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Víctor Hugo Iturbe Legorreta

Modulo VIII “Sociología del Trabajo”


Resumen del Capítulo XIII de El Capital
MAQUINARIA Y GRAN INDUSTRIA

1. Desarrollo histórico de las máquinas

En el primer parágrafo del Capítulo XIII de la sección cuarta del Capital, Marx explica
la importancia de la maquinaria y cómo se aplica a la fuerza de trabajo. El principal
objetivo de introducir maquinaria en la fuerza de trabajo es aumentar la
productividad. Cuando se aumenta la productividad, la mercancía que se produce
se abarata. La plusvalía relativa se amplifica porque la maquinaria acorta la parte
del día en que el trabajador trabaja para sus medios de subsistencia y aumenta el
tiempo que el trabajador produce para el capitalista.

Marx discute sobre la aplicación de las máquinas y herramientas al proceso de


producción. Sin embargo, enfatiza en la diferencia entre ambas “La herramienta se
convierte de simple herramienta en máquina cuando pasa de manos del hombre a
pieza de un mecanismo. Y la diferencia salta inmediatamente a la vista, aun cuando
el hombre siga siendo el motor primordial.” (304). Marx cree que la máquina en
funcionamiento es la parte más importante de la maquinaria desarrollada y es lo que
da comienzo a la revolución industrial del siglo XVIII. Para Marx las 3 partes de “toda
maquinaria un poco desarrollada” (303) son: el mecanismo de movimiento, el
mecanismo de transmisión y la máquina-herramienta o máquina de trabajo.

La máquina puede reemplazar a un trabajador que trabaja en un trabajo específico


con una herramienta, con un mecanismo que lleva a cabo la misma tarea, pero con
muchas herramientas similares y a un ritmo mucho más rápido y, de esta forma,
pueden llevar a cabo todo el proceso de producción. Este aspecto de la
automatización permite al capitalista reemplazar grandes cantidades de
trabajadores humanos con máquinas, lo que crea una gran cantidad de trabajadores
disponibles de los que el capitalista puede elegir para formar su fuerza de trabajo
humana. El trabajador ya no necesita ser experto en un oficio en particular porque
su trabajo se ha reducido a la supervisión y el mantenimiento de sus sucesores
mecánicos “La máquina de trabajo combinada […] es tanto más perfecta cuanto
más continuo es el proceso total, es decir, cuanto menores son las interrupciones
que se deslizan en el tránsito de la materia prima desde la primera fase hasta la
última y, por tanto, cuanto menor es la intervención de la mano del hombre en este
proceso y la mayor la del mismo mecanismo, desde la fase inicial hasta la fase final.”
(310-311).

Cuando la industria de fabricación de máquinas creció los esfuerzos de los


trabajadores comenzaron a enfocarse hacia la creación de estas máquinas, sin
embargo, con tantas máquinas en desarrollo, aumentó la necesidad de nuevas
máquinas para crear máquinas antiguas “…la maquinaria se fue adueñando
paulatinamente de la fabricación de máquinas-herramientas.” (314).

De este modo, “En la manufactura, la división y articulación del proceso social del
trabajo es puramente subjetiva, una simple combinación de obreros parciales; en el
sistema basado en la maquinaria, la gran industria posee un organismo
perfectamente objetivo de producción con que el obrero se encuentra como una
condición material lista y acabada.” (315)

2. Transferencia de valor de la maquinaria al producto

En el segundo parágrafo, Marx indica, tal como lo anuncia desde el primer


parágrafo, que la máquina no reemplaza la herramienta, la cual es alimentada por
el hombre, más bien, la herramienta se multiplica y se expande en la máquina de
trabajo creada por el hombre. Los trabajadores ahora van a trabajar para no manejar
las herramientas de producción, sino para trabajar con la máquina, que maneja las
herramientas. “La máquina no desplaza, como veíamos, a la herramienta. Ésta,
creciendo y multiplicándose, se convierte de instrumento diminuto del organismo
humano en instrumento de un mecanismo creado por el hombre. En vez de hacer
trabajar al obrero con su herramienta, el capital le hace trabajar ahora con una
máquina que maneja ella misma su instrumental.” (315).
Está claro que la industria a gran escala aumenta la productividad del trabajo en un
grado extraordinario al incorporar su eficiencia de ritmo rápido dentro del proceso
de producción. Lo que no está tan claro es que este nuevo aumento en la
productividad no requiere un aumento igual en el trabajo gastado por el trabajador.
La maquinaria no crea un nuevo valor. La máquina acumula valor del trabajo, que
entró en su producción, y simplemente transfiere su valor en el producto que está
produciendo hasta que se agote su valor “La maquinaria, como todo lo que forma
parte del capital constante, no crea valor; se limita a transferir el valor que ella
encierra al producto que contribuye a fabricar.” (316).

Solo la fuerza de trabajo, que es comprada por los capitalistas, puede crear un
nuevo valor. La maquinaria transfiere su valor al producto a una tasa que depende
de cuánto es el valor total de la maquinaria "Cuanto menos trabajo encierre, menos
valor transferirá al producto. Y cuanto menos valor transfiera, más productiva será
la máquina y, por tanto, más se acercará su rendimiento al de las fuerzas naturales.
La producción de maquinaria mediante maquinaria reduce, en efecto, su valor, en
proporción a su volumen y eficacia.” (319).

La regla general de la maquinaria es que la mano de obra utilizada para crearla


debe ser menor que la cantidad de humano trabajo que reemplaza cuando se usa
en el proceso de producción. De lo contrario, la maquinaria no sería efectiva para
aumentar la plusvalía y, en cambio, la depreciaría. Esta es la razón por la cual no
se elige una maquinaria para reemplazar a los trabajadores humanos reales porque
no sería rentable “Como el capital no paga el trabajo invertido, sino el valor de la
fuerza de trabajo aplicada, para él el empleo de la maquinaria tiene su límite en la
diferencia entre el valor de la máquina y el valor de la fuerza de trabajo suplida por
ella.” (322).

4. La Fábrica

Marx comienza el cuarto parágrafo con dos descripciones de la fábrica, realizadas


por el Dr. Ure, en las cuales se visualiza a la fábrica como un todo "la cooperación
de diversas clases de obreros, adultos y no adultos, que vigilan con destreza y celo
un sistema de maquinaria productiva, accionado ininterrumpidamente por una
fuerza central (el motor primario).” (346) y, por otro lado, como "un gigantesco
autómata, formado por innumerables órganos mecánicos, dotados de conciencia
propia, que actúan de mutuo acuerdo y sin interrupción para producir el mismo
objeto, hallándose supeditados todos ellos a una fuerza motriz que se mueve por
su propio impulso” (346-347). Esta descripción doble muestra las características de
la relación entre el cuerpo colectivo de la fuerza de trabajo y la máquina. En la
primera descripción, los trabajadores, o la fuerza de trabajo colectiva, se ven como
entidades separadas de la máquina. En la segunda descripción, la máquina es la
fuerza dominante, con el trabajo colectivo actuando como meros apéndices de la
máquina que opera por sí misma. Marx utiliza la última descripción para mostrar las
características del sistema fabril moderno bajo el capitalismo.

En la fábrica, las herramientas del trabajador desaparecen y la habilidad del


trabajador se transfiere a la máquina. La división del trabajo y la especialización de
habilidades reaparecen en la fábrica, solo que ahora como una forma más
explotadora de producción capitalista “La capacidad de rendimiento de la
herramienta se emancipa de las trabas personales que supone la fuerza humana
de trabajo. Con esto queda superada la base técnica con la que descansa la división
del trabajo en la manufactura.” (347). Marx describe la división del trabajo en la
fábrica, cuya función primordial será la de distribuir a los obreros entre las máquinas
especializadas, esta división generalmente consta de dos grupos, personas que son
empleados en las máquinas y los que atienden a las máquinas. El tercer grupo,
fuera de la fábrica, es una clase superior de trabajadores capacitados en el
mantenimiento y la reparación de las máquinas. De igual forma Marx explica que
esta distinción del trabajo es puramente técnica.

El trabajo de fábrica comienza en la infancia para asegurar que una persona se


pueda adaptar a los movimientos sistemáticos de la máquina automática,
aumentando así la productividad del capitalista. “En la manufactura, los obreros son
otros tantos miembros de un mecanismo vivo. En la fabrica, existe por encima de
ellos un mecanismo muerto, al que se les incorpora como apéndices vivos.” (349).
Marx describe este trabajo como extremadamente agotador para el sistema
nervioso y carente de actividad intelectual. El trabajo en la fábrica les roba a los
trabajadores condiciones básicas de trabajo como aire limpio, luz, espacio y
protección “La tendencia a economizar los medios sociales de producción […] se
convierte, en manos del capital, en un saqueo sistemático contra las condiciones de
vida del obrero durante el trabajo” (353). Debido a la precaria situación en la cual
se encuentran los obreros, Marx termina esta sección preguntando si Fourier estaba
equivocado cuando llamó a las fábricas "presidios atenuados".

Bibliografía:

Marx, Karl. El Capital. Tomo 1. Fondo de cultura Económica. Edición en español de


1959. Reimpresión de 1995.

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