de posibilidades de morir
de forma prematura.
 Las mujeres sedentarias se ven más afectadas por los efectos de la menopausia.
 La vida sedentaria aumenta el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer.
 La actividad física ayuda también psicológicamente. Tanto es así, que las
personas que practican ejercicio físico de manera regular tienen menos
posibilidades de padecer depresión.
Evitar estos riesgos es sencillo. Tan solo tenemos que comenzar a practicar actividad
física, acorde con nuestras capacidades. Las mejorías se experimentan ¡tanto en el
cuerpo como en la mente!
Beneficios del ejercicio físico.

El ejercicio físico es una actividad recomendado para todas las personas de todas las
edades, tanto sanas como enfermas, lógicamente adaptando las pautas de ejercicio a
las necesidades, capacidades y circunstancias particulares de cada cual. Practicado de
forma habitual, el ejercicio físico tiene unos beneficios ampliamente estudiados y
demostrados.

Los beneficios del ejercicio físico afectan a prácticamente todos los sistemas del
organismo, y son adecuados tanto para prevenir como para tratar una serie de
patologías, como enfermedades cardiovasculares, diabetes y demás. Hagamos un breve
repaso a algunos de los beneficios más destacables.

1. Mente sana en cuerpo sano: El ejercicio físico estimula y cuida tu mente. En personas
mayores cada vez hay más estudios que respaldan la recomendación de practicar
ejercicio de forma habitual como medida para reducir la progresión de pérdidas a
nivel cognitivo. El ejercicio físico cuida tu cuerpo, pero también tu mente. Además,
el ejercicio, la superación, el bienestar que provoca, se asocian a mayor fortaleza a
nivel mental y a mayor motivación. El ejercicio es optimismo y superación.
2. Músculos y huesos: El ejercicio físico estimula y cuida tu sistema
musculoesquelético. El estímulo sobre el hueso lo hace más resistente, al estar más
preparado a sufrir y defenderse de estímulos intensos. Enfermedades como
la osteoporosis pueden ser prevenidas y tratadas con pautas adecuadas de ejercicio.
Además, el ejercicio ayuda a tener músculos fuertes y flexibles, reduciendo la
aparición de dolores, molestias y lesiones.
3. A nivel respiratorio: En problemas como asma o alergia, el ejercicio ayuda a
normalizar la capacidad respiratoria, reduciendo la sintomatología problemática. En
enfermedades como la fibrosis quística, el ejercicio físico es un excelente aliado para
reducir las visitas al hospital. En sujetos sanos, el ejercicio también ayuda a mantener
una buena salud del sistema respiratorio.
4. A nivel del aparato digestivo: El ejercicio físico también ayuda a normalizar
la actividad intestinal, a controlar el apetito y, en general, a mantener un estado
saludable a nivel orgánico.
5. Te ayuda en tu trabajo: Tanto si tu trabajo es activo como sedentario, el ejercicio
físico ayuda a afrontarlo con más capacidad, tanto física como mental, y reduce el
número de bajas y su duración, lo cual beneficia al trabajador y a la empresa.
6. Prevención y tratamiento: En enfermedades de tipo cardiovascular, diabetes,
sobrepeso, artrosis, algunos tipos de cáncer... El ejercicio físico (correctamente
adaptado, claro está) actúa como factor protector (a nivel preventivo) o como
tratamiento que puede ayudar a disminuir la sintomatología.
7. Te ayuda a descansar: El ejercicio diario, asociado a hábitos saludables y a una
correcta alimentación, ayuda a que el cuerpo y la mente consigan una mejor
relajación, lo cual garantiza un descanso reparador.

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