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Los sinónimos son palabras o expresiones que tienen significados iguales o muy
parecidos, y que pertenecen a la misma categoría gramatical, por lo tanto, se pueden
substituir o intercambiar en un texto sin que este sufra modificación en su sentido.
Ejemplos de sinónimos:
Antónimos
Los antónimos son lo opuesto a los sinónimos, son palabras que significa lo contrario
u opuesto. La palabra antónimo proviene del idioma griego antónimos que se traduce
en (antónimos) y deriva de anti (contrario), y noma (nombre), quedando la traducción
de: “contrario al nombre”.
Ejemplo de antónimos:
Qué es Homónimo:
Como homónimo se comprende a las palabras que siendo iguales por su forma
tiene diferentes significados, por ejemplo: el término vela se puede utilizar para hacer
referencia a un barco o cera, todo depende del contexto en donde será empleado.
La palabra homónimo es de origen griego “homónimos” compuesta por “homo” que
significa “igual, semejante” y “onoma” expresa “nombre”.
Ejemplos de homónimos.
Si el sujeto va seguido de una frase explicativa que incide en la misma idea y/o
la complementa. Ejemplo: El tráfico, junto con los manifestantes que se
convocaron en el centro, atascaron las calles de la ciudad.
Si un sustantivo en singular está ligado a otro por medio de con, como, tanto, así
como (excepto cuando como tiene función comparativa). Ejemplo: El alumnado,
así como el profesorado, fueron a la manifestación contra el terrorismo.
Si se dirige la palabra a una colectividad. Ejemplo: Gracias, querida familia,
porque me habéis apoyado en los momentos más duros.
Falsos sujetos: En el habla se incurre a veces en el error de iniciar una oración con un
falso sujeto que no concuerda en persona con el verbo. Estas oraciones son
incorrectas y, por tanto, debemos evitarlas. Ejemplos: Yo no me gusta que vengan tus
amigos. Yo me apetece ir a pasear.
Las palabras graves (o palabras llanas) son la que llevan la intensidad de la voz en la
penúltima sílaba.
Cabe recalcar que no todas las palabras graves llevan acento ortográfico (tilde).
árbol - cárcel - ángel - difícil - túnel - azúcar - lápiz - césped - fácil - útil - carácter
- débil
* Corazón (con tilde - palabra aguda) - Corazones (sin tilde - palabra grave)
La palabra corazón lleva acento cuando es singular porque la intensidad de la voz está
en la última sílaba y termina en N. Pero cuando se convierte en plural, la intensidad de
la voz pasa a la penúltima sílaba y como termina en S, ya no lleva tilde. Corazón es
una palabra aguda, Corazones es una palabra grave.
Las palabras esdrújulas son las que llevan la intensidad de la voz en la antepenúltima
sílaba.
Importantísimo destacar que en este caso todas las palabras se acentúan con el
acento ortográfico (tilde) siempre.
Las palabras sobresdrújulas son las que llevan la intensidad de la voz en la sílaba
anterior a la antepenúltima sílaba. Todas llevan tilde.
Estas palabras sobresdrújulas que llevan tilde generalmente son verbos que van unidos
a los complementos indirecto y directo o son adverbios.
Las palabras agudas son las que llevan acento (la intensidad de la voz) en la última
sílaba.
Importante destacar que no todas las palabras agudas llevan acento ortográfico (tilde).
Hay palabras agudas que tienen tilde a pesar de NO terminar en vocal, N o S. Esto es
por la ruptura del diptongo:
Perú - acción - sofá - café - organización - vudú - capitán - rubí - francés - sillón -
camarón - país - japonés
amor - cantidad - papel - reloj - capaz - pared - estoy - avestruz - virtud - fatal -
contador
Fotonovela
Características
La fotonovela siempre está relacionada con
el cómic y el cine. Con el primero comparte
muchas similitudes gráficas y estructurales:
la página está dividida en viñetas, los
diálogos aparecen en bocadillos, etc.
El pronombre
Un pronombre, del latín pronōmen” que significa “en lugar del nombre”. Son palabras que se
emplean para referirse a las personas, los animales o las cosas sin nombrarlas (yo, tú, él,
nosotros, eso, aquel), siendo de esta manera posible; sustituir al sustantivo, definir o variar el
número, género y hasta persona en una oración.
Por ejemplo;
Si bien una oración simple se compone de; sujeto + verbo + predicado, en algunos casos, es
posible emplear pronombres para evitar repetir el sujeto y dar un mejor sentido o énfasis a lo que
se quiere expresar en situaciones más contextuales ¡Cuanto cuesta¡, ¿Quién es él?.
Sin embargo es importante destacar que sólo deben emplearse los pronombres cuando se
conozca la referencia, por ejemplo apuntar cuando decimos «eso», o tomar en cuenta el contexto
del diálogo o texto, ya que de lo contrario el receptor del mensaje puede confundirse.
Tipos de pronombres:
Los pronombres cambian de acuerdo a su empleo, por lo que se dividen en clases; personales,
posesivos, demostrativos, indefinidos, relativos, interrogativos y exclamativos.
Los pronombres personales son aquellos que suelen referirse a personas sin nombrarlas por su
nombre.
Yo, tu, el, ella, nosotros, ustedes y ellos son pronombres personales.
Los pronombres posesivos indican la pertenencia de un animal o cosa. Pueden ser singulares o
plurales agregando una «s» al final.
Mio, tuyo, suyo, nuestro son pronombres posesivos.
Los pronombres demostrativos indican dónde se encuentra algo o alguien en relación a quien
habla. Se pueden utilizar en singular o plural agregando una «s» al final.
Los pronombres indefinidos hacen una mención que deja sin identificar a los entes a los que se
refiere, o bien los identifica de manera vaga.
Los pronombres relativos son aquellos que unen dos cláusulas, la segunda calificando al sujeto
de la primera.
Que, el que, los que, la que, lo que, quien, quienes, el cual, los cuales, la cual, lo cual, cuyo,
cuyas, donde son pronombres relativos.
Los pronombres exclamativos son aquellos cuya función es expresar emociones, sentimientos o
reacciones.
El cuento
Un cuento (del latín, compŭtus, cuenta)1 es una narración breve creada por uno o varios autores,
basada en hechos reales o ficticios, cuya trama es protagonizada por un grupo reducido de
personajes y con un argumento relativamente sencillo.
El cuento es compartido tanto por vía oral como escrita; aunque en un principio, lo más común
era por tradición oral. Además, puede dar cuenta de hechos reales o fantásticos pero siempre
partiendo de la base de ser un acto de ficción, o mezcla de ficción con hechos reales y personajes
reales. Suele contener varios personajes que participan en una sola acción central, y hay quienes
opinan que un final impactante es requisito indispensable de
este género. Su objetivo es despertar una reacción
emocional impactante en el lector. Aunque puede ser escrito
en verso, total o parcialmente, de forma general se da en
prosa. Se realiza mediante la intervención de un narrador, y
con preponderancia de la narración sobre el monólogo, el
diálogo, o la descripción.
Estructura
El cuento se compone de tres partes:
Introducción: Es la parte inicial de la historia, donde se presentan todos los personajes y sus
propósitos, pero principalmente se presenta la normalidad de la historia. Lo que se presenta en
la introducción es lo que se quiebra o altera en el nudo. La introducción sienta las bases para
que el nudo tenga sentido.
Nudo: Es la parte donde se presenta el conflicto o el problema de la historia; allí toman forma y
suceden los hechos más importantes. El nudo surge a partir de un quiebre o alteración de lo
planteado en la introducción.
Desenlace: Es la parte donde se suele dar el clímax y la solución al problema, y donde finaliza la
narración. Incluso en los textos con final abierto hay un desenlace, e incluso hay casos que
dentro del cuento puedes encontrar el clímax relacionado con el final.
Planteamiento, nudo y desenlace son pasos clave al escribir un cuento. Una lista más
pormenorizada de puntos a considerar dentro de la narración corta es esta:
Tema Planteamiento
Estructurar el cuento en la mente Atmósfera
Título Conflicto
Arranque Final
Tema
Cualquier asunto, por trivial que parezca, puede ser tema de un cuento. Y, por lo general, no es el
tema el que da la trascendencia a una narración breve, sino la forma como el escritor presente la
historia. Un buen tema, por singular o extraordinario que sea, puede generar un cuento malo si lo
escribe alguien que no domina el arte de escribir.
Dice Julio Cortázar que no hay temas buenos, ni malos temas de cuentos, sino lo que existe es
“un buen o mal tratamiento”.5
Uno de los pasos para escribir un cuento, consiste en pensar y elaborar el cuento en la mente
antes de escribirlo.
Horacio Quiroga, cuentista y poeta uruguayo. Imagen tomada de la Wikipedia.
Pero en la mente lo que importa es cómo vamos a iniciar el cuento, cuál es el nudo y cuál será el
final. Digamos que, de manera resumida y sin grandes detalles, el cuento ya lo construimos de
manera imaginaria. Los detalles saldrán en el momento de la escritura. Y ahí entra la parte
creativa: las primeras frases que anotamos al inicio del relato, cómo vamos hilvanando la
historia, cómo hacemos actuar a nuestros personajes y cómo logramos mantener la intensidad
narrativa de principio a fin.
Hay que considerar lo que recomienda Horacio Quiroga, otro de los grandes cuentistas
latinoamericanos:
No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien
logrado, las tres primeras líneas tienen la importancia de las tres últimas.6
Título
Algunos dan importancia al título del cuento; otros, no. Pero lo indicado es que el encabezado de
la historia despierte curiosidad e interés en el lector. Por supuesto, el título tiene que estar
relacionado con el tema narrado.
Lo que nunca se debe hacer en el título es desvelar el desenlace, pues la historia perdería por
completo el interés.
Arranque
El creador del cuento debe buscar un ángulo de la historia que incite a la lectura. Podría empezar
la narración con el clímax, por ejemplo. O con guiños a un rasgo físico de cierto personaje que
remitan a una acción futura en el desarrollo de la historia.
Se miró en el espejo la cicatriz que parecía hundirle la mejilla izquierda, hizo una mueca de
disgusto, pero enseguida sonrió como anticipando un triunfo, mientras sentía el metal del
cuchillo en el bolsillo izquierdo de la chamarra. A pasos largos salió de la casa hacia la boda de
la mujer, por la que tenía marcado el rostro hacía 2 años con 5 días y 6 horas.
Estarás de acuerdo con que un inicio como el anterior podría sentar al lector frente al cuento y no
soltarlo hasta que sepa qué va a hacer el personaje con ese cuchillo. Se alcanza a ver que el tipo
ha esperado con ansiedad este momento para hacer lo que se propone.
Planteamiento
Es la parte donde se conoce de qué va a tratar la historia. En el cuento resulta útil sugerir qué
pretenden los personajes, cuál podría ser el curso de la historia. Las explicaciones sobre lo que
les pasa a los personajes o sobre lo que van a hacer apagan la chispa de complicidad entre el
autor y el lector. El planteamiento es un buen punto para generar interés con las pistas que demos
sobre posibles acciones futuras. Pistas: nada de explicaciones.
Ahora bien, el planteamiento no siempre se ubica en las primeras líneas del cuento, como ya
hemos apuntado; pudiera ser que lo iniciemos con acciones del nudo, en un flashback narrativo
—o analepsis— y demos así a conocer dicho planteamiento.
Atmósfera
La atmósfera narrativa alude al entorno donde se desenvuelven los personajes y ocurre la acción.
No hace falta hacer descripciones prolijas del espacio. Lo que interesa es remarcar los puntos que
ayuden a crear la tensión. Dejaremos fuera detalles o elementos innecesarios, puesto que el
cuento no permite incluir nada que sea parte de la trama y la historia.
Conflicto
Sin conflicto no hay buen cuento. Es el punto culminante antes del desenlace. A este nudo son
atraídos los personajes y también el lector. Es el episodio donde se decide el curso de la historia.
Imaginemos a nuestro personaje de la cicatriz en el cachete: llega a la boda, los ojos coléricos, la
sangre caliente por los tragos de mezcal. La mano izquierda en el bolsillo empuñando la cacha
del cuchillo. Escupe al suelo y se dirige hacia los recién casados, que bailan en el centro de la
palapa. Los ojos de algunos se clavan en la cicatriz del protagonista, pero este, ajeno a todo,
sigue apretando la cacha del cuchillo mientras avanza…
Y allí dejamos al personaje: está la historia en el clímax. Es el momento decisivo. ¿Contra quién
está su enojo? ¿Contra el novio, contra la mujer? Lo sabremos después de lo que se dispone
hacer.
Como el nudo o clímax es el momento de mayor tensión, podríamos iniciar el relato con el nudo,
como una forma de despertar la curiosidad del interesado.
Final
O no.
A algunos gusta mucho un final sorpresivo. A otros, los finales abiertos. Pero
independientemente de qué clase de final sea, lo que importa es que el lector se lo crea; que le
resulte verosímil.