Sei sulla pagina 1di 23

ASUNTOS TEOCRATICOS

TEMA 1 : PASTOREO
*** w93 15/5 págs. 20-21 Pastoreen el rebaño de Dios de buena gana ***
La apacibilidad es esencial
14 El anciano cristiano tiene que enseñar a otras personas con apacibilidad, especialmente

cuando da consejo. “Hermanos —aconseja Pablo—, aunque un hombre dé algún paso en falso
antes que se dé cuenta de ello, ustedes los que tienen las debidas cualidades espirituales
traten de reajustar a tal hombre con espíritu de apacibilidad.” (Gálatas 6:1.) Es interesante que
la palabra griega traducida “reajustar” está relacionada con un término quirúrgico que se refiere
a la colocación de un hueso para evitar una incapacidad irreversible. El lexicógrafo W. E. Vine
relaciona este proceso con la restauración “por parte de los que son espirituales, de uno que ha
sido sorprendido en una falta, siendo que el tal es como un miembro dislocado del cuerpo
espiritual”. También se traduce “restablecer a la posición apropiada; poner en debida
alineación”.
15 No es fácil reajustar el modo de pensar de uno mismo, y puede resultar muy difícil poner
en la debida alineación el modo de pensar de una persona que ha errado. Pero si la ayuda se
ofrece con espíritu de apacibilidad, es muy probable que se reciba con gratitud. Por
consiguiente, los ancianos cristianos deben prestar atención al consejo de Pablo: “Vístanse de
los tiernos cariños de la compasión, la bondad, la humildad mental, la apacibilidad y la gran
paciencia”. (Colosenses 3:12.) ¿Qué deben hacer los ancianos cuando la persona que necesita
ser reajustada tiene una mala actitud? Deben ‘seguir tras la apacibilidad de genio
*** w93 15/9 págs. 20-22 Pastorean compasivamente a las ovejitas ***
Pastores que se interesan sinceramente
Jesús fijó el modelo perfecto para todos los pastores del rebaño de Dios. En toda
circunstancia fue amoroso, compasivo y atento con sus discípulos. Tomó la iniciativa en la
búsqueda de los necesitados. Aunque estaba ocupado, y a menudo cansado, siempre tuvo
tiempo para escuchar sus preocupaciones e infundirles ánimo. Su mayor expresión de amor
consistió en dar su vida a favor de ellos. (Juan 15:13.)
Hoy día, todos los ancianos nombrados de las congregaciones, así como los siervos
ministeriales, tienen esta responsabilidad para con el rebaño. De ahí que ni siquiera las
ventajas materiales que posiblemente tendrían en otro país puedan inducir a la mayoría de
estos hombres responsables a mudarse, dejando a las congregaciones sin la ayuda y la
supervisión adecuadas. Por causa de los “tiempos críticos, difíciles de manejar”, es preciso
infundir ánimo en el rebaño y darle orientación. (2 Timoteo 3:1-5.) Existe el peligro siempre
latente de que algunos lleguen a ser presa de Satanás, que anda “como león rugiente,
procurando devorar a alguien”. (1 Pedro 5:8.) Ahora es más necesario que nunca que los
pastores cristianos “amonesten a los desordenados, hablen confortadoramente a las almas
abatidas, [y] den su apoyo a los débiles”. (1 Tesalonicenses 5:14.) La vigilancia continua es
esencial para prevenir que los inconstantes se aparten del rebaño. (1 Timoteo 4:1.)
¿Cómo puede saber un pastor si una oveja necesita ayuda? Algunos de los síntomas más
patentes son la inasistencia a las reuniones cristianas, la participación irregular en el servicio
del campo y la tendencia a eludir el compañerismo con los hermanos. También pueden
detectarse debilidades observando con cuidado el comportamiento de las ovejas y el tenor de
sus conversaciones. Tal vez muestren resentimiento al hablar de los demás con un tono crítico.
Su conversación quizás gire en torno a los logros materialistas, en lugar de las metas
espirituales. La falta de entusiasmo, optimismo y gozo puede ser un síntoma de que su fe se
está debilitando. Un semblante desencajado pudiera indicar que están siendo presionados por
familiares o amigos. Advertir estos síntomas puede ayudar al pastor a determinar la clase de
ayuda que se requiere.
Los pastores cristianos deben tener claro cuál es el objetivo principal de sus visitas a los
hermanos. No se trata de visitas sociales para conversar sobre asuntos triviales. Al visitar a los
hermanos, Pablo tenía como meta ‘impartirles algún don espiritual a fin de hacerlos firmes y
para que hubiera un intercambio de estímulo entre ellos’. (Romanos 1:11, 12.) Para alcanzar
este fin, es necesario prepararse con antelación.
En primer lugar analice a la persona y procure determinar cuál es su estado espiritual.
Partiendo de esa base, piense qué orientación, estímulo o consejo sería de mayor beneficio en
su caso. La Palabra de Dios, la Biblia, debe ser la principal fuente de información, pues “ejerce
poder”. (Hebreos 4:12.) En las revistas La Atalaya y ¡Despertad! se pueden buscar artículos
que versen sobre los problemas específicos que afrontan las ovejas. En el Anuario de los
testigos de Jehová pueden hallarse experiencias que las refresquen y les infundan ánimo. El
objetivo es dejarles una enseñanza espiritual ‘que sea buena para su edificación’. (Romanos
15:2.)
El pastoreo que edifica
El pastor de un rebaño de ovejas literales sabe que su responsabilidad es protegerlas y
cuidarlas. Los peligros más comunes son que se extravíen, enfermen, se cansen, se lesionen y
que sean atacadas por depredadores. Del mismo modo, el pastor espiritual debe identificar y
afrontar los peligros similares que amenazan el bienestar de la grey. A continuación
mencionaremos algunos problemas típicos y unas cuantas sugerencias sobre lo que se puede
hacer para dar consejo espiritual constructivo.
1) A la manera de ovejas desprevenidas, algunos cristianos se extravían al apartarse del
rebaño de Dios por buscar placeres que en apariencia son inocentes. Quizás se descuiden y
hasta se dejen llevar por la corriente en la búsqueda de bienes materiales, esparcimiento o
diversión. (Hebreos 2:1.) A tales personas conviene recordarles la urgencia de los tiempos, la
necesidad de acercarse a la organización de Jehová y la importancia de poner el Reino en
primer lugar. (Mateo 6:25-33; Lucas 21:34-36; 1 Timoteo 6:8-10.) Puede hallar consejo útil en el
artículo “Mantenga su equilibrio cristiano”, de La Atalaya del 15 de septiembre de 1982,
páginas 30, 31.
2) El pastor debe someter a tratamiento a las ovejas que enferman. Del mismo modo, los
pastores espirituales deben ayudar a los cristianos que enferman en sentido espiritual por
causa de las adversidades de la vida. (Santiago 5:14, 15.) Quizás se han quedado sin empleo,
han tenido serios problemas de salud o están atravesando dificultades familiares. Es probable
que estas personas tengan poco apetito espiritual o pocos deseos de relacionarse con el
pueblo de Dios, lo que los lleva a aislarse y sentirse desanimados. Es necesario convencerlas
de que Jehová se interesa en ellas y de que las sostendrá en los momentos difíciles. (Salmo
55:22; Mateo 18:12-14; 2 Corintios 4:16-18; 1 Pedro 1:6, 7; 5:6, 7.) También puede ser
provechoso repasar con ellas el artículo “Mire directamente adelante como cristiano”, de
La Atalaya del 15 de octubre de 1980, páginas 28-31.
3) El pastor debe estar alerta a las ovejas que se sienten agotadas. Algunas han
perseverado por años en el servicio fiel a Jehová. Han aguantado muchas pruebas y
circunstancias adversas. Pero puede que ahora presenten síntomas de agotamiento en lo
referente a hacer el bien, y quizás hasta expresen dudas sobre la necesidad de predicar con
asiduidad. Es necesario reavivar su espíritu, hacerles apreciar de nuevo los gozos y las
bendiciones que resultan de servir a Dios de todo corazón, como lo hizo Jesucristo. (Gálatas
6:9, 10; Hebreos 12:1-3.) Tal vez se les pueda ayudar a comprender que Jehová aprecia su
servicio fiel y que puede fortalecerlas para que hagan obras futuras que resulten en Su
alabanza. (Isaías 40:29, 30; Hebreos 6:10-12.) Puede ser provechoso comunicarles ideas del
artículo “No desista de hacer lo que es excelente”, de La Atalaya del 15 de julio de 1988,
páginas 9-14.
*** w93 15/9 págs. 22-23 Pastorean compasivamente a las ovejitas ***
4) Algunos cristianos, como ovejas lesionadas, han sido lastimados por lo que les ha
parecido conducta impropia. No obstante, si aprendemos a perdonar a los demás, nuestro
Padre celestial nos concederá el perdón que necesitamos. (Colosenses 3:12-14; 1 Pedro 4:8.)
Es probable que algunos hermanos hayan recibido consejo o disciplina que consideraron
injustos. Sin embargo, el consejo y la disciplina nos benefician a todos, y nos consuela saber
que Jehová disciplina a los que ama. (Hebreos 12:4-11.) Otros, quizás por no haber recibido
privilegios para los cuales creen estar preparados, han permitido que el resentimiento levante
una barrera entre ellos y la congregación. No obstante, si nos alejamos de la organización de
Jehová, no tendremos otro lugar al cual dirigirnos en busca de salvación y gozo verdadero.
(Compárese con Juan 6:66-69.) Puede hallarse información valiosa sobre este tema en el
artículo “En unidad como cristianos”, de La Atalaya del 15 de agosto de 1988, páginas 28-30.
5) Debe protegerse a las ovejas de los depredadores. Del mismo modo, es posible que
algunos tengan oposición de familiares o compañeros de trabajo y permitan que esta los
intimide. Su integridad puede verse sometida a prueba cuando se les presiona para que
disminuyan su servicio a Dios o dejen de participar en el ministerio cristiano. No obstante,
cuando se les ayuda a comprender que todos debemos esperar oposición, ya que en realidad
es una de las pruebas de que somos verdaderos discípulos de Jesucristo, se sienten
fortalecidos. (Mateo 5:11, 12; 10:32-39; 24:9; 2 Timoteo 3:12.) Puede ser útil recordarles que, si
se mantienen fieles, Jehová nunca los abandonará y recompensará su aguante. (2 Corintios
4:7-9; Santiago 1:2-4, 12; 1 Pedro 5:8-10.) El artículo titulado “Aguantando con gozo a pesar de
la persecución”, que apareció en las páginas 21-27 de La Atalaya del 15 de octubre de 1982,
también puede infundirles ánimo.
*** w93 1/4 págs. 30-31 Sea feliz y organizado ***
Aun cuando se multipliquen sus responsabilidades de organización, los ancianos amorosos
nunca deben perder de vista el hecho de que están tratando con personas, personas a quienes
Dios ama. (1 Pedro 5:2, 3, 7; 1 Juan 4:8-10.) Nunca han de concentrarse tanto en asuntos o
procedimientos de organización que descuiden su papel primordial de pastores, guardianes y
protectores del rebaño. (Proverbios 3:3; 19:22; 21:21; Isaías 32:1, 2; Jeremías 23:3, 4.)
Por ejemplo, si nos concentráramos demasiado en horarios y cifras, pudiéramos perder
interés en el bienestar de los demás. Piense en un conductor de autobús que considera que su
deber primordial es atenerse con eficiencia a su horario pase lo que pase. Su única
preocupación es ir de la primera parada de la ruta a la última en el tiempo asignado.
Lamentablemente, desde su punto de vista los pasajeros son un estorbo. Son lentos y
desorganizados, y siempre llegan a la parada justo cuando él arranca. En vez de pensar que el
propósito de su trabajo es servir a los pasajeros, los ve como un estorbo para la eficacia y los
evita.
Interésese en la persona
La eficacia fría suele pasar por alto las necesidades de las personas. Los más débiles e
ineficientes pueden ser vistos como cargas. Cuando esto sucede, las consecuencias pueden
ser graves. Por ejemplo, en Esparta, antigua ciudad estado de Grecia, a los niños que nacían
débiles y enfermizos se les dejaba morir, porque nunca serían soldados fuertes y eficientes que
pudieran defender un estado fuerte y eficiente. Dice el filósofo Bertrand Russell: “Cuando nacía
un hijo, el padre lo llevaba ante los mayores de su familia para que lo examinasen; si era sano
se lo devolvían para que lo criase; si no, lo arrojaban a un profundo pozo”. (Historia de la
filosofía occidental, traducción de Julio Gómez de la Serna y Antonio Dorta.)
En aquel despiadado estado predominó la austeridad y la rigidez, no la felicidad.
(Compárese con Eclesiastés 8:9.) Y es muy probable que las autoridades espartanas vivieran
convencidas de que su concepción de la eficiencia tenía razón de ser, pero aquella conducta
carecía por completo de compasión y bondad. Su camino no era el de Dios. (Salmo 41:1;
Proverbios 14:21.) Los superintendentes de la congregación cristiana, por el contrario, siempre
han tenido presente que todas las ovejas de Dios son preciosas a su vista, y por eso tratan a
cada una de ellas de manera recompensadora. No solo se ocupan de las 99 saludables, sino
también de la débil o de la que sufre trastornos emocionales. (Mateo 18:12-14; Hechos 20:28;
1 Tesalonicenses 5:14, 15; 1 Pedro 5:7.)
Manténgase cerca del rebaño
Los ancianos deben mantenerse cerca del rebaño que atienden. Es posible que los estudios
modernos sobre administración indiquen que el gerente o el administrador tiene que guardar
las distancias para lograr la máxima eficiencia. Cierto investigador comentó lo siguiente sobre
las diferentes experiencias de un oficial de las fuerzas aéreas cuando se acercaba a sus
subordinados o se alejaba de ellos: “Cuando mantenía relaciones estrechas con sus oficiales,
estos se sentían seguros y no se preocupaban mucho por la eficiencia de sus unidades. En
cambio, cuando se hacía más reservado y dejaba sentir su autoridad, sus suboficiales
empezaban a preocuparse de que hubieran hecho algo mal [...] y canalizaban su ansiedad
haciéndose más conscientes en su trabajo. Aquello mejoraba sensiblemente la eficiencia de la
base militar”. (Understanding Organizations.)
Sin embargo, la congregación cristiana no es una organización militar. Los ancianos
cristianos que supervisan la labor de los demás imitan a Jesucristo, quien siempre se mantuvo
cerca de sus discípulos. (Mateo 12:49, 50; Juan 13:34, 35.) Nunca explotó los sentimientos de
ansiedad de sus discípulos para conseguir de ellos un mejor rendimiento. Al contrario,
estableció fuertes lazos de confianza con sus seguidores, quienes se caracterizaron por
establecer también entre sí profundos vínculos de tierno cariño. (1 Tesalonicenses 2:7, 8.) Tal
intimidad resulta en un rebaño feliz que, impelido por el amor a Dios, responde voluntariamente
a la dirección y hace de buena gana todo lo que puede en el servicio a Dios. (Compárese con
Éxodo 35:21.)
Muchos textos bíblicos ponen de relieve cualidades cristianas como la felicidad y el amor a
los hermanos. (Mateo 5:3-12; 1 Corintios 13:1-13.) Pero son relativamente pocos los que hacen
hincapié en la eficiencia. Por supuesto, la buena organización es necesaria. El pueblo de Dios
siempre ha estado organizado. Pero recuerde, por ejemplo, cuántas veces se refieren los
escritores de los salmos a los siervos de Dios como gente feliz. El Salmo 119, que habla
mucho de las leyes, recordatorios y regulaciones de Jehová, comienza así: “Felices son los que
en su camino están exentos de falta, los que andan en la ley de Jehová. Felices son los que
observan sus recordatorios; con todo el corazón siguen buscándolo”. (Salmo 119:1, 2.)
¿Logrará usted ser organizado y feliz a la vez?
*** w94 1/8 pág. 19 párr. 13 Cultivemos un carácter razonable ***
13 De igual modo, los hermanos que ocupan posiciones de responsabilidad están

interesados en llegar al corazón de las personas. Por ello se guardan de imponer normas
arbitrarias e inflexibles y de convertir sus opiniones en leyes. (Compárese con Daniel 6:7-16.)
Aunque de vez en cuando sea apropiado y oportuno dar consejo bondadoso tocante a temas
como la ropa y el arreglo personal, si el anciano se obsesiona con estos asuntos o trata de
imponer normas que reflejan principalmente su gusto personal, podría menoscabar su
reputación de ser razonable. Sin duda, nadie de la congregación debe procurar el control de los
demás
*** w86 15/8 págs. 14-15 párrs. 6-8 Guárdese de abusar del poder ***
6 A menos que los ancianos sean cuidadosos, estos pudieran hacerse culpables de
nepotismo, lo cual también sería abusar del poder. ¿Nepotismo? Sí, este es un término que
proviene de una palabra latina que significa “sobrino”. Se creó este término debido a la notoria
costumbre de los papas y otros funcionarios de la iglesia de conceder favores religiosos y
materiales a sus parientes y en particular a los hijos de sus hermanos y hermanas. Al papa
Nicolás III incluso se le conoció como “el patriarca del nepotismo papal”. A menos que los
ancianos cristianos sean muy cuidadosos, pudieran dejarse influenciar indebidamente por lazos
familiares más bien que por principios espirituales. Un anciano estaba convencido de que a su
hijo se le debería recomendar como superintendente a pesar de que el resto de los ancianos
no estaba de acuerdo. Por ello, el padre se mudó a otra congregación. Años más tarde, el hijo
aún no era anciano. Evidentemente, el padre había dejado que la relación familiar le influyera.
7 Otra manera nepotista de abusar del poder se presenta cuando los ancianos no actúan
ante los males cometidos por sus parientes. (Compárese con 1 Samuel 2:22-25, 30-35.) Hace
unos años, en ciertas congregaciones de la región central de los Estados Unidos se presentó
una situación escandalosa de mala conducta. Recientemente esta misma situación se
desarrolló en ciertas congregaciones de Europa. Muchos jóvenes se envolvieron en
fornicación, uso de drogas y cosas semejantes. De estos, no pocos eran hijos de ancianos,
algunos de los cuales aparentemente toleraron el mal comportamiento de sus hijos. Cuando los
hechos salieron a la luz, varios de esos ancianos fueron removidos debido al mal uso que
dieron a sus prerrogativas como ancianos, o más específicamente, debido a que no usaron su
autoridad debidamente.
8 A veces, parece que existe una tendencia a seguir esta misma línea de conducta cuando
un anciano o siervo ministerial dirige una parte de la reunión que requiere participación del
auditorio. Tiene que cuidarse de no ser parcia
*** w86 15/8 págs. 15-16 Guárdese de abusar del poder ***
Superintendentes viajantes
9 Los cristianos en puestos de responsabilidad, en particular los superintendentes viajantes

que representan a la Sociedad Watch Tower, deben tener cuidado de no llegar a ser culpables,
ya sea voluntaria o involuntariamente, de lo que se conoce como simonía. El término proviene
del Simón que se menciona en Hechos 8:9-24, quien ofreció a los apóstoles dinero a cambio
del don de poder impartir espíritu santo por medio de la imposición de las manos. Lucas
registra lo siguiente: “Pedro le dijo: ‘Perezca tu plata contigo, porque pensaste conseguir
posesión de la dádiva gratuita de Dios mediante dinero. No tienes tú ni parte ni suerte en este
asunto, porque tu corazón no es recto a vista de Dios. Arrepiéntete, por lo tanto, de esta
maldad tuya, y ruega intensamente a Jehová que, si es posible, se te perdone el proyecto de tu
corazón’”. Esta también fue una práctica notoria entre los representantes de la Iglesia Católica
Romana en épocas pasadas. Una enciclopedia informa que “este delito se hizo muy común en
la Iglesia durante los siglos XI y XII”.
10 Pero, ¿cómo pudieran siervos de Jehová pecar en lo que a esto respecta? A menos que
tengan mucho cuidado, pudieran inclinarse a recomendar a un anciano para que se le dé una
asignación en la asamblea de circuito o el programa de la asamblea de distrito debido a la
excelente hospitalidad o a los regalos generosos que hayan recibido de él. De hecho, ha
habido casos en que un anciano ha dado regalos generosos y al mismo tiempo ha traído a
colación la posibilidad de recibir algún privilegio especial. Parece que tales personas no se
contentaban con portarse como “uno de los menores”, dejando que el espíritu santo motivara a
aquellos en puestos de responsabilidad a hacer nombramientos teocráticos. (Lucas 9:48.) Bajo
tales circunstancias no se han aceptado dichos regalos, dándose de esta manera un ejemplo
excelente de no abusar del don del poder. ¡Todos estos ejemplos muestran lo cuidadosos que
deben ser los ancianos prominentes para evitar la mancha de la simonía!
11 Además, en ocasiones quizás sea necesario que un ministro viajante le dé consejo firme

a un anciano. Pero si repetidas veces el ministro viajante ha recibido regalos o ha disfrutado de


la hospitalidad de ese anciano, quizás halle difícil darle consejo directo. ¿Impedirán las
consideraciones egoístas que este hermano cumpla con su responsabilidad de dar el consejo
necesario? ¿Pondrá él los intereses espirituales de sus hermanos por delante de los beneficios
materiales personales? Sí, ¿tratará él de agradar a Dios o a los hombres? (Gálatas 1:10.)
*** w89 1/6 pág. 16 párr. 4 Despleguemos limpieza mental y corporal ***
4 Particularmente los ancianos cristianos deben ejercer cautela para no abrigar deseos
incorrectos que pudieran llevarlos a cometer un pecado grave. (Santiago 1:14, 15.) Al anciano
cristiano Timoteo, Pablo escribió: “El objetivo de este mandato es amor procedente de un
corazón limpio y de una buena conciencia y de fe sin hipocresía”. (1 Timoteo 1:5.) Ciertamente
sería obrar con hipocresía el que un anciano cumpliera con sus deberes espirituales mientras
permitiera que sus ojos incitaran en su corazón ideas de cometer inmundicia
*** w00 15/6 págs. 16-17 párrs. 16-19 Honremos a quienes se ha dado autoridad sobre
nosotros ***
16 Los ancianos de las congregaciones están nombrados por espíritu santo, pero aún son

imperfectos y cometen errores (Salmo 130:3; Eclesiastés 7:20; Hechos 20:28; Santiago 3:2).
Por tanto, es posible que algunos miembros de la congregación se sientan descontentos con
ellos. ¿Cómo deberíamos reaccionar cuando pensamos que algo no se está haciendo bien en
la congregación, o al menos eso parece? Observemos el contraste entre los falsos maestros
del siglo primero y los ángeles: “Osados, voluntariosos, estos [falsos maestros] no tiemblan
ante los gloriosos, sino que hablan injuriosamente, mientras que los ángeles, aunque son
mayores en fuerza y poder, no presentan contra ellos acusación en términos injuriosos, lo cual
no hacen por respeto a Jehová” (2 Pedro 2:10-13). Mientras que los falsos maestros hablaron
injuriosamente de “los gloriosos” —los ancianos a los que se había concedido autoridad en la
congregación cristiana del siglo primero—, los ángeles no hablaron en términos injuriosos de
los falsos maestros que estaban dividiendo a los hermanos. Siendo estos superiores al hombre
y con un mejor sentido de la justicia, eran conscientes de lo que estaba ocurriendo en la
congregación. No obstante, “por respeto a Jehová” le dejaron el juicio a Él (Hebreos 2:6, 7;
Judas 9).
17Aunque no se haga algo como es debido, ¿no deberíamos tener fe en Jesucristo, el
Cabeza viviente de la congregación cristiana? ¿No está él al tanto de lo que sucede en su
congregación mundial? ¿No deberíamos respetar su manera de tratar la situación y reconocer
que puede controlarla? Realmente, ‘¿quiénes somos nosotros para juzgar a nuestro prójimo?’
(Santiago 4:12; 1 Corintios 11:3; Colosenses 1:18). ¿Por qué no expresar a Jehová en oración
nuestras preocupaciones?
18 Debido a la imperfección humana es posible que surjan dificultades o problemas. Tal vez
los ancianos cometan errores que perturben a algunos hermanos. La actuación
precipitada ante tales circunstancias no cambiará la situación. Solo puede agravar el problema.
Los que tienen discernimiento espiritual esperan que Jehová enderece los asuntos y administre
la disciplina necesaria a su propio modo y a su debido tiempo (2 Timoteo 3:16; Hebreos 12:7-
11).
19 ¿Qué hacer si nos angustia algún asunto? En vez de hablar con otros miembros de la
congregación, ¿por qué no pedir ayuda respetuosamente a los ancianos? Sin criticar a nadie,
explíqueles cómo se ha visto afectado. Confíese a ellos de manera respetuosa y ‘comparta sus
sentimientos como compañeros’ (1 Pedro 3:8). No recurra al sarcasmo, sino confíe en su
madurez cristiana. Valore el estímulo bíblico que puedan ofrecerle. Y si parece que se
necesitan otras medidas correctivas, confíe en que Jehová guiará a los ancianos a hacer lo que
es debido
*** w96 15/3 pág. 25 Cómo le sirven a usted los pastores cristianos ***
¿Qué es una visita de pastoreo?
No es una simple visita social para conversar sobre asuntos triviales. Un anciano dijo: “A la
mayoría de los publicadores les encanta leer un texto o hablar de un personaje bíblico. Claro
está, el anciano no es el único que habla. Por lo general, al publicador del Reino que recibe la
visita le gusta expresar lo que piensa en cuanto a la Biblia, lo cual fortalece su propia fe. El
anciano puede llevar un ejemplar de La Atalaya o ¡Despertad! para comentar algún artículo
animador. Quizás esta conversación espiritual es lo que distingue una visita de pastoreo de una
visita social”.
Otro anciano de experiencia comentó: “Antes de la visita, el anciano medita en las
necesidades del publicador. ¿Qué puede edificarlo? El encomio sincero es una parte esencial
de las visitas de pastoreo, pues fortalece a la persona para que siga aguantando”. En realidad,
la visita de pastoreo es más que una simple visita amigable de un miembro de la congregación.
¿Por qué lo visita un pastor?
Cuando un anciano visita un hogar, va preparado para animar a sus compañeros de
creencia y ayudarlos a permanecer firmes en la fe. (Romanos 1:11.) Por eso, ¿cómo reacciona
usted cuando uno o dos ancianos desean visitarlo? Un superintendente viajante dijo: “Si las
visitas de pastoreo solo se efectúan cuando surgen problemas, la reacción inicial de la persona
a quien se va a visitar pudiera ser: ‘¿Qué he hecho mal?’”. Los pastores espirituales amorosos
imitan a Jehová, quien cuidó al salmista y siempre ‘refrescó su alma’, particularmente en
tiempos de angustia y necesidad especial. (Salmo 23:1-4.)
El objetivo de la visita de pastoreo es ‘edificar, no demoler’. (2 Corintios 13:10.) Anima
mucho a la persona escuchar palabras de aprecio por su aguante, celo y fiel servicio. Cierto
anciano comentó: “No es conveniente dar la impresión de que se ha ido con el propósito de
detectar problemas y hablar de estos. Desde luego, pudiera ser que el publicador deseara
hablar de cierta dificultad. Y si una oveja está cojeando o aislándose del rebaño, el anciano
debe tomar medidas para ayudarla”.
Los pastores cristianos sin duda cuidarán de manera especial de cualquiera que se
encuentre en la siguiente situación: “A la perdida buscaré [dice Jehová], y a la dispersada
traeré de vuelta, y a la quebrada vendaré y a la doliente fortaleceré”. (Ezequiel 34:16.) Tal vez
sea necesario buscar a la oveja perdida, traerla de vuelta, vendarla y fortalecerla. Los pastores
de Israel no cumplieron con tales responsabilidades. Esta labor exige que el pastor se acerque
a la oveja y atienda a sus necesidades. Este aspecto, en esencia, debe distinguir toda visita de
pastoreo hoy en día.
*** w93 15/11 pág. 30 ¿Por qué reconocer una equivocación? ***
Cuando un anciano comete una equivocación
Admitir las equivocaciones y disculparse sinceramente ayudará también a los ancianos
cristianos a trabajar juntos en armonía y “mostrarse honra unos a otros”. (Romanos 12:10.) Es
posible que un anciano se resista a reconocer un error porque tema que tal reconocimiento
socave su autoridad en la congregación. Sin embargo, será más probable que pierda la
credibilidad si intenta justificar, pasar por alto o minimizar su equivocación. El hermano maduro
que se disculpa humildemente, quizá por alguna observación irreflexiva, se gana el respeto de
los demás.
Fernando, un anciano de España, recuerda que en cierta ocasión un superintendente de
circuito que presidía un concurrido grupo de ancianos dijo algo inexacto sobre cómo debía
dirigirse una reunión. Cuando un hermano lo corrigió con respeto, el superintendente de circuito
reconoció enseguida su error. Fernando recuerda: “Cuando le vi reconocer su equivocación en
frente de todos aquellos ancianos, me impresionó mucho. Le respeté mucho más después de
aquella disculpa. Su ejemplo me enseñó lo importante que es que yo reconozca mis propias
deficiencias”.
REQUISITOS PARA ANCIANOS
*** w90 1/9 págs. 24-28 ¿Está usted capacitado para servir? ***
Requisitos en común
4 Particularmente en 1 Timoteo 3:1-10, 12, 13 y Tito 1:5-9 el apóstol Pablo expone los

requisitos que deben satisfacer los hombres a quienes se encomienda responsabilidad en la


congregación. Al considerar estos requisitos, algunos de los cuales aplican tanto a ancianos
como a siervos ministeriales, no debemos considerarlos según normas mundanas. Más bien,
debemos verlos en su marco del primer siglo y como normas que pueden aplicarse en el
pueblo de Jehová. No exige perfección cumplir con estos requisitos, porque entonces ningún
humano los satisfaría. (1 Juan 1:8.) Pero si usted es hombre cristiano, sea que tenga ahora
deberes en la congregación o no, ¿por qué no se examina para ver si satisface estos
requisitos?
5 Irreprensible; que tenga excelente testimonio de los de afuera; libre de acusación.
(1 Timoteo 3:2, 7, 8, 10; Tito 1:6, 7.) Al tiempo de ser nombrados y mientras sirven en esa
capacidad los siervos ministeriales y los ancianos deben ser irreprensibles, es decir, estar libres
de culpa y de que se les tenga que censurar por una acusación justificada de conducta o
enseñanza incorrecta. Las acusaciones falsas hechas por “falsos hermanos” u otros no hacen
que un hombre sea reprensible. Para descalificar a un hombre de servir en la congregación el
cargo que se levante contra él no debe ser de poco peso, y tiene que ser probado según las
normas bíblicas. (2 Corintios 11:26; 1 Timoteo 5:19.) El que reciba un nombramiento en la
congregación “debe también tener excelente testimonio de los de afuera, para que no caiga en
vituperio y en un lazo del Diablo”. Si un hombre ha cometido algún pecado grave en el pasado,
solo puede ser nombrado si por la vida que ha llevado ha borrado cualquier vituperio y se ha
hecho un buen nombre para sí mismo.
6 Esposo de una sola mujer. (1 Timoteo 3:2, 12; Tito 1:6.) Esto no significa que solo
hombres casados pueden ser siervos ministeriales y ancianos. Sin embargo, si el hombre es
casado, solo debe tener una esposa viviente, y debe ser fiel a ella. (Hebreos 13:4.) A diferencia
de lo que se veía entre muchos hombres no cristianos del primer siglo, no puede ser polígamo.
7 Que presida su propia casa excelentemente, con hijos en sujeción. (1 Timoteo 3:4, 5, 12;
Tito 1:6.) Puede que a algunos les parezca que los ancianos deben tener por lo menos 30 años
de edad, pero la Biblia no fija ninguna edad mínima. Sin embargo, la persona debe actuar
como hombre mayor en sentido espiritual. Los siervos ministeriales y los ancianos deben ser
hombres con suficiente edad como para ser padres. El hombre casado que se comporta de
manera piadosa en otros lugares pero es un tirano en el hogar no está capacitado para servir.
Tiene que haberse ganado el respeto por presidir su propia casa según los principios bíblicos, y
su objetivo debe ser tener éxito al tratar con cada miembro de la familia en lo referente a lo
espiritual. Como regla general, los hijos menores del anciano que es padre deben comportarse
bien y ser “creyentes”. Van progresando hacia dedicarse a Dios o ya son testigos bautizados
de Jehová. Es poco probable que un hombre que no pueda infundir fe en el corazón de sus
hijos pueda hacerlo en el de otros.
8 Antes de que un hombre de familia pueda ser anciano con aptitud para proveer
superintendencia espiritual en una congregación, tiene que aprender a dirigir su propia casa. ‘Si
algún hombre no sabe presidir su propia casa, ¿cómo cuidará de la congregación de Dios?’
(1 Timoteo 3:5.) Es cierto que un hombre pudiera recibir oposición de una esposa incrédula.
(Mateo 10:36; Lucas 12:52.) O puede que uno de sus hijos cometa un pecado grave, aunque
los demás estén progresando en sentido espiritual. Sin embargo, si el hombre ha hecho todo lo
que pudiera esperarse, y especialmente si ha tenido éxito en cuanto a lo espiritual con relación
a otros miembros de su casa, el que un miembro de la familia rechazara su buena dirección no
lo descalificaría necesariamente de ser siervo ministerial o anciano.
9 No un borracho pendenciero ni dado a mucho vino. (1 Timoteo 3:3, 8; Tito 1:7.) El que es
siervo ministerial o anciano no debe abusar de las bebidas alcohólicas. La adicción a estas
puede llevarlo a perder el dominio de los pensamientos y las emociones, lo cual llevaría a las
pendencias o peleas del borracho. No debe ser ‘dado a mucho vino’ ni tener la reputación de
ser un bebedor empedernido ni uno que beba en exceso. (Proverbios 23:20, 21, 29-35.) ¡Qué
trágico sería que una visita de pastoreo fuera estropeada por la intemperancia! Si algún
hermano usa bebidas alcohólicas, no debería hacerlo mientras participa en las reuniones, en el
ministerio ni en ninguna otra forma de servicio sagrado. (Levítico 10:8-11; Ezequiel 44:21.)
10 No amador del dinero ni ávido de ganancia falta de honradez. (1 Timoteo 3:3, 8; Tito 1:7.)
Los amadores del dinero están en peligro espiritual, y las “personas dominadas por la avidez”
no heredarán el Reino de Dios. Por eso, tales hombres no satisfacen los requisitos para ser
ancianos ni siervos ministeriales. (1 Corintios 6:9, 10; 1 Timoteo 6:9, 10.) La palabra griega que
se vierte “falta de honradez” significa básicamente “deshonroso”, y el término traducido
“ganancia” se refiere a cualquier clase de beneficio o ventaja. (Filipenses 1:21; 3:4-8.) Desde
luego, el hombre cuya disposición indica que trataría a las “ovejas” de Dios con falta de
honradez no está capacitado para asumir responsabilidad en la congregación. (Ezequiel 34:7-
10; Hechos 20:33-35; Judas 16.) La necesidad de ejercer cautela al recomendar a alguien
aumenta cuando nos damos cuenta de que un hombre ya nombrado a quien se hubieran
confiado fondos pudiera sentirse tentado a sustraer parte del dinero. (Juan 12:4-6.)
11 No un hombre recién convertido; probado en cuanto a aptitud. (1 Timoteo 3:6, 10.) La

persona recién bautizada no ha tenido tiempo para dar prueba de que puede atender fielmente
los deberes que se le asignen. Puede que no se conduela de los afligidos ni tenga la sabiduría
necesaria para ayudar a sus compañeros de adoración, y quizás hasta vea con desprecio a
otros. Por eso, antes de que un hombre sea recomendado para siervo ministerial, y
especialmente para anciano, debe ser ‘probado en cuanto a aptitud’ y debe demostrar que
ejerce buen juicio y que es confiable. No se da un tiempo fijo para esta prueba, y el paso del
progreso espiritual de las personas varía. Pero los ancianos no deben apresurarse a
recomendar a un hermano nuevo, “por temor de que se hinche de orgullo y caiga en el juicio
pronunciado contra el Diablo”. Que primero el hombre manifieste humildad como la de Cristo.
(Filipenses 2:5-8.)
Lo que debe verse en los siervos ministeriales
12 Se estipulan algunos requisitos para los siervos ministeriales. No obstante, si los ancianos
no satisficieran esos requisitos también, no estarían capacitados para servir. Como hombre
cristiano, ¿satisface usted esos requisitos?
13 Serio. (1 Timoteo 3:8.) El hombre que está capacitado para servir como siervo ministerial
no debe tomar sus responsabilidades a la ligera. Debe comportarse con dignidad que se gane
el respeto de otros. Aunque el desplegar en ciertas ocasiones un sentido del buen humor es
aceptable, no satisfaría los requisitos si constantemente manifestara frivolidad.
14 No de lengua doble; que tenga una conciencia limpia. (1 Timoteo 3:8, 9.) Los siervos
ministeriales (y ancianos) tienen que ser veraces, no chismosos ni tortuosos. Puesto que no
son de lengua doble, no deben manifestar hipocresía diciendo una cosa a cierta persona y
precisamente lo contrario a otra. (Proverbios 3:32; Santiago 3:17.) Estos hombres también
tienen que apoyar fielmente la verdad revelada, “manteniendo el secreto sagrado de la fe con
una conciencia limpia”. Ante Dios, la conciencia de tal hombre debería dar testimonio de que es
recto y no practica nada solapado ni contaminador. (Romanos 9:1; 2 Corintios 1:12; 4:2; 7:1.)
Nadie satisface los requisitos para servir al rebaño de Dios a menos que se adhiera a la verdad
y a los principios piadosos.
Enfoque de los requisitos para los ancianos
15 Hay ciertos requisitos que aplican particularmente a los ancianos, y en gran parte se
relacionan con su obra de pastores y maestros. Como hombre cristiano, ¿satisface usted estos
requisitos?
16 Moderado en los hábitos; que ejerza autodominio. (1 Timoteo 3:2; Tito 1:8.) El anciano
tiene que ser templado y no estar esclavizado a malos hábitos. Cuando afronte pruebas, Dios
le ayudará a mantener equilibrio si ora como lo hizo el salmista: “Las angustias de mi corazón
se han multiplicado; de los apuros en que me hallo, oh, sácame”. (Salmo 25:17.) El
superintendente también debe orar por el espíritu de Dios y desplegar sus frutos, incluso el de
autodominio. (Lucas 11:13; Gálatas 5:22, 23.) Si el anciano domina sus pensamientos, habla y
acciones, podrá evitar extremos mientras da guía espiritual a la congregación.
17 De juicio sano. (1 Timoteo 3:2.) El anciano tiene que ser sensato, discreto y prudente. Su

habla y acciones deben tener propósito y ser racionales. Su modo de pensar humilde y
equilibrado se basa en la sabiduría piadosa y en las enseñanzas saludables de la Palabra de
Jehová, de la cual debe ser estudiante diligente. (Romanos 12:3; Tito 2:1.)
18 Ordenado. (1 Timoteo 3:2.) La palabra griega que se emplea aquí se traduce “bien

arreglado” en 1 Timoteo 2:9. De modo que el anciano debe tener un patrón de vida
caracterizado por la decencia y el buen arreglo. Por ejemplo, debe ser puntual. Parece que los
cristianos del primer siglo no recalcaron al extremo el asunto de llevar registros, y no es
necesario que un superintendente hoy sea un contador u oficinista experto. Los siervos
ministeriales podrían encargarse de lo que se requiera en estos asuntos. Pero el término griego
para “ordenado” puede indicar buen comportamiento, y un hombre ciertamente no estaría
capacitado para ser anciano si fuera ingobernable o desordenado. (1 Tesalonicenses 5:14;
2 Tesalonicenses 3:6-12; Tito 1:10.)
19 Hospitalario. (1 Timoteo 3:2; Tito 1:8.) El anciano ‘sigue la senda de la hospitalidad’.
(Romanos 12:13; Hebreos 13:2.) La palabra griega para “hospitalario” significa literalmente
“encariñado con extraños”. Por eso el anciano hospitalario da la bienvenida a los nuevos que
asisten a las reuniones cristianas y muestra el mismo interés tanto por los pobres como por los
que disfrutan de prosperidad material. Es hospitalario con los que rinden servicio como
ministros viajantes para el adelanto del cristianismo, y pone a estas personas en camino “de
una manera digna de Dios”. (3 Juan 5-8.) Sí, el anciano muestra hospitalidad especialmente a
sus compañeros de creencia según las necesidades que tengan y al grado que se lo permitan
sus circunstancias. (Santiago 2:14-17.)
20 Capacitado para enseñar. (1 Timoteo 3:2.) Lo apto del anciano como maestro espiritual

no proviene de habilidad mental ni sabiduría mundana. (1 Corintios 2:1-5, 13.) Es el resultado


de que se “adhiera firmemente a la fiel palabra en lo que toca a su arte [o manera] de enseñar,
para que pueda exhortar por la enseñanza que es saludable y también censurar a los que
contradicen”. (Tito 1:9; compárese con Hechos 20:18-21, 26, 27.) Debe poder ‘instruir con
apacibilidad a los que no están favorablemente dispuestos’. (2 Timoteo 2:23-26.) Aunque un
anciano no sea el mejor orador público de la congregación, debe ser tan buen estudiante de la
Palabra de Dios que sea lo suficientemente hábil como para instruir y aconsejar a los
creyentes, que también estudian la Biblia. (2 Corintios 11:6.) Tiene que estar capacitado para
impartir “enseñanza saludable” que ayude a familias e individuos a llevar una vida piadosa.
(Tito 2:1-10.)
21 No un golpeador, sino razonable, no belicoso. (1 Timoteo 3:3; Tito 1:7.) Puesto que

es pacífico, el anciano no golpea físicamente a las personas ni las intimida mediante


comentarios abusivos o cortantes. (Compárese con 2 Corintios 11:20.) (El comentario anterior,
de que “no [es] un borracho pendenciero”, indica que evita abusar del alcohol, pues ese abuso
muy a menudo lleva a contiendas.) Porque es “razonable” (o ‘dispuesto a ceder’) y no es
autoritario ni difícil de complacer, no hace cuestiones mayores de pequeñeces. (1 Corintios
9:12; Filipenses 4:5; 1 Pedro 2:18.) Puesto que el anciano no es belicoso o contencioso, evita
las disputas y ‘no es propenso a la ira’. (Tito 3:2; Santiago 1:19, 20.)
22 No es voluntarioso. (Tito 1:7.) Literalmente, esto significa “que no procura complacerse a
sí mismo”. (Compárese con 2 Pedro 2:10.) El anciano no debe ser dogmático, sino que debe
considerar sus aptitudes con humildad. Porque no opina que pueda manejar los asuntos mejor
que toda otra persona, humildemente comparte la responsabilidad con otros y aprecia tener
una multitud de consejeros. (Números 11:26-29; Proverbios 11:14; Romanos 12:3, 16.)
23 Amador del bien; justo. (Tito 1:8.) Para ser anciano, uno tiene que amar el bien y ser
justo. El amador del bien ama lo que es bueno a la vista de Jehová, efectúa hechos
bondadosos y útiles y muestra aprecio por la bondad de otros. (Lucas 6:35; compárese con
Hechos 9:36, 39; 1 Timoteo 5:9, 10.) El ser justo significa someterse a las leyes y normas de
Dios. Entre otras cosas, ese hombre es imparcial y piensa en cosas justas, castas y virtuosas.
(Lucas 1:6; Filipenses 4:8, 9; Santiago 2:1-9.) Puesto que la bondad difiere de la justicia en el
sentido de que va más allá de lo que exige lo justo, el amador del bien hace más a favor de
otros de lo que se requiere de él. (Mateo 20:4, 13-15; Romanos 5:7.)
24 Leal. (Tito 1:8.) El hombre capacitado para ser anciano mantiene devoción inquebrantable

a Dios y se adhiere a la ley divina, prescindiendo de cómo se someta a prueba su integridad.


Hace lo que Jehová espera de él, y esto incluye servir como proclamador fiel del Reino. (Mateo
24:14; Lucas 1:74, 75; Hechos 5:29; 1 Tesalonicenses 2:10.)
*** w90 1/10 págs. 30-31 ¿Sigue usted instrucciones? ***
. Por ejemplo, los que llevan la delantera enseñando y ayudando a otros en la congregación
deben apegarse a la guía que reciben de la organización de Jehová. Esto contribuye a la
eficacia de su trabajo. Pudiera haber instrucciones en cuanto a cómo efectuar la predicación,
cómo atender problemas que surjan en la congregación, cómo dar consejo y estímulo, cómo
consolar a los afligidos, y así por el estilo. También hay directrices sobre cómo preparar
reuniones instructivas y edificantes para todos los que se asocian con la congregación
cristiana. (Hechos 20:20; Romanos 12:6-8; Gálatas 6:1; 1 Tesalonicenses 3:1-3.)
Especialmente los ancianos o superintendentes de la congregación deben dar un buen
ejemplo a este respecto. El Cuerpo Gobernante envía instrucciones que los ancianos deben
seguir cuidadosa y fielmente. Deben adaptar y aplicar las instrucciones a las circunstancias
locales. Es preciso que recordemos que Jesucristo es quien dirige a la congregación cristiana.
Él está perfectamente al tanto de lo que necesitan todas las congregaciones por todo el mundo
y provee el estímulo y la ayuda necesarios. Por eso los ancianos no deben vacilar en poner en
práctica las instrucciones que reciben de la organización teocrática de Dios. Esto sirve de buen
ejemplo a todo miembro de cada congregación y contribuye a la unión dentro de la
congregación y con los demás hermanos cristianos de toda la Tierra
*** w88 15/9 pág. 30 Los cristianos... firmes, pero flexibles ***
Los ancianos también deben ser flexibles respecto a aplicar diversas reglas en la
congregación. Nunca deben permitir que las reglas ‘invaliden la palabra de Dios’ por dar a esas
reglas más peso que a los principios perfectos de la Palabra de Jehová. (Mateo 15:6; 23:23.)
Es apropiado que los ancianos sean flexibles cuando tal flexibilidad no viola principios
bíblicos. Por ejemplo, quizás noten que se insiste en que, en las grandes asambleas a las
cuales concurren muchedumbres, no se guarden asientos para otros. Pero ¿debe ponerse en
vigor esa regla en una congregación pequeña donde hay muchos asientos disponibles? O
puede ser que los ancianos piensen que en general cierta manera de vestir —como llevar
chaqueta y corbata en el caso de los hombres— es apropiada para predicar de casa en casa.
Así sucedió en una congregación de un país sudamericano. No obstante, un anciano de
aquella congregación se enteró de que cierto joven no salía a compartir con otras personas las
buenas nuevas. ¿Y qué razón dio el joven para esto? No podía comprarse la chaqueta y la
corbata que se requerían. El anciano concluyó que en este caso debería ejercerse flexibilidad,
y por lo tanto animó al joven a empezar a compartir con
*** w14 15/11 págs. 28-29 Preguntas de los lectores ***
PREGUNTAS DE LOS LECTORES

¿Cómo se nombra a los ancianos y siervos ministeriales?


▪ En el siglo primero, el apóstol Pablo les dijo a los ancianos de la congregación de Éfeso:
“Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha
nombrado superintendentes, para pastorear la congregación de Dios, que él compró con la
sangre del Hijo suyo” (Hech. 20:28). Y hoy, ¿cómo interviene el espíritu santo en el
nombramiento de ancianos y siervos ministeriales?
Primero, el espíritu santo impulsó a los escritores de la Biblia a poner por escrito los
requisitos que debían cumplir los ancianos y los siervos ministeriales. En 1 Timoteo 3:1-7
encontramos 16 requisitos para los ancianos, y en otros pasajes, como Tito 1:5-9 y Santiago
3:17, 18, se incluyen algunos más. Los que deben reunir los siervos ministeriales se
encuentran en 1 Timoteo 3:8-10, 12, 13. Segundo, tanto quienes hacen las recomendaciones
como quienes efectúan los nombramientos le piden a Jehová específicamente que el espíritu
santo los guíe al determinar si un hermano cumple los requisitos bíblicos a un grado razonable.
Y tercero, el hermano recomendado debe estar reflejando en su vida el fruto del espíritu (Gál.
5:22, 23). Así pues, el espíritu santo interviene en todo el proceso de nombramiento.
Pero, en la práctica, ¿quién hace el nombramiento? Hasta ahora, todas las
recomendaciones para nuevos ancianos y siervos ministeriales se enviaban a la sucursal. Allí,
hermanos designados por el Cuerpo Gobernante las analizaban y hacían los nombramientos.
A continuación, la sucursal comunicaba la decisión al cuerpo de ancianos. A su vez, los
ancianos informaban del nombramiento al hermano en cuestión y le preguntaban si deseaba
aceptarlo y si no había nada que se lo impidiera. Por último, se hacía un anuncio a la
congregación.
Ahora bien, ¿quiénes hacían los nombramientos en el siglo primero? A veces, los apóstoles
hicieron nombramientos concretos, como cuando eligieron a siete hombres para supervisar la
distribución diaria de alimento a las viudas (Hech. 6:1-6). Sin embargo, este ejemplo
no muestra que los apóstoles hicieran nombramientos de ancianos y siervos ministeriales, pues
aquellos hombres quizás ya eran ancianos antes de recibir esa tarea especial. Entonces,
¿quiénes nombraban a los ancianos y siervos ministeriales?
Aunque la Biblia no explica en detalle cómo se hacía cada nombramiento, sí da algunas
indicaciones. Nos dice que, mientras regresaban de su primer viaje misionero, Pablo y Bernabé
“nombraron ancianos en cada congregación y, haciendo oración con ayunos, los
encomendaron a Jehová, en quien habían llegado a creer” (Hech. 14:23). Años después, Pablo
escribió estas palabras a Tito, otro ministro viajante: “Te dejé en Creta, para que corrigieras las
cosas defectuosas e hicieras nombramientos de ancianos en ciudad tras ciudad, como te di
órdenes” (Tito 1:5). Y parece que Timoteo, quien viajó mucho con Pablo, recibió esa misma
autoridad (1 Tim. 5:22). Como vemos, quienes hicieron estos nombramientos fueron
superintendentes viajantes, no los apóstoles y ancianos de Jerusalén.
Teniendo en cuenta este precedente bíblico, el Cuerpo Gobernante de los Testigos de
Jehová ha modificado el proceso de nombramiento de ancianos y siervos ministeriales. Desde
el 1 de septiembre de 2014 se siguen estos pasos: cada superintendente de circuito examina
con cuidado las recomendaciones de los ancianos de su circuito. En sus visitas a las
congregaciones, se esfuerza por conocer a los recomendados y, si es posible, sale con ellos a
predicar. Tras analizar las recomendaciones con cada cuerpo de ancianos, es el
superintendente de circuito quien tiene la responsabilidad de nombrar ancianos y siervos
ministeriales en las congregaciones de su circuito. De este modo, el proceso se parece más al
que se seguía en el siglo primero.
¿Quiénes desempeñan las distintas funciones en este proceso? Como siempre, “el esclavo
fiel y discreto” tiene la responsabilidad fundamental de alimentar a los domésticos (Mat. 24:45-
47). Con ayuda del espíritu santo, busca en las Escrituras pautas sobre cómo debe organizarse
hoy la congregación mundial y luego da instrucciones para aplicarlas. El esclavo fiel también
nombra a todos los superintendentes viajantes y miembros de Comités de Sucursal. A su vez,
cada sucursal ayuda a poner en práctica las instrucciones recibidas. Por su parte, los cuerpos
de ancianos tienen el deber de evaluar con mucho cuidado si los hermanos que recomiendan
para servir en la congregación de Dios reúnen los requisitos bíblicos. Y, por último, los
superintendentes de circuito tienen la seria responsabilidad de examinar con ayuda de la
oración las recomendaciones del cuerpo de ancianos, y entonces nombrar a los hombres que
cumplen los requisitos.
Al ver cómo se hacen los nombramientos, comprobamos que el espíritu santo está presente
en todo el proceso. Como consecuencia, confiamos más en quienes han sido nombrados en la
congregación cristiana y sentimos mayor respeto por ellos (Heb. 13:7, 17).
MASTURBACION
*** g87 8/9 págs. 20-21 ¿Cuán grave es la masturbación? ***
Si se pierde este punto de vista, puede que resulte difícil tratar con normalidad a las
personas del sexo opuesto. Podría llegarse a considerar a tales personas como objetos
sexuales y no como seres humanos con sentimientos. Se podría tender a abusar de la otra
persona como si se tratase de un mero instrumento de satisfacción sexual. Tales actitudes
incorrectas inculcadas por la masturbación pueden contaminar el “espíritu” o predisposición
mental. Es por buenas razones que la Palabra de Dios nos insta: “Amados, limpiémonos de
toda contaminación de la carne y del espíritu”. (2 Corintios 7:1.) Es cierto que, después de
haberse casado, muchas parejas han podido superar los problemas causados por la
masturbación. Sin embargo, hay muchos casos que ilustran cuán difíciles y persistentes
pueden ser algunos de esos problemas, llegando a afectar, a menudo, la compatibilidad de un
matrimonio
*** w11 1/11 pág. 7 Diez preguntas sobre el sexo. La Biblia responde ***
¿Cuál es el punto de vista bíblico sobre la masturbación?
▪ Respuesta: La Biblia no habla directamente de la masturbación, esto es, la estimulación
deliberada de los órganos sexuales propios para excitarse y llegar al orgasmo. Con todo, la
Palabra de Dios da el siguiente mandato a los cristianos: “Amortigüen [o “den muerte a”] [...] los
miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en cuanto a fornicación, inmundicia, [e
indecente] apetito sexual” (Colosenses 3:5; Traducción en lenguaje actual).
Quienes se masturban desarrollan un punto de vista distorsionado sobre el sexo y una
actitud egocéntrica. La Biblia asegura que quienes de verdad desean dejar esta práctica
perjudicial pueden contar con “el poder [de Dios,] que es más allá de lo normal” (2 Corintios
4:7; Filipenses 4:13).
*** w08 15/5 págs. 27-28 Llevemos una vida de “santidad en el temor de Dios” ***
Supongamos que un cristiano comenzara a ver pornografía en secreto. Poco a poco, a
medida que surgen en él deseos inmundos, su determinación de permanecer limpio ante
Jehová se va minando. Quizás su conducta no haya llegado al punto de convertirse en
inmundicia grave, pero no está viviendo en conformidad con todo aquello que sea ‘casto, de
buena reputación, virtuoso y digno de alabanza’ (Fili. 4:8). La pornografía es inmunda y
naturalmente daña la relación de la persona con Dios. Entre nosotros ni siquiera debería
mencionarse ningún tipo de inmundicia (Efe. 5:3).
Pongamos otro ejemplo. Digamos que un cristiano adopta la práctica de la masturbación, es
decir, estimularse deliberadamente a fin de provocar excitación sexual, sea que para ello vea
pornografía o no. Aunque la palabra masturbación no aparece en la Biblia, ¿hay alguna duda
de que es una práctica que corrompe en sentido mental y emocional? Si la persona siguiera
con esa práctica, ¿no se vería gravemente dañada su relación con Jehová? ¿No la convertiría
eso en inmunda a la vista de Dios? Tomemos en serio el consejo del apóstol Pablo de
“limpi[arnos] de toda contaminación de la carne y del espíritu” y de amortiguar “los miembros de
[nuestro] cuerpo que están sobre la tierra en cuanto a fornicación, inmundicia, apetito sexual,
deseo perjudicial y codicia” (2 Cor. 7:1; Col. 3:5).
*** g87 8/9 págs. 20-21 ¿Cuán grave es la masturbación? ***
Contamina tanto la mente como las emociones
La masturbación también inculca ciertas actitudes que corrompen la mente. (Compárese
con 2 Corintios 11:3.) Este hábito le enseña a uno a tratar su cuerpo como un mero objeto que
se usa para el placer sexual. Al masturbarse, uno queda inmerso en sus propias sensaciones
corporales... totalmente centrado en sí mismo. El sexo llega a convertirse en algo separado del
amor y queda relegado a un reflejo que alivia la tensión. Pero Dios se propuso que los deseos
sexuales fuesen satisfechos por medio de las relaciones sexuales, una expresión de amor
entre un hombre y su esposa. (Proverbios 5:15-19.)
Si se pierde este punto de vista, puede que resulte difícil tratar con normalidad a las
personas del sexo opuesto. Podría llegarse a considerar a tales personas como objetos
sexuales y no como seres humanos con sentimientos. Se podría tender a abusar de la otra
persona como si se tratase de un mero instrumento de satisfacción sexual. Tales actitudes
incorrectas inculcadas por la masturbación pueden contaminar el “espíritu” o predisposición
mental. Es por buenas razones que la Palabra de Dios nos insta: “Amados, limpiémonos de
toda contaminación de la carne y del espíritu”. (2 Corintios 7:1.) Es cierto que, después de
haberse casado, muchas parejas han podido superar los problemas causados por la
masturbación. Sin embargo, hay muchos casos que ilustran cuán difíciles y persistentes
pueden ser algunos de esos problemas, llegando a afectar, a menudo, la compatibilidad de un
matrimonio.
Pero ¿y si una persona está esforzándose por vencer este mal hábito y, aunque en general
tiene éxito, el problema persiste?
Un punto de vista equilibrado de la culpa
Aunque el pecado siempre es pecado, la Biblia nos muestra que Dios considera que en
nuestros errores hay grados de gravedad, y que Él es muy misericordioso. “Porque tú, oh
Jehová, eres bueno y estás listo para perdonar; y la bondad amorosa para con todos los que te
invocan es abundante.” (Salmo 86:5.) Cuando un cristiano sucumbe a la masturbación, a
menudo es su propio corazón el que lo condena. Sin embargo, la Biblia dice que “Dios es
mayor que nuestro corazón y conoce todas las cosas”. (1 Juan 3:20.) Dios ve más que
nuestros pecados. La grandeza de su conocimiento le permite escuchar con comprensión
nuestras súplicas sinceras por perdón. Tal como escribió una joven: “Me he sentido culpable
hasta cierto punto, pero el saber qué clase de Dios amoroso es Jehová y que Él puede leer mi
corazón y saber acerca de todos mis esfuerzos e intenciones evita que me sienta demasiado
deprimida cuando sucumbo de vez en cuando”. Si uno está luchando para combatir la
masturbación, no es probable que cometa el grave pecado de la fornicación.
*** w95 1/12 pág. 11 párr. 10 ¡No se dé por vencido! ***
10 ¿Qué debe hacer usted si está luchando contra una debilidad y recae? ¡No se dé por

vencido! Una recaída no anula necesariamente todo el progreso que ha hecho. En el número
del 1 de julio de 1954 de esta revista se publicaron las siguientes palabras reconfortantes y
tranquilizadoras: “[Puede que] nos [encontremos] tropezando y cayendo muchas veces por
causa de alguna mala costumbre que [se arraigó] en nuestro anterior modelo de vida [más] de
lo que nos habíamos dado cuenta. [...] No pierda la esperanza. No decida que usted ha
cometido el pecado imperdonable. Exactamente así le gustaría a Satanás que usted razonara.
El hecho de que usted se siente afligido y enfadado con usted mismo es prueba en sí mismo
de que usted no ha ido demasiado lejos. Jamás se canse de dirigirse humilde y sinceramente a
Dios, buscando su perdón y limpiamiento y ayuda. Diríjase a él como un niño se dirige a su
padre cuando se halla en dificultad, prescindiendo de cuán a menudo sea sobre la misma
debilidad, y Jehová benignamente le dará a usted la ayuda porque él es Dios de bondad
inmerecida y, si usted es sincero, le dará a usted el entendimiento de que su conciencia ha sido
purificada
*** g93 22/10 pág. 22 ¿Qué es “ir demasiado lejos”? ***
¿Qué es “ir demasiado lejos”?
Algunos jóvenes creen que mientras no lleguen al coito, no han ido demasiado lejos, que lo
que hacen no es realmente malo. No obstante, la Biblia dice lo contrario. En Gálatas 5:19-21, el
apóstol Pablo escribió: “Las obras de la carne son manifiestas, y son: fornicación, inmundicia,
conducta relajada [...]. Los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”.
¿Qué es fornicación? La palabra griega original para fornicación es por·néi·a. Se refiere a
actividad sexual que implica el uso de los órganos genitales fuera del vínculo matrimonial. Una
muchacha citada en la revista Seventeen permitió que su novio la presionara a realizar coito
oral. “Me siento realmente estúpida —explicó—, pues todas mis amigas dicen que lo hacen con
su novio y que voy a perderlo si no lo hago.” Los estudios demuestran que una cantidad
alarmante de jóvenes ha realizado ese tipo de acto inmoral. Sin embargo, tales actos
constituyen por·néi·a y acarrean la desaprobación divina.
El apóstol Pablo también relacionó la fornicación con la “inmundicia”. La palabra griega
original, a·ka·thar·sí·a, abarca cualquier tipo de impureza, tanto en el habla como en la
conducta. Por supuesto, sería inmundo deslizar las manos bajo la ropa de alguien, quitársela o
acariciarle sus partes íntimas, como podrían ser los pechos. La Biblia incluye acariciar los
pechos entre los placeres reservados a las parejas casadas. (Proverbios 5:18, 19; compara con
Oseas 2:2.)
Sin embargo, algunos jóvenes desobedecen con descaro estas normas divinas. Van
demasiado lejos deliberadamente, o buscan con avidez a numerosos compañeros con los que
puedan practicar inmundicia sexual. Así se hacen culpables de lo que el apóstol Pablo llamó
“conducta relajada”.
Varias autoridades explican que la palabra griega original para “conducta relajada”
(a·sél·guei·a) significa ‘actos escandalosos, excesos, insolencia, concupiscencia desenfrenada
y desvergüenza’. Los jóvenes que practican conducta relajada son como los paganos de los
que habló Pablo, quienes, debido a la “insensibilidad de sus corazones”, llegaron a estar “más
allá de todo sentido moral, [y] se entregaron a la conducta relajada para obrar toda clase de
inmundicia con avidez”. (Efesios 4:17-19.) Seguro que no querrás que se te considere esta
clase de persona.
Te habrás dado cuenta, pues, de que no hay que llegar al coito para haber ido “demasiado
lejos” desde el punto de vista de Jehová. Si eres muy joven para casarte, deberías rehuir las
caricias y los besos románticos. Y las parejas de novios han de tener cuidado para que sus
demostraciones de afecto no lleguen a ser inmundas. Hay que admitir que no es fácil atenerse
a las normas bíblicas. Pero Dios dice en Isaías 48:17: “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te
enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes
andar”. (Lee también Gálatas 5:16.)
*** w74 15/6 págs. 383-384 Preguntas de los lectores ***
Preguntas de los lectores

● ¿Se incluye en la porneia (crasa inmoralidad sexual) que se menciona en la Biblia la


masturbación, de manera que la masturbación sea una base válida para obtener un
divorcio bíblico?—Ecuador.
La Biblia no menciona la masturbación o el abuso de uno mismo, y no hay indicación alguna
de que la palabra griega porneia incluya esta práctica.
Definitivamente la masturbación es un hábito inmundo. Esto se manifiesta por el hecho de
que, de acuerdo con la ley mosaica, hasta una emisión involuntaria de semen hacía
ceremonialmente inmundo a un hombre hasta el atardecer. (Lev. 15:16; Deu. 23:10, 11) En
vista de esto, una emisión de semen inducida deliberadamente por medio de la masturbación
habría sido una inmundicia mayor. Pero no era tan seria como la crasa inmoralidad sexual que
se designa por la palabra griega porneia. Por ejemplo, el adulterio, la homosexualidad y la
bestialidad (diferentes formas de porneia) eran ofensas capitales bajo la Ley y por lo tanto
preparaban el terreno para que el cónyuge sobreviviente contrajera segundas nupcias. (Lev.
20:10, 13, 15, 16) Pero no podemos señalar a ninguna evidencia que indique que esto aplicaba
a la masturbación.
Sin embargo, la Biblia habla clara y fuertemente contra las prácticas inmundas. El inspirado
apóstol Pablo escribió a compañeros creyentes: “Dios nos llamó, no con permiso para
inmundicia, sino con relación a la santificación.” (1 Tes. 4:7) Por consiguiente, el cristiano debe
esforzarse diligentemente por evitar todo hábito inmundo, incluso la masturbación.
*** w74 1/2 págs. 88-89 Librándose de la masturbación... ¿Por qué? ¿Cómo? ***
Si uno entiende la causa, es más fácil llevar a cabo la prevención y la curación de un hábito
malo. ¿Sabía usted, por ejemplo, que las madres y los padres que acarician los órganos
genitales de sus bebés inquietos para sosegarlos están, sin saberlo, animándolos a hacerse
masturbadores más tarde? Puede que los muchachos y las muchachas empiecen a jugar con
sus partes pudendas durante la pubertad y, puesto que no reciben consejo en contra de ello,
antes que se den cuenta están “enganchados” en el hábito. Y si algunos no saben nada acerca
de la masturbación antes de entrar en la secundaria, es muy probable que aprendan de ello ya
sea de los condiscípulos o de los maestros mismos.
Las investigaciones indican que un elevado porcentaje de la masturbación no se debe tanto
a una acumulación de presión erótica como a las mismas clases de tensión e inquietud que
causan insomnio. Jóvenes y muchas personas de mayor edad que están tensas con
dificultades emocionales recurren a la masturbación como una ruta de escape de sus
incomodidades físicas y emocionales —más o menos como un calmante o el chupador que se
da a los niños— piensan ellos, para apartar la mente de sus preocupaciones. Así, también, las
personas que padecen de hastío, las personas desocupadas y los presos, especialmente si
han usado drogas, a menudo se masturban.
Al evitar estas cosas que causan esta práctica o estimulan a adoptarla, una persona ha
logrado mucho en cuanto a impedir el iniciarse en el hábito tenaz en primer lugar. Pero, ¿qué
pueden hacer para romper el hábito los miles de personas que actualmente lo tienen?
Se sugieren muchas cosas. Evite el mantener compañía ya sea con literatura pornográfica o
con los que tienen moralidad relajada. Manténgase ocupado trabajando duro, física y
mentalmente. No permita que los problemas acumulen tensiones, las cuales causan
inquietudes que deprimen la mente. Esto no es muy difícil si uno sigue el consejo de la Biblia
en Mateo 6:25, 33 y en Filipenses 4:8. Nunca sea un “solitario,” tratando de aislarse. Por eso,
de noche haga arreglos para compartir una recámara con otros miembros de la familia. Duerma
de lado, no de espaldas o boca abajo. Estas son unas cuantas sugerencias para arreglar la
rutina diaria.
Sin embargo, uno nunca puede esperar romper el hábito sin tener un deseo sincero de
dejarlo. Mientras “el deseo de la carne y el deseo de los ojos” sean más fuertes que el deseo
de uno de agradar a Jehová, es difícil parar. (1 Juan 2:16; compare con Santiago 1:14, 15.)
Una vez que tenga un deseo genuino de librarse del hábito indeseable, ármese más con estas
armas importantísimas —fuerza de voluntad, determinación y gobierno de uno mismo— si
espera ganar la batalla. Además, no se puede pasar por alto la oración, pues Jehová promete
ayudarnos si pedimos ayuda para manejar todos nuestros problemas.—Fili. 4:13; Col. 4:2;
1 Ped. 4:7.
Algunas personas lo hallan sumamente difícil descontinuar abruptamente el hábito. Por eso,
cuando recaen de vez en cuando —por lo general en una condición de sueño
semiconsciente— desarrollan intensos sentimientos de culpa y de ser indignos de la
misericordia de Jehová. Por estas razones no solo es provechoso sino a menudo aconsejable
buscar la ayuda y estímulo de un anciano cristiano. Cuando una muchacha tenga el problema
quizás quiera abordar ya sea a un anciano o a una hermana cristiana madura, respetada, por
ayuda.—Tito 2:2-4.
Otra fuerza motivadora para ayudarle a uno a romper el hábito puede ser el deseo de ser de
mayor servicio en la congregación cristiana. Si un hombre está “haciendo esfuerzos” por
disfrutar de ese privilegio debe notar que uno de los requisitos para ser anciano cristiano es el
“gobierno de sí mismo.” (1 Tim. 3:1; Tito 1:8) Si un hombre se masturba con regularidad y
habitualmente, ¿podría elevarse a la altura de esas normas? Cierto, quizás uno que ya ocupa
tal puesto tenga un encuentro temporal con el problema y, si lo pelea y gana la victoria, no hay
por qué sentirse descalificado. Pero el practicante habitual de la masturbación, que carece de
gobierno de sí mismo, está en peligro de sucumbir a males aún más serios. Difícilmente puede
servir de ‘ejemplo al rebaño.’ (1 Ped. 5:2, 3) El deseo de servir amorosamente a Dios y a su
hermano, entonces, también puede ayudar a un individuo a librarse de la práctica de la
masturbación.
TEMA 2 : DEPRESIO GRAVE
*** g73 22/2 pág. 4 Haciendo frente a los períodos de abatimiento ***
¿Qué le ayudará a pensar positivamente y a mantener su cabeza en alto a pesar del
abatimiento? Algo que le ayudará es el leer la Biblia, la Palabra de Dios. Hay muchos salmos
de los que puede derivar consuelo, tales como el 23, el 34, el 37, el 55 y el 103. También de los
evangelios, que relatan de la vida y dichos de Jesús, en especial palabras como las que se
encuentran en Mateo 11:28-30.
Si usted y sus amigos tienen teléfono, o tienen acceso a los mismos, una sencilla llamada
amistosa puede hacer mucho por ayudarlo a salir de un período de abatimiento. Llame para
inquirir cómo está un amigo, piense en algo interesante que contarle y se hallará refrescado al
mismo tiempo que refresca a la otra persona. (Pro. 11:25) Además, si sabe tocar un
instrumento musical, o si tiene un tocadisco o un magnetófono o una radio, sintonícelo o toque
algo alegre, o algo sosegante, algo edificante por su pura belleza. Recuerde, la música ha
ayudado a los que sufren de enfermedades mentales y aun a niños que parecían
irremediablemente retardados. Puede ser un remedio para el alma que trata de hacer frente a
un período de abatimiento.—1 Sam. 16:14-17, 23.
Otra ayuda para hacer frente a períodos de abatimiento es el recordarse de la virtud del
contentamiento. Pocos si es que algunos de los seguidores de Jesús tuvieron una variedad tan
amplia de experiencias tanto agradables como dolorosas como el apóstol Pablo, y sin embargo
a pesar de todo pudo decir: “He aprendido, en cualesquier circunstancias que esté, a bastarme
con lo que tengo,” esto es, a estar contento. El contar las bendiciones que uno tiene, tratando
de ser razonable y comprendiendo que el sol no brilla todos los días, nos ayudará a
enfrentarnos a los períodos de abatimiento.—Fili. 4:11; 2 Cor. 11:22-33.
Aun otra gran ayuda es la esperanza. La Biblia habla encarecidamente de la esperanza. La
enlaza con la fe y el amor, dos de las mayores virtudes. (1 Cor. 13:13) Sirve como ancla para el
alma, un yelmo de protección para la mente. Como se ha dicho de otros asuntos, así con el
abatimiento, recuerde que “esto también pasará.” Aunque el sol no brilla todos los días,
tampoco deja de brillar indefinidamente. Así es que continúe esperando por algo mejor.—
1 Tes. 5:8; Heb. 6:19.
Por supuesto, una gran ayuda para cuando uno tiene un período de abatimiento es la
consideración de parte de los que están allegados a uno. Es muy probable que usted la recibirá
si usted es considerado con otros cuando ellos tienen períodos de abatimiento. Si nota tal cosa,
entonces muestre empatía y afinidad. Use tacto, consideración, compasión y haga concesiones
por su irritabilidad y mal humor. Por medio de sembrar esa semilla es muy probable que siegue
una cosecha de lo mismo cuando usted se enfrente a un período de abatimiento.
. por todos en toda ocasión.
□ Lo que yo valga como persona depende de lo que otros piensen de mí.
□ No puedo vivir sin el amor. Si no me ama mi cónyuge (mi amor, mi padre, mi hijo), no valgo
nada.
□ Si alguien no concuerda conmigo, significa que no le agrado.
□ Yo debería ser perfecto como amigo, padre, profesor, alumno, cónyuge.
□ Debería poder sobrellevar cualquier sufrimiento con espíritu tranquilo.
□ Debería poder resolver todo problema con prontitud.
□ Nunca debería sentirme herido; siempre debería estar alegre y sereno.
□ Nunca debería cansarme ni enfermarme, más bien siempre debería estar al máximo de mis
capacidades.
*** w73 15/1 págs. 43-44 Usted nunca está solo ***
EN TIEMPOS DE TRIBULACIÓN
13 A veces los cristianos verdaderos se hallan incomunicados debido a persecución. Aquí de
nuevo necesitan tener presente que en estas ocasiones de tribulación el espíritu de Jehová
consuela a los que confían enteramente en Él. El saber qué hacer en tiempos dificultosos es
vital porque el Señor Jesús, al dar la Revelación a su apóstol Juan, dijo: “¡Mira! El Diablo
seguirá echando a algunos de ustedes en la prisión para que sean puestos a prueba
plenamente.” Y el apóstol Pablo declaró: “Todos los que desean vivir con devoción piadosa en
asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos.”—Rev. 2:10; 2 Tim. 3:12; 2 Cor.
1:3, 8-10.
14¿Cuán fuerte es la fe de usted? ¿Podría usted enfrentarse a constante interrogatorio y a
años de estar incomunicado en la prisión debido a su deseo de mantener integridad a Dios y al
mismo tiempo no claudicar? El tiempo para fortalecerse es antes que llegue esa persecución.
¿De qué manera? Usando sabiamente su tiempo ahora, estudiando la Palabra de Dios y
meditando en ella para que quede profundamente arraigada en su corazón, asociándose con
regularidad con el pueblo de Jehová, y utilizando en el ministerio de Su reino lo que usted
aprende. Si usted confía ahora en Jehová, aprovechándose de las provisiones espirituales a la
mano, podrá sacar fuerza de él en tiempo de crisis, fuerza que lo sustentará a través de todo.
15 Pero cuando a una persona la ponen incomunicada por fuerza, ¿qué puede hacer
exactamente? Bueno, puede repasar las Santas Escrituras en su mente, pensar en los tratos
de Dios y en Su obra. Puede pensar en ejemplos bíblicos de aguante y fidelidad. Tenemos a
José, que pasó años en prisión, y sin embargo realmente no estaba solo, porque Dios estaba
con él. (Gén. 39:20-23) Está Sansón, quien, en la casa de prisión, parecía estar completamente
solo, pero Jehová no lo abandonó. (Jue. 16:21-30) Están los apóstoles, que a menudo
estuvieron en prisión, y sin embargo mantuvieron integridad. (Hech. 5:17-21; 12:3-17; 16:19-34;
2 Cor. 6:3-5) El cristiano incomunicado debido a la persecución puede hacer como hizo el
salmista Asaf cuando estuvo muy angustiado. Este “hombre de visiones” que ‘profetizaba con
el arpa’ escribe en el Salmo 77:2, 12: “En el día de mi angustia he buscado a Jehová
mismo. . . . Ciertamente meditaré en toda tu actividad, y en tus tratos sí me interesaré
intensamente.” (1 Cró. 25:1; 2 Cró. 29:30) Eso es lo que hizo uno de los superintendentes de
zona de la Sociedad Watch Tower cuando estuvo bajo restricción y cuando sufrió bajo abuso
verbal y físico debido a mantener integridad. Hablando de su experiencia después, dijo:
“Oramos mucho; en una situación como ésta uno piensa mucho.”
16 De modo similar, el salmista Asaf pensó mucho cuando se halló en una situación difícil.

Parecía que Dios lo había abandonado, y la situación se puso oscura como boca de lobo. Pero,
¿qué hizo para sustentarse y atenerse firmemente a Jehová Dios? Como ya se citó, él dijo:
“Ciertamente meditaré en toda tu actividad, y en tus tratos sí me interesaré intensamente.” Se
interesó en las actividades y tratos pasados de Dios, en cómo Jehová había librado a su pueblo
en el pasado. Asaf sabía que Dios no cambia, tal como está escrito: “Porque yo soy Jehová;
no he cambiado. Y ustedes son hijos de Jacob; ustedes no se han acabado.” (Mal. 3:6)
Ciertamente, entonces, Jehová no permitirá que su pueblo, si es fiel, sea consumido o
acabado.
17De modo que hay buena razón para que nos familiaricemos con las actividades de Dios,
pasadas y presentes, a favor de su pueblo así como con lo que ha hecho por su organización.
Ahora es el tiempo para acumular toda esta información en nuestro corazón y mente. Con este
fin tenemos la Palabra de Dios y varias publicaciones de la Sociedad Watch Tower para
ayudarnos. Entonces si alguna vez estamos en una situación difícil, como estuvo Asaf, nuestro
pensar puede ser de la clase correcta para que podamos estar firmes. Tendremos cosas
buenas, cosas nobles, cosas dignas de alabanza, cosas amables en nuestra mente en las
cuales podemos meditar.—Fili. 4:8.
18 De modo que es un buen patrón el que nos establece aquí el salmista... meditar en las

actividades y tratos de Jehová Dios. Entonces nos será útil en tiempo de necesidad.
*** w73 15/1 págs. 43-44 Usted nunca está solo ***
EN TIEMPOS DE TRIBULACIÓN
13 A veces los cristianos verdaderos se hallan incomunicados debido a persecución. Aquí de
nuevo necesitan tener presente que en estas ocasiones de tribulación el espíritu de Jehová
consuela a los que confían enteramente en Él. El saber qué hacer en tiempos dificultosos es
vital porque el Señor Jesús, al dar la Revelación a su apóstol Juan, dijo: “¡Mira! El Diablo
seguirá echando a algunos de ustedes en la prisión para que sean puestos a prueba
plenamente.” Y el apóstol Pablo declaró: “Todos los que desean vivir con devoción piadosa en
asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos.”—Rev. 2:10; 2 Tim. 3:12; 2 Cor.
1:3, 8-10.
14¿Cuán fuerte es la fe de usted? ¿Podría usted enfrentarse a constante interrogatorio y a
años de estar incomunicado en la prisión debido a su deseo de mantener integridad a Dios y al
mismo tiempo no claudicar? El tiempo para fortalecerse es antes que llegue esa persecución.
¿De qué manera? Usando sabiamente su tiempo ahora, estudiando la Palabra de Dios y
meditando en ella para que quede profundamente arraigada en su corazón, asociándose con
regularidad con el pueblo de Jehová, y utilizando en el ministerio de Su reino lo que usted
aprende. Si usted confía ahora en Jehová, aprovechándose de las provisiones espirituales a la
mano, podrá sacar fuerza de él en tiempo de crisis, fuerza que lo sustentará a través de todo.
15 Pero cuando a una persona la ponen incomunicada por fuerza, ¿qué puede hacer
exactamente? Bueno, puede repasar las Santas Escrituras en su mente, pensar en los tratos
de Dios y en Su obra. Puede pensar en ejemplos bíblicos de aguante y fidelidad. Tenemos a
José, que pasó años en prisión, y sin embargo realmente no estaba solo, porque Dios estaba
con él. (Gén. 39:20-23) Está Sansón, quien, en la casa de prisión, parecía estar completamente
solo, pero Jehová no lo abandonó. (Jue. 16:21-30) Están los apóstoles, que a menudo
estuvieron en prisión, y sin embargo mantuvieron integridad. (Hech. 5:17-21; 12:3-17; 16:19-34;
2 Cor. 6:3-5) El cristiano incomunicado debido a la persecución puede hacer como hizo el
salmista Asaf cuando estuvo muy angustiado. Este “hombre de visiones” que ‘profetizaba con
el arpa’ escribe en el Salmo 77:2, 12: “En el día de mi angustia he buscado a Jehová
mismo. . . . Ciertamente meditaré en toda tu actividad, y en tus tratos sí me interesaré
intensamente.” (1 Cró. 25:1; 2 Cró. 29:30) Eso es lo que hizo uno de los superintendentes de
zona de la Sociedad Watch Tower cuando estuvo bajo restricción y cuando sufrió bajo abuso
verbal y físico debido a mantener integridad. Hablando de su experiencia después, dijo:
“Oramos mucho; en una situación como ésta uno piensa mucho.”
16 De modo similar, el salmista Asaf pensó mucho cuando se halló en una situación difícil.

Parecía que Dios lo había abandonado, y la situación se puso oscura como boca de lobo. Pero,
¿qué hizo para sustentarse y atenerse firmemente a Jehová Dios? Como ya se citó, él dijo:
“Ciertamente meditaré en toda tu actividad, y en tus tratos sí me interesaré intensamente.” Se
interesó en las actividades y tratos pasados de Dios, en cómo Jehová había librado a su pueblo
en el pasado. Asaf sabía que Dios no cambia, tal como está escrito: “Porque yo soy Jehová;
no he cambiado. Y ustedes son hijos de Jacob; ustedes no se han acabado.” (Mal. 3:6)
Ciertamente, entonces, Jehová no permitirá que su pueblo, si es fiel, sea consumido o
acabado.
17 De modo que hay buena razón para que nos familiaricemos con las actividades de Dios,
pasadas y presentes, a favor de su pueblo así como con lo que ha hecho por su organización.
Ahora es el tiempo para acumular toda esta información en nuestro corazón y mente. Con este
fin tenemos la Palabra de Dios y varias publicaciones de la Sociedad Watch Tower para
ayudarnos. Entonces si alguna vez estamos en una situación difícil, como estuvo Asaf, nuestro
pensar puede ser de la clase correcta para que podamos estar firmes. Tendremos cosas
buenas, cosas nobles, cosas dignas de alabanza, cosas amables en nuestra mente en las
cuales podemos meditar.—Fili. 4:8.
18 De modo que es un buen patrón el que nos establece aquí el salmista... meditar en las
actividades y tratos de Jehová Dios. Entonces nos será útil en tiempo de necesidad.
*** g83 22/3 págs. 13-14 ¿Cómo puedo librarme de la melancolía? ***
El valor de los logros
“La desesperación no se va por sí sola”, aconseja Daphne, de veinticinco años de edad,
quien repetidas veces ha luchado con éxito contra el desánimo durante su vida. “Una tiene que
ponerse a pensar en otras cosas o emprender alguna actividad física. Una tiene que ponerse a
hacer algo.” Pero ¿qué actividades pueden emprenderse?
“Estoy distrayéndome con la costura”, dijo Linda, de veinticuatro años de edad, quien estaba
haciendo todo lo posible por contrarrestar la tristeza. “Me pongo a trabajar con mi ropa y, con el
tiempo, olvido lo que me estaba perturbando. El mantenerme ocupada es una verdadera
ayuda.” El ocuparte en cosas que sabes hacer bien puede aumentar tu aprecio de ti mismo...
que, por lo general, está en su punto más bajo durante un período de depresión.
También es provechoso emprender actividades en las que te complaces. Procura ir de
compras en busca de algo especial para ti mismo, participar en juegos, preparar tu receta
favorita, curiosear en una librería, ir a un restaurante, leer alguna literatura, o aun recomponer
un rompecabezas. Tal vez para esos días de depresión puedas reservar, a manera de
“medicamento” fácilmente disponible, alguna actividad en particular que te guste. Si eres una
joven, quizás halles que tales períodos de depresión coinciden con tu ciclo menstrual.
“Cuando el futuro encierra algo que puedo esperar con placer, me siento menos deprimida”,
informó Debbie. Ella halló que por medio de planear breves viajes o establecerse metas para
variar la rutina diaria, podía hacer frente a la depresión. Pero una de las cosas que más le
ayudaban era el hacer algo para ayudar a otra persona. “Encontré a cierta joven que estaba
muy deprimida, y me puse a ayudarle a estudiar la Biblia”, dijo Debbie. “Estas sesiones
semanales me proporcionaron la oportunidad de relatarle cómo ella podía vencer la depresión.
La Biblia le dio verdadera esperanza. Al mismo tiempo, esto me ayudó a mí.” Por eso
precisamente Jesús dijo: “Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir”. (Hechos 20:35.)

MATRIMONIO
*** w85 1/11 págs. 18-20 Halle gozo en el don del matrimonio ***
El factor de la edad
9 Debido a que es común entre muchas personas de esta generación el punto de vista de
que si el matrimonio no resulta bien se puede finalizar con el divorcio, muchos jóvenes
empiezan con este punto de vista poco serio del arreglo marital. Esto puede causar, y de hecho
causa, el quebrantamiento de muchos matrimonios entre adolescentes. También resulta en que
se traigan al mundo muchos hijos no deseados. Estos niñitos a menudo crecen sin saber lo que
es tener un padre y una madre que los amen profundamente y que los cuiden.
10 ¿Qué edad debería tener una persona antes de pensar en casarse? Respecto a esto, no
sería sabio establecer reglas. Sin embargo, las Escrituras dan buen consejo en cuanto a lo que
constituye la madurez mental y espiritual... la clase de madurez que necesitan los que
emprenden la vida matrimonial. Sírvase leer Gálatas 5:22, 23, donde hallará que se enumeran
los frutos del espíritu. Examine cuidadosamente cada uno de los frutos que ahí se mencionan.
Esas son las cualidades que uno tiene que cultivar en la vida. No es después de haberse
casado que la persona debería comenzar a manifestar dichas cualidades, sino mucho antes,
en su vida diaria de cristiano.
11 Por ejemplo, ¿es usted una persona que disfruta de la vida, que está feliz de estar viva,
sirviendo los intereses del Reino de Cristo? ¿Existe la paz entre usted y otras personas, y
promueve relaciones pacíficas con ellas? ¿O es usted una persona belicosa, dada a arrebatos
de cólera y habla injuriosa? ¿Es una persona longánima, capaz de soportar las debilidades de
su hermano o hermana, madre o padre? ¿O es de mal genio y tiende a encolerizarse si otros
no acceden inmediatamente a lo que usted quiere? ¿Halla usted que muestra bondad a otras
personas en sus tratos con ellas, siendo apacible y haciéndoles el bien? ¿O es egoísta,
egotista, sin dominio de sí mismo, y propenso a desfogarse con otras personas a la menor
provocación? ¿Ama a otros verdaderamente, desea ayudarles, y no escatima esfuerzos para
dar de sí mismo y de sus recursos a fin de hacer felices a otros? ¿O quiere que otros le
muestren amor a usted, y que otros siempre estén dándole de los recursos de ellos?
12 Es cierto que ninguno de nosotros manifiesta dichas cualidades a perfección. Sin

embargo, el hombre o la mujer que haya sido moldeado por algunos años de vida, y que haya
tenido la oportunidad de cultivar dichas cualidades espirituales, se halla en una posición
excelente para hacer un éxito del matrimonio... en mejor posición que la persona que no
comienza a tratar de cultivar dichos frutos sino hasta después de haber hecho los votos
matrimoniales. (Compárese con 2 Pedro 1:5-8.)
13 ¿Por qué no se examina honradamente y examina también sus gustos y aversiones? ¿No
nota usted que su aprecio por la vida ha aumentado con el paso del tiempo? ¿Valoraba usted
las cosas de la misma manera cuando tenía 13 años de edad como cuando tenía 5 años, o
valoraba usted las cosas a los 20 años de edad como lo hacía a los 13? ¿Ha aumentado o ha
disminuido su aprecio por la vida a medida que ha adquirido más experiencia en el transcurso
de los años? Ahora, como adulto, ¿busca usted en las personas las mismas cualidades que
buscaba cuando era niño? ¿No es cierto que el que era el “único” chico en la vida de una
muchacha a los 16 ó 17 años de edad a menudo queda en el olvido a medida que ella se hace
mujer y da más importancia a las cualidades piadosas y a la personalidad del hombre? El punto
de vista de ella a los 22 ó 23 años de edad probablemente se concentre más en los aspectos
espirituales, mentales y emocionales del hombre que en sus características físicas. Lo mismo
se puede decir del jovencito cuando va haciéndose hombre. Sus esperanzas y aspiraciones en
lo que respecta a una esposa maduran a medida que él también madura. En los años
posteriores, a medida que sus valores cambien, lo que él buscará en una compañera será que
sea una persona comprensiva y bondadosa, que tenga la capacidad de ser ama de casa y
madre, y que tenga en el corazón el deseo profundo de agradar en primer lugar a su Creador,
Jehová, y de hacer la voluntad de Él. (Proverbios 31:10, 26, 27.)
14 El asunto es que con el tiempo cambia el punto de vista de la persona en lo que se refiere

a sus valores. Por consiguiente, el apresurarse a contraer matrimonio a temprana edad


encierra muchos peligros. Quizás no sea posible convencer a dos personas demasiado jóvenes
que esperen que pase algún tiempo antes de contraer matrimonio. Pero los padres,
especialmente durante los años juveniles de la vida de sus hijos, pueden animarles a pensar en
serio acerca de la vida, acerca del estar preparados en sentido espiritual, emocional y mental
para el matrimonio antes de hacer un contrato para toda la vida con otra persona para bien o
para mal.
15 No es que se quiera decir que el casarse cuando uno es mayor sea la solución a todos
los problemas. Aun entonces pueden surgir problemas, especialmente si se permite que la
actitud del egoísmo entre sigilosamente y rompa los lazos entre dos personas. Es preciso
tomar en cuenta las necesidades mentales, emocionales y espirituales de cada uno de los que
componen la unión matrimonial. Algunos cristianos han llegado a estar tan envueltos en su
trabajo seglar que han excluido de su vida las actividades de congregación, incluso el asistir a
las reuniones y el participar en la obra de predicar y hacer discípulos. Entonces, les parece que
algo les hace falta en la vida y tratan de compensarlo por medio de entregarse al disfrute de
muchísimo recreo. Parecen creer que con tal que estén ocupados, los problemas se resolverán
provisionalmente de alguna manera, y que entonces en el nuevo orden de cosas llegarán a
atender las necesidades emocionales, mentales y espirituales el uno del otro. Pero la vida no
es así. Pablo aconsejó al hombre que cuidara de su esposa tal como cuida de su propio
cuerpo. (Efesios 5:28.) Eso significa que tiene que dar atención ahora a las necesidades de su
consorte, tal como a diario da atención a sus propias necesidades. Lo mismo aplica en el caso
de la mujer.
Un enfoque equilibrado de la vida matrimonial
16 Un enfoque equilibrado de la vida contribuye a un enfoque equilibrado del matrimonio. La
persona equilibrada se dará cuenta de que, debido a las tendencias egoístas que ha heredado,
tiene que esforzarse en todo momento por vencer tales defectos. Es muy fácil nunca pensar en
anteponer las necesidades de otras personas a nuestros propios deseos personales. Un
pequeñuelo quiere tener todos los juguetes para sí y, por lo general, si los padres no lo
instruyen correctamente, no los comparte con otros niños. En años posteriores su egoísmo se
extenderá a otros campos. Por eso a menudo hallamos a adolescentes y adultos jóvenes que
quieren las cosas exclusivamente a su manera, y, en su esfuerzo por satisfacer sus propios
deseos no les importa que puedan herir a otras personas o hacerles sufrir. En los años
posteriores, como adultos, tales personas siempre están deseando ardientemente conseguir lo
que a ellas les gusta, sin preocuparse en lo mínimo por las necesidades de otras personas.
17 La persona equilibrada no se priva totalmente de las cosas, sino que conduce su propia

vida de modo que pueda tomar en consideración a otras personas también. Pregunta qué
puede hacer para ayudar a otros, para dar de sí y de lo que posee a fin de beneficiar a otros.
No insiste en salirse con la suya en toda ocasión. El libro de Proverbios dice: “El alma generosa
será engordada ella misma, y el que liberalmente riega a otros también él mismo será
liberalmente regado”. (Proverbios 11:25.)
18 El que una persona soltera siga tal proceder le será sumamente beneficioso más tarde en
su vida matrimonial. Siempre tomará en cuenta a su cónyuge al tomar cualquier decisión. Dicha
persona, en lugar de ver el matrimonio como un experimento o un arreglo provisional, verá el
matrimonio como el arreglo permanente que Jehová tuvo presente al unir a la primera pareja
humana en el Edén. (Génesis 2:22-24.) A cada paso hará esfuerzos para mantener la unión
matrimonial, para ayudar a su cónyuge, a medida que ambos vayan aumentando su aprecio
por Dios y el uno por el otro.
*** w01 15/5 págs. 18-19 Consejo divino para la elección de un cónyuge ***
La devoción piadosa es un factor decisivo
8 Hay que reconocer que la atracción mutua contribuye a la solidez del matrimonio. Sin
embargo, de mucha mayor importancia para que la unión marital perdure y sea fuente de
felicidad es que se compartan los mismos valores. La devoción mutua a Jehová Dios crea un
vínculo permanente y favorece la unidad como ningún otro factor puede hacerlo (Eclesiastés
4:12). Cuando una pareja cristiana centra su vida en la adoración verdadera de Jehová, está
unida espiritual, mental y moralmente. Los cónyuges estudian juntos la Palabra de Dios. Oran
juntos, lo cual unifica su corazón. Se acompañan a las reuniones cristianas y salen juntos al
ministerio del campo. Todo ello contribuye a forjar un vínculo espiritual que los une más el uno
al otro. Y lo más importante es que resulta en la bendición de Jehová.
9 La devoción piadosa impulsó al fiel patriarca Abrahán a tratar de agradar a Dios cuando

llegó el momento de escoger un cónyuge para su hijo Isaac. Le dijo a su siervo de confianza:
“Tengo que hacerte jurar por Jehová, el Dios de los cielos y el Dios de la tierra, que no tomarás
esposa para mi hijo de las hijas de los cananeos, entre quienes estoy morando, sino que irás a
mi país y a mis parientes, y ciertamente tomarás esposa para mi hijo, para Isaac. [...] [Jehová]
enviará a su ángel delante de ti, y ciertamente tomarás de allá esposa para mi hijo”. Rebeca
resultó ser una extraordinaria esposa, a quien Isaac amó profundamente (Génesis 24:3, 4, 7,
14-21, 67).
10 Si somos cristianos solteros, la devoción piadosa nos ayudará a cultivar las cualidades
que nos permitirán reunir los requisitos bíblicos para el matrimonio. Algunas de las obligaciones
de los cónyuges son las que mencionó el apóstol Pablo: “Que las esposas estén en sujeción a
sus esposos como al Señor [...]. Esposos, continúen amando a sus esposas, tal como el Cristo
también amó a la congregación y se entregó por ella, [...] los esposos deben estar amando a
sus esposas como a sus propios cuerpos [...;] que cada uno de ustedes individualmente ame a
su esposa tal como se ama a sí mismo; por otra parte, la esposa debe tenerle profundo respeto
a su esposo” (Efesios 5:22-33). Como vemos, las palabras inspiradas de Pablo recalcan la
necesidad del amor y el respeto. Seguir este consejo implica tener temor reverente a Jehová.
Exige un compromiso de todo corazón, tanto en los buenos como en los malos momentos. Los
cristianos que piensan en el matrimonio deben poder asumir esta responsabilidad.
*** fy cap. 2 págs. 20-24 Cómo prepararse para tener éxito en el matrimonio ***
QUÉ BUSCAR EN EL FUTURO CÓNYUGE
11 ¿Es costumbre en el lugar donde vive que uno escoja a su pareja? En tal caso, ¿cómo
debe proceder si halla a alguien del sexo contrario que le resulta atractivo? Primero
pregúntese: ‘¿Tengo en realidad la intención de casarme?’. Es cruel jugar con las emociones
de otra persona creándole falsas expectativas. (Proverbios 13:12.) Luego pregúntese: ‘¿Estoy
en condición de casarme?’. Si la respuesta a ambas preguntas es afirmativa, los pasos
siguientes van a depender de las costumbres locales. En algunos países, después de observar
a la persona por algún tiempo, se le expresa directamente el deseo de conocerla mejor. Si la
respuesta es negativa, no debe insistirse hasta el punto de ser desagradable. Recordemos que
la otra persona también tiene el derecho de tomar su decisión al respecto. Sin embargo, si la
respuesta es afirmativa, podemos planear pasar tiempo juntos en actividades sanas. De este
modo tendremos la oportunidad de determinar si esa es la pareja idónea para nosotros. ¿Qué
debe buscarse durante esta etapa?
12 Para contestar esa pregunta, imagínese dos instrumentos musicales, como por ejemplo,
el piano y la guitarra. Si están bien afinados, cualquiera de los dos produce música agradable
como instrumento solista. Pero ¿qué sucede si se tocan juntos? En ese caso deben estar
afinados entre sí. Lo mismo sucede con los componentes de la pareja. Es posible que cada
uno se haya esforzado por “afinar” su personalidad a nivel individual. Pero la pregunta
importante es: ¿están afinados entre sí? En otras palabras, ¿son compatibles?
13 Es importante que ambos compartan las mismas creencias y principios. El apóstol Pablo
escribió: “No lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos”. (2 Corintios 6:14;
1 Corintios 7:39.) Casarse con alguien que no comparte nuestra fe en Dios aumenta el riesgo
de que se produzca una grave discordancia. Por otra parte, la devoción mutua a Jehová Dios
es el fundamento más seguro de la unidad. Jehová quiere que seamos felices y que nos una el
lazo más estrecho con nuestra pareja. Desea que estemos unidos a él y uno al otro en un lazo
triple de amor. (Eclesiastés 4:12.)
14 Aunque la adoración conjunta a Dios es el aspecto más importante de la unidad, hay

otros factores implicados. Para estar en armonía, la pareja debe tener metas similares. ¿Cuáles
son las suyas? Por ejemplo, ¿qué piensan sobre tener hijos? ¿Qué ocupa el lugar prioritario en
su vida? (Mateo 6:33.) El verdadero éxito en el matrimonio requiere que ambos cónyuges sean
buenos amigos y disfruten de la compañía mutua. (Proverbios 17:17.) Para ello deben poseer
intereses en común. Es difícil mantener una amistad estrecha —mucho menos un matrimonio—
cuando este no es el caso. Ahora bien, si a su futura pareja le gusta una actividad en particular,
como el excursionismo, y a usted no, ¿quiere decir eso que no son el uno para el otro?
No necesariamente. Es posible que tengan en común otros intereses de mayor relevancia. Es
más, usted puede hacer feliz a su futura pareja participando en las actividades sanas que a ella
le gustan. (Hechos 20:35.)
15 Puede decirse que la compatibilidad viene determinada por la facultad de adaptación más
bien que por la identidad de caracteres. En vez de preguntarse: ‘¿Concordamos en todo?’,
sería mejor plantearse: ‘¿Qué sucede cuando disentimos? ¿Podemos discutir los asuntos con
calma, respetando la dignidad de nuestra pareja? ¿O se convierten los desacuerdos en
discusiones acaloradas?’. (Efesios 4:29, 31.) Si queremos casarnos, debemos cuidarnos de
quienes sean orgullosos, dogmáticos, de los que nunca quieran ceder o de los que
constantemente insistan en salirse con la suya, abierta o solapadamente.
DEBEMOS INFORMARNOS PRIMERO
16 A aquellos a quienes se confían responsabilidades en la congregación cristiana primero
se ‘les prueba en cuanto a aptitud’. (1 Timoteo 3:10.) Podemos utilizar también este principio.
Por ejemplo, la mujer podría preguntarse: ‘¿Qué reputación tiene este hombre? ¿Quiénes son
sus amigos? ¿Tiene autodominio? ¿Cómo trata a las personas mayores? ¿De qué clase de
familia procede? ¿Cómo se lleva con sus familiares? ¿Qué actitud tiene con referencia al
dinero? ¿Abusa de las bebidas alcohólicas? ¿Tiene mal genio o es incluso violento? ¿Qué
responsabilidades tiene en la congregación, y cómo cumple con ellas? ¿Podría respetarlo
profundamente?’. (Levítico 19:32; Proverbios 22:29; 31:23; Efesios 5:3-5, 33; 1 Timoteo 5:8;
6:10; Tito 2:6, 7.)
17 El hombre podría preguntarse: ‘¿Ama y respeta a Dios esta mujer? ¿Puede encargarse
de un hogar? ¿Qué esperará de nosotros su familia? ¿Es prudente, trabajadora, ahorrativa?
¿De qué suele hablar? ¿Se interesa sinceramente por el bienestar ajeno, o es egocéntrica y
entrometida? ¿Es confiable? ¿Está dispuesta a someterse a la jefatura, o es terca, incluso
hasta rebelde?’. (Proverbios 31:10-31; Lucas 6:45; Efesios 5:22, 23; 1 Timoteo 5:13; 1 Pedro
4:15.)
18
No hay que olvidar que estamos tratando con alguien que es descendiente imperfecto de
Adán, no con un héroe (o heroína) idealizado tomado de una novela romántica. Todo el mundo
tiene debilidades y algunas deben pasarse por alto, tanto en lo que toca a uno mismo como a
la futura pareja. (Romanos 3:23; Santiago 3:2.) Además, una determinada debilidad puede
contribuir al crecimiento espiritual. Por ejemplo, imagínese que tienen una discusión durante el
noviazgo, pues incluso las personas que se aman y respetan mutuamente a veces discrepan
en sus conclusiones. (Compárese con Génesis 30:2; Hechos 15:39.) ¿Es posible que ambos
tengan sencillamente que ‘refrenar su espíritu’ un poco más y aprender a resolver los asuntos
de manera más pacífica? (Proverbios 25:28.) ¿Muestra su futura pareja un deseo de mejorar?
¿Y qué puede decirse de uno mismo? ¿Podría aprender a ser menos sensible, menos
susceptible? (Eclesiastés 7:9.) Aprender a resolver problemas puede crear el marco para una
comunicación franca que va a ser esencial en la vida de casados. (Colosenses 3:13.)
19 ¿Qué podemos hacer si percibimos tendencias que nos preocupan mucho? Estas deben
sopesarse detenidamente. Por mucho que nos atraiga la persona y por grandes que sean los
deseos que tengamos de casarnos, nunca cerremos los ojos a las faltas graves. (Proverbios
22:3; Eclesiastés 2:14.) Si tenemos serias reservas sobre nuestra futura pareja, lo más
prudente es romper la relación y no comprometernos solemnemente con ella

do a un interrogatorio. Si esta parece reticente a la hora de contestar, trata de contarle algo


sobre ti mismo.
Mary, madre de un adolescente, señala: “Por experiencia creo que el mejor modo de
conseguir que la gente se sienta a gusto es haciéndola hablar sobre sí misma”. Una joven de
nombre Kate añade: “Los cumplidos sobre la vestimenta o sobre alguna otra cosa ayudan.
Hacen que la persona sienta que le gusta a los demás”. Claro que has de ser sincero y evitar el
habla lisonjera (1 Tesalonicenses 2:5). Por lo general, la gente reacciona bien a las palabras
atentas y agradables que son sinceras (Proverbios 16:24).
● Sé un buen oyente. La Biblia aconseja “ser presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar”
(Santiago 1:19). Al fin y al cabo, la conversación es un intercambio de ideas y no un monólogo.
Así pues, tu timidez al hablar podría resultarte ventajosa a este respecto. La gente valora a las
personas que saben escuchar.
● Únete al grupo. Una vez que domines el arte de la conversación con una sola persona,
intenta hablar en grupos. De nuevo, recuerda que las reuniones cristianas constituyen un
entorno ideal para adquirir esta habilidad. A veces, la forma más sencilla de mantener una
conversación es uniéndote a una que ya ha comenzado. Naturalmente, el discernimiento y los
buenos modales son esenciales. No te entremetas en lo que es, a todas luces, una
conversación privada. Pero cuando sea evidente que un grupo está charlando, intenta unirte a
él. Ten tacto; no interrumpas ni trates de tomar el control. Escucha un rato, y, cuando te sientas
cómodo, quizás te apetezca hacer algunos comentarios.
● No te exijas perfección. A veces, a los jóvenes les preocupa demasiado hacer un
comentario desafortunado. Una muchacha italiana llamada Elisa explica: “Siempre temía decir
algo desastroso si hablaba”. Sin embargo, la Biblia nos recuerda que todos somos imperfectos,
y que, por tanto, es imposible que nuestra habla sea perfecta (Romanos 3:23; compara con
Santiago 3:2). Elisa añade: “Entendí que estaba entre amigos y que ellos serían comprensivos
si decía algo inoportuno”.
● No pierdas el sentido del humor. Es cierto que resulta embarazoso decir algo inapropiado,
pero como indica Fred, “si te relajas y te ríes de ti mismo, se olvida todo rápidamente. Estarás
haciendo una montaña de un grano de arena si te pones nervioso, te sientes frustrado o te
preocupas”.
● Sé paciente. Ten en cuenta que no todas las personas responden enseguida. Un incómodo
silencio durante una conversación no implica necesariamente que no le gustes a tu interlocutor
o que deberías darte por vencido. Quizás solo esté preocupado o sea tímido, al igual que tú. En
situaciones como esta, sería bueno que le dieses a la persona un poco más de tiempo hasta
que llegue a sentirse a gusto contigo.
● Intenta hablar con adultos. A veces los adultos, especialmente los cristianos maduros,
comprenden bien a los jóvenes que combaten el problema de la timidez. Así que no tengas
miedo de comenzar una conversación con una persona mayor que tú. Kate dice: “Me siento
cómoda entre adultos porque sé que no me van a juzgar, ni ridiculizar, ni hacer pasar un mal
rato como quizás harían los de mi edad”.

Potrebbero piacerti anche