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EL URBILOGO, EL LENGUAJE COLOMBIANO

“Cada pueblo inventa el lenguaje que necesita” – GK. Chesterton

Buscando cuál es la verdadera personalidad de la ciudad, se comprende que la


lengua es parte vital en este proceso, cómo se relacionan, cómo viven y cómo
actúan los habitantes de la gran ciudad colectiva de Bogotá, son puntos
importantes para dar con un resultado conciso de la cultura de Colombia. El
colombiano del interior extiende el trato de su lengua más allá de situaciones de
formalidad, y aquí es cuando nos damos cuenta que todos en la capital hablan
Español pero no todos hablan el mismo idioma.

Por otro lado, es preciso, conocer el papel del contexto en la construcción y


diversificación del lenguaje o dialecto en los diferentes estratos de Bogotá, pues
por lo visto, esta es una ciudad que por fuera se manifiesta desbordante de
alegría, pasión, elegancia y cosmopolita pero también demuestra que va más allá
de lo absurdo, con su tendencia a imitar, para no mirarse desde una perspectiva
realista, y solo entonces en este momento podemos detenernos y reconocer el
valor, la intención, el sentido, y el poder de la palabra.

Otro punto fundamental en el proceso es la búsqueda de los elementos


ideológicos y sociales en la construcción del mismo idioma, palabras como:
“septimazo, arrejuntados, roscón, camello, echado pa´lante, sumercé, entre otras
tantas”, nos introducen en la conceptualización y desentrañamiento del mismo
idioma o léxico, que pueden esclarecer los valores que se generan como
sociedad. Una búsqueda profunda que va más allá de lo evidente y revela el
alcance que tienen estas palabras en el individuo colombiano. Aquí se teje el
análisis de lo que conlleva dicho idioma.

Al mismo tiempo, una búsqueda en la imagen y reflejo de las personas que


habitan en la ciudad, dan una idea más amplia y detallada del significado y abre
otros aspectos de análisis en esta jerga. Así, en pocas palabras, el idioma
adquiere su valor específico y en este sentido, el contexto puede ser descrito en
términos de conocimiento social, urbano y tradicional, expresadas como
intenciones, metas, propósitos y, en general, para saberes compartidos por una
comunidad o grupo; Es posible que no haya un “mejor español”, pero lo cierto es
que el español que ha cultivado Colombia parece ser muy claro, facilitando su
comprensión y dando poco margen a equívocos, ya que es particular del español
de Colombia la tendencia a los diminutivos, a diferentes fórmulas de trato no solo
usted, tú, vos, sino también sumercé que, todavía siguen teniendo alguna
influencia en el interior de algunas regiones del país. Somos creativos, diversos,
refrescantes, muy expresivos y flexibles.

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