Sei sulla pagina 1di 3

ADOLESCENCIAS-DESARROLLO HUMANO

Desde un punto de vista histórico, la adolescencia ha sido considerada por algunos autores
como un fenómeno moderno. Aunque es válido resaltar también que no en todos los lugares
es igual. En culturas no occidentales la transición a la adultez es más breve. En nuestras
sociedades, en cambio, hay, básicamente, dos factores que determinan una prolongada
dependencia y demarcan grandemente la existencia y peculiaridades de esta etapa: los
distintos avances tecnológicos que facilitan la inserción social y laboral y los límites de edad
en la educación obligatoria con la cual su condición de estudiante se prolonga y de esa forma
mantiene un rol relativamente pasivo en la estructura social.

Carvajal (1993) menciona a esta etapa como “la edad difícil” debido a que se llevarán a cabo
la mayor cantidad de cambios y atravesará distintos momentos críticos y difíciles en su vida
los cuales se acalorarán con las crisis que él mismo autor plantea.

En comparación con los niños, los adolescentes son todavía más sensibles ante la sociedad
que los rodea: sus valores, sus reglas, tensiones políticas, crisis económicas, etc. En
consecuencia, si perciben que la sociedad es demasiado rígida y con muchos límites, en
algunos casos, pueden asumir identidades y papeles temporales como una forma de reacción
ante ello. Por otro lado los cambios biológicos, las pulsiones sexuales, así como los nuevos
intereses y sentimientos, aparecen también como factores que contribuyen a entender la
problemática característica de esta etapa,

Este periodo, en palabras del autor, consiste en la transición del modelo adolescente a uno
similar tanto en acciones, actividades, y comportamiento, al del adulto. Es la puerta de
entrada a la juventud.

La mayoría de cambios físicos-biológicos se dieron en las dos etapas anteriores, así, en esta
etapa, se realizan a gran escala todos los que tengan que ver con el rol que asumirá el futuro
adolescente dentro de la sociedad.
Uno de los temas más complicados por los que se atraviesa es la relación con los padres y
con su grupo de pares. De hecho, algunos adolescentes son más propensos a aceptar la
opinión y los valores de sus padres que la de sus amigos.
El problema más importante durante la adolescencia consiste en la resolución del conflicto
sobre la identidad propia. Este conflicto se puede entender como la necesidad del adolescente
en determinar “quien es”, ya que los repentinos cambios temporales lo desconciertan y hacen
que frecuentemente se formule preguntas en función de qué personas han sido hasta ahora y
en quienes se están convirtiendo.

Esta crisis explica, en gran medida, un rasgo típico de la afectividad adolescente: la


inestabilidad emocional. Durante este periodo de la vida, uno oscila, drásticamente, entre la
alegría y la tristeza, entre el buen humor y el mal humor, con bastante rapidez. La vida
afectiva se torna muy intensa, incluso durante la etapa de la adolescencia juvenil, donde,
según Carvajal (1993), el adolescente idealiza mucho a la pareja con la que pasa más tiempo,
estableciendo lazos fuertes pero idealizados y de posesividad. El egocentrismo es muy
notorio, ya que la otra persona no posee un rol dentro de la relación.

De igual forma sucede con los grupos de amigos, pues ya se establecen unas relaciones más
serias de camaradería y ya no de pandillaje como se observó en etapas anteriores. Además,
las relaciones dentro del grupo se vuelven bisexuales, pues ya no son esos típicos “grupitos”
formados solo por hombres o por mujeres, sino que los grupos se tornan más abiertos y
acaparan a ambos sexos.
En términos sociales, pero ya a niveles macro, el adolescente se centra también en la
preocupación por el futuro, y la búsqueda de una identidad laboral, pues se sienten
ciudadanos al estar cerca de la adultez e intentan tener las mismas oportunidades y las tomas
de decisiones de las cuales solo se encargan los mayores.

El adolescente de por sí es un ser enigmático, un ser en el cual puedes encontrar muchas


características. Sin embargo, también es muy criticado muchas veces por la sociedad, pues
algunos lo consideran como el patito feo del desarrollo social debido a los constantes cambios
por los que atraviesa.
No necesariamente se debe entender lo que ellos quieren decir, expresar o hacer, sino
debemos comprender que se encuentran en una etapa muy difícil y en muchos casos crítica,
pues los cambios físicos y psicológicos lo pueden afectar de tal manera que se podría alejar
de forma total de la sociedad, aislarse, o hasta llegar al punto de hacerse daño o incluso llegar
a más debido a que nadie lo acepta como tal.

Carvajal, G. (1993). Adolecer, la aventura de una metamorfosis: una visión psicoanalítica de


la adolescencia. Tiresias: Colombia.

Luiggi Enzo Ochoa Callan

Estudiante de Educación Secundaria en la especialidad de


Filosofía y Ciencias Histórico Sociales

Potrebbero piacerti anche