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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN MARTIN

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS


ESCUELA PROFESIONAL DE ECONOMÍA

INDUSTRIALIZACIÓN PERIFÉRICA. LA CRÍTICA AL


NEOLIBERALISMO. AGENDA DEL DESARROLLO.

CICLO : VII

DOCENTE : Econ. AMADOR UGARTE ARBILDO

ESTUDIANTES : CARUAJULCA CALDERÓN ARNOLD BRAYAN

ESPINO ARÉVALO JIMENA

JAUREGUI BASILIO MARÍA REGINA

REÁTEGUI LUNA FLAVIA SABRINA

TARAPOTO-PERÚ
ABRIL-2019
DEDICATORIA

Dedicamos este trabajo a nuestro


creador, el ser supremo que nos brinda
la inteligencia y la oportunidad de poder
adquirir conocimientos y de esta manera
poder realizar nuestros trabajos.

Al docente por darnos la oportunidad de


investigar más fondo sobre el curso de
A.P.E.L. y por sus enseñanzas que nos
ayuda a formarnos cada día como
universitarios y adquirir nuevos
conocimientos que nos servirán para
toda la vida.

También les dedicamos a nuestros


padres por el gran apoyo económico y
moral que siempre están dispuestos a
darnos, asimismo a todas aquellas
personas que tengan el interés por
conocer más acerca del curso de
A.P.E.L. de manera cómo influye en la
sociedad.

1
INDICE

DEDICATORIA ........................................................................................................................... 1
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................ 3
OBJETIVOS ................................................................................................................................ 4
CAPITULO I ................................................................................................................................ 5
1. LA INTERPRETACIÒN DE LA INDUSTRIALIZACION PERIFÈRICA ................. 6
1.1. EL CARÁCTER NECESARIO Y ESPONTANEO DE LA
INDUSTRIALIZACIÓN ...................................................................................................... 7
1.2. LA SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES Y EL CAMBIO DE SU
COMPOSICIÓN .................................................................................................................. 8
1.3. LA TENDENCIA HACIA EL DESEQUILIBRIO EXTERNO ............................ 9
1.4. LA TENDENCIA AL DESEMPLEO ESTRUCTURAL .................................... 10
1.5. LOS DESAJUSTES INTERSECTORIALES DE LA PRODUCCIÓN .......... 11
1.6. LOS DESEQUILIBRIOS GENERADOS EN LA AGRICULTURA ............... 12
CAPITULO II ............................................................................................................................. 14
2. CRITICA AL NEOLIBERALISMO ............................................................................. 15
2.1. ¿QUÉ ES EL NEOLIBERALISMO? ................................................................. 15
2.2. CARACTERIZACIÓN DEL NEOLIBERALISMO ............................................ 15
2.3. LA CRISIS DE LOS SETENTA Y EL RECHAZO AL LIBERALISMO ........ 15
CAPITULO III ............................................................................................................................ 21
3. LA AGENDA DEL DESARROLLO ........................................................................... 21
3.1. LA BRECHA TECNOLÓGICA ........................................................................... 21
3.2. LAS ASIMETRÍAS ESTRUCTURALES .......................................................... 22
3.3. EL ESCOLLO EXTERNO .................................................................................. 25
3.4. LOS PROBLEMAS OCUPACIONALES .......................................................... 28
CONCLUSIÓNES..................................................................................................................... 30
BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................................ 31

2
INTRODUCCIÓN

Gran parte de los intentos por explicar el «atraso» o «fracaso» de las sociedades
latinoamericanas han sido ligados a las dificultades para transformarse en
economías «modernas», dando por supuesto que esa modernidad económica
implicaba una estructura productiva con destacada presencia manufacturera; al
igual que en otras partes del mundo, la industrialización ha constituido un tema
recurrente en la literatura sobre el desarrollo económico y social. Esa trayectoria
se fue definiendo desde la segunda mitad del siglo xix, cuando la división
internacional del trabajo y la dinámica institucional parecieron delimitar qué
países tendrían la capacidad de aprovechar las oportunidades que se abrían y
cuáles no, punto de partida de gran parte de la desigualdad mundial que se
consolidó en las décadas siguientes y hasta hoy día. Salvo muy pocos casos, los
países «exitosos» son aquellos que lograron avanzar en el proceso de
industrialización y cambio tecnológico y, en contrapartida, quienes no lo
consiguieron perduran en la pobreza y el bajo desarrollo. Aun cuando sea
conflictivo hablar de América Latina como un todo, no es menos cierto que la
preocupación por alcanzar mayores niveles de vida para conjuntos amplios de la
población de la región estuvo asociada desde épocas tempranas al despliegue
de las actividades manufactureras, como fórmula para romper con las
limitaciones y los problemas del crecimiento económico (o como se dijo en algún
momento, para terminar con la «trampa de la pobreza»). En pioneras visiones
del siglo xix, pero particularmente dentro de las preocupaciones de un número
cada vez mayor de intelectuales y funcionarios en los años que siguieron a la
Primera Guerra Mundial y la crisis de 1930, la industria pasó a ocupar un lugar
trascendente, al menos en los mayores países del escenario latinoamericano

3
OBJETIVOS

 Definir los rasgos más importantes de la industrialización periférica

 Explicar crítica al neoliberalismo

 Describir los problemas que enfrenta la agenda del desarrollo

4
CAPITULO I
LA INTERPRETACIÓN DE LA
INDUSTRIALIZACION
PERIFÉRICA

5
CAPITULO I

1. LA INTERPRETACIÒN DE LA INDUSTRIALIZACION PERIFÈRICA

El titulo se refiere a un grupo de teorías parciales destinadas a explicar ciertas


características y tendencias de las economías latinoamericanas durante la fase
llamada indistintamente de “industrialización”, “sustitución de importaciones” o
“desarrollo hacia dentro”. La elaboración de tales teorías comienza con los
primeros documentos de la CEPAL, junto a los cuerpos de análisis examinados
dentro de su historia, pero solo hasta mediados de 1950 llegan ellas a constituir
si no una “teoría de la industrialización”.

Desplazamiento de la industria hacia otros países subdesarrollados, lo que


permite la diversificación del riesgo, la disminución de los costes y el incremento
de beneficios

Rasgos fundamentales de la fase de la Industrialización:

 Cuando la economía mundial alcanza cierto grado de maduración y/o cierto


nivel de ingreso, la industrialización pasa a ser la forma necesaria y
espontanea del desarrollo de la periferia.
 La sustitución de importaciones constituye la forma obligada de la
industrialización periférica, y trae consigo forzosamente un cambio en la
composición de las importaciones.
 La tendencia al desequilibrio externo es inherente a la industrialización por
sustitución de importaciones.
 Durante la fase de industrialización se tiende a producir desempleo de la
fuerza de trabajo.
 Se originan asimismo desequilibrios intersectoriales de la producción.
 Las condiciones propias de la agricultura inciden de manera decisiva en
estas dos últimas tendencias.

6
1.1. EL CARÁCTER NECESARIO Y ESPONTANEO DE LA
INDUSTRIALIZACIÓN

Los primeros trabajos de la CEPAL, según se dijo, señalan la importancia


de las dos guerras mundiales y de la gran depresión en el desarrollo
industrial de diversos países de américa latina. Pero la crisis de los años
treinta también, refleja profundas transformaciones estructurales, que
alteran significativamente la evolución y el funcionamiento del sistema
económico mundial.

a. Se sostiene que esos cambios de estructura, de gran trascendencia para


la periferia están relacionados con el cambio del centro principal del
sistema, posición en el cual gran Bretaña es sustituida por los EE.UU. La
magnitud del coeficiente de importaciones del nuevo centro es
notablemente inferior a la del antiguo, y tiende a disminuir con el tiempo,
según se afirma, ambos fenómenos provienen de una acentuada política
proteccionista muy distinta de la política de libre cambio predominante
durante el periodo de hegemonía británica.
b. Los primeros documentos de la CEPAL destacan el hecho de que, a partir
de la gran depresión, las reservas monetarias internacionales tendían a
concentrarse en los EE. UU, y consideran que esta tendencia se halla
vinculada, “por un lado, a la manera en que se reflejan sobre el resto del
mundo los fenómenos de concentración y auge del centro cíclico principal,
y por otro, al descenso sensible de su coeficiente de importaciones”
c. Para equilibrar el balance comercial durante las contrataciones, los
ingresos del resto del mundo tendrían que reducirse más que los del centro,
debido a la caída del coeficiente de importaciones de este último. Para que
el nuevo centro cíclico “… dejase de atraer oro, después de la contracción,
y comenzase a expulsarlo…”, se requeriría que sus ingresos crecieran
mucho más intensamente que los del resto del mundo: con tanta amplitud
cuanto fuese necesario para compensar primero y sobrepasar después los
efectos del descenso del coeficiente.
d. Los planteamientos recogidos en el presente punto pueden resumirse en
los siguientes términos: las peculiaridades económicas del nuevo centro
cíclico en especial, su bajo coeficiente de importaciones y la reducción del

7
mismo a lo largo del tiempo imprimen nuevas características al
funcionamiento de la economía mundial; estas características se ponen de
manifiesto en la tendencia a la concentración de las reservas monetarias
internacionales en el nuevo centro, o sea, en la tendencia duradera al déficit
externo de las restantes economías; para la superación de tal tendencia se
produce, como reacción espontánea, la reducción del coeficiente de
importaciones del resto del mundo; se contrae asimismo el coeficiente de
la periferia, y ello significa que su desarrollo pasa a basarse, también de
modo espontáneo, en el crecimiento de la producción industrial.

1.2. LA SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES Y EL CAMBIO DE SU


COMPOSICIÓN

Se postula que en los centros el ritmo de aumento de la demanda de


importaciones de productos primarios tiende a ser lento en relación al ritmo
de crecimiento de su ingreso real. Dicha tendencia resulta de los efectos
del progreso técnico sobre la utilización de insumos y sobre el consumo.
Por lo que respecta a los primeros, el mejor y más completo
aprovechamiento de las materias primas provoca una reducción de la
proporción en que ellas participan en el valor del producto final; asimismo,
la sustitución cada vez mayor de materias primas naturales por productos
sintéticos tiende a reducir la demanda de productos primarios. En cuanto al
consumo, es sabido que el crecimiento del ingreso, pasados ciertos límites,
produce un incremento de la demanda de alimentos, en comparación con
el incremento de la demanda de una variada gama de bienes, en los cuales
el contenido de productos primarios es más bajo. Incluso en los alimentos,
la demanda se desplaza hacia los artículos más elaborados, en cuyo valor
el contenido de bienes primarios también se reduce.

La industrialización de la periferia exige limitar la importación de los bienes


a cuya sustitución física se procede, y restringir también la importación de
otros bienes de los cuales puede prescindirse, al menos temporalmente,
para poder aumentar la importación de los bienes necesarios para la
producción sustitutiva.

8
En resumen, durante la fase de desarrollo hacia adentro, la Expansión de
las economías periféricas ha de basarse obligatoriamente en la
industrialización. Esta se realiza de manera necesaria a través de la
producción interna de bienes que antes se importaban, o sea, implica la
sustitución de importaciones, en un sentido físico. Para que la
industrialización proceda, es necesario, limitar la importación de los bienes
que pasan a producirse internamente, así como de otros bienes
prescindibles, a fin de poder aumentar las importaciones requeridas pare
producir los bienes cuya sustitución ha sido emprendida; pero como se
comprime la importación de ciertos tipos de bienes, y se expande la de
otros tipos, la sustitución de importaciones es acompañada por un cambio
en la composición de las importaciones.

1.3. LA TENDENCIA HACIA EL DESEQUILIBRIO EXTERNO

Dados ciertos supuestos acerca del crecimiento del centro y del sector
exportador de la periferia, puede pensarse que es posible evitar el
desequilibrio si la expansión de los sectores destinados al mercado interno
se realiza con una adecuada complementariedad entre los productos de los
mismos, y si un cambio en la composición de las importaciones permite,
mediante la reducción de algunas de ellas, la atención de las necesidades
de importación de los sectores industriales que se expanden. Son las que
hacen posible la continuidad del crecimiento impulsado por la ampliación
de la industria.

A base de este mismo patrón de referencia se examina uno de los rasgos


considerados propios de la industrialización periférica, el de la tendencia al
desequilibrio externo. Como se acaba de señalar, para evitarla es
indispensable ir transformando la composición de las importaciones y
desarrollando la producción sustitutiva interne a fin de que otras
importaciones puedan crecer intensamente".

En los documentos de la CEPAL de comienzos de los años 50 se llama


"reajuste de las importaciones". Según indican dichos documentos, la
tendencia al desequilibrio proviene de la falta de un mecanismo económico
que asegure que el reajuste de las importaciones se vaya realizando de tal

9
manera que se cree a lo largo del tiempo una adecuación entre las
necesidades y la capacidad de importación. Asimismo, se considera que
los cambios en la estructura productiva y en la composición de las
importaciones se realizan a través de y en conexión con las oscilaciones
coyunturales del valor de las exportaciones. Cuando este aumenta la
sustitución procede sin dificultades. Sin embargo, cuando disminuye, la
sola mantención del nivel de ingreso y del nivel de actividad en las
industries ya instaladas puede exigir importaciones superiores a la reducida
capacidad para importar.

Así, la tendencia al desequilibrio externo se vincula a la alternativa de


periodos de bonanza y periodos de aguda escasez de divisas; se concibe
como un resultado de largo plazo de la oscilación del valor de las
exportaciones y de la capacidad para importar frente al monto creciente de
importaciones que exige la propia industrialización sustitutiva.

1.4. LA TENDENCIA AL DESEMPLEO ESTRUCTURAL

Según la CEPAL, los problemas del empleo presentan en la periferia


características propias, distintas a la de los grandes centros industriales, en
estos las oscilaciones del nivel de empleo obedecen principalmente al
imperfecciona miento del sistema económico, vale decir, son por naturaleza
de tipo coyuntural, en cambio la tendencia al desempleo de las economías
de la periferia son de carácter estructural : depende de cómo presentan las
técnicas productivas generadas en los centros y de cómo se transforma la
estructura productiva durante la fase de la industrialización.

a. inadecuación de la tecnología

Las condiciones de rezago con que comienza la industrialización de la


periferia se consideran sustancialmente más agudas que las que mediaron
entre diversos centros cuando cada uno de ellos iniciaba su propio proceso
de industrialización. Este mayor atraso relativo trae consigo seria
dificultades en la asimilación de las técnicas generadas durante la larga y
gradual evolución económica de los centros.

10
En dicha evolución, el alza de los salarios reales habría servido de acicate
para la continua evolución económica de los centros. La adopción de tales
técnicas de mayor densidad de capital tendría, por cierto, a producir
desocupación, pero al mismo tiempo contribuía a absorberla, gracias al
aumento de las inversiones inducidos por los nuevos procedimientos de
producción. Cuando los efectos de la acumulación sobre el empleo volvían
a presionar sobre el nivel de salarios, avance técnico y acumulación, a base
de un mecanismo del tipo que se acaba de esbozar da aumento del gradual
aumento de la densidad de capital, durante el desarrollo de los grandes
centros industriales.

b. Acumulación, tecnología y empleo

La argumentación de la CEPAL respecto de la tendencia al desempleo


pondría como: la acumulación de la periferia es de suyo exigua debido a
los bajos niveles de productividad e ingreso, al traducirse en inversiones de
elevada densidad de capital y gran escala, resulta insuficiente para
absorber productivamente la oferta de fuerza de trabajo , que proviene del
crecimiento vegetativo de la población , por una parte , y por otra del
desplazamiento de mano de obra por sectores de baja productividad a
consecuencia del desempleo tecnológico provocado por esas mismas
inversiones.

1.5. LOS DESAJUSTES INTERSECTORIALES DE LA PRODUCCIÓN

Para la periferia, la industrialización es un modo de ir superando la


especialización de su estructura productiva impuesta por el desarrollo hacia
afuera. Sin embargo, si está limitada la capacidad para importar, para
diversificar la producción es necesario invertir de modo más o menos
simultáneo en muy variadas ramas y actividades productivas. Al mismo
tiempo, debido a la heterogeneidad, la capacidad de acumular es exigua, y
la inadecuación de la escala obliga a dejar capital ocioso. Es así que
continuamente tienden a aparecer estrangulamientos sectoriales, en
especial deficiencias en la infraestructura física, carencias en el suministro
de energía, fallas en el sistema de transporte, etc.

11
1.6. LOS DESEQUILIBRIOS GENERADOS EN LA AGRICULTURA

El sistema de propiedad se caracteriza por la coexistencia de latifundio y


minifundio; ambos conspiran contra la expansión de la oferta agrícola.

En el latifundio la excesiva concentración de la tierra dificulta su plena


utilización debido a la gran cantidad de capital que se requeriría para
explotarla. Al mismo tiempo para propietarios que disponen de grandes
rentas resulta viable, y aun deseable, mantener tierras improductivas, como
defensa contra la inflación y por consideraciones de prestigio social.

Además de debilitar la acumulación por la subutilización de la tierra, el


latifundio tiende a mecanizar las faenas agrícolas, con consecuencias
negativas sobre el uso de la fuerza de trabajo, esta opción tecnológica
depende primordialmente de razones económicas, que, aunque la mano de
obra es abundante del puno de vista privado su contracción implica un
costo, que incita a la sustitución por el capital.

La dispersión en el minifundio tiene efectos semejantes. Las pequeñas


explotaciones carecen de capacidad para acumular y modificar los
rudimentarios procedimientos de cultivo, lo que le impide elevar la
productividad de la tierra y expandir la oferta agrícola.

La falta de capital implica además que la productividad de la mano de obra


se mantiene baja. Junto con la escasa disponibilidad de tierra por unidad
de familia, hace al minifundio incapaz de retener el crecimiento vegetativo
de la población que habita y labora en él.

La estructura de propiedad y tenencia del suelo, peculiares en la periferia


entorpecen la acumulación del capital, y por esta vía comprometen la
expansión de la oferta agrícola, así como el aumento de la demanda de
empleo en dicho sector. Por otra parte, trae condiciones estructurales que
conducen a conservar técnicas rudimentarias en los minifundios, en
descenso de la exportación de la oferta y de la capacidad de retención de
mano de obra en los mismos. Dichas características de estructura
conducen también a soportar técnicas del tipo de mecanización, las cuales
elevan poco la productividad de la tierra y por ende la oferta de bienes

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agrícolas, inciden desfavorablemente sobre la demanda de empleo y dan
lugar a un desempleo tecnológico mayor que otras alternativas disponibles.

De acuerdo con la CEPAL los desequilibrios generados en la agricultura se


manifestarían con muy diversa intensidad en las distintas economías
periféricas. Sin embargo, se afirmó que, en líneas generales, durante el
desarrollo hacia adentro tiende a producirse escases de alimentos y de
materias primas de origen agropecuario, así como un excedente de mano
de obra agrícola que no logra ser absorbido por la industria y otros sectores
dinámicos.

13
CAPITULO II
CRITICA AL
NEOLIBERALISMO

14
CAPITULO II
2. CRITICA AL NEOLIBERALISMO

2.1. ¿QUÉ ES EL NEOLIBERALISMO?

El neoliberalismo –también llamado nuevo liberalismo– es la corriente


económica y política capitalista, inspirada y responsable del resurgimiento
de las ideas asociadas al liberalismo clásico o primer liberalismo desde las
décadas de 1970 y 1980. Los defensores del neoliberalismo apoyan una
amplia liberalización de la economía, el libre comercio en general y una
drástica reducción del gasto público y de la intervención del Estado en la
economía en favor del sector privado, que pasaría a desempeñar las
competencias tradicionalmente asumidas por el Estado.

2.2. CARACTERIZACIÓN DEL NEOLIBERALISMO

 Defienden un mercado altamente competitivo.


 Aceptan la intervención del Estado en la economía, como árbitro o
promovedor de la libre competencia.
 Se oponen al acaparamiento y a la especulación.
 Se oponen a la formación de monopolios y oligopolios
 Se oponen a la fijación compulsiva de salarios por el Estado.
 Rechazan la regulación de precios por el Estado, ya que deben fijarse en
base a la relación oferta/demanda.
 Se oponen a la creación compulsiva de empleo.
 Se oponen al gasto público burocrático.
 Defienden el libre comercio internacional.
 Defienden la libertad de contratación del trabajo y la libre movilidad de los
factores de producción.

2.3. LA CRISIS DE LOS SETENTA Y EL RECHAZO AL LIBERALISMO

Prebisch vivió lo suficiente para observar el inicio de la gran crisis de los


años setenta del siglo pasado, la que calificó como tan importante y
compleja como la depresión de los años treinta. Pudo apreciar asimismo el

15
comienzo del neoliberalismo en las dictaduras del Cono Sur, con Pinochet
en Chile y después en Argentina su patria, así como en Uruguay.

Prebisch aceptaba que el modelo de sustitución de importaciones había


entrado en una fase declinante: la llamada "sustitución fácil" estaba
prácticamente concluida; las oportunidades para la exportación de
manufacturas -cuestión que como le gustaba insistir, había sido una
preocupación constante de la CEPAL- habían sido desaprovechadas. La
integración económica latinoamericana había rendido escasos frutos y se
había convertido en una plataforma de las empresas transnacionales
(ETN); la penetración de éstas había restado autonomía al proceso de
industrialización y trasplantada hacia nuestros países formas de consumo
incompatibles con nuestro bajo nivel de ingreso; la tendencia al
estrangulamiento externo reaparecía bajo nuevas formas conduciendo a un
endeudamiento insostenible con el exterior

Ha desaparecido en gran parte -afirma en su último libro, concluido poco


antes de la irrupción de la crisis de la deuda externa-, si no totalmente, el
margen comprimible de importaciones de bienes finales. Y la periferia no
tiene otro recurso, si se empeña en seguir esa política expansiva, que
acudir a préstamos internacionales. Ya no se trata principalmente de
operaciones destinadas a aumentar la acumulación de capital, sino a cubrir,
en última instancia, las exigencias de consumo y el servicio de la deuda
externa. Por consiguiente, el crecimiento de esta deuda no va acompañado
de una ampliación correlativa de la capacidad productiva. Valga subrayar
la seriedad de estos hechos, en sí mismos, cuando adquieren ciertas
dimensiones, y más aún si se reflexiona acerca de su significación en las
relaciones de dependencia.

Para Prebisch la exportación de manufacturas era una necesidad de la


estrategia de desarrollo, pero no tenía que implicar el abandono de la
sustitución de importaciones, si de lo que se trataba era construir un
sistema productivo más integrado y coherente. Mucho menos aceptaba que
los esfuerzos realizados por décadas en materia de industrialización se
disolvieran mediante políticas aperturistas neoliberales y supuestos

16
criterios de eficiencia microeconómica. Su posición al respecto era muy
clara. En un seminario organizado en México por el Centro de Estudios del
Tercer Mundo (CEESTEM) en 1981, criticó abiertamente las políticas de
apertura comercial y financiera seguidas en el Cono Sur:

Estas teorías que están llegando al llamado 'aperturismo': abrir las puertas
a la importación para sanear a la industria. Claro que muchas veces el
saneamiento significa matar industrias, forma muy peculiar de
saneamiento, por cierto, pero que se está llevando a cabo.

Más severo era su rechazo a las prácticas de apertura financiera que


acompañaban a la apertura comercial

Los neoclásicos y especialmente los del Cono Sur, han hablado sobre la
hipertrofia del Estado, pero no de la hipertrofia de las financieras, de los
mecanismos especulativos, de los altísimos ingresos de los que disfruta
esa gente. Estos expropian al capitalista productor una parte de su
excedente, dando lugar entonces a este fenómeno de expansión
impresionante de estos grupos financieros.

La base de esa hipertrofia era el aumento del excedente económico que se


derivaba de la contracción brutal del salario de los trabajadores:

Entonces es el salario el que está pagando, en última instancia, los altos


costos del interés. Y las empresas pequeñas y medianas que no pueden
pagar esos costos, se perjudican o desaparecen, con lo cual el proceso de
saneamiento de la economía tendría la virtud, si se sigue esta teoría, de
conducirnos a los años anteriores a 1930.

Prebisch no fue nunca un marxista ni un revolucionario, pero si un


heterodoxo de la economía. Rechazaba el socialismo marxista y la
propiedad estatal de los principales de los medios de producción, porque la
consideraba ineficiente, pero que no creía tampoco en que el mercado
resolviera todos los problemas. Por el contrario, le gustaba reiterar que el
mercado no tiene "horizonte temporal", es decir, no conduce
automáticamente al desarrollo pues no crea estructuras productivas
17
articuladas y coherentes -lo cual puede ser sólo el resultado de una política
deliberada y planificada que involucra al Estado; ni tiene "horizonte social",
es decir, no redistribuye el ingreso, sino que lo concentra:

Para mí el mercado no es bueno ni es malo, ni es justo o injusto, son las


fuerzas que están detrás del mercado las que le imprimen su carácter. Si
hay una distribución desigual de la que sale una demanda desigual que
favorece a ciertos grupos sociales en desmedro de otros, naturalmente que
el mercado funciona mal; pero no es el mercado en sí, son las fuerzas que
están detrás de él (Prebisch, Cardoso y Green, 1981: 105).

¡Qué diferencia entre este enfoque sociológico del mercado, de los


enfoques neoliberales fetichistas tan a la moda ahora de mercados que "se
enojan", de mercados "que castigan las malas políticas", que hubieran
deleitado y provocado la sorna del viejo Marx! El orden neoliberal vuelve
hacer prevalecer una imagen invertida de la realidad, donde son las cosas
(los mercados) los que dominan a los sujetos, a los agentes, y no a la
inversa.

Su visión del futuro de América Latina era una combinación, una síntesis
de socialismo democrático y de mercado (Prebisch, 1983. 792):

Se requiere el socialismo para asegurar el uso social del excedente. La tasa


de acumulación de capital y la corrección de las grandes disparidades
sociales debieran someterse a la decisión colectiva, estableciendo un
nuevo régimen institucional, político y económico para tal efecto. Por su
parte, el liberalismo económico es necesario por cuanto deben dejarse en
manos del mercado las decisiones individuales de producción y consumo.

La recuperación creativa del pensamiento de un latinoamericanista como


Raúl Prebisch y de otras figuras del pensamiento latinoamericano, es una
tarea de primer orden en la hora presente, cuando los pueblos de América
Latina despiertan y se organizan para buscar vías alternativas al
neoliberalismo y a las políticas del Consenso de Washington, lo mismo en
Brasil que en Venezuela, en Argentina, en Uruguay o en Bolivia, o en otras

18
partes de la región donde aún predominan gobiernos proclives a una
inserción pasiva y subordinada a la globalización neoliberal, como es el
caso, infortunadamente, de México.

19
CAPITULO III
LA AGENDA DEL
DESARROLLO

20
CAPITULO III

3. LA AGENDA DEL DESARROLLO

Desde la crisis de la deuda de 1982, la discusión económico-social


latinoamericana se ha visto francamente dominada por el corto plazo con más
propiedad, por las formas de superar los desequilibrios y mantener los equilibrios
macroeconómicos en los países de la región. Sin embargo, durante los últimos
años, la cuestión del desarrollo a largo plazo reaparece en el escenario cada vez
con más frecuencia.

Aspectos como brecha tecnológica, asimetrías estructurales, escollo externo,


asimetrías financieras, subempleo, son problemas que por mucho tiempo han
causado preocupación a los países periféricos y es imprescindible conocerlo
pues constituyen una clave básica para perfilar los contenidos de las estrategias
de desarrollo, en tanto de su consecución dependen las condiciones de viabilidad
y eficiencia de dichas estrategias.

3.1. LA BRECHA TECNOLÓGICA

Los enfoques recientes entienden, además, que el progreso técnico se


expresa en una sucesión de mutaciones menores, o innovaciones
incrementales, y a veces en mutaciones de mayor significación, o
innovaciones radicales. Por otra parte, se reconoce que el surgimiento de
una revolución tecnológica –o si se quiere, de un nuevo paradigma tecno
económico da lugar a una eclosión de innovaciones radicales, que se
ponen de manifestó en distintos sectores productivos relevantes.

El progreso técnico depende crucialmente de la acumulación de


conocimientos que se van gestando o absorbiendo en las empresas sobre
la base de reiterados esfuerzos de aprendizaje. Dicho de otro modo, los
conocimientos y su acumulación constituyen la clave de la capacidad de
innovar, pero tanto aquellos como esta dependen, a su vez, de esfuerzos
de aprendizaje que se van realizando en el seno de las propias empresas.

Las brevísimas consideraciones precedentes, relativas al progreso técnico,


facilitan el abordaje del tema clave de la brecha tecnológica desde distintos

21
ángulos. Un primer enfoque reconoce que las empresas ubicadas en la
periferia poseen una magnitud que las hace menos aptas para asumir los
costos y riesgos involucrados en la investigación y el desarrollo. El segundo
ángulo es el de las relaciones entre empresas. Como se reiterará
posteriormente, el progreso técnico se ve favorecido por las
complementariedades existentes entre actividades productivas y entre las
empresas que las llevan a cabo, a raíz de las economías externas
tecnológicas que tales complementariedades suscitan. El nuevo
paradigma, en la medida en que crea nuevos productos y nuevos procesos,
genera o define nuevas complementariedades, que benefician
particularmente a los grandes centros, pues es en ellos donde dicho
paradigma emerge y se pone en marcha. Pero, además, la difusión de las
nuevas tecnologías a un espectro amplio de actividades se ve dificultada,
en las economías periféricas, por el menor desarrollo de las
complementariedades preexistentes en las mismas. El tercer ángulo es el
del SNI (Sociedad Nacional de Industrias). Aquí las desventajas son
directamente visibles, tanto en lo que se relaciona con la infraestructura
tecnológica y la capacidad de formación de recursos humanos de alto nivel,
como en las magnitudes absolutas y relativas de los gastos en ciencia y
tecnología.

El conjunto de desventajas al que se acaba de aludir explica la brecha


tecnológica entre centros y periferia. Admitirla como tendencia general no
implica negar la existencia de “ventanas de oportunidad”. Tampoco supone
ignorar que en América Latina se presentan condiciones para el logro de
avances tecnológicos potencialmente significativos. Se debe observar, sin
embargo, que la realización de estas potencialidades depende en forma
crucial de la puesta en marcha de conjuntos de políticas persistentes y
adecuadas, en las que se tengan en cuenta los condicionamientos
fuertemente negativos del actual proceso de globalización.

3.2. LAS ASIMETRÍAS ESTRUCTURALES

A continuación, se intenta mostrar que la revolución tecnológica en curso,


y la disparidad de los ritmos de progreso técnico entre centros y periferia

22
que la viene acompañando, poseen vínculos con ciertas asimetrías o
desigualdades que se repiten entre ambos tipos de economía: entre sus
estructuras productivas y ocupacionales y, asimismo, entre los niveles de
productividad y de ingreso per cápita que van alcanzando.

Prebisch (1953) señala que el desarrollo ha de verse como “un proceso de


intensos cambios estructurales [...] como una secuencia de fenómenos
dinámicos [que constituyen] vivas manifestaciones de un complejo que
crece y se diversifica incesantemente”.

Pero, además, se pregunta cómo percibir estos fenómenos dinámicos y


cambios estructurales en un sistema económico mundial compuesto por
dos polos –el centro y la periferia– claramente diferenciados, en términos
de complejidad productiva y niveles medios de ingreso. La respuesta es
conocida: consiste en la admisión de que, aunque no sin cambios, el
desarrollo espontáneo del sistema centro-periferia reproducirá las
desigualdades antedichas. Varios son los caminos para abordar y
actualizar la noción de desarrollo desigual debida a Prebisch. Pero el más
conducente para captar “la esencia de la dinámica estructural [propia del
mismo] se centra en dos conceptos fundamentales” (Ocampo, 2001a 33).
Por un lado, los de innovación y aprendizaje; por otro, los de
complementariedad y externalidades tecnológicas. A ellos se rieren los dos
puntos que siguen.

a. Innovación y aprendizaje

Admitir la existencia de ritmos diversos de progreso técnico conlleva esta


doble implicación: los procesos interligados de innovación y de aprendizaje,
a través de los cuales el progreso técnico se concreta, resultarán más
acotados en la periferia que en los centros; en conexión con ello, las tasas
de inversión real y de acumulación en que dichos procesos se plasman
resultarán también diferenciadas, menores en la primera que en los
segundos. A su vez, tales diferenciaciones suponen un menor crecimiento
del producto global, de la productividad media del trabajo y del producto per
cápita periféricos.

23
De acuerdo con desarrollos analíticos debidos a Solow, en ausencia de
progreso técnico, tenderá a producirse una tasa de aumento del producto
equivalente a la de crecimiento poblacional (y/o de la población activa), que
implica, pues, la constancia del producto per cápita (y/o por persona
ocupada). En contraste con este modelo básico, puede entenderse que, en
el marco de un paradigma maduro, pero aún nutrido por innovaciones
incrementales, las tasas de inversión real y de acumulación en que esas
innovaciones se vayan plasmando se reflejarán en cierto crecimiento del
producto, que resultará, en mayor o menor medida, superior al
correspondiente a dicho modelo.

A la luz de este referente, se perciben mejor las razones por las cuales
tienden a producirse disparidades de innovación y aprendizaje, así como
de inversión y acumulación. Es en los centros donde el mismo surge y
comienza a implantarse, y donde su difusión procede aceleradamente,
originando un conjunto considerable de innovaciones radicales. En cambio,
las innovaciones de la periferia, si bien se basan, en buena medida, en
tecnologías desarrolladas en el marco del nuevo paradigma, se producen
por lo general en actividades propias del paradigma previo, y son
primordialmente de cuño incremental.

b. Complementariedad y externalidades

El concepto de complementariedad se refiere a ciertas interacciones que


se establecen entre actividades productivas inscriptas, ya sea en un mismo
sector, ya sea en sectores diferentes, así como entre las empresas que las
llevan a cabo. Pero se considera, asimismo, que esas interacciones poseen
la aptitud relevante de suscitar economías externas tecnológicas. Los
enfoques recientes sobre el progreso técnico han venido destacando la
importancia de las complementariedades que se establecen entre
actividades productivas y entre empresas para la gestación y continuidad
del mismo.

Existen fuertes indicios de que las empresas radicadas en la periferia


participan escasamente de los acuerdos que atañen de forma más directa
al desarrollo de las tecnologías de punta. Ello no impide que su

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participación sea frecuente en los diversos tipos de acuerdos entre
empresas y grupos que se vienen produciendo. Sin embargo, el papel de
estas presencias empresariales, cuando se las verifíca en economías
periféricas, parece configurarse como supeditado, en particular en lo que
concierne a los esfuerzos de innovación.

Con frecuencia se señala que el menor desarrollo de complementariedades


y articulaciones implica que se aprovechan en menor medida las
economías de escala. Pero importa destacar, particularmente, que ese
menor desarrollo opera en desmedro de las economías externas
tecnológicas, que se logran a través de las interacciones entre sectores y
empresas, y de las articulaciones entre estas últimas y las organizaciones
no empresariales. Así pues, se concluye que no sólo la disparidad
tecnológica en general, sino también los reflejos de la misma en ciertas
asimetrías básicas que se producen a nivel sectorial –el reiterado rezago
en materia de complementariedades, y también de articulaciones están
implicados en la divergencia tendencial entre los ritmos de acumulación y
crecimiento, y entre los niveles medios de productividad y de ingresos de
centros y periferia.

3.3. EL ESCOLLO EXTERNO

En condiciones de apertura externa y en ausencia de políticas tecnológico-


productivas, la dificultada de acercarse a esta segunda frontera, y la cuasi-
imposibilidad de lograrlo respecto a la primera, constituyen otra forma de
designar a la denominada “brecha tecnológica”. Los fenómenos dinámicos
relacionados con la misma pueden abordarse a nivel global o
macroeconómico, como hiciéramos anteriormente. Vimos entonces que
ese abordaje permite percibir una tendencia general del surgimiento de
desigualdades en materia de innovación, acumulación y crecimiento,
tendencia que parece confirmarse en la evolución a largo plazo del sistema
centro-periferia, inclusive en períodos recientes.

Según indica Prebisch, el desarrollo conlleva “intensos cambios


estructurales”, a los que también nos referimos con anterioridad. En las
relaciones centro-periferia, estos se expresan actualmente en las

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asimetrías entre las actividades productivas y las empresas que las llevan
a cabo, ya mencionadas, que explican aquellas mismas desigualdades,
esta vez con fundamentos sectoriales.

a. Las relaciones comerciales

Como se indicó con anterioridad, las complementariedades entre sectores


y empresas son, en las economías periféricas, escasas o incipientes, en
cotejo con las que se van alcanzando en los grandes centros; y en conexión
con ello, la aptitud de dichas economías para generar sinergias y
externalidades tecnológicas resulta comparativamente reducida. Se
entiende, pues, que la reiteración de esa desventaja opera en desmedro
del grado relativo de “competitividad sistémica” que la periferia logra
alcanzar en distintos sectores, así como del que adquiere a nivel global.

Esa desventaja en materia de competitividad incide, en particular, sobre las


actividades, ramas y sectores en base a los cuales se vienen redefiniendo
los patrones de especialización productiva a nivel mundial, suscitados por
la revolución tecnológica en curso y por el proceso de globalización a través
del cual la misma se difunde. Por lo demás, dichas actividades no abarcan
sólo los bienes y procesos productivos que se inscriben cabalmente en el
nuevo paradigma, sino también otros sectores desarrollados en el
paradigma previo, en los cuales los aumentos de productividad, y con ello
los requisitos de competitividad, se ven incrementados, al influjo de la
adaptación e incorporación de técnicas dependientes del nuevo paradigma.

De la dificultada para acceder a niveles adecuados de competitividad deriva


la siguiente conclusión, válida para la periferia considerada en abstracto o
para un amplio conjunto de economías que la conforman: se configurará en
ella una tendencia reiterada al desequilibrio del balance comercial. En
efecto, por un lado, a raíz de las deficiencias de su competitividad, no le
resultará factible expandir con fuerza las exportaciones. Por otro lado,
debido a esas mismas deficiencias, los requerimientos de distintos tipos de
bienes que no logra producir internamente suscitarán acumulaciones
aluviales de demandas de importaciones.

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De larga data, la tendencia al desequilibrio comercial ha sido explicada en
términos de la elasticidad-ingreso de la demanda de los bienes
(identificables como derivados básicamente de tecnologías simples) que la
periferia es capaz de exportar, y de la elasticidad elevada de los bienes
(identificables, grosso modo, como tecnológicamente más complejos) que
en la misma se requiere importar.

b. Las asimetrías financieras

Se entiende que las economías periféricas pasan por períodos de bonanza


en los que esa tendencia se atenúa y el crecimiento se intensifica a raíz,
por ejemplo, del dinamismo de las economías centrales y/o de la mejora de
los términos del intercambio y por otros períodos de signo contrario, en los
que la emergencia del desequilibrio comercial pasa a operar como traba al
crecimiento periférico.

En este sentido, cabe señalar que la revolución tecnológica en curso trae


consigo ciertos cambios de gran significado en las relaciones financieras,
al tiempo que se constituye como factor de impulsión de los mismos. La
mundialización de los mercados financieras, así como la acentuación de
las tendencias especulativas que la acompaña, inciden en el sentido de
aumentar fuertemente la vulnerabilidad externa de los países en desarrollo.
Más allá de la inestabilidad intrínseca de tales mercados, la grave
vulnerabilidad de las economías periféricas se asocia a la menor
profundidad de su desarrollo financiero, o con más precisión, a las
asimetrías existentes entre sus estructuras financieras y las que prevalecen
en los grandes centros. Ocampo (2001a: 28) destaca cuatro asimetrías
básicas: el tamaño reducido de los mercados financieros periféricos; las
estructuras de plazos desventajosas que les proporcionan dichos
mercados; los alcances limitados que presentan en ellos los mercados
secundarios; y finalmente, el carácter también foráneo de la moneda en que
se ve denominada su deuda externa. Apreciando en conjunto las tres
primeras asimetrías, se percibe que los mercados financieros de los países
en desarrollo son sensiblemente más incompletos que los mercados
internacionales, de tal modo que, en dichos países, una parte de la
intermediación financiero ha de llevarse a cabo, necesariamente, en estos
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mercados. Este carácter incompleto, en alianza con el hecho de que las
monedas internacionales son las de los centros, guarda relación con el
carácter pro cíclico de los flujos de capital en los países en desarrollo.
Distinto es el caso de los centros, en los que los flujos de capital presentan
un comportamiento anticíclico: su disponibilidad y utilización se acrecientan
cuando la bonanza los requiere, y se ajustan cuando la coyuntura cambia
de signo.

Contrariamente, las economías en desarrollo no cuentan con los mismos


márgenes para llevar a cabo una conducción macroeconómica que induzca
resultados similares.

3.4. LOS PROBLEMAS OCUPACIONALES

Las siguientes consideraciones se refieren a los problemas ocupacionales


propios de la periferia, problemas cuya característica o especificidad más
relevante consiste en la presencia de importantes volúmenes de subempleo
y en la persistencia de los mismos a lo largo del tiempo.

El concepto de subempleo se apoya en el de heterogeneidad estructural.


Esta puede definirse atendiendo a la estructura productiva, o bien a la
estructura de la ocupación. Desde el primer ángulo, una estructura
productiva se dice heterogénea cuando coexisten en ella actividades,
ramas o sectores donde la productividad del trabajo es elevada o “normal”,
con otras en las cuales esa productividad resulta muy reducida. A ese tipo
de estructura productiva corresponde cierta estructura ocupacional. Una es
espejo de la otra. En una economía periférica existe mano de obra ocupada
en condiciones de productividad alta o “normal”, que constituye el empleo.
Pero se verifica también la presencia de mano de obra ocupada a niveles
de productividad muy bajos, que conforma el subempleo.

Asimismo, se admite que esos problemas resultan especialmente agudos


en las economías periféricas, y en particular en las de América Latina. Tal
diferencia se asocia con frecuencia al hecho de que, en varias de ellas, se
impulsó una apertura externa considerable, comprometiendo o jaqueando
la supervivencia de actividades preexistentes, cuyos niveles de

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productividad y competitividad resultaban comparativamente reducidos.
Pero más que a hechos eventuales del tipo indicado, importa señalar que
las condiciones desfavorables que prevalecen en la periferia tienden
espontáneamente a reiterarse. En parte, esto se asocia a la relativa lentitud
del crecimiento de la misma (que mencionáramos más arriba) que deriva
de la brecha tecnológica, con obvias consecuencias limitantes sobre la
expansión del empleo. Pero esas consecuencias negativas también se
hacen presentes aun en casos en que se retoman y/o mantienen ritmos de
aumento del producto relativamente altos.

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CONCLUSIONES

 Cuando la economía mundial alcanza cierto grado de maduración y/o cierto


nivel de ingreso, la industrialización pasa a ser la forma necesaria y
espontanea del desarrollo de la periferia. Durante la fase de industrialización
se tiende a producir desempleo de la fuerza de trabajo. Se originan asimismo
desequilibrios intersectoriales de la producción.

 El neoliberalismo –también llamado nuevo liberalismo– es la corriente


económica y política capitalista, inspirada y responsable del resurgimiento
de las ideas asociadas al liberalismo clásico o primer liberalismo desde las
décadas de 1970 y 1980. Los defensores del neoliberalismo apoyan una
amplia liberalización de la economía, el libre comercio en general y una
drástica reducción del gasto público y de la intervención del Estado en la
economía en favor del sector privado, que pasaría a desempeñar las
competencias tradicionalmente asumidas por el Estado.

 Durante los últimos años, la cuestión del desarrollo a largo plazo reaparece
en el escenario cada vez con más frecuencia. Aspectos como brecha
tecnológica, asimetrías estructurales, escollo externo, asimetrías financieras,
subempleo, son problemas que por mucho tiempo han causado
preocupación a los países periféricos y es imprescindible conocerlo pues
constituyen una clave básica para perfilar los contenidos de las estrategias
de desarrollo, en tanto de su consecución dependen las condiciones de
viabilidad y eficiencia de dichas estrategias.

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BIBLIOGRAFÍA

 R., A. G. (2007). Raúl Prebisch, crítico temprano del modelo neoliberal.


Mexico.

 Rodriguez, O. (1992). La Teoría Del Subdesarrollo de la CEPAL. Mexico:


Siglo XXI.

 Rodríguez, O. (2007). La agenda del desarrollo. Uruguay.

 Rodriguez, O. (s.f.). Teorías de la CEPAL sobre el subdesarrollo. Mexico.

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