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IMAGINARIOS DE DESARROLLO URBANO:

ATISBOS DE COOPERACIÓN LOCAL EN UNA


METRÓPOLIS NEOLIBERAL Y COMPETITIVA1
IMAGINARIES OF URBAN DEVELOPMENT:
GLIMMERS OF LOCAL COOPERATION IN A COMPETITIVE NEOLIBERAL METROPOLIS

MATIAS GARRETON* ANDREA CASTRO* LUIS VALENZUELA *

º
Matias Garreton2
Universidad Adolfo Ibáñez
Andrea Castro3
Universidad Adolfo Ibáñez
Luis Valenzuela 4
Universidad Adolfo Ibáñez

Resumen Abstract
La ciudad y la sociedad urbana materializan en el tiem- The city and the urban society materialize in time and space
po y el espacio un sistema de relaciones de poder y de a system of power relations and mechanisms of exchange,
mecanismos de intercambio, que evoluciona a través de which evolves through changes in the collective imaginary,
cambios valóricos en el imaginario colectivo, transforma- the transformation of institutions and the material
ción de las instituciones y reestructuración material de restructuring of cities. This article proposes a theoretical
las ciudades. Este artículo propone un marco teórico que

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framework that integrates these perspectives with the
integra estas perspectivas con el objetivo de comprender
objective of understanding how contradictory urbanization
cómo se articulan procesos contradictorios de urbaniza-
processes are articulated in Chile, identifying similarities and
ción en Chile, identificando similitudes y disputas rela-
disputes related to public policies and social movements,
cionadas con políticas públicas y movimientos sociales,
desde la última dictadura hasta hoy. Este estudio integra since the last dictatorship until today. This study integrates
y extiende teorías de evolución social e institucional para and extends theories of social and institutional evolution in
problematizar la discusión de fuentes secundarias, ob- order to problematize the discussion of secondary sources,
servación participante y análisis cartográfico. La eviden- participant observation and cartographic analysis. The
cia obtenida respalda la tesis de que las transformacio- evidence thus obtained supports the thesis that recent
nes recientes en el Gran Santiago han sido tensionadas transformations in Greater Santiago have been strained by
por políticas neoliberales que han establecido incentivos neoliberal policies that have established dominant incentives
dominantes para la competencia, negando imaginarios for competition, while negating social imaginaries based on
sociales basados en un principio complementario de coo- a complementary principle of cooperation and dismantling
peración y desmantelando las estructuras de incentivos the corresponding incentive structures. We argue that this
correspondientes. Argumentamos que esta contraposi- ideological confrontation can be overcome with long overdue
ción ideológica puede superarse, para lo cual es necesa- institutional reforms, in order to generate an incentive
ria una reforma institucional que genere una estructura structure capable of fostering participatory and intersectoral
de incentivos para fomentar políticas participativas e policies, without implying the abolition of established
intersectoriales, lo que no impide que los incentivos a la incentives for competitiveness. Several participatory
competitividad ya establecidos sigan operando. Diversos
programs implemented in the last decade, which have in
programas participativos implementados en la última
common a strong urban or territorial component, have
década, que tienen en común un fuerte componente
generated relevant knowledge that could inform the design of
urbano o territorial, han generado un importante apren-
institutions capable of fostering competitive and cooperative
dizaje que podría contribuir a diseñar instituciones que
fomenten de forma más equilibrada las prácticas compe- practices in a more balanced way.
titivas y cooperativas. Keywords
Palabras clave institutional evolution; social imaginary; Greater Santiago;
evolución institucional; imaginario social; Gran Santiago; citizen participation; neoliberal urbanism
participación ciudadana; urbanismo neoliberal

REVISTA 180 · MATIAS GARRETON · ANDREA CASTRO · LUIS VALENZUELA


INTRODUCCIÓN: IMAGINACIÓN Y CAMBIO SOCIAL
La ciudad y la sociedad urbana materializan en el tiem- y documentos oficiales, a la observación participante de
po y el espacio un sistema de relaciones de poder y de los autores en diversas instancias de cooperación entre
mecanismos de intercambio, cuyas características son la academia y el sector público, a la experiencia de uno
determinadas por circunstancias históricas, geográficas e de ellos en la sección de Barrios de la Secretaría Regional
ideológicas (Castoriadis, 1987; Lefebvre, 1974). Desde una Ministerial de Vivienda y Urbanismo de la Región Metro-
perspectiva evolutiva, la trayectoria de las instituciones y politana, y al análisis geográfico del Gran Santiago.
la disponibilidad geográfica de recursos determinan en
Este argumento se desarrollará en las siguientes seccio-
gran medida los cambios que son y no son posibles en
nes. Primero, una discusión teórica acerca de la relación
función del contexto presente, entendiendo esto como un
entre imaginario social, instituciones y evolución de la
“sendero institucional”, path dependence (Mahoney, 2000).
sociedad. Segundo, una breve revisión de la teoría neoli-
En este sentido, cabe preguntarse cuáles son las condicio-
beral y de las consecuencias que su implementación ha
nes que posibilitan el cambio social estructural, amplian-
tenido en las instituciones chilenas. Tercero, un análisis
do los límites de lo que sería posible más allá de la repro-
de la influencia del ideal neoliberal de la metrópolis
ducción de tendencias históricas. Para esta ampliación,
competitiva en la reestructuración a gran escala del
la imaginación y las ideologías juegan un rol esencial,
Gran Santiago. Cuarto, una indagación de fenómenos de
materializado por la influencia que pueden tener sobre la
cooperación comunitaria que emergen desde los vacíos
transformación de las instituciones (Patalano, 2007).

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de una institucionalidad subsidiaria hasta instalarse en
El vínculo entre el espacio mental de la imaginación y la políticas públicas urbanas y territoriales. Finalmente, y
evolución de las instituciones puede parecer tenue, pero como conclusión, se argumenta que la experiencia de
aportes teóricos de diversas disciplinas permiten con- programas participativos recientes puede contribuir a
ceptualizarlo y comprender cómo opera, en particular a diseñar una reforma institucional con un mejor equili-
través de cambios en el imaginario social (Castoriadis, brio de incentivos estructurales para la competición y
1987; Loasby, 2001; Patalano, 2007). Las instituciones, la cooperación.
que pueden entenderse como una estructura de incen-
tivos y de reglas que permiten la organización social, IMAGINARIO SOCIAL, INSTITUCIONES Y CAMBIO
incluyendo el diseño de políticas y marcos regulatorios, SOCIAL
son determinantes para la transformación de las con-
Siguiendo a Castoriadis (1987), el imaginario social puede
diciones materiales de las sociedades (North, 1994; Os-
entenderse como un campo colectivo de representacio-
trom, 2009). Considerando la relación entre imaginario
nes mentales que dan sentido a la existencia del hombre
social, evolución institucional y acumulación material,
en el mundo, a partir de experiencias fragmentadas de
este artículo se estructura en torno a la pregunta: ¿qué
imaginarios han influido en la construcción reciente del una realidad infinitamente compleja, que escapa a la po-
Gran Santiago y cómo pueden complementarse para sibilidad humana de comprenderla en su totalidad.5
mejorar la planificación urbana? Debido a esta comprensión incompleta, el imaginario
social está en permanente actividad, creando nuevas re-
Con el objetivo de contribuir a la elaboración de un mar-
laciones semánticas (símbolos y significados) entre ele-
co teórico que permita comprender la articulación de
mentos que no habían sido previamente conectados. En
distintas estructuras de incentivos para la urbanización sociedad, la estructuración colectiva de este imaginario
en Chile, en el siguiente artículo se argumenta que en da forma a las instituciones, entendidas como un siste-
las políticas públicas y movimientos sociales coexisten ma simbólico socialmente aceptado en el que se com-
dos imaginarios opuestos, pero complementarios de binan elementos imaginarios y funcionales (Castoriadis,
organización social, determinados por los principios de 1987). Es decir, las instituciones traducen una visión do-
competencia y cooperación. Para analizar esta conjetura, minante de la realidad, con mayor o menor influencia de
se recurre a la revisión y vinculación de teorías de evolu- distintas ideologías, en reglas para la organización del
ción social e institucional, al análisis de datos históricos comportamiento colectivo.

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Imaginario Realidad
social contingente
Percepción y sentido

Afectos y Acción
valores colectiva
Instituciones

Figura 1. Retroalimentación entre imaginario social y realidad contingente.


Fuente: Elaboración propia.

Estas reglas son una manifestación externa de significa- formales son más adaptables, pero a medida que la dis-
dos imaginados para interpretar una experiencia frag- cordancia entre las normas vigentes y el imaginario social
mentaria, no son una representación objetiva de la rea- se incrementa, se genera la posibilidad de transformar
lidad (Patalano, 2007). En consecuencia, la evolución de instituciones a niveles más elevados de formalidad (Os-
los imaginarios no puede ser comprendida ni anticipada trom, 2009). De una parte, las instituciones determinan la

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por la ciencia, ya que las categorías y el método científico estructura de incentivos de una sociedad, promoviendo o
también se estructuran a partir de relaciones fundamen- disuadiendo ciertos comportamientos (North, 1994); y de
tales imaginadas en un tiempo anterior. Entonces, el otra, la implicación emocional de las personas con dis-
cambio social no puede ser analizado como una causali- tintas relaciones simbólicas atribuye valores cambiantes
dad lógica, sino que involucra discontinuidades radicales a las normas de organización social (Patalano, 2007). De
generadas por la evolución del imaginario social, manifes- este modo, se genera un sistema de retroalimentación
tadas como revoluciones institucionales o como eventos entre el imaginario social, las instituciones y la realidad
contingentes que alteran el curso histórico (Castoriadis, contingente (Figura 1).6
1987; Mahoney, 2000). En particular, los incentivos y regulaciones que organizan
Las instituciones pueden entenderse, desde una defini- la interacción entre personas pueden reforzar o debilitar
ción amplia, como prescripciones que organizan y es- su confianza mutua, modificando su inclinación hacia
tructuran las interacciones humanas, abarcando desde comportamientos competitivos o cooperativos. Desde una
normas informales de comportamiento, agencias de Go- perspectiva evolutiva, existe evidencia de que los seres
bierno, hasta la Constitución Política de una Nación (Nor- humanos pueden actuar como agentes egoístas que solo
th, 1994; Orstrom, 2009). Así, las instituciones permiten la buscan el beneficio propio o recurrir a normas de organi-
acción colectiva, resolviendo la incertidumbre generada zación que permiten generar beneficios colectivos, pudien-
por el comportamiento de otros actores o por accidentes do modificar sus decisiones en uno u otro sentido según
imprevisibles (Boltanski, 2008). Esta capacidad de generar las consecuencias de sus acciones previas (Ostrom, 2014).
certeza reposa en la formalización de un imaginario que En consecuencia, la imposición de sistemas normati-
fue socialmente aceptado en un momento histórico, pero vos a partir de convicciones ideológicas puede generar
que sigue evolucionando y que, por lo tanto, puede cues- profecías autorrealizadas. Por ejemplo, si los incentivos
tionar a las instituciones establecidas. estructurales de una sociedad solo recompensan la com-
La percepción de este tipo de discordancia entre los petitividad, eventualmente las personas se comportarán
comportamientos permitidos y la realidad percibida, en su mayoría como agentes egoístas, lo que sería una
puede estimular la representación de nuevas relaciones confirmación espuria del supuesto inicial que haya pri-
semánticas que a su vez podrían impulsar innovaciones vilegiado el individualismo por sobre otras alternativas
institucionales (Loasby, 2001). Las instituciones menos de interacción social. En este sentido, la legitimación de

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un sistema a través de reglas definidas por él mismo es (Friedman, 1962). A partir de la premisa ideológica de que
tautológica, y anula la posibilidad de que una sociedad el ser humano se comporta como un agente que solo
defina las normas que la rigen en forma autónoma y deli- busca maximizar su beneficio individual (Rand & Branden,
berativa (Castoriadis, 1987). 1964), se concibe un sistema social en el que la distribu-
ción de recursos se resuelve exclusivamente a través de
En el caso chileno, la profunda reestructuración del Esta-
la competición organizada mediante el equilibrio de pre-
do que fue llevada a cabo durante la dictadura de Pino-
cios, proponiendo una ética de mercado como única guía
chet estuvo orientada por una ideología neoliberal apli-
para toda acción humana (Harvey, 2005). Insistimos en
cada por primera vez en el mundo a gran escala; esto fue
que este imaginario neoliberal es muy diferente al ideario
posible gracias a la fuerte concentración del poder en un
liberal, que propuso originalmente un sistema de inter-
régimen autocrático (Gárate, 2012; Harvey, 2003, 2005).
cambio entre ciudadanos libres, iguales y participantes de
Esto permitió realizar una reestructuración profunda y una comunidad política (Tocqueville, 1835).
abrupta, que modificó en el largo plazo las instituciones y
La aplicación de la teoría neoliberal fue particularmente
el imaginario valórico de Chile.
abrupta en Chile, pero en general su implementación en
DE LA IDEOLOGÍA NEOLIBERAL AL ESTADO otros países ha sido de forma gradual, estableciendo una
SUBSIDIARIO disciplina de mercado sobre estructuras institucionales
previas, en procesos condicionados por los senderos ins-

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El neoliberalismo es distinto al liberalismo clásico, que titucionales propios de cada contexto (Brenner & Theo-
tiene una larga tradición filosófica y empírica que se re- dore, 2002). Históricamente, se distinguen dos épocas de
monta a la obra La riqueza de las naciones de Adam Smith implementación del neoliberalismo a escala global (Peck,
(1776), en una época en que el libre mercado constituía Theodore & Brenner, 2009), las que también son recono-
una forma de emancipación del servilismo feudal y mo- cibles en el caso chileno. Primero, una fase de reducción
nárquico. Dentro de esta tradición, el aporte social del drástica del rol del Estado en la economía, lo que produjo
mercado fue formalizado en la definición de un óptimo severas crisis sociales e inestabilidad económica en la dé-
de Pareto, situación en la que el equilibrio de precios cada de 1980. Segundo, desde 1990 se ha observado una
produciría el mayor beneficio general, lo que depende fase incremento del gasto social asociada con la privati-
crucialmente de la atomización de la oferta y de la de- zación de bienes públicos, principalmente en la forma de
manda. Para alcanzar este óptimo, es necesario que haya vouchers individuales que facilitan la compra de servicios
competencia pura y perfecta, lo que no ocurre cuando como vivienda y educación, con un diseño que garantiza
existen imperfecciones de mercado, como tendencias la rentabilidad de proveedores privados (Garreton, 2017).
monopólicas, rigidez de oferta y falta o asimetría de infor- Esta evolución tiende a generar confusión entre lo que es
mación. La presencia de estas imperfecciones ha justifi- una economía social de mercado, en la que existen capa-
cado la implementación de diversas formas de regulación cidades relevantes de regulación y producción públicas,8 y
pública y la creación de monopolios estatales en áreas una economía neoliberal con más gasto social, en la que
específicas, los que pese a presentar problemas de otros los subsidios estatales fomentan la actividad económica
tipos,7 permiten evitar ineficiencias y abusos en mercados en mercados de bienes públicos y garantizan la rentabili-
socialmente relevantes (Varian, 2006). dad de empresas privadas (Peck et al., 2009; Silva, 2011).
El neoliberalismo contemporáneo, que se basa en el indi- Diversos autores afirman que en Chile aún existe un
vidualismo metodológico de Friedrich Hayek (1948) y en sistema neoliberal que afecta en particular al desarrollo
la teoría económica de Milton Friedman (1962), se dife- urbano (Atria, Larraín, Benavente, Couso y Joignant, 2013;
rencia radicalmente del liberalismo clásico por el rechazo López-Morales, Gasic y Meza, 2012; Mattos, Fuentes y
a priori de la regulación y de la intervención del Estado Link, 2014; Silva, 2011; entre otros). Un rasgo distintivo
en el mercado, limitando la acción pública a la defensa del neoliberalismo en este país fue su implementación
de la propiedad privada, a la mantención de un sistema abrupta y vertical durante un régimen autoritario,9 que
monetario estable y a asuntos de seguridad nacional se estructuró en la Constitución de 1980 mediante el

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diseño de un Estado subsidiario.10 Este principio limita la manifestaron casi unánimemente el deseo de cambiar
participación de agencias públicas en cualquier mercado este trazado por uno rectilíneo, a lo que los profesionales
en el que existan proveedores privados, mediante res- accedieron, presentando a la municipalidad una alternativa
tricciones normativas y económicas. En lo normativo, el de menor costo. Esta fue rechazada con el argumento que
sector público solo puede actuar según lo expresamente el trazado estaba contenido en las bases de licitación con
que se asignó el presupuesto, y que cualquier modificación
determinado en la ley, a diferencia del sector privado, que
podría resultar en un sumario de Contraloría.
puede realizar todo lo que no esté explícitamente prohi-
bido. Esto implica que cualquier innovación relevante en Este y otros casos similares muestran cómo operan en la
políticas públicas requiere de una ley o decreto previo, actividad diaria de la función pública restricciones diseña-
das para reducir y controlar a un Estado subsidiario, tan
además de la respectiva glosa para su consideración en
normalizadas en el quehacer burocrático que ya no se
la ley de presupuesto, lo que suele requerir uno o varios
cuestiona su origen ideológico, que apunta a la minimi-
años de tramitación.11 En lo económico, las políticas o
zación del Estado. En el fondo, la cuantificación sectorial
proyectos públicos son evaluados mediante modelos y la tutela normativa son normas necesarias para evitar
econométricos específicos para cada sector y priorizados el mal uso de fondos públicos, pero son igualmente res-
según este criterio por la Dirección de Presupuestos del trictivas, por lo que no son suficientes para modernizar
Ministerio de Hacienda, que asigna los financiamientos las instituciones si no se complementan con incentivos

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respectivos. Una vez ejecutado el presupuesto, se realiza estructurales a la innovación y la cooperación en el sector
una evaluación ex post, con criterios similares y con én- público. Así, en un contexto de neoliberalismo centra-
fasis en la correspondencia entre la glosa autorizada y lo lizado, se ha implementado una forma incompleta de
efectivamente realizado, bajo supervisión estricta de la “nueva administración pública” (New Public Management;
Contraloría General de la República. Hood, 1995), en la que se han introducido principios de
competencia interna y se han adoptado prácticas de tipo
Este rigor burocrático al que se somete la acción pública
empresarial en el sector público; sin embargo, ello no se
ha contribuido a la administración de un presupuesto complementó con una mayor flexibilidad de gestión ni
fiscal limitado, que asciende a un 24% del PIB,12 y a evi- con incentivos directos al buen desempeño. En suma, las
tar el mal uso de fondos públicos. Sin embargo, aunque restricciones que emanan en último término del diseño
esto puede haber sido necesario en la difícil situación constitucional del Estado subsidiario establecen una es-
económica de Chile en la década de 1980, hoy impone tructura de incentivos que fomenta la competencia y di-
una excesiva rigidez y limita la innovación en políticas pú- suade la cooperación, lo que se manifiesta en la incapaci-
blicas, en un contexto de creciente descontento social y dad recurrente de coordinación de las agencias públicas,
de demandas por políticas más integrales y participativas. salvo contadas excepciones.
Por una parte, la evaluación econométrica sectorial no es En la sección siguiente se analizará cómo este tipo de
apta para proyectos intersectoriales, por ejemplo la pla- tautología ideológica —crear instituciones que estimulan
nificación integrada de vivienda y transporte, e ignora las la competición y desincentivan la cooperación, para luego
externalidades entre sectores, por ejemplo, el incremento afirmar que somos individualistas— ha contribuido a la
de tiempos de viaje generado por poblamientos periféricos materialización de una sociedad urbana desigual y segre-
o la congestión provocada por altas densidades de habita- gada en el Gran Santiago.
ción. Por otra, la fiscalización en base a glosas previamente
DESARROLLO URBANO COMPETITIVO Y SECTORIAL
aprobadas impide hacer modificaciones relevantes a pro-
yectos urbanos en función de procesos de participación Chile fue la primera nación en la que se aplicó la teoría
ciudadana, como lo ilustra un caso reciente. Un equipo neoliberal a gran escala, privatizando las empresas del
profesional ganó una licitación para peatonalizar dos calles Estado, despidiendo a un tercio de los empleados públi-
paralelas conectadas por una perpendicular. Durante el cos, reduciendo el gasto público y limitando la capacidad
proceso participativo estipulado en las bases, los vecinos de las instituciones públicas para regular los mercados

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Figura 2. Erradicaciones en el Gran Santiago durante la dictadura de Pinochet.
Fuente: Morales, Levy, Aldunate y Rojas, 1990, p. 21.

(Harvey, 2003). Esta ideología económica, hasta entonces consumo, tanto por el crecimiento económico como por
puramente teórica, fue radicalmente aplicada por un régi- el acceso a instrumentos de crédito. Se fomentó así una
men autoritario, pese a que antes del golpe militar existía ideología estructurada en torno a la competitividad, la
un apoyo popular mayoritario al gobierno de Allende, que que se consolidó en el imaginario colectivo tras la recupe-
ración de la democracia y durante sucesivos gobiernos de
promovía políticas redistributivas (Gárate, 2012).
una coalición de centro-izquierda (Gárate, 2012; Paredes,
En este caso, el quiebre del sendero institucional fue im-
2011). Al fomentar los incentivos a la competitividad sin
puesto por la fuerza militar y la represión de la oposición un desarrollo paralelo de mecanismos solidarios, se con-
política, además de desprestigiar sus ideologías con cam- tribuyó a la legitimación del individualismo como estrate-
pañas mediáticas (Klein, 2007). Al mismo tiempo, se pro- gia dominante de interacción social (Garreton y Cumsille,
movía la meritocracia y se ampliaban las capacidades de 2002; Orstrom, 2014).

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Figura 3. Segregación, violencia urbana y subcentros de negocios en el Gran Santiago. La segregación es determinada por una
autocorrelación espacial significativa (95%) de la homogeneidad residencial de altos y bajos ingresos. La concentración de violencia
es definida por una autocorrelación significativa (99%) de cinco tipos de delitos, con influencia decreciente: drogas, armas,
homicidios, agresiones y robos.
Fuente: Elaboración propia a partir de información del Censo 2012, de la Subsecretaría de Prevención del Delito 2012 y del catastro
de superficies construidas del SII 2015.

Durante la dictadura se inició una reestructuración ad- por la mala calidad de servicios públicos de educación,
ministrativa y socioeconómica radical del Gran Santiago. salud y urbanización (Fernández, Manuel-Navarrete, To-
Por una parte, se erradicó a más de 150.000 pobladores rres-Salinas, 2016; Hidalgo, 2007).
de bajos ingresos desde las zonas más acomodadas de la En paralelo, se amplió el límite urbano para incrementar
ciudad hacia áreas marginales (Morales et al., 1990). Por la oferta de suelo y se permitió la construcción de parce-
otra, se crearon nuevas comunas y se modificaron sus las de agrado fuera del área urbana (Poduje, 2006), sen-
perímetros según un criterio explícito de generar mayor tando las bases para el desarrollo de proyectos inmobi-
homogeneidad socioeconómica (Hardy, 1989). En el mar- liarios suburbanos destinados a grupos de altos ingresos.
co de un Estado subsidiario, se promovió la especializa- Estos procesos se intensificaron tras la recuperación de la
ción territorial de la administración pública para focalizar democracia, debido a la aceleración del crecimiento eco-
el gasto social en zonas donde se concentra la pobreza, nómico y del incremento de la tasa de motorización. En
pero con recursos públicos insuficientes (Hardy, 1989). Santiago centro, el desarrollo inmobiliario fue promovido
Esto ha tenido como consecuencia una insuficiencia cró- con subsidios y desregulación de alturas de construc-
nica de financiamiento para municipalidades con pobla- ción, desencadenando una dinámica que ha revertido la
ción de bajos ingresos y una acumulación de desventajas tendencia al despoblamiento de esta comuna y que se

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Figura 4. Inauguración de obras de cierre del Programa “Quiero mi Barrio” en el barrio Teniente Merino 2, Concepción.
Fuente: Municipalidad de Concepción, 2015.

ha propagado a zonas aledañas. Desde el año 2000, se desventajas es agravada por la capacidad del espacio
aceleró la construcción de oficinas, generando nuevas de actuar como un concentrador y multiplicador de los
subcentralidades de negocios que se insertan en el cono procesos de reproducción y diferenciación social (Lefeb-
de mayores ingresos al nororiente del Gran Santiago y en vre, 1974), agudizados por una estructura institucional
periferias industriales con buena conectividad vial (Figura basada en un imaginario de competitividad que, por defi-
3). En conjunto con la expansión del metro y la construc- nición, produce ganadores y perdedores.
ción de autopistas concesionadas, estos procesos de de-
El desarrollo urbano subsidiario fomenta el individualis-
sarrollo urbano dieron forma a una metrópolis moderna,
mo y orienta la experiencia colectiva hacia espacios de
pero desigual, estructurada por y para la competitividad
consumo (Salcedo, 2002), lo que analizado sin una pers-
de mercados urbanos y globalizados (Garreton, 2017).
pectiva temporal confirmaría el supuesto ideológico de
Este aspecto exitoso del desarrollo urbano es contras-
que los seres humanos son agentes egoístas. Pero la his-
tado por fuertes desigualdades de calidad de vida en el
toria reciente de Chile muestra que este modelo se origi-
Gran Santiago. En particular, los sectores de destino de
nó a partir de instituciones autoritarias. En este sentido,
las erradicaciones (Figura 2) concentran hoy problemas
la sociedad urbana del Gran Santiago ha sido reconfigu-
de pobreza y violencia urbana (Figura 3), estigmatización,
rada a partir de principios heterónomos, por una ideolo-
externalidades ambientales negativas y mala calidad
gía inicialmente externa al imaginario social, pero que se
de servicios públicos de seguridad, salud, educación y
urbanización (Rodríguez y Rodríguez, 2009). Cabe des- internaliza en él a través de los incentivos normativos y
tacar que en el Gran Santiago se aprecia claramente materiales que genera (Castoriadis, 1987).
una doble geografía de violencia urbana (Figura 3). Por Sin embargo, la complejidad del imaginario social no se
una parte, un patrón característico en zonas céntricas y reduce a esta tautología de mercado, ya que en Chile se
de alta afluencia de público donde obviamente hay una constata también la persistencia movimientos e insti-
mayor probabilidad de confrontaciones. Por otra, focos tuciones de cooperación local que han sido progresiva-
marginales estrechamente asociados con la geografía mente formalizados, proceso que será analizado en la
de la concentración de la pobreza. Esta acumulación de próxima sección.

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Figuras 5 y 6. Fotografías de la inauguración del Mes del Barrio a 10 años del Programa "Quiero mi Barrio".
Fuente: Programa "Quiero mi Barrio", 2016.

INSTITUCIONALIZACIÓN LOCAL DE LA
COOPERACIÓN COMUNITARIA
Las instituciones cooperativas de pequeña escala y baja delincuencia, realidades contingentes que incrementan
formalidad son ubicuas en la sociedad, como es el caso el valor que se da a la comunicación y cooperación entre
de la familia y de las redes de apoyo entre vecinos vecinos en el imaginario social (Figura 1). Esta situación
(Orstrom, 2009). A un nivel organizacional superior, en contrasta con las dinámicas observadas en tomas de
Chile han actuado movimientos de pobladores desde terrenos, donde se consideraba que la consolidación de
1957, adoptando diferentes formas de acción colectiva y una comunidad era un requisito previo a la construcción
de empoderamiento comunitario, articulados en torno a de las viviendas (Espinoza, 1998).

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demandas de vivienda y manifestándose territorialmente La búsqueda de soluciones a la brecha entre el imagi-
a través de tomas de terrenos (Cortés, 2014; Espinoza, nario vecinal-cooperativo y la realidad material de los
1998). Aunque en el gobierno de Allende se establecieron barrios producidos por políticas público-privadas de vi-
relaciones institucionales entre el Estado y estas organi- vienda social comienza con el Programa “Chile Barrio” en
zaciones, el desmantelamiento de la democracia muni- 1998 y se estructura a nivel de instituciones de gobierno
cipal y de las juntas de vecinos después del golpe militar con la implementación del Programa “Quiero mi Barrio”
generó un vacío institucional para la articulación entre el (QMB). Este último, activo desde el año 2006, implicó una
Estado y las organizaciones comunitarias. De este modo, reestructuración parcial del Ministerio de Vivienda y Ur-
los movimientos de pobladores adoptaron una posición banismo, Minvu, que aunque fue acotada a los equipos
reivindicativa sustentada en un imaginario de lucha so- directamente involucrados, introdujo lógicas de planifica-
cial, pero también en el interés pragmático de obtener ción intersectorial y de participación ciudadana inéditas
soluciones habitacionales (Espinoza, 1998). en Chile (Robles, 2014; Zapata y Arias, 2008). Cabe desta-
La implementación de la Política Nacional de Desarrollo car que el QMB es una política de magnitud considerable,
Urbano de 1979 marcó una inflexión en las políticas habi- que involucró a 317 barrios en su primera etapa (2006-
tacionales, tanto en el sentido de las erradicaciones masi- 2014) y 203 en la segunda (2014-2018), en los que residen
vas (Figura 2) como en la incorporación del capital privado más de 900.000 personas, alrededor de un 5,4% de la
para la construcción de vivienda social. Aunque este giro población de Chile (Minvu, 2010).
fue exitoso en términos cuantitativos, especialmente Para legitimarse, el Programa QMB ha apelado al imagi-
tras la recuperación de la democracia, la evaluación de nario comunitario, por ejemplo con ejercicios colectivos
los beneficiarios de estos programas ha sido buena en como la reconstrucción de la historia del barrio (Figuras
cuanto a las viviendas, pero muy crítica respecto de la 5 y 6), que han sido particularmente fructíferos en vecin-
inseguridad, vida comunitaria y aislamiento de los ba- darios constituidos a partir de tomas de terrenos.13 Para
rrios en que se ubican (Brain, Concha y del Campo, 2002; participar en el programa, los vecinos debían elegir un
Brain, Suárez, Joaquín y Sabatini Downey, 2010; Puente la, Consejo de Desarrollo Vecinal como representante de la
Torre y Muñoz, 1990, entre otros). Esta desafección por el comunidad, para la contractualización y gestión del pro-
entorno que rodea a las viviendas sociales refleja la im- grama de regeneración, lo que apuntaba directamente
portancia de las redes de apoyo comunitarias, tanto para a institucionalizar prácticas de organización colectiva
resolver problemas cotidianos como para el control de la (Figura 4). Asimismo, los planes de regeneración local

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Figura 7. Manifestación del Movimiento de Pobladores en Lucha.
Fuente: Radio Universidad de Chile, 2014.

incorporaron mecanismos de participación ciudadana presupuestos y a la ausencia de incentivos estructurales


que, a diferencia de los mecanismos tradicionales de par- para la cooperación intersectorial en la administración
ticipación en Chile, no eran meramente informativos, sino pública de Chile, por lo que este programa no ha logrado

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que consideraban la opinión de los residentes en etapas la adhesión esperada y necesaria de parte de otros minis-
tempranas para el diseño de los planes de desarrollo terios sectoriales.
local (Arnstein, 1969; Herrmann y van Klaveren, 2016). En En suma, los equipos locales y de gestión del programa
suma, esta política pública se sustentó en un imaginario han debido enfrentar resistencias institucionales al in-
de cooperación local e incentivó su institucionalización terior de su propio ministerio y frente a otras agencias
haciendo explícitos los beneficios de la organización ve- públicas, en su esfuerzo por integrar la participación
cinal, logrando con esto una evolución incipiente desde ciudadana desde las etapas de diseño de las interven-
comportamientos individualistas hacia el aprendizaje de ciones e implementar planes intersectoriales desde una
la acción colectiva en interacción con instituciones forma- institución sectorial. Estas resistencias eran esperables,
les (Orstrom, 2014). considerando que el sendero institucional recorrido en
En contraparte, el programa QMB ha enfrentado impor- Chile desde la última dictadura limita las posibilidades de
tantes dificultades para incentivar la participación ciu- transformación de las instituciones públicas y desincenti-
dadana y para garantizar la legitimidad de los represen- va la cooperación intersectorial. Todo esto ha limitado el
tantes vecinales, lo que ha sido logrado de forma parcial alcance de QMB, que no ha logrado consolidar dinámicas
y con mayor o menor éxito en distintos casos (Villarroel, permanentes de cooperación vecinal y que se ha ido
2014). Cabe destacar que las instancias de participación, transformando en un ambicioso programa de recupe-
sobre todo en etapas de diagnóstico y formulación de ración de espacios públicos (Minvu, 2014), lo que deja
iniciativas, han recogido demandas complejas de los tareas inacabadas respecto de sus aspiraciones de inter-
ciudadanos, que requieren la coordinación de distintos sectorialidad y de gobernanza local basada en dinámicas
sectores y que no han podido ser satisfechas a cabalidad. comunitarias.
Pese a ello, el QMB ha sido un esfuerzo relevante por En el ámbito de la participación ciudadana, el Programa
ampliar el marco de acción del Estado, más allá de las res- QMB fue precursor de una nueva tendencia en institucio-
tricciones emanadas del principio de subsidiariedad, prin- nes de gobierno nacional y local, manifestada a través de
cipalmente en el sentido de impulsar una estrategia inter- consultas ciudadanas vinculantes en las municipalidades
sectorial que intentó sobrepasar el mandato sectorial del de Santiago y Providencia, presupuestos comunales par-
Minvu y que es fundamental para desarrollar la ciudad de ticipativos en la Región de Los Ríos, en el énfasis en la
forma integral. Este objetivo no ha sido logrado, debido a coproducción de seguridad ciudadana que han adquirido
la competencia de agencias públicas por la asignación de los programas de prevención del delito del Ministerio

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del Interior y la nueva política de Consejos Comunales Esta tensión muestra que se ha generado una brecha
de Seguridad Pública, por mencionar algunos ejemplos. considerable entre el tipo de políticas concebidas por
Sin embargo, la incorporación del principio de participa- instituciones de gobierno y las expectativas de los
ción ciudadana en diversas leyes y programas no ha sido movimientos sociales contenciosos, que promueven
acompañada por la creación de incentivos estructurales intereses específicos, pero sustentan sus demandas
que permitan implementarlo de forma efectiva y soste- en un imaginario social cooperativo, expresado en las
nible. La participación efectiva incrementa el costo orga- exigencias de derechos sociales y mayor igualdad so-
nizacional de las políticas públicas, lo que requiere más cioeconómica. El movimiento estudiantil del año 2011
tiempo y financiamiento, pero estos recursos adicionales y su impacto en las reformas al sistema educativo, la
no se han otorgado al nivel requerido. movilización social por un proceso constituyente y su
En consecuencia, el esfuerzo adicional de implementar desarrollo parcial en el segundo gobierno de Bachelet,
políticas participativas tiende a ser asumido por funciona- y las manifestaciones del movimiento NO+AFP y su in-
rios de bajo rango y en jefaturas intermedias, asumiendo fluencia en las reformas al sistema de pensiones, son
sobrecargas de trabajo con altos costos personales y manifestaciones significativas de cómo este tipo de ac-
profesionales.14 Se presenció un claro ejemplo de este ciones colectivas, de interés particular y recurriendo a

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problema durante una investigación participante en la un imaginario cooperativo para su legitimación, puede
Municipalidad de Santiago, donde se logró aliviar transi- influir en la transformación de las instituciones.
toriamente la sobrecarga y precariedad de los gestores En la conclusión de este artículo, a partir de las principa-
territoriales (funcionarios a cargo de coordinar políticas les observaciones hasta aquí discutidas, se sugieren alter-
locales participativas con organizaciones vecinales) a tra- nativas de evolución institucional que podrían contribuir
vés de la creación de equipos intersectoriales de gestión a una coexistencia más fructífera y menos confrontacio-
territorial. Esto fue posible gracias al liderazgo y convic- nal entre sistemas de valores competitivos y cooperati-
ción de quien era entonces jefe de la Dirección de Desa- vos, en un contexto de inclusión de participación ciuda-
rrollo Comunal, quien enfrentó importantes resistencias
dana efectiva en las políticas de desarrollo urbano.
internas y fue desvinculado de su cargo al comenzar la
última campaña electoral, con el consiguiente desmante- CONCLUSIÓN: ORIENTACIONES PARA UN
lamiento de los logros obtenidos. Reconociendo la impor- DESARROLLO URBANO PARTICIPATIVO
tancia de este tipo de liderazgos, no es posible sustentar
En este artículo se han discutido brevemente diversos
una política de participación solamente en ellos, por lo
procesos que han incidido en el desarrollo urbano del
que es necesario generar incentivos estructurales que las
Gran Santiago, contrastando el proceso de reestructu-
promuevan y permitan sostenerlas en el tiempo.
ración institucional durante la dictadura, que fue hete-
De este modo, la necesaria adaptación de las institucio-
nes de gobierno para incorporar participación efectiva rónomo, vertical e inspirado en una ideología neoliberal
en programas relevantes acumula un retraso importante (Castoriadis, 1987; Harvey, 2003), con la persistencia de
respecto de las demandas emergentes en la sociedad un imaginario de cooperación social que reclama for-
chilena. Los incipientes esfuerzos antes mencionados mas más participativas de hacer políticas públicas. Con
contrastan con la disminución de la participación en orga- esto, no se pretende afirmar la mayor legitimidad de
nizaciones sociales (Herrmann y van Klaveren, 2016), con procesos competitivos o cooperativos, ya que se consi-
un marcado aumento de la conflictividad social y territo- dera que ambos deben complementarse en la sociedad
rial en Chile (Valenzuela, Penaglia y Basaure, 2016), y con contemporánea.
una reactivación de las tomas de terrenos acompañada Cabe destacar que el ideario liberal clásico, que fue el
de la repolitización de los movimientos de pobladores, sustento ideológico para la creación de las democracias
por ejemplo en el caso del Movimiento de Pobladores en modernas, contemplaba una combinación de libertades
Lucha (Figura 7) (Sugranyes, 2012). individuales con principios igualitarios y comunitarios,

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una utopía que pudo realizarse transitoriamente en efectivo —en términos de incentivos concretos para su
distintas localidades en los Estados Unidos de América realización— de estos valores en la institucionalidad
a principios del siglo XIX (Tocqueville, 1835). Desde una chilena. Es destacable que avances incipientes en este
visión más contemporánea, la democracia deliberativa lo- sentido se hayan consolidado desde la escala vecinal, a
cal (Habermas, 1985) ha sido planteada como espacio de través del programa QMB, que pese a diversas limitacio-
estructuración de imaginarios sociales en instituciones y nes ha ampliado el estrecho marco de la acción pública
acciones colectivas (Patalano, 2010) que representen ade- y ha tenido un impacto simbólico significativo para la
cuadamente la diversidad de preferencias individuales generación de políticas participativas en otros sectores.
en cada comunidad, con el objetivo de construir ciudades En este sentido, el territorio urbano es una realidad
más justas (Fainstein, 2010). contingente en la que se evidencia la necesidad de coor-
Para avanzar en este sentido, es necesario superar la dinación intersectorial y el potencial creativo de políticas
dicotomía ideológica que plantea una contradicción entre participativas y de cooperación comunitaria.
la competencia y la cooperación. En Chile, la minimiza- En suma, para responder a las expectativas contemporá-
ción neoliberal del Estado impuso fuertes restricciones a

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neas de la ciudadanía es necesario reestructurar el sector
la acción pública y generó una estructura de incentivos público como un sistema de agencias creativas, capaces
esencialmente competitiva. Tras la recuperación de la de- de generar valor en los territorios que administran, inte-
mocracia, el incremento del gasto social no se acompañó grando para ello una expresión organizada de expecta-
de mayores capacidades de regulación de los correspon- tivas locales a través de procesos de participación vincu-
dientes mercados de bienes públicos ni de cooperación lante. Esto no implica debilitar los mercados, sino regular
entre agencias sectoriales y, en consecuencia, las des- adecuadamente aquellos que presentan imperfecciones
igualdades socioespaciales han seguido profundizándose severas y producir bienes públicos que son esenciales
(Garreton, 2017). para la autorrealización de todos los ciudadanos. Tam-
Reconociendo el sustantivo progreso social logrado poco se sugiere eliminar las regulaciones económicas y
desde 1990, proceso en el que destaca la reducción de normativas que evitan el abuso de recursos fiscales, sino
la pobreza a una tercera parte del peor nivel alcanzado complementarlas con una estructura de incentivos que
en la dictadura de Pinochet, se plantea que para el fu- fomente y permita sostener programas participativos e
turo desarrollo de Chile se requiere de un modelo más intersectoriales, alimentando los liderazgos individuales
integral de la acción pública, que además de establecer sin precarizarlos ni sobreexigirlos.
controles necesarios del gasto, permita fortalecer su ca- Sin pretender resolver esta compleja problemática en
pacidad creativa en ciertos ámbitos. Actualmente, el prin- este breve artículo, es importante señalar que los progra-
cipio constitucional de subsidiariedad opera mediante un mas participativos implementados en la última década,
sistema de regulaciones económicas y normativas que que tienen en común un fuerte componente urbano o
son restrictivas y disuasivas para la cooperación, obsta- territorial, han generado un importante aprendizaje con
culizando las posibilidades de adaptación, coordinación e diversos logros y fracasos. La sistematización y análisis
innovación del sector público. A su vez, esto impide ofre- de estas experiencias proporcionaría una base sólida
cer una base solidaria, integral y suficiente de servicios para diseñar una necesaria transformación institucional,
que responda a necesidades sociales cambiantes. legitimada por una representación más equilibrada de
La movilización contenciosa de distintos grupos de inte- los imaginarios sociales de competición y de cooperación,
rés, que adoptan un ideario de cooperación social para con incentivos adecuados para la realización complemen-
legitimar sus causas, manifiesta la falta de reconocimiento taria de estas dos formas de interacción social.

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perado de https://www.flickr.com/photos/quieromibarrio/ Ibáñez. Investigador Asociado COES. Contacto: matias.garreton@uai.cl
sets/72157666813719826
3 Encargada de proyectos del Centro de Inteligencia Territorial, Universi-
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soluciones habitacionales de radicación y erradicación para 4 Director Centro de Inteligencia Territorial, Universidad Adolfo Ibáñez.
sectores pobres de Santiago. Revista EURE - Revista de Estudios Investigador Asociado COES. Contacto: luis.valenzuela@uai.cl
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5 Esta conceptualización extiende el pensamiento psicoanalítico de Lacan
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