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El Vaticano desmiente que Juan Pablo II

intentara suprimir la Compañía de Jesús


JUAN ARIAS
Roma 29 OCT 1988

El Vaticano respondió ayer con un lacónico "no merece ser tomada en


consideración" la tesis sostenida en la obra de Malachi Martin, un ex jesuita,
profesor en Roma, tras haberse doctorado en Lovaina y Oxford,de que el papa Juan
Pablo II, semanas antes del atentado sufrido en la plaza de San Pedro, había pensado
suprimir la Compañía de Jesús. En los ambientes jesuísticos de Roma han afirmado
que "no vale la pena responder", mientras que la Compañía de Jesús en Estados
Unidos ha analizado en un documento de 12 folios la obra, descubriendo sus puntos
flacos, que los tiene.

Malachi presenta al padre de la teología de la liberación, el peruano Gustavo


Gutiérrez, como jesuita, cuando en realidad es un sacerdote secular. Igualmente,
cuando da a entender que en la primavera de 1981 -antes del atentado al pontífice-,
durante la famosa reunión con el Papa y seis cardenales de la curia, se discutió
suprimir la compañía. Refiriéndose al prefecto de la Congregación para la Doctrina
de la Fe, dice del actual cardenal Ratzinger que es: "Un alemán de rostro melifluo,
sabio y nada simple; un teólogo profesional con la típica seguridad del eclesiástico
intelectual". Ratzinger fue nombrado prefecto del ex Santo Oficio seis meses
después.En la curla generalicia de Roma, consultada sobre el libro, se ha indicado a
este corresponsal que se dirigiese a la casa provincial italiana y hablara con el padre
Massuarra, el cual confesó: "Yo el libro no lo he leído y no puedo opinar".
Sólo en la comunidad de Civiltá Cattolica, la revista de los jesuitas intelectuales
italianos, el padre De Rosa consintió conversar con EL PAÍS afirmando que nadie
pone en duda la formación profesional y académica del padre Malachi, que
abandonó la compañía en el lejano 1964, cuando era profesor del Instituto Bíblico.
Opina que el libro tiene tintes panfletarios y que junto con cosas ciertas, existen
otras falsas o inventadas. El padre De Rosa ha afirmado que es verdad que la
Compañía de Jesús ha vivido "horas dificiles" en los últimos tiempos con los tres
últimos papas, pero añadió: "Nunca ninguno de nosotros tuvimos la sensación más
remota de que el papa Wojtyla hubiese soñado con suprimir a los jesuitas".

Camino peligroso

En realidad, las 520 páginas del libro de Malachi, que ha sido uno de los más
vendidos últimamente en Estados Unidos, dan la sensación de que el autor, un
nostálgico de la visión tradicional y conservadora de la Compañía de Jesús y que
dedica el libro "a la Virgen de Fátima", se esfuerza por todos los medios en defender
su tesis de que a partir del padre Arrupe, la Compañía de Jesús abandonó la esencia
del jesuitismo ignaciano y que se ha lanzado por el peligroso camino de la entrega a
los pobres en el Tercer Mundo, acogiendo las tesis del marxismo y del humanismo
modernista.La posición de los jesuitas, dice, apoyando un apostolado carácter
marxista -, chocaba brutalmente con el gran proyecto de Juan Pablo II de combatir el
comunismo. Con la Compañía de Jesús en la orilla opuesta, el Papa no hubiese
podido llevar a cabo su proyecto, de ahí su decisión de suprimir a los jesuitas o de
transformar completamente su estructura j urídica.

En realidad, el autor reproduce lo que él llama guerra entre el Vaticano y la


compañía y que para los jesuitas fue más bien, "un calvario". Pero a partir del
nombramiento de PietHans Kolvenbach, como sucesor de Arrupe, las cosas
empezaron a cambiar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 29 de octubre de 1988

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