REALIDAD PROBLEMA

En el año 2012 se cometieron alrededor de 437. 000 homicidios en el mundo.

El feminicidio es la más grave manifestación de la violencia que se realiza a la mujer, en

contexto familiar, hostigamiento, acoso sexual, abuso, etc.

El Perú junto con Colombia ocupan el segundo lugar entre países latinoamericanos con
porcentaje de mujeres que fueron víctimas de violencia física por parte de su pareja (38.6%),
así mismo con las tasas más altas de feminicidios.

Según el ministerio público durante los años 2009 y 2010 fueron asesinadas en el Perú 274
y 244 mujeres respectivamente en los cuales 154 en el 2009 y 138 en el 2010 fueron por
feminicidio.

El feminicidio sigue siendo prueba de preocupación, prueba de ello es que las Cumbres UE-
CELAC en 2013 y 2015 incluyeron en los Planes de Acción 2013-2015 y 2015-2017,
garantizar la igualdad de género y la protección y fomentó de los derechos de las mujeres,
siendo uno de sus ejes, la erradicación de todas las formas de violencia que las afecta.

Para el año 2014 el parricidio estaría virando hacia la madre, siendo cometido en su
mayoría por hijos aparentemente normales, donde la mayoría de hogares en el país son
dirigidos y solventados por la figura materna ante la ausencia de la imagen paterna;
entonces el vínculo con los hijos se hace más cargado, el niño sufre el abandono, se queda
con ese dolor y sufrimiento, y eso tiene efecto en la adultez con problemas de depresión,
angustia y violencia, desbordando sus emociones que trascienden en la eliminación de su
progenitora.

El Dr. Humberto Castillo Martell, director general del Instituto Nacional de Salud Mental
“Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”, ante los casos de parricidio que se vienen
presentando en el país; menciona que también el tejido social está sufriendo de un
consumismo rápido lo que está afectando al núcleo familiar, influyendo en la pérdida de
comunicación, vínculos y afecto entre padres e hijos. “La necesidad y accesibilidad a todo
en forma rápida, el abuso de las tecnologías influyen. Los padres se comunican poco con
los hijos, el contacto e interacción también se está perdiendo en los hogares. La sociedad se
estaría deshumanizando”.