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27 septiembre, 2019
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Hay que hablar de lo que duele para que la herida duela menos. Pero…, eso sí, a la
hora de hacerlo no vale cualquier persona. Más allá de lo que podamos creer, no todos
los que tenemos cerca están habilitados para escuchar sin juzgar, para hacer del silencio y
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27/9/2019 Hay que hablar de lo que duele para que duela menos
de la palabra un valioso refugio. El apoyo emocional es una competencia muy afinada que,
además de tiempo y paciencia, requiere de habilidad y tacto.
En este trabajo, lamentó las escasas palabras que existen en nuestros idiomas, sea cual
sea, para poder aplicar más precisión a lo que queremos decir. Lo que duele es
poliédrico, abismal, tiene aristas, es deforme, tiene todas las tonalidades de grises y
negros y no siempre sabemos cómo expresar tal complejidad emocional. Y, aún así,
debemos hacerlo.
Poner voz y dar discurso a lo que duele es exorcizar muchos de esos demonios
internos largamente mantenidos. Es higienizar la mente y el corazón para dar espacio a
cosas nuevas, saludables y vitales. No obstante, es necesario desenredar y liberar esos
universos de dolor con las personas adecuadas. Elegirlas también es una habilidad.
-Jean-Baptiste Racine-
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27/9/2019 Hay que hablar de lo que duele para que duela menos
El dolor necesita de la palabra para sanar. Hay que hablar de lo que duele para vivir mejor,
pero no siempre es fácil establecer ese diálogo desde el que liberar el malestar poco a
poco. De este modo, algo que ven los psicólogos a menudo en su práctica clínica es que
son muchas las personas que se han habituado no solo a no hablar de lo que les preocupa
o atormenta. Vivimos en una sociedad en la que nos han convencido de que si la vida te
golpea tres veces tú te levantas cuatro. Nos han enseñado a que si uno cae, hay que
levantarse rápidamente para aparentar fortaleza.
Actuar en piloto automático tiene sus costes y más si llevamos tiempo arrastrando cierto
estrés, algunas experiencias negativas y ese malestar que nos ronda como las rémoras a
los tiburones. Es necesario parar, respirar hondo y analizar desde el puesto de
observadores, recoger datos, sin juzgar. Saber cuándo es necesario hablar con alguien
de lo que duele, de lo que pesa o de eso que nos ha sucedido, es clave de salud y
bienestar.
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