Isa 61:10-63:9 Mar'ot Elohim (Revelaciones) 17:1-18:24
Unidad, trabaja siempre por la unidad, edifica siempre
shalom, aléjate de todo lo que afecta la unidad y la paz entre los hermanos.
La base textual se encuentra en Devarim 29:10-31:30 , la
explicación dada por los profetas, en Yeshayahu 61:10 – 63:9 y la ofrecida por el Código Real (HaTsofen HaMaljutí), Mar’ot Elohim 17:1 – 18:24
“Nitzavim” significa en hebreo algo como “estar de pie, formando una
comunidad”, es el término que usó Moshé para indicar a todos los hijos de Israel que se habían juntado y estaban de pie delante de él escuchando la renovación del pacto en la planicie de Moab, al este del río Jordán. Es como decir, “estar presentes”.
Nuestro anuario hebreo es luni-solar contiene hasta 55
semanas, el número exacto varía entre 50 en los años comunes y 54 ó 55 en los años bisiestos.
En algunos años bisiestos (por ejemplo, 2012, 2015,
2016, 2018 y 2019), la parashá Nitzavim se lee por separado. En años normales (por ejemplo, 2011, 2013, 2014 y 2017), parashá Nitzavim se combina con la siguiente parashá, Vayélej, para ayudar a alcanzar el número de lecturas semanales necesarias del ciclo anual de lectura de la Toráh. El día en que debía morir, Moshé reunió a todos los hombres, mujeres y niños de Israel para comprometerlos en un pacto con Di-s, según el cual no sólo los Bené Israel presentes eran confirmados como el Pueblo Elegido, sino también todas sus generaciones futuras. Se formuló una advertencia a todo aquel que contemplara rechazar a HaShem en la creencia de que las maldiciones antes mencionadas no se derramarían sobre él. Esta actitud provocaría la cólera del Señor y la persona en cuestión sería borrada de la faz de la Tierra. Si era el pueblo el que pecaba, toda su tierra sería destruida. Cuando las generaciones siguientes preguntaran sobre las causas de esa destrucción, se les respondería que había sobrevenido a raíz del abandono del Dio y Sus mandamientos. Después que los judíos hubieran experimentado la bendición y la maldición del Dio, y retornado a Su congregación, El Todopoderoso reuniría de la dispersión y los regresaría a la Tierra Prometida. En consecuencia, el pueblo debía comprender que la elección entre la vida y la muerte -entre el bien y el mal- era suya, y sólo suya. El cielo y la tierra son testigos eternos de este ofrecimiento. Si los bené Israel eligen la vida, obtendrán la vida. Si, lo alenu, eligen la muerte, obtendrán la muerte. Afirma Moshé: “Vosotros estáis presentes hoy, todos vosotros, ante Hashém vuestro Elohím”, está diciendo Moshéh al inicio de parashát Nitsavím (Devarím - Deuteronomio- 29:9). La palabra “nitsavím” (nun-tsadik-bet-iod-mem), que hemos traducido por “presentes”, significa también “comisionados”; ésto es: “vosotros estáis adquiriendo responsabilidad por una misión. Todos vosotros que estáis hoy aquí”. El texto significa que hay un compromiso de responsabilidad recíproca de cada integrante de Israel por cada uno de los demás. A partir de ahora y para siempre, un iehudí que se ha extraviado del camino de la Toráh, es responsabilidad de todos y de cada uno hacer volver al transgresor del error de su camino. El que así haga, “habrá librado de muerte un alma y sanado multitud de pecados” (Ya’akov HaTzadik). En otras palabras, ser judío es ser parte de una familia y por tanto, cada uno es responsable de su compañero para protegernos todos de violar los mandamientos del Eterno. El alcance de esta responsabilidad, que rige hoy de modo mucho más urgente acaso que entonces, es vasto y profundo.La Toráh advierte: “todos vosotros”; nadie queda fuera. Y el mismo verso continúa especificando: “vuestros jefes, vuestras tribus, vuestros ancianos y policías, todo hombre de Israel”, y luego, “vuestros niños, vuestras mujeres, y el guér -prosélito- (…)”. De esta enumeración detallada deduce el emisario Kefa que cada uno según lo que ha recibido, tiene que pasarlo a los demás y cuidar a los demás.Todo el que tiene capacidad de reclamar -de atraer de retorno hacia la Verdad- al mundo entero, es juzgado por la conducta de todo el mundo. Y todo el que tiene capacidad de reclamar a los pobladores de su ciudad, es juzgado en lo Alto por las acciones de toda su ciudad;. Y todo quien tiene capacidad de reclamar a los integrantes de su hogar, es juzgado por las acciones de ellos. Este renovado Pacto entre Hashém e Israel tiene por objeto “erigirte hoy como pueblo para El, y El será para tí Elohím” . ¿Pero no fue ya tal cosa establecida en Sinaí? ¿Por qué ahora, 40 años más tarde? ¿Es que Sinaí ya no cuenta? Elohim es un titulo que significa “rectitud”, “dureza”, “supervisión legal”, “estricto” manejo de las cosas, “principios que no cambian”. Este es un peso enorme que lleva la persona judía sobre sus hombros…. Somos responsables de nuestros hermanos, somos responsables de las acciones de los otros. Y esto es el significado preciso de “erigirnos un pueblo para El”, porque de no mediar esta responsabilidad, sucederá que Israel retrocederá y descenderá espiritualmente: cada uno por su parte realizará transgresiones mínimas al inicio y más sustantivas luego, y comenzarán a extraviarse almas de Israel lejos de la Toráh, hasta que el pueblo entero se hallará en la oscuridad (lo alenu). Cada vez que hay un cambio de status es necesario establecer la renovación del pacto. El pacto surge primero con Avraham como padre de la nación y más tarde se confirma en Sinaí con los descendientes. Lógicamente era necesario Sinaí porque las condiciones del pueblo habían cambiado, de una familia a una multitud. Ahora dejarían el desierto, tierra de nadie, dejarían de ser nómadas y entrarían en la tierra prometida, de forma sedentaria. Ese cambio de status requería una renovación del pacto. Lo mismo nos dirá luego, el profeta Jeremías (31). Una renovación del pacto se requiere para Judá y para Israel, por cuanto estarían en un nuevo estado: la presencia del Mesías en Eretz Yisrael. Tras unas pocas generaciones de haberse esfumado casi por completo esa responsabilidad espiritual suprema, de cada iehudí por el otro, la situación espiritual de gan parte de Israel es de ignorancia y desapego respecto de la Toráh y de la misión de Israel en el mundo; tal como nos fuera advertido. Urge recuperar esa responsabilidad solidaria: enseñar, difundir, cultivar, educar, aclarar, incidir para bien en todos quienes nos rodean. Somos responsables los unos de los otros. Tenemos que cuidarnos los unos con los otros, protegernos unos a otros, socorrernos unos a otros, incluso, reprendernos unos a otros para que andemos en línea con la Toráh. Esta responsabilidad solidaria, constitutiva de la cualidad espiritual de Israel, no está limitada a la generación nacida en el desierto. Es herencia de todos. Así nos aclara Moshéh (29:13-14): “Y no sólo con ustedes yo realizo este Pacto (…); sino con quien se encuentra aquí con nosotros de pie hoy ante Hashém nuestro Elohim, y con quien no se encuentra aquí con nosotros hoy”. Estas palabras no sólo indican la vigencia del Pacto para todas las generaciones futuras, sino también la responsabilidad de cada generación por lo que sucede en ella. No somos responsables de lo que sucedió en la generación de Moisés, pero somos responsbles de lo que sucede en nuestra generación. Del conjunto de esta Ley, vital para la existencia del pueblo de Israel, deducimos inmediatamente un principio que se aplica a cada uno de nosotros: independientemente de cuánto hayamos logrado o nos haya sido dado avanzar y crecer en el conocimiento y la práctica de la Toráh, somos responsables de que nuestros hijos, nuestros discípulos, nuestros nietos, nos alcancen y nos superen; y que así sea labrará también, dinámicamente, nuestro propio camino personal de redención. De esta manera prepararemos nuestra generación para la revelación de la edad mesiánica con el pronto retorno de nuestro justo Mesías. Shabat Shalom.
BAHNSEN, Greg L., KAISER, Walter C. JR., MOO, Douglas J., STRICKLAND, Wayne G., VANGEMEREN, Willem A - (2010) - Cinco Puntos de Vista Sobre La Ley y El Evangelio. Serie Counterpoints PDF