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Conceptos referentes a la teoría de la relatividad especial

Janer armando gil Sarabia Cód. 171738


Materia ondas y partícula Grupo A ingeniería mecánica

“las palabras ahora, hoy, ayer y mañana pueden señalar en su uso cada vez un sector distinto del
tiempo real”

Relación espacio tiempo según Piaget

La noción espacio es adquirida por el niño con cierta lentitud, en un principio tiene un concepto
concreto del espacio, su casa, su calle, no tiene idea del barrio donde vive, aunque este concepto
lo desarrolla más rápidamente que el del tiempo, porque tiene referencias más sensibles
Inicialmente no sabe que es un país o una ciudad, si se le pregunta en qué país vive puede
responder la ciudad o el barrio donde vive, viceversa como preguntarle el nombre del barrio su
respuesta concierne al nivel de conocimiento de su entorno.

La noción de tiempo es una de las más difícilmente accesibles a los niños entre cinco y doce años.
Hasta los siete u ocho años e incluso más, es insuficiente la idea o noción de duración y de pasado
hasta los siete años la expresión “la semana pasada” no adquiere sentido para ellos, Piaget señala
de edad, sucesión, duración, anterioridad y posterioridad, muy lentamente forman el concepto de
un largo tiempo histórico anterior a ellos, por no los pueden hacer objeto de una observación
directa; las etapas que están conforman

Etapas:

5-8 años, el niño empieza a dominar el ambiente en que habita y es capaz de imaginar condiciones
de vida distintas de las que le rodean, su experiencia es poca, tiene intereses concretos, y su
pensamiento es intuitivo y egocéntrico, solo posee una idea del espacio y define las cosas por su
uso, en esta etapa les gustan los acontecimientos emocionales, las historias sin llegar a
comprender conceptos de tiempos anteriores, la enseñanza deberá partir del entorno donde se
encuentra, la casa, el colegio por medio de elementos históricos existentes; 9-11 años se
desarrolla progresivamente el proceso de localización, la observación más objetiva se orientara al
estudio del medio local empiezan a liberarse del egocentrismo infantil adquiriendo un
pensamiento más objetivo, su pensamiento posee una estructura en la que descubre las
relaciones causa-efecto, el medio deja de ser una realidad global para convertirse en objeto de
análisis, estas observaciones directas y analíticas le proporcionan elementos de juicio para
empezar a razonar, clasificar y captar las interdependencia de uno con otros, el niño se interesa
por la vida de grandes personajes, por el origen de las cosas, por la biografía y la leyenda, en este
momento se le iniciara en el conocimientos del hecho histórico biográfico con idea de espacio
pero con escasa compresión del tiempo, la enseñanza se deberá orientar de tal manera que
permita al niño la observación de los hechos históricos, en los escenarios naturales o por medio de
proyecciones cinematográficas, aprovechando y resaltando la vida de los personajes, ya que hay
un interés imitativo; 12-15 años comienza la autoafirmación propia de la pubertad, favorece la
toma de conciencia de las relaciones del adolecente y su media, su pensamiento se sitúa en un
nivel conceptual, posee mayor capacidad para generalizarse y usar abstracciones, se da el paso del
pensamiento lógico-concreto al pensamiento lógico-abstracto aunque se interesan por lo
descriptivo poco a poco precisan una explicación de los fenómenos.

La noción de tiempo es una de las más difícilmente accesibles a los niños entre cinco y doce años.
Hasta los siete u ocho años e incluso más, es insuficiente la idea o noción de duración y de pasado
hasta los siete años la expresión “ la semana pasada” no adquiere sentido para ellos, Piaget señala
de edad, sucesión, duración, anterioridad y posterioridad, muy lentamente forman el concepto de
un largo tiempo histórico anterior a ellos, por no los pueden hacer objeto de una observación
directa; las etapas que están conforman, la caracterización psicológica del niño de estas edades
permite un estudio sistemático de las ciencias sociales, en este momento se interesa ya por los
hechos reales, por la vida de los grandes hombres, exigen detalles sobre el lugar de la época
quiere saber cómo empiezan y terminan los hechos, hay interés por conocer las repercusiones de
los hechos la capacidad para la compresión de los hechos, nociones espacio-tiempo provocara en
el niño la habilidad practica de ordenar cronológicamente los sucesos, es recomendable usar
líneas de tiempo histórico

Definición de observador:

El problema con el concepto de “observador” es que el uso cotidiano de esta palabra nos puede
llevar a engaño. En física un observador no “observa” nada, no es más que un constructo
abstracto que nos permite identificar posiciones y tiempos (en física clásica).

¿Qué no es un observador?

Un observador no es:

a) Una única partícula.


b) Alguien que tiene “inteligencia” y puede dar sentido a medidas sobre sistemas físicos.

Es decir, un observador no es “alguien que entiende lo que está pasando”.

¿Qué sí es un observador?

Cuando en física hablamos de un observador nos referimos a la posibilidad de asignar


coordenadas y tiempos a los sucesos de un sistema físico. Así, podemos pensar que al decir
“observador” nos referimos a que hemos elegido un sistema de reglas y relojes en cada posición
del espacio.

Para precisar más, a este sistema de referencia coordenado se le exigen varias características:

1) La distancia entre dos puntos P y Q es independiente del tiempo.


2) Los relojes marchan todos al mismo ritmo y están sincronizados.
3) La geometría del espacio (a tiempo constante fijado) es Euclides.

¿Existe esto?
Pues esta pregunta hay que resolverla con los experimentos. La cuestión principal es qué
característica dinámica tienen que tener los observadores para que cumplan estas propiedades
mencionadas. Si nos fijamos en la teoría Newtoniana y tomamos la fórmula fundamental de la
misma:

F=ma

Notamos que no depende de la velocidad del sistema sino de su aceleración. De hecho podríamos
tener dos observadores, cada uno con su sistema de reglas y relojes, que se estuvieran moviendo
(todo el conjunto) uno respecto al otro a velocidad constante y preguntarles qué fuerza sufre un
sistema de masa m que ha sido acelerado una cantidad a. La respuesta de ambos sería F.

Lo anterior nos dice que la velocidad relativa (constante) entre observadores no afecta a la ley de
Newton. La cosa cambia si los observadores están acelerados. Esto, grosso modo, es lo que
hemos sentido todos al ir en un tren, coche, avión, etc. Cuando perdemos la referencia y el tren se
mueve a velocidad constante es complicado decir si somos nosotros los que nos movemos o es el
exterior lo que se mueve en sentido contrario. Sin embargo, si la cosa acelera lo notamos
enseguida, ¿verdad? La cuestión es que eso nos permite distinguir dos tipos de observadores:

a) Los observadores en movimiento rectilíneo uniforme — Observadores Inerciales.


b) Los observadores acelerados — Observadores No Inerciales.

Según la definición que hemos dado antes la aceleración no jugaba ningún papel. Esto es porque
su influencia en la definición está escondida. El punto clave es que no se pueden mantener todos
los relojes en cada punto sincronizados. Y, además, Einstein mostró que si teníamos un campo
gravitatorio no se podían cumplir las tres propiedades del observador inercial que hemos escrito al
principio.

¿Para qué queremos entonces el concepto de observador inercial?, por lo siguiente:

Einstein nos dijo que un observador en caída libre en cada punto de su trayectoria (caída) se
comporta como un observador inercial. Pero en cuanto nos movemos un poco vemos las cosas
diferir de lo que sería razonable en un contexto inercial. Recurramos al ejemplo del ascensor:
Según la relatividad especial un observador inercial (en movimiento rectilíneo uniforme o en
reposo respecto a otro) verá que los rayos de luz se propagan en línea recta. Si uno de ellos está
acelerado o en un campo gravitatorio verá como el rayo de luz se curva. Ahora bien, si la
aceleración o el campo gravitatorio es muy débil la curvatura del rayo será muy, muy pequeña. Y
en cierta aproximación el observador será inercial. Volviendo a la imagen del sistema coordenado
de reglas y relojes la cuestión esencial es:

a) Un observador totalmente inercial puede extender al infinito esta red de reglas y relojes.
b) Si no es totalmente inercial esta red tendrá una extensión mayor o menor en función del
grado de “inercialidad” del observador. Pero en el ámbito en el que podamos usar esta
construcción la física será “inercial” dentro de una aproximación razonable. Y una
aproximación es razonable cuando las deducciones teóricas se acomodan a los resultados
experimentales y no introducen modificaciones mayores que la sensibilidad y/o precisión
de las medidas llevadas a cabo.

Por este motivo a veces diremos que nuestro laboratorio es un observador inercial. Otras veces lo
será el Sol, la galaxia, etc. Podemos asociar observadores inerciales a lo que queramos (siempre
que sean partículas con masa en reposo no nula) teniendo en cuenta que para ello despreciamos
algunas cosas como campos gravitatorios o aceleraciones. Todo está bien siempre y cuando
mantengamos el control sobre la concordancia teórico/experimental. El concepto de observador
no es algo trivial y aún hoy hay discusiones científico/filosóficas al respecto. Y eso que no hemos
hablado del sentido del observador en cuántica, que eso ya es de volverse locos. Pero lo que debe
de quedar claro es que un observador no es más que un sistema coordenado que nos permite
medir tiempos y coordenadas espaciales de los sucesos físicos. No tiene nada que ver con
observar con nuestros ojos.

Sistema de referencias

Un sistema de referencia es un conjunto de coordenadas espacio-tiempo que se requiere para


poder determinar la posición de un punto en el espacio. Un sistema de referencia puede estar
situado en el ojo de un observador. El ojo puede estar parado o en movimiento.

La trayectoria descrita por un móvil depende del sistema de referencia que arbitrariamente
elijamos. En el ojo de la escena se sitúa nuestro sistema de referencia; modifica su posición y su
velocidad y la velocidad del móvil (punto rojo) y verás cómo puede llegar a cambiar lo que percibe
el ojo, en función de dónde esté y cómo se mueva.

Sistema de coordenadas

En geometría, un sistema de coordenadas es un sistema que utiliza uno o más números


(coordenadas) para determinar unívocamente la posición de un punto u objeto geométrico.1 El
orden en que se escriben las coordenadas es significativo y a veces se las identifica por su posición
en una tupla ordenada; también se las puede representar con letras, como por ejemplo «la
coordenada-x». El estudio de los sistemas de coordenadas es objeto de la geometría analítica,
permite formular los problemas geométricos de forma "numérica".2

Un ejemplo corriente es el sistema que asigna longitud y latitud para localizar coordenadas
geográficas. En física, un sistema de coordenadas para describir puntos en el espacio recibe el
nombre de sistema de referencia.

Tiempo local

En la teoría matemática de los procesos estocásticos, el tiempo local es un proceso estocástico


asociado con procesos de difusión tales como el movimiento browniano, que caracteriza el tiempo
que pasa una partícula en un nivel específico. El tiempo local es muy útil y suele aparecer en
diversas fórmulas de integración estocástica si el integrando no es suficientemente regular, como
en el caso de la fórmula de Tanaka.

Matemáticamente, la definición de tiempo local es

Donde b(s) es el proceso de difusión y δ es la delta de Dirac. Es un concepto inventado por Paul
Pierre Lévy. La idea básica es que ℓ (t, x) es una medición (reajustada) de cuánto tiempo ha pasado
b(s) en x hasta el tiempo t. Lo cual puede expresarse como sigue:

Donde se comprende por qué se denomina tiempo local de b en x.

Empleando conceptos, en vez de ecuaciones, podemos realizar el siguiente resumen de las


consecuencias de la relatividad especial (RE): Las longitudes de los objetos en movimiento son
menores que las longitudes equivalentes de los objetos en reposo. Los relojes en movimiento
tienen un ritmo más lento que los relojes estacionarios. Cuanto más nos alejamos, siguiendo el
sentido del movimiento, los relojes móviles están cada vez más atrasados con respecto a los
relojes en reposo.

Nota: No se discute en este punto si las expresiones "en reposo" y "móvil" tiene un significado
absoluto o relativo. Como ya se mostró en muchas páginas de este sitio, las ecuaciones que se
obtienen son las mismas para ambos modelos.

Empleando las ecuaciones de Lorentz, podemos cuantificar estas expresiones de la siguiente


forma:

L' = L * K

T' = T * K

Atraso = - (L v / c2 ) / K

Donde K es el denominado coeficiente de Lorentz, que a una velocidad v adquiere el valor (1 -


v2/c2)0.5. La expresión "1" establece que una varilla que en reposo tiene una longitud L,
adquiere una longitud L' si se le imprime una velocidad v con respecto al sistema en reposo. Las
longitudes L y L' son ambas medidas desde el sistema en reposo. La expresión "2" establece que
cuando para los relojes del sistema en reposo transcurren T seg, los relojes que se mueven a
velocidad v registran el paso de T' seg. Nuevamente ambos intervalos son registrados desde el
sistema en reposo. La expresión "3" establece que si hay dos relojes enfrentados (uno del sistema
en reposo y otro del sistema que se mueve a velocidad v) que tienen la misma lectura, a una
distancia L (medida en el sistema en reposo y en el mismo sentido que el desplazamiento) los
relojes enfrentados difieren en la magnitud expresada.

Otra forma de establecer el significado de la expresión "3" es la siguiente: El reloj ubicado en el


extremo delantero de una varilla de longitud L, que se mueve a velocidad v, atrasa, con respecto al
reloj del otro extremo, en la magnitud (L v / c2) / K.

Las expresiones "1" y "2" resumen las variaciones relativas en la apreciación de magnitudes que
hacen los observadores móviles con respecto a los observadores en reposo. En la página
Relojes.htm se mostró que si los relojes tienen un mecanismo de funcionamiento que se afecta
por la velocidad de desplazamiento, es posible entender (empleando conceptos clásicos) por qué
se produce este cambio de apreciación de una misma magnitud.

La expresión "3" plantea un tema algo diferente. Para obtener las ecuaciones de la RE no alcanza
con aceptar (o demostrar) que los relojes móviles marchan a un ritmo diferente. Los relojes
móviles deben atrasar cantidades diferentes para cada observador estacionario. En el desarrollo
de la RE se llega a establecer la magnitud de este atraso, en función del sincronismo de relojes
distantes, basado en la constancia de c para todos los sistemas inerciales.

Nota: Es muy fácil demostrar, mediante un desarrollo newtoniano, la necesidad de este atraso
entre relojes móviles, para mantener la constancia de c, sólo en forma aparente, para todos los
sistemas inerciales. Este desarrollo se presenta en Atraso.htm

Sin embargo es importante destacar en este punto que una de las objeciones recurrentes a los
desarrollos de la RE es, precisamente, la metodología de sincronismo para relojes distantes,
propuesta por Einstein en su trabajo de 1905. Mucha gente califica de arbitraria la metodología de
Einstein y propone metodologías alternativas basadas en diferentes mecanismos de comparación
de relojes. A modo de ejemplo, entre las muchas metodologías alternativas, podría proponerse
algo así como: Se toman dos relojes, separados por una distancia L. Esta distancia L puede
determinarse de acuerdo con el tiempo que tarda la luz en completar el recorrido de ida y vuelta
entre ambos relojes.

Se elige el punto medio entre ambos relojes (a una distancia L/2 de cada uno de los relojes). Se
construye una varilla que unos ambos relojes y se la hace girar en el punto L/2 de modo que los
extremos de la varilla invierten su posición espacial cada medio giro. Los relojes se ajustan de
modo que marquen lo mismo cuando frente a ellos pasa un extremo de la varilla. En general,
quienes proponen este tipo de metodologías toman el sincronismo de relojes distantes como un
fin en sí mismo (algo así como: sincronicemos los relojes sin preocuparnos de otras cosas).
Entonces se sienten libres de elegir el mecanismo que crean más adecuado para independizarse
de la velocidad de la luz, que es la molestia habitual de quienes rechazan la metodología de
Einstein.

Sin embargo, quienes proceden de esta forma olvidan que no es tan fácil independizarse de la
velocidad de la luz y, mucho más importante, que el sincronismo de relojes no es más que un
medio para entender cómo interaccionan los objetos en el mundo real. En palabras de Einstein, en
su introducción al trabajo de 1905 escribió "... La teoría a desarrollar se basa -como toda la
electrodinámica- en la cinemática del cuerpo rígido dado que las afirmaciones de tales teorías
están vinculadas a las relaciones entre cuerpos rígidos (sistemas de coordenadas), relojes y
procesos electromagnéticos...". De modo que queda perfectamente establecido que el
sincronismo de relojes no es más que una herramienta para entender la cinemática del cuerpo
rígido y sus relaciones con el resto del mundo físico...

De este modo y tal como mencioné, la metodología de Einstein no sólo no es arbitraria, sino que
se fundamenta en sólidos principios físicos de interacción entre objetos materiales.

Por lo tanto, en lo que resta de esta página, trataré de mostrar (NO demostrar), que el atraso de
los relojes móviles (derivado del aparentemente arbitrario sincronismo de Einstein) es necesario
para explicar la aceleración de objetos materiales. Y, extrañamente, recurriendo a un Marco de
Referencia Estacionario proporcionaremos un sólido fundamento a los desarrollos de la
Relatividad.

En el transcurso del desarrollo veremos que el atraso de los relojes no obedece a un sincronismo
arbitrario entre observadores (como algunos juzgan el procedimiento relativista), sino que es el
resultado de exigir a un objeto material que conserve su integridad durante un cambio de
velocidad. De esta forma veremos que conceptualmente es adecuado cambiar la expresión
"sincronismo de relojes" por "velocidad de coordinación de movimientos”. Haciendo el cambio de
términos mencionado, la expresión "atraso del reloj en un extremo de la varilla móvil con respecto
al reloj del otro extremo" se transforma en "demora en la coordinación de movimientos de la
varilla como resultado de la velocidad de la varilla".

Cuando hago referencia a la interacción de objetos materiales entre sí, me estoy basando en
algunos hechos indiscutibles y en una serie de supuestos que considero razonables. Este grupo de
consideraciones puede resumirse en los siguientes puntos:

Las varillas, o cualquier cuerpo sólido, pueden acelerarse sin resultar destruidas (no importa si el
mecanismo de aceleración es empuje, tracción o aceleración gravitatoria).

Las ecuaciones de la RE funcionan. Tanto para sistemas en reposo como para aquellos que han
sufrido aceleraciones.

Supuestos Razonables

Las aceleraciones no dejan secuelas (excepto en el tiempo acumulado).

Los componentes primarios de los cuerpos rígidos interactúan entre sí para coordinar sus
movimientos durante los cambios de velocidad.

NOTA: El segundo supuesto se puede justificar mediante el siguiente razonamiento:

Si se acelera una varilla desde uno de sus extremos, la varilla manifiesta su masa total durante el
proceso. En otras palabras, por más que la fuerza se aplique en un punto, de alguna manera todos
los componentes de la varilla sufren la aceleración en forma coordinada. De otro modo la varilla
terminaría deformada permanentemente o destruida en el proceso de aceleración.

En función de lo anterior podemos concluir que para que un objeto rígido realice un movimiento
acelerado debe coordinar los movimientos de sus componentes fundamentales (moléculas,
átomos,...). Y esta coordinación no puede realizarse a velocidad infinita, sino que sólo puede
hacerse a velocidades inferiores o iguales a alguna velocidad límite.
Supongamos que tenemos una varilla de longitud L y masa M, y decidimos acelerarla mediante un
impulso aplicado desde uno de sus extremos. Supongamos, adicionalmente, que la varilla se
encuentra en reposo respecto al MRLE. El impulso se aplica sólo desde uno de los extremos de la
varilla (que podemos identificar como A), pero la masa se manifiesta en forma completa. Por lo
tanto, para que la varilla adopte la nueva velocidad (derivada del impulso recibido), es necesario
que la información viaje hasta el otro extremo de la varilla (extremo B) para que dicho extremo se
"entere" que está siendo acelerado. Pero la información también debe retornar para que la masa
de toda la varilla (incluyendo el extremo B) se perciba donde se aplica la fuerza. En pocas palabras
la información debe recorrer toda la varilla en un trayecto de ida y vuelta para que la varilla se
comporte como un todo y no se destruya en el proceso. Si quisiéramos acelerar un conjunto de
motas de polvo, dispersas en el aire, empujando desde una sola mota de polvo, sólo lograríamos
deformar y dispersar el conjunto. Si aceleramos un avión mediante el empleo de hélices o
turbinas, el avión conserva su identidad. Para ello es necesario que las partes del avión coordinen
sus desplazamientos. Y la coordinación de movimientos se logra mediante esfuerzos de
compresión y de tensión que indican la ida y vuelta de la información.

Si hay una fuerza, de las cuatro que hemos identificado en la naturaleza, con la que estamos
familiarizados, cuya presencia es omnipresente en el espacio y el tiempo, es la gravitacional.
Sabemos de las otras tres fuerzas -la electromagnética, la fuerte (que impide que los núcleos de
los átomos que constituyen nuestros cuerpos se rompan) y la débil (responsable de los fenómenos
radiactivos) -, pero de ninguna somos tan conscientes como de la gravitacional, que nos acompaña
de la cuna a la tumba.

Los antiguos griegos, con Aristóteles a la cabeza, trataron de explicar la gravedad basándose en
"movimientos y lugares naturales", en los que la cuantificación del cambio de posición brillaba por
su ausencia. Sería Galileo quien, casi dos mil años después, se hizo - y respondió - la
aparentemente humilde pregunta de cuánto tiempo tarda un cuerpo en caer. Y en 1687, Isaac
Newton presentó tres leyes que rigen cualquier movimiento, más una ley específica para la
gravitación, conjunto que mantuvo su vigencia hasta que en 1915 Albert Einstein lo modificó
radicalmente. Fue el 25 de noviembre de aquel año cuando Einstein presentó la formulación de la
nueva teoría de la gravitación en un artículo de cuatro páginas titulado "Las ecuaciones del campo
gravitacional", que se publicó el 2 de diciembre en las actas de la Academia. Se trataba de una
construcción completamente diferente a todas las que habían existido anteriormente en la Física,
y también a las que se han construido después. Mientras que hasta entonces el marco geométrico,
el espacio en el que tenían lugar los fenómenos que describía la teoría en cuestión no se veía
afectado por estos, en la formulación que presentó Einstein, denominada "teoría de la relatividad
general", la forma de ese escenario, del espacio, ahora indisolublemente asociado al tiempo - de
ahí que haya que hablar de un espacio-tiempo cuatridimensional -, dependía de la materia-energía
que contuviese, y cómo ésta obviamente cambia (de lugar, de estado) con el paso del tiempo, el
espacio-tiempo debía ser dinámico, curvo.

Una pregunta que inevitablemente surge es la de cómo llegó Einstein a crear semejante teoría.
¿Tan poderosa era su imaginación, que podía romper con toda la tradición física anterior? La
respuesta a esta cuestión es que, independientemente de su inmenso poder creativo, Einstein
siguió un camino en cierto modo "obligado". Pero antes de tratar de explicar cuál fue ese camino,
es conveniente decir algo del hombre que había detrás de su ciencia, porque creaciones como la
que Einstein produjo en 1915 no son como tesoros escondidos que están "ahí fuera", esperando
que alguien los encuentre, sino que son productos de la mente, por mucho que ésta tenga que
tomar en cuenta cómo se comporta realmente la naturaleza. Y la mente de Einstein, durante la
mayor parte del tiempo que estuvo dedicado a buscar una teoría relativista de la gravitación, vivió
intensos periodos de agitación.

Por un lado, debía estar satisfecho: después de haber sido un paria de la comunidad científica,
empleado de la Oficina de Patentes de Berna, donde trabajó desde 1902, seis días a la semana,
ocho horas al día, hasta 1909, cuando consiguió su primer puesto académico, profesor asociado en
la Universidad de Zúrich, al que siguió en 1911 una cátedra en la Universidad Alemana de Praga, y
en 1912 otra en la Escuela Politécnica de Zúrich, en 1913 llegó a la cumbre de su profesión,
miembro de la Academia Prusiana de Ciencias y catedrático sin obligaciones docentes en la
Universidad de Berlín, donde se encontró a una buena parte de la cremé de la cremé de la física
mundial.

Sin embargo, al regresar como catedrático a Zúrich, donde él y su esposa, Mileva Maric, habían
estudiado y se habían conocido, la relación entre ambos se deterioró profundamente. La
dedicación absoluta de Einstein al problema de la gravedad, cuyas complicaciones no compartía
en absoluto con Mileva, asociados a problemas de salud (reumatismo y depresión) de ésta, no la
hacían feliz.

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