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INMUNIDAD FRENTE A PATÓGENOS

ELABORACIÓN: MPSS Antonioni de Jesús Ortega Luis.

En el desarrollo de una enfermedad infecciosa en una persona, suponen interacciones complejas entre los microorganismos y el
anfitrión. Los acontecimientos esenciales durante la infección son la entrada del microorganismo, la invasión y la colonización de los
tejidos del anfitrión, la lesión tisular y el deterioro funcional. Uno de los primeros y más importantes aspectos de la inmunidad
innata del hospedero es la barrera que las superficies epiteliales (como la piel y la mucosa que revisten el tubo digestivo)
constituyen, así como las enzimas secretadas por las células epiteliales especializadas en el estómago. Los microorganismos
producen enfermedades debido a que evaden la respuesta inmune innata, matan a células del anfitrión o liberan toxinas que causan
lesión tisular.
A lo largo de la historia, el ser humano ha tenido que convivir con distintos patógenos que han sido la causa de muertes
devastadoras. Entre los años 1348 y 1353, Europa vivió una de las pandemias más grandes de su historia: “La peste negra”. La
pandemia causó la muerte aproximada de 25 millones de habitantes en el continente, un tercio de su población. El agente causal, es
un bacilo gram negativo anaerobio facultativo, descubierto en 1894 en Hong Kong, por Alexandre Yersin y Kitasato Shibasaburo.
Cuando la respuesta inmune es superada por la virulencia del patógeno, el resultado puede ser una catástrofe.

INMUNIDAD FRENTE A BACTERIAS

Las bacterias están constituidas por una envoltura celular bacteriana compuesta por la membrana citoplasmática y una pared
celular. Las paredes bacterianas a su vez, pueden ingresar en dos categorías dependiendo de su reacción a la tinción de Gram. La
pared celular bacteriana se diferencia de la del resto de los organismos por presentar peptidoglucano (copolímero de N-acetil-2-D-
glucosamina unido en orientación β 1-4 con ácido N-acetil-murámico), está situado inmediatamente después de la membrana
citoplasmática y le proporciona una gran rigidez. Además del peptidoglucano, muchas bacterias presentan en la parte más externa
de su envoltura celular, una capa de glicoproteína, paracristalina, denominada capa S; y una capa de glicocálix o cápsula, formada
con material secretado por la bacteria. La cápsula y la capa S resultan ser importantes en la evasión de la fagocitosis, como lo
demuestran las cepas con cápsula del neumococo. La pared celular de bacterias gram positivas como Staphylococcus, Streptococcus,
Clostridium o Enterococcus; se caracteriza por una capa de peptidoglucano muy gruesa, así como polialcoholes denominados ácidos
teicoicos (polímeros de glicerol y ribitol unidos mediante enlaces fosfodiéster) que, al unirse con lípidos, forman ácidos lipoteicoicos.
La pared celular de bacterias gram negativas como Neisseria gonorrhoeae, Neisseria meningitidis, Klebsiella pneumoniae,
Escherichia coli, Haemophilus influenzae; se caracteriza por presentar una membrana interna y una membrana externa, y el espacio
formado por ambas membranas se denomina espacio periplásmico, en donde se encuentra una capa delgada de peptidoglucano. La
membrana externa adicional está compuesta por fosfolípidos y lipopolisacáridos (lípido A-Core-antígeno O), que hacen frente a las
condiciones exteriores adversas.
La pared celular de las micobacterias se caracteriza por tener una gran cantidad de lípidos, que representan hasta 60% del peso de
la pared. Además del peptidoglucano, la pared de la micobacteria presenta polisacáridos como arabinogalactano, ácidos micólicos,
manósidos de fosfatidilinositol, lipoarabinomanano y lípidos externos. Las moléculas CD1 (similares a las moléculas del MHC clase I
por presentar una cadena alfa y β2-microglobulina, pero codificadas en el cromosoma 1) presentes en células presentadoras de
antígenos, presentan lípidos de las paredes celulares de las micobacterias a linfocitos NKT y Tγδ.

BACTERIAS EXTRACELULARES.

INMUNIDAD INNATA FRENTE A BACTERIAS EXTRACELULARES.

Las primeras líneas de defensa del organismo frente a bacterias patógenas son barreras que impiden la entrada del organismo,
como la piel, las mucosas o los cambios del pH en el estómago y la vagina. En mamíferos, las proteínas relacionadas pertenecientes
a las familias de las defensinas y catelicidinas, restringen la diseminación de microbios al destruir sus membranas externas. Las
defensinas son péptidos catiónicos de 28-34 aminoácidos ricos en cisteína y arginina, que se han detectado en fagocitos como
neutrófilos. La membrana externa de las gram negativas contiene una gran cantidad de fosfolípido con carga eléctrica negativa
superior a la membrana plasmática de las células del huésped. Las defensinas con carga positiva, se insertan en la membrana
bacteriana formando canales iónicos, interrumpiendo la función y estructura de la membrana y provocando la lisis de la bacteria.
Las bacterias gram positivas presentan una pared celular compuesta por peptidoglucano, sensible al ataque enzimático de la
lisozima o muramidasa presente en secreciones como lágrimas y saliva, ya que actúa hidrolizando las uniones β 1-4 existentes en la
mureína. Los patrones moleculares asociados a patógenos (PAMP) son reconocidos por receptores de reconocimiento de patrón
(PRR) presentes en células del huésped y de forma soluble. Bacterias gram negativas poseen una membrana externa con gran
contenido de lipopolisacárido (LPS), reconocido principalmente por el receptor de tipo Toll 4 presente en los fagocitos o el CD14 de
macrófagos. Las vías de señalización intracelular activadas por los TLR’s conducen a la activación del NF-kB y producción de
citocinas. La síntesis de proteínas de fase aguda por el hígado se eleva en respuesta a la infección. Bacterias que presenten en su
superficie manosa, pueden unirse a la colectina MBL (lectina fijadora de manosa) y activar el complemento por vía de la lectina. La
pentraxina proteína C reactiva puede funcionar como opsonina, al unirse a la fosforilcolina de neumococos y provocar su fagocitosis
mediante receptores Fc presente en fagocitos, o activar la vía clásica del sistema del complemento al unirse a C1q.
En las superficies celulares de los microorganismos, C3b se une a grupos amino o hidroxilo presentes en la superficie bacteriana, e
iniciar la activación de la vía alterna del complemento. El resultado de activar el sistema del complemento es facilitar la lisis
formando el complejo de ataque a membrana, estimular la inflamación, la opsonización y la fagocitosis. Los fagocitos, expresan
distintos receptores en su membrana que le permite fagocitar bacterias. Los neutrófilos y macrófagos activados destruyen los
microorganismos fagocitados mediante la síntesis de intermediarios reactivos del oxígeno y nitrógeno. Algunas bacterias poseen en
su superficie estructuras que inhiben la fagocitosis, un ejemplo clásico, es Streptococcus pneumoniae. Una bacteria sensible a los
complejos líticos del complemento (C5b-C6C7C8C9) formados en su bicapa lipídica externa es Neisseria gonorrhoeae. Las personas
que presentan deficiencia de C9 son sensibles a especies de Neisseria.

INMUNIDAD ADAPTATIVA FRENTE A BACTERIAS EXTRACELULARES.

La inmunidad humoral presenta un papel importante contra bacterias extracelulares, al promover mediante anticuerpos
neutralización de toxinas (toxina diftérica), opsonización (al unirse la porción Fab del anticuerpo al antígeno) y fagocitosis mediada
por el receptor para Fc presente en los fagocitos. Los anticuerpos unidos a componentes bacterianos, activan la vía clásica del
complemento y provocan la lisis microbiana mediante la formación del complejo de ataque a membrana. La IgM puede unirse a la
proteína M del estreptococo, y activar la vía clásica del sistema de complemento. Los antígenos proteínicos de las bacterias
extracelulares presentados en un contexto MHC clase II, activan los linfocitos TCD4+, diferenciándose en TH17 bajo un ambiente de
IL-6 y TGF-B, producen IL-17 que induce inflamación local y recluta neutrófilos. Los linfocitos TCD4+ diferenciados en TH1, aumentan
la actividad fagocítica y microbicida del macrófago mediante IFNγ, así como estimular la producción de más anticuerpos de clase IgG
que activarían la vía clásica del complemento.

MECANISMOS BACTERIANOS DE EVASIÓN DE LA RESPUESTA INMUNE.

Los anticuerpos IgA secretores pueden bloquear la fijación de los microorganismos a las células de los epitelios mucosos y constituir
la principal defensa del hospedador, sin embargo, algunas bacterias como Neisseria gonorrhoeae, Haemophilus influenzae o
Neisseria meningitis, evaden la reacción de IgA al secretar proteasas que escinden esta inmunoglobulina secretoria a nivel de la
bisagra o de la cadena J. Diversas bacterias gram negativas poseen pilis que les permiten adherirse a la mucosa intestinal o de las
vías genitourinarias. Algunas bacterias evaden la reacción de IgA del hospedero mediante el cambio de estos antígenos de
superficie. En el caso de N. gonorrhoeae, por ejemplo, la pilina tiene una estructura muy variable. La variación en la secuencia de
aminoácidos de la pilina se debe a redistribuciones génicas de su secuencia de codificación. El LPS puede sufrir un proceso de
sialización (N. gonorrhoeae), pareciéndose más a oligosacáridos de los mamíferos, por lo que estimula la eliminación del
complemento al unirse el factor H. Estructuras de superficie como la cápsula de polisacáridos del neumococo bloquean la
fagocitosis. La proteína M del Streptococcus pyogenes puede bloquear la fagocitosis o actuar como aceptor del factor H y disociar al
C3bBb, aumentando la capacidad de proliferación bacteriana. Igualmente, estreptococos del grupo A pueden secretar una proteasa
de C5a, inhibiendo la quimiotáxis de neutrófilos y mastocitos.

BACTERIAS INTRACELULARES.

INMUNIDAD INNATA FRENTE A BACTERIAS INTRACELULARES.

Las bacterias intracelulares son inicialmente fagocitadas por neutrófilos y después por macrófagos. Los productos de estas bacterias
son reconocidos por receptores tipo Toll (TLR-9) y NOD (reconocen peptidoglucano), activando los fagocitos. Las bacterias
intracelulares activan, de igual forma, a linfocitos NK, aumentando la expresión de ligandos activadores de células NK en las células
infectadas, y la síntesis de IL-12 e IL-15 por macrófagos y células dendríticas, citocinas que inducen proliferación de linfocitos NK. Los
linfocitos NK sintetizan IFNγ el cuál potencia la actividad microbicida del macrófago. La inmunidad innata no es eficaz para erradicar
la infección por bacterias intracelulares, por lo que se necesita de la respuesta adaptativa.

INMUNIDAD ADAPTATIVA FRENTE A BACTERIAS INTRACELULARES.

Los linfocitos TCD4+ se diferencian en Th1 bajo la influencia de IL-12 que producen los macrófagos y células dendríticas, reclutan
fagocitos y los activan mediante el CD40-L (CD154) y el IFNγ, lo que provoca la muerte de las bacterias fagocitadas por la producción
de especies reactivas de oxígeno y nitrógeno. El IFN tipo II también estimula la producción de anticuerpos IgG que activan el
complemento y opsonizan las bacterias para su fagocitosis. Las bacterias fagocitadas estimulan la respuesta de linfocitos TCD8+
citotóxicos si los antígenos bacterianos se transportan desde los fagosomas al citosol o si las bacterias se escapan de los fagosomas
y entran en el citoplasma de las células infectadas. En el citosol los microorganismos ya no son sensibles a los mecanismos
microbicidas del macrófago, y para erradicar la infección, los CTL matan a las células infectadas al formar un poro en la membrana
de la célula infectada con perforinas, y provocando apoptosis mediante la activación de procaspasas con granzimas.
MECANISMOS BACTERIANOS DE EVASIÓN DE LA RESPUESTA INMUNE.

Mycobacterium tuberculosis y Legionella pneumophila, inhiben la formación del fagolisosoma. Mycobacterium leprae, a través de su
glucolípido fenólico, inactiva especies reactivas del oxígeno y nitrógeno. Listeria monocytogenes, mediante la proteína hemolisina,
rompe la membrana del fagosoma y escapa al citosol, donde se reproduce.

INMUNIDAD ANTE BACTERIAS.

Respuesta inmune humoral y


celular ante bacterias.

INMUNIDAD FRENTE A HONGOS

Los hongos son células eucariontes constituidos por una pared extraordinariamente rígida, compuesta por polisacáridos como
quitina, mananos y glucanos, y una membrana plasmática compuesta de ergosterol. Los hongos pueden existir como levaduras o
hifas, y otros más son dimórficos, cambiando de forma, de hifa a levadura y adaptarse al huésped. Normalmente, los hongos
sucumben a las barreras físicas existentes en el huésped, pero cuando el huésped está inmunocomprometido, se pueden observar
infecciones fúngicas graves.

RESPUESTA INNATA ANTE HONGOS.

Los ácidos grasos presentes en la piel muchas veces resultan suficientes para evadir una infección por hongos. Las β defensinas
tienen propiedades antifúngicas importantes, y las colectinas y surfactantes pueden fijar, agregar y opsonizar a los hongos, para
posteriormente ser fagocitados. Los fagocitos, especialmente los neutrófilos y los macrófagos, son esenciales en la destrucción de
hongos. El componente iC3b del complemento depositado en la pared de los hongos, puede ser reconocido por el CR3 (CD11bCD18)
presentes en neutrófilos y macrófagos y así fagocitar al hongo. Los neutrófilos liberan sus gránulos y materiales tóxicos en el caso de
las hifas grandes e indigeribles, o ingieren las levaduras para destruirlas mediante especies reactivas del oxígeno y nitrógeno. En
pacientes con deficiencia de NADPH oxidasa, presentan gran susceptibilidad a infecciones por Cándida y Aspergillus. La deficiencia
de esta enzima puede detectarse mediante la prueba de reducción de nitroazul de tetrazolio. Los derivados del óxido nítrico son
importantes en la destrucción de levaduras como C. neoformans. El reconocimiento de los PAMP presentes en la pared del hongo es
un punto esencial. El TLR2 junto con la dectina tipo 1 reconoce los beta-glucanos y los fosfolipo-mananos fúngicos. El TLR4/CD14
reconoce glucuronxilmanano de la cápsula de C. neoformans.

INMUNIDAD ADAPTATIVA ANTE HONGOS.

Los linfocitos CD4+ Th1 y la activación de los macrófagos poseen un papel sumamente importante en la respuesta adaptativa ante
hongos. Al igual que sucede con las bacterias, las células dendríticas son necesarias para que se produzca una respuesta Th1 bajo un
ambiente de IL-12 tras la captura del hongo. Los linfocitos TCD4+ diferenciados en Th1, aumentan la actividad fagocítica y
microbicida del macrófago mediante la producción de IFN tipo II. Las células dendríticas, ante el reconocimiento de glucanos
mediante dectina tipo I, puede provocar la diferenciación de linfocitos CD4+ en Th17 bajo un ambiente de IL-6 y TGF-β, produciendo
IL-17 que induce inflamación local y reclutamiento de neutrófilos. Los hongos fagocitados estimulan la respuesta de linfocitos CD8+
citotóxicos si los antígenos micóticos se transportan desde los fagosomas al citosol o si los hongos no logran se destruidos por
especies reactivas de oxígeno y nitrógeno. En el citosol los microorganismos ya no son sensibles a los mecanismos microbicidas del
macrófago, y para erradicar la infección, los CTL matan a las células infectadas al formar un poro en la membrana de la célula
infectada con perforinas, y provocando apoptosis mediante la activación de procaspasas con granzimas.
MECANISMOS FÚNGICOS DE EVASIÓN DE LA RESPUESTA INMUNE.

Cryptococcus neoformans produce una cápsula formada por polisacáridos que inhibe la fagocitosis. Histoplasma capsulatum es un
patógeno intracelular que evita ser destruido por los macrófagos al penetrar en el fagocito mediante CR3 (CD11bCD18) y alterar la
unión del fagosoma con el lisosoma. Cryptococcus neoformans suprime la producción de IL-12 y TNF-α por macrófagos, y aumenta la
producción de IL-10, lo que suprime la actividad de macrófagos.

INMUNIDAD FRENTE A VIRUS

Los virus son agentes infecciosos intracelulares obligados y para replicarse necesitan de la maquinaria bioquímica de la célula
anfitriona. Su replicación se produce por ensamblaje de sus partes constituyentes. El virión contiene un genoma de ácido nucleico
envuelto en una capa de proteínas (cápside) o membrana (envoltura). El ciclo reproductivo del virus consta de adhesión,
penetración, despojo de la cápside, replicación, ensamblaje y liberación. La replicación vírica interfiere con la síntesis y función de
las proteínas celulares normales, llevando a la lesión y muerte de la célula infectada.

INMUNIDAD INNATA ANTE VIRUS.

Los principales mecanismos de la inmunidad innata ante virus son la


inhibición de la infección por los interferones de tipo I y la muerte de las
células infectadas por los linfocitos NK. Los interferones de tipo I son
codificados por genes residentes en el cromosoma 9. Las células
dendríticas plasmocitoides y fagocitos son la principal fuente de IFN-α. El
IFN-β es producido principalmente por fibroblastos. Los estímulos más
potentes para la síntesis del interferón de tipo I son los ácidos nucleicos
víricos. Los receptores Toll como TLR3 (ARNbc), TLR7 (ARNmc), TLR8
(ARNmc) y TLR9 (ADNCpG) presentes en vesículas endosómicas,
reconocen ácidos nucleicos víricos e inician vías de transmisión de
señales que induce la expresión de los genes del interferón tipo I y le
confiere a las células una resistencia frente a la infección viral. La
activación por ARNbc de la proteína-cinasa de serina-treonina (PKR)
bloquea la transcripción y traducción, inhibiendo la síntesis de proteínas
víricas. La activación de 2’5’-oligoadenilato sintetasa igualmente por
ARNbc, aumenta la degradación del ARNm. Los interferones de tipo I
provocan el secuestro de los linfocitos en los ganglios linfáticos al
aumentar la expresión de CD69, lo que maximiza la oportunidad del
linfocito de encontrarse con antígenos víricos. IFN-α e IFN-β aumentan la
expresión de moléculas MHC clase I, y con ello aumenta la probabilidad
de que las células infectadas sean reconocidas y lisadas por CTL CD8+.
Los interferones tipo I aumentan igualmente la citotoxicidad de los NK y
los CTL CD8+ y promueven la diferenciación de los linfocitos T CD4+
vírgenes en el subgrupo Th1. Los NK inducidos por IL-12 e IL-15,
reconocen células infectadas por virus y que ya no expresan MHC clase I, provocando su muerte mediante el sistema perforina-
granzima. La célula NK puede aumentar así mismo, la síntesis de interferón de tipo II, y aumentar la capacidad microbicida del
macrófago.

INMUNIDAD ADAPTATIVA ANTE VIRUS.

La inmunidad adaptativa ante infecciones víricas es mediada por anticuerpos y los CTL CD8+. Los anticuerpos son eficaces al
neutralizar los antígenos presentes en la cápside del virus, y son importantes al mediar la citotoxicidad dependiente de anticuerpo,
que se presenta cuando el CD16 (FcγRIII) presente en los linfocitos NK reconoce anticuerpos de la clase IgG que opsonizan
glucoproteínas inducidas por virus, destruyendo las células infectadas. Las inmunoglobulinas son eficaces igualmente en activar el
complemento vía clásica y destruir virus con envoltura lipídica. Los linfocitos CD4+ intervienen en el cambio de isotipo de
inmunoglobulinas y la maduración de la afinidad del anticuerpo mediante la síntesis de interferón tipo II. Las células T CD4+
intervienen en la división de células CTL CD8+ al sintetizar IL-2 y libera quimiocinas para que CD8+ se acumulen en el lugar de la
infección. Cualquier proteína vírica puede ser procesada en el citoplasma para dar lugar a péptidos que son transportados al RER y
donde se unen a moléculas MHC clase I. Los CTL CD8+ restringidos a MHC tipo I se concentran en zonas de replicación vírica y
destruyen a células infectadas mediante la liberación de perforinas y granzimas o a través de las interacciones Fas (CD95) con el
ligando de Fas (CD178). Las CTL pueden también sintetizar IFNγ, el cual activa nucleasas dentro de las células infectadas que
degradan a su vez, el genoma vírico y con ello erradican la infección vírica sin destruir a la célula.
MECANISMOS DE EVASIÓN DE LA RESPUESTA INMUNE POR VIRUS.

Los virus pueden alterar sus antígenos de superficie


y provocar variación antigénica, al mutar y mezclar
su genoma viral. El rinovirus, influenza y VIH son
ejemplos muy claros.
Todos los virus desencadenan una respuesta de
interferón, por lo que muchos virus han diseñado
estrategias para interrumpir este sistema. La
interrupción de la actividad de PKR y 2’5’
oligoadenilato sintetasa ha sido desarrollada por
adenovirus, virus del herpes y Epstein Barr. El virus
vaccinia ha desarrollado un homólogo del receptor
de IFN tipo I, secretándolo y uniéndose al
interferón tipo I e inactivándolo.
Otros virus, como herpes y poxvirus, inhiben la
formación del complejo de ataque a membrana al
producir homólogos de CD59 (protectina) y CD55 (DAF). El VIH utiliza a CD59 celular incorporándola a la cubierta viral.
Epstein Barr produce un homólogo de IL-10 e interfiere con la función de IFNγ. Vaccinia produce homólogos de receptores para IL-1
e IFN tipo II. Citomegalovirus produce homólogos de receptores para quimiocinas, bloqueando la migración celular. Herpes simple
sintetiza un homólogo de IL-6 aumentando la transcripción viral, y sintetiza la proteína ICP-47, la cual detiene la unión del péptido a
TAP. Adenovirus sintetiza la proteína E3, bloqueando el transporte de moléculas MHC clase I hacia la superficie. VIH sintetiza la
proteína Nef, interfiriendo con el procesamiento de moléculas MHC clase II. Citomegalovirus sintetiza una proteína homóloga de
MHC clase I (UL-18), inhibiendo así la lisis mediada por células NK.

INMUNIDAD ANTE PARASITOS

Los parásitos del ser humano se clasifican en el reino Animal y se separan en dos subreinos: Protozoarios y Metazoos. Los
protozoarios son organismos unicelulares y los metazoos, pluricelulares. Los protozoos se dividen en 4 clases según su modo de
locomoción: Rizópodos o sarcodinos, se mueven mediante pseudópodos (amebas); Ciliados o ciliophora, aparecen rodeados de
cilios (Balantidium coli); Flagelados o mastigophora, se distinguen por presentar un flagelo como locomoción (Trypanosoma cruzi);
Esporozoos o apicomplexa, parásitos con una fase de esporulación y sin movilidad (Plasmodium spp). Los metazoos incluyen los
helmintos y los artrópodos. Los helmintos o gusanos, son microorganismos pluricelulares, de forma alargada y simetría bilateral. Los
helmintos a su vez, se dividen en dos tipos: Nemátodos y Platyhelmintos. Los nematodos son cilíndricos, con órganos sexuales
separados y un aparato digestivo completo. Un ejemplo clásico de estos organismos es Áscaris spp. Los Platyhelmintos son gusanos
planos y los podemos dividir en dos tipos: trematodos y cestodos. Los Trematodos son gusanos con cuerpo de hoja, planos, con
ventosas y tracto alimentario ciego, la mayoría son hermafroditas. Un ejemplo de trematodo es Fasciola hepática. Los cestodos son
gusanos planos con cuerpo segmentado o proglótides, ausencia de tracto alimentario, cabeza equipada con ganchos y ventosas de
fijación, son hermafroditas. Un ejemplo clásico de cestodo es Taenia spp.

INMUNIDAD INNATA A PARÁSITOS.

En la inmunidad innata a parásitos, juega un papel muy importante los PRR y el proceso de fagocitosis. Nuevamente, los receptores
Toll son importantes al reconocer distintos PAMP de parásitos. El TLR2 reconoce liso-fosfatidilserina procedente del trematodo
Schistosoma spp y puntos de unión para glucofosfatidilinositol (GPI) procedente de numerosos protozoos (Plasmodium, Toxoplasma
o Cryptosporidium); el TLR3 reconoce ARNbc de Schistosoma spp, el TLR4-CD14 reconocen moléculas tipo LPS procedentes de
endosimbiontes de filarias y el TLR9 reconoce ADN CpG protozoario y el pigmento palúdico hemozoína. Las colectinas como MBL
reconoce azúcares ricos en manosa precedentes de protozoos y helmintos; pentraxinas como proteína C reactiva se une a
fosfolípidos y fosfoazúcares de parásitos; lectinas tipo C como el receptor de manosa de macrófagos, reconoce Lewis X de especies
de Schistosoma.
El receptor de complemento CR3 (CD11bCD18) reconoce lipofosfoglucano (LPG) de especies de Leishmania, aunque cabe mencionar
que el CR3 es un punto de entrada de los parásitos intracelulares, debido a que CR3 no es un receptor activador, y para que
macrófagos y neutrófilos destruyan al parásito, requiere de la cooperación de receptores Fc. El CR1 (CD35) reconoce la proteína de
membrana eritrocitaria de P. falciparum-1 (PfEMP-1), mecanismo que utiliza este protozoo para ingresar a los eritrocitos. La
destrucción extracelular por neutrófilos es mediada por el peróxido de hidrógeno, mientras que los componentes granulares
(defensinas, catelicidinas) participan en la destrucción intracelular de los organismos ingeridos. Los macrófagos generan especies
reactivas de oxígeno al ser activados por IFN tipo II secretado por células NK cuando son estimuladas por IL-12 e IL-15 producidas
por los mismos macrófagos, durante la infección por protozoos. Los macrófagos sintetizan TNF-α y este a su vez, activa más
macrófagos y también a eosinófilos. El C3b se deposita en las membranas de protozoos y puede activar el sistema de complemento
vía alterna, y el iC3b depositado en la membrana de protozoos es reconocido por CR3 presente en neutrófilos y macrófagos.
INMUNIDAD ADAPTATIVA A PARÁSITOS.

El principal mecanismo de defensa a protozoos que sobreviven en el interior de los macrófagos es la inmunidad celular, en especial
la activación de macrófagos por las citocinas sintetizadas por linfocitos Th1. Los linfocitos CD4+ se diferencian en Th1 bajo un
ambiente de IL-12, y estos a su vez, secretan IFNγ y así activan a los macrófagos para destruir los parásitos intracelulares. Especies
de Leishmania y Trypanosoma activan eficazmente linfocitos CD4+ Th1 que a su vez, aumentan las capacidades microbicidas del
macrófago. Los protozoos que se replican dentro de las células del huésped, estimulan respuestas de anticuerpos y de linfocitos
CD8+ CTL. Los linfocitos CD8+ reconocen a los antígenos parasitarios presentados por moléculas MHC clase I e inducen apoptosis de
la célula diana mediante Fas-L (CD178), perforina y granzimas. En la infección por especies de Plasmodium, las CTL destruyen los
hepatocitos infectados, pero no los eritrocitos, debido a que ellos no portan MHC clase I. Los parásitos inducen la producción de
anticuerpos, debido a sustancias liberadas por algunos parásitos que actúan como mitógenos de células B. La IgM es alta en
infecciones por Trypanosoma y Plasmodium, y la IgG se eleva en infecciones crónicas por Plasmodium. Los anticuerpos neutralizan
la unión de los parásitos a las células del huésped, uniéndose a los antígenos de superficie, como en el caso del paludismo o la
tripanosomiasis. Los anticuerpos activan la vía clásica del sistema de complemento para la posterior lisis, y sirven como opsoninas
para la posterior fagocitosis. Especies de Trypanosoma y Plasmodium son sensibles a la lisis por complemento y a la fagocitosis
mediada por CR1 (CD35). Los anticuerpos intervienen en la citotoxicidad dependiente de anticuerpos, al adherirse células fagocíticas
a los helmintos recubiertos de anticuerpos, produciéndose su desgranulación y el vertido de su contenido tóxico sobre el helminto.
La defensa contra muchas infecciones helmínticas está mediada por la activación de linfocitos CD4+ Th2, lo que da lugar a la
producción de IgE y la activación de eosinófilos. Los linfocitos CD4+ Th2 secretan IL-4 e IL-5. La IL-4 estimula la producción de IgE que
se une al receptor FcƐRI de los eosinófilos y mastocitos, y la IL-5 estimula el desarrollo de eosinófilos. La IL-4 e IL-13 además, pueden
activar de forma alternativa a los macrófagos que contribuyen a la reestructuración del tejido y a la fibrosis en el marco de las
infecciones parasitarias crónicas (macrófagos M2). Los esquistosomas son susceptibles a la destrucción por parte de eosinófilos y
macrófagos. Los huevos depositados en el hígado de Schistosoma mansoni estimulan a linfocitos CD4+ Th2 y la formación de
granulomas. Los eosinófilos liberan la proteína básica principal y la proteína catiónica en la superficie de los helmintos, y su actividad
se ve potenciada por TNF-α. Los mastocitos contienen una serie de mediadores lipídicos como las prostaglandinas, proteasas como
triptasa y quimasa, así como aminas biógenas (histamina), y son una fuente importante de IL-4. Tras ser activados, los mastocitos
liberan su contenido, produciendo cambios en la permeabilidad del epitelio intestinal y, finalmente, en el medio que es hostil para
especies de Trichinella.

MECANISMOS DE EVASIÓN INMUNITARIA DE LOS PARÁSITOS.

Los tripanosomas experimentan el fenómeno de variación antigénica cambiando su glucoproteína variable de superficie (VSG).
Otros parásitos como los esquistosomas, recubren su superficie con antígenos del huésped (dterminantes A, B y H de los grupos
sanguíneos) y además, engrosa su tegumento, haciéndolo resistente al complemento. Leishmania spp. mediante el lipofosfoglucano
(LPG) logra ingresar al macrófago mediante su CR3 e impide que se inicie el estallido respiratorio; y su glucoproteína Gp63 inhibe la
acción de las enzimas lisosomales y vive dentro del fagolisosoma. Leishmania spp. puede reprimir la expresión de moléculas MHC
clase II en macrófagos y evita la estimulación de células CD4+; estimula también una respuesta Treg. Los tripomastigotes de T. cruzi
poseen una glucoproteína de superficie similar al DAF que inhibe al complemento, y puede escapar al citosol evitando ser digerido.
Entamoeba histolytica pierde sus antígenos y puede convertirse en una forma quística en la luz del intestino grueso. Toxoplasma
gondii inhibe la fusión del fagosoma y del lisosoma y vive dentro del fagosoma.

BIBLIOGRAFÍA.

Abbas A, Lichtman A, Pillai S. Inmunología celular y molecular. Séptima edición, Barcelona: Elsevier 2012.
Kindt, Thomas J., Goldsby, Richard A., Osborne, Barbara A., Inmunología de Kuby. Sexta edición: McGraw-Hill. 2007.
Male D,Brostoff J, Toth D, et al. Inmunología. Séptima edición, Barcelona: Elsevier. 2007.

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