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Estudiantes: Geraldin Navarro, Camila Yepes

Los animales y el lenguaje humano

YULE, GEORGE (1985). “EL LENGUAJE”. CAMBRIDGE UNIVERSITY.


pp. 14 – 23.

El lingüista británico George Yule, autor del libro “El Lenguaje”, presenta en el capítulo dos,
denominado “Los animales y el lenguaje humano”, una serie de preguntas sobre la
comunicación entre los animales y los humanos, analiza las propiedades especiales que posee
el lenguaje humano y algunos experimentos de comunicación entre seres humanos y animales.

Al inicio de su texto realiza una diferencia entre las señales comunicativas y señales
informativas, diferencia las señales comunicativas de las señales informativas ya que estas no
son intencionadas, un claro ejemplo es cuando escuchamos a una persona que tiene un acento
extraño, podemos decir que es de otra parte del país o que es extranjero. Cuando la persona
utiliza el lenguaje para decir, Si, soy alemán está comunicando algo intencionalmente. De una
forma semejante no sé puede pensar que un ave sobre una rama mirando al suelo está
comunicando algo, pero si se considera una señal comunicativa cuando el ave empieza a gritar
al advertir la presencia de un depredador cerca de su nido. Cuando se estudian las diferencias
entre el lenguaje humano y la comunicación animal, se considera a ambos un medio de
comunicación intencionada.

Los seres humanos pueden hacer referencia a tiempos pasados o futuros, esta propiedad del
lenguaje se llama desplazamiento y permite hablar sobre cosas o sucesos que están presentes
de inmediato, el desplazamiento incluso permite hablar de lugares y cosas de cuya existencia
no podemos estar seguros como Dios, el infierno o un paraíso celestial. Se considera que la
comunicación animal carece de esta propiedad, excepto el sistema que emplean las abejas para
comunicarse entre ellas, realizan un baile con diferentes características para indicar la situación
del néctar y la ruta que lo lleva a el nuevo festín, igualmente la ruta que lo lleva de nuevo al
panal.

Por la manipulación de los recursos lingüísticos los seres humanos crean constantemente
nuevas expresiones y enunciados, esta propiedad se llama Productividad y se encuentra ligada
al hecho de que el número potencial de enunciados en cualquier lengua humana es infinito. Los
sistemas de comunicación que utilizan otras especies carecen de esa flexibilidad, según el autor
Karl von Frisch, que fue el autor del experimento; se colocó un enjambre de abejas en la base
de una torre de radio, situando el alimento en lo alto de la misma. A continuación, se subieron
diez abejas a lo alto de la torre y se les mostró la comida. cuando se liberó a las abejas y se les
permitió que indicarán a sus compañeras la localización del hallazgo, lo hicieron de la manera
habitual, esto es, bailando. En consecuencia, todo el enjambre salió zumbando en busca de la
comida gratuita, pero, aunque volaron dando vueltas en todas las direcciones, no pudieron
localizarla. El problema parece estribar en el lenguaje que utilizan las abejas debido a que
disponen de un conjunto fijo de señales y estas están relacionadas a las distancias en el plano
horizontal. “Las abejas carecen de una palabra para denotar arriba en su lengua” y, además,
son incapaces de inventarla. La comunicación animal se denomina una referencia fija.

Lo normal es que no haya una conexión natural entre una forma lingüística y su significado, la
conexión es, por el contrario, bastante arbitraria. Para entender mejor este concepto el autor
brinda un ejemplo; si observamos una palabra en árabe ‫ كلب‬por ejemplo, no podemos concluir
que tenga un significado natural deducible a partir de su forma gráfica, o no en mayor medida
de lo que lo podríamos hacerlo en el caso de su forma en español, perro. La forma lingüística
no tiene, por consiguiente, una relación natural o icónica con ese objeto labrador de cuatro
patas en el mundo real, este aspecto de la relación entre los signos lingüísticos y los objetos del
mundo real se designa como Arbitrariedad.

La siguiente propiedad del lenguaje se llama Transmisión de cultura, los seres humanos
adquieren una lengua en una cultura concreta, los humanos nacen con una predisposición innata
para adquirir el lenguaje, a diferencia de la comunicación animal, los individuos nacen dotados
por señales específicas que se generan de manera instintiva. El autor determina que la lengua
es crucial en el caso del proceso de adquisición característico de la especie humana. Además,
los seres humanos también obtienen por naturaleza la capacidad de la doble articulación esta
propiedad se llama Dualidad. El lenguaje contiene sonidos característicos que lo hacen en sí
mismo más complejo que los sonidos que emiten los animales, pues estos no tienen la
posibilidad de combinar sonidos audiovisuales para hacerse entender en su contexto diario.

Ahora bien, según postula el autor, el sistema comunicativo humano, es único, diferente y
especialmente comprensible solo entre seres humanos, lo que quiere decir que otros seres vivos
no comprenderán el mensaje emitido. De acuerdo a lo que postula Yule, que los seres humanos
se refieren hacía los animales como si estos entendieran lo que expresan. Para probar lo
anterior, se hicieron varios experimentos que también tenían como fin, el entender cómo es la
comprensión y el desarrollo del aprendizaje de especies cercanas a la nuestra como lo son los
chimpancés. Así, por ejemplo, según Yule una pareja de investigadores de nombre Luella y
Winthrop Kellogg, hicieron un experimento con su hijo y un chimpancé de nombre Gua que
aprendió a comprender cien palabras, pero no llegó a decir ninguna al mismo tiempo que el
bebé humano tenía un desarrollo rápido del lenguaje. De igual forma otra pareja de científicos
llamada Catherine y Keith Hayes, crio a otro chimpancé llamada Viki que pudo reproducir
algunas palabras como mamá, papá y vaso.

Otro caso es el de la pareja de investigadores Beatrix y Allen Gardner que enseñaron al


chimpancé Washoe una versión del lenguaje de signos americana, la criaban como un bebé
humano mientras utilizaban la lengua de señas siempre en su presencia con tal que ella también
la utilizara para comunicarse, en tres años ella logró emplear alrededor de cien palabras.

Yule también menciona el caso de la pareja Ann y David Premack, quienes enseñaron a otro
chimpancé llamada Sarah a usar el lenguaje de signos mediante objetos de plástico que
representaban objetos o palabras, el chimpancé logró articular frases básicas con tales objetos.
De igual forma hizo Duane Rumbaugh quien adiestró a un chimpancé llamada Lana para
utilizar signos como flechas o cuadros para comunicarse, ella también logró articular frases
rudimentarias. Todos estos experimentos tenían el común denominador de querer probar que
si es posible que los animales comprendan el lenguaje humano y logren desarrollarlo, aunque
sea poco avanzado.

En relación con el desarrollo del lenguaje, el aprendizaje y la comprensión del mismo, cabe
destacar que el ser humano tiene grandes capacidades para desarrollar diferentes lenguajes,
lenguas, jergas, señas que sean comprensibles entre la población. Nuestra especie está segura
que los animales también tienen formas de comunicación y comprensión, aunque no articulen
palabra alguna, pero se sigue haciendo lo posible por lograr que animales tan parecidos a
nosotros como los chimpancés logren obtener nuestro mismo lenguaje sea en el idioma que
sea, también para que la ciencia entienda cómo se dio la evolución de la humanidad y si es
posible que con esta especie animal se logre lo mismo.

Resulta interesante como Yule hace énfasis en las capacidades comprensivas de los animales,
aunque en un inicio parecía demostrar que ellos no tenían la suficiente capacidad intelectual
con la que cuenta el ser humano. Sin embargo, los experimentos hechos por todas aquellas
personas que criaron y adiestraron a los chimpancés, demuestra que, si existe la posibilidad que
ellos aprendan a utilizar un lenguaje similar al nuestro, no tan complejo, pero si lo entienden y
pueden comunicarse por medio del mismo, hacerse entender y parecer un bebé humano que
está aprendiendo con los años a hablar con sus padres. Aun así, no hay que dejar de lado que
son animales y tienen derecho a permanecer en su propio mundo natural, por importante que
sea para los científicos entender cómo se lleva a cabo la comunicación animal, no es del todo
correcto hacer experimento con animales que no pertenecen a nuestro entorno y menos son
domesticables.

En conclusión, el capítulo del libro de Yule, de los animales y el lenguaje da al lector una
extensa idea de cómo es la compleja comunicación humana con cada aspecto de difícil
comprensión sus diferencias y grandes opciones, en contraste con la comunicación animal y
la vaga variedad con la que cuentan los animales, pero se comprende la intencionalidad del
autor de dejar en claro que la humanidad puede lograr a través de sus estudios que los
animales desarrollen capacidades de alguna forma similares a las nuestras en cuanto a la
comprensión y el accionar, es de gran importancia mencionar que no solo los chimpancé
logran tal capacidad de comprensión, diferentes especies demuestran a los seres humanos
que entienden lo que se les comunica sea por una respuesta a una estimulación o porque
realmente si entiendan lo que se les comunica.

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