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Unidad VII
Thomson, E. A: Revueltas campesinas en la Galia e Hispania tardorromana

La caída del Imperio Romano d Occidente, tiene que tenerse presente a las revueltas campesinas,
que tuvieron lugar durante el último tiempo del Imperio, en las zonas rurales de la Galia e Hispania.
Las fuentes sugieren que estas revueltas fueron debidas a los esclavos agrícolas, o estos juraron un
papel preponderante. Los esclavos no lucharon solos sino que obtuvieron la ayuda de otros sectores de
la sc, incluyendo la clase media. Los rebeldes en la Galia e Hispania, tomaron el nombre de Bacaudae.
Los levantamientos de los bacaudae han sido casi totalmente silenciados. Todas las fuentes en
mayor o menor medida pertenecen a las clases propietarias del Imperio y, en mayor o menor grado
tenían razón para temer a los bacaudae. Aunque las fuentes y los historiadores del siglo III, ignoraran a
los Bacaudae, el fenómeno que designa se había forjado en la atención de los historiadores de un siglo
antes.
La primera revuelta tuvo lugar a fines del siglo II, cuando las calamitosas guerras de Marco
Aurelio y la interminable plaga, fueron seguidas por las guerras civiles de Séptimo Severo y sus
rivales. Esto es, que los grandes propietarios hicieron cuando pudieron pasar las cargas sobre los
hombros de los más pobres. Y la masiva reacción de los oprimidos se inició en los años ochenta del
siglo II. La revuelta de Materno es, única en la historia del Alto Imperio.
Materno era un soldado con grandes hazañas en el ejército sobre el año 186. En poco tiempo
reunió una banda numerosa de malhechores; cuando fue más poderoso agrupó una mayor multitud de
malhechores con promesa de buenos botines; u recibieron el status de enemigos. Recorrieron toda la
tierra de los galos e hispanos atacando las ciudades grandes; quemando parte de ellas y asolando el
resto antes de retirarse.
Materno tuvo sólo que levantar el estandarte de la revuelta para ser socorridos por una banda de
malhechores. Eran, hombres oprimidos y expropiados prestos a recurrir a la violencia, y cuando
Materno puso en marcha sus operaciones pudo obtener en vasto números de esclavos huidos, colonos,
desertores del ejército, granjeros arruinados y demás. Otra fuente denomina a la revuelta, “la Guerra de
los Desertores”, para anunciar la cual “los cielos se abrieron en llamas”.
Por el momento fue claramente algo más que un problema de desertores del ejército a pesar de
que éstos sin duda proveyeron los líderes. La amplitud indica que el levantamiento de las clases
oprimidas de la Galia e Hispania era el prólogo de los Bacaudae. Un movimiento como este no puede
ser explicado simplemente por el deseo de un grupo, de pobres y solitarios soldados, de enriquecerse a
través del robo y el asalto de carretas.
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Las grandes zonas de las provincias cayeron bajo el mando de Materno, muchas de las ppd
debieron haber pasado el poder de éste y es difícil creer que los propietarios continuaron ejerciendo sin
problemas de sus tierras.
Materno y sus seguidores no eran representantes no predecesores de forma alguna de sc futura:
sus ideas no incluyen ningún nuevo modo de vida sc. Su fin era solamente reemplazar un Emperador
por otro, si bien éste sería uno de los suyos. Métodos “anárquicos”, de terrorismo personal junto a
fuertes ambiciones personales hicieron su aparición y, como ha sucedido frecuentemente la
desintegración de la banda no estaba lejos. Los éxitos y ambiciones de Materno le hicieron perder el
contacto con los intereses de sus seguidores, y fue traicionado por alguno de sus camaradas. Materno
fue decapitado, pero su movimiento no desapareció totalmente.
El carácter de este movimiento debe ser distinguido claramente del típico bandolerismo que podía
ser encontramos en las esquinas del Imperio por aquel tiempo y cuya eliminación era parte de los
deberes diarios de las fuerzas armadas gubernamentales, para los bandidos normales era de poco
interés obtener el control de amplias zonas de las provincias y expropiar a los propietarios de tierras.
A fin de contrastar con Materno, acercarnos a la banda de Bulla, alías Félix. Bulla era un italiano,
quien con 600 camaradas “saqueó Italia durante un par de años a comienzos del siglo III, y nadie podía
parar su actividad. Tenía un magnifico sistema de espionaje centrado fuera de Roma y era sostenido
por miembros de la población local. A la mayoría de sus victimas les quitada una pequeña parte de su
ppd y luego dejaba ir inmediatamente. Pero en el caso de los artesanos o trabajadores manuales, no le
quitaba nada, hacía uso de su pericia durante algún tiempo y les pagaba razonablemente.
Los éxitos de Bulla son insignificantes en comparación con su comentario a un centurión y más
tarde dejó libre, comentario en el que explicó la causa básica del bandolerismo en todo tiempo y lugar.
Al final Bulla fue traicionado por su mujer y fue arrestado, condenado y comido por animales salvajes.
Ciertamente Bulla era muy distinto a Materno, este último formo un ejército, y Bulla fue simplemente
un ladrón simpático.
Lo es importante es registrar el hecho de que en este período del Imperio mientras algunos
romanos escapaban de la opresión de la vida romana uniéndose a Materno, otros hacían lo mismo de
otra manera, huyendo hacia los bárbaros.
Para concluir con la pre-historia d los Bacaudae, es preciso puntualizar que no todos los bandidos
fueron pobres toda la vida.
Fue cerca del 283-4 cuando los Bacaudae hicieron su 1ra aparición bajo ese nombre. Las
calamidades de la mitad del siglo III cayeron más pesadamente sobre las clases pobres; y las fuentes
hablan, muy brevemente, de la ferocidad con que los campesinos galos respondieron a sus opresores.
El teatro principal de las actividades Bacaudae en la Galia fue en tractus Armoricanus, área que
parece se extendía por lo menos desde la desembocadura del Loira a la del Sena. Fue aquí donde la
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gran revuelta del 407 estalló, donde Tibatón capitaneó la rebelión del 435-7, y otra vez, la del 442.
Pero los Bacaudae estuvieron tmb activos entre los Alpes a comienzos del siglo V. En Hispania, a
mediados del siglo V, los Bacaudae estaban levantados en armas en la Tarraconense, donde eran tan
fuertes que nada más y nada menos que el Jefe de los Dos ejércitos, hubo que viajar para llevar a cabo
la campaña contra ellos en el 441.
No nos debe quedar mucha duda de que Hispania y la Galia se vieron inundadas por campesinos
en abierta rebelión, conforme la historia del Imperio de Occidente tocaba a su fin.
Al ser la gran masa de los Bacaudae “paletos, rústicos, granjeros ignorantes”; como son
llamados en las fuentes, sus ejércitos eran ejércitos de campesinos donde los agricultores formaban la
infantería y los pastores la caballería. Su estrategia, recuerda a la estrategia lo los invasores bárbaros
del Imperio y las reformas del ejército romano del Bajo Imperio debieron ser menos efectivas a los
rebeldes campesinos de las provincias de lo que fueron frente a los bárbaros. El carácter de este
estrategia que era común a los Bacaudae y asimismo a los bárbaros, se manifiesta en la historia de
muchas incursiones bárbaras: los atacantes se dividían en un cierto número de pequeñas bandas, que
eran más difíciles de alimentar que un gran ejército y que practicarían una guerra de emboscadas,
sorpresas, trampas, diversiones y guerrillas más que verdaderas batallas. Matar a un Bacaudae era
desposeer a un terrateniente de sus escasas fuerzas de trabajadores.
El dedicarse a hacer emboscadas a lo largo de las carreteras de Hispania y Galia pudo ser
altamente beneficioso y en una ocasión fue capturado y muerto en una emboscada un cuñado de
Valentiniano. Pero este tipo de actividades pudo dañar poco la posición de la clase propietaria como un
todo y la actividad principal de los Bacaudae radica, sin duda, en sus ataques a las fincas e incluso, a
pesar de que la simple destrucción de las ciudades galas les interesaba menos de lo que ha sido
supuesto. Probablemente como una regla general invadían las ciudades en busca de aquellos elementos
que no podían producir ellos mismos en el campo. Tras el ataque se retirarían a los bosques con el
botín logrado y reemprendían su vida allí bajo sus “leyes de los bosques”.
Cuando Maximiano llegó a la Galia en el 286 encontró que los Bacaudae tenían dos jefes,
llamados Aeliano y Amando. La organización de los Bacaudae era en este aspecto una réplica del
Imperio de que ellos se proponían librarse. Lo cierto es que los Bacaudae intentaron separarse todos
juntos del Imperio Romano y levantar un estado independiente pp.
La vida estaba reglamentada; la reglamentación es impuesta por rústico y particulares que
administraban justicia bajo los robles. Parece, que hay pocas trazas de un aparato de Estado a lo largo
de las márgenes del Loira. Lo que podía ocurrir es que un terrateniente poderoso se caía en las manos
de los Bacaudae acabaran siendo el esclavo de sus pp esclavos.
La única evidencia de las pretensiones sociales de los Bacaudae apunta a la idea de que éstos
habían experimentado a los terratenientes, haciéndoles cultivar los campos que antes les habían
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pertenecido. Las leyes y la libertad que les habían devuelto eran las mismas leyes y libertades de la
antigua clase poseedora de la tierra, a los que habían devuelto algo parecido a su antigua posición.
Se cual fuere la frecuencia de las revueltas campesinas durante los siglos III y IV, alcanzaron
un “climax” tan en la primera mitad del siglo V que fueron casi continuas. Sería extraño realmente
si este factor fuese, considerado de poca importancia para el estudio de la caída del Imperio de
Occidente: los imperios sólo caen porque suficiente número de personas están sufiecientemente
determinadas a hacerlo caer, aunque estas personas vivan dentro o fuera de sus fronteras. Aunque
tuvieran éxito de una manera continua durante años, no liberaron nuevas fuerzas productivas. El
proceso que había producido que la ppd de vastas áreas de tierras se concentrase en pocas manos y lo
que había causado en la sociedad romana el mismo estado de cosas contra lo que ellos mismos se
habían revelado en un principio.
Entonces podrían haber cambiado los miembros de las clases dirigentes en Armorica, pero no
podían haber cambiado la naturaleza de las clases mismas. Pero el significado de las rebeliones no
debe ser subestimado por tal razón. Aunque al final del proceso la estructura de clase de la sociedad
armoricana pudiera haber sido algo de la misma como había sido el principado.
Hemos visto que ya en la época tan temprana como la de Materno muchos romanos de las clases
más pobres identificaron a los rebeldes y a los bárbaros hasta tal punto que creían en la existencia de
una libertad entre éstos que no podían ser hallados bajo el poder del gobierno imperial. En los días de
Salviano muchos hombres se dirigían indiscriminadamente hacia los godos, los Bacaudae u otros
bárbaros: en lo que respecta a la “libertad”, de cualquier manera, no había diferencia entre ellos. De
hecho, es difícil resistir a la impresión de que las invasiones bárbaras hubiesen sido conducidas con
éxito, en los siglos IV y V, si no hubiese sido por la ayuda que el campesinado romano y otras clases
oprimidas entre los romanos fueron capaces de dar, directa o indirectamente, a los recién llegados.
El significado de los movimientos campesinos sólo se podría ver en su totalidad cuando sean
estudiados en conjunto con las invenciones bárbaras.

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