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ACTIVIDAD DE ÉTICA PROFESIONAL

TEMA. LA CONCIENCIA MORAL


1. ¿Qué es la conciencia moral? ¿Cuál son sus tipos?
Se le llama conciencia moral al proceso de introspección en la que el ser humano
es capaz de analizar la actitud que mantiene. El remordimiento, consecuencia de
“la pequeña voz de la conciencia” hablando, no es notable o no existe por completo.
Cabe destacar que, la naturaleza de esta, es completamente subjetiva, puesto que
es producto de la mente, además de la educación y el trasfondo cultural que tiene
el individuo. Solo el ser humano es sujeto de actos morales o inmorales; por lo tanto,
podemos decir que la conciencia moral es una función de la persona. La conciencia
moral es la que orienta la conducta en la dirección que la persona, de acuerdo a sus
principios, considera correcta.
La conciencia moral funciona de un modo esencialmente negativo. Expone algo
como mal, como no debido, “eleva reparos”, etc. Si decimos “la conciencia está
inquieta”, significa sin más que se precave frente al comportamiento que la
concierne, pero nunca significa que la conciencia diga que algo sea bueno. La
conciencia no tiene una función original y positiva de ofrecer una visión, sino una
función critica, en parte amonestadora y en parte sentenciadora.
Los tipos de conciencia moral son:
1) Conciencia verdadera: está en sintonía con el sentido común asumido por
el colectivo social, o las normas morales convencionales. Por ejemplo, saber
que el acto de robar o de matar está mal.
2) Conciencia recta: Está en sintonía con la rectitud personal, en coherencia
consigo mismo, con sus criterios éticos, con lo que ella cree o considera que
es correcto. Por ejemplo, estar de acuerdo en lo que dicta la religión a la que
pertenece porque creer que es verdad lo que esta dice.
3) Conciencia errónea: indica que lo que un individuo cree que es correcto a
nivel subjetivo e individual, en realidad es erróneo desde la perspectiva de la
verdad objetiva y el sentido común, aunque la persona siga pensando que sí
es correcto. Por ejemplo, abortar un bebé por el hecho personal de decir que
no quiere que nazca.
4) Conciencia viciosa: es contraria a la conciencia recta, indicando que la
persona suele actuar de manera precipitada y maliciosa intencionalmente, no
siendo sincera consigo misma a pesar de ser consciente de que lo que hará
no es correcto o verdadero. Por ejemplo, copiarse de un compañero durante
un examen.
5) Conciencia rígida: concibe el cumplimiento de las normas de forma radical
y rigurosa, a la luz de la rectitud personal. Esta puede ser una conciencia
recta falsa, puesto que la persona cree estar convencida en conciencia que
su rigidez es lo correcto. Por ejemplo, seguir las leyes o las normas de alguna
institución al pie de la letra, sin excepciones a la misma.
6) Conciencia laxa: Consiste en acomodar la verdad objetiva y la rectitud
personal (su conciencia verdadera y recta) a las circunstancias, según
convengan a los intereses personales. Por ejemplo, cambiar las palabras de
forma inapropiada para beneficio propio.
7) Conciencia escrupulosa: similar a la rígida, se concibe el más mínimo error
o equivocación como un motivo para valorar el acto como inmoral, incorrecto,
pecaminoso, etc. Se considera como conciencia recta (falsa) en la mente de
la persona, puesto, que esta cree que sus errores y equivocaciones son
inmorales y no hay verdad que la corrija o le haga caer en la cuenta de esto.
Por ejemplo, cuando alguien quien se aferra a sus creencias, se limita a
transmitir lo que cree a los demás y lo que él considere incorrecto lo cataloga
como incorrecto o no permitido.

2. Formación de la conciencia moral ¿Para qué?

La formación de la conciencia moral surge de la actitud positiva por parte del


hombre para practicar las virtudes y huir de los vicios. Y las virtudes
fundamentales que debe adquirir en este terreno son la sinceridad y la
humildad, primeramente, para saber reconocer los propios errores y pedir
consejo a las personas prudentes.

La formación de la conciencia moral viene obligada en los casos frecuentes


en los que se tenga duda sobre la moralidad de los actos a realizar.
Situaciones en las que se verá obligado el hombre a consultar con personas
prudentes.

La educación del carácter tiene su fundamento teórico en la ética de las


virtudes que proclamó Aristóteles. Según el maestro griego, la virtud tiene
tres aspectos bien definidos: un comportamiento (una conducta que
podríamos considerar como virtuosa como, por ejemplo, la generosidad), un
sentimiento (se actúa con generosidad porque es bueno, porque hace bien,
porque se ama ser generoso) y finalmente una razón (permite reflexionar los
motivos por los que ciertos actos y rasgos son buenos y otros malos). De
poco sirve adoctrinar sin la práctica y la integración emocional de la virtud:
no es la razón, sino el sentimiento, el que nos mueve a actuar.

Todo hombre debe preocuparse por adquirir y formar una firme conciencia
moral por hecho de esta regir la regla moral de nuestras acciones, de las
cuales depende la felicidad eterna.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
SCHELER, M., Der formalismus in der Ethik und die materiale Wertethik, p. 325.
CERNA, B., (2015). Tipos de conciencia moral en los actos humanos. Recuperado
de: http://escriturasm.blogspot.com/2015/03/tipos-de-conciencia-moral-en-los-
actos.html.
GUIX, XAVIER. (2013). EL PAÍS. Necesitamos conciencia moral.
GAY, JOSÉ. (2014). Curso de filosofía, 2da edición. Ediciones Rialph, Madrid. p.
381-382.

INTEGRANTES
LEANDRO FUENTES MEDINA
ALBERTO BARRERA LLORENTE

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