La manera de como pensamos, actuamos, sentimos y adquirimos conocimientos y educación es

dependiente del ambiente, ya que vivimos en sociedad y estamos en constante interacción con las
personas. Por lo tanto, el ambiente puede determinar nuestra personalidad, si el padre de un niño
está acostumbrado todos sus problemas con violencia, es probable que el niño cuando grande
tenga una personalidad violenta, ya que aprendió por observación.

Tal y como afirmaba el célebre filósofo español Ortega y Gasset, "yo soy yo y mis circunstancias".
Es decir, el entorno y el momento por el que se atraviese influyen siempre en el ser humano, ya
sean adultos o niños. Y, en el caso de los más pequeños, un entorno poco propicio puede derivar
en trastornos importantes en el comportamiento que, si no se tratan, impiden la buena marcha de
su desarrollo psicológico y emocional.

Así, estos trastornos pueden darse tanto en el ámbito escolar como en el familiar, por lo que es
importante que exista una relación fluida entre padres y profesores y que ambos presten
atención, por ejemplo, a si el niño presenta cambios de humor exagerados, comportamientos
agresivos, cambios de hábitos en el sueño, un descenso pronunciado del rendimiento escolar o, en
el caso de los más mayores, una preocupación excesiva por su imagen, el inicio en el consumo de
alcohol o drogas o ausencias escolares

Por otra parte, hay que ser conscientes en todo momento de la influencia que los progenitores
ejercen sobre sus hijos. Es decir, las preocupaciones que los padres viven por la crisis económica,
la falta de ingresos o la pérdida del trabajo, son situaciones que, si no se controlan, pueden derivar
en que los niños sufran un marcado sentimiento de angustia que no saben ni pueden afrontar por
sí solos.

Así, conviene que los adultos procuren gestionar el estrés y la ansiedad con racionalidad para que
no afecte directamente a los más pequeños. Además, se incide en la importancia de explicar las
situaciones de una forma natural para que, por ejemplo, si no se pueden hacer vacaciones porque
los miembros de la familia están en el paro, el niño no llegue a desarrollar, incluso, un sentimiento
de culpabilidad o de castigo por algo que ha hecho mal.
The way we think, act, feel and acquire knowledge and education dependent on the environment,
we live in society and we are in constant interaction with people. Therefore, the environment can
determine our personality, if the father of a child is accustomed to all problems with violence, it is
likely that the child has a violent personality, that he learn by observation.

As the famous English philosopher Ortega y Gasset affirmed, "I am me and my circumstances".
That is to say, the environment and the time through which it crosses always influence the human
being, whether adults or children. And, in the case of the youngest ones, an unfavorable
environment can derive from the important disorders in the behavior that, if left untreated,
impede the good progress of their psychological and emotional development.

Thus, these disorders can occur both in school and in the family, what is important, the fluid
relationship between parents and teachers and the attention given, for example, the child has
exaggerated mood swings, aggressive behavior, changes of habits in the dream, a pronounced
decrease in school performance or, in the case of the elderly, a concern for their image, the
beginning of alcohol or drug consumption or school absences

On the other hand, we must be aware at all times of the influence that parents exercise on their
children. That is to say, the worries that the parents live by the economic crisis, the lack of income
or the loss of work, the situations that are not controlled, that derive from the children suffer a
marked feeling of anguish that they do not know and can not face for yes alone

Thus, adults should try to manage stress and anxiety with rationality so that it does not directly
affect the little ones. In addition, it explains the importance of explaining situations in a natural
way, for example, if you can take vacations because family members are unemployed, the child
does not even develop a feeling of guilt or punishment for something he has done wrong.