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AÑO: 1982
PAÍS: Francia.
Un punto fuerte también es la cuestión del poder, de cómo la lucha por “la
felicidad” o el “bienestar” de los pueblos se va trasformando en una lucha policía,
en una cuestión partidaria y no puramente del pueblo, la esencia revolucionaria se
va perdiendo, el gobierno actúa en contra del pueblo, y quienes se levantan
contra el también lo hacen partiendo de intereses propios.
Tal vez, la analogía mas clara es la del terror. En el film, Robespierre utiliza el
terror como medio para sostener la Revolución, el guillotinamiento de los
conspiradores sirve para que el proceso revolucionario no se detenga, plantea la
igualdad de los hombres ante la ley al mismo tiempo que pretende negar el juicio a
Danton. Actúa por idealismos, para darse cuanta en el final de que ha violado los
mismos derechos que su gobierno pretendía salvaguardar.
A modo de conclusión, podemos decir que las analogías son claras, que la
Revolución Francesa en este film se ha convertido en un terreno propicio para
transmitir el mensaje de una Polonia oprimida. De este modo, vemos claramente
como la historia es también visión del presente, el pasado se convierte en
legitimante del presente. Ciertos aspectos de la pasado pueden verse
magnificados o claramente manifiestos con intención de establecer lazos con el
contexto en que se produce la película.
Esto inclusive lo vemos translucirse en el film, Robespierre pide borrar del mural al
juez que lo ha contradicho, pide al artista Jacques-Louis David modificar un
testimonio de la historia, pretende borrar de la memoria a un personaje. Más allá
de que históricamente no es posible saber si esto ocurrió en verdad, sabemos que
en la historia ningún testimonio es inocente.