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EL Arte Terapéutico II

Luis Jiménez

Para encontrarte a ti mismo,


piensa por ti mismo.
Solo el conocimiento que llega
desde el interior es verdadero
conocimiento.

Sócrates

Como ya se dijo, la Terapiafloral Evolutiva es el arte que sana al alma, que sufre por estar
atrapada en la falsa idea de sí que vive desde la personalidad. La Terapiafloral Evolutiva tiene
como objetivo fundamental la erradicación de la ignorancia. Para ello fomenta el auto
conocimiento de la persona, lo que posibilitará la expresión libre de su Real Ser.

El Arte Terapéutico, concepto que utilizamos para describir la actuación terapéutica que se
desarrolla en la clínica con remedios florales, trabaja para el ALMA. Cuando trabajamos para el
ALMA no buscamos fomentar el éxito de la personalidad, pues ésta la mayoría de las veces busca
su satisfacción antes que expresar su vocación, aunque a veces puede coincidir el éxito personal
con la experiencia del Alma. Por eso en un orden terapéutico tendríamos que diferenciar, la línea
de acción que busca el beneficio de la personalidad como entidad psicofísica emocional, como
en las ciencias sanitarias, que se centran en la persona como la realidad última y El Arte
Terapéutico que fomenta el autoconocimiento íntimo del Real Ser para que éste siga su proceso
evolutivo como Alma.

Las características particulares de cada uno de los procesos personales que se despliegan en el
ámbito clínico, son puertas para conocer la profundidad del ser que vivencia el cambio a través
de la disolución de una parte de la personalidad que obstruía su plena expresión como Alma,
aunque esto como dijera Bach se realizará de forma pausada en una lenta evolución. Es
importante entender que la parte del yo que se encuentra obstruida, dividida o perdida no hay
que “rescatarla”, pues nuestra función consiste en ayudar al Ser a disolver la esencia de sí que
quedó atrapada en la consciencia del yo y que está siendo utilizada como sustancia para la
construcción de una creencia psico-emocional que favoreció una tendencia personal que ahora
se debilita, y desde ella una identidad, que imposibilito la verdadera disposición a Ser de Sí
Mismo, de ahí que no se trata de que la persona recupere el “brío” que tenía antes de entrar en
la “crisis” pues la crisis es la oportunidad de recuperar a la esencia que se anexó a la tendencia
cronificada que ahora está colapsando. El proceso disolutivo lo realizaremos indicándole, o
llevándole la atención, a nuestro cliente, hacia la virtud con la que está emparentada la
limitación, identificada en la clínica como creencia o identidad, y recomendando la ingesta del
remedio floral indicado, secuencia, que permitirá la separación de la consciencia, que una vez
libre advertirá la identificación personal que le mantenía atrapada, pudiendo iniciar, a partir de
ahí, una nueva modalidad de ser, más cercano a sí mismo que la idea petrificada en la creencia
que lo mantenía cautivo, en lo cotidiano.

Lo que hacemos, por tanto, es un trabajo DISOLUTIVO permanente, para deshacer los límites,
que había creado el yo como identidad, lo que permitirá la emergencia del SER en su totalidad.
No se trata de saber qué le pasa a la persona, sino quién es y que resistencias o apegos le
mantienen en la idea equivocada de sí mismo que reitera por ignorancia de su verdadera
naturaleza esencial. Los estados “negativos” según Bach, están relacionados con los positivos en
una suerte de polaridad vincular Falta-Virtud donde cualquiera de sus manifestaciones, positivas
o negativas, define al tipo primario de personalidad de que se trate.

Como ya hemos explicado, en Terapiafloral Evolutiva, existen doce tipos primarios de


personalidad, puertas expresivas para la Virtud Arquetípica que los sostiene en el tiempo. La
identificación inicial con el temperamento nativo (el instinto al servicio del yo que busca
sobrevivir) y la búsqueda de seguridad a través del marco afectivo familiar, con su definición del
mundo (el afecto al servicio del yo que busca pertenencia) postergará la expresión virtuosa de
su esencia que habrá de esperar hasta que la persona se sienta inspirada por ella y acepte el
trabajo de vida que le llevará a la fidelidad consigo mismo. Este proceso se acelera a través del
Arte Terapéutico pues de no ser por la intervención consciente y la toma de esencias algunas
personas mantendrían la cronicidad de su expresión ignorante, la falsa personalidad, durante
toda su vida terrena.

Somos lo oculto que hay en nosotros, lo que realmente es, no lo que creemos que somos. ¿y
cómo emerge lo oculto que hay en nosotros? Disolviendo la idea que tenemos de nosotros,
¿cómo se disuelve eso? Aceptando las propuestas de la vida y disolviendo todos los
desequilibrios que aparecen como consecuencia de lo que estamos viviendo. Aceptar el
escenario como propuesta evolutiva permite disolver todo lo que la personalidad no acepta
como posibilidad existencial, al negar la evidencia, por no coincidir su visión con la idea que tenía
de la vida hasta entonces.

SER FIEL A UNO MISMO es toda la tarea que hemos de realizar. ¿Qué debemos hacer en el
ámbito clínico? Ayudar a la persona a ser fiel, no a tener éxito, porque existe la creencia
generalizada de que en el éxito se encontrara la felicidad. El éxito puede buscarse en cualquiera
de los cuatro ámbitos temperamentales: el éxito en el mundo exterior: profesional, deportivo,
etc. donde se deberá destacar en una suerte de competencia permanente por mantenerse en
la “cumbre”; en el universo intelectual: al lograr el reconocimiento académico o gremial en su
propuesta, donde sentirá su valía al ser reconocido su pensamiento; en el marco afectivo:
sintiendo el éxito tras la obtención, o mantenimiento, de vínculos que garanticen la pertenencia
y el reconocimiento del otro; o en el espacio material: donde acumularan bienes, a través de
una productividad incansable que será valorada externamente como un verdadero trabajo “bien
hecho” y por él mismo al sentir la extrema satisfacción de la obra concluida. Esta tendencia
primaria incitada por los cuatro miedos nativos les lleva a creer que en el reconocimiento de
otros sentirán plenitud. Y nosotros, como terapeutas, tenemos que favorecer un giro en el
siquismo de la persona para que entienda que la única oportunidad para ser feliz es la de ser
congruente y fiel a uno mismo, no hay otra manera.

Seguiremos.

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