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ING.

INDUSTRIAL
Estudiante:
Marcos Antonio Ramos Pejerrey

Docente:
Jose Evaristo Zapata Carrasco

Asignatura:
Cristología

Grupo:
“A”

Ciclo:
VI
EL REINO DE DIOS SEGÚN SAN LUCAS

1.- Hable sobre el Reino de Dios según San Lucas.

El reino de Dios según San Lucas es el gobierno que Dios ha establecido y que está bajo el
mando de un rey, este gobierno constituyo el tema central del mensaje de Jesús.

En los versículos de Lucas se menciona el Reino de Dios, como en estos casos:

 Lucas 1: 32: Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará
el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino
no tendrá fin.

 Lucas 6: 20: Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros
los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.

 Lucas 9: 60,61 y 62: Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú
ve, y anuncia el reino de Dios. Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero
déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno
que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.

 Lucas 10: 9,10 y 11: y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha
acercado a vosotros el reino de Dios. Más en cualquier ciudad donde entréis, y no os
reciban, saliendo por sus calles, decid: Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha
pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros. Pero esto sabed, que el reino
de Dios se ha acercado a vosotros.

 Lucas 11: 20: Mas si por el dedo de Dios hecho yo fuera los demonios, ciertamente el
reino de Dios ha llegado a vosotros.

 Lucas 12: 31: Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.

 Lucas 12: 32: No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros
el reino.

 Lucas 12: 28 y 29: Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a
Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos.
Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa
en el reino de Dios.

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 Lucas 16: 16: La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dioses
anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él.

 Lucas 17: 20: Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les
respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo
allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.

 Lucas 19: 11: Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por
cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se
manifestaría inmediatamente.

 Lucas 21: 31: Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed
que está cerca el reino de Dios.

 Lucas 22: 28. 29 y 30: Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis
pruebas. Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, para que
comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce
tribus de Israel.

 Lucas 23: 42: Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.

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2.- Señale las Parábolas que hablan sobre el reino de los Cielos en san Lucas.

La parábola del amigo insistente:

Un amigo estaba en apuro porque no tenía nada en su casa para ofrecerle a una visita que
había llegado tarde en la noche sin aviso. Fue a donde un amigo para ver si este tenía pan en
su casa que le pudiera dar. El amigo, aunque quizás si tenía pan, se molestó porque era
demasiado tarde y ya él y su familia estaban acostados. Jesús explicó que ese amigo le daría
pan al otro, no tanto por el valor de su amistad, sino porque no quería que el amigo lo volviera
a molestar. Aun así, cuando el amigo tocó su puerta, él la abrió.

Reflexión: Dios siempre nos escuchara, debemos tenerle la confianza suficiente para contarle
todo lo que nos sucede, nuestras oraciones siempre serán escuchadas al igual que nuestras
peticiones. Dios es capaz de perdonar nuestros pecados pues el siempre estará dispuesto a
ayudarnos.

La parábola del sembrador:

Salió un sembrador a sembrar su simiente; y al sembrar, una parte cayó al borde del camino,
fue pisada, y las aves del cielo se la comieron; otra cayó sobre terreno pedregoso, y después
de brotar, se secó, por no tener humedad; otra cayó en medio de abrojos, y creciendo con ella
los abrojos, la ahogaron. Y otra cayó en tierra buena, y creciendo dio fruto centuplicado. Dicho
esto, exclamó: El que tenga oídos para oír, que oiga. Le preguntaban sus discípulos qué
significaba esta parábola, y él dijo: A vosotros se os ha dado el conocer los misterios del Reino
de Dios; a los demás sólo en parábolas, para que, viendo, no vean y, oyendo, no entiendan.
La parábola quiere decir esto: La simiente es la Palabra de Dios. Los del borde del camino,
son los que han oído; después viene el diablo y se lleva de su corazón la Palabra, no sea que
crean y se salven. Los del terreno pedregoso son los que, al oír la Palabra, la reciben con
alegría; pero éstos no tienen raíz; creen por algún tiempo, pero a la hora de la prueba desisten.
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Lo que cayó entre los abrojos, son los que han oído, pero a lo largo de su caminar son
ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llegan a
madurez. Lo que, en buena tierra, son los que, después de haber oído, conservan la Palabra
con corazón bueno y recto, y dan fruto con perseverancia.

Reflexión: Todos los hombres, de todos los países y épocas, hemos recibido la redención de
Cristo. El pagó por todos los pecados; los de ayer, los de hoy y los de mañana. A todos se
nos han abierto las puertas del cielo.

Sin embargo, la actitud de cada uno ante este regalo de infinito valor es muy diversa.

Para algunos, Cristo no representa nada en su vida. O porque no han recibido todavía su
mensaje, o porque no les interesa. Dan verdadera lástima, porque viven sin saber a lo que
están llamados. Pasan los años como si todo terminase aquí, sin más esperanza.

La parábola del gran banquete (Lucas 14:15-24):

Alguien preparó un gran banquete e invitó a muchas personas. En ese tiempo era costumbre
hacer una especie de doble invitación. Primero se invitaba a la gente, y cuando ya todo estaba
preparado se les volvía a avisar para que vinieran ya. Pero todos empezaron a excusarse,
diciéndole que no podían asistir porque tenían que hacer diferentes cosas de su vida normal.
Uno, ver un terreno que acababa de comprar; otro, probar cinco yuntas de bueyes que también
acababa de comprar; y otro, en fin, se acababa de casar y tampoco podía ir por ello. Cuando
el emisario informó del rechazo al dueño de la casa, se nos dice que éste se enojó; y dio orden
al siervo que buscara por las plazas y los callejones del pueblo, y después incluso por los
caminos y veredas del campo, a los pobres, inválidos, cojos y ciegos, con el fin de que vinieran
al banquete hasta llenar la casa. Así que estos participaron, plenamente, del extraordinario
banquete, pero no los que se negaron a venir.

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Reflexión: Es decir, el reino de Dios es pintado aquí, como un gran banquete. El Señor invita
a las personas a participar de su gran banquete; pero buena parte de los invitados, le dan más
importancia a algunas cosas que tienen que atender, y no acuden al banquete. En cambio,
otros, aparentemente con menos méritos, sí van, y son los que comen y disfrutan de él.

La parábola de la levadura (Lucas 13: 20 – 21):

Una mujer mezcla con tres medidas de harina para hacer fermentar toda la masa.

Reflexión: El reino de Dios será establecido sobre la tierra cuando Jesús regrese a la tierra
para ocupar su trono en Jerusalén.

El reino de Dios será finalmente establecido al cumplirse un proceso que empezó cuando
Jesús vino al mundo hace casi dos mil años.

Jesús es el Hijo de Dios, Dios mismo hecho carne y hueso. Jesús trajo el principio del
establecimiento del reino de Dios a la tierra, y ese principio empezó como algo pequeño con
un nacimiento de Jesús en un pesebre.

La misión de Jesús en la tierra, vino para salvar a los pecadores que crean en él, del merecido
castigo que merecen bajo la santa justicia de Dios.

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Parábola de la semilla de mostaza (Lucas13,18-19):

Un hombre tomo un grano de mostaza y echo en su huerto y este grano creció y se convirtió
en un árbol frondoso, las aves del cielo anduvieron en sus ramas.

Reflexión: El reino de Dios es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró
en su campo, el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando ha
crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del
cielo y hacen nidos en sus ramas.

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