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h

h

Hm = po

0

B
Estación de
Bombeo

ho(t)

Ing. Luis E. PÉREZ FARRÁS


Ing. Adolfo GUITELMAN
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES PROLOGO

PROLOGO
El presente texto ha sido realizado para servir de apoyo al personal que, trabajando en tareas
relacionadas con la Hidráulica de las Conducciones, no es el cálculo su función, y además, no han
tenido Hidráulica en su formación profesional.

Está dirigido a profesionales o técnicos que se desempeñan en las múltiples tareas


relacionadas con la realización de obras, o con la supervisión de las mismas, tanto en la etapa
constructiva, como la de funcionamiento.

Entendemos que resultará de valor tanto para aquellos que fueron internalizando sus
conocimientos trabajosamente a partir del manejo diario de conceptos inherentes a la Hidráulica y,
más aún, para aquellos que tendrán que emprender nuevas tareas, relacionadas con el quehacer
hidráulico. También pensamos puede resultar de utilidad para los Jefes de División, de
Departamento o aún Gerentes o directivos, en general, que deban evaluar los trabajos y cálculos por
otros realizados.

Constituye el perfeccionamiento del contenido de un texto realizado hace ya 17 años para el


ex SNAP, actual ENOHSA, dirigido precisamente a personal con las carácterísticas apuntadas
precedentemente, el que a su vez constituyó una ampliación del Manual del Supervisor de
Operación y Mantenimiento del Plan Nacional de Agua Potable. El mismo fue utilizado como texto
de base de numerosos cursos intensivos, y luego de un largo paréntesis, fue exitosamente
aprovechado en dos cursos para personal de Aguas Argentinas, llevados a cabo hace algo más de
dos años.

El perfeccionamiento incluye la ampliación del texto original en varios capítulos adicionales y


en la confección de Trabajos Prácticos, íntimamente relacionados con el texto de base e integrado al
mismo, de manera que faciliten la adquisición de los conocimientos expuestos en una forma clara y
amena.

Para ello se han utilizado al máximo en la presente edición, los recursos que brindan el
software más actualizado. Agradecemos a las operadoras del mismo, Ing. Sandra Pérez Farrás y
Srta. Andrea Bonafine, no sólo la ímproba tarea de edición realizada, sino que además, y sobre
todo, su importante colaboración en lo relativo a verificación de ecuaciones, consejos generales,
realización de problemas y supervisión general de la obra.

Es de destacar que pensamos que a medida que los cursos se sucedan, en base a las nuevas
experiencias adquiridas, el texto se irá perfeccionando incorporando las mismas. Para ello
consideramos inestimables las recomendaciones que los cursantes o personas, de alguna forma
relacionadas con los cursos del que el texto constituye el fundamento, nos hagan llegar.

ING. ADOLFO GUITELMAN ING. LUIS E. PÉREZ FARRÁS


HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES INDICE

CAPÍTULO 1.- PROPIEDADES FÍSICAS DE LOS FLUIDOS 1

1.1.- SISTEMAS DE UNIDADES Y ECUACIONES DE DIMENSIÓN 1


1.2.- ESTADOS DE LA MATERIA 3
1.3.- MASA ESPECÍFICA 4
1.4.- PESO ESPECÍFICO 4
1.5.- DENSIDAD 5
1.6.- PRESIÓN Y ESFUERZO CORTANTE 5
1.7.- COMPRESIBILIDAD DE LÍQUIDOS 6
1.8.- VISCOSIDAD 8
1.9.- CAVITACIÓN 10

CAPÍTULO 2.- ELEMENTOS DE HIDROSTÁTICA 12

2.1.- ECUACIÓN FUNDAMENTAL DE LA HIDROSTÁTICA 12


2.2.- PRESIÓN: DIMENSIONES Y UNIDADES 14
2.3.- DIAGRAMA DE PRESIONES, PRINCIPIO DE PASCAL Y EMPUJES 16
2.4.- APLICACIÓN DE LOS CONCEPTOS DE LA HIDROSTÁTICA A LAS
CONDUCCIONES A PRESIÓN 17
2.5.- SOLICITACIÓN DEBIDA A LA PRESIÓN INTERNA EN UNA TUBERÍA 18
2.6.- DEFINICIONES DE INTERÉS 19

CAPÍTULO 3.- CINEMÁTICA 21

3.1.- GENERALIDADES 21
3.2.- CAUDAL, VELOCIDAD MEDIA, ECUACIÓN DE CONTINUIDAD 22
3.3.- CLASIFICACIÓN DE LOS ESCURRIMIENTOS 23

CAPÍTULO 4.- EL TEOREMA DE BERNOULLI PARA EL ESCURRIMIENTO DE FLUIDOS REALES 25

4.1.- APLICACIÓN AL ESCURRIMIENTO PERMANENTE Y VARIADO 27


4.2.- APLICACIÓN AL ESCURRIMIENTO UNIFORME 28
4.3.- EJEMPLOS DE APLICACIÓN DEL TEOREMA DE BERNOULLI EN
CONDUCTOS A PRESIÓN 31
4.3.1.- CONDUCCIÓN EN TRAMOS DE DIÁMETRO CRECIENTE 31
4.3.2.- CONDUCCIÓN EN TRAMOS DE DIÁMETRO DECRECIENTE 34
4.3.3.- CONSIDERACIÓN DE LAS PÉRDIDAS LOCALIZADAS 37

CAPÍTULO 5.- NOCIONES BÁSICAS SOBRE ESCURRIMIENTOS A PRESIÓN 39

5.1.- INSTALACIÓN, EXPERIENCIA Y NÚMERO DE REYNOLDS 39


5.2.- ECUACIÓN DE DARCY-WEISBACH 40
5.3.- FÓRMULAS EMPÍRICAS 41
5.4.- FÓRMULAS RACIONALES 42
5.5.- USO DEL DIAGRAMA DE ROUSE 47
5.5.1.- CÁLCULO DE LA PÉRDIDA DE CARGA 49
5.5.2.- CÁLCULO DE VERIFICACIÓN (DETERMINACIÓN DEL CAUDAL) 50
5.5.3.- CÁLCULO DEL DIÁMETRO 50
5.6.- APRECIACIONES SOBRE LOS DISTINTOS CRITERIOS DE CÁLCULO 51
5.7.- PÉRDIDAS LOCALIZADAS 52

CAPÍTULO 6.- NOCIONES SOBRE ESCURRIMIENTO EN CANALES 55

III
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES INDICE

6.1.- SECCIONES TRANSVERSALES 55


6.2.- MOVIMIENTO GRADUALMENTE VARIADO EN CANALES (REMANSOS) 55
6.3.- MOVIMIENTO UNIFORME EN CANALES 57
6.4.- TIPOS DE ESCURRIMIENTO - REMANSOS Y RESALTOS EN CANALES 59
6.5.- ORIFICIOS Y VERTEDEROS 62
6.5.1.- ORIFICIOS 62
6.5.2.- VERTEDEROS 65
6.6.- APLICACIÓN A CONDUCCIONES CLOACALES 67
6.6.1.- CONCEPTO DE ESFUERZO TRACTIVO Y VELOCIDAD DE AUTOLIMPIEZA 67
6.6.2.- ATAQUE CORROSIVO EN MATERIALES CEMENTICIOS – INDICE DE POMEROY 68

CAPÍTULO 7.- NOCIONES SOBRE GOLPE DE ARIETE 70

7.1.- DEFINICIONES Y DESCRIPCIÓN FÍSICA DEL PROBLEMA 70


7.2.- VALORES DE LAS MÁXIMAS SOBREPRESIONES Y DIAGRAMAS ENVOLVENTES 73

CAPÍTULO 8.- HIDRÁULICA DE LAS INSTALACIONES DE IMPULSIÓN 77

8.1.- CONCEPTO DE ALTURA MANOMÉTRICA DE LA BOMBA 77


8.2.- EL DIÁMETRO MÁS ECONÓMICO DE UNA INSTALACIÓN DE IMPULSIÓN 80
8.3.- CURVAS CARACTERÍSTICAS DE LAS BOMBAS 82
8.3.1.- CARACTERÍSTICAS H-Q; -Q Y N-Q 82
8.3.2.- CONCEPTO DE ANPA Y CURVA ANPA-Q 82
8.4.- CONCEPTO DE ALTURA LÍMITE DE ASPIRACIÓN 84
8.5.- CURVA CARACTERÍSTICA DE LA INSTALACIÓN Y PUNTO DE FUNCIONAMIENTO 85
8.6.- BOMBAS EN SERIE Y EN PARALELO 86
8.6.1.- BOMBAS EN SERIE 86
8.6.2.- BOMBAS EN PARALELO 87

CAPÍTULO 9.- EL AIRE EN LAS CONDUCCIONES A PRESIÓN 89

9.1.- INGRESO Y SALIDA DEL AIRE EN LAS CONDUCCIONES A PRESIÓN 89


9.2.- CONSECUENCIAS DEL AIRE EN LAS CONDUCCIONES 90
9.2.1.- GENERALIDADES 90
9.2.2.- EL "GOLPE DE ARIETE INDUCIDO POR ESCAPE DE AIRE" 91
9.2.3.- EVENTUALES SOBREPRESIONES POR TRANSFERENCIA DE ENERGÍA AGUA - AIRE 92
9.3.- VÁLVULAS PARA ESCAPE O INGRESO DE AIRE DE LAS CONDUCCIONES A PRESIÓN. 93
9.3.1.- CONCEPTOS BÁSICOS Y DISEÑOS TRADICIONALES 93
9.3.2.- CRITERIOS MODERNOS DE DISEÑO DE VÁLVULAS DE AIRE 95
9.3.3.- VÁLVULAS DE TRES EFECTOS 97

CAPÍTULO 10.- TUBERÍAS INSTALADAS 99

10.1.- SOLICITACIONES ACTUANTES EN LAS TUBERÍAS INSTALADAS EN ZANJA


99
10.2.- NOCIONES SOBRE EL CÁLCULO ESTRUCTURAL DE LAS TUBERÍAS 100
10.2.1.- CONCEPTO DE TUBERÍAS RÍGIDAS O FLEXIBLES 100
10.2.2.- CONDICIONES DE INSTALACIÓN EN ZANJA 101
10.2.3.- IMPORTANCIA DE LA ZANJA 103

CAPÍTULO 11.- SELECCIÓN DE MATERIALES DE TUBERÍAS EN BASE A PRESTACIONES


EQUIVALENTES 104

IV
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES INDICE

11.1.- CONCEPTO DE "PRESTACIÓN EQUIVALENTE" Y CONSECUENCIAS INMEDIATAS 106

V
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 1

C
CAAPPÍÍTTU
ULLO
O 11..-- PPR
ROOPPIIEED
DAAD
DEESS FFÍÍSSIIC
CAASS D
DEE LLO
OSS FFLLU
UIID
DOOSS

1.1.- SISTEMAS DE UNIDADES Y ECUACIONES DE DIMENSIÓN

Los sistemas de unidades utilizados son cuatro, divididos en dos grupos, los que se basan en
las propiedades: Masa (M), Longitud (L) y Tiempo (T) el primero y Fuerza (F), Longitud (L) y
Tiempo (T) el segundo.

En el primer grupo encontramos los sistemas cgs (cm, gm, s), MKS (m, Km, s) y el SIMELA
(Sistema métrico legal argentino con idénticas unidades para nuestras aplicaciones que las del
sistema MKS). En el segundo grupo se encuentra el Sistema Técnico o Gravitacional.

SISTEMAS DE UNIDADES

Gravitacional
Másicos
(Fuerza peso)

CGS MKS SIMELA Técnico

Mientras el sistema cgs se usa para determinaciones de laboratorio, los restantes son los que
usa la tecnología en general y la Hidráulica en particular.

Dado que el concepto de masa es independiente de la gravedad, los sistemas que la involucran
son más rigurosos, por ello modernamente se han adoptado universalmente. En cambio, el sistema
técnico, no contemplado en las normas actualmente, es todavía usado a pesar de que la vigencia del
SIMELA, data en nuestro país desde 1974.

La razón por la que es tan difícil desprenderse de él se explica en la sensación mucho más
objetiva que tiene el ser humano, al percibir la fuerza (o peso) como un esfuerzo muscular
proporcional a realizar en función de su magnitud. En cambio, la Masa, no tiene su correlato de
sensación física, por lo que se hace más abstracta su evaluación.

Ello no obstante, se hace fácil pasar de un sistema al otro, si se tienen en cuenta las siguientes
definiciones:
1 Kgf = 1 Kgm. 9,81 m/s2

En la que, en el segundo término, la constante numérica es “g”, “aceleración normal de la


gravedad”.

Por otra parte, la condición de un sistema de unidades, es que las propiedades físicas,
representadas por una o más variables, impliquen valores unitarios de las mismas. En particular
para la famosa ecuación de Newton:
F=m.a

1
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 1

Se debe cumplir que la Unidad de fuerza resulte igual a la unidad de masa por la unidad de
aceleración. Esa unidad se define en los sistemas MKS y SIMELA como “Newton”, por lo tanto:

1 N = 1 Kgm . 1 m/s2

Si se dividen miembro a miembro las dos ecuaciones anteriores, se obtiene:

1 Kgf
 9,81 m / s 2
1N
Es decir que:
1 Kgf  9,81 N  10 N  1 N  0,102 Kgf  0,1 Kgf

Se define como “Ecuación de dimensión”, la que resulta de expresar en las dimensiones


básicas de un determinado sistema, la propiedad física en análisis.

La dimensión de una dada propiedad se especifica con el símbolo que la identifica entre
corchetes, así, por ejemplo, las constitutivas de los sistemas de unidades son:

Masa, [m] = M;
Fuerza [f] = F;
Longitud [L] = L;
Superficie [] = L2;
Volumen [V] = L3
Tiempo [T] = T;

ara propiedades físicas que resultan combinaciones de las variables básicas, se tiene:

L L
Velocidad, [v] = ; Aceleración, [a] = 2
T T
La ecuación de dimensión de la fuerza en el sistema técnico resulta: [f] = F, en cambio en los
sistemas másicos resulta:
L
[f] = M
T2
La ecuación de dimensión de la Masa en los sistemas másicos resulta [m] = M, en cambio en
el sistema técnico es:

F FT2
[M] = 
L L
2
T
La ecuación de dimensión de la Energía o Trabajo en el sistema técnico es:

E=FL

Y en los másicos al reemplazar F en la función de M, resulta la expresión:

2
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 1

L L2
E M 2LM 2
T T
Procediendo en forma similar para la potencia, se tiene que:

FL L L L2
P ; y en los sistemas másicos: P  M 2  M 3
T T T T
La propiedad más importante de la ecuación de dimensión, es que una vez planteada la misma
es inmediata la determinación de las unidades de la propiedad física analizada para el sistema de
unidades elegido.

En efecto, veamos como ejemplo la energía. En el sistema cgs (másico), reemplazando en la


cm 2
ecuación correspondiente por las unidades básicas del sistema, resulta: g m 2 . En los sistemas
s
2
m
MKS o SIMELA (indistintamente), resulta: Kg m 2 .
s
En cambio, para el sistema técnico la unidad resulta: Kgf. m.

1.2.- ESTADOS DE LA MATERIA

La materia se presenta en los estados Sólido, Líquido y Gaseoso. Desde el punto de vista
técnico ello implica diferentes comportamientos frente a solicitaciones o fuerzas que actúan sobre
ellas.

Lo que define su estado es la cercanía de moléculas constitutivas y el hecho de que éstas se


repelen fuertemente cuando se pretende acercarlas y ejercen fuerzas de atracción cuando se intenta
alejarlas.

En el estado sólido, la cercanía de las moléculas es tal que al pretender acercarlas


(compresión) o separarlas (tracción) la resistencia es muy alta. Lo mismo ocurre cuando queremos
separar los distintos estratos, es decir presentan elevada resistencia al corte.

Las conocidas ecuaciones que vinculan los esfuerzos y las deformaciones, para los sólidos en
el período elástico son:
E ; G 

En el estado líquido, cuando el conjunto está en reposo, la cercanía de las moléculas es menor,
pero aún mantienen una elevada resistencia a los esfuerzos de compresión (y tracción) pero no
presentan resistencia alguna a los esfuerzos tangenciales o de corte.

En el caso de los gases en reposo, las moléculas se encuentran muy alejadas, por lo tanto, las
resistencias a ambos esfuerzos son muy bajas en el caso de los esfuerzos de compresión y nulas en
el caso de los esfuerzos de corte.

3
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 1

Los dos últimos estados constituyen las “sustancias fluidas”, las que, al posibilitar el fácil
desplazamiento de los distintos estratos entre sí, dando lugar a deformaciones permanentes,
caracterizan la propiedad de fluir, a la que deben su denominación. Esta propiedad será estudiada
más adelante en profundidad puesto que constituye la propiedad fundamental de los fluidos en
general y del agua en particular.

1.3.- MASA ESPECÍFICA

Se la define como la relación entre la masa de una sustancia y el volumen que ocupa, o, dicho
de otra manera, la “Masa de la unidad de volumen”.

M
En símbolos:   ; cuyas ecuaciones de dimensión son:
V
FT2
 2  3  4
M 1 F
L L L L
2
T
Kg m
Por lo que en el sistema SIMELA (o MKS) la unidad resulta , y en el sistema técnico es
m3
Kg f s kg f s
. Para el agua en condiciones normales de presión y temperatura, su valor es de 102 ,
m4 m4
kg m
o 1000 , indistintamente.
m3

1.4.- PESO ESPECÍFICO

Se lo define como el peso de la sustancia en estudio, en relación con el volumen que ocupa, o
también como el “peso de la unidad de volumen”.
P
En símbolos:   ; cuyas ecuaciones de dimensión son:
V
F 1 ML M
 3  3 2 
L L T LT2

Es decir que las unidades en los sistemas másico y SIMELA (o MKS), serán:

kg f kg m
y
m3 m2 s2

Se recuerda que el peso P es la masa de la porción de sustancia considerada, multiplicada por


la aceleración normal de la gravedad g, es decir que:

P=M.g

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HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 1

Pero, por otra parte, de la definición de “Peso específico” se deduce que

P = . V
Por lo tanto: P = M . g = . V;

M
De donde se deduce que: = g=g
V
Nótese que para los valores medios de  y g, el valor de  resulta:

kg f s 2 m kg
  102 4
9,81 2
 1000 3f
m s m

1.5.- DENSIDAD

Se la define como la relación entre la masa específicas o pesos específicos de la sustancia en


análisis, con respecto a la del agua en condiciones normales de presión y temperatura y medida a
nivel del mar. En símbolos:
 sust . M sust g  sust
  
 agua M agua g  agua

De la anterior se deduce claramente, que al ser “g” un valor constante, puede ser simplificado,
por lo que el cociente de las masas específicas dará el mismo valor que el cociente entre los pesos
específicos.

La densidad también puede denominarse “Peso específico relativo” o “Masa específica


relativa”. Su característica fundamental es que es adimensional, es decir, un número sin ninguna
dimensión que lo acompañe.

Obviamente la densidad del agua es la unidad.

1.6.- PRESIÓN Y ESFUERZO CORTANTE

Si se considera un volumen Volumen de control


de fluido en general (o agua en
particular) que atraviesa el
volumen de control fijo en el P
espacio representado por la Pn Pt
Figura 1.1, se tiene que en un
elemento de superficie lo
suficientemente pequeño como
para poder considerarlo plano, el Escurrimiento S (Elemento de la
medio circundante, es decir el del fluido superficie de
control)
mismo fluido, ejercerá una acción
(fuerza) p, con una dirección
arbitraria como la indicada. Figura 1.1
Volumen y superficie de control
5
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 1

Se descompone la fuerza en sus componentes normal al plano S, Pn y tangente al mismo Pt, tal
como puede apreciarse en la Figura 1.2, que es el mismo plano de la Figura 1.1 pero ampliado.

Se define como Presión al cociente entre la componente normal y la superficie S, y como


Esfuerzo Tangencial, al cociente entre la componente tangencial y la superficie S. En símbolos:

Pn
P p
Pn S

Pt
Pt

S
Evidentemente, ambas constituyen,
conceptual y dimensionalmente hablando, la
S distribución de una fuerza sobre una superficie,
por lo que sus ecuaciones de dimensión resultarán
idénticas y dadas por:
Figura 1.2
Fuerza debida al medio circundante y sus
componentes
   L
T2

Es importante no confundir la presión con la fuerza que la produce. En efecto, como ejemplo
imaginemos un hombre y una mujer de idéntico peso, ambos parados en la arena, y la mujer calzada
con tacones relativamente finos. Evidentemente al distribuirse la fuerza en una superficie mucho
menor para el caso de la mujer, resulta que sus tacones se hundirán mucho más que en el caso de su
compañero.

También este concepto explica por qué cuanto más afilado resulte un clavo, más fácilmente
será clavado aplicando la misma fuerza dinámica. Si trasladamos el ejemplo al filo de un cuchillo,
entenderemos el concepto, pero ahora del esfuerzo cortante.

1.7.- COMPRESIBILIDAD DE LÍQUIDOS

Los valores definidos y establecidos para la Masa Específica, el Peso Específico y la


Densidad del agua son, en realidad, valores medios, puesto que pueden variar con la temperatura y,
en mayor grado, con las presiones a las que estará sometida.

La variación con respecto a la temperatura hace del agua una sustancia muy particular, puesto
que presenta la exclusiva propiedad de dilatarse no sólo cuando se calienta, como es habitual para
todas las sustancias, sino que, además, se dilata cuando las temperaturas descienden por debajo de
los 4C.

Este hecho explica por qué las tuberías a la intemperie pueden colapsar cuando el agua en su
interior se congela, o también, por qué los radiadores de los automotores necesitan anticongelantes
en zonas de temperaturas bajo cero. También explica por qué el agua se congela por la superficie,
quedando la fase líquida en la parte más profunda.

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HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 1

La sensibilidad del agua frente a la presión es relativamente menor. En efecto, si se considera


un determinado volumen de agua inicial Vi, a presión también inicial Pi, al que se lo somete a una
presión final Pf, se tiene que el volumen final Vf resultará menor que el inicial en una magnitud V
tal que:
V  Vf  Vi   Vi p

La constante de proporcionalidad que transforma a la anterior en una igualdad se define como


“Coeficiente de Compresibilidad Volumétrica  ” y la igualdad queda:

V  Vf  Vi    Vi (Pf  Pi)

De donde:
Vf  Vi 1   Pf  Pi 

Si de la expresión de la compresibilidad despejamos p, se obtiene:

1 V
p  
 Vi
A las inversas de los “Coeficientes“ se las denomina “Módulos”, por lo que definimos como
“Módulo de Compresibilidad Cúbica ” a la inversa de “”. Si además se tiene en cuenta que:

V 
 
V 

La expresión de compresibilidad queda:


p  

Evidentemente, las dimensiones de  son las de presión puesto que el cociente / es
adimensional, por lo que la igualdad implica que las dimensiones corresponden a las del primer
término. Obviamente, las dimensiones de  son las inversas de las dimensiones de presión. A
continuación, las ecuaciones de dimensión de ambas:

  L ;   F
F L2

Si se tiene en cuenta que para lograr disminuir la densidad (o la masa o peso específico) del
agua en un 1% las presiones a las que debe someterse son del orden de las 225 atmósferas, es
fácilmente deducible que, para las aplicaciones normales, el agua puede ser considerada
incompresible. En efecto, si se expresa la presión en m.c.d.a. se hace más evidente el concepto
planteado, puesto que se necesitan 2250 m de profundidad para que el agua cambie su densidad en
0,01.

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HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 1

En cualquier prestación tecnológica que imaginemos, las 25 atmósferas (250 m.d.c.a.) son
casi un valor límite (Bombeos, Turbinas, Conducciones a presión, etc.). Nótese que éste valor límite
no llega a producir una variación de una milésima en la densidad. En las aplicaciones de Ingeniería
Sanitaria, salvo Estaciones de Bombeo de grandes obras y avanzada tecnología, difícilmente
superen las 25 atmósferas. Cuando se trata de redes y acueductos en general, las presiones medias
son sensiblemente menores.

De lo expuesto se deduce que adoptar la hipótesis de  = cte. es oportuno para una gran
cantidad de aplicaciones prácticas. Sólo no es posible mantenerla en los casos donde la transmisión
de las ondas elásticas o de presión tengan lugar, es decir en los fenómenos transitorios o de “Golpe
de Ariete”, los que estudiaremos más adelante.

Esto último se explica si se tiene en cuenta que  /   c es la celeridad con que se


transmiten las ondas elásticas en el medio en estudio. Para el agua, ese valor es del orden de 1000
m/s. Ahora bien, reemplazando en la expresión de compresibilidad queda:

p = c2 

Nótese que en la anterior, si  es nula (condición de =cte.), al ser p distinta de cero, la


única posibilidad es que la celeridad sea infinita, es decir que la transmisión de las perturbaciones
elásticas sea instantánea.

Al ser c  1000 m/s, para dimensiones relativamente pequeñas, las transmisiones resultan
prácticamente instantáneas. En cambio, si las dimensiones son grandes, la hipótesis de
compresibilidad no se cumple en cuanto a las transmisiones elásticas.

Valga como ejemplo un acueducto de 62 Km. Una maniobra de cierre o de regulación con sus
válvulas, previa a la cisterna de llegada, implica ondas de presión que tardarán más de 60 segundos
en llegar a la sección de inicio. Si bien en éste caso tampoco varía sensiblemente el valor absoluto
de  según el paso de las ondas de presión, la hipótesis de incompresible no se puede mantener
puesto que la transmisión de las mismas dista mucho de propagarse en forma instantánea. Cuando
estudiemos más adelante la problemática del “Golpe de Ariete” volveremos sobre el tema.

1.8.- VISCOSIDAD

Es la propiedad más distintiva de los fluidos, los que en reposo pueden ser cortados sin
consumir energía. Está relacionada en forma inversa con la capacidad de “fluir” es decir que los
estratos líquidos resbalen entre sí, generando una resistencia pequeña fundada en la lejanía de las
moléculas que hacen pequeñas las fuerzas de cohesión. Nótese que la nombrada resistencia está
relacionada con el movimiento, es decir, diferencia de velocidades entre dos estrato muy próximos.

En el dibujo de la Figura 1.3 se aprecia el significado de “fluir”. Representa el volcado de un


líquido, el que se produce por el fácil resbalamiento entre los distintos estratos.

También esta propiedad es la que obliga a que los líquidos se adecuen a la forma del
recipiente que los contiene. En efecto, la falta de cohesión hace que no puedan mantener una forma
propia, como en el caso del estado sólido.

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HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 1

Cuando se realizan ensayos Deslizamiento entre


de tracción en metales, a pesar de estratos
Agua
lo cohesivos que son, basta con
llegar a los valores que superan al
límite de elasticidad, para que al
colapsar la estructura cristalina, se
produzca un movimiento que no
mantiene relación entre la
Recipiente
deformación y el esfuerzo.
Decimos que el material entró en
“fluencia”, es decir, comienza a Figura 1.3
comportarse como un fluido.

Desde el punto de vista de los esfuerzos de compresión, tal como se ha visto en el numeral
precedente, los líquidos se comportan en forma similar a los sólidos, es decir, las fuerzas de
repulsión molecular son importantes y resisten el acercamiento. En cambio, en el sentido del
esfuerzo cortante, el estado líquido implica bajas resistencias que implican la posibilidad de fluir.

Cuando más resistente es un fluido a la capacidad de fluir, se dice que es más viscoso. Por lo
tanto, la viscosidad de un fluido es la propiedad inversa de la fluidez, y se la define como sigue.

En la Figura 1.4 se esquematizan dos


V + V estratos de un fluido, los que están a una
distancia muy pequeña z.
Z 
El estrato superior está animado de una
velocidad V + V que el inferior, que tiene
V velocidad V.

Figura 1.4 Es decir, se originan deformaciones


Esfuerzo cortante entre dos estratos permanentes entre ambos estratos, o lo que es lo
mismo, el superior resbala por sobre el inferior.

La experiencia enseña que entre ambos estratos aparece un esfuerzo resistente o de corte ,
que resulta proporcional a cuán intensa es la variación de V en Z. En símbolos:

V
 
Z
La constante de proporcionalidad que transforma a la anterior en una igualdad se define como
“viscosidad dinámica ”, y por ser así definida constituye una propiedad intrínseca de cada
sustancia en particular. La igualdad, que constituye la expresión de Newton, queda:

V

Z
La viscosidad resulta independiente de la presión, pero varía con la temperatura. La
resistencia viscosa encuentra su explicación en el intercambio de moléculas que se produce entre
ambos estratos, los que al estar animados de velocidades diferentes, intercambian moléculas que al
pasar del más lento al más rápido, frenan a este último, ocurriendo lo contrario desde el estrato más

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HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 1

veloz, cuyas moléculas tienden a acelerar al más lento. El balance de la acción molecular se mide
como los esfuerzos cortantes cuantificados por la expresión anterior.

En el caso de los líquidos, la viscosidad crece al disminuir la temperatura, lo que encuentra su


explicación en el aumento de cohesión que tiene lugar entre las moléculas al enfriarse una sustancia
y acercarse las mismas por efectos de la tendencia a la solidificación. Evidentemente al tender al
sólido, más dificultoso es posibilitar el resbalamiento entre estratos contiguos.

La ecuación de dimensión se obtiene, para los sistemas másicos y el sistema técnico como
sigue:
L
F
   T   1
L2 L T

  
FT L T M
 M 
L2 T 2 L2 LT

Cuando se considera la viscosidad absoluta de la sustancia fluida, relativa a su masa


específica, es decir el cociente entre  y , se obtiene la denominada “viscosidad cinemática ”. La
que debe su nombre al hecho que sus dimensiones son de la cinemática, es decir, no aparecen
fuerzas o masas, tal como se puede apreciar en el análisis siguiente:

M
 L2
  
LT
 
 M T
3
L

1.9.- CAVITACIÓN

Antes de definir la cavitación se debe recordar el concepto de “presión de vaporización”, la


que se define como la presión de ebullición para una temperatura dada. En efecto, el agua a 100ºC
hierve a la presión atmosférica y ella sería precisamente la presión de vapor en esa circunstancia. A
medida que baja la presión del líquido disminuye la presión de vaporización.

Tanto es así, que a presiones sumamente bajas, el agua puede hervir, es decir, pasar a la fase
vapor, con temperaturas normales del agua.

Cuando en las conducciones, la presión baja a valores cercanos al “cero absoluto” y


súbitamente se pasa a valores de presión altos, nos encontramos con el problema de la “cavitación”.

El mismo consiste en el proceso de vaporización en la zona de bajas presiones, con la


consiguiente formación de burbujas de vapor en la masa fluida. Al alcanzar la zona de alta presión,
instantáneamente, las burbujas pasan a la fase líquida “implotando”, fenómeno que es lo contrario a
la explosión y que implica complejas reacciones electroquímicas con absorción de importantes
cantidades de energía.

10
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 1

Sin adentrarnos en profundidad en los aspectos de la teoría (muy compleja) explicativa, e


interesándonos en los resultados, destacamos que los contornos sólidos cercanos son fuertemente
atacados en una suerte de proceso corrosivo que los deteriora sensiblemente, pudiendo llevar
inclusive al colapso de su estructura cristalina y por lo tanto, de las propiedades mecánicas del
material constituyente.

Es un fenómeno recurrente en las máquinas hidráulicas del que es necesario precaverse.


Desde muchos años es conocido el problema en las hélices de los barcos, y algo más recientemente
en las máquinas centrífugas, tales como Bombas y Turbinas.

Es fácil interpretar que en la zona de ingreso de los álabes siempre tendrá lugar el pasaje del
líquido de una zona de baja presión a otra de alta presión en forma súbita, dándose las condiciones
favorables para la cavitación.

Durante el curso que nos ocupa, analizaremos en detalle la problemática de la cavitación en


bombas y cómo evitarla.

11
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 2

C
CAAPPÍÍTTU
ULLO
O 22..-- EELLEEM
MEEN
NTTO
OSS D
DEE H
HIID
DRRO
OSSTTÁ
ÁTTIIC
CAA

2.1.- ECUACIÓN FUNDAMENTAL DE LA HIDROSTÁTICA

La Hidrostática es el capítulo de la Hidráulica que estudia los líquidos en reposo. Sus


aplicaciones en la Ingeniería en general, y en la Ingeniería Civil en particular, son diversas
abarcando el amplio campo que va desde la determinación de fuerzas o solicitaciones que permiten
diseñar las estructuras que los contienen, pasando por la medición en fluidos, hasta llegar a la
problemática de los cuerpos sumergidos y en particular el equilibrio de los cuerpos flotantes, de
tanta aplicación en la Ingeniería Naval.

Eje de Presiones Absolutas


Pa = 0
Pa

Pa Eje de Presiones Relativas

A P3/ P=0
P1/ P2/
3
cte 1
2 Z3 Pa
P
Z1 P
Z2
Z
PLANO DE COMPARACIÓN

Figura 2.1
Interpretación de la Ecuación Fundamental de la Hidrostática

El objetivo del presente capítulo es referirnos a los conceptos básicos, los que serán tratados
en profundidad y orientados a las aplicaciones en la Hidráulica de las Conducciones.

En la Figura 2.1 se aprecia un líquido en reposo, confinado en una estructura que le sirve de
recipiente. Si se adopta un plano de comparación horizontal, ubicado arbitrariamente, la ecuación
fundamental que nos ocupa es:
p
z1   cte

En la que:
- z es la altura de la partícula considerada con respecto al plano de
comparación.
- P, es la presión en el plano horizontal de la partícula en estudio.
12
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 2

-  , es el peso específico del líquido (constante en la práctica).


- cte , es un número que es siempre el mismo para todas las partículas y que
representa la altura total en metros, sumando la de posición con la de presión.

Sobre la superficie libre actúa siempre la presión atmosférica, por lo que podemos definir a
las presiones como relativa, cuando la misma no es considerada, o absoluta cuando si se la tiene en
cuenta y se la suma a la primera. En términos generales, casi siempre se usa la presión relativa
puesto que la presión atmosférica está siempre presente, es decir aparece en ambos miembros de las
igualdades cuando la expresión fundamental se establece entre dos puntos o partículas. En los casos
especiales, como cuando procedamos a estudiar la tubería de aspiración de las bombas, se indicará
que las presiones a considerar son las absolutas. Cuando no se hace referencia a la misma, se
sobreentiende que las presiones a considerar son relativas.

Las presiones absolutas se identifican con un suprarayado en el símbolo correspondiente, por


lo tanto se tiene que:

p  p  pa  p  p  pa

Haciendo el planteo en presiones relativas (lo que es lo más habitual en nuestra aplicaciones
prácticas), se tiene que al plantear la ecuación entre los puntos 1 y 2, se obtiene:

p1 p p 2  p1
z1   z2  2  cte  z1  z 2 
  

Es decir que:

p 2  p1
z1  z 2   p 2  p 1   z 1  z 2     z 2  z 1 

Por lo que; p    z

Si aplicamos las anteriores al punto A, se tiene que:

p   h ; o en presiones absolutas ; p   h  p a

Nótese que las anteriores son ecuaciones de una recta con ángulo de 45  en el gráfico que
tiene al eje vertical con sentido positivo negativo (el sentido de las profundidades h positivo) y a las
presiones como eje horizontal. Si consideramos el valor “Cero absoluto”, el eje origen se encuentra
a una altura por sobre la superficie libre equivalente a la presión atmosférica, en cambio si
consideramos el “Cero relativo” el eje horizontal coincide con la superficie libre.

Para un determinado nivel z (o profundidad h), la presión no varía, por lo tanto el plano
horizontal que implica se denomina “isobárico”.

En particular el plano isobárico sobre el que actúa la presión atmosférica (o la debida a otro
gas, generalizando) se denomina “superficie libre”, la que obviamente por disponerse siempre
horizontal, posibilita el concepto tan extendido de que “.....el agua busca siempre su nivel.....”.

13
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 2

Este mismo concepto,


con más fundamento, es
conocido como el “Principio h1
de los vasos comunicantes”. h2
En la Figura 2.2 se aprecia
como un líquido en reposo,
presenta todos sus planos
isobáricos a un mismo nivel z PLANOS ISOBÁRICOS
(independientemente de la
forma del recipiente) y muy
especialmente, el que Figura 2.2
representa su superficie libre. Principio de los vasos comunicantes

2.2.- PRESIÓN: DIMENSIONES Y UNIDADES

Al estudiar el concepto en el capítulo 1, se han determinado las ecuaciones de dimensión para


el sistema técnico y los sistemas másico que siguen:

P F

M
L LT2
2

En el cuadro siguiente, se brindan las unidades resultantes para los distintos sistemas:

SISTEMA cgs SIMELA o MKS Técnico

dina gm N Kgf Kgf


Unidad De Presión
cm2 cm s2 m2 m s2 m2

La unidad N/m2 recibe el nombre de “Pascal” y en particular el submúltiplo del sistema


técnico kgf/cm2, se denomina “bar”.

Como en la vida cotidiana, y en especial en las aplicaciones de la ingeniería, la presión


atmosférica está siempre presente. Una unidad muy usada en la tecnología es la “atmósfera”, que es
justamente la presión que la atmósfera ejerce a nivel del mar.

Por otra parte, si se consideran líquidos, los que, según se han estudiado se comportan como
incompresibles en las aplicaciones cotidianas de la ingeniería y, si se recuerda la experiencia de
Torricelli, consistente en aplicar el vacío en un tubo cerrado conectado con el líquido de un
recipiente (ver Figura 2.3), se tiene que:

14
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 2

a) El plano de la superficie libre es una


isobárica;
b) Consecuentemente, la presión fuera del
tubo y dentro del mismo es igual, de
donde:`` ha
Pa   h a
Pa
Al ser  = cte., se puede escribir:
Pa
ha 

Con lo que la presión atmosférica es


expresable en metros de la columna líquida de
que se trate. La experiencia muestra que en caso
que el líquido sea agua ( = 1000 kg/m3), ha =
10.33 m (10 m. en primera aproximación), y en
Figura 2.3
el caso del mercurio ( = 13590 kg/m3, mucho
Experiencia de Torricelli
más elevado), ha = 760 mm.Hg.

Nótese que el hecho de poder considerar constante el valor del peso específico, nos brinda una
ventaja tecnológica relevante a quienes trabajamos con líquidos en general y con agua en particular.

En efecto, las presiones pueden ser evaluadas en metros de columna líquida, en nuestro caso
“metros de columna de agua”, con su sigla “m.c.a.”; o simplemente en “metros”, que constituye la
medida de presiones en Hidráulica más utilizada.

En cierta forma, nosotros “vemos” a las presiones e intuimos su intensidad en función de la


altura líquida que representa. Por ello está tan difundido el uso de esta unidad de medida que a una
persona ajena a la Hidráulica podría resultarle extraña, puesto que las unidades de presión,
dimensionalmente son F/L2.

Obviamente, es la ecuación de la Hidrostática la que permite definir las equivalencias. En


efecto:

1 atm = 10,33 m.c.a. = 10,33 m

La que expresada en unidades de presión resulta:

P = 10,33 m 1.000 kgf/m3 = 10.330 kgf/m2 = 1,033 kgf/cm = 1,033 bar

En términos prácticos:

P  10 m 1.000 kgf/m3  10.000 kgf/m2  1 kgf/cm2  1 bar

Si se recuerda que en primera aproximación:

1 kgf  10 N
Se tiene que:
P  100.000 N/m2 = 100.000 Pa = 0,1 Mpa

15
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 2

En la que Pa es un “pascal” y Mpa es un “megapascal” (1.000.000 de pascales), unidad muy


usada en la normativa SIMELA.

Resumiendo, podemos plantear las siguientes equivalencias (con aproximación tecnológica):

1kgf/cm2  1atm  1bar  10mH2O  760mmHg  10000kgf/m2  100000Pa  0,1Mpa

Como exactamente, la presión atmosférica normal es 10,33 m o 1,033 bar. Durante algún
tiempo, la meteorología usó al “milibar” como unidad de referencia, resultando la presión normal de
1033 milibares.

Más recientemente, se utiliza el concepto de Hectopascal (Hpa), por lo que la presión


atmosférica normal resulta:
Pa = 103.300 pa = 1033 Hpa

Nótese que el número para Pa coincide con el expresado en milibares.

2.3.- DIAGRAMA DE PRESIONES, PRINCIPIO DE PASCAL Y EMPUJES

De la ecuación fundamental se deduce que:

a) La presión aumenta con la profundidad en forma lineal

b) En un mismo plano (la misma profundidad) la presión se mantiene constante


(constituye un plano isobárico).

El conocido “Principio de Pascal”, se recuerda, implica que las presiones se ejercen, en un


punto de un líquido en reposo, en todas las direcciones. En pocas palabras se dice que “...es
independiente de las mismas para el punto en consideración ...”

Por otra parte, se define como “Empuje” a la fuerza que se obtiene de distribuir al diagrama
de presiones, en la superficie que actúa.

Sin pretender ahondar en el tema, se muestran una serie de esquemas en los que se precisan
los conceptos enunciados.

En la Figura 2.4 se
aprecia un recipiente con agua
en reposo, y se pueden apreciar
los diagramas de presión
Eh Eh variables linealmente con la
Ev
profundidad, para las paredes
verticales, y el correspondiente
a un valor constante para el
Figura 2.4 fondo horizontal.
Diagramas de Presiones y Empujes

16
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 2

Los Empujes se obtienen de distribuir los nombrados diagramas en las superficies sobre las
que actúan, lo que se logra determinando el volumen formado por la superficie del diagrama
multiplicado por el ancho b en que se aplica (perpendicular al plano del dibujo).

En efecto, el Empuje en ambas paredes laterales que suponemos de ancho b, resulta:

1
Eh   b h2
2
En cambio en el fondo el Empuje (el peso del agua contenida) resulta:

Eh   h a b

Los puntos de aplicación del empuje, recordamos, se corresponden con el baricentro del
diagrama de presiones.

a Ev1
Eh Ev Eh

Eh
Ev2

Figura 2.5 Figura 2.6


Recipiente con Agua Afuera Viga sumergida empotrada

En las Figuras 2.5 y 2.6 se presentan; el caso del misma tanque pero con el agua afuera en
forma simétrica, y luego, el correspondiente a una viga empotrada sumergida, los que son
sumamente ilustrativos.

2.4.- APLICACIÓN DE LOS CONCEPTOS DE LA HIDROSTÁTICA A LAS


CONDUCCIONES A PRESIÓN

En la Figura 2.7 se esquematiza el tanque de distribución de agua de una población


relativamente pequeña, con la correspondiente tubería a presión de aducción, que alimenta a la red
de distribución .

La misma prácticamente reproduce la topografía del terreno (elegida ex profeso accidentada a


los efectos didácticos) manteniendo constante una “tapada H”.

Tomando distintos puntos significativos, se plantea, para su interpretación, la ecuación


fundamental de la Hidrostática al caso, considerando un plano horizontal de referencia, elegido en
forma completamente arbitraria. Las “alturas topográficas z” de los distintos puntos se toman con
respecto al nombrado plano, mientras que las “alturas de presión p/”, se representan desde el plano
de referencia hasta el eje de la conducción.

17
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 2

P4/
P 1 / P3/
BAJADA DEL P5/
TANQUE
P2/
INICIO
ADUCCIÓN TAPADA "H"
ZA
Z4
Z1 Z3
Z5
Z2
PLANO DE COMPARACIÓN

Figura 2.7
Presiones Estáticas en Conducción a Presión

La interpretación de la ecuación fundamental de la Hidrostática es evidente, al interpretarse


gráficamente la igualdad de los segmentos que representa en cada punto analizado. En efecto,

P1 P P P P
Z A  Z1   Z 2  2  Z 3  3  Z 4  4  Z 5  5  cte
    

Nótese que si bien las sumas de los zi y los pi/ dan valores constantes, en cada punto pueden
resultar individualmente muy distintos. Evidentemente la presión a que estará sometida la tubería,
denominada “Presión estática” por ser la correspondiente al líquido en reposo, será distinta en el
recorrido. Se deduce que el espesor de la misma resultará variable con el mismo, al pretender un
diseño económico de la instalación.

2.5.- SOLICITACIÓN DEBIDA A LA PRESIÓN INTERNA EN UNA TUBERÍA

La solicitación debida a la presión interna en una conducción “a presión”, lleva a la expresión


de Mariotte (o de las calderas) válida para materiales de las tuberías homogéneos. La misma
relaciona el espesor con la tensión de tracción en la paredes de la tubería, lo que es fácilmente
deducible del esquema de la Figura 2.8.

En la misma se aprecia un tubería a presión, seccionada por un plano horizontal que contiene
al eje, lo que permite el tratamiento como “cuerpo libre” y poner así de manifiesto las solicitaciones
actuantes.

18
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 2

p.D.1=2.T
T = . e . 1
e = ( p . D ) / ( 2 .

T T

Figura 2.8

La resultante de la presión distribuida en el diámetro deberá ser equilibrada por sendos


esfuerzos de tracción, distribuidos a su vez en el espesor de la tubería y configurando las dos
fuerzas equilibrantes “T”.

Los fabricantes de tuberías de materiales homogéneos adoptan valores de rotura para la


presión interna y para la tensión de tracción, lo que posibilita la determinación del espesor,
considerando previamente los correspondientes “Coeficientes de Seguridad”. Como a cada espesor
le corresponde una solicitación admisible, ofrecen al mercado una serie estándar de tuberías aptas
para resistir, en condiciones de régimen permanente, una determinada serie de presiones fijadas de
antemano. éstas presiones definen las denominadas “Clases” de las tuberías.

2.6.- DEFINICIONES DE INTERÉS

De los conceptos anteriores surge el concepto de “Clase de una tubería”, como la presión
máxima en régimen permanente de servicio, que el fabricante de la misma garantiza que puede
soportar. Su valor multiplicado por los “coeficientes de seguridad” (estipulados por normas)
brindan las presiones de rotura mínima que los materiales deberán superar en los ensayos prefijados
normativamente para cada material.

En general, los fabricantes ofertan series de tuberías discriminadas por diámetro y clases,
siendo éstas acotadas por un número entero, que representa el máximo de las presiones en
atmósferas, admisibles que puede resistir en condiciones de trabajo. Cada fabricante se caracteriza
por la serie de clases, por ejemplo el PVC, en clases 4; 6 y 10, el Fibrocemento en clases 3; 5; 7,5;
10; 12; 14 y 18, el PRFV en clases 2,5; 3; 6; 10 y 16, etc.

La “presión máxima de trabajo”, es la presión máxima en régimen permanente, es decir sin


considerar transitorios (Golpes de ariete), que será alcanzada en la tubería, en las condiciones
normales de funcionamiento.

“Tuberías Estándar”, constituyen la serie que publican en sus catálogos los fabricantes,
discriminadas en diámetro y clases.
19
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 2

“Tuberías especiales”, son las que se fabrican para solicitaciones especiales y no están
consideradas en los catálogos. Algunos fabricantes producen solo tuberías especiales y otros lo
hacen a pedido, a partir de determinado diámetro y/o clase. Las limitaciones encuentran su
explicación en posibilitar la mejor competencia del proyecto en las licitaciones o compulsas de
precios.

La presión máxima admisible, es la correspondiente a la “Presión de prueba en zanja” (en


instalaciones medias de la ingeniería sanitaria 1,5 la clase), la que al ser una presión alcanzada para
probar la bondad de la obra, garantiza que los transitorios hasta ese valor serán soportados por la
tubería sin necesidad de dispositivos especiales antiariete.

20
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 3

C
CAAPPÍÍTTU
ULLO
O 33..-- C
CIIN
NEEM
MÁÁTTIIC
CAA

3.1.- GENERALIDADES

La cinemática estudia el movimiento de los fluidos independientemente de las fuerzas que lo


ocasionan. Al considerar las fuerzas se entra en el dominio de la Dinámica, capítulo que sigue a
continuación.

En los primeros capítulos hemos considerado, sin definirlos, los conceptos de partícula fluida
y medio continuo. Al no existir movimiento, su comprensión resulta intuitiva. En cambio, al
considerar el movimiento es necesario analizar los conceptos de referencia.

Se define a la partícula fluida como la menor porción de sustancia fluida, lo suficientemente


pequeña, por una parte, como para poder aplicarle los conceptos del "Punto Material" (Análisis
Matemático). Pero por otra parte es, a su vez, lo suficientemente grande como para que no se pierda
la identidad de la sustancia en estudio.

Definida la partícula, se considera al medio continuo como una sucesión de partículas fluidas
en movimiento (o en reposo como caso particular del mismo) sin que existan espacios vacíos ni
choques entre ellas. Es una percepción "macroscópica" de la realidad. En efecto, el agua en
particular y los fluidos en general, son efectivamente interpretados por nuestros sentidos como una
sustancia contínua y fácilmente deformable ante las solicitaciones.

La imagen debida al Ing.


Macagno esquematizada en la Figura
3.1, es sumamente ilustrativa. En
efecto en la misma, las partículas
fluidas son representadas
bidimensionalemente (para obtener la
imagen tridimensional bastará
considerar la profundidad) por
cuadrángulos idealmente pequeños.
En el baricentro de los mismos puede
ser considerada la propiedad física de
que se trate tal como puede ser
apreciado tanto para las propiedades
escalares como las vectoriales. En
particular el campo de velocidades V
constituye la principal de éstas
Figura 3.1 últimas.
Interpretación de Macagno

21
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 3

En Hidráulica, la línea que representa el


movimiento es la denominada “línea de
corriente”, que se define como la línea
envolvente de velocidades de sucesivas
partículas en un instante dado. Es evidente que
involucra a infinitas partículas en un instante,
señaladas cada una por el vector velocidad de la
partícula precedente. Es posible visualizarlas
utilizando, por ejemplo, colorantes de igual masa
específica que la del fluido en estudio.

Figura 3.2
Configuración de Líneas de Corriente en un instante
dado

Al “tubo de corriente” se lo esquematiza en la Figura


3.3, en donde se observa que se obtiene de considerar una
línea cerrada en el espacio ocupado por un campo de
velocidades V .

Es evidente que al ser el nombrado espacio ocupado por


vectores velocidad en todos sus puntos, siempre existirán
líneas de corriente que serán tangentes, dando lugar a un tubo
cuya propiedad principal es la de ser impermeable, puesto
que por definición de l.d.c. no pueden existir componentes de
Figura 3.3 velocidad normales a las mismas.
Tubo de Corriente

Nuestro objetivo de estudio son las conducciones unidimensionales, que son casos
particulares de los denimonados “tubos de corriente”, puesto que comparten la propiedad de ser
impermeables. Es decir, que poco a poco pasamos de la teoría a la aplicación práctica.

3.2.- CAUDAL, VELOCIDAD MEDIA, ECUACIÓN DE CONTINUIDAD

Para condiciones permanentes, es decir, que no cambian en el tiempo, y al ser el agua


incompresible, es evidente que la cantidad de agua que pasa por la sección 1 en un tiempo
determinado t, será la misma que pasa por la sección en ese mismo tiempo.

En las mismas, U1 es la velocidad media en la sección, representativa de las velocidades


perpendiculares en todos los puntos de la sección en estudio.

Es de destacar que, dimensionalmente:


3
Q  U  L L  L
T T

lo que evidentemente ratifica las dimensiones de caudal a la vez que comprueba la bondad de
la ecuación de continuidad.
22
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 3

3.3.- CLASIFICACIÓN DE LOS ESCURRIMIENTOS

Al no variar las condiciones del escurrimiento con el tiempo, el mismo es PERMANENTE o


ESTACIONARIO, en caso de variar con el tiempo es IMPERMANENTE o TRANSITORIO.

Al tener lugar el escurrimiento en un tubo de corriente, y poder ser representadas las


velocidades por la velocidad media de cada sección del mismo, el escurrimiento se denomina
UNIDIMENSIONAL.

Si el contorno sólido confina al escurrimiento, pudiendo la presión dentro ser mayor, menor o
igual que la atmosférica, el escurrimiento se denomina ”a presión”. En cambio, si presenta una
superficie libre en contacto con el aire, se denomina “a superficie libre o canal”. Finalmente, si el
escurrimiento unidimensional es libre, no confinado en otro fluido, el mismo o el aire, se lo
denomina “chorro” o “vena fluida”.


p  Pa Chorro o
vena líquida

Figura 3.4
Escurrimientos a presión, superficie libre y vena fluida

Es decir, podemos considerar como que la masa que atraviesa la sección y, consecuentemente,
su volumen (al ser  = cte.), es un valor constante.

En esencia, hemos enunciado el “principio de conservación de la energía” en un tubo de


corriente.

Se define como caudal Q al cociente:


V
Q
t

En la que V es el volumen del agua que atraviesa la sección en un tiempo t. Evidentemente,
su ecuación de dimensión resulta:

3
Q  L
T

23
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 3

Es decir: m3/s, l/s, m3/h, l/h, etc. La más usada es la primera, que es la unidad de los sistemas
técnico, SIMELA o MKS, indistintamente. (Los fabricantes de bombas usan la unidad m3/h y en la
Ingeniería Sanitaria es usual el l/s)

Es de destacar que el caudal constituye la variable más importante de la Hidráulica.

Si se analiza el concepto ya enunciado del “Principio de conservación de la masa” al tubo de


corriente, resulta evidente que en régimen permanente:

Q = cte.

Si  es la sección transversal, se demuestra que :

Q = U  = cte.

 Q = U1  U2  Un n

La anterior, en todas sus formas expuestas, constituye la “Ecuación de Continuidad para un


tubo de corriente en régimen permanente”.

Si la sección es constante en el sentido del recorrido, es decir:  = cte. y por lo tanto, la


velocidad media U = cte., el escurrimiento se denomina UNIFORME.

Si la sección varía con el recorrido, el escurrimiento es VARIADO, pudiendo ser gradual o


bruscamente variado según la transición sea moderada y continua en el recorrido o muy abrupta.

Es de destacar que las tuberías y canales, se dimensionan siempre para los casos de
“Escurrimientos unidimensionales permanentes y uniformes”.

24
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 4

C
CAAPPÍÍTTU
ULLO
O 44..-- EELL TTEEOOR
REEMMAAD
DEE BBEER
RNNO
OUULLLLII PPA
ARRA
A EELL EESSC
CUUR
RRRIIM
MIIEEN
NTTO
ODDEE
FFLLU I DO S REA
UIDOS REALES LES

La expresión de Bernoulli, que recordamos a continuación es la que representa la


conservación de la energía entre dos secciones indicadas con los subíndices 1 y 2:

P1 U12 P2 U 22
Z1    Z2   (4.1)
 2g  2g

Nótese que la velocidad media en la sección, la indicamos con el símbolo U con el


criterio de adaptar nuestro texto a las nomenclaturas vigentes en la actualidad.

Conceptualmente la (4.1) implica la constancia de la energía del escurrimiento en dos


secciones distanciadas en una longitud l y en régimen de escurrimiento permanente. En
efecto, del proceso deductivo se evidencia que si bien, los términos de la (4.1) se miden en
unidades de longitud, en realidad representan energías por unidad de peso y en la unidad de
tiempo, esto es, el concepto físico de potencia, la que resulta obviamente igual en la sección
1-1 o en la 2-2.

U12/2g U22/2g

P2/
U2
P1/
 D22 / 4

U1

 D12 / 4 Z2
Z1
Línea de comparación

1 2
Figura 4.1
Interpretación gráfica del Teorema de Bernoulli

En la Figura 4.1 se esquematizan los conceptos vertidos. Puede apreciarse como la suma
de las energías unitarias de posición, presión y velocidad, dan un valor constante a pesar de la
variación evidente de cada una de ellas.

25
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 4

Se ha elegido ex profeso un hipotético tramo de conducción en que la sección es


variable, el contorno totalmente impermeable y con el eje inclinado, con el objeto de obtener
la mayor generalidad en la ilustración de los conceptos.
Se establece la permanencia del régimen, es decir que éste no varía con el tiempo.

Por otra parte, al ser impermeable la conducción, el caudal que ingresa debe ser igual al
que sale, es decir que se cumple que Q=cte. Por lo tanto, al aumentar la sección de pasaje
disminuye la velocidad media y viceversa, según lo establece la ecuación de continuidad:

Q = U1 1 = U2 2 = .... = Un n = cte. (4.2)

De la (4.2) se deduce la variabilidad del término de energía cinética y de la misma


Figura 4.1 la variabilidad de los términos Z y P/ y la constancia del valor suma de ambas
secciones.

Recordamos que si multiplicamos los términos de la ecuación de Bernoulli obtenemos


la potencia del escurrimiento, por lo que:

 P U 
2
 P U
2

Q Z1  1  1   Q Z 2  2  2   QH (4.3)
  2g    2g 
  

Como las sumas entre paréntesis se miden en metros, la dimensión de la (4.3) en el


sistema técnico será:

 kgf   m   kgf m 3   kgf . m 


3
 3  Q   Hm  QH  3 m   QH   (4.4)
m   s  m s   s 

Con la (4.4) corroboramos que el producto QH es una potencia. Ahora bien, como el
régimen es permanente, es decir que se mantienen las mismas condiciones en el tiempo,
podemos multiplicar a los dos primeros miembros de la (4.3) por el mismo tiempo t, con lo
que la ecuación nos medirá energías, es decir:

 P1 U 1 
2
 P21 U 21
2

E 1   Q  Z 1    t  E 2   Q  Z 2 
    t

  2g    2g 

Como los términos Qt son comunes, podemos eliminarlos y obtenemos nuevamente:

2 2
P1 U 1 P U
Z1    Z2  2  2
 2g  2g

Los que claramente implican “energía por unidad de peso que escurre en la unidad de
tiempo”.

Para adecuar la ecuación de Bernoulli al escurrimiento de los fluidos reales, tendremos


que incorporar un término en el segundo miembro que implica la “transformación de energía
debida al rozamiento” o, más prácticamente, la “pérdida de energía hidráulica”, que

26
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 4

denominamos J*. Más adelante estudiaremos en detalle la naturaleza de este término,


conformándonos por ahora con considerar su existencia y adecuando así la ecuación de
Bernoulli a la realidad. Finalmente, la ecuación de Bernoulli para los escurrimientos de
fluidos reales queda:

2 2
P U P U
Z1  1  1  Z 2  2  2  J *1 2 (4.5)
 2g  2g

4.1.- APLICACIÓN AL ESCURRIMIENTO PERMANENTE Y VARIADO

Con la Figura 4.2 evaluamos la expresión (4.5) para un caso hipotético de una
conducción de D variable (disminuyendo en el sentido del eje) e inclinada, con lo que los Zi
resultan también variables.

Figura 4.2
Interpretación de la Ecuación de Bernoulli para el escurrimiento permanente y variado

A la línea que se obtiene de deducir de la energía total el término J*, se le denomina


“línea hidrodinámica” y nos da en cada sección la energía remanente del fluido que escurre.
Si además descontamos el valor U2/2g obtenemos la línea piezométrica, la que brinda la
energía potencial del líquido en cada sección.

27
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 4

Más adelante, al estudiar la naturaleza de J*, verificaremos que su variación es con el


cuadrado de la velocidad media. Por ahora lo aceptamos, a los fines de precisar los conceptos
básicos.

La variación de U surge de la ecuación de continuidad y resulta evidente que, al


disminuir la sección, aumentará el término U2/2g. De la Figura 4.2 surgen los valores Zi y Pi/
y el concepto expuesto por el teorema de Bernoulli, dado por la expresión:

P1 U 1 2 P U 2 P U 2
H  Z1    Z 2  2  2  J *1 2  Z i  i  i  J *1i (4.6)
 2g  2g  2g

De la (4.6) se deduce que la energía H se mantiene constante aunque la suma de los


términos que la componen resultan variables de sección a sección.

4.2.- APLICACIÓN AL ESCURRIMIENTO UNIFORME

Cuando el régimen es permanente y el diámetro constante en el recorrido, el


escurrimiento se denomina uniforme.

En la Figura 4.3 lo esquematizamos para una conducción inclinada para obtener así
mayor generalidad.

Figura 4.3
Escurrimiento Uniforme

28
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 4

Destacamos que, al no variar el diámetro, la velocidad media permanece constante y, en


consecuencia, J habrá de variar linealmente y la piezométrica se encontrará a una distancia
U2/2g=cte de la línea de energía, es decir que se dispondrá paralelamente a la misma.

Al variar linealmente J* podemos escribir que la “pérdida unitaria de energía” será
aquella que se obtenga de dividir J* por la longitud l del tramo. En efecto,
J *12
j*  (4.7)
l1 2

De donde:
J *1 2  j * l1 2 (4.8)

Nótese que si trazamos una horizontal desde la piezométrica en la sección 2-2,


delimitamos en la sección 1-1 un segmento J1-2 que resulta igual a J*1-2. Por lo que
podemos definir un valor:

J 1 2
j (4.9)
l1 2

A J1-2 se la define como “pérdida de carga” y a “j” como “pérdida de carga unitaria”.

Tal designación se debe a que las alturas piezométricas implican las alturas reales a que
llega el líquido, también conocidas en el lenguaje práctico de la hidráulica como “carga” o
“carga hidráulica”.

En general, es bastante común hablar de “piezométrica” y no de “líneas


hidrodinámicas”. La razón es la siguiente:

En la práctica, los términos Z+P/ son muchísimo mayores que U2/2g. En efecto,
considerando una velocidad unitaria (es un orden de magnitud adecuado en la práctica),
tendremos:

U2 1
  0,051 m
2g 2 x 9,81

Evidentemente, son unos pocos centímetros frente a los muchos metros que implican las
sumas (Z + P/), razón por la cual, en las representaciones gráficas, la línea de energía
virtualmente se confunde con la piezométrica. Consecuentemente, en las aplicaciones
prácticas, se habla siempre de “línea piezométrica”, ignorándose por completo la línea de
energía.

Como, por otra parte, la línea piezométrica representa el lugar geométrico de los
niveles, para cada sección, a los que llegaría el agua en tubos justamente llamados
piezométricos (ver Figura 4.4). El nivel indicado por la línea piezométrica representa la altura
o “carga” de agua. Esto justifica la denominación práctica de “pérdida de carga unitaria”.

29
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 4

En lo sucesivo, esta “pérdida” se designará con el símbolo “j” y se ha de tener en cuenta


que, multiplicada por la longitud del tramo li-j, dará la “pérdida de carga” en el tramo ij. En
el régimen uniforme se cumple siempre que j = j*.

Figura 4.4
Niveles Piezométricos

30
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 4

4.3.- EJEMPLOS DE APLICACIÓN DEL TEOREMA DE BERNOULLI EN


CONDUCTOS A PRESIÓN

4.3.1.- Conducción en tramos de diámetro creciente

A título de ejemplo, analizamos el caso del título sin considerar las pérdidas localizadas,
para mayor claridad en la explicación.

En la Figura 1 se muestra el esquema de una instalación que comunica dos reservorios


R1 y R2, entre los cuales existe una diferencia de niveles HT = cte. Estos reservorios están
vinculados por una conducción compuesta pro tres tramos de diámetros D1, D2, D3, crecientes
con el recorrido.

La condición H = cte. implica necesariamente que el caudal entrante ha de ser igual al


saliente, lo que define un escurrimiento en régimen permenente.

Resta ahora trazar cualitativamente las líneas de energía y piezométrica, con lo que
quedaría resuelto el escurrimiento desde el punto de vista hidrodinámico. Para tal fin se
cuenta con las ecuaciones de continuidad y de Darcy-Weisbach, es decir:

 D12  D 22  D 32
Q  U   U1  U2  U3 (4.10)
4 4 4

l i  j U i2
J i  j  f
D 2g

Conocidos el caudal y el diámetro, es inmediato el cálculo de U1, U2 y U3 a partir de la


ecuación de continuidad. Por su parte, los términos Ji-j varían con el cuadrado de la
velocidad en el tramo y linealmente con el recorrido. Al final del primer tramo, la “pérdida de
energía” será:
l12 U 12
J 12  f  j1 l12 (4.11)
D 1 2g

Descontando este valor en la sección 2-2 a partir del nivel energético marcado por el
nivel del líquido en R1, se obtiene el punto C, indicativo del nivel energético del líquido en la
sección 2-2. Uniendo C con B queda trazada la línea de energía de pérdida de energía unitaria
j1*.

Para obtener la línea piezométrica (considerando que en el tramo el diámetro D1


permanece constante, y consecuentemente, U1 no varía), se debe descontar de la línea de
energía el valor U12/ 2g = cte.

Está resuelto así el problema para el primer tramo, de modo que se puede escribir, en
base a la ecuación de Bernoulli y recordando que U1=cte. en el tramo, la expresión:
P1 U 12 P2 U 12
Z A  Z1    Z2    J 12 (4.12)
 2g  2g

31
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 4

Obviamente, la expresión anterior está aplicada un infinitésimo antes del cambio de


sección.

Para el análisis del segundo tramo, se traza una horizontal por C, graficando así el nivel
energético en 2-2. La pérdida de energía será:

l 23 U 22
J 23  f  j2 l 23 (4.13)
D 2 2g

Descontando en la sección 3-3 este valor de la horizontal que pasa por C, se obtiene el
punto D, que representa el nivel energético del líquido precisamente un infinitésimo antes de
ingresar a la sección de diámetro D3. Uniendo D con C se obtiene la línea de energía j2*,
correspondiente al segundo tramo.

De la (4.10) surge que necesariamente U2 será menor que U1 y, consecuentemente, la


energía cinética debida a U2 (función del cuadrado de la velocidad) resultará mucho menor
que la debida a U1. Como la (4.13) es función de la energía cinética, este hecho implica un
cambio de “pendiente” en la línea de energía a partir de la sección donde cambian los
diámetros. En efecto:

f U 12
j1 *  (4.14)
D1 2g

f U 22
j2 *  (4.15)
D 2 2g

Al ser D1 < D2 y U12/2g > U22/2g , evidentemente j1* > j2*.

Ahora bien, descontando de la línea de energía el término de energía cinética, se obtiene


la línea piezométrica, la que no solo ha cambiado de pendiente con respecto al primer tramo,
sino que, además, se ha elevado, implicando, por el sólo hecho de cambiar de sección (lo que
se da en un infinitésimo a la izquierda y derecha de la sección 2-2), un aumento de la presión
de P2 a P’2 .

Si se describe la ecuación de Bernoulli para dos puntos infinitamente próximos, uno en


el tramo de diámetro D1 y otro en tramo de diámetro D2, entonces:

P2 U 12 P2 U 12
Z2    Z2   (4.16)
 2g  2g

P' 2  P2 U 12  U 22
 (4.17)
 2g

32
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 4

Figura 4.5
Líneas de Energía y Piezométrica en conducción con diámetro creciente

33
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 4

La (4.17) ilustra sobre la transformación de energía que allí tiene lugar; además, si se despeja
P’2/, se podrá ver que la presión (expresada en metros de columna de agua) habrá de crecer. En
efecto:
P2 P' 2 U 12  U 22
  (4.18)
  2g

Como el segundo término de la (4.18) es positivo, P’2/ es necesariamente mayor que P2/

Está así resuelto el segunda tramo; para resolver el tercero se procede de idéntica forma, es
decir trazando la horizontal por D, descontando J3-4 en correspondencia con la sección 4-4, y luego
trazando la línea de energía que resulta de “pendiente” j3*, menor que j2*.

Para obtener la línea piezométrica se descuenta el término U32/2g y obviamente, el punto E’


tendrá que ser un punto de la misma. (El piezómetro lo constituye el propio reservorio R2).

Al valor EE’ se lo considera una ‘pérdida de energía localizada por embocadura” y es


obviamente igual al término de energía cinética.

Sin lugar a dudas, en la sección 3-3 ocurre un proceso similar al de la sección 2-2, por lo que
vale el mismo análisis.

De las consideraciones precedentes se deduce que:

 La línea de energía jamás puede ascender, puesto que implicaría generación de energía de
la nada;
 Para cada cambio de diámetro se produce un quiebre en la línea de energía;
 Para cada cambio de diámetro se produce un quiebre y un salto en la línea piezométrica (en
el caso estudiado, un salto hacia arriba).

4.3.2.- Conducción en tramos de diámetro decreciente

Este tipo de conducción, correspondiente a la instalación esquematizada en la Figura 4.6, se


resuelve hidrodinámicamente procediendo en forma similar al caso anterior.

Obviamente, en este caso, cambia el sentido del crecimiento de las velocidades y, por lo tanto, de
las energías cinéticas.

En consecuencia, el cambio de “pendiente” correspondiente a cada cambio de diámetro se hace


mayor que en el caso anterior, mientras los saltos de las líneas piezométricas implican ahora
reducción de presiones. En efecto, se cumple que:

U 32 U 22 U 12
 
2g 2g 2g

34
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 4

j1 *  j2 *  j3 *

Planteando la ecuación de Bernoulli en la sección 2-2, se obtiene:

P2 U 12 P' 2 U 12
Z2    Z2  
 2g  2g

P' 2  P2 U 12  U 22
 
 2g

Como el segundo término es negativo puesto que U1 es menor que U2, necesariamente P’2/es
menor que P2/

Del análisis se infieren las mismas conclusiones que las del ítem anterior, con la salvedad de que el
salto de la línea piezométrica tiene ahora sentido contrario.

35
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 4

Figura 4.6
Líneas de Energía y Piezométrica en conducciones de diámetro decreciente

36
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 4

4.3.3.- Consideración de las pérdidas localizadas

Para mayor claridad en la exposición, se ha omitido en los análisis anteriores, la consideración


de las pérdidas localizadas.

Se ha señalado precedentemente, que las mismas se evalúan implicando un salto vertical de la


línea de energía.

En la Figura 4.7 se esquematiza el análisis hidrodinámico, es decir el análisis de las líneas de


energía y piezométrica, para el caso de una pérdida localizada tal como la “transición brusca”, la
que, al implicar variación de diámetro implica además cambios de pendiente y saltos en la
piezométrica.

Figura 4.7
Pérdida local de energía debida a una transición brusca

Recordamos que en general los valores Ui2/2g son muy pequeños frente a los Pi/, por lo que
en la práctica no se traza la línea de energía y se habla siempre de la línea piezométrica. Algo
similar ocurre con las pérdidas localizadas usuales, las que por su pequeñez, no se descuentan de las
piezométricas en los planos de los proyectos y en general se la estima en el cómputo general de
pérdidas de todo el trazado considerando la “longitud equivalente” de todas las pérdidas localizadas
del tramo de conducción en estudio.

En la Figura 4.8 intentamos ilustrar el concepto; la pérdida de energía unitaria es j y


deberíamos descontar las pérdidas localizadas Jli en cada sección en que los accesorios están
instalados. Proceder considerando la “longitud equivalente” implica adicionar la longitud Le a la
longitud real L de la instalación. Evidentemente esto es estrictamente válido para determinar el
valor de la pérdida total J1-2 en el tramo, pero cambiará el valor de j al representarlo en los planos
referido a la longitud real L obteniéndose un valor medio jm mayor que j. En la Figura 4.8 se ha
exagerado notablemente, a los efectos del análisis, la “longitud equivalente” Le. En la mayoría de

37
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 4

los casos la diferencia es pequeña y en consecuencia jm es sensiblemente igual a j. En caso de no


ser así, el calculista deberá evaluar correctamente la variación de la piezométrica en su proyecto.

Figura 4.8
Pérdidas localizadas y generales en el tramo 1-2

Todo lo dicho puede resumirse, teniendo en cuenta que las expresiones para el cálculo de J, la
longitud a considerar será L + Le ; en efecto, con DARCY-WEISBACH tendremos:

f (L  L e ) U 2
J 1 2   j (L  L e ) (4.19)
D 2g

Usando la expresión de HAZEN y WILLIAMS:

1 Q1.85
J 1 2  (L  L e )  j (L  L e ) (4.20)
(0.275 C)1.85 D 4.85

Usando el 3er. miembro de la (4.19) o la (4.20), tendremos que considerar solo la longitud L:

J 1 2  jm L

J 1 2
 jm  (4.21)
L
que evidentemente será mayor que:
J 1 2
j (4.22)
L  Le

y que al ser Le relativamente pequeño se hacen sensiblemente iguales la (4.21) y la (4.22).

38
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 5

C
CAAPPÍÍTTU
ULLO
O 55..-- N
NOOC
CIIO
ONNEESS BBÁ
ÁSSIIC
CAASS SSO REE EESSC
OBBR CUUR
RRRIIM
MIIEEN
NTTO
OSS A
A PPR
REESSIIÓ
ÓNN

5.1.- INSTALACIÓN, EXPERIENCIA Y NÚMERO DE REYNOLDS

Reynolds, en 1881, realizó experiencias que le permitieron definir, a través del número que
lleva su nombre, la forma en que escurre un fluido. Las experiencias consistieron en hacer escurrir
un caudal de agua variable a voluntad a través de un tubo cilíndrico horizontal de vidrio
transparente. Lograba visualizar un filamento mediante la inyección de un colorante a través de una
aguja inyectora, colocada en el abocinamiento de entrada del tubo.

Observó que, para pequeños gastos (y, consecuentemente, bajas velocidades) con el mismo
líquido y el mismo tubo (viscosidad y diámetro del tubo constantes), el cambio de régimen se
producía a velocidades tanto más altas cuanto más altas fueran las viscosidades cinemáticas de los
fluidos empleados.

Esto le permitió a Reynolds definir el número adimensional que lleva su nombre, que
gobierna el proceso, y que para tubos cilíndricos se expresa:

UD
Re  (5.1)

En la Figura 5.1 se muestra el esquema de la instalación adoptada hoy por muchos


laboratorios y concretada, en el año 1942, por el Ing. Miganne, en el laboratorio Guillermo
Céspedes de la Universidad Nacional de La Plata. Puede observarse que el tubo de experiencias se
ha dispuesto vertical, mientras que la instalación original de Reynolds presentaba el tubo horizontal.
Con esto se ha logrado aumentar la sensibilidad de las experiencias, puesto que se corrige el defecto
de la instalación original, en que el filamento coloreado, debido a la mayor masa específica del
colorante, no guarda una posición horizontal. Es más, la acción de la gravedad es tal que en muchas
ocasiones el filamento coloreado podría llegar a tocar las paredes del tubo.

Evidentemente, con el tubo vertical, al provocarse un escurrimiento en sifón, se soluciona el


problema.

Se define así a aquel número deducido de la relación (5.1), por debajo del cual el
escurrimiento del fluido ha de responder siempre a la característica de laminar.

El valor crítico es, según Schiller, de 2300; para valores menores el régimen es netamente
laminar. Para valores comprendidos entre 2300 y 200000, el escurrimiento tiene características de
“poco turbulento”, haciéndose netamente “turbulento” para valores mayores de 200000.

El número de Reynolds puede variar según sea la dimensión lineal que se utilice. En general,
se opta por el diámetro del conducto en el caso de escurrimientos a presión en conductos circulares.

El número de Reynolds, escrito en función de la viscosidad dinámica, es:

UD
Re D  (5.2)

39
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 5

Figura 5.1
Instalación para la Experiencia de Reynolds

La expresión (5.2) pone de manifiesto que el movimiento se producirá en régimen laminar


cuando la viscosidad dinámica sea preponderante sobre la masa específica del líquido, es decir
cuando la energía viscosa puesta en juego en el movimiento, sea mayor que la energía cinética del
mismo.

En el caso del agua, en que  es pequeña, predominan los efectos de inercia debidos a la masa
específica y los movimientos se hacen fácilmente “turbulentos” por lo que, en los problemas
prácticos, suele superarse el límite de 200000. En consecuencia, los escurrimientos que se
estudiarán en hidráulica de las conducciones generalmente han de ser “netamente turbulentos”.

En resumen, la experiencia confirma que el escurrimiento de los fluidos reales puede tener
lugar de dos formas distintas: laminar y turbulento.

Las características fundamentales del escurrimiento laminar son: el paralelismo entre los
distintos filamentos que componen la corriente y el retorno a esta situación, aún después de ocurrida
cualquier perturbación del régimen de velocidades (debida a causas externas al fluido que escurre).

En cambio, si las perturbaciones consiguen mantenerse, el escurrimiento se denomina


turbulento. Para velocidades medias relativamente importantes el escurrimiento se caracteriza por
un entremezclado de las partículas fluidas, dando lugar a un intercambio intenso de masa y no
pudiéndose definir filamentos como en el caso del movimiento laminar.

5.2.- ECUACIÓN DE DARCY-WEISBACH

En los escurrimientos, el problema fundamental es relacionar las pérdidas de energía con las
características geométricas e hidráulicas de los mismos.

40
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 5

En base a numerosas experiencias realizadas, se sabe que la energía perdida en el tramo li-j,
que se denominará Ji-j, cumple con ser:

a) Proporcional a li-j.
b) Aproximadamente proporcional a 1/D.
c) Aproximadamente proporcional a U2/2g.
d) Función de  y de .
e) Depende de la naturaleza de las paredes de la conducción.

Se puede entonces escribir la expresión que sigue:


1 U2
l i  j  cte l i  j  (mat.paredes; D; U) (5.3)
D 2g

En la función  aparecen como variables, además de la naturaleza de las paredes, el diámetro


D y la velocidad media U. Esto se debe a que J es sólo aproximadamente proporcional a U2 y a
1/D, lo que se corrige con la nombrada función.

Si en la (5.3) se procede a igualar:

Cte. (mat.paredes; D; U) = f

Reemplazando en la (5.3), se obtiene finalmente la expresión de Darcy-Weisbach:

l i  j U 2
l i  j  f (5.4)
D 2g

5.3.- FÓRMULAS EMPÍRICAS

Si en la (5.4) reemplazamos f = 8gb (con g = aceleración normal de la gravedad y b variable),


tendremos:
8gb U 2
j  j* 
D 2g
Y como, por continuidad,

Q Q
UQ  U 4
 D 2
Reemplazando y operando tendremos:
Q2
j  j*  6,48 b (5.5)
D5

La (5.5) nos permite resumir todas las fórmulas empíricas existentes, lo que se logra dando
distintos valores a la variable b. Las fórmulas de referencia pueden consultarse en general en los
manuales de Hidráulica, y en particular nos referimos a la expresión de HAZEN y WILLIAMS, que
es la más actualizada y usada en las expresiones puramente experimentales:

41
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 5

1 Q1,85
j (5.6)
(0,275 C)1,85 D 4,85

En la que C es un coeficiente función de la naturaleza de las paredes y cuyos valores pueden


deducirse de la Tabla Nº5.1.

MATERIAL C
ASBESTO CEMENTO 140

FUNDICIÓN:
Nueva 130
Con 5 años de servicio 119
Con 10 años de servicio 111
Con 20 años de servicio 96
Con 30 años de servicio 87
MADERA 120
HORMIGÓN:
Encofrado Metálico 140
Encofrado de Madera 120
Centrifugado 135
ACERO SOLDADO:
Nuevo 130
Con 10 años de servicio 119
Con 15 años de servicio 111
Con 25 años de servicio 96
Con 35 años de servicio 87
ACERO REMACHADO:
Nuevo 130
Con 15 años de servicio 119
Con 20 años de servicio 111
Con 30 años de servicio 96
Con 40 años de servicio 87
PVC y PRFV 145

Tabla Nº5.1
Valores de C

5.4.- FÓRMULAS RACIONALES

Estas fórmulas han surgido a la luz de investigaciones más recientes y se fundamentan en


criterios racionales. En su conjunto, constituyen la moderna teoría hidrodinámica.

Siguiendo lineamientos experimentales, estas fórmulas hacen depender al coeficiente “f” de


las cinco variables siguientes: velocidad media U, diámetro D, masa específica o densidad ,
viscosidad absoluta  y rugosidad absoluta k.

42
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 5

Esta última variable se define como el diámetro de los granos de una arena uniforme
equivalente, en cuanto a rugosidad se refiere, a la de un dado material. Se determina
experimentalmente y su valor identifica y es propio de cada material en particular, tal como se
describe, en forma sucinta, en la Tabla Nº5.2, para los materiales más usados.

MATERIAL K
(en m)
PVC 6x10-6
FIBROCEMENTO 2,5x10-5
HORMIGÓN K inferior K superior
Encofrado de madera, superficie lisa a la talocha, 1,8x10-4 4,0x10-4
juntas bien ejecutadas.
Encofrado de madera, juntas imperfectas, hormigón 6,0x10-4 3,0x10-3
pobre.
Hormigón centrifugado en tubos 1,5x10-4 5,0x10-4
Encofrado metálico nuevo, juntas bien ejecutadas. 6,0x10-5 1,8x10-4
Encofrado metálico, terminación perfecta por obreros 1,5x10-5 6,0x10-5
calificados y juntas bien ejecutadas, paredes
perfectamente lisas.
Tabla 5.2

En el presente texto, no brindaremos el desarrollo teórico experimental del tema.

Nuestro propósito es brindar las fórmulas de referencia (sin analizar sus orígenes) y sobre
todo ilustrar cómo se trabaja en ellas.

Todos los conceptos y las fórmulas de la teoría hidrodinámica moderna se resumen en el


gráfico de ROUSE, también llamado “Gráfico Universal de Resistencia” y que tiene como ejes de
coordenadas a  1 / f y Re f .

A continuación detallamos las fórmulas que nos ocupan:

64
a) Escurrimiento Laminar: f (5.7)
Re
La que también puede escribirse:
64
f f 
Re

Y queda en función de los parámetros del gráfico de ROUSE como sigue:


1 Re f
 (5.8)
f 64

b) Valor de “f” para conducción lisa:

43
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 5

El concepto de viscosidad oportunamente estudiado debe complementarse con el principio de


NEWTON-MEYER, el que establece que no existe resbalamiento entre contorno y fluido en
movimiento. Es decir que, tal como la experiencia los demuestra, los estratos fluidos en contacto
directo con el contorno fijo presentan velocidad nula y es entre los distintos estratos sucesivos que
se producirán desplazamientos relativos dando así lugar a la resistencia debida a la viscosidad.

En la Figura 5.2 se esquematiza lo que ocurre en las inmediaciones de los contornos lisos.

La velocidad media del escurrimiento es U,


y la teoría demuestra que a partir de una
distancia relativamente pequeña del contorno la
verdadera ley de distribución es una logarítmica
que difiere muy poco de U=cte.

En cambio, a partir del contorno tiene


necesariamente que producirse la variación de
velocidad desde 0 en el contorno hasta el
comienzo de la transición logarítmica, la que se
produce en un espesor ’ variable en la
intensidad de U. Es de destacar que, aún en
elevados números de Reynolds, es decir
escurrimientos plenamente turbulentos, las bajas
velocidades en el estrecho espesor ’ implicarán
regímenes laminares dentro de la misma. De allí Figura 5.2
que se reconozca a esta zona de transición con el Distribución de velocidades en las cercanías de
contornos lisos
nombre de “Subcapa Laminar”.

En esta capa, de intensas


variaciones de velocidad, es donde se
localizan las resistencias viscosas. El
espesor de la “Subcapa Laminar” está
íntimamente ligado al número de
Reynolds y, en consecuencia, el valor
de “f” también lo está. En la Figura
5.3 se brinda el diagrama práctico de
distribución de velocidades para
regímenes turbulentos en contornos
lisos, en el que la variación
logarítmica se confunde con el
diagrama U=cte y en las
inmediaciones del contorno, la
distribución puede asimilarse a una
Figura 5.3 recta dado la pequeñez del valor ’
Diagrama de velocidades para turbulencia plena (del orden de las décimas de
y contornos lisos milímetro).

La expresión racional, en definitiva, es:

44
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 5

1
 2 log Re f  0,8 (5.9)
f

En la Figura 5.4 se esquematiza el concepto de “contorno liso”.

Figura 5.4
Condición de Conducción Lisa

Desde que todo material presenta rugosidad, la teoría y la experimentación demuestran que la
validez de la (5.9) tiene lugar siempre que la subcapa laminar emerja claramente sobre la rugosidad,
verificándose que k sea menor que ’/4.

c) Valor de “f” para contornos rugosos

La experimentación demuestra que valores de k relativamente elevados con respecto a ’


impiden la formación de la subcapa laminar y, en consecuencia, el valor del coeficiente de fricción
dependerá de k y, más precisamente, de la relación D/k.

La expresión racional, corroborada por la experiencia, se traduce en:

1 D
 2 log f  1,14 (5.10)
f k

La validez de esta expresión puede probarse que rige a partir de la condición:

Re f
 200 (5.11)
D/k

Y siempre que se cumpla que k > 6’, tal como puede apreciarse en la Figura 5.5.

45
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 5

Figura 5.5
Conducciones Rugosas

d) El Gráfico de ROUSE

En la Figura 5.6 se esquematiza la configuración que va adquiriendo el diagrama de ROUSE


al representar en él las ecuaciones (5.8), (5.9), (5.10) y (5.11). Destacamos que las tres últimas, en
un diagrama doble logarítmico, son rectas y, en especial las (5.10) y (5.11), resultan paralelas.

El gráfico se completa con los ejes logarítmicos de los Re y f, dando las primeras curvas en
las formas indicadas en la figura.

Figura 5.6
Representación de las ecuaciones (5.8) a (5.11)

Para la zona entre las rectas para contornos lisos y la recta de Moody (contornos rugosos) se
ha determinado una expresión empírica que hace depender a “f” de Re y de D/k, puesto que tanto la
subcapa laminar como la rugosidad k tienen su influencia. Puede considerarse conceptualmente que
la rugosidad emerge relativamente poco de la subcapa laminar.

La expresión de referencia, dada por los investigadores Colebrook y White, es:

46
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 5

1 D  D / 2k 
 2 log  2 log1  18,7   1,74 (5.12)
f 2k  Re f 

Finalmente, brindamos el gráfico de ROUSE en la Figura 5.7, el que, además de resumir la


moderna teoría hidrodinámica, posibilita el cálculo de conducciones con un criterio racional y
teniendo en cuenta incluso variaciones de temperatura (a través del número de Reynolds) que no
posibilitan las expresiones empíricas.

5.5.- USO DEL DIAGRAMA DE ROUSE

El gráfico es válido para cualquier fluido incomprensible, de allí su denominación de


“Universal”.

En las aplicaciones prácticas recomendamos su uso cuando se requiere mayor precisión


conceptual, en especial cuando la temperatura “t”, a través de la variación de la viscosidad que
implica, deba ser tenida en cuenta.

Para aplicaciones donde aproximaciones del 5 al 10% puedan ser consideradas como
satisfactorias, se hace más atrayente el uso de las fórmulas empíricas o de las tablas y gráficos que
de ellas resultan, en general de más fácil manejo que el del diagrama que nos ocupa.

Un ejemplo puede ser el cálculo de redes de agua, donde el gran número de determinaciones
puede hacer muy complejo y confuso el cálculo con el gráfico de ROUSE.

En cambio, este puede implicar una alternativa valedera de cálculo en el caso de acueductos e
impulsiones.

En efecto, en esos casos y en todos aquellos donde puede ser importante la consideración de
la temperatura (por la variación que implica de  y, en consecuencia, del Número de Reynolds)
constituye un valioso auxiliar del calculista.

Además, destacamos que existen, al presente, programas de computadora en los que se han
volcado todos los conceptos del gráfico que nos ocupa, con lo que su relativa laboriosidad pasa
ahora a ser irrelevante.

Brindaremos a continuación el proceso de cálculo para las distintas alternativas.

47
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 5

Figura 5.7
Diagrama Universal de fricción de ROUSE

48
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 5

5.5.1.- Cálculo de la pérdida de carga

En este caso son datos:

 El caudal Q, en m3/s.
 La longitud L de la conducción, en m.
 El diámetro interno D de la conducción, en m.
 La viscosidad cinemática , en m2/s, que se puede obtener de la Figura
12 en función de la temperatura.
 La rugosidad absoluta k del material.

La incógnita es la pérdida de carga total J, en m.

Figura 5.8
Viscosidad cinemática en función de la temperatura

En la Figura 5.9 se esquematiza la evolución en el gráfico de ROUSE y a continuación


detallamos el proceso a seguir.

1º- Se calculan:

 D2 Q UD D
 ; U ; Re  y
4   k

2º- Con Re y D/k se determina “f” del


diagrama.

3º- Con “f” se calculan:


f U2
j Figura 5.9
D 2g Evolución en el diagrama de ROUSE en el
cálculo de j

49
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 5

Y, finalmente,
J = j . L

5.5.2.- Cálculo de verificación (Determinación del Caudal)

En este caso son datos: J, L, D,  y k. La evolución en el diagrama se brinda en la Figura
5.10 y, obviamente, la incógnita es Q. Debe procederse como sigue:

1º- Se calculan:

J D D1,5
j ; ; 2g j  Re f
L k 

2º- Trayendo una horizontal en el diagrama


a partir de la intersección de los valores
Re f y D / k se determina “f”.

3º- Con “f” se calcula:

 D2 D 2,5 2g j
Figura 5.10 Q  UU 
4 4 f
Evolución en el diagrama de ROUSE para el
cálculo de Q

5.5.3.- Cálculo del diámetro

En este caso son datos: J, L, , k y Q. La incógnita es D y la evolución en el diagrama es la


de la Figura 5.11.

1º- Elaboración de J.

De la (5.4):

f L U 2 Q
J  pero U
D 2g 
L 16 Q 2 8 L Q 2
 J  f  f
D 2g  2 D 4  2 g D 5

Despejando D5, se tiene:


Figura 5.11
Evolución en el diagrama de ROUSE para el
8 L Q 2

D5  f cálculo del diámetro.


2 g J
50
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 5

8 L Q 2
Haciendo:  C1 (5.13)
 2 g J

La anterior queda: D 5  C1 f (5.14)

Por otra parte, el número de Reynolds puede elaborarse como sigue:

UD Q D 4 Q D 4Q 1 C 2
Re     
    2 D 2   D D

C2
 Re  (5.15)
D

4Q
con C 2  (5.16)

Para la determinación del diámetro se procede así:

1- Se calculan las constantes C1 y C2 dadas por la (5.15) y (5.16).


2- Se adopta un valor de f arbitrario.
3- Se calcula D5 = C1 f y en consecuencia D.
4- Se calcula Re = C2/D.
5- Con Re y D/k, se verifica en el gráfico el valor de f adoptado, trazando una
horizontal a partir de la intersección de ambas funciones.

Obviamente, el método es por tanteos, de no lograrse una aproximación suficiente se procederá


a adoptar valores distintos de f hasta lograr valores sensiblemente iguales. La convergencia del
proceso de cálculo es rápida.

5.6.- APRECIACIONES SOBRE LOS DISTINTOS CRITERIOS DE CÁLCULO

La selección del método de cálculo (fórmulas empíricas o racionales) está íntimamente


relacionada con la experiencia del proyectista y sus preferencias, así como también la adecuación al
grado de aproximación buscado.

Si bien la teoría de la hidrodinámica moderna, a través de sus ecuaciones racionales, indican un


criterio de cálculo más afinado en lo conceptual, la selección inadecuada del valor de k (para varios
materiales definidos por rangos y no un valor único) puede llevar a imprecisiones de relativa
importancia.

Por otra parte, a pesar de su empirismo, las fórmulas prácticas son para muchos problemas
sumamente precisas, debido a la actualización de sus coeficientes. Tal es el caso de la expresión
propuesta en el tema 5.3 debida a HAZEN y WILLIAMS.

51
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 5

En términos generales cabe señalar que las fórmulas empíricas son válidas para agua en
condiciones similares (sobre todo de temperatura) a las de la experimentación que posibilitó su
formulación.

En cambio, las fórmulas racionales son válidas para cualquier fluido en escurrimiento
incompresible y para cualquier temperatura, la que es tenida en cuenta en la viscosidad, propiedad
con la que se calcula el número de Reynolds, cuya determinación es obligada en el uso del diagrama
de Rouse.

Este gráfico permite también el cálculo aproximado para conductos no circulares, con sólo
cambiar el concepto de diámetro por el de “radio medio hidráulico multiplicado por 4”.

Conviene recordar que la magnitud “radio medio hidráulico de una sección” se define como el
cociente entre su “sección mojada” y su “perímetro mojado”:


R

5.7.- PÉRDIDAS LOCALIZADAS

En los ítems anteriores, se ha analizado el cálculo de las pérdidas por frotamiento o pérdidas
generales.

Analizaremos ahora las pérdidas localizadas, originadas por las instalaciones accesorias en las
conducciones y que son imprescindibles para su funcionamiento y operación.

Estos accesorios configuran verdaderas singularidades al escurrimiento uniforme y sus pérdidas


de energía se manifiestan en las inmediaciones de los mismos, de allí su denominación de “pérdidas
localizadas”, puesto que el tramo en que se materializan es pequeño frente a la longitud total de la
conducción.

En términos generales, las pérdidas locales se evalúan experimentalmente para cada accesorio,
como parte de la energía cinética del escurrimiento y con la expresión:

U2
Jl  Kl (5.17)
2g

En la que: Jl es la pérdida de energía localizada en (m).


Kl es un coeficiente función de cada accesorio en particular.

Los manuales de hidráulica brindan numerosas tablas y frondosa información sobre los valores
de Kl, de gran variedad de accesorios. En la Tabla 5.1 brindamos las “longitudes equivalentes” de los
más usados en la práctica y a título informativo, puesto que de ser necesario el lector deberá recurrir a
los manuales especializados.

Destacamos que el concepto de “longitud equivalente” se fundamenta en considerar la longitud


de conducción que produce idéntica pérdida por fricción que la dada por la (5.17).

52
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 5

De acuerdo al concepto planteado, esa “longitud equivalente” se deduce de la siguiente


igualdad:
U2 Ll U2
Jl  Kl  f 
2g D 2g

2g J l
De donde: Ll  D
f U2
Q  D4
Pero como U y  tendremos:
 4

2g J l  2 D 4 2 g J l 5
Ll  2
D 2
D   D5 (5.18)
f Q 16 8f Q

2 g Jl
Donde:  (5.19)
8f Q2

Las (5.18) y (5.19) permiten a los fabricantes estimar rangos de “longitudes equivalentes” en
función del diámetro.

En la Tabla 5.2, la “longitud equivalente” se brinda en función del diámetro, vale decir que,
para estimarla en m, se deberá multiplicar el coeficiente obtenido de la misma, por el valor del
diámetro, expresado en m.

TIPO DE PIEZA LONGITUD EQUIVALENTE


(Expresada en Número de Diámetros)
Ampliación Gradual 12
Codo de 90 45
Codo de 45 20
Curva de 90 30
Curva de 45 15
Entrada Normal 17
Entrada con bordes 35
Unión 30
Reducción Gradual 6
Válvula Esclusa 8
Válvula en Ángulo 170
Válvula de Globo 350
Salida de Conducto 35
Paso Directo 20
Salida de Lado 50
Salida bilateral 65
Válvula de Pie y Colador (bombas) 250
Válvula de Retención 100

Tabla 5.2

53
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 5

Longitudes Equivalentes de Accesorios


En el trazado de las líneas hidrodinámica y piezométrica, las “pérdidas localizadas”, dado su
carácter de tales, se restan de la primera, configurando un salto vertical en la misma sección del
accesorio, tal como puede apreciarse en el esquema de la Figura (5.12).

Figura 5.12
Pérdida Localizada “Transición Brusca”

En la misma se ha dibujado una conducción de diámetro D1 que pasa a diámetro D2, menor que
D1, a través de una transición brusca. La línea de energía del tramo 1 está representada en función del
valor j*1 (“pérdida unitaria de energía”). Luego, en la sección del accesorio, se descuenta la “Pérdida
localizada” Jl, para continuar la línea de energía de valor j*2, de mayor pendiente que la de j*1, al ser
menor el diámetro, y de acuerdo a la ecuación de continuidad y la expresión de Darcy-Weisbach.

54
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 6

C
CAAPPÍÍTTU
ULLO
O 66..-- N
NOOC
CIIO
ONNEESS SSO
OBBR
REE EESSC
CUUR
RRRIIM
MIIEEN
NTTO
O EEN
NCCA
ANNA
ALLEESS

6.1.- SECCIONES TRANSVERSALES

Por definición, cuando un escurrimiento presenta una superficie libre, se está en presencia de
canales, los que pueden ser naturales (ríos, arroyos) o artificiales.

A estos últimos, a su vez, se los divide en canales de contorno abierto.

En las Figura 6.1 se muestran las secciones de uno u otro tipo que más se utilizan en la
actualidad. Es de destacar que las secciones segmento de círculo son simplemente cañerías en las que
la altura líquida es siempre menor que el diámetro; estas cañerías encuentran gran aplicación en los
sistemas de desagües pluviales y cloacales.

Para la aplicación del teorema de Bernoulli se considerarán canales prismáticos, es decir


aquellos cuya forma no varían con el recorrido.

Figura 6.1
Tipos comunes de sección

6.2.- MOVIMIENTO GRADUALMENTE VARIADO EN CANALES (REMANSOS)

En la Figura 6.2 se muestra el esquema del perfil longitudinal de un canal prismático. Se


procede a analizar las secciones 1-1 y 2-2, por las que escurre un caudal Q=cte, presentando la solera
del canal una pendiente “i”.

Cabe recordar que si bien, en realidad, las secciones deben ser consideradas perpendiculares a
la solera, en la práctica se las puede estimar verticales puesto que los valores de “ï” son bajos (por
ejemplo, i=0,01 es una pendiente elevadísima para un canal) y, en las representaciones gráficas, la
solera prácticamente se confunde con la horizontal.

Evidentemente, en escurrimiento a superficie libre, el nivel piezométrico coincide con esa


superficie libre, la que tendrá pendiente “j”.

55
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 6

Figura 6.2
Sección transversal de un canal

Aplicando la ecuación de Bernoulli a las secciones 1-1 y 2-2 se obtiene:

2 2
P U P U
Z1  1  1  Z 2  2  2  J 1 2
 2g  2g

En una sección, la teoría prueba que para escurrimientos rectilíneos o de elevado radio de
curvatura, para todos los puntos se cumple que (ver Figura 6.2):

P
Z  cte

En consecuencia, pueden adoptarse arbitrariamente puntos representativos de la sección para


acotar los valores de Z y de P/. En el caso de los canales resulta a toda luz conveniente la adopción
de la solera del canal para acotar dichos valores (se recuerda que para conductos presión se adopta el
eje de la conducción, o lo que es equivalente, el baricentro de la sección transversal).

Adoptando esta convención, resulta:

P1
h1 

P
h2  2

Es decir que el término de presiones resulta medido por la altura líquida en la sección, la que se
denomina “tirante hidráulico h”. Por lo que la “piezométrica” se confunde con la superficie libre de
un escurrimiento en canal.

56
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 6

Consecuentemente, la ecuación de Bernoulli se expresa:

2 2
U U
Z1  h 1  1  Z 2  h 2  2  J 1 2
2g 2g

Considerando la longitud del tramo l1-2 pequeña, de manera de poder asimilar a la línea de
energía (j*) y a la piezométrica (j) como líneas rectas, tendremos que:

J *1 2  j * .l1 2

Nótese que, al ser el movimiento variado, resultan:

i  j  j*

Al tomar valores grandes de l, la superficie libre y la línea de energía se convierten en curvas.

A las curvas que describen las superficies libres de los movimientos gradualmente variados en
canales, se las denomina remansos.

Figura 6.3
Movimiento gradualmente variado

6.3.- MOVIMIENTO UNIFORME EN CANALES

Cuando los parámetros de la sección “mojada” no cambian con el recorrido (h=cte), se está en
presencia de un movimiento uniforme.

Es el movimiento con el que se dimensionan los canales, puesto que, de no existir


perturbaciones, es el régimen obligado de escurrimiento.

57
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 6

Las perturbaciones (cambios de pendiente, cambios de sección, obstáculos, etc.) al régimen


uniforme son los causantes de los remansos.

Figura 6.4
Movimiento Uniforme en Canales

De la Figura 6.4 surge claramente que la condición de movimiento uniforme se reduce a:

i  j  j* (6.1)

La ecuación que vincula a los parámetros del escurrimiento con los geométricos del canal, es la
de CHEZY:
U  C Ri (6.2)

En la que:
- U es la velocidad media del escurrimiento.
- C es un coeficiente básicamente función de la naturaleza de las paredes.
- R es el radio medio hidráulico.
- i es la pendiente de la solera del canal.

Por otra parte:



R

Donde:
-  es la superficie de la “sección mojada”, sección de la vena líquida.
-  es el “perímetro mojado” (perímetro en contacto con el agua).

Recordando la ecuación de continuidad:

Q  U  C R i (6.3)

58
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 6

Numerosos autores han investigado el valor de C y han brindado también numerosas fórmulas.
Nos referiremos a la más usual en la práctica actual, que es la expresión de Manning:

16
C R (6.4)
n
En la que n es un coeficiente función de la naturaleza de las paredes y que puede variar desde
un mínimo de 0,01 hasta valores máximos de 0,04 (para cauces naturales, con vegetación y grandes
irregularidades en el cauce).

Naturaleza de Paredes n

Revestimiento con enlucido de cemento alisado. 0,010


Revestimiento con revoque de mortero alisado. 0,012
Revestimiento de mampostería de ladrillo comunes. 0,015
Revestimiento de mampostería de piedra. 0,017
Revestimiento de hormigón con encofrado metálico. 0,012
Revestimiento de hormigón con encofrado de madera. 0,013
Canales de tierra natural en condiciones normales. 0,020
Canales de tierra con piedras y hierba. 0,025
Canales de tierra en malas condiciones con derrumbes parciales, 0,040
escombros o hierbas.

Tabla 6.1
Valores de n

Reemplazando la (6.4) en la (6.5), tendremos:

 16 12
Q R R i
n
(6.6)
 2 
Q  R 3 i  R 0 , 66 i
n n

6.4.- TIPOS DE ESCURRIMIENTO - REMANSOS Y RESALTOS EN CANALES

Puede hacerse una distinción de los escurrimientos en canales. Cuando éstos tienen lugar con
velocidades bajas y altos tirantes y, en consecuencia, bajas pendientes, el escurrimiento es “lento” o
fluvial. Es el característico de los ríos de llanura y de allí su denominación.

Se puede distinguir porque cualquier perturbación que se produzca (tal como la que se origina
al arrojar una piedra) se desplaza aguas arriba, es decir que tiene la propiedad de remontar la
corriente.

59
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 6

Cuando los tirantes son bajos, las velocidades altas y, en consecuencia, las pendientes son
también altas, el escurrimiento es “veloz” o “torrencial”. Es el característico de los ríos de montaña o
“torrentes”.

En este caso, las perturbaciones no pueden remontar la corriente y son arrastradas aguas abajo.

Siempre que un escurrimiento “veloz” se encuentre con un escurrimiento “lento” se produce un


fenómeno que denominamos “resalto hidráulico” y que esquematizamos en la Figura 6.5, en la que se
representa la singularidad en el escurrimiento debida al cambio de pendientes de la solera.

Figura 6.5
Resalto Hidráulico

Consiste esencialmente en un torbellino de eje horizontal y perpendicular al escurrimiento


provocado por la irrupción brusca del escurrimiento veloz en el lento.

Se caracteriza por su alta incorporación de aire y porque su presencia significa importante


erosión, por lo que, en donde sea previsible su formación, los canales no deberán ser de tierra,
necesariamente deben ser revestidos.

A los tirantes h’ y h”, inicial y final del resalto, se los denomina “tirantes conjugados”.

En general aparecen asociados a remansos como los indicados en las Figuras 6.5 y 6.6 que
ilustran sobre varios ejemplos de formación de resaltos. El remanso asociado termina de identificar
los tirantes aguas arriba y aguas abajo, resolviendo junto con el resalto, la singularidad que originó
ambos.

Sin pretender invadir el terreno del cálculo ingenieril, brindamos los tres casos de las Figuras
6.5 y 6.6 para ilustrar sobre los conceptos vertidos.

En el primer caso se esquematiza la singularidad provocada por el cambio de pendientes.

En el tramo de pendiente i1, ésta es alta, y el régimen de escurrimiento es veloz, en el tramo de


pendiente i2, además de ser menor que i1, implica escurrimiento lento. La singularidad se resuelve
con la formación de resalto y remanso asociado.

60
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 6

Figura 6.6 A Figura 6.6 B


Corriente lenta con compuerta Corriente veloz con vertedero

En el segundo caso, se representa un escurrimiento en un canal de pendiente baja y se obliga a


pasar al caudal con un tirante h0 (abertura de la compuerta) tan bajo que origina una corriente veloz.
Como ésta debe identificarse con un escurrimiento lento aguas abajo, necesariamente se formará un
resalto hidráulico y el perfil se completa con la formación de un remanso asociado.

Finalmente, en el tercer caso, se representa un escurrimiento veloz (pendiente elevada), al que


se le interpone una estructura (vertedero) que obliga al caudal a pasar por sobre ella. Esta
sobreelevación del escurrimiento implica que éste se convierta en lento, por lo que debe formarse un
resalto y su remanso asociado.

Debe recordarse que el resalto sólo se produce cuando un escurrimiento veloz se identifica con
un escurrimiento lento. Para otro tipo de singularidades sólo se producirán remansos, sin la
formación de resaltos, tal como presentamos en el ejemplo de la Figura 6.7.

En la misma se analiza un escurrimiento lento, interceptado por una presa vertedero que obliga
al caudal a pasar por encima de la estructura. La identificación de la superficie libre se verifica con
un remanso como el dibujado. Es característico de las presas en ríos de llanura y puede extenderse
por decenas y aún centenares de kilómetros.

Figura 6.7
Escurrimiento lento y presa vertedero

61
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 6

6.5.- ORIFICIOS Y VERTEDEROS

6.5.1.- Orificios

6.5.1.1.- Definiciones

Denominamos orificio en hidráulica, a una abertura de forma regular, que se practica en la


pared o el fondo del recipiente, a través del cual sale el liquido contenido en dicho recipiente y
manteniéndose el contorno de dicho orificio totalmente sumergido.

A la corriente líquida que sale del recipiente se la llama VENA LIQUIDA o CHORRO.

Si el contacto de la vena líquida con la pared tiene lugar en una línea estaremos en presencia
de un orificio en pared delgada.

Si el contacto es en una superficie se tratará de un orificio en pared gruesa.

a
a

PARED DELGADA PARED GRUESA

Figura 6.8
Orificios en Pared Gruesa y Delgada

En la práctica, se suele considerar:


1
- Pared delgada : e  a
2
1
- Pared intermedia : a  e  3 a
2

- Pared Gruesa : e > 3 a

62
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 6

Denominamos carga a la altura de líquido que origina la salida.

Velocidad de llegada es la velocidad con que el líquido llega al recipiente.

Movimiento permanente: ocurre cuando el escurrimiento tiene lugar a carga constante.

Salida libre: Tiene lugar cuando el nivel del líquido en el canal de salida, o en el recipiente
inferior, está por debajo de la arista o borde inferior del orificio.

Orificio sumergido: En este caso el nivel del líquido en el canal de salida o recipiente inferior
está por arriba de la arista o borde superior del orificio.

SALIDA LIBRE ORIFICIO SUMERGIDO

Figura 6.9
Orificios Libres y Sumergidos

Asimismo la pared puede encontrarse vertical o inclinada, ya sea hacia aguas abajo o aguas
arriba, afectando obviamente dicha inclinación, la descarga producida por dicho orificio.

PARED VERTICAL PARED INCLINADA

Figura 6.10

63
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 6

Pared vertical y pared inclinada

Se mencionan todas estas condiciones pues no es muy difícil intuir que las mismas tienen
influencia en el caudal que será capaz de erogar dicho orificio.

6.5.1.2.- Cálculo del Caudal erogado (Teorema de Torricelli)

A
Si aplicamos Bernoulli entre los puntos A y C,
tenemos que :

Plano de
c
Comparación  C
Vc = cte
Ahora, como Va es nula, si despejamos Vc
(que es la velocidad en la vena contraída)
obtenemos:

Figura 6.11 Vc 2 . g. h
Teorema de Torricelli

De esta forma,
Q   C VC    2gh

Donde  es el coeficiente de descarga del orificio, el cual consiste en una función compleja en
que influyen la viscosidad, la energía superficial, el módulo de elasticidad del fluído, etc y, por lo
tanto, la forma del orificio, sus dimensiones absolutas y la temperatura del líquido.

Cuando el orificio es en pared delgada, no cometemos mucho error si adoptamos:

Q  0,60  2gh

En cambio, si el orificio es en pared gruesa, y contradiciendo un poco nuestra intuición, se debe


suponer:

Q  0,81  2gh

64
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 6

6.5.2.- Vertederos

6.5.2.1.- Definiciones

Otra estructura muy utilizada en los proyectos hidráulicos son los vertederos, de los cuales
existen, según la aplicación, diferentes diseños.

Ya sea como estructura de control de aprovechamientos hidráulicos o bien como estructura


para medición de caudales en obras de saneamiento, su aplicación es muy difundida y una de las
razones es porque permiten tener un adecuado control del caudal por encima de su cresta siendo
necesario únicamente medir una variable que es el tirante sobre dicha cresta.

Según la forma geométrica del contorno de apertura, pueden distinguirse vertederos


rectangulares, trapeciales, triangulares, parabólicos, etc.

Además, según el espesor de la pared del vertedero o, más precisamente, la forma en que la
vena líquida toca la parte superior de la estructura, se clasifican en Vertederos de Pared Gruesa o
Delgada.

VERTEDERO DE PARED DELGADA VERTEDERO TIPO KREAGER

Figura 6.12
Vertederos

Se puede adoptar :
1
e h  Pared De lg ada
2
1
h  e  3h  Pared Intermedia
2
e  3h  Pared Gruesa

Se denomina CRESTA, UMBRAL o CORONAMIENTO del vertedero a la arista o


superficie inferior de la escotadura.

Se denomina LONGITUD del vertedero a la distancia “b” enetre las paredes verticales o
inclinadas (flancos) que lo limitan sobre el umbral; el vertedero triangular queda definido por el
ángulo.

65
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 6

La altura o espesor de la masa líquida existente sobre el nivel del umbral aguas arriba de éste se
denomina CARGA. Ésta se mide en la zona en la que la superficie libre del líquido puede
considerarse horizontal.

Como en el caso de los orificios, es necesario distinguir en el escurrimiento sobre vertederos,


descarga LIBRE y SUMERGIDA, según que el nivel de salida está por debajo o por encima del
nivel del umbral.

6.5.2.2.- Cálculo del caudal Erogado

Análogamente a lo que ocurre con la vena líquida que pasa por un orificio, la lámina vertiente
sufre contracciones inmediatamente aguas debajo de las aristas vivas de la escotadura. Estas
contracciones serán de fondo o laterales, según estén producidas por el umbral o aristas laterales del
vertedero.

Del mismo modo que para el caso de orificios :

Q . . 2 . g. h

Donde, en este caso:

=b.h

Reemplazando obtenemos:

Q  bh 2gh

El cálculo del coeficiente  depende del tipo de vertedero, velocidad de llegada de la corriente,
inclinación de las paredes, etc. Este puede variar entre 0,35 y 0,60.

Como aproximación, podemos suponer:

Q 0.5 . b . h . 2 . g. h

66
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 6

6.6.- APLICACIÓN A CONDUCCIONES CLOACALES

6.6.1.- Concepto de Esfuerzo Tractivo y Velocidad de Autolimpieza

El esfuerzo tractivo  (dimensiones de fuerza dividida por superficie), surge de considerar la


componente del peso del elemento de líquido rayado en la Figura 6.13, y distribuirla en la superficie
lateral que el mismo ocupa.

La expresión resulta :

   jR (6.7)
P
En la que :

 "" es el “esfuerzo tractivo” en kg/m2 o N/m.

La fuerza tractiva es: Ft =  .  . .L . sen   "" es el peso específico del agua.


P
Pero, cuando  es pequeño, sen  = tg  = . En este caso el  "R" es el “Radio medio hidráulico” (“Sección
esfuerzo tractivo es :
mojada” dividida por el “perímetro mojado”).
Ft  Lj
     Rj
L L
 "j" es la pendiente de la “solera del canal” (o
Figura 6.13 “invertido” de la tubería si es una conducción
Fuerza tractiva cloacal).

La expresión de CHEZY es :
UC R. j (6.8)

En la que :

- U es la velocidad media en la sección en m/s.


- C es el coeficiente de CHEZY, dado por la expresión de Manning :

1
1
C  R6 (6.9)
n

(En la (6.9), n es un coeficiente que depende de la rugosidad de las paredes.)

Si se reemplaza Rj despejado de la (6.8) en la (6.7) se obtiene:

 2
 U (6.10)
C2

67
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 6

De la que se deduce un importante concepto: “El esfuerzo tractivo es proporcional al cuadrado


de la velocidad media”.

Por otro lado, para calcular la conocida “Velocidad de Autolimpieza” se idealiza al material
arrastrado o sedimentable (teoría de CAMP-SHIELDS) como una sucesión de esferas de diámetro 
y peso “específico de sólidos” s, en contacto íntimo y dando lugar a una porosidad p, obviamente
cubierta por el agua que brinda su “esfuerzo tractivo”.

Luego de algunas operaciones matemáticas se llega a que dicha velocidad responde a la


siguiente expresión:

8 g  s   
U K (6.11)
f 

Donde “f” es el factor de fricción (mencionado en el Capítulo 5).

6.6.2.- Ataque Corrosivo en Materiales Cementicios – Indice de Pomeroy

Mediante experimentación y analizando instalaciones en caños de hormigón el investigador R.


D. Pomeroy determinó relaciones entre las variables ligadas al proceso de corrosión por SH2.
Permitió de este modo relacionar parámetros hidráulicos, la temperatura y la demanda bioquímica de
oxígeno, los cuales eran manejados en forma aislada.

La fórmula posibilita evaluar un eventual ataque corrosivo por SH2 y, en el caso que se
produzca, cuantificar la magnitud del mismo. Además brinda elementos de juicio para seleccionar el
material del caño, establecer la necesidad o no de revestirlos y prever la vida útil de la conducción.

La fórmula a la que hacíamos referencia es la que sigue y la designaremos como Indice de


Pomeroy.

3 ( DBO ) 
IP  1,069 ( T  20 º )
i 3 Q Bs

En la que:
• Ip : es el índice de Pomeroy (adimensional)

• DBO : es la "Demanda bioquímica de oxígeno" en mg./l

• c : es el perímetro mojado en m

• i : es la pendiente de la conducción (adimensional)

• Q : es el caudal promedio en m3/s


68
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 6

• Bs : es el ancho superficial en m

• T : es la temperatura del agua en °C

Las experiencias demuestran que:

• Para Ip > 7.500 tiene lugar el ataque corosivo importante para los hormigones.

• Para Ip > 23.000 tiene lugar el ataque corrosivo para los caños de fibrocemento.

69
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 7

C
CAAPPÍÍTTU
ULLO
O 77..-- N
NOOC
CIIO
ONNEESS SSO
OBBR
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GOOLLPPEE D
DEE A
ARRIIEETTEE

7.1.- DEFINICIONES Y DESCRIPCIÓN FÍSICA DEL PROBLEMA

Se conoce con el nombre de “transitorios” a los fenómenos de variación de presiones en las


conducciones a presión, motivadas en variaciones proporcionales en las velocidades.

Cuando la variación es tal que implica el impedimento de escurrir, es decir, velocidad final
nula, y cuando además, las oscilaciones de presión por ese motivo son grandes, al fenómeno se lo
denomina “golpe de ariete”.

El interés de su evaluación se encuentra en el hecho de que puede originar colapsos en las


conducciones si se realizan, voluntariamente o no, maniobras bruscas de cierre.

Con el objetivo de analizar el fenómeno físicamente, estudiaremos el caso del “cierre


instantáneo del obturador”, el que, a pesar de ser una abstracción teórica, posibilita una más fácil
comprensión del problema. Decimos que el cierre instantáneo es una abstracción, porque los órganos
de cierre, por rápido que actúen siempre demandarían un tiempo para completar la obturación del
caudal. Ello no obstante, en la realidad práctica se producen cierres que pueden adaptarse a ese
criterio y que como se estudiara, no son deseables puesto que, como adelantamos, pueden producir
sobrepresiones máximas.

En la Figura 7.1 representamos en una secuencia de dibujos, un conducto de diámetro D y


longitud L, conectado a un embalse de capacidad infinita l inclinado, para mayor generalidad. La
conducción puede ser regulada por el obturador O situado aguas abajo y las coordenadas l las
medimos desde el mismo hasta el embalse M donde adquiere el valor L.

El primero de los dibujos esquematiza las condiciones previas al cierre instantáneo del
obturador, es decir el régimen permanente y uniforme. Los dibujos representan situaciones
posteriores al cierre, el que se opera en un instante inicial t0.

La primera capa de líquido en contacto con el mismo y de espesor diferencial, pasa de


velocidad U a velocidad nula. Necesariamente la energía cinética se transforma en potencial,
elevándose la presión a un valor h y comprimiéndose el líquido en 

Para un instante posterior (t0 + t) otra capa de líquido pasa por el mismo proceso, dando como
resultado que el fenómeno de aquietamiento de las capas –y consecuentemente aumento de presión-
se propague en el sentido de O a M con una cierta velocidad que llamaremos c celeridad de onda.

Como por otra parte el material de la conducción tiene un módulo de elasticidad E, se


deformará el conducto a causa del aumento de presión.

En la Figura 7.1 se representa todo el proceso, haciéndose la aclaración que las sobrepresiones
por golpe de ariete, de acuerdo a lo dicho, deben representarse sobre el eje del conducto y no sobre su
proyección como se hace en otros capítulos de la hidráulica de las conducciones. Es por ello que en
todos los casos se rebate la verdadera magnitud del conducto sobre la horizontal.

Transcurrido un tiempo t del cierre del obturador, el fenómeno alcanzará la sección a la


distancia l = c t.

70
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 7

Figura 7.1
Interpretación física del golpe de ariete para el cierre instantáneo

71
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 7

La conducción entre O y L se encontrará con una sobrepresión h y consecuentemente dilatada


en un D + D. Por otra parte el líquido se encontrará comprimido siendo su masa específica 
tal como se describe en la Figura 24. En la longitud L – l las condiciones son las de antes del tiempo
de cierre del obturador, puesto que el fenómeno aún no ha llegado a esa región.

En el tercer dibujo se esquematiza la situación para el preciso instante en que la perturbación ha


llegado, en virtud de su celeridad c, al punto M. Toda la tubería se encuentra dilatada en D + D, el
líquido detenido (U = 0) y su masa específica aumentada Todo ocurre en el tiempo
t0 + L/c.

Analizando la sección M nos encontramos con que un infinitésimo dentro de la conducción


reina la presión hM + h y un infinitésimo dentro del embalse la presión es hM.

Esta situación de no equilibrio se resuelve mediante una nueva conversión de energía, pero
ahora de potencial a cinética. Obviamente el sentido de la velocidad será ahora de O a M y su
magnitud igual a U, puesto que ésta fue la causa de la generación de h.
L
En un instante t 0   t , la situación será la del 5º dibujo. En el tramo L – l tendremos
c
diámetro D, puesto que ha desaparecido la sobrepresión, el líquido a la masa específica por la misma
razón y a la velocidad –U, propagándose el fenómeno de descompresión también con celeridad c.

2L
Un infinitésimo antes del tiempo t 0  , esta situación está llegando al obturador,
c
encontrándose la conducción en el mismo estado que instantes previos al cierre del obturador, con la
sola excepción de la velocidad que tiene ahora signo opuesto.
2L
Al llegar a la sección del obturador (tiempo t 0  ) la velocidad U no puede propagarse
c
puesto que éste está cerrado por lo que ocurre un proceso similar al del instante de cierre, con la
diferencia que ahora –U se convierte en depresión -h.
2L
En el 6º dibujo se esquematiza el proceso para el instante t 0   t , donde se aprecia que
c
hasta la sección 1 la conducción está sometida a una presión disminuida en h con respecto a la
estática, la masa específica del líquido disminuida también en  y el líquido detenido. El resto de la
tubería se encuentra en condiciones normales a excepción de la velocidad que tiene signo negativo.

3L
En el instante t 0  , la situación anterior habrá llegado al embalse siendo válido el análisis
c
L
hecho para el instante t 0  (3º dibujo) a excepción de los cambios de signo. En efecto, un
c
infinitésimo dentro del embalse la presión es hM y un infinitésimo dentro de la conducción es hM -
h. Esta situación de no equilibrio se resuelve con una nueva conversión de energía de potencial en
cinética, dando lugar nuevamente a la velocidad original U.

72
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 7

3L
En el instante t 0   t , esta perturbación habrá llegado en mérito a la celeridad c hasta la
c
sección L–l , siendo de destacar que en ese tramo se ha llegado finalmente a las condiciones iniciales.
4L
Finalmente, en el instante t 0  se vuelve a los parámetros iniciales, encontrándose el
c
obturador cerrado y reiniciándose nuevamente el proceso, el que habrá de continuar indefinidamente
si no se tienen en cuenta los efectos amortiguadores de las pérdidas de energía.

7.2.- VALORES DE LAS MÁXIMAS SOBREPRESIONES Y DIAGRAMAS


ENVOLVENTES

La teoría y la práctica demuestran que las máximas sobrepresiones posibles se logran para los
casos en que la maniobra de cierre sea menor que el tiempo que tarda la onda en su viaje de ida y
vuelta al obturador. Este tiempo lo denominaremos tiempo crítico Tc y vale:

2L
Tc  (7.1)
c
y la maniobra de cierre que denominaremos “brusca” cumple la condición:

2L
TMCB  (7.2)
c
Obviamente en el caso del cierre instantáneo entra dentro de esta apreciación como caso
extremo particular.

El valor máximo de la sobrepresión resulta:


cU
h máx  (7.3)
g
En la que:
- c es la celeridad de la onda en m/s.

- U es la velocidad media en el régimen uniforme.

- g es la aceleración normal de la gravedad.

c representa valores del orden de 300 a 400 m/s en las conducciones de materiales plásticos y
de 980 a 1200 en las conducciones rígidas, siendo en general función del diámetro, del espesor y del
módulo de elasticidad del material del caño.

Nótese que fácilmente se obtienen, para el caso de los caños de materiales rígidos, valores de
sobrepresión máxima que responden a la expresión aproximada:

h máx  100 U (7.4)

73
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 7

La que se obtiene, considerando c  1000 m/s y g  10 m/s2. Con idéntico criterio,


tendremos para los caños flexibles:
h máx  40 U (7.5)

Una velocidad de diseño común, o al menos el orden de negatividad es U = 1 m/s, por lo que de
la (7.4) se deduce que son alcanzables sobrepresiones máximas del orden de los 100 m.d.c. de agua ó
10 atmósferas.

Las magnitudes de sobrepresión puestas en juego, justifican plenamente las posibilidades de


colapso de conducciones de caños rígidos y la necesidad de que los ingenieros evalúen y proyecten,
criteriosamente, los órganos y maniobras de cierre.

Resulta interesante trazar el diagrama de envolventes de sobrepresiones máximas tal como se


indica en la Figura 7.2.

Los desarrollos teóricos y la experiencia demuestran que si el tiempo que tarda en cerrarse el
obturador es Tc, un tramo de conducción dado por el valor ½ c. TMC no estará sometido a la máxima
sobrepresión.

Figura 7.2
Diagrama envolvente de sobrepresiones para cierre brusco

De lo expuesto deben deducirse dos hechos importantes, el primero que si el cierre es


instantáneo; es decir TMC = 0, el diagrama de sobrepresión es h = hmáx = cte. en toda la
conducción. El segundo que haciendo crecer al tiempo de cierre, menor será el tramo sometido a
máxima sobrepresión, llegándose al caso extremo que para TMC = 2L/c la máxima sobrepresión sólo
actuará en la sección del obturador.

74
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 7

Figura 7.3
Diagrama para distintos valores de TMC

La tendencia favorable en cuanto a hacer más lenta las maniobras de cierre puede extenderse a
los casos en que éstas sean mayores que el tiempo crítico Tc. En efecto, para estas maniobras que
llamaremos “maniobras lentas de cierre” y en tiempos de cierre lento, debe verificarse que:

2L
TMCL  (7.6)
c

La teoría nos enseña que la máxima sobrepresión no llega al máximo y está dada por la
expresión de MICHAUD:

2LU
h *  (7.7)
g TMCL

Nótese que al hacer TMCL lo suficientemente grande, se puede hacer tan pequeño como se desee
el valor de h* dado por la (7.5).

El diagrama envolvente de sobrepresiones máximas resulta para el caso de maniobras de cierre


lentas, un triángulo como el esquematizado en la Figura 7.4.

75
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 7

Figura 7.4
Diagrama de envolventes de sobrepresiones máximas
para maniobras lentas de cierre

Todos los elementos conceptuales se basan en una hipótesis de difícil realización práctica, que
es la denominada “maniobra lineal de cierre del obturador”.

Esta maniobra es difícil de lograr en la práctica puesto que las válvulas en general, afectan al
caudal recién a partir del 70% o más de su carrera de cierre, por lo que podemos creer realizar una
maniobra conducente al diagrama de la Figura 7.4 y en la realidad estamos más cerca de un diagrama
como el de la Figura 7.3. Este hecho se soluciona operando aún mucho más lentamente las válvulas
en los tramos finales de la carrera de cierre.

76
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 8

C
CAAPPÍÍTTU
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O 88..-- H
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8.1.- CONCEPTO DE ALTURA MANOMÉTRICA DE LA BOMBA

En la Figura 8.1 se esquematiza una instalación de bombeo, la que consta de dos reservorios R1
y R2, siendo el nivel en éste último superior al primero en una altura topográfica que llamamos HT.
Ambos reservorios están conectados por una conducción de diámetro D, interrumpida por una bomba
cuya misión es la de elevar un caudal Q a la altura HT.

Nota: A los fines didácticos, se considera el ingreso en la cañería de impulsión en el repertorio R2 por debajo del nivel
de agua.
Figura 8.1
Líneas de Energía y Piezométrica en una instalación de bombeo

El tramo de conducción hasta la bomba se denomina “aspiración”, y el que parte de la bomba


hasta la cisterna, es la “impulsión propiamente dicha”. En general, a toda la instalación se la
denomina genéricamente como “impulsión”.

Analizaremos, a continuación, y en forma cualitativa, la hidrodinámica de la instalación. Es


decir, trazaremos las líneas de energía y piezométrica, lo que nos va a permitir definir con precisión
el concepto de “altura manométrica”, de gran interés en la selección de la bomba.

Se comienza por calcular la pérdida de energía en la aspiración (Tramo 1-2) que será J1-2. Se
descuenta luego este valor del nivel energético del líquido en la sección 2-2 (un infinitésimo antes de
la brida de aspiración), obteniéndose así el punto C que representa la energía de la unidad de peso del
líquido antes de ingresar a la bomba. Uniendo C con D se obtiene la línea de energía de pendiente j*.

77
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 8

Conocido el caudal Q, es inmediato el cálculo de U, con lo que se determina la energía cinética


U2/2g y se está en condiciones de trazar la línea piezométrica de pendiente j = j*.

Se procede ahora a calcular la impulsión, considerando que ésta se desarrolla desde la brida de
impulsión (sección 2’-2’) hasta la embocadura en el reservorio R2.

La longitud l2-2 resulta despreciable frente a la longitud total l1-3 de toda la conducción, por
lo que, en términos prácticos, las secciones 2-2 y 2’-2’ son coincidentes.

Para determinar el nivel energético que debe tener el líquido en la brida de impulsión (es decir
a la salida de la bomba), se hará el análisis partiendo del único punto conocido de la línea
piezométrica, que es el F.

Como el diámetro y el material de la impulsión son los mismos, obviamente la “pendiente” de


la línea piezométrica y de la línea de energía seguirá siendo j = j*. Trazando una paralela por F a la
piezométrica de la aspiración y limitándola en la sección 2’-2’, se obtiene la piezométrica de la
impulsión. Trazando una paralela a la distancia U2/2g se obtiene la línea de energía, la que define, en
la sección 2’-2’, el punto D, representativo del nivel energético necesario a la salida de la bomba para
que el caudal, venciendo la resistencia del conducto (que origina una “pérdida de energía” J2-3) y
con una velocidad U, llegue al nivel del reservorio R2.

La energía por unidad de peso que escurre y que la bomba debe entregar al líquido, está dada
por la altura Hm, que se denominará “altura manométrica”. Del análisis de la Figura 8.1 surge que:

U2
Hm  H T  J 1 2  J 23 
2g
Es decir:
Hm  H T   J (8.1)

En la sumatoria se engloban todas las pérdidas de energía de la instalación.

Para pasar a la expresión de la potencia que se necesita entregar a la vena líquida para elevar el
caudal Q a la altura HT, venciendo las resistencias de la conducción, se multiplica por Q.

N =  Q Hm (8.2)

Como la bomba tiene rozamientos mecánicos, es evidente que el motor tendrá que entregar
algo más de potencia para suplir la que se disipa en los rozamientos, de modo que a la vena líquida
llegue la potencia necesaria N.

La potencia a suministrar en el eje será entonces:

N
He  (8.3)

Donde  es el rendimiento de la bomba (siempre menor que la unidad).

78
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 8

Reemplazando la (8.2) en la (8.3):

 Q Hm
Ne  (8.4)

Las unidades de la (8.4) en el sistema técnico resultan:

kg m 3
Ne  m 
kg m
m3 s s

Para expresarla en HP debe dividirse por 75 y para expresarla en KW por 102, por lo que
finalmente tendremos:
 Q Hm
Ne  (HP) (8.5)
75 
 Q Hm
Ne  (KW ) (8.6)
75 

Las (8.4), (8.5), (8.6) constituyen expresiones fundamentales para la selección de bombas.

Aclararemos, a continuación, el porqué de la denominación de altura manométrica al concepto


dado por la (8.1).

Planteando el teorema de Bernoulli entre brida de aspiración y brida de impulsión de la bomba,


tendremos:
P U2 P U2
Z1  1  1  Hm  Z 2  2  2
 2g  2g
Despejando Hm:

Hm  Z 2  Z1   2 

P  P1  U 2 2  U12  (8.7)
 2g

Pero las diferencias entre Z2 y Z1 son unos pocos centímetros frente a los muchos metros que
implican las alturas de presiones. Por otra parte, U2 resulta igual a U1 al ser el diámetro de la
aspiración igual al de la impulsión, por lo que:

Z 2  Z1  0
U 2 2  U12
0
2g
Entonces, la (8.7) se reduce a:
P2  P1
Hm  (8.8)

Por lo que la altura manométrica puede ser medida conectando un manómetro diferencial entre
brida de aspiración y brida de impulsión. Este concepto es el que motiva su denominación.

79
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 8

8.2.- EL DIÁMETRO MÁS ECONÓMICO DE UNA INSTALACIÓN DE IMPULSIÓN

En teoría, existen infinitas soluciones al problema de elevar un caudal Q a la altura HT.

En efecto, consideremos la instalación de la Figura 8.2 y pensemos en resolver el problema con


un diámetro D1 relativamente grande.

Figura 8.2
Variación de Hm con el diámetro D

Ello implica un valor de pérdida de energía unitaria relativamente pequeña según deducimos de
la expresión de Darcy-Weisbach:
2
f U1
j1 *  (8.9)
D 1 2g

En cambio, de optar por un diámetro relativamente chico, el valor de j2* será sensiblemente
mayor que j1*, puesto que crece con el cuadrado de la velocidad. En consecuencia, en el segundo
caso, la altura manométrica resulta mayor que en el primero.

Obviamente, un mayor diámetro implica una mayor inversión inicial en la adquisición de los
caños, su transporte al lugar de emplazamiento y sus costos de instalación, a la vez que implica
menores costos de operación, puesto que se consume menos energía eléctrica al bombear el mismo
caudal a una altura manométrica menor.

El cálculo hidráulico brinda, en teoría, infinitas soluciones al problema y, en la práctica,


numerosas opciones dadas por un gran número de posibilidades de diámetros y bombas ofertadas por
la industria.

El problema se resuelve introduciendo variables económicas que posibiliten una solución a la


indeterminación planteada, a la vez que impliquen el diseño más económico de la instalación.

80
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 8

No pretendemos desarrollar aquí las ecuaciones para el cálculo que son de la competencia del
ingeniero, pero sí brindar los conceptos que permiten al proyectista la determinación del diámetro
más adecuado.

La inversión inicial implica un capital por m de caño de instalación, el que, con un interés anual
“i”, en el plazo de amortización de la obra que estimamos en “n” años, se transforma en una compleja
función del diámetro, creciente en forma aproximada con el cuadrado del mismo y que
denominaremos “Costo Unitario Anualizado de Caños, Cuac”:

Cuac= f(D2) (8.10)

En cambio, los costos de energía, por m de caño instalado y por año, dan una función variable
aproximadamente con la inversa del diámetro a la quinta potencia; lo denominamos “Costo Unitario
Anual de Energía”:

Cuae= f(1/D5) (8.11)

La función suma de ambos será:

Cuc = Cuac + Cuae (8.12)

El valor mínimo de la (8.12) nos da el diámetro más económico, el que, además de satisfacer
las exigencias hidráulicas, cumplimenta con el objetivo de dar lugar a la solución más económica,
para el plazo de amortización de la obra.

En la Figura 8.3, se brindan gráficamente las ecuaciones (8.10) a (8.12) y se observa el valor
del diámetro mínimo o más económico. Este gráfico es tratado en la bibliografía especializada con la
denominación de “Diagrama de CAMERER”.

Figura 8.3
Diagrama de CAMERER

81
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 8

8.3.- CURVAS CARACTERÍSTICAS DE LAS BOMBAS

El fabricante brinda por lo general al usuario cuatro curvas características de las bombas que
oferta. Llamaremos así a las funciones H,  y N en función del caudal Q, a las que se les agrega una
cuarta denominada “Altura Neta Positiva de Aspiración”, más conocida por su sigla ANPA, que
también es función de Q, y que estudiaremos más adelante.

En general, la forma de estas cuatro curvas es similar a las de la Figura 8.4.

Figura 8.4
Curvas características de la bomba

8.3.1.- Características H-Q; -Q y N-Q

La característica principal es la curva H-Q que brinda la altura manométrica de la bomba para
cada abscisa, es decir para cada caudal, y para el número de revoluciones nominal.

La curva -Q brinda el rendimiento en función del caudal y, obviamente, el caudal de diseño de
la instalación debe verificar buen rendimiento de la bomba.

La curva N-Q da los valores de la potencia absorbida para cualquier caudal elevado a la
correspondiente altura manométrica.

El concepto de ANPA y su curva característica merecen un tratamiento especial.

8.3.2.- Concepto de ANPA y curva ANPA-Q

En la Figura 8.5 se esquematiza un corte de una bomba según un plano que contiene al eje. La
velocidad en el tubo de aspiración es U y la energía cedida a la bomba hace que el líquido sea
acelerado hasta la velocidad C1 en la sección de ingreso a los álabes.

82
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 8

La teoría y la práctica demuestran que la


bomba centrífuga origina una depresión en la
zona de ingreso a los álabes que posibilita la
succión del líquido a través de la tubería de
aspiración. Una vez que recibe la energía del
exterior, el líquido aumenta su presión
justamente en el valor de la altura
manométrica. Es decir que en la sección de
salida del rotor la presión alcanza los valores
máximos.

En resumen, el proceso es el siguiente:

La energía provista por el motor a la


bomba implica una aceleración desde U hasta
C1, lo que origina una caída de presión (a
valores de presión relativa negativa)
responsable del efecto de succión que tiene
lugar en el tubo de aspiración. Figura 8.5
Corte de una Bomba

Una vez ingresado el líquido al rotor, recibe la energía externa, que se traduce en un aumento
violento de la presión hasta alcanzar la altura manométrica.

Analicemos lo que ocurre en las inmediaciones del ingreso a los álabes: si la presión es tan baja
que posibilita la evaporación del agua, se forman burbujas de vapor que, un instante después, al
ingresar al rotor, se encuentran en una zona de alta presión, que obliga a un condensado
prácticamente instantáneo de las burbujas de referencia.

Este condensado súbito se produce por razones no del todo conocidas, a través de un proceso
que da, como resultado del mismo, un ataque a las partes metálicas que debilitan su estructura
molecular y pueden llevar al colapso del material y hasta de las instalaciones anexas.

Este fenómeno, que debe ser dentro de lo posible evitado, se denomina “cavitación”.

Cuando una bomba “cavita” se produce un sordo ruido característico, a la vez que la bomba no
funciona de acuerdo a los requerimientos. Incluso se acorta, muchas veces drásticamente, la vida útil
del rotor.

El proyectista de las estaciones de bombeo debe tener muy presente el fenómeno de referencia
y evitarlo, considerando el criterio que a continuación desarrollaremos.

Para ello debemos definir previamente el concepto de Altura Neta Positiva de Aspiración:

“...ANPA es la presión mínima requerida en el eje de la sección de la brida de aspiración, tal


que no se produzca cavitación en la sección de ingreso a los álabes del rotor...”. Es decir que, si la
presión en el eje baja a valores menores que los de ANPA, irremediablemente tendremos cavitación
en el ingreso a los álabes.

83
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 8

La teoría y la experimentación prueban que ANPA es una función creciente con los valores del
caudal, tal como se ilustra en la Figura 8.4, en la que puede distinguirse la curva ANPA-Q, como una
de las 4 características que debe brindar el fabricante al usuario.

8.4.- CONCEPTO DE ALTURA LÍMITE DE ASPIRACIÓN

Se define como “altura de aspiración” al valor Hs medido desde la superficie del agua hasta el
nivel del eje de la bomba cuando éste es horizontal. En el caso de eje vertical, la “altura de aspiración
Hs” se mide desde el nivel del líquido hasta la sección de la brida de aspiración.

Figura 8.6
Altura de Aspiración

Cuanto más alto el tubo de aspiración, mayor es la depresión en la zona de ingreso al rotor. La
depresión máxima teórica será el vacío total, es decir –10,33 m.d.c.a (al nivel del mar), por lo que el
límite teórico de la altura de aspiración será ese valor. Pero, evidentemente, las pérdidas de energía,
la necesidad de mantener un valor de velocidad en el tubo de aspiración, probables mayores cotas que
los del nivel del mar y la previsión del fenómeno de cavitación reducen este valor teórico a un valor
práctico, que la teoría y experiencia demuestran que vale:

Pa  Pv  U2 
Hs lim 

 ANPA 
 2g
  Ja  (8.13)

En la (8.13) tenemos que:

- Hslim es la “altura de aspiración límite”.


- Pa es la presión atmosférica, función de la altura del lugar de emplazamiento.
- Pv es la presión de vaporización, función de la temperatura del agua.

84
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 8

- ANPA es el valor de la presión mínima a la altura de la brida de aspiración, que


garantiza evitar el fenómeno de cavitación.
- U es la velocidad media en el tubo de aspiración para el caudal de diseño.
-  Ja es la suma de todas las pérdidas existentes en la tubería de aspiración.

Evidentemente, para que la bomba no cavite, debe cumplirse la condición de que la “altura de
aspiración” de la bomba instalada sea menor o igual que la “altura límite” que surge de la (8.13), es
decir:
Hs  Hslim (8.14)

8.5.- CURVA CARACTERÍSTICA DE LA INSTALACIÓN Y PUNTO DE


FUNCIONAMIENTO

En la curva dada por la ecuación (8.1), es decir:

H m  H T  J

en la que J incluye a todas las pérdidas de la instalación, sean éstas generales o localizadas y
HT es el desnivel entre los reservorios R1 y R2, que se mantiene constante cuando el escurrimiento es
permanente.

Nuestro propósito es transformar la (8.1) para ponerla en función de Q, y poder representarla en


el diagrama H-Q. Así se podrá determinar el punto de funcionamiento de la instalación, en su
intersección con la característica H-Q de la bomba.

Para evaluar las pérdidas unitarias utilizaremos la ecuación de Hazen y Williams:

1 Q1.85
j
(0.275 C)1.85 D 4.85

Para determinar la pérdida J en un tramo de longitud L, multiplicamos la anterior por la suma


L + Le, donde Le es la “longitud equivalente” de los accesorios incluidos en el tramo en estudio, es
decir:
(L  Le) Q1.85
J  j (L  Le)  (8.15)
(0.275 C)1.85 D 4.85

Considerando para la aspiración y la impulsión propiamente dicha la posibilidad de diámetros y


materiales distintos, para mayor generalidad de la expresión a obtener, tendremos:

 (L a  Le a ) (L i  Le i )  1.85
J   1.85 4.85
 4.85 
Q (8.16)
 (0.275 C a ) D a (0.275 C i )1.85 D i 

en la que los subíndices a e i indican “aspiración” e “impulsión” respectivamente.

85
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 8

Finalmente, la expresión (8.1) nos queda:

 (L a  Le a ) (L i  Le i )  1.85
Hm  HT   1.85 4.85
 4.85 
Q (8.17)
 (0.275 C a ) D a (0.275 C i )1.85 D i 

Es de destacar que normalmente, la aspiración es de acero, mientras que la impulsión puede ser
de cualquier material.

Representando la (8.17) en la Figura 8.7, su


intersección con la característica H-Q de la bomba
nos da el punto de funcionamiento de la
instalación.

El mismo debe verificar que los valores


H0-Q0 sean similares a los requeridos en el
proyecto, y además implique buen rendimiento de
la bomba, es decir se encuentre sobre la colina de
la curva H-Q.

De las curvas características, se obtiene el


valor del ANPA correspondiente a Q0, que
posibilita la verificación de la altura de aspiración
Hs con las (8.13) y (8.14). Finalmente la curva N-
Q, en su intersección con Q0, determinará la
potencia absorbida por el caudal de diseño y Figura 8.7
posibilitará los análisis preciosos de costos de Punto de funcionamiento de la instalación
energía.

8.6.- BOMBAS EN SERIE Y EN PARALELO

8.6.1.- Bombas en Serie

Cuando se requiere elevar un dado


caudal a alturas importantes, se pueden
instalar rotores en serie puesto que sus
curvas características se suman en el
sentido del eje H.

En la Figura 8.8 esquematizamos 3


rotores en serie. Imaginemos que los
requerimientos de proyecto son por el par
de valores H0-Q0. Los tres rotores en serie
resolverían en teoría el problema,
aportando cada uno la tercera parte de H0
y siendo:

Figura 8.8 H 01  H 02  H 03
Rotores en serie
86
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 8

y H 0  H 01  H 02  H 03  3 H 01

Pero esta solución está dando un HT menor que el HT = H0 requerido en el proyecto, puesto que
la característica de la instalación que pasa por ese punto así lo confirma. Trazando la característica a
partir de HTnec el punto de funcionamiento es P1 que implica una altura H1 > H0 y Q algo menor que
Q0.

En consecuencia, cuando se disponen rotores en serie no podemos decir que el mismo caudal es
elevado en forma exactamente proporcional al número de rotores. Existe una modificación originada
por la curva característica de la instalación.

Desde el punto de vista constructivo, se pueden disponer los rotores en serie sobre un mismo
eje, tal como puede observarse en la Figura 8.9. Este es el criterio de diseño utilizado para las
bombas de pozo profundo, las que, en general, deben elevar relativamente bajos caudales a alturas
considerables.

Figura 8.9
Bombas de pozo profundo

8.6.2.- Bombas en Paralelo

Se disponen las bombas en paralelo cuando se requiere aumentar el caudal a elevar a una
determinada altura.

En este caso, las características de los rotores se suman en el sentido del eje Q tal como puede
apreciarse en la Figura 8.10. En la Figura 8.11 se ilustra esquemáticamente la disposición de una
instalación de tres bombas en paralelo.

De la Figura 8.10 puede deducirse que para un determinado valor de H0, el caudal suma de los
tres rotores en paralelo será:
Q0 = 3 Q01

87
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 8

Q3
Es decir que cada rotor aportaría, en teoría, un caudal Q 01  . Lo que sería válido siempre
3
que H0 fuera igual a HT. Pero como la curva característica de la instalación debe ser tenida en cuenta,
en realidad el punto de funcionamiento será el P’ en lugar de P.

Este hecho implica un caudal Q0’ menor que Q0 y que será elevado a una altura manométrica
H0’ mayor que H0.

Nótese que no siempre es beneficioso el agregado de bombas en paralelo, puesto que el aporte
de caudal a partir de un determinado número de bombas, puede ser irrelevante.

Figura 8.10
Bombas en paralelo

Impulsión
Q

VM VM VM
VR VR VR

B1 B2 B3

Aspiración
Q

Figura 38
Instalación de 3 bombas en paralelo

88
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 9

C
CAAPPÍÍTTU
ULLO
O 99..-- EELL A
AIIR
REE EEN
N LLA
ASS C
COON
NDDU
UCCC
CIIO
ONNEESS A REESSIIÓ
A PPR ÓNN

9.1.- INGRESO Y SALIDA DEL AIRE EN LAS CONDUCCIONES A PRESIÓN

En términos generales podemos afirmar que el vaciado de las conducciones a presión, ya sea
provocado deliberadamente (atendiendo a causas de mantenimiento) o por razones accidentales
(como eventuales colapsos) introduce depresión, con las consiguientes consecuencias que
evaluaremos en el desarrollo del presente texto.

En las impulsiones en particular, las depresiones accidentales se dan frecuentemente como


resultante de los inevitables cortes de energía y el consecuente cese del bombeo.

Las depresiones habrán de significar en todos los casos, un funcionamiento defectuoso en los
procesos de vaciado y posterior llenado, si no se tienen en cuenta criteriosamente, los ingresos y
salidas del aire. Incluso hasta puede significar el colapso por "aplastamiento", para el caso de
materiales flexibles y por lo tanto muy deformables ante las cargas externas debidas al relleno y al
tránsito, cuyos efectos se suman al originado por las presiones relativas negativas (depresión).

El nombrado ingreso de aire, para contrarrestar los efectos nocivos de las depresiones, implica
además la evacuación posterior del mismo, una vez que se restablece el funcionamiento normal de la
conducción.

Las causales que motivan el ingreso de aire en las conducciones y su consecuente y posterior
evacuación, se resumen en los casos posibles que se detallan a continuación:

a) Vaciado normal, lo que requiere la instalación de válvulas para el ingreso de aire en los
puntos altos de la conducción. Durante el posterior llenado se tendrá una evacuación del aire
ingresado en condiciones de presión atmosférica (presión relativa nula).

b) Vaciado accidental, el que siempre es imprevisto y que requiere previsiones similares a las
especificadas precedentemente. En el caso de cese de bombeo en impulsiones por corte de
energía, la válvula de retención, la que debe instalarse obligatoriamente para proteger al
rotor de la bomba para que no gire en sentido contrario, imposibilita el vaciado por esa
causa, quedando sólo como posibilidad de vaciado el colapso de la conducción por alguna
causa accidental no prevista y contra la que no existen protecciones.

c) Depresión originada en la onda negativa por "Golpe de ariete". Es el caso de las instalaciones
de impulsión cuando se produce el arranque o el detenimiento del equipo de bombeo, siendo
en general de mayor magnitud éste último. Es de destacar que en éste caso la necesaria
evacuación del aire por los puntos altos de la instalación, se opera "en presión de línea".

En la práctica (y con buenos resultados) se considera que el caudal de aire a ingresar al sistema
debe ser igual al caudal de agua "que se pierde" por la depresión y que está dado por la expresión:

Q=Us

En la que :
- Q es el caudal de aire a incorporar
- U es la velocidad media del aire ingresante

89
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 9

-  es el "coeficiente de contracción" de la vena fluida (aire ingresante


por un orificio)
- s es la sección del orificio de ingreso.

La termodinámica, en el capítulo correspondiente a "Toberas", prueba que al establecerse una


diferencia de presiones entre dos compartimientos separados y vinculados a través de un orificio, la
velocidad del aire supera siempre un valor mínimo de 200 m/s, el que se establece con una diferencia
de presiones tan baja cómo de 2 m de columna de agua. En la Tabla 9.1 se brindan los valores para
depresiones comprendidas entre 2 y 5 m de columna de agua:

Depresión (m.c.d.a.) 2 3 4 5

U (m/s) 200 270 325 400

Tabla 9.1

9.2.- CONSECUENCIAS DEL AIRE EN LAS CONDUCCIONES

9.2.1.- Generalidades

El agua contiene una determinada cantidad de aire disuelto (solubilizado) que puede oscilar
entre los 25 y 40 cm3/l, y que su variación con la presión y la temperatura, está regida por la ley de
Henry.

En los puntos altos de la instalación y en todas aquellas singularidades que provocan


disminuciones de presión, se produce la salida de gas en forma de un burbujeo. Las burbujas pueden
ser arrastradas y tienden a quedar "atrapadas" en los nombrados puntos altos, formando "bolsones".
Dado que ésta problemática se origina en el funcionamiento "en régimen" de la conducción, la
eventual evacuación del aire debe realizarse a la presión de línea.

Los problemas que pueden originar los bolsones de aire atrapados pueden resumirse como
sigue:

a) Originan pérdidas de carga que pueden llegar a ser tan importantes como para impedir el
escurrimiento.

b) Al desplazarse en forma totalmente aleatoria, perturban el régimen de escurrimiento, el que


puede hacerse oscilante.

c) Al encontrar eventualmente una salida (por ejemplo ventilaciones) originan "golpes de ariete
inducidos por escape de aire".

Nota: Éste último fenómeno será oportunamente desarrollado en detalle.

90
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 9

De todo lo expuesto se concluye que, para evitar problemas de mal funcionamiento o incluso de
colapso en las conducciones a presión, es necesario provocar y controlar el ingreso y salida del aire
del interior de las mismas.

El nombrado control significa:

a) Proyectar las conducciones de forma tal que posibiliten el desplazamiento del aire hacia los
puntos altos, tratando de esta forma, de minimizar el desplazamiento errático de los
bolsones que se forman con el mismo. Los criterios normativos más actualizados aconsejan
generar pendientes mínimas de los trazados de manera de conseguir el efecto deseado y
siguiendo las recomendaciones que siguen:

Tramos ascendentes -------------- 1 a 3 por mil


Tramos descendentes ------------ 3 a 5 por mil

Nota: En general puede encontrarse cierta resistencia en los proyectistas, puesto que los
mayores costos de excavación que implica generar una "poligonal adecuada" constituyen
una razón de peso en contra de un diseño eficiente.

b) Seleccionar e instalar adecuadamente, "válvulas de aire" en puntos altos e intermedios.


Resulta conveniente instalarlas en todo quiebre de pendientes y si las distancia entre
quiebres es grande se recomienda instalar válvulas por lo menos a razón de una por
kilómetro.

Entre los tipos de válvulas que ofrece el mercado, es preciso distinguir puesto que su diseño es
diferente, a aquellas destinadas a la "evacuación de pequeños caudales a la presión de servicio", de
las que posibilitan la "evacuación o ingreso de importantes caudales a la presión atmosférica".

9.2.2.- El "Golpe de Ariete Inducido por Escape de Aire"

En el esquema de la Figura 9.1, puede ser Salida de Aire


apreciado cómo dentro de una conducción a presión, un
bolsón de aire relativamente grande, al encontrar una
salida para ventilación, induce la movilización de un Bolsón
volumen idéntico de agua generando una velocidad
inducida "U" en la misma. Obviamente, si el líquido
estuviere inicialmente en movimiento, ésta velocidad se
suma a la propia del escurrimiento.
Figura 9.1
Escape de un Bolsón de Aire

Teniendo en cuenta que la velocidad de escape del aire es sumamente elevada (no menor a los
200 m/s) al cesar el escape del mismo y comenzar la salida del agua, ésta lo hará con una velocidad
mucho menor, en función de su a la vez, mucha mayor viscosidad (orden de magnitud de 1 a 2 m/s
contra los 200 m/s mínimos del escape del aire). Éste hecho implica de por si, un detenimiento
prácticamente instantáneo del caudal de agua inducido por el escape de un caudal idéntico de agua,
originando en consecuencia una sobrepresión por "golpe de ariete".

91
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 9

Adoptando una velocidad mínima de salida del aire de 200 m/s, se obtiene una expresión de
aplicación práctica que relaciona el diámetro mínimo de la salida de aire:

d  0, 01581. D  0, 016. D

La expresión anterior brinda la relación, válida para conducciones de material "rígido", entre el
diámetro del orificio de la ventilación y el propio de la conducción a la que sirve, y siempre de
acuerdo con la normativa europea.

La expresión equivalente para conducciones de material flexible, resulta en primera


aproximación (adoptando una celeridad de 300 m/s) :

d  0, 02826. D  0, 028. D

9.2.3.- Eventuales Sobrepresiones por Transferencia de Energía Agua - Aire

Es de destacar que desde hace muchos años está difundido entre los instaladores de caños de
materiales de comportamiento a la rotura como "frágiles", el concepto de eventuales colapsos en las
pruebas hidráulicas de rigor, atribuibles a "explosiones debidas al aire atrapado".

Las mismas encontrarían su explicación en la transferencia de energía dinámica por parte de


masas importantes de agua, a bolsones relativamente pequeños de aire atrapado en el interior de las
conducciones a presión.

El antecedente publicado más antiguo lo constituye una edición del manual "Uralita" de España
(productores de caños de PVC, de Fibrocemento y otros entre una enorme cantidad de productos de
aplicación en las obras de Ingeniería y de Arquitectura) que data de 1957 y que es reiterada en todas
las ediciones, incluyendo la más actualizada de 1987.

En el antecedente de referencia se brinda un ejemplo numérico, en el que se determina la


sobrepresión que alcanza un bolsón de aire de volumen o , atrapado en la parte más alta de una
conducción siempre ascendente, de diámetro D y longitud L, y admitiendo una presión inicial po
cuando el sistema está en reposo. Se considera que súbitamente se le imprime al líquido una
velocidad U, actuando así el cilindro líquido como una suerte de pistón, que transfiere energía
cinética al relativamente pequeño bolsón de aire atrapado en el extremo elevado de la conducción en
estudio.

Al ser L relativamente pequeño, el cilindro de agua se comporta como si fuera rígido,


asimilándose así el efecto contra el bolsón de aire como el del pistón aludido.

El planteo anterior permite concluir que para valores del volumen de aire lo suficientemente
pequeño, los valores de p pueden ser tan grandes como se desee, explicándose así el efecto de
detonación debido a la transferencia de energía " cilindro de agua -bolsón de aire ".

Obviamente al ser el volumen de aire relativamente importante, su efecto sería el de un


amortiguador (tal como se usa en las cámaras de aire que protegen contra el "golpe de ariete"). En
cambio al resultar pequeño se puede llegar fácilmente a valores enormes de la presión p.

92
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 9

Las sobrepresiones originadas en el fenómeno descripto se presentan en forma imprevisible y


han presentado su mayor ocurrencia en el transcurso de pruebas hidráulicas.

No existe actualmente bibliografía que trate el tema "in extenso" y mucho menos
recomendaciones para tener en cuenta, exceptuando todas aquellas relacionadas con una correcta
evacuación del aire durante las pruebas, lo que está íntimamente relacionado con la adopción de un
buen sistema de válvulas de aire.

9.3.- VÁLVULAS PARA ESCAPE O INGRESO DE AIRE DE LAS CONDUCCIONES A


PRESIÓN.

9.3.1.- Conceptos Básicos y Diseños Tradicionales

La función de una válvula de aire es la de permitir evacuar el aire del interior de las
conducciones tratando de evitar o al menos minimizar, la posibilidad de que quede atrapado en algún
sector alto de la misma.

Básicamente consiste en un flotador que obtura un orificio cuando en el conducto no hay aire, y
lo deja libre cuando si lo hay.

De todos los conceptos analizados se infiere que no es posible asegurar con un mismo flotador
las funciones de "escape de grandes caudales de aire a presión atmosférica", y de "pequeños caudales
de aire a la presión de trabajo", dado que:

a) La primera condición (gran Q a pa) fija el área s del orificio y consecuentemente el volumen
del flotador resulta importante.

b) La segunda condición (pequeño Q a po) fija justamente la presión de diseño.

En consecuencia los fabricantes se ven obligados a ofrecer diseños diferenciados para cada uso,
basados además en los siguientes conceptos:

a) La superficie s debe ser limitada por los "golpes de ariete inducidos por el escape del aire".

b) La velocidad de escape del aire cuando es evacuado (necesariamente alta) no debe arrastrar
al flotador y tender a pegarlo contra el orificio.

Se destaca especialmente, que las válvulas para "Evacuación de grandes caudales de aire a
presión atmosférica", son necesariamente de "doble efecto", puesto que también posibilitan la
función de "ingreso de grandes caudales de aire a presión atmosférica".

Los fabricantes ofrecen al mercado, un aparato que posibilita las tres funciones analizadas, las
que se logran con dos flotantes y otros tantos orificios, dimensionados de acuerdo a los conceptos
analizados precedentemente. En la Figura 9.2 se esquematizan, para un diseño tradicional difundido
en nuestro medio, los elementos básicos constitutivos de éstos tipos de válvulas de aire de tres
funciones.

93
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 9

1 2

Flotante para Flotante para


entrada y salida salida (pequeño Q
(gran Q y Patm) y Pserv)

Figura 9.2
Aparato de tres funciones

Estos aparatos han sido diseñados para ser instalados en conducciones de aguas relativamente
limpias. Cuando se trata del transporte de líquidos cloacales el problema es más delicado, puesto que
tales líquidos transportan suspensiones de partículas muy heterogéneas, entre las que abundan las de
naturaleza orgánica, lo que da como resultado la obstrucción de los orificios, el consecuente cierre
defectuoso, y muchas veces dificultades para que se produzca el despegue. Por ésta razones, en las
instalaciones para líquidos cloacales, deben ser utilizadas válvulas especialmente diseñadas para
enfrentar la problemática apuntada.

En la Figura 9.3 pueden ser apreciados los elementos de diseño, de un equipo también
tradicional, compuesto por dos cilindros verticales independientes y unidos entre sí, de los cuales
uno, esquematizado en la Figura 9.3a, posibilita la salida de pequeños volúmenes de gas (mezcla de
aire y gases provenientes del líquido cloacal). Cuando el líquido transportado por la conducción
alcanza el flotante ubicado en la parte inferior del cuerpo de la válvula, éste recibe un empuje
hidrostático el que es transmitido por un vástago adosado al mecanismo de ventilación, el que
mediante un juego de palancas convenientemente dispuestas, cierra la salida de aire.

El aire en el interior de la conducción se encuentra inicialmente a la presión atmosférica y es


comprimido cuando el líquido cloacal se eleva en el interior de la válvula por acción de la presión a
la que está sometido, hasta que aire y líquido equilibran su presión. El aparato está diseñado de forma
tal que el líquido no llega al sistema de ventilación, el que permanentemente está en contacto con
aire.

Aire y gas , al desprenderse del líquido cloacal tenderán a desplazar hacia abajo al líquido, y en
consecuencia el flotante resultará arrastrado, con lo que el mecanismo de ventilación resultará abierto
, permitiendo así que parte del aire y gas escapen hacia la atmósfera. En éstas circunstancias , el
líquido que necesariamente ocupa el volumen dejado por el aire, levanta el flotante con lo que se
cierra nuevamente la ventilación. Evidentemente, el ciclo se repite cada vez que la mezcla de aire y
gas se acumula en el interior de la válvula.

94
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 9

a) SALIDA DE b) ENTRADA Y c) ESQUEMA DE


AIRE Y GASES SALIDA DE AIRE INSTALACIÓN

Figura 9.3
Válvulas de aire de tres efectos para líquidos cloacales

El otro cilindro, que completa la válvula, posibilita las funciones de "ingreso y salida de
importantes caudales de gas a la presión atmosférica", es decir en los proceso de vaciado y llenado de
la conducción, con el propósito previamente analizado de evitar los efectos nocivos del aire ( o
mezcla aire-gas en éste caso ) inevitables en el interior de la conducción.

En este cilindro (Figura 9.3b) se dispone un flotador en la parte inferior y una bocha de goma
en la superior, unida con el primero mediante un vástago mantenido en la posición correcta mediante
una guía.

Al ingresar el líquido en el cilindro, el flotante recibe un empuje hidrostático que es transmitido


a la bocha superior por el vástago, quedando así el contacto con la atmósfera. Consecuentemente el
aire en el interior de la válvula se presuriza y mantiene el dispositivo de cierre alejado del líquido
cloacal. Al disminuir la presión en la conducción, el flotante cae al perder el sustento de la presión
hidrostática, y la bocha no obtura más al orificio que comunica con la atmósfera el interior del
cilindro, permitiendo así el ingreso de aire, el que ocupa el volumen previamente ocupado por el
líquido.

9.3.2.- Criterios Modernos de Diseño de Válvulas de Aire

9.3.2.1.- Válvulas Para Pequeño caudal de Aire a Presión de Trabajo

A las consideraciones teóricas que rigen su diseño y que conducen a calcular pequeños orificios
para poder acotar el "Golpe de ariete inducido por escape de aire" en valores prefijados, se le agregan
modernamente, criterios de diseño que hacen que la obturación sea paulatina.

95
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 9

Esto posibilita el escape no solo de pequeños bolsones que erráticamente circulan por la
conducción, si no que, también posibilitan el escape del aire que se desprende del agua, por burbujeo
y en forma continua.

Por estas consideraciones y por el hecho de que el escape se produce cada vez que el aire que
se acumula en la parte superior, logra el volumen suficiente para el descenso del flotante, a éste tipo
de válvulas se las conoce como "automáticas".

9.3.2.2.- Válvulas para Gran Caudal de Aire a Presión Atmosférica

El criterio tradicional de diseño, si bien es muy racional y acertado, al ser aplicado sin otras
consideraciones complementarias, trae aparejado inconvenientes de funcionamiento. En efecto, al no
ser considerados los efectos fluidodinámicos del aire que escapa, se está obviando la acción o
solicitación adicional, que está empujando al flotante contra el orificio, por lo que tiende a evitar su
despegado cuando éste es necesario.

En efecto, al desarrollar el análisis básico del diseño esquematizado en 9.3.2, no se han hecho
otras consideraciones que no sean de tipo hidrostático.

Es evidente que el aire al escapar con las velocidades siempre altas características del proceso,
ha de efectuar una acción dinámica en el sentido de empujar al flotante contra el orificio, y contraria
a su peso, lo que implica que muchas veces éste quede adherido cuando, justamente y por acción del
peso, debería despegarse.

Este efecto no deseado se anula en los diseños avanzados, protegiendo al flotante de la acción
dinámica del aire. La forma más apropiada se logra con una canastilla renurada o perforada de
manera tal que, posibilite la acción del empuje hidrostático del agua, por una parte, e impida la
acción dinámica del aire por la otra.

En base a su funcionamiento, fundado en evitar la acción de las elevadas velocidades del aire
que escapa, se las conoce a este tipo de válvulas, como cinéticas.

Resulta evidente que la maniobra de llenado debe realizarse cuidadosamente, para posibilitar el
siempre dificultoso escape del aire por los puntos cuspidales (naturales o realizados "ex-profeso"") en
los que invariablemente debe ser colocada una válvula de aire que posibilite la evacuación del mismo
desde el interior de la conducción a proteger.

El llenado rápido puede dar lugar a la formación de bolsones, los que al no encontrar una salida
rápida, pueden dar lugar a la problemática descripta y establecida en el comienzo del presente texto.

La normativa europea especifica desde hace muchos años, una velocidad de llenado que no
supere los 0,05 m/s a sección llena.

Este concepto resulta de prefijar un valor de sobrepresión máxima hmáx, para el "Golpe de
ariete inducido por el escape del último aire".

96
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 9

En efecto, en las postrimerías del llenado, cuando la tubería ya ha entrado en presión, el escape
de un bolsón de aire puede inducir una sobrepresión

hmáx = c U / g

En la que U es la velocidad a acotar. Si se despeja U de la anterior y nuevamente se establece


un hmáx de 5 m.c.d.a., se obtiene que:

U = g hmáx / c (9.1)

Si se tiene en cuenta que g es aproximadamente igual a 10 m/s2 y que para los materiales
rígidos c vale (también en términos de primera aproximación tecnológica) aproximadamente 1000
m/s, la velocidad máxima para que no se produzca una sobrepresión mayor de 5 m.c.d.a. será de
aproximadamente 0,05 m/s.

En cambio, si el material de la conducción resultara flexible, adoptando para ese caso un valor
máximo de c de 400 m/s, la velocidad de llenado máxima resultará de 0, 125 m/s.

El caudal de llenado puede entonces establecerse a partir de los valores anteriores a velocidades
máximas y de multiplicar a éstas por la sección de la tubería.

La condición de selección de la válvula de egreso de aire, adoptada con toda lógica, es que el
caudal de llenado sea igual al del aire a ser evacuado.

Obviamente el dispositivo que posibilita el ingreso de aire, también habrá de posibilitar la


salida del mismo, la que tendrá lugar en general con una característica p-Q algo distinta a la de
ingreso, aunque similar.

9.3.3.- Válvulas de tres efectos

Tal como se indicó oportunamente, cuando se abordaron los conceptos básicos de diseño,
resulta imposible lograr los tres efectos deseados y estudiados, con solo un flotador que obture a un
orificio único.

Es por ello que las funciones "Ingreso y salida de gran caudal de aire a presión atmosférica" y
"Salida de pequeño caudal a presión de trabajo", deben ser satisfechas en realidad por dos válvulas
con dimensiones y densidades de los flotadores distintas.

Los fabricantes ofrecen ambos tipos de válvula independientemente y algunos modelos del
mercado ofrecen válvulas con las tres funciones, lo que logran con un artefacto único, en el que en
realidad se encuentran las dos válvulas necesarias adosadas, con criterios de diseño y acople
ingeniosos .

En las figuras que siguen, se brindan ejemplos de válvulas de aire de diseño moderno,
difundidas en nuestro medio.

97
NOCIONES BÁSICAS DE HIDRÁULICA GENERAL CAPÍTULO 9

Válvula Automática

Válvula Automática Válvula Cinética con Válvula Válvula de 3 efectos para


Automática (3 efectos) instalaciones cloacales

Figura 9.4

98
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 10

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10.1.- SOLICITACIONES ACTUANTES EN LAS TUBERÍAS INSTALADAS EN ZANJA

La interpretación de la Figura 10.1 en la que puede ser apreciada una tubería instalada en zanja,
ilustra convenientemente sobre las solicitaciones de referencia.

En el capítulo relativo a la Hidrostática, se estudió la solicitación debida a la presión interna, lo


que llevó a la definición de “clase” de una tubería.

Evidentemente el material de relleno habrá de ejercer una acción o solicitación sobre la tubería
que tenderá a deformarla (ovalizarla) en función de las características elásticas de la misma y del
suelo de apoyo. Obviamente la intensidad de la solicitación dependerá de las características del suelo
del relleno y de apoyo y de la “Interacción Zanja-Tubería”. Cobra especial sentido la consideración
relativa a la mayor o menor deformación de la tubería, según se comporte ésta como rígida o flexible.

En este último caso, la mayor deformación implica reacciones laterales que deberán ser
equilibradas por los prismas laterales del la zanja, las que deberán ser en consecuencia debidamente
compactadas.

Nivel del Cargas debidas al


Terreno Tránsito (Dinámicas)

- El prisma central descarg


en los prismas laterales, y
éstos en las paredes de la
Carga debida al Relleno zanja.
(MARSTON-SPANGLER) - Re : Reacciones Laterales
- p : Presión Interna de
Trabajo
- p : Subpresión por
Golpe de Ariete

Qr
Apoyo en Material Y
Granular
p p

B
Figura 10.1
Solicitaciones en Caños Instalados en Zanja

Del simple análisis de la figura de referencia, surge que la selección de la tubería más
adecuada y el correspondiente diseño de la zanja (en general distintas para los distintos materiales del
mercado), constituye una decisión ingenieril laboriosa que debe ser cuidadosamente meditada.

99
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 10

En efecto, a la solicitación por presión interna en régimen permanente, la que en realidad nos
posibilita la “Preselección“ de la tubería, deberá agregarse la verificación de la solicitación debida a
la carga de relleno que incidirá sobre la conducción en función de las características de la zanja , y de
las propiedades mecánicas del suelo y del material constituyente de la tubería.

Además, deberán calcularse las acciones ejercidas por el efecto dinámico del tránsito que
eventualmente pudiere incidir y que resultará función de: los tipos de camiones, existencia de
pavimentos o no y las características mecánicas de las distintas capas de los mismos, o de los suelos
si el pavimento no existiere (Teoría de Boussinesq).

Por otra parte, desde que la tubería requiere Regulación o que puede constituir una Impulsión,
es evidente que deberá ser evaluado el siempre complejo problema de los movimientos transitorios,
más conocido por la denominación de “Golpe de Ariete”. Problemática que se presenta en forma
distinta en las tuberías rígidas o flexibles, pero que siempre es necesario tener en cuenta, no solo para
evaluar las sobrepresiones en el caso de las primeras y las depresiones para el caso de las segundas
(que son susceptibles al colapso por “Aplastamiento”) sino también para el dimensionado y ubicación
de los accesorios que posibiliten acotar convenientemente sus efectos.

Resumiendo los conceptos vertidos diremos que, una tubería enterrada y a presión, se encuentra
sometida a cuatro solicitaciones, a saber:

a) Debida a la presión interna en régimen permanente.

b) Debida a la sobrepresión interna variable entre valores positivos y negativos del régimen
impermanente (transitorios o “Golpe de Ariete”).

c) Debida a la carga del material de relleno.

d) Debida a la carga dinámica de Tránsito.

De acuerdo a lo dicho con la solicitación a) puede procederse a la “Preselección” de la tubería


la que deberá ser posteriormente verificada a las solicitaciones b),c) y d).

Nótese que para el caso de tuberías destinadas a drenaje (cloacas y pluviales), evidentemente
no existen las solicitaciones a) y b), por lo que su selección debe hacerse sobre la base de las
solicitaciones c) y d).

10.2.- NOCIONES SOBRE EL CÁLCULO ESTRUCTURAL DE LAS TUBERÍAS

10.2.1.- Concepto de Tuberías Rígidas o Flexibles

En primera aproximación, definimos a las primeras como aquellas que colapsan, al ser
sometidas a cargas de aplastamiento, con deformaciones pequeñas de su diámetro vertical (menores
al 1 %).
Las tuberías flexibles colapsan la forma antes que el material, puesto que la deformación de su
diámetro vertical (Deflexión ) puede llegar hasta valores muy altos, ovalizándose, sin que se rompa ,

100
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 10

pero colapsando la forma de manera inaceptable ( por los problemas que trae a las uniones y pérdida
de estanqueidad en las mismas). La Deflexión máxima admitida en las normas es del 5 %.

10.2.2.- Condiciones de Instalación En Zanja

10.2.2.1.- Condición de Zanja Angosta

Se define así el caso en el que el ancho b de la zanja es relativamente poco mayor que el
diámetro externo de la tubería instalada.

En la Figura 10.2 puede apreciarse la instalación de tuberías flexibles en el primer caso y


rígidas en el segundo.

TUBERÍA FLEXIBLE TUBERÍA RÍGIDA

Figura 10.2
Condición en Zanja Angosta – Tubería Rígida y Flexible

Nos encontramos en el primer caso cuando la tubería se deforma considerablemente en el


diámetro vertical, admitiendo una deflexión máxima del 5 % del mismo, ovalizándose por lo tanto la
tubería en base a las cargas externas hasta ese valor permitido. Los prismas laterales del suelo de
relleno tienen la misión de detener y acotar la ovalización.

En el caso de las tuberías rígidas, las deformaciones al alcanzar solo hasta el 1 % de deflexión
frente a la acción de las cargas externas, sobreviene inmediatamente el colapso.

Tanto en un caso como en otro la zanja angosta alivia las cargas que efectivamente incidirán
sobre la tubería gracias, a las fuerzas de frotamiento que se inducen en los planos tangentes verticales
a las tuberías. En efecto en el caso de ser esta flexible con respecto al relleno, se deformará más que
el prisma central, el que en cierta forma “se colgará” de los planos laterales, los que transmitirán

101
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 10

esfuerzos hasta que lleguen a las paredes de la zanja, de donde a su vez se “cuelgan “ estos prismas
laterales. En este caso tenemos un doble efecto de arco, como resultado del cuál la carga que
realmente incide sobre la tubería es considerablemente aliviada.

En el caso de una tubería rígida, se tiene que esta se deforma menos que el prisma central de
relleno, consecuentemente, los planos tangentes transmiten esfuerzos de fricción que se trasladan
hasta las paredes de la zanja, las que se encuentran relativamente próximas. Tiene así lugar un efecto
de arco simple, puesto que no toda la carga incidirá sobre la tubería.

Es evidente que en uno u otro caso, la zanja angosta ayuda puesto que alivia las cargas que
recibiría la tubería de ser B muy grande (zanja ancha).

10.2.2.2.- Condición de Instalación en Terraplén

El caso siguiente constituye la instalación en Terraplén (caso teórico en que B es infinito) o


Zanja Ancha (caso particular del anterior más frecuente en la práctica).

Zanja Inducida Incompleta Proyección Positiva Incompleta


Caños Flexibles en Terraplén (H>He) Caños Rígidos en Terraplén

Figura 10.3
Condiciones en Terraplén – Tubería Rígida y Flexible

En ambas figuras puede ser apreciado que no existe el alivio de las cargas que posibilita la
cercanía de las paredes de la zanja, es decir no se pone de manifiesto el beneficioso “Efecto de arco”.
Es por ello que las tuberías resultan más exigidas en esta condición de instalación, por lo que al tener
que resistir más cargas deberán contar con mayor espesor y/o mejores condiciones de
acondicionamiento en zanja.

102
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 10

10.2.3.- IMPORTANCIA DE LA ZANJA

De lo expuesto precedentemente, se deduce que existe una importante “interacción tubería


zanja”, por lo que el proyectista deberá evaluar el conjunto en su diseño. En efecto la zanja, en
función de la granulometría de su lecho, de las propiedades del suelo del fondo, de los laterales, del
ancho B y de sus propiedades mecánicas, ejercerá acciones que pueden ayudar a la tubería a resistir
las cargas en mayor o menor grado.

Por ejemplo, si se piensa en una tubería rígida apoyada en una cama de Hormigón abarcando
una gran ángulo de apoyo, es evidente que resistirá mucha más carga que si está apoyada en suelo y
con pequeño ángulo de apoyo. En este caso a igualdad de solicitación, la tubería del primer caso
puede tener un espesor sensiblemente menor, puesto que es más “ayudada” por la zanja. Es decir que
sería económica la tubería pero costosa la obra. Justamente las opciones que tiene el Ingeniero son las
que se pretenden difundir con ese ejemplo, que entendemos ilustra convenientemente sobre la
“Interacción Tubería-Zanja”.

En el caso de las tubería flexibles, su poca resistencia al aplastamiento hace que la importancia
de la zanja sea aún más relevante que en el caso de las tuberías rígidas. En efecto, los laterales de las
zanjas, fuertemente compactados, son las que evitan o mejor aún, acotan, la ovalización de la tubería,
la que solo aporta hasta una máximo de un 20 % como resistencia propia a la deflexión. El 80 %
restante lo debe aportar la zanja, o más precisamente sus prismas laterales, fuertemente compactados.

103
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 11

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Otra variable a ser muy tenida en cuenta en las comparaciones tecnológicas, que debe sumarse
al análisis de las solicitaciones, es la relativa al ataque corrosivo, el que puede ser externo o interno.

En el primer caso el ataque es siempre producido por la agresividad química de los suelos y en
el segundo, por el ataque proveniente del líquido que escurre.

Son susceptibles de los primeros, las tuberías de acero o fundición y los materiales cementicios
(Hormigones armados o sin armar y Fibrocemento). En cambio, el caso más usual para el segundo
caso es el del Sulfuro de Hidrógeno proveniente de los líquidos cloacales domésticos, para los que
son atacables las tuberías de PRFV y de materiales cementicios (incluida la Fundición dúctil puesto
que tiene revestimiento interno de mortero cementicio).

Las protecciones catódicas de las tuberías que contienen Hierro, los revestimientos externos,
para estas o las de materiales cementicios, las que a su vez pueden ser especificadas con cemento
ARS (Alta Resistencia a los Sulfatos), son condicionantes que necesariamente deberán ser tenidos en
cuenta en los análisis de precios. Asimismo, la necesidad de revestimiento interno (o no) deberá ser
analizada para el caso del ataque interno en tuberías de material cementicio (Fórmula o Índice de
Pomeroy), incluyendo la fundición dúctil la que es revestida interiormente con un mortero de
cemento, mientras que para el PRFV deberán comprobarse las normas internacionales vigentes a
tales efectos.

Nótese que a las variables propias de las cuatro solicitaciones analizadas en la Figura 10.1, les
hemos agregado ahora las provenientes de los ataques corrosivos externo e interno, dando lugar a un
complejo estudio ingenieril de las “Prestaciones Equivalentes”.

Es importante destacar un hecho que a pesar de ser elemental es poco considerado por nuestros
proyectistas. En efecto la más evidente de las “Prestaciones Equivalentes” es que ......"las
conducciones diseñadas deben transportar un caudal igual o mayor al requerido en el proyecto o la
especificaciones”..... Sorprendentemente éste requisito rara vez es tenido en cuenta a pesar que sus
fundamentos se encuentran en la Hidráulica elemental.

En efecto por todos es conocida la diferencia de rugosidades de los distintos materiales, pero lo
que es mucho más significativo es lo que generalmente se omite, y es que los diámetros internos o
“hidráulicos” son distintos para los materiales cuyo proceso de fabricación es por extrusión. Para el
caso de las tuberías de PVC, por ejemplo, al crecer el espesor (consecuentemente la “Clase”),
disminuye el diámetro interno para un dado diámetro comercial, por lo que su capacidad de
conducción, a igualdad de condiciones de escurrimiento, decrece significativamente de las clase 4 a
la clase 10.

De lo expuesto se deduce un “nuevo” análisis comparativo a realizar, el que estará muy


relacionado con la verificación de las Cargas Externas y las debidas al Golpe de Ariete. En efecto,
estas solicitaciones, con seguridad habrán de variar las "clases" mínimas preseleccionadas
habitualmente en esos materiales al no ser comparados con los alternativos que ofrece el mercado y
sobre la base de una “Prestación Equivalente”. Por consiguiente, al ser requerida una clase mayor, al
variar el diámetro interno varía también el caudal a transportar, lo que llevará a un aumento del
diámetro comercial por sobre el preseleccionado en primera aproximación. En este caso los

104
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 11

diámetros comerciales que prestan un servicio mínimo equivalente resultarán distintos con una
evidente influencia en el análisis de precios.

En resumen, los conceptos mínimos a ser comparados resultan ser seis: tres de origen
hidráulico, dos debidos a las solicitaciones por cargas externa y los debidos a los ataques corrosivos
externos e internos. Implican la:

1- Verificación de los distintos caudales que surjan en función de los diámetros internos reales
y los coeficientes de rugosidad de los distintos materiales que ofrece el mercado.

2- Verificación de la presión interna de trabajo en régimen permanente


(Relacionada con el concepto de clase y que constituye la base de la "Pre-
Selección").

3- Verificación o dimensionado teniendo en cuenta los regímenes impermanentes ( Estudio del


"Golpe de Ariete"), tanto en conducciones rígidas como flexibles (onda positiva y negativa
respectivamente), con la consecuente selección y ubicación de las válvulas de ingreso y
salida de aire.

4- Verificación o nuevo dimensionado considerando las cargas debidas al relleno, íntimamente


relacionadas con el diseño de la zanja y las características del suelo de las mismas
(interacción "Suelo-Zanja").

5- Verificación o nuevo dimensionado considerando las cargas debidas al tránsito


(Relacionadas con los tipos de camiones, la tapada, existencia de pavimentos o no, etc. Este
cálculo se realiza generalmente unido al estudio de la solicitación anterior).

6- Verificación al ataque corrosivo externo y/o interno.

Es de destacar que la problemática del "Golpe de Ariete", unida a la que surge del análisis de
las maniobras de "llenado", o "vaciado", da lugar a una consecuencia "secundaria" pero de gran
importancia en el análisis de precios, cómo es la selección y ubicación de válvulas para ingreso y
salida de aire. La necesidad del ingreso del mismo para evitar el "aplastamiento" de la tuberías
flexibles, constituyen otra instancia de comparación íntimamente relacionada con los costos de la
obra y rara vez tenida en cuenta.

En el caso de las tuberías para drenaje, es decir que funcionan a superficie libre, cobra especial
significación el cálculo de las carga externa puesto que además constituyen el parámetro fundamental
de selección al no existir la debida a la presión interna. Por otra parte, resulta esencial la verificación
al ataque corrosivo debido al SH2 y la correspondiente comparación entre materiales cementicios, los
que deberán verificar el índice de Pomeroy (Hormigones, Fibrocemento y Fundición dúctil revestida)
y los que no son atacados (El PRFV debe verificar normas ASTM al respecto).

105
HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES CAPÍTULO 11

11.1.- CONCEPTO DE "PRESTACIÓN EQUIVALENTE" Y CONSECUENCIAS


INMEDIATAS

De lo expuesto resulta evidente el significado de "Prestación Equivalente", concepto que


implica la comparación de todos los materiales del mercado, instalados en las zanjas que le
corresponden, previamente diseñadas de acuerdo a cada material y a las normas vigentes, que resistan
las solicitaciones a las que estarán sometidas y que transporten como mínimo el caudal requerido y
en condiciones ideales para resistir los ataques corrosivos, es decir definiendo claramente la
necesidad de revestimientos externos o internos.

Este concepto lleva ineludiblemente al de "Diseño Económico de Conducciones", el que se


logra a partir de la comparación de costos de las alternativas con distintos materiales que presten un
servicio equivalente.

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HIDRÁULICA APLICADA A LAS CONDUCCIONES BIBLIOGRAFÍA

Bibliografía

Nota: Para aquellos que quieran profundizar sus conocimientos, siguiendo las pautas docentes del texto que
nos ocupa, brindamos la Bibliografía que sigue, que por ser parte importante de la misma de los mismos
autores, conserva identidad conceptual .

 Hidráulica Fundamentos, Tomos 1 y 2, Ings. Dante Dalmati y Luis E. Pérez Farrás


(Problemas del Texto Ing. Adolfo Guitelman), CEI de la FIUBA.
 Escurrimientos a Presión, Capítulo 8 de Hidráulica General, Ings R. Cotta, Luis E. Pérez
Farrás, Aldo Dameri, Víctor Miganne, Horacio Albina, CEI de la FIUBA.
 Escurrimientos en Canales, Dante Dalmati, Rodolfo Dalmati, CEI de la FIUBA
 Manual de Hidráulica, Ing. Dante Dalmati , CEILP
 Máquinas Hidráulicas, Ing Luis E. Pérez Farrás, CEI de la FIUBA
 Escurrimientos transitorios a presión , Ing. Adolfo Guitelman, CEI de la FIUBA
 Escurrimientos transitorios a Superficie Libre, Ing. Adolfo Guitelman, CEI de la FIUBA.
 Escurrimientos transitorios en Conducciones a Presión, Ing. Luis E. Pérez Farrás, CEI de la
FIUBA.
 Prestaciones Equivalentes de tuberías de distintos materiales, Ing. Luis E. Pérez Farrás, CEI
de la FIUBA.
 El Aire Atrapado en las Conducciones a Presión, Ing. Luis E. Perez Farrás, CEI de la
FIUBA.

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