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ELEMENTALES ARTIFICIALES

CREACIÓN DE SIRVIENTES

por DarkAlchemist.

La Alquimia Hermética es diferente a los otros tipos por su enfoque


mental, ya que por medio de la mente se puede influir sobre todos los
mundos, siendo ella el puente entre el Alma y la materia. Las
manipulaciones materiales sólo sirven aquí como auxiliares para los
poderes del Alma, pero los Alquimistas más avanzados hacían uso de
estas operaciones manuales rara vez con un fin que no fuera el de
experimentar sobre esas materias e influir sobre ellas al proyectar el
poder de su Voluntad.
Dentro de los grimorios de los Alquimistas, a pesar de su intrincado
simbolismo, encontramos operaciones con estos objetivos:

 1.-Transmutatio (Transmutación), por medio de la Lapis


Philosophorum (Piedra Filosofal).

 2.-Inmortalidad adquirida por medio del Elixir Vitae, el elixir de la


Vida. Dentro de este objetivo se incluye la confección de la
Panacea, la medicina universal que cura todas las enfermedades.

 3.-Creación de un humunculus, o de varias clases de humunculi,


humúnculos. Dentro de esta práctica se engloba la creación de
toda clase de familiares, flagae o sirvientes mágicos que asistan al
Alquimista para una u otra operación, según sea el objetivo para el
cual fueron creados originariamente. El golem es un resultado de
esta práctica y el genio en la botella, otro. La metodología en
ambos casos es distinta, pero el procedimiento descansa en las
mismas leyes vitales.

 4.-La palingenesis o palingenesia, que consiste en reavivar


físicamente a un ser a partir de sus propias cenizas. El ave fénix es
un ejemplo del resultado de esta práctica, y es el tipo menos
complicado de Resurrectio (resurección).

En el inciso tres se habla de una de las ramas en las cuales podía


emplearse y demostrarse el poder creativo del practicante; se habla de la
creación de varias clases de elementales artificiales, desde los de menor
grado (constituídos de materia animada) hasta los de alto nivel
(constituídos de materia sutil densificada o insuflada en materia densa),
que se especializaban en determinadas tareas, según la voluntad del
Alquimista lo especificaba.

Los métodos que se seguían para crear esta clase de elementales -


ervidores- eran divididos generalmente en dos aproximaciones a estas
operaciones, las cuales son:

--Espiritualizar la materia.
--Materializar el Espíritu.

Por mucho tiempo se ha hablado de la leyenda del Rabí Loew y de su


Golem creado allá en Praga, en el tiempo en que alquimistas y kabalistas
estaban estrechamente relacionados por vecindad territorial e ideológica.
A la mayoría de los kabalistas tal creación-manipulación de los
elementales se les hacía casi monstruosa y contranatural, puesto que
ellos sólo buscaban servirse de los elementales que ya habían sido
creados por Dios, mas no de elementales creados por ellos mismos
porque pensaban que, por su misma osadía (y por la soberbia que
significaba el tratar de igualarse al Creador), serían castigados y que su
creación se iría contra ellos, como luego relataría admirablemente Mary
Shelley en su novela "Frankestein"; y así fue como en esa época surgió
la leyenda del Golem y del rabí que se atrevió a crearlo con fatídicos
resultados para muchos, hasta que él mismo logró darle "muerte" a su
creación. Pero, a pesar de tales amenazas psicológicas, los Alquimistas
habían sido hábiles en la creación de tales elementales artificiales desde
mucho antes de que los kabalistas supieran siquiera que en la naturaleza
existe una clase de seres llamados "elementales" (entiéndanse los
habitantes de los cuatro elementos metafísicos, por ejemplo). Y esto se
comprueba en varios relatos del antiguo Egipto, donde se describe a los
sacerdotes-magos (hermetistas) creando toda clase de elementales.
Pero el relato más cercano a la versión del cuento medieval del Golem
de Praga, salió a la luz poco más de dos milenios antes, y es uno en
donde se habla del Mago Hermético Meri-Re, escriba extraordinario y
sabio.
Se dice que estando en el mundo de los muertos, formó un hombre de
barro para que subiera a la tierra y comprobara si el faraón había
cumplido las promesas que le había hecho a Merire después de que éste
sacrificara su vida en intercambio por la del mandatario.
"Entonces...Merire tomó un terrón de barro, moldeó con él un hombre y le
practicó la apertura (también puede leerse aquí "abertura") de la boca",
se dice en el texto del relato. Y fue de esta técnica de la creación de
golems que surgió la extendida y exotérica costumbre de la creación de
los Ushabtis, que eran estatuillas programadas mágicamente para
atender las necesidades de los muertos en su tránsito al otro mundo, así
como ayudar a los ka para mantenerse cómodos en la tumba donde se
encontraba su vehículo físico mumificado.

Clases de elementales

Para el motivo de nuestro estudio, delimitaremos las distintas clases de


elementales en dos órdenes: los naturales y los artificiales.

Dentro de la primera categoría podemos incluir: los elementales de la


naturaleza (gnomos de la tierra, ondinas del agua, silfos del aire y
salamandras del fuego), los flagae (espíritus/genios tutelares que sirven
a los humanos desde el nacimiento y los instruyen en distintas ramas del
saber), los familiares asignados para ayudarle al alquimista en tareas
específicas (ya sea por los guías o los protectores/guardianes del
practicante)...Éstos están dentro de los más importantes, generalizando,
claro está.

Por otro lado, dentro de los elementales artificiales (aquí artificial debe
ser entendido en su contexto antiguo como "creado por medio del Arte"--
la Alquimia), incluímos a las distintas clases de golems (formados a partir
del barro, arcilla o bronce), a los humunculi (formados de materia astral),
a los djinn o genii (genios creados por los hombres con materia sutil del
plano etérico)...y dentro de estas tres categorías podemos englobar la
mayor cantidad de ejemplos disponibles.

Los antiguos filósofos herméticos de Khem (Egipto) formaban estatuas y


atraían las influencias cósmicas y estelares sobre ellas por los medios
magnéticos y simpáticos que ahora rara vez son empleados con la
misma maestría. Así era como estas estatuas se convertían en focos de
poder cósmico que irradiaban las virtudes benéficas de los mundos
superiores sobre los habitantes de Khem. Pero esto no llegó hasta ahí:
Los Alquimistas más poderosos de esta antigua "tierra negra" podían
lograr incluso "que los dioses descendieran sobre las estatuas para
animarlas e instruir a los hombres", como se menciona en el Asclepios,
libelo contenido dentro del Corpus Hermeticum. Posteriormente, este arte
fue perfeccionado en alto grado por los alquimistas árabes, quienes
descubrieron que esos que los antiguos egipcios llamaban dioses, eran
más bien "genios" tutelares. Y se dieron a la tarea de confeccionar los
"contenedores de esencias" que dieron origen a la fábula tan popular de
"el genio dentro de la botella", porque generalmente los practicantes
empleaban artefactos y "aparatos" similares, e incluso lámparas (!),
aunque esto era una rareza y la mayoría de las veces simplemente se
empleaban cristales, ya fuera en mineral o montados en anillos, además
de botellas, redomas, frascos y ánforas, por citar sólo algunos, ya que es
mucho más complicado emplear artefactos más grandes, como lo dice
bien el Abad Trithemius, que fue maestro de Paracelsus, de Agrippa y de
Fausto, en su tratado "Sobre la forma de atraer los espíritus a los
cristales".

Entonces, como se ha visto, en la antigüedad los Alquimistas se servían


mayormente de los elementales naturales y los empleaban para distintos
fines. No fue hasta en la Edad Media cuando la creación de elementales
como los golems y los humunculi cobró fuerza. Se habla de Michael Scott
y su "sirviente de las sombras" (que no era más que un humunculus
formado de materia astral); se cuenta de Albertus Magnus y su
"androide", ese autómata que su discípulo Tomás de Aquino redujo a
pedazos por considerarlo del diablo; se narran maravillas también sobre
Roger Bacon y su "cabeza parlante" que, después de transcurridos tres
lapsos de tiempo en los cuales no fue atendida, se hizo pedazos.
Posteriormente, en el período de finales de la Edad Media se cita a
Paracelsus y sus "sirvientes", y se relatan maravillas sobre sus humunculi
creados por su genio y sabiduría. Poco más tarde, entramos en los
albores del renacimiento y escuchamos de Cornelius Agrippa y su
misterioso perro negro; de Johannes Fausto y su asociado
Mephistópheles (del griego: "aquél que odia la Luz", otro elemental de
materia astral, aunque la historia de la Iglesia nos quiere convencer de
que el tal Mephistópheles era un "demonio" en el sentido de espíritu
malévolo del infierno). Luego, figuran John Dee y Edward Kelley con sus
ayudantes invisibles que les transmitían los mensajes de los ángeles y de
los espíritus inmortales de las esferas etéreas.

Hay más casos notables, pero me parece que el citar estos ya es


suficiente. Por último, hay que notar que los golems son creados
"espiritualizando la materia" y los humunculi, a la inversa, "materializando
el espíritu". Y el secreto aquí es que, como bien lo notó Eliphas Levi en
su "Dogma y ritual de la Alta Magia", el androide, empleado para sus
propósitos más elevados, es un sirviente que se crea en la esfera de la
mente, y que luego se proyecta al estado objetivo hasta que adquiere
una cierta autonomía para que, de esta forma y por medio del vínculo
magnético establecido entre él y su creador, funcione como un vehículo
para hacer manifiestos los hechos obrados por la voluntad del Alquimista
en lugares (más allá de los niveles astral y mental) a los cuales el cuerpo
y la conciencia de este último no podrían llegar de otra manera (y si
llegan, todavía les falta el ser eficaces y el poder influir concretamente
sobre esos niveles). Y el humunculus, de manera similar, es un vehículo
creado a partir de materia etérea o astral (en algunas partes este
vehículo artificial es llamado "cuerpo de luz") que le sirve al practicante
como un medio en el que puede proyectar su conciencia para
desenvolverse en distintos mundos, planos y dimensiones a los cuales
no puede llegar mientras no culmine con la Gran Obra y no obtenga el
cuerpo solar glorificado que puede bajar y elevar sus vibraciones para
adaptarse a las frecuencias de los distintos mundos del cosmos. Es
como quien fabricara un automóvil por sus propios medios y después,
saliendo de su casa, lo usara para viajar por distintas partes del mundo a
las cuales, por supuesto, no puede llegar a pie (y menos con su casa a
cuestas!!)

Texto que complementa el artículo

Texto por Phil Hine, traducido por Alia22 para www.circulodorado.com

http://www.circulodorado.com/archivos/ess22092005.pdf

Preguntas respondidas por el creador del tema:

Bueno, como este es un foro de teoría, pensaba dejar la práctica para


otro post, destinado a estar en el apartado de prácticas, precisamente.
Pero bueno, ya que insisten Smile , cómo negarme. Será un placer
responderles, a grandes rasgos.
Aquí, al decir la frase: "materializar el espíritu", los Alquimistas no se
refieren al Espíritu (Mens) inmutable, eterno, causa última de las cosas,
sino al espíritu del mundo (spiritus mundi), que es la materia más sutil, a
la vez que el espíritu más denso. Y cuál es este puente entre los reinos
espirituales y los materiales?? El Éter universal, que se manifiesta en
todos los mundos, ajustando su vibración propia a la de cada uno de
ellos, para manifestarse y sostener las formas de vida de cada uno.
Bueno, ahora sí, al método de "materializar el espíritu":

-El practicante reune el Éter circundante, y lo moldea en una forma que


habrá coformado en la esfera de la mente, mediante la Imaginación
Verdadera (la que evoca formas con substancia y no fantasmas vacíos).
Sin soltar la imagen que habrá de ser el aspecto/forma del futuro
elemental, lo dota de todos los detalles que tendrá: cualidades,
características, facultades, poderes, etc. Aquí, es importante que el
practicante mantenga en su mente todas esas cualidades y que se las
"insufle" al elemental, mediante la asociación meditativa, de forma
parecida a lo que se hace cuando se medita en un símbolo y se desea
asociar a él una virtud o algo. Y esto es capital, porque el elemental
tendrá el carácter que el practicante tenía en este punto, y la esencia
energética que distinga al elemental, dándole una semiautonomía del
creador, será la que éste último le haya proyectado en este paso.

-Si el practicante desea que el elemental esté conformado con la energía


de un elemento en especial, en este punto deberá envolver a la forma de
pensamiento que posteriormente será el elemental, en la esencia de ese
elemento. Y así, las asociaciones que le dé al futuro sirviente, deberán
ser acordes con las características y cualidades asociadas con el
elemento del que estará conformado.

-En este punto, se dirige hacia él la mayor cantidad de energía emocional


posible, que sea acorde con el elemento que conforma al elemental. Y
claro, debe ser de carácter positivo, si es que luego no se quieren tener
problemas de que el elemental se salga de control o algo. Y también, se
proyecta el sentimiento que se asocia con la esencia del elemento en
cuestión. Para esto, hay que sentir lo que distingue a los distintos
estados emocionales, como son la felicidad, la ira, la confianza, etc. Eso
que se siente al experimentar un estado u otro, es el aspecto más notorio
de su esencia, y con la práctica se aprende a fijar la esencia de cada
estado en uno mismo para poder proyectarla también, ya que, después
de todo, son energías emocionales.

-Por último, se destina el llamado "contenedor de esencias", que será el


vehículo más denso del elemental. Puede ser desde un material
destinado para guardarlo, como los que describo en primer post, o una
figura. Si queremos que el elemental sea sólo una forma de pensamiento
proyectada y dirigida, no será necesario hacer esto; aunque sí lo será si
queremos que dicho elemental (que siendo de esta forma, ya más bien
es elementario artificial) tenga también un cuerpo físico, lo cual rara vez
se refiere a que tenga un cuerpo de carne y sangre, sino un cuerpo astral
densificado o una figurilla de cera, barro, cobre o madera que sirva como
contenedor de la esencia del elementario de la misma forma en que
nuestros cuerpos físicos contienen la nuestra propia. Paracelsus
denominó a estas figurillas Homunculi Imagunculae (véase Léxicon
Alchemiae de Ruland).

-Para un elemental simple, se le dará un nombre y un símbolo en


especial, que estará asociado con él desde el preciso momento en que el
elemental se designe para una tarea en especial. Si se quiere usar un
cristal, por ejemplo, como contenedor, el símbolo se debe grabar en él,
siguiendo también las asociaciones de los elementos. Tendrá que ser una
piedra ligada con el fuego, con el agua, etc. según sea la esencia
asignada al elemental. Y claro, hay que destinarle ese contenedor para
que sea eficiente en mantenerlo ahí, como un genio dentro de la botella,
esperando nuestras órdenes.

-Para un elemental más complejo, se construye una imagen especial que


sea acorde a la forma que se le dio por medio del pensamiento. Y luego
se liga al elemental al contenedor, y el elemental estará ligado al creador
y tendrá vida física, gracias al aporte de la substancia básica del creador
(el aspecto microcósmico de la Prima Mater en el Alquimista; así como en
el nivel etérico es la fuerza vital, en el nivel físico es la sangre).

Bueno, ese es el método a grandes rasgos. En otro post, que pondré en


la Práctica avanzada, lo daré con mayor detalle. Como se puede ver, la
materia del elemental se va densificando, se le va bajando de vibración
paso por paso; del nivel Etérico (superior), al nivel mental (inferior); de
éste al nivel astral; y por último, del nivel astral al nivel físico, por medio
del nivel etéreo inferior, ligango al elemental con su "vehículo más denso"
por medio del arreglo de las polaridades electromagnéticas y del
establecimiento de vínculos simpáticos entre los distintos vehículos.

Uso de los elementales en magia y brujería


Aquí hablaremos sobre los elementales de la naturaleza y su utilización
en la magia y en la brujería. Los espíritus elementales son aquellos que
están de alguna manera relacionados con las energías de la naturaleza y
con la manifestación material que tiene la naturaleza en el planeta tierra.

El uso de elementales se hace en alta magia y es un tema difícil de


entender, sin embargo casi todos los procesos de magia usan a los
elementales aunque no comprendan ni entiendan lo que están haciendo.

3 usos habituales de los elementales en


brujería y magia:
1. Algunos usos de los elementales del fuego:

Los elementales del fuego pueden estar presentes en muchos casos en


que se hace magia y brujería. El antiguo rito que utiliza el caldero para
preparar pociones mágicas usa el fuego como principal aliado, pero lo
cierto es que en realidad no sólo usa el fuego para calentar y “cocinar” la
poción, sino que los brujos convocan a los elementales del fuego para
que estos hagan ciertas tareas específicas cuando se realiza la pócima.
Los elementales del fuego son muy volátiles y muy escurridizos y por lo
tanto muy delicados, los brujos los utilizan para no dejar rastros de su
actividad. Ya que el fuego puede quemar definitivamente todo rastro. El
elemental del fuego no siempre está asociado a la llama, ya que él puede
hacerse presente por medio de ciertas convocatorias que hace el mago.
La llama, es decir el fuego en sí, es tan sólo la manifestación física del
aspecto más terrenal del elemental y si bien en todo fuego hay
elementales, los que utiliza el brujo se separan del fuego y actúan por su
cuenta. Es decir que son pequeños seres que tienen el poder de quemar
y de transformar la materia aún sin utilizar el fuego.

2. Algunos usos de los elementales del agua:

Los elementales del agua son aquellos que están relacionados con el
cuerpo emocional de las personas. Estos elementales están en el agua y
en todo cuerpo que la contenga, es decir que se encuentran en casi todo
lo que existe en el planeta. Es por eso que se dice que todo en el mundo
tiene poder de sentir. Los elementales que pertenecen al agua en
algunas culturas se los llamo ondinas, la cultura popular también les dio
otros nombres. Lo cierto es que los elementales del agua son muchos y
variados. La brujería los utiliza para influenciar el campo emocional de
los preparados y hechizos que se hacen. Este manejo es muy sutil pero
al mismo tiempo es muy real. El brujo puede convocar a un elemental del
agua para que esté con él en momentos claves. Por regla general los
elementales del agua están cerca de la cocina y de los lugares donde se
encuentra su elemento, pero también responde a las emociones del brujo
y de aquellos al que el brujo quiere atrapar. Los elementales del agua
son sensibles a todas las emociones y por eso son y pueden ser muy
útiles para gobernar la voluntad de una persona. Son ayudantes que
actúan por simpatía o antipatía, es decir están siempre muy
predispuestos a evaluar el campo emotivo de las personas.

3. Algunos usos de los elementales de tierra:

Los elementales de la tierra son aquellos que le brindan al brujo formas


de hacer más específica una tarea. Es decir que son aquellos
elementales que pertenecen a un elemento que lo que hace es concretar.
Los elementales de la tierra al igual que los de agua están en muchas
cosas que hay en el planeta. El brujo puede realmente tener un ayudante
especial y muy fiel, los elementales de tierra no se dejan llevar por las
emociones sino que son totalmente aferrados a las cosas materiales, por
lo tanto, así como son de eficientes pueden ser de peligrosos. El
elemental es quien hace un trato con el brujo o mago, la característica de
estos elementales es sacar algún tipo de ganancia en la tarea que
realizan. Esta ganancia siempre está relacionada con la capacidad de
producir hechos tangibles. Es por eso que estos elementales son
peligrosos, pues pueden producir modificaciones materiales en las
personas y en las situaciones. Así mismo estos elementales si bien son
muy coherentes y son los que más pueden relacionarse con los seres
humanos, son muy apegados a los conceptos y a determinadas
directrices que ellos tienen. Hay elementales de este elemento que
pasan de maestros a discípulos y aún hay otros que no dejan descansar
al brujo luego de desencarnado. Es por eso que la magia blanca utiliza
muy poco a estos elementales pues los considera peligrosos.

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