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JEROME BRUNER

Nació el 1 de octubre de 1915 en New York. Ingresó a la carrera de Psicología a los 16 años en
Duke University y estudió su Maestría en Harvard, graduándose en 1939 y obtuvo su PhD en
Psicología en el 1941, a los 25 años de edad.

Durante la Segunda Guerra Mundial se enlistó en el Ejército de los Estados Unidos, siendo
designado a la División de Psicología de Guerra. Finalizada la guerra regresó a la Universidad de
Harvard de 1945 a 1972, como investigador y profesor. Dedicó mucho tiempo a estudiar el modo
en el que aprendemos durante nuestros primeros años de vida. Esto le llevó a desarrollar una
teoría sobre tres modos básicos para representar la realidad que, a la vez, son tres maneras de
aprender con base a nuestras experiencias. Se trata de los modelos Enactivo, Icónico y Simbólico.

Modelo enactivo es el modo de aprendizaje que aparece primero, ya que se basa en algo que
realizamos desde los primeros días de vida: la acción física, en el significado más amplio del
término. En este, la interacción con el entorno sirve como base para la representación actuante, es
decir, el procesamiento de la información sobre aquello que tenemos cerca, que nos llega a través
de los sentidos.

Así, el aprendizaje se realiza a través de la imitación, la manipulación de objetos, el baile y la


actuación, entre otros, tratándose de un modo de aprendizaje equiparable a la etapa
sensoriomotriz de Piaget. Una vez consolidados ciertos aprendizajes a través de este modo,
aparece el modelo icónico, el cual se fundamenta en el uso de dibujos e imágenes en general que
puedan servir para aportar información sobre algo más allá de ellas mismas, por ejemplo la
memorización de países y capitales observando un mapa y de distintas especies animales viendo
fotografías, dibujos o películas. Este modo de aprendizaje representa la transición de lo concreto a
lo abstracto, y las características que pertenecen a estas dos dimensiones. Por otra parte, el
Modelo simbólico, se basa en el uso del lenguaje, ya sea hablado o escrito, siendo este el más
complejo, a través del cual se accede a los contenidos y procesos relacionados con lo abstracto.

Aunque el modelo simbólico es el último en aparecer, Bruner recalca que los otros dos siguen
produciéndose cuando se aprende de este modo, si bien han perdido buena parte de su
protagonismo. Por ejemplo, para aprender los patrones de movimiento de una danza tendremos
que recurrir al modo enactivo independientemente de nuestra edad, y lo mismo ocurrirá si
queremos memorizar las partes del cerebro humano.

Partiendo de un enfoque constructivista, Bruner entiende que la fuente del aprendizaje es


la motivación intrínseca, la curiosidad y, en general, todo aquello que genera interés en el
aprendiz. Así, el aprendizaje no es tanto el resultado de una serie de acciones como un proceso
continuado que se basa en el modo que el individuo clasifica la nueva información que le va
llegando para crear un todo con sentido. El éxito que se tenga a la hora de agrupar trozos de
conocimiento y clasificarlos de manera eficaz, determinará si el aprendizaje queda consolidado y
sirve como trampolín a otros tipos de aprendizaje o no.
En la década de los 60 desarrolló una teoría del aprendizaje de índole constructivista, conocida
como aprendizaje por descubrimiento o aprendizaje heurístico. La característica principal de esta
teoría es que promueve que el estudiante adquiera los conocimientos por sí mismo.

Esta forma de entender la educación, implica un cambio de paradigma en los métodos educativos
más tradicionales, puesto que los contenidos no se deben mostrar en su forma final, sino que han
de ser descubiertos progresivamente por los discentes, quienes pueden aprender a través de
un descubrimiento guiado que tiene lugar durante una exploración motivada por la curiosidad.

Por lo tanto, la labor del profesor no es explicar unos contenidos acabados, con un principio y un
final muy claros, sino que debe proporcionar el material adecuado para estimular a
sus estudiantes, mediante estrategias de observación, comparación, análisis de semejanzas y
diferencias, y más.

Bruner se retiró de la enseñanza universitaria habiendo cumplido 90 años y siguió conduciendo


seminarios ocasionales sobre teorías cognitivas hasta los 98. Culminó con toda actividad
académica en 2013. Su muerte ocurrió el domingo 5 de junio de 2016 en su casa de Manhattan en
New York a meses de cumplir 101 años de edad.

Tomado de:

http://www.scielo.org.pe/pdf/psico/v35n2/a13v35n2.pdf

https://www.universidadviu.com/el-aprendizaje-por-descubrimiento-de-bruner/

https://psicologiaymente.com/biografias/jerome-bruner

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