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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA

FACULTAD DE HISTORIA
MAESTRÍA EN HISTORIA

HISTORIA SOCIOCULTURAL

EL USO DE LAS FUENTES LITERARIAS EN LA HISTORIA SOCIAL DE ERIC


HOBSBAUM Y E. P. THOMPSOM

ALUMNO:
ALBERTO CARLOS GARCIA VELASCO

PROFESOR:
DR. SAMUEL OCTAVIO OJEDA GASTELUM

CULIACÁN ROSALES, SINALOA, FEBRERO 2019


INTRODUCCIÓN

La literatura es una de las disciplinas que más ayuda para el esclarecimiento del
pasado. Se ha utilizado como fuente literaria en diversas corrientes historiográficas
y para la historia social ha sido base de análisis, ya sea sobre las costumbres de
una sociedad, el surgimiento de una clase o el análisis del bandolerismo, la literatura
ofrece mucho más que representaciones:

La literatura ofrece mucho más que una directa representación del mundo
social. Ofrece modalidades según las cuales una cultura percibe esas
relaciones sociales, las posibilidades de afirmarlas aceptándolas o
cambiarlas. Ofrece ideas precisas sobre el clima de una época, no tanto por
lo que se dice de ellas sino por el tono con que se escribe sobre ella o sobre
otros objetos. La literatura puede ofrecer modelos según los cuales una
sociedad piensa sus conflictos, ocluye o muestra sus problemas, juzga a las
diferencias culturales, se coloca frente a su pasado e imagina su futuro. En
las estrategias formales de la literatura, en la afirmación o la ruptura de los
géneros, en la retórica de las imágenes puede descubrirse también cuál, es
el lugar de lo figurado, de lo simbólico y de lo imaginario; la construcción de
universos ficcionales no informa sólo sobre lo que esos universos
representan, sino que las relaciones formales que articulan la construcción
pueden explicar (y ser explicadas) en un sentido socio-histórico.1

En la historia social la literatura es un recurso rico y muy utilizado. Ya sea a través


de la ficción o de las narraciones autobiográficas o memorias ya que la literatura es
imagen de las épocas y sociedades y así mismo con su lectura ha sido agente de
cambio y coadyuvante en la formación de las sociedades.

1
Sarlo, Beatriz. "Literatura e historia." Boletín de historia social europea 3, UNLP, 1991, 25-36, p. 34.
LA LITERATURA DE REBELDES Y LOS BANDIDOS DE HOBSBAWM

Un importante representante de la historia social es Eric Hobsbawm, el autor inglés


es referente de la historia social e importante representante de la historia marxista:

Eric Hobsbawm es uno de los mayores historiadores de los últimos cincuenta


años, su amplia y diversa obra le sitúa entre los autores mas destacados,
leídos y reconocidos de nuestro tiempo. Su extensa dedicación a la historia
económica y social y a problemas más generales de la historia le han
convertido en obligada referencia de gran número de temas y debates. Sus
originales aportaciones han dado con frecuencia origen a nuevas líneas de
trabajo y a fructíferas controversias.2

En la historia social Hobsbawm ha usado este tipo de fuentes para ejemplificar


situaciones de índole cultural, sin importar que la fuente sea un conflicto ficticio
producto de una novela, Hobsbawm afirma: “Solo se convierten en forajidos y son
punibles de tales allí donde se les juzga de acuerdo con un criterio del orden público
que no es el suyo”3 para reforzar su dicho, se apoya en una novela como fuente
documental:

La novela corta The Tow Drovers de Walter Scott ilustra de manera perfecta
este conflicto de leyes. Durante el viaje a las ciudades del sur un ganadero
de las Tierras Altas de Escocia discute con un ganadero inglés a causa de
unos pastos. El inglés derriba al escocés y éste lo mata, ya que, de acuerdo
con sus principios, es la única forma de vengar el insulto. El juez (inglés) que
juzga al escocés por asesinato dice al jurado que, según su propia ley, el
acusado no es un criminal, sino un hombre que cumple con su deber. No
obstante, de acuerdo con las leyes del Reino Unido, no tiene más remedio
que juzgarlo como un criminal.4

2
Javier Paniagua, José A. Piqueras and Eric J. Hobsbawm, “Comprender la totalidad de la evolución histórica.
Conversación con Eric Hobsbawm” Historia Social, No. 25, La Obra de un Historiador: E. J. Hobsbawm, 1996,
pp. 3-39.
3
Eric Hobsbawm, Bandidos, Barcelona, Crítica, 2001, p. 20.
4
Ibid., p. 21
En este caso el historiador no pone en duda ni necesita comprobar si las leyes
inglesas funcionaban de la manera que enuncia el novelista, ni es relevante citar
otra fuente para demostrar que los ganaderos escoceses realizaban viajes al sur en
una época determinada, es así de válida la fuente literaria para ejemplificar las
costumbres. Por supuesto que, al realizar el análisis de las fuentes, Hobsbawm
seguramente valoró si las novelas de Walter Scott sobre la Escocia de la época
estaban basadas en cuando menos, realidades aproximadas.

Para Hobsbawm las citas sobre literatura le sirvieron para dar un apoyo documental
a muchos de sus libros, incluso en Historia del siglo XX5, el historiador cita al escritor
alemán Ernest Junger, quien en su novela El teniente Sturn6 narra los bombardeos
sobre las trincheras:

Durante días, o incluso semanas, la artillería realizaba un bombardeo


incesante —un escritor alemán hablaría más tarde de los «huracanes de
acero» (Ernst Jiinger, 1921)— para «ablandar» al enemigo y obligarle a
protegerse en los refugios subterráneos hasta que en el momento oportuno
oleadas de soldados saltaban por encima del parapeto, protegido por
alambre de espino, hacia «la tierra de nadie», un caos de cráteres de obuses
anegados, troncos de árboles caídos, barro y cadáveres abandonados, para
lanzarse hacia las ametralladoras que, como ya sabían, iban a segar sus
vidas.7

La narración de Hobsbawm describe aquel campo de batalla, apoyado en la fuente


literaria, haciendo sentir al lector en la escena misma de la historia, esa uno de los
beneficios del uso de la literatura en los escritos de la históricos, transportar al lector
al lugar mismo de los hechos por medio de la descripción.

Además de la novela, otras obras literarias como las memorias, los relatos de viaje
o las epístolas también han sido utilizadas como fuente histórica por los exponentes
de la historia social, en Rebeldes primitivos8 Hobsbawm utiliza el recurso de los

5
Eric Hobsbawm, Historia del siglo XX, Buenos Aires, Crítica, 1998.
6
Ernst Junger, El teniente Sturm, España, Tusquets, 2013.
7
Eric Hobsbawm, Historia del siglo XX, Buenos Aires, Crítica, 1998, p. 33.
8
Eric Hobsbawm, Rebeldes primitivos, Barcelona, Ariel, 1968.
apéndices al final del libro para reforzar sus fuentes y entre ellas incluye las
memorias de un “anarquista de aldea con notables dotes de caudillo”, haciendo la
aclaración de que “La historia de la Makhnovchina sólo ha sido escrita,
desgraciadamente, por partidarios que la idealizan y le dan un color rosado, o por
enemigos que la ennegrecen”, tomando ciertos datos que no se prestan a polémica,
como la estructura social de la comunidad:

Los pomeschiki son los aristócratas y grandes terratenientes. Los kulaks son
los campesinos ricos (individualistas). Skhods (aquí traducidos como
asambleas aldeanas) son las reuniones periódicas de toda la comunidad del
pueblo.9

Estos datos sencillos pero importantes son bien documentados por las memorias
del líder ucraniano, así como el sentir del autor hacia su comunidad, estas
afirmaciones sobre la gente de su pueblo van cargadas de su ideología y sus
creencias y ese es el valor que tienen para Hobsbawm:

En cada una de esas comunidades había un puñado de campesinos


anarquistas, pero la mayoría de sus miembros no eran libertarios. Sin
embargo, en su vida común se conducían con esa solidaridad anarquista de
la que en la vida corriente sólo son capaces unos trabajadores cuya natural
sencillez está todavía virgen del veneno político de las ciudades.10

El riesgo de las memorias personales al utilizarse como fuente histórica es la


objetividad con la que fueron escritas, sin embargo ofrecen una gran oportunidad
para conocer la visión personal del autor frente a los hechos de su tiempo pues en
este caso se busca conocer las opiniones del autor y la estructura social y política
de los grupos a los que pertenecía, para Hobsbawm este testimonio tiene un valor
muy importante pues puede leer de primera mano la manera de pensar de los
anarquistas de la Ucrania soviética.

Por último, en este recuento del uso por parte de Eric Hobsbawm de las fuentes
literarias volveremos a Bandidos donde el historiador hace un recuento de algunos

9
Ibid., p. 340.
10
Ibid., p. 340.
textos donde los bandoleros tienen un papel determinante para hacer énfasis sobre
la influencia del bandolerismo en la cultura de los países donde este fenómeno es
común y prácticamente permanente:

Es natural que la cultura oficial de los países en que el bandolerismo social


es endémico refleje su importancia. Cervantes hizo salir a los famosos
bandidos españoles de finales del siglo XVI en sus obras, con la misma
naturalidad con que Walter Scott escribió acerca de Rob Roy. Los escritores
húngaros, rumanos, checoslovacos y turcos dedican novelas a héroes-
bandidos reales o imaginarios, mientras que, a la inversa, un novelista
mexicano modernizante con ansia de desacreditar el mito intenta rebajar al
héroe a las dimensiones de un criminal corriente en Los bandidos del Río
Frío. En estos países, tanto los bandoleros como los mitos en torno a ellos
son realidades importantes de la vida, que no se pueden ignorar.

El sentido de Hobsbawm al hacer énfasis en estas novelas no es buscar si los


protagonistas fueron reales o ficticios. Representan la realidad de su tiempo, así
como las preocupaciones recurrentes de estas sociedades de distintas geografías
y periodos históricos, de este modo Hobsbawm nos muestra como la literatura en
su relación con la sociedad presenta patrones que se repiten en diferente espacio y
tiempo.

El uso que hizo Hobsbawm de las fuentes literarias es notable, sin embargo, no es
menos importante o representativa la aportación de E. P. Thompson. Otro gran
historiador social cuyas obras abordaremos a continuación.
LAS COSTUMBRES Y LA LITERATURA

Uno de los historiadores más reconocidos es E.P. Thompson, este historiador


marxista es referente no solo de la historia social inglesa, sino uno de los más
importantes del siglo XX. Su colega Eric Hobsbawn en el prefacio de La formación
de la clase obrera en Inglaterra: “Thompson fue el historiador contemporáneo más
ampliamente citado en el mundo, según el Arts and Humanities Citation Index, y uno
de los doscientos cincuenta autores citados con mayor frecuencia de todos los
tiempos.”11 Thompson, como se puede reconocer en su obra, fue un gran
historiador, y así mismo, un gran lector de literatura.

Este conocimiento es evidente porque las referencias literarias son copiosas. En


este sentido tenemos por ejemplo que en el estudio de Thomson Costumbres en
Común él utiliza la novela Cumbres Borrascosas para ejemplificar las relaciones
familiares del siglo XIX12. Evidenciando como el tema de las costumbres es perfecto
para la utilización de dichas obras debido a que en ellas podemos observar las
formas de vida de una sociedad en particular, incluidas testimonios voluntarios e
involuntarios.

El historiador inglés realizó un análisis e interpretación de las fuentes muy preciso


apoyándose en ellas en el momento oportuno y para esto se mueve en el mundo
literario a través del tiempo, un excelente ejemplo es la forma en que utiliza este tipo
de textos para referenciar como el paternalismo: “Se presenta en la historia inglesa
menos como realidad que como un modelo de edad de oro antigua”13, y continúa
esta idea ofreciéndonos citas literarias:

Pero podemos elegir las fuentes literarias donde nos plazca, Podríamos
retroceder unos sesenta o setenta años hasta sir Roger de Coverley, un
tardío superviviente, un hombre singular y anticuado, y por eso al mismo

11
E. J. Hobsbawm, "Obituario para EP Thompson." EP Thompson, La formación de la clase obrera en
Inglaterra, Madrid, Capitán Swing, 1994, p. 21.
12
E. P. Thomson, Costumbres en común, Barcelona, Crítica, 1995, p. 36.
13
Ibid., p. 37.
tiempo ridículo y entrañable, Podríamos retroceder otros cien años hasta el
Rey Lear, o hasta el «buen anciano» de Shakespeare, Adam; nuevamente
los valores paternalistas se consideran «una antigualla», se deshacen ante
el individualismo competitivo del hombre natural del joven capitalismo, en el
que «el vínculo entre el padre y el hijo está resquebrajado» y donde los
dioses protege a los bastardos. O podemos seguir retrocediendo otros cien
años hasta sir Thomas More. La realidad del paternalismo aparece siempre
retrocediendo hacia un pasado aún más primitivo e idealizado." Y el término
nos fuerza a confundir atributos reales e ideológicos.14

Para analizar la crítica política Thompson hace mención una vez más de obras
literarias, pues escrudiñando las historias fantásticas se pueden encontrar
diferentes elementos como los que enunció Thompson:

Es, después de todo, la crítica de la alta política que se encuentra en Los


viajes de Gulliver y en Jonathan Wild, en parte en las sátiras de Pope y en
parte en Humphrey Clinker, en «Vaníty of human wishes» y «London» de
Johnson y en el «Traveller» de Goldsmith. Aparece, como teoría política, en
la Fábula de las abejas de Mandeville.15

Uno de los autores literarios utilizados por Thompson fue Thomas Hardy, un escritor
inglés que realizaba investigaciones sobre los temas que abordaba en sus novelas.
En el caso de la venta de esposas en Inglaterra, Thompson utiliza la obra de Hardy
para cambiar la perspectiva tradicional sobre esta costumbre:

Contra esta indiferencia se afirmaba una influencia poderosa: la cuidadosa


reconstrucción de la venta de una esposa, en un contexto humano verosímil,
ocupando un lugar significativo en la estructura del argumento de una novela
importante, The mayor of Casterbridge Thomas Hardy era un observador
soberbiamente perceptivo de las costumbres populares y su toque raramente
es más seguro que en esta novela. Pero en el episodio en que Michael
Henchard vende a su esposa, Susan, a un marinero, en una feria instalada

14
Ibid., p. 37.
15
Ibid., p. 44.
al borde de un camino, Hardy no parece haberse apoyado en la observación
(o la tradición oral directa), sino en fuentes periodísticas.16

Thompson evidencia un profundo conocimiento de la novela que estaba referenciando, no


solo de su contenido sino de las fuentes usadas por Hardy para su investigación:

Estas fuentes (como veremos) suelen ser enigmáticas y opacas. Y el


episodio, tal como se describe en la novela, con su procedencia
aparentemente fortuita y su brutal expresión, no se ajusta a datas más
«típicos». La subasta de Susan Henchard carece de rasgos rituales; el
comprador llega fortuitamente y puja obedeciendo a un impulso. En su
reconstrucción del episodio y en su revelación de las consecuencias, Hardy
consigue de un modo admirable presentar el consenso popular general sobre
la legitimidad de la transacción y sobre su carácter irrevocable,17

Las crónicas o memorias personales, dentro de la historia social también han sido
utilizadas por Thomson para “asomarse” al pasado que quiere atender como en una
ventana a través del tiempo hasta 1792, dando a este tipo de referentes el valor
histórico que tienen y demostrando como acompañadas del estudio de otras fuentes
nos pueden aportar un importante testimonio sobre el pasado esta intención de
rescatar las memorias, las crónicas, los cuentos y novelas están implícitos en la
prosa del siglo XIX. Por otro lado, al leer el fragmento referido de las memorias de
Tomas Hardy, se identifican muchos otros elementos que se pudieran analizar para
entender de mejor manera a los hombres de aquel tiempo, no únicamente en el
sentido utilizado por Thomson:

La primera reunión de la Sociedad de Londres había tenido lugar dos meses


antes en una taberna de Strand (La Campana, que está en la calle Exeter) y
a ella asistieron nueve <<hombres bienintencionados, juiciosos y
laboriosos>>. El fundador y primer secretario Tomas Hardy, recordaba más
tarde ese encuentro:

16
Ibid., p. 454.
17
Ibid., p. 454.
Después de haber comido su pan con queso y cerveza negra, como
es habitual, y luego fumando sus pipas, conversando un poco sobre
la dificultad de los tiempos y la carestía de los productos de primera
necesidad… se abordó el asunto para el que se había reunido -La
Reforma Parlamentaria- un tema importante para que aquella clase
de hombres meditara sobre él y lo afrontara.18

La taberna como centro de reunión, el consumo de pan con queso, la cerveza negra
y el fumar en pipa, son costumbres de la época que tienen sus significados y sus
historias, así como “la carestía de los productos de primera necesidad” pudieran
servir para otros tipos de análisis o temáticas, en este caso las memorias de Thomas
Hardy son ricas por la minuciosidad de la narración en la descripción de las
costumbres de los hombres de la época.

La importancia de los libros en el desarrollo de las sociedades es evidente, pero


ciertos textos en épocas pueden incidir en periodos específicos de manera
significativa e incluso a permanecer a través del tiempo, E. P. Thompson hace
mención a dos textos que fueron determinantes para formación de la clase obrera
en Inglaterra, el primero es un texto político, Los derechos del hombre19, y el
segundo es un texto literario utilizado por la iglesia para ejemplificar la vida
aventurera de un hombre que posteriormente encuentra en la religión su redención:
El progreso del peregrino20:

El progreso del peregrino es, junto con Los derechos del hombre, uno de los
dos textos fundamentales del movimiento obrero inglés: Bunyan y Paine, con
Cobbett y Owen, contribuyeron mucho a la provisión de ideas y actitudes que
constituyeron la materia prima del movimiento desde 1790 a 1850. Miles de
jóvenes encontraron en El progreso del peregrino su primer relato de
aventuras y hubieran convenido con Thomas Cooper, el cartista, en que era
su <<libro de libros>>.21

18
E. P Thomson, La formación de la clase obrera en Inglaterra, Barcelona, Crítica, 1989, p. 39.
19
Thomas Paine, y Tomás Muñoz Molina, Los derechos del hombre. México, FCE, 2017.
20
John Bunyan, El progreso del peregrino, USA, Whitaker House, 2013.
21
Op. Cit., p. 53.
Este es otro uso de la fuente literaria, su impacto en los lectores, Thompson analiza
el texto histórico de una manera similar a como lo realizará Robert Darnton en Los
best sellers prohibidos en Francia antes de la revolución22al preguntarse si los libros
hacen revoluciones y responder que “Hay que entender los orígenes ideológicos de
la Revolución como un proceso de deslegitimación del Antiguo Régimen más que
como una profecía de un régimen nuevo. Y nada minó con mayor eficacia la
legitimidad que la literatura del libelo.”23 Es decir, los libros coadyubaron en el
proceso histórico de la revolución francesa.

En el caso de la clase obrera en Inglaterra, Thompson nos explica como ciertos


textos literarios incidieron en su formación. Este reconocimiento de los libros como
factor de cambio hace de la fuente literaria un elemento que ha sido utilizado para
ayudar a responder interrogantes históricas muy importantes, siempre tomando en
cuenta que deben de ser complementadas con otro tipo de fuentes de archivo o
bibliográficas.

Estos son algunos ejemplos de cómo E. P. Thompson utilizó la literatura en su


explicación histórica, demostrando que en el estudio de la historia social este tipo
de fuentes hace una aportación importante. En este sentido es importante señalar
que Thompson apoya a sus fuentes literarias con otras opiniones de expertos, en el
caso de la cita anterior refiere a la crítica literaria Q. D. Leavis y su libro Fiction and
Reading public24 para sustentar la importancia de esta lectura.

22
Robert Darnton, Los best sellers prohibidos en Francia antes de la revolución, Buenos Aires, FCE, 2018.
23
Ibid,. p. 323.
24
Q.D. Leavis, Fiction and the reading public, London, Random House, 20111.
CONCLUSIÓN

Como observamos en las obras de Hobsbawm y Thompson la literatura puede ser


una fuente histórica muy importante, sin embargo, su uso debe ser apoyado por un
amplio conocimiento de la obra literaria y estudiar con cuidado dichas fuentes con
el mismo rigor que se manejan otro tipo de fuentes, como los archivos jurídicos, las
imágenes o los objetos de uso cotidiano.

Leer a la literatura en su relación con la disciplina histórica implica, en primer


lugar, un saber sobre la literatura, porque ella, como cualquier otra fuente
puede proporcionar sólo aquello que se le pregunte. En consecuencia, un
saber preguntar a la literatura es indispensable para un saber de la historia
que considere que allí, en los textos literarios, pueden leerse dimensiones de
una cultura, perfiles de un período, formas en que los actores sociales
vivieron su presente en relación con la moral, el poder, el trabajo, la
trascendencia, las transgresiones, los cambios.25

El “saber de la historia” implica un apoyo en otras fuentes para poder conocer sobre
el periodo que se estudia, así como tomar en cuenta lo ya escrito por especialistas
sobre el tema de la investigación, tomando en cuenta que las ciencias sociales
tienen un papel importante en la investigación histórica.

El uso de la fuente literaria no puede ser tratada únicamente como una


representación del pasado sino como parte de la realidad de la sociedad en que fue
escrita y sobre el tiempo que se trata en ella.

Desde la perspectiva histórica la literatura no podría ser tratada como


representación con palabras de una realidad exterior, sino como
construcción que forma parte de esa, realidad, que trabaja con ella, que la
altera en un sentido que jamás es arbitrario, aun cuando sea a veces una de
las realizaciones más extrañamente libres de la determinación colectiva.26

25
Óp. Cit., p.34.
26
Óp. Cit., p.34.
La literatura es producto de la sociedad en que sus autores se desarrollaron, tiene que ver
con la cultura, la formación y la ideología de los hombres que la escribieron y es obligación
del historiador entender su contexto. De la misma manera las obras literarias producen
efectos en las sociedades que las leen, contribuyendo a la formación y cambios de la
sociedad. Entender estos aportes y analizar los contenidos las obras literarias es el gran
reto de los historiadores que, siempre complementados con otras fuentes hacen de la
literatura su principal objeto de estudio.
BIBLIOGRAFÍA

Bunyan, John El progreso del peregrino, USA, Whitaker House, 2013.

Darnton, Robert, Los best sellers prohibidos en Francia antes de la revolución, Buenos
Aires, FCE, 2018.

Hobsbawm, Eric, "Obituario para EP Thompson." EP Thompson, La formación de la clase


obrera en Inglaterra, Madrid, Capitán Swing, 1994.

Hobsbawm, Eric, Bandidos, Barcelona, Crítica, 2001.

Hobsbawm, Eric, Historia del siglo XX, Buenos Aires, Crítica, 1998.

Hobsbawm, Eric, Historia del siglo XX, Buenos Aires, Crítica, 1998, p. 33.

Hobsbawm, Eric, Rebeldes primitivos, Barcelona, Ariel, 1968.

Junger, Ernest, El teniente Sturm, España, Tusquets, 2013.

Leavis, Q.D. Fiction and the reading public, London, Random House, 20111.

Paine, Tomas, y Tomás Muñoz Molina, Los derechos del hombre. México, FCE, 2017.

Paniagua, Javier, José A. Piqueras and Eric J. Hobsbawm, “Comprender la totalidad


de la evolución histórica. Conversación con Eric Hobsbawm” Historia Social, No. 25,
La Obra de un Historiador: E. J. Hobsbawm, 1996.

Sarlo, Beatriz. "Literatura e historia." Boletín de historia social europea 3, UNLP,


1991.

Thomson, E. P., Costumbres en común, Barcelona, Crítica, 1995.

Thomson, E. P., La formación de la clase obrera en Inglaterra, Barcelona, Crítica, 1989.

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