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La chica de la fotografía

Tommy era un joven apuesto, tenía una familia unida y en sus estudios era el alumno promedio,
no tenía nada de lo que pudiera quejarse, su único mal era su curiosidad, si descubría algo, él
debía investigar su origen. Una tarde se encontraba en su colegio presentando un examen
importante, estaba cerca de la ventana y su curiosa vista encontró algo que le llamó la atención en
el jardín de su escuela, en su mente se dijo que iría hasta allí en cuanto terminara con su prueba y
así lo hizo, pasó por el sitio y tomó una fotografía que descansaba en el césped, la observó con
detenimiento y quedó cautivado con lo que veía.

En la foto observaba a una bella chica, tenía un vestido rojo con puntos blancos y tacones a juego
con su vestimenta elegante, ella miraba a la cámara, pero su mano indicaba el número 2, como si
estuviera contando. Intrigado, le preguntó a otro estudiante que veía si reconocían a la chica y
donde podía encontrarla, pero nadie tenía idea de quién se trataba, ignoraban su existencia, era
desconocida incluso para su hermana y su madre. Decepcionado por no encontrar nada, se fue a
dormir

Intentaba dormir pero las sombras y ruidos extraños no dejaban de escucharse, había una
sombra, aparentemente era de una mujer y él enseguida pensó que se trataba de la chica, así que
rápidamente salió de su habitación y posteriormente de la casa con la foto en sus manos. Siguió
aquella curiosa sombra, pero él no esperaba que justo cuando fuera a cruzar la calle, un auto
saliera de la nada y lo arrollara.

Tommy falleció al instante, jamás soltó aquella fotografía. El conductor, alarmado y shockeado por
lo que acaba de ocurrir, salió del auto para ver si el joven estaba vivo, pero además de encontrarse
con un cuerpo sin vida, vió lo que él tenía en sus manos. Era la foto, estaba la misma chica, pero su
mano ya no indicaba el número 2, sino el número 3El vecino
El vecino
Gabriel tenía 25 años, vivía solo en un apartamento promedio en la ciudad, era poco lo que podía
permitirse pero era suficiente para vivir y salir adelante. Una noche escuchó gritos e impactos de
puñetazos, él estaba preocupado porque desde que se había mudado a ese lugar era el único
inquilino de ese piso. Justo a las 12 de la noche alguien tocó la puerta de su apartamento y muy
extrañado fue a abrir. Frente a él se encontraba una mujer muy blanca, se veía cansada y tenía un
gran golpe en el ojo que le generó un hematoma bastante feo, ella le preguntó si podía quedarse
con él, pues su marido le había golpeado y a la mañana siguiente su familia la iría a recoger.

Él no se negó, la hizo pasar y acomodó el sofá para que ella pudiera descansar cómodamente, era
lo único que podía ofrecerle y ella no se quejó, solo le agradeció ese pequeño gesto y se fue a
acostar. Al día siguiente, cuando Gabriel iba a hacer el desayuno para ambos, notó que la sábana
que le había dado a la señora estaba doblada delicadamente y la mujer ya no estaba. No se
extrañó, quizás la familia la había buscado muy temprano y ahora ella estaría denunciando a su
esposo, sin embargo, ella volvió a aparecer a las 12 de la noche más golpeada que el día anterior.

Todo eso se repitió por una semana completa y ya el chico estaba angustiado, la mujer no le decía
nada de su marido, solo se dedicaba a negarse hablar y a descansar en su sofá. La noche anterior
los gritos desesperados de la mujer y el estado crítico en el que llegó lo hicieron pensar que pronto
el esposo la iba a matar, así que bajó hasta la oficina de seguridad.

Grande fue su sorpresa cuando los vigilantes y vecinos le dijeron que lo que decía era imposible,
que esa mujer no podía quedarse en su habitación. Ella había muerto hace más de un año, su
esposo la había asesina
La Dama Blanca
Un doctor respetado había salido de una larga jornada de trabajo, estaba cansado y apenas eran
las 5 de la tarde. El día estaba nublado, llovía desde la mañana y el clima no tenía intenciones de
cambiar, así que agotado y con mucha hambre, emprendió su camino hasta el estacionamiento,
subió a su auto y encendió la calefacción, este sería un viaje largo y aburrido hasta su casa,
después de todo, su hogar estaba muy alejado del hospital donde trabaja, quizás le tomaría una
hora o dos llegar.

Cuando estaba en plena vía, notó que una mujer vestida de blanco estaba caminando a paso
apresurado por la orilla de la acera. Varios autos pasaban por su lado pero ninguno le brindaba
ayuda, a esas alturas ella estaba totalmente empapada y posiblemente temblando de frío, así que
el médico aparcó el auto cerca de ella y la invitó a subirse, la llevaría a su casa antes de que se
enfermara. La dama aceptó, pero en todo el camino se mantuvo en silencio observando la
carretera.

Pasaron alrededor de 30 minutos cuando llegaron a las inmediaciones de un gran puente, fue allí
cuando el médico notó lo asustada que se encontraba aquella mujer, estaba temblando
demasiado y lloraba. Ella le dio la indicación sobre la dirección de su casa, ya estaban cerca así que
en pocos minutos ya ella se estaba bajando del auto. Él le dio un paraguas para no se siguiera
mojando, la mujer se fue e ingresó a la casa, pero no volvió a salir.

Ya el médico se estaba impacientando, así que fue hasta ese lugar y tocó la puerta, lo recibió una
pareja de ancianos extrañados por su visita. Él les comentó todo lo ocurrido y ellos palidecieron. La
mujer era su hija, misma que había fallecido hace 5 años en un accidente justo en el puente
cercano a su casa. Ella sigue apareciendo en ese puente, la llaman la dama blanca.

nado.
El fantasma de la monja del campanario

Durante la guerra hubo demasiados muertos, no solo en Alemania, sino en el resto de territorios
que estaban involucrados en las masacres por culpa de sus gobiernos. Por cada muerte, un alma
quedaba vagando en la tierra, aterrorizando a las personas que vivían en las localidades malditas,
sin embargo, esta es una historia diferente. Este fantasma no es de alguien que haya luchado y
perdido la vida en batalla, sino de una mujer que, desistiendo de la gracia de Dios, se enamoró de
un soldado que murió de manera trágica, rompiendo una promesa que ella, más adelante, se llevó
hasta la muerte.

Anne era una monja alemana que servía en diferentes parroquias, tenía muchos conocimientos y
los utilizaba para ayudar a los soldados heridos, salvandolos de una muerte inminente. Un buen
día, mientras la monja veía el paisaje por la ventana del convento, observó a un soldado bastante
apuesto, se puede decir que fue amor a primera vista. Ambos se conocieron formalmente y
prometieron verse todas las noches bajo el campanario de la iglesia principal de la localidad.

Así lo hicieron por mucho tiempo, hasta que el soldado tuvo que irse con su tropa hasta otro lugar,
la guerra se estaba movilizando y con ella los militares activos. Antes de irse, él le prometió a la
monja que él volvería y que ella debería esperarlo. La monja iba todas las noches al campanario
con la esperanza de que él llegara y huyeran juntos a seguir con ese amor que ya había nacido,
pero eso nunca sucedió. Pasaron los años y la monja seguía con su tradición, solo que ya no tenía
la misma energía que antes, estaba vieja, amargada y con profundo odio hacia los hombres.

Una noche, el cura iba pasando por la zona del campanario y encontró una escena que lo dejó
totalmente petrificado y lleno de horror. La monja se había ahorcado ¿Lo peor? su alma quedó
vagando por ese lugar y suele aparecerle a los hombres que caminan solos por el campanario. Se
dice que se aún se pueden escuchar sus lamentos, llamando al soldado que la abandonó, nadie
creía esto hasta que recientemente, sucedió.

Era una noche muy fría, no daban más de las 8 de la noche pero las calles estaban vacías. Quedaba
poco para llegar a mi casa, pero por querer acortar camino el joven decidió pasar por el
campanario. Nunca había caminado por allí de noche, nunca tuvo la oportunidad de hacerlo y
reconoce que actualmente hubiera preferido jamás pasar por allí. Prácticamente estaba frente al
lugar cuando unos llantos le llamaron la atención, quería ayudar y me adentre al campanario.
-¿Hola? ¿Puedo ayudar en algo? Nadie me respondió y cuando iba a salir, el llanto volvió, solo que
esta vez era más fuerte y desconsolado, pero el frío de la noche y la soledad de las calles hacían
que todo eso fuera una combinación realmente terrorífica. Sin importar que tenía mucho miedo,
me fui directo al lugar donde provenía el llanto y ahogué un grito, no porque no quisiera gritar,
sino porque no podía hacerlo.

Justo frente a el se encontraba una monja, con la piel tan blanca que casi parecía ser transparente,
estaba colgada, parecía que tenía tiempo allí pero en vez de querer ayudarla, mi intención era salir
corriendo de allí, pues sus ojos estaban abiertos de par en par, mirándome con reproche, con
odio. Su boca se abrió y pude ver putrefacción, y cuando su cuerpo reaccionó, echó a correr.

Su llanto se escuchaba como si la tuviera al lado y veía su cuerpo en todos lados, lo persiguió por
todas las calles, incluso cuando llegó a su casa seguía sintiendo que la tenía cerca. Ahora se
presenta en sueños, en las peores pesadillas. La ve en todos lados y cuando trata de ignorarla, ella
le hace daño físico.

Ten cuidado cuando salgas de noche, no escuches nada, no mires nada… O el fantasma de la
monja te perseguirá por siempre.

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