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La lectura: una manera de adquirir alas


El día de tu santo

El día de tu santo
Te hicieron regalos muy valiosos:
Un perfume extranjero, una sortija,
Un lapicero de oro, unos patines,
Unos tenis Nike y una bicicleta.
Yo solamente te pude traer,
En una caja antigua de color rapé,
Un montón de semillas de naranjo,
De pino, de cedro, de araucaria,
De bellísima, de caobo y de amarillo.
Estas semillas son pacientes
Y esperan su lugar y su tiempo.
Yo no tenía dinero para comprarte algo lujoso.
Yo simplemente quise regalarte un bosque.

(Jairo Aníbal Niño - La alegría de querer)


Reflexionemos y compartamos

 ¿En esta edad, usted qué libros leía?


 ¿Cuál es su libro favorito? ¿Por qué?
 ¿Qué libros tiene en casa para su hijo/hija adolescente?
 ¿Cómo motivar a nuestro hijo a ser un gran lector? ¿Cómo estimularlo a
escribir?

Consultemos y debatamos

La literatura para el adolescente es una manera de adquirir alas, de


volar, así como dice el poeta: los dioses, sean los que sean, cuando crearon a
los seres humanos no nos dieron alas para volar, nos dieron la capacidad de
leer y escribir nuestros tiempos, ese es el vuelo de los humanos, esa es la
libertad de los humanos.

Cuando el adolescente ejerce el derecho a leer ejerce muchos otros


derechos. Por esta razón, leer, mientras no sea una imposición, es un acto
placentero, así se lea una novela, una poesía, un texto escolar, una revista de
modas, un tratado de Física o un manual de Mecánica. Las diferentes lecturas
requieren estados de ánimo o procesos mentales diferentes, pero toda
lectura será un motivo de crecer interiormente si se hace desde una actitud
armónica y creativa por parte del muchacho.
El arte de la literatura se aprende cuando no solo se leen textos escritos, sino
leyendo el universo que habitamos con su puntuación y su gramática, con
sus tonalidades plurales y variadas que conforman una unidad llamada vida.

Es necesario que el adolescente aprenda a traducir letras en sonidos


y estos en contenidos. Es necesario que comprenda los diferentes
contenidos de lo que lee, pero es fundamental, para ejercer el derecho a ser
un ser humano, que comprenda no solo los libros escritos, sino alcanzar el
deleite de leer al otro, al semejante, a los otros, al mundo, para que así
pueda transformarse y transformar.

El adolescente mediante la literatura tiene un grande y apasionante


reto: participar en la construcción de un mundo gobernado por sueños
propios y no por sueños de otros. Un mundo con identidad propia, pues quien
busca su identidad fuera de sí está condenado a vivir en la ausencia de sí
mismo movido por las opiniones y deseos de los demás.

No basta con ver si no se sabe ver. La literatura le posibilita la capacidad


de aprender a ver, de afirmar sus sentidos que han podido estar dormidos en
un lugar cerrado llamado salón de clases, con sus sillas rígidas, sus
escritorios, mapas, borrador, tablero y la voz martillante de un maestro que
por sobre todas las cosas desea el silencio de los estudiantes. Es la literatura
para el adolescente una de las oportunidades de escapar de la ceguera y
empezar a ver.

Todos necesitamos conocer, interpretar el mundo. La literatura nos introduce


en un mundo nuevo de preguntas y respuestas que nos ayudan a conocer la
vida, a experimentarla, a gozarla. Leer es abrir ventanas al mundo. La
literatura es un soporte para que el adolescente efectúe su tarea de
búsqueda de identidad. Allí, en lo profundo del libro, logra identificarse
con distintos personajes, logra percibir su cuerpo, sus transformaciones, los
cambios en su pensamiento, en su forma de relacionarse con el universo.

Allí, en el libro, puede encontrar las razones de su existencia. La literatura,


por otra parte, le acompaña en su soledad y le brinda abrigo para sus
muchos miedos. Leer es viajar, es conocer no solo otros mundos, sino
otras personas, con sus sueños.

La literatura es una herramienta para vivir una existencia más


plena, con menos dolor; es un medio para mantener vivos los sueños y viva
la vida la lectura es parte fundamental de la formación de los seres humanos
en colaboración, respeto y libertad; es vital para aprender desde la alegría y
no desde el temor y el castigo.

El adolescente se puede ennoviar con la literatura, estimulándole a


encontrar respuestas en determinados libros. Los textos de aventura, en los
que el personaje enfrente tantos retos como los que él está viviendo, son
atractivos y lo pueden enganchar.
Un texto nos puede llevar a la reflexión. La literatura para muchos
adolescentes se constituye en un puerto seguro donde llegar ante las
diferentes crisis que vive, como el duelo por la pérdida del cuerpo de
niño/niña, la poca aceptación del cuerpo de adolescente, la inaceptación de
la familia y la escuela por sus nuevos gustos, su ropa, sus ideas y
pensamientos, entre otras. En las entrañas del libro, el muchacho muchas
veces encuentra una luz para la resolución de sus conflictos.

El adolescente necesita en la escuela y en la familia espacios


promotores de literatura, espacios cómodos y agradables, donde se
respete su autonomía para leer, donde no se imponga la lectura como una
obligación o una tarea, donde se recuerde que los temas favoritos deben
intercalar la aventura con los relatos, la poesía, ciencia ficción, historia, entre
otros.

Muchos adolescentes reconocen que no les gusta leer, aceptan que


tienen dificultades para comprender y están preocupados por la lectura en
voz alta; algunos porque les cuesta hacerlo y se sienten mal al leer en
público y otros porque creen que deberían saber hacerlo bien. Afirman que
los libros la mayoría de las veces no responden a sus intereses, ven a los
maestros reiterativos o aburridos a la hora de proponer la lectura. Pero hay
otros que leen y degustan la lectura con todos los sentidos.

Ahora hay mayor oferta de libros; casi todos los municipios tienen
bibliotecas. Y además de los libros escritos ahora se dispone de audilibros,
para poder escuchar los textos, muchas veces en la voz de su autor. También
podemos oír a los cuenteros, que con sus narraciones nos llevan a otros
mundos, nos encienden la llama de la fantasía.

Los libros también pueden compartirse, podemos prestarlos,


intercambiarlos. Así podemos tener acceso a muchísimos más libros.

Existe un recurso muy eficaz para que nuestro hijo sea un buen lector,
nuestro ejemplo. Si nos ven leer y compartir nuestras opiniones frente al
tema leído, posiblemente les vendrán deseos de interesarse en los libros. Y
luego de este primer paso, el encanto que los libros tienen dentro de sí, hará
el resto.
Comprometámonos y evaluemos

 Contribuyamos a crear proyectos de promoción de la lectura en la


escuela y la familia
 Tomemos conciencia de la necesidad de promover la lectura desde la
biblioteca y el espacio escolar.
 Favorezcamos la vinculación entre las bibliotecas y otros espacios de la
comunidad escolar
 Apoyemos proyectos para actualizar con buenos libros, el espacio de la
literatura en la escuela
 Utilicemos la lectura como medida de agradable ocupación del tiempo
no como un castigo
 Tengamos libros adecuados para adolescentes en casa
 Leamos en casa, demos ejemplo

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