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A lo largo de la historia, el conjunto de características que

hacen a las personas diferentes entre ellas, teniendo una


forma de interpretar, actuar y vivir la vida distintivas han sido
estudiadas a conciencia. Este patrón distintivo es lo que
comúnmente conocemos como personalidad. Al tratarse de
un concepto abstracto, la personalidad es interpretable desde
una gran cantidad de enfoques.

De entre estos enfoques, algunos consideran que la


personalidad es un configuración única en cada persona, no
existiendo dos iguales. Así, cada persona es totalmente única,
si bien pueden encontrarse alguna similitudes con otros. Este
punto de vista es el que consideramos enfoque idiográfico,
siendo el máximo exponente de éste Gordon Allport y su
teoría de la personalidad.
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funciones y características"

¿Qué nos hace hacer lo que


hacemos?
El hecho de que nos comportemos, o que respondamos al
mundo de una manera o de otra se debe a un amplio grupo
de variables y factores.

Las situaciones que vivimos, qué nos exigen y cómo


interpretamos tanto la situación como lo que podemos ser
capaces de ver son elementos muy relevantes a la hora de
decidir un plan de actuación u otro. Sin embargo, no solo la
situación controla la conducta, sino que hay una serie de
variables internas que rigen junto a las demandas
ambientales que hacemos e incluso pensamos concretamente.

Estas últimas corresponden al conjunto de características


propias que conforman nuestra personalidad, la cual según el
principio de autonomía funcional de los motivos, es una fuerza
que provoca que nos motivemos a actuar de determinada
manera, siendo a su vez esta actuación motivante debido a la
activación de los patrones aprendidos a lo largo del ciclo vital.
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Allport"
El Propium y su configuración en la
personalidad
La personalidad ha sido conceptualizada de muy diversas
maneras según el autor, corriente teórica y enfoque que la
haya tratado. En el caso de Allport, este importante psicólogo
considera que la personalidad es una organización dinámica
de los sistemas psicofisiológicos que determinan el modo de
pensar y actuar característico del sujeto. A travËs de estos
elementos, Allport crea un sistema teórico orientado a
explicar cuál es el estilo de comportamiento de los individuos.

Sin embargo la personalidad necesita de un elemento


vertebrador en el que se estructuren las diferentes
características de la personalidad. Dicho eje es lo que el autor
denomina propium, siendo éste la autopercepción de ser una
entidad diferenciada. Se trata de la percepción del sujeto de sí
mismo como ser integrado por diferentes características,
experiencias y deseos, siendo la autopercepción de ser un ser
diferenciado.

En la teoría de la personalidad de Allport, se considera que


esta percepción de la propia entidad está formada por
diferentes factores. Los elementos que configuran dicho
esqueleto de la vida mental, que se van adquiriendo a lo largo
de la maduración psíquica, son los siguientes.

1. Yo corporal
Esta parte del propium es básicamente la experiencia de las
sensaciones corporales y perceptivas, que permiten la
experiencia con el medio exterior. Es el componente de la
consciencia acerca de las partes del propio cuerpo y el modo
en el que este se siente al entrar en contacto con los
estímulos externos.

2. Identidad
Se trata de la idea de que somos un “algo” de manera
continua, que va viviendo diferentes experiencias a lo largo
de la vida. Puede ser entendido como el hilo vertebrador de
nuestra propia historia vital, el modo en el que interpretamos
el recorrido que hemos ido realizando y, a partir de este, las
conclusiones que extraemos acerca de nosotros mismos.

3. Autoestima
La percepción de que no somos entes pasivos, sino que
modificamos nuestra experiencia y nuestra vida con nuestra
actuación, es una parte muy importante a la hora de integrar
la personalidad. Nos vemos como seres valiosos.
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autoestima en 30 días"

4. Autoimagen
Se trata de un elemento comparativo, que tiene en cuenta por
un lado la propia actuación y por el otro la reacción del medio
ante ella. Dicho de otro modo, es lo que se piensa que los
demás piensan de uno mismo.

5. Extensión del yo
Esta parte del self se refiere a la percepción de que la persona
tiene intereses concretos, siendo estos elementos
importantes para nosotros. Estos objetivos y metas forman un
vector de actuación que guía la conducta.

6. Racionalidad
Autopercepción de la capacidad de encontrar soluciones
adaptativas a los diferentes problemas y demandas que el
ambiente le pueda proporcionar. Está muy relacionado con la
autoconfianza.
7. Intencionalidad
El elemento más complejo del propium, la creación de un self
intencional supone la autoconciencia de ser un ser con sus
propios objetivos y metas, capacidad de motivarse y luchar
por conseguir

La estructura de la personalidad
La personalidad es un elemento que puede ser entendido
como una especie de sistema organizado que genera
patrones conductuales a partir de la actividad del sujeto. Para
explicar su organización y permitir el estudio y predicción de
la conducta, es necesario tener en cuenta el principal y más
básico de los elementos que lo configuran: los rasgos.
Los rasgos son aquel elemento que nos permite valorar
diferentes estímulos como un conjunto al que se puede
responder de manera semejante, siendo nuestro
comportamiento de alguna forma adaptativo a éstos.

Los rasgos son entendidos como el punto de unión entre


procesos mentales y componentes fisiológicos, siendo dicha
unión responsable de nuestra actuación. Así, Allport establece
que los rasgos provocan la tendencia a actuar siempre de
manera similar.

Los rasgos en la teoría personalística de


Allport
Como principal exponente del enfoque idiográfico, Allport
consideraba que los patrones conductuales de cada persona
son únicos y diferentes entre sujetos. A pesar de eso se
considera que que los seres humanos poseemos en general
los mismos tipos de rasgos, como la dependencia, la
agresividad, la sociabilidad y la ansiedad, con lo que no es
raro que existan patrones similares. Lo que hace que cada
individuo tenga su propia personalidad es la relación que se
da entre los rasgos de personalidad y cuales sobresalen en
cada uno.
Los rasgos de personalidad pueden clasificarse en función de
lo identificativo que sea de la conducta general del sujeto,
considerando el autor tres grandes tipos de rasgos

1. Rasgos cardinales
Se consideran rasgos cardinales aquellos rasgos de
personalidad que forman parte del propio núcleo de la
persona, afectando y definiendo la mayor parte del repertorio
conductual de la persona. Es decir, son los que tienen más
peso en el modo de ser de cada individuo.

2. Rasgos centrales
Los rasgos centrales son aquellos conjuntos de características
que tienen una influencia en el comportamiento de la persona
en diferentes contextos. Participan en nuestra actuación y las
tendencias que tenemos a pesar de que influyen en un
conjunto más restringido del comportamiento, como la
socialización, siendo en general independientes entre ellos.

3. Rasgos secundarios
Se trata de algunos elementos que, si bien no forman parte
de la personalidad general de los sujetos, pueden surgir en
determinados momentos, como a la hora de hacer frente a
una situación concreta.

Todo este conjunto de factores hace de la teoría de Allport un


elemento complejo que intenta dotar de un sentido a la
personalidad desde un punto de vista estructural, siendo las
principales características de la teoría personalística el hecho
de que cada persona está configurada a través de una
composición de diferentes rasgos única en cada persona y el
hecho de que el ser humano es un ente que no se limita a
permanecer estático mientras la vida pasa, sino que participa
activamente en su entorno para construir, experimentar y
cumplir metas y objetivos.
¿Qué tipo de teoría es la de
Allport?
La teoría de la personalidad de Allport resulta interesante no
únicamente por su contenido, sino también por la confluencia
entre diversas ideologías y perspectivas teóricas.

Independientemente de que se circunscriba a un punto de


visto idiográfico, en el que se destacan las variables que
hacen única y diferente a cada persona, la teoría establecida
por Allport indica que a pesar de que la configuración de cada
persona es única existen patrones de comportamiento
comunes, debido a que los rasgos de personalidad son en
general elementos innatos compartidos.

Del mismo modo, si bien su teoría es de carácter innatista, no


ignora la influencia de factores situacionales a la hora de
explicar la conducta, con lo que se aproxima a posturas
interaccionistas que ven la conducta como combinación entre
lo biológico y lo ambiental.

Por último, la teoría de Allport forma parte de las teorías


estructuralistas de la personalidad. Dichas teorías se basan en
la idea de que la personalidad es una configuración de
características organizada con una estructura concreta, que
permite predecir la conducta futura al tender el individuo a
actuar acorde a dicha estructura.

Sin embargo también deja ver un cierto interés en lo


procesual, es decir en el proceso por el que se desarrolla y no
solo su estructura, en analizar cómo se va formando el
propium.
Gordon Allport (1897 – 1967) fue un estudioso estadounidense muy respetado e influyente
en el campo de la psicología. Allport provenía de una familia trabajadora que valoraba la salud
y la educación. Esto se tradujo en un gran interés por comprender la motivación humana, los
impulsos y la personalidad.

Después de obtener su licenciatura de Harvard, Allport realizó un viaje a Viena, Austria,


donde conoció a Sigmund Freud, lo que terminaría dando forma a su carrera y sus
contribuciones a la psicología estadounidense.

Después de esa experiencia, Allport regresó a Harvard para obtener su doctorado en


psicología. A lo largo de esta carrera, que abarcó la primera mitad del siglo XX, hizo
importantes contribuciones a la psicología, entre las que destaca el desarrollo de sus ideas
sobre los rasgos personales, que luego denominó disposiciones personales.
Según Allport, estos rasgos están influenciados por nuestras experiencias de la infancia,
nuestro entorno actual y la interacción entre ambos. En la época de Allport, la idea de que los
rasgos de la personalidad podían ser moldeados por las fuerzas pasadas y actuales. Allport
creía que la personalidad estaba compuesta por tres tipos de rasgos: cardinal, central y
secundario.

La teoría de los rasgos de la personalidad categoriza los rasgos en tres niveles: cardinales,
centrales y secundarios.

Allport conoce a Freud

Allport contó la historia de su visita a Freud en su ensayo autobiográfico Patrón y Crecimiento


en la Personalidad. Para romper el hielo al conocer a Freud, Allport contó cómo había conocido
a un niño en el tren camino a Viena que temía ensuciarse. El niño se negó a sentarse cerca de
alguien sucio, a pesar de las palabras tranquilizadoras de su madre. Allport sugirió que tal vez el
niño había aprendido esta fobia de su madre, un mujer muy limpia y aparentemente bastante
dominante. Después de estudiar Allport por un minuto, Freud preguntó: “¿Y ese niñito era
usted?”

Allport experimentó el intento de Freud de reducir esta pequeña porción de interacción


observada a un episodio inconsciente de su propia niñez. Y le sirvió como un recordatorio de
que el psicoanálisis tiende a profundizar tanto en el pasado como en el inconsciente, pasando
por alto en el proceso los supuestos aspectos más importantes, conscientes e inmediatos de la
experiencia.

A pesar de que Allport nunca negó que las variables inconscientes e históricas pudieran jugar
un papel relevante como motivadoras de determinados comportamientos, su trabajo siempre
enfatizaría las motivaciones conscientes y relacionadas con el contexto actual.

Teoría de los rasgos de la personalidad de Allport


En 1936, el psicólogo Gordon Allport descubrió que un solo diccionario de inglés contenía más
de 4.000 palabras que describían diferentes rasgos de personalidad. La teoría de los rasgos de
la personalidad de Allport categorizó estos en tres niveles.

Rasgos cardinales

Algunas figuras históricas que habrían demostrado tener marcado un fuerte rasgo cardinal
habrían sido Abraham Lincoln por su honestidad, Marqués de Sade por el sadismo y Juana de
Arco por su heroico autoservicio. Las personas con tales personalidades pueden llegar a ser
tan conocidas por estos rasgos que sus nombres a menudo están muy asociados a estas
cualidades. Allport sugirió que los rasgos cardinales son raros y tienden a desarrollarse con el
paso de los años.

Cuando están presentes, los rasgos cardinales dan forma a la persona, al sentido que tiene de
sí misma, a su composición emocional, a sus actitudes y a su comportamiento. Esto tan así, que
podemos llegar a identificarlas históricamente por ellos.

Rasgos centrales

Los rasgos centrales son las características generales que forman los fundamentos básicos de
la personalidad. Estos rasgos centrales, aunque no son tan dominantes como los rasgos
cardinales, serían las principales características que se pueden utilizar para describir a otra
persona. Hablamos de rasgos presentes e importantes, pero no absolutamente dominantes.

Según la teoría de los rasgos de la personalidad de Allport, cada persona tiene entre 5 y 10
rasgos centrales, y están presentes en diversos grados en cada persona. Estos incluyen rasgos
comunes. tales como inteligente, tímido, honesto y serían condicionantes principales en la
mayoría de nuestros comportamientos.

Rasgos secundarios

Los rasgos secundarios son los rasgos que a veces se relacionan con actitudes o preferencias,
es decir, las disposiciones que son significativamente menos generalizadas y menos relevantes.
A menudo aparecen solo en ciertas situaciones o bajo circunstancias específicas.

Por ejemplo, una persona cuyo rasgo cardinal es la asertividad, puede mostrar signos de
sumisión cuando la policía lo detiene de exceso de velocidad. Este es solo un rasgo situacional
que puede o no mostrarse para otros encuentros interpersonales.

Según Allport, estos rasgos secundarios son difíciles de detectar porque son estimulados por
un rango más estrecho de estímulos equivalentes y emiten en un rango más estrecho de
respuestas equivalentes.
Investigación de Allport sobre los rasgos de personalidad

La teoría de los rasgos de la personalidad de Allport no se basa directamente en la


investigación empírica, y este es su mayor talón de Aquiles. De hecho, publicó muy poca
investigación para apoyar su teoría. Sin embargo, en su primera publicación, junto a su
hermano, el psicólogo social Floyd Allport, examinó a 55 estudiantes universitarios varones
basándose en sus rasgos centrales. Después de la investigación, concluyeron que los rasgos
eran mensurables en la mayoría de los individuos. El objetivo principal de esta prueba fue
desarrollar una escala de medición de la personalidad.

Otra iniciativa curiosa de Gordon Allport fue la de analizar una serie de cartas de una mujer
llamada Jenny Gove Masterson. Las 301 cartas que Jenny escribió durante los últimos once
años de su vida a una pareja casada fueron adquiridas por Allport y analizadas. A 36 personas
se les pidió que caracterizaran a Jenny en función de los rasgos que eran capaces de identificar.

Para su estudio, Allport concluyó que los rasgos no existen de manera


independiente. Además, en un momento dado los comportamientos que motivan dos
determinados rasgos pueden llegar a entrar en conflicto, de manera que en jerarquía se
impondrá uno sobre otro.

Si bien varios teóricos están de acuerdo en que las personas pueden describirse por sus rasgos
de personalidad, todavía hay un debate sobre el número de rasgos básicos que conforman la
personalidad humana. Por ejemplo, Raymond Cattell redujo el número de rasgos observables
de 4.000 a 171 y posteriormente a 16, combinando ciertas características y eliminando los
rasgos más singulares o difíciles de definir. En contraste, el psicólogo británico Hans Eysenck
desarrolló un modelo de personalidad basado en solo tres.

Sin embargo, se considera a la investigación de Allport junto a su teoría de los rasgos de la


personalidad, obras pioneras en el campo de la personalidad. Él confió en datos estadísticos u
objetivos, en lugar de en su experiencia personal. También hay ciertas críticas a la teoría de los
rasgos de personalidad de Allport, como, por ejemplo, que no aborda el estado de una persona
o la forma en la que puede comportarse de manera temporal.

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