ESPECIAL “Colo” López

Verónica y aquel arquero

del Racing de José

Nº 23 • Septiembre 2019

El técnico de CRIBA
se prestó a una
profunda charla: su
padre, los sacrificios,
la pasión por el fútbol
y su esperanza de
seguir creciendo a
pesar del temerario
Mal de Parkinson.
Un canto a la vida
y la convicción.

JESÚS MARTÍNEZ

Además: Las Selecciones inician los play off // CRISFA apostó por el femenino.
 8 NOTA PRINCIPAL

“Dios ve los esfuerzos, y yo

JESÚS MARTÍNEZ
soy un obrero del fútbol”
El técnico del Centro Por Federico Cejas
Recreativo Infantil Barrio @f_cejas
Aeropuerto (CRIBA),
develó gran parte de su Pasadas las 21 horas, en el co-
vida y sentimientos en razón del barrio Aeropuerto,
una imperdible charla el invierno se torna crudo. Las
sobre sus orígenes instalaciones de CRIBA son es-
humildes, las enseñanzas coltadas, desde un flanco, por las torres
que la vida le deja y su de 2 y 5 pisos; pero en el resto de sus
desbordante pasión por lados hay campo y algunas pocas casas,
el fútbol. lo que da vía libre al viento helado. La
bruma se hace presente, el rocío todo lo
abraza mientras decenas de jugadores
entrenan en la única cancha de 11 bajo
las órdenes de Jesús Martínez, DT de
Primera, quien seguro recordará las gé-
lidas noches que tanto sufría de niño en
su Ensenada natal, en su casa de chapa
y “clavos correntinos”, como le decían a
los adoquines que sostenían el techo.
Emponchado a más no poder y ya en
el vestuario de los árbitros, la charla se
abre con uno de los temas ineludibles
en su vida: José Jovino Martínez: “Mi
viejo me inculcó, desde muy chico y
fuertemente, que el fútbol iba a ser un
trabajo para mí. Con apenas 4 años me
llevaba sentado en el caño de su bici de
carrera antigua, con el manubrio dado
vuelta… ponía una almohadita amari-
lla y yo era feliz yendo a Cambaceres”
recuerda Jesús, con la voz entrecortada,
y agrega que “me dio valores impor-
tantes como la palabra, que era mucho
más que el oro y la plata, según decía.
También que para lograr metas había
que esforzarse y dejar cosas en la bús-
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queda de nuestros sueños, como pasa

en el fútbol cuando dejás a tu familia
para irte a algún club. Fue mi pilar”.
Nacidos en Misiones, Jovino (de
Apóstoles) y Ofelia Teresita Martínez
(prima y esposa, de Oberá) formaron
en Ensenada una familia con sus hi-
jos Sebastián, Alejandra y Jesús, quien
llegaría como un regalo tardío. Luego
se sumaría Marcos, hijo de Alejandra y
adoptado por los abuelos. La crianza fue
Sebastián, Jesús y Marcos, al ritmo de Jovino, hombre conservador
con papá Jovino Martínez y estructurado que ponía reglas claras y
estrictas, quien además veía en Jesús a
quien podría cumplir su frustrado sue-
“Creo que mi hermano ño de futbolista (NdR: jugó en Mar del
era mucho mejor que Plata y en Gimnasia, pero sin recorrido).
yo, pero el fútbol no es Así lo vivió y sufrió Jesús: “Era avasallan-
sólo talento. Yo tenía te la pasión que mi padre tenía por el
un hambre terrible, me fútbol… en algún momento no quise
desvivía por entrenar” jugar más porque él depositaba en mis
sus deseos truncos, hoy lo veo así. Ahí
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decidió que no vaya más al colegio, dijo
que me sacaba tiempo porque yo era
jugador de fútbol. Hoy no lo comparto,
le inculco a mis hijos que estudien, que
no hay que ser un ignorante en la vida,
pero llegué a entender que mi viejo se
jugó un pleno por mí, entonces lo que
más me importaba era dejar el apellido
de mi viejo marcado donde pisara”.
Y si el padre había depositado alguna
expectativa en Jesús, la máxima era que
jugara en Primera, algo que el tozudo y
férreo lateral izquierdo pudo hacer en el
Colón de Santa Fe que dirigiera el enor-
me Francisco Pacho Maturana. La cul-
4
Son los hijos que tiene Jesús
Martínez: Juanse (18), Nicolás
(11), Paloma (8) y Bastian (6),
a la vez que convive con su
compañera Verónica Cid.
“Para mí el lugar en el
que estoy es el mejor,
es el Milan”
minación de un proceso histórico para
la vida de estos dos amantes del fútbol
tuvo el epicentro emotivo, el punto sen-
timental más alto en este fragmento de
sus vidas: “Cuando volví de Colón, en la
cuadra y media que hice desde la para-
da del micro hasta mi casa, lloré recor-
dando todo lo que había vivido y sufri-
do por el fútbol. Llegué a casa, mi viejo
estaba tomando mate afuera y le dije
‘me dejaron, quedé’. Él, hombre de po-
cas palabras y poco afecto, rompió en
llanto sin querer demostrarlo y se puso
nervioso. Yo lo abracé, le agradecí por
todo lo que había hecho y disfrutamos
ese momento. Nunca, jamás lo había
abrazado y nunca lo volví a hacer”.
Y para cerrar este capítulo tan im-
portante en la vida del DT azulado, sólo
valen sus palabras a la hora de narrar
cómo fue la despedida con su padre, el
26 de agosto de 2013: “Cuando mi viejo
muere yo estaba medio alejado de mi
familia, había roto la estructura, me
había separado y él decía que éramos
hombres de una sola familia. Cuando
se enfermó mal yo lo visitaba y no me
hablaba. El último día mi mamá me lla-
ma y voy a la clínica… él, como siem-
pre, se enoja con ella y le grita ‘¡Teresa,
apagame las luces!’. Mi mamá lo hace
y él insiste, entonces mi hermano más
chico le dice ‘Viejo, esa luz no se apaga.
Ahí es donde viajás’. Le dice algo a cada
uno de mis hermanos y a mi vieja y gri-

ANÉCDOTA
“Llegué a Candelaria, en
el Argentino B, y me que-
rían mandar de vuelta. Les
habían dicho que iba un
central de 1,85 metros y yo
pesaba 70 kilos. Pero con-
vencí al DT y ascendimos”
ta ‘¿Está mi hijo ahí?’, sí Viejo, le digo
yo, acá estoy. Abre los ojos, me mira y
me dice ‘el silbato no sonó, todavía hay
una más. Te amo hijito’. Salgo, rompo
en llanto y cuando me doy vuelta mi
mamá sale a decirme que había parti-
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LA REVISTA COMUNICATE
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do. Ahí entro y le digo ‘viejo, en cada
vestuario que esté, sé que vas a estar
conmigo’”.
EL FUTBOLISTA
Si Jesús Martínez se trazó un objeti-
vo y lo cumplió, fue por su tenacidad y
hambre de gloria, por la fe y convicción
que lo guían a lo largo de este periplo
indescifrable al que llamamos vida. El
técnico de CRIBA no ahorró esfuerzo ni
sacrificio a la hora de alcanzar su sueño
de jugar en Primera División. “Fui un
jugador regular. Ni 3 ni 8, siempre un
6 puntos. Jugaba más o menos pero
le pagaba hasta al línea si se movía”,
cuenta con desparpajo. Y entra en un
terreno entrañable, el del “obrero del
fútbol” que dice ser: “A los 14 años me
querían subir a Primera de Cambaceres
con el Bicho Rossi y Ariel Carlos, pero
querían que firmemos contrato y no
nos pagaban, entonces me enojé y me
fui al Fuerte Barragán. Ahí me encontré
con unos monstruos como Luis Martín,
el Ruso Paula, Sacalinski, Langone, Tar-
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221
563-3341
12 NOTA PRINCIPAL

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quini, Facundo Masa, el Gordo Rey…

había jugadores de elite. Llegué con
edad de Cuarta, jugué un par de par-
tidos, me suben a Reserva, juego uno
sólo y ya Oscar Barroso me puso en
Primera con 15 años. En el Fuerte me
dirigió unos pocos partidos Rogliano,
que agarró Claypole y me llevó a la Pri-
mera D. Jugué toda la temporada ahí
hasta que me llama Carlos Gorostieta
para traerme a Villa San Carlos, que ya
estaba en la C”.
Quien dice que el paso por la Villa
lo tomó “como un trabajo”, a sabiendas
del sentimiento que tenía por Camba-
ceres, estuvo una temporada y media
en el Celeste hasta que recaló en Can-
delaria, de la Misiones de sus padres,
para disputar el Argentino B: “Dejé a mi
hijo, que fue durísimo, viajé 27 horas y
cuando llegué se acerca una persona Salta me llamó para ir. Ya estaba en el
y me dice ‘¿Vos sos Jesús?’, le digo que Argentino A”.
sí y veo que otro se enoja y dice ‘pa- Desde el Lobo norteño se da el gran
gale el pasaje y que se vuelva’. Le ha- salto de Martínez cuando lo compra Hu-
bían dicho que iba un central de 1,85 racán de Tres Arroyos, con Cachín Blanco
metros, de porte grandote y yo era un como DT, pero lo envían a Villa Mitre de
fideo con 70 kilos. Tuve la fortuna de Bahía a préstamo y logra el ascenso a la
que el pasaje de vuelta era para 3 días B Nacional. Cuando el Chavo Anzarda
después, el profe me llevó a su casa y agarra al Globo, le pide que se quede y
en un entrenamiento le dije al técni- firma por 2 años más disputando la B Na-
co: ‘Deme la oportunidad media hora cional hasta el gran paso, la Primera Di-
que se los mato a todos, soy ganador. visión: “Lo de Colón se dio a partir de la
Viajé 27 horas con sueños grandes’… ayuda de Pepo Soto y Alejandro Presa,
¡me mataron! Jaja… eran odiosos, me que eran representantes. Conocieron
trataban de porteño pero al final el mi historia y me acercaron a Pacho Ma-
DT me mandó a arreglar con el presi- turana. Me pidió que me quede, firmé
dente. Ascendimos ganándole la final pero tuve la mala suerte que se fuera
a Villa María de Córdoba, con Pedro a los 6 meses… un día me llama y me
Catalano como DT, y cuando al año dice que me consiguió lugar en el Once
siguiente agarró Gimnasia y Tiro de Caldas de Colombia, Primera División.

PH: Matías Adhemar
Me manda los pasajes para viajar el 13
de junio y mi exmujer se planta el 11,
me dice que no y no viajo. Ese año el
Once Caldas le ganó la final de la Liber-
tadores a Boca, me quería matar y ob-
vio, me separé Jajaja”.
EL TÉCNICO
“No tengo cassette, no pienso lo que
digo, sólo digo lo que siento”, expresa el
DT de CRIBA en una descripción de su es-
tilo, y agrega: “Para mí el fútbol es más
sobre sensaciones que otra cosa. En la
semana se labura a pleno, a morir, miles
de trabajos. Pero dentro del vestuario
es donde uno vive todo”. Con su nom-
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bre arraigado a Porteño, donde hizo sus
primeras armas como técnico hace muy
poco, expresó con claridad: “Porteño es
como si fuera mi casa. Luego de pasar
por Montoro y volver ahí siempre de-
cía ‘¿nunca un CRIBA a mí?’. Pasa que lo
había enfrentado muchas veces y no le
había podido sacar ni un punto. Enton-
ces cuando me voy de Porteño me llama
alguien y dice ‘¿hablo con el DT que nos
va a sacar campeón?’; así es, él habla…
¿quién sos? ‘Pedrín’, me dice, y no lo
podía creer. Llegué a casa, abracé a mi
señora, a mis hijos, estaba feliz de que
un club como CRIBA se interese en mi”.
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14 NOTA PRINCIPAL

Maldito
Parkinson
E l Mal de Parkinson es una enferme-
dad neurodegenerativa que se ca-
racteriza por afectar principalmente la
capacidad de movimiento y provoca,
como síntomas fundamentales, lentitud
(también llamada bradicinesia), rigidez
muscular y temblor. Es la explicación
clínica que escuchó Jesús Martínez el 7
de abril de 2014, un día que cambió su
vida para siempre. “No tomo las cosas
como desgracias, pero un día me le-
vanto con un temblor en mi mano, lo
dejo pasar por un tiempo y resultó en
que tengo el Mal de Parkinson. A raíz
de eso los médicos deciden que ya no DT gracias a Palito Vázquez, y dejé de
podía jugar profesionalmente”, explica lado eso. Pero sentí que no tenía más
Jesús, y agrega: “Uno es generador del fuerzas para levantarme, que no tenía
clima que quiere. Mi punta de lanza más fuerzas para vivir, que me habían
es ser un luchador, no puedo decaer. quitado todo”.
Mucho tuvo que ver en eso mi seño- En el difícil camino de retorno a la
ra actual (Verónica) porque me pasó, vida que tenía el Tanque va por todo y
toqué fondo, caí en una depresión muestra cómo lo hizo: “Me levanté, fui
muy grande y ella me sostuvo. Enten- a los médicos y asumí que estaba en-
dí que tenía familia, cuatro hijos, una fermo. Hoy hago todo el tratamiento al
nueva oportunidad en el fútbol como pie de la letra, me salió la jubilación por

incapacidad, que es algo que me
ayuda, y sigo convencido de que
haber llegado a no querer vivir me
abrió la mente y el corazón. Hoy las
mínimas cosas son importantes”.
A lo que agrega desde su corazón:
“Más allá de que tengo un movi-
miento del brazo tengo la fuerza
para sostenerlo y si en algún mo-
mento empeora, voy a estar prepa-
rado, al menos psicológicamente.
Cada instante lo disfruto el doble.
De lo malo saco lo bueno en todo.
Disfruto de mi vieja, de mis hijos,
de pasar un trapo, lo que sea…
pienso que el Parkinson me vino,
lo tengo pero que es una batalla
diaria y no puedo bajar la guardia”.
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Y de lleno en su estilo emotivo, relata
su ritual más sagrado en el rol de técni-
co: “La intimidad que vivo con mi papá
es dentro del vestuario. Siempre pido
quedarme solo unos minutos antes de
dar la charla y hablo con él, nos encon-
tramos. “Le doy gracias porque el sil-
bato aún no sonó y él me acompaña. A
partir de ahí empieza mi tranquilidad.
Espero con ansias el sábado porque mi
encuentro con él no es en el cemente-
rio, mi viejo está ahí adentro”.
“Siempre tengo sueños grandes…
los sueños se arrebatan y son para va-
lientes” dice Jesús Martínez, y después
de semejante recorrido nadie le quitará
la ilusión.
 POSTALES:
DESPEGAR

PH: Matías Adhemar / 2216012103