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TEORÍA DE LA REPRODUCCIÓN.

BOURDIEU Y PASSERÓN

“Para Jean-Claude Passerón, la educación es el agente fundamental de reproducción y de la


estructura de las relaciones de poder y las relaciones simbólicas entre las clases, pone énfasis
en la importancia del capital cultural heredado en la familia como clave del éxito en la escuela”
(Castillo Romero, 2012, p. 57).

Desde que somos pequeños en nuestra familia nos enseñan cómo debemos actuar en las
situaciones sociales, cual es nuestra cultura, nos educan en modales y normas que parecen ser
universales pero la verdad es que solo reproducen todo lo que les han inculcado porque al
igual que nosotros ellos también sufrieron la represión que implica la educación. Esta teoría
establece que la educación es un instrumento de reproducción del sistema cuyo principal
objetivo es mantener a las clases dominantes en el poder. Se reproducen relaciones de poder
asimétricas en donde todo el poder se concentra en las clases dominantes, que son aquellas
que deciden hacia donde se dirige la sociedad e imponen su cultura sin importarles las
consecuencias que signifiquen para las clases inferiores. “La escuela tiene la misión de
inculcar, transmitir y conservar la cultura dominante, reproducir la estructura social y sus
relaciones de poder” (Castillo Romero, 2012, p. 57). Las instituciones educativas no son más
que un medio de las clases dominantes que buscan que todo siga igual y asegurar que el
sistema socioeconómico de la sociedad capitalista siga funcionando; “Bourdieu considera que
la permanencia de los sistemas socioeconómicos de la sociedad capitalista están ligados con la
reproducción cultural, la que a su vez contribuye a la reproducción social” (Castillo Romero,
2012, p. 57). Los docentes son marionetas que enseñar sin cuestionarse los contenidos que
deben transmitir a sus alumnos. Nunca nos preguntamos por qué hay contenidos que no
aprendemos, tan solo pensamos que no eran tan importantes. Pero este recorte de
conocimientos no es seleccionado de acuerdo a un criterio imparcial sino es el fruto de las
decisiones tomadas por las personas que se encuentran en el poder y no quieren perderlo.

“Se enseña siempre un tipo de arbitrariedad cultural (instrumentos de dominación y de


reproducción) de tal forma que la cultura se reproduce y toda acción pedagógica se convierte
en un tipo de violencia simbólica” (Castillo Romero, 2012, p. 57). Nos enseñan que todos
tenemos derechos y somos iguales pero se nos niega cualquier forma de pensamiento
autónomo. Todo lo que aprendemos es elegido a través de la conveniencia de otras personas.
Toda acción pedagógica implica una violencia simbólica porque detrás de todo se esconden
fuerzas que tratan de reprimir lo que somos y pensamos, quieren que creamos lo que ellos
quieren y que aceptemos que es la verdad absoluta. Siempre que nos enseñan algo en alguna
institución, nos dicen que es la verdad legítima y universal. “La escuela nos enseña a
obedecer, a ser leales con el sistema al legitimizar los hábitos, prácticas, valores y un conjunto
de normas catalogadas como válidas. Se debe procurar así el capital cultural del estudiante,
que es el que tiene que ver con todo aquello que el régimen quiere que se interiorice”
(Castillo Romero, 2012, p. 58).

Un ejemplo de la reproducción cultural se encuentra en la escuela cuando nos presentan a


Sarmiento como un prócer de la educación pública y nos inculcan que él siempre lucho para
que todos pudieran acceder a la educación. Esto es claramente una falacia pero claro que
nunca nos dirán que su objetivo era tener un instrumento para controlar a los pobres y excluir
a los indígenas. Hoy en día, a pesar de haber pasado más de 100 años y que la educación ha
cambiado, se sigue enseñando lo mismo y esto es obra de las clases dirigentes que quieren
que sigamos engañados con un ídolo de barro y creyendo que la educación significa tener una
forma de expresar nuestros deseos y cumplir las metas que tenemos para el futuro, metas que
erróneamente pensamos que nos pertenecen. “El sistema educativo refleja la estructura de
dominación y control social, que utiliza el trabajo pedagógico para imponer a través del
accionar docente y directivo, la familia y las instituciones de Estado, las normas, códigos y
reglamentaciones que enmarcan las conductas (acción coercitiva del estado) del individuo en
sociedad” (Castillo Romero, 2012, p. 58).

Bourdieu y Passerón afirman que en la teoría de la reproducción “…se establece una relación
entre el origen social y el éxito social…” (Castillo Romero, 2012, p. 58). Los hijos de las
personas de clases dominantes no tienen problema para reproducir la cultura de sus padres
pero los estudiantes pertenecientes a estratos inferiores asisten a escuelas que son dominadas
por dichas clases y esto provoca que sean discriminados y obligados a aprender una cultura
que no les pertenece. Según Bourdieu “…el capital cultural y social que un alumno recibe de
su familia implica la inculcación de un habitus originario que actúa de mecanismo regulador de
las prácticas sociales y sobre el que la escuela actúa selectivamente” (Ávila Francés, 2004, p.
161).

“Todas las culturas cuentan con arbitrariedades impuestas a través del sistema educativo, de
corte cultural. Cada grupo social, a su vez, promueve la instauración de reglamentaciones que
se imponen de forma arbitraria pero inteligible, al menos para los niños de los estratos
inferiores que, tomando conciencia de clase, buscarán cuestionarlas y transformarlas en su
momento” (Castillo Romero, 2012, p. 58).

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