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Resumen:
Abstract:
Keywords:
Introducción.
Se estima que hay 1 billón de personas que padecen una discapacidad que
representan aproximadamente 15% de la población mundial que tropiezan con
múltiples obstáculos para participar equitativamente en sociedad (Mundial, 2011).
Especialmente, su derecho a la educación no suele hacerse realidad, lo cual a su
vez retrasa su acceso a otros derechos y crea enormes obstáculos para que
alcancen su potencial y participen efectivamente en sus comunidades. En todo el
mundo, al menos una de cada diez personas está discapacitada debido a
discapacidades físicas, mentales o sensoriales (es decir, más de 500 millones de
personas en todo el mundo), mientras que al menos uno de cada cuatro se ve
afectado negativamente por la presencia de discapacidad. (UN, 2004). Además,
el envejecimiento muy a menudo resulta en limitaciones en la visión, la audición, la
memoria o las funciones motoras y, en todo el mundo, hay alrededor de 600
millones de personas de 60 años y más, una cifra que se estima que se duplicará
por año 2025 y llegar a 2 mil millones en 2050 (OMS, 2004). Dentro del Ecuador, uno
de cada 550 niños nace con Síndrome Down (Jijón, 2010), si analizamos la cantidad
de niños que nacen anualmente podemos determinar que en el Ecuador nacen
alrededor de 402 niños (as) con Síndrome Down.
Uno de los periodistas españoles más prestigiosos en el mundo del ajedrez (García,
2013), en su obra Ajedrez y Ciencia, Pasiones Mezcladas; señala a España como el
país líder en la aplicación social del juego ciencia, enfocándose en los diferentes
grupos sociales y cosechando numerosos beneficios, a este grupo se contemplan
personas con autismo, asperger, transtorno de atención e hiperactividad (TDAH) y
síndrome de down.
Sin embargo, los resultados también muestran que la inactividad física es un estilo
de vida característico de las personas con identificación que viven en instituciones
(Heath, 1997), la inactividad física contra la cual es necesario luchar como para
todas las personas.
Existe cierta evidencia de que los juegos complejos como el ajedrez podrían tener
un impacto positivo en estos procesos En psicología el ajedrez se investiga bajo
diferentes paradigmas. El ajedrez es considerado como un modelo para procesos
cognitivos y habilidades tales como la percepción, manejo de información,
atención, memoria, pensamiento lógico y resolución de problemas (Gobet y Simon
(1996), Grossen (1991), Horgan [1987).
Coligiendo, con lo anterior citado, Cadillo (2013) señala que el arte de los títeres
es un instrumento que permite: Desarrollar actividades de aproximación y
aprendizaje de la historia del ajedrez. (juegos memoria y expresión) y la elaboración
de títeres de sombra. Esto implica que según el autor a medida que se vaya
conociendo la historia del ajedrez se irá construyendo guiones (libretos) que servirán
para enseñar a otros niños y motivarlos a aprender el juego y cumplir en parte el
reto que se ofreció. Commented [DEAB1]:
Metodología:
Resultados:
Existen limitantes de las personas con síndrome de Down al realizar los juegos de
ajedrez, estas no están en un momento de máxima actividad o rendimiento, pues
en muchos casos es el agotamiento y hartazgo lo que comienza a apremiar en el
paciente pediátrico.
Un adulto puede llegar a comprender que lo que le ocurre es que padece una
enfermedad, que su salud ha decaído y debe esperar a su potencial recuperación.
En el caso de los niños no siempre ocurre esto. No llegan a entender en muchas
ocasiones la situación en la que se encuentran, e incluso cuando la comprenden
resulta exponencialmente más difícil hacerle frente. Por ese motivo, existe la
posibilidad de una baja receptividad a las actividades recreativas.
Para evitar estas dificultades en su realización, deben tenerse en cuenta algunos
aspectos clave, así como una serie de condicionantes que determinarán la
ejecución de las actividades: la edad del niño, el tipo y gravedad de su
enfermedad y las características personales del niño.
La edad del niño determina las actividades recreativas debido al amplio rango de
edad comprendido en el término "pediatría".
Este hace referencia a la atención de niños desde los 0 hasta los 18 años de edad
(5).
Las diferencias entre los niños de estas edades pueden ser abismales, y nada tienen
que ver las necesidades de uno de 2 años con las de uno de 6 u otro de 13. Por
tanto, las actividades que llevemos a cabo para la satisfacción de dichas
necesidades, tampoco pueden ser las mismas. En este caso, han de programarse
las actividades recreativas por grupos de edad, de modo que las orientadas a niños
de más corta edad sean más sencillas e infantiles, y las que se dirijan a edades más
avanzadas adquieran una orientación de mayor madurez y complejidad. Esto será
garantía de interés en el niño y, por tanto, de participación en las actividades.
Conclusiones y recomendaciones:
Referencias:
Referencias.