Sei sulla pagina 1di 6

“COMPROMISO ESPIRITUAL”

“Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al


Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios”
2 Corintios 8:5

Introducción

En este mundo, hay personas tremendamente comprometidas.

Por ejemplo: Atletas, que pasan horas cada día practicando un deporte, para competir
en los juegos olímpicos. Su vida está totalmente dominada por ese deporte.

Políticos, que dedican toda su vida, tiempo, dinero, amistades, etc. para lograr
ocupar un puesto importante en el mundo político.

Artistas, que pasan horas ensayando música, movimientos, etc., para


lograr un nuevo ‘hit’ mundial.

Por la década de los ’60, un joven norteamericano escribió una carta dirigida a su
novia, en la que le informaba de su decisión de romper el noviazgo. En esa carta
expuso su compromiso con el comunismo, como la razón principal por esta decisión.
Leamos lo que escribió:

“Nosotros los comunistas morimos a cada rato. Nos disparan, nos ahorcan, nos
encarcelan, nos ridiculizan, nos despiden de nuestros trabajos, y hacen nuestra
vida imposible en muchas maneras. Un porcentaje de nosotros morimos, o somos
encarcelados. Vivimos en gran pobreza. Entregamos al Partido Comunista todo el
dinero que nos sobra.

Nosotros los comunistas no tenemos el dinero o el tiempo para ir al cine, o para


comer en restaurantes, o para tener bonitas casas, o un carro nuevo. Dicen que somos
fanáticos, y lo somos. Nuestras vidas están dominadas por una gran verdad: la lucha
de las masas, para establecer el comunismo mundial.

Nosotros los comunistas tenemos una filosofía de vida que ningún monto de
dinero podría comprar. Tenemos una causa por la cual luchar, tenemos un propósito
muy claro en la vida. Subordinamos nuestros deseos personales para poder
promover un gran movimiento mundial. Hay una cosa de la cual estoy muy en serio, y
es la causa del comunismo. Ella es mi vida, mi negocio, mi religión, mi pasatiempo, mi
enamorada, mi esposa, mi amante, mi comida y bebida. Todo el día me dedico a esta
1
causa, y por la noche sueño con ella. Por lo tanto, no puedo tener una amistad, un
enamoramiento, ni siquiera una conversación, sin relacionar todo con esta causa que
está guiando y conduciendo mi vida…Ya estuve en la cárcel por esta causa, y si sea
necesario estoy dispuesto a morir por ella”.

¡Ojalá tuviéramos más creyentes con esta clase de compromiso espiritual! La realidad
es que la vida cristiana requiere de esta clase de compromiso absoluto. Pablo lo
expresa elocuentemente, en pasajes tales como Gál 2:20 o Fil 3:8-14.

Al escribir a los creyentes en Corinto, Pablo hace referencia a un grupo de cristianos


que le había impresionado tremendamente con su compromiso espiritual. Eran los
creyentes de macedonia (2 Cor 8:1).

¿Quiénes fueron estos creyentes? Eran los miembros de “las iglesias de Macedonia”
(v.1). Seguramente había varias iglesia en Macedonia, pero solo conocemos bien a dos
de ellas. La Iglesia en Filipos (Hch 16:6-12), y la Iglesia en Tesalónica (Hch 17:1-4).

¡Ellos eran modelos de creyentes tremendamente comprometidos con el evangelio!

Veamos algunos detalles de estas iglesias, que evidencia su compromiso espiritual:

La Iglesia en Filipos mostró su compromiso, apoyando a Pablo económicamente en la


obra evangelística. Cuando salió de Filipos, habiendo pasado solo algunas semanas en
la ciudad, estableciendo la iglesia, los miembros de la iglesia enviaron a Pablo varias
ofrendas económicas (Fil 4:15-16). Notemos que solo esa iglesia apoyó a Pablo;
enviaron varias ofrendas, aun a Tesalónica (que fue la siguiente ciudad a donde Pablo
llegó para predicar el evangelio; ver Hch 16:40 – 17:1). Luego, la iglesia volvió a
enviar dinero a Pablo, cual él estaba encarcelado en Rom (Fil 4:10). No fue fácil
enviarle dinero. ¡No había el sistema bancario actual! Alguien tenía que llevar el
dinero personalmente, y tenían que buscar a Pablo en la ciudad de Roma, para
entregarle el dinero. ¡Tremendo compromiso!

La Iglesia en Tesalónica mostró su compromiso espiritual, tanto en la evangelización,


como en su vida cristiana. Leemos de ello en 1 Tes 1:6-10. No solo recibieron la
Palabra de Dios en medio de gran sufrimiento, sino que decidieron imitar la vida del
apóstol Pablo, llegando a ser ejemplo a todos los creyentes en la región de Macedonia
y Acaya. Abandonaron para siempre su vida antigua de idolatría, y se dedicaron a
servir a Dios, esperando la Segunda Venida. Mientras esperaban, se dedicaron a
testificar de su fe en Cristo por todos lados, haciendo la tarea de Pablo más fácil.
¡Tremendo compromiso!

Habiendo escuchado el testimonio de los miembros de estas iglesias (¡y recordemos


que no tenían pastores para guiarles!), dos preguntas surgen:

¿De dónde vino este compromiso?


¿Cómo se manifestó este compromiso?
2
Veamos estos dos puntos:

1. La Raíz del Compromiso Espiritual

Pablo no nos deja en duda acerca del origen del tremendo compromiso espiritual de
estos creyentes en Macedonia. Afirma que se debía a “la gracia de Dios” que fue dada
a estos creyentes (2 Cor 8:1). ¿Cómo se dio esta “gracia”? La gracia de Dios se
manifestó en tres maneras particulares

i. La elección de Dios a la salvación (1 Tes 1:4). Estas personas manifestaron


un tremendo compromiso espiritual, en primer lugar, porque Dios los había
escogido para la salvación. Él había propuesto salvarlos, y al salvarlos
quería usarlos en la obra. Por ende, su compromiso espiritual, como
creyentes, fue el resultado de la elección de Dios. ¡Entendieron que Dios tuvo
un propósito al salvarlos, y querían cumplir ese propósito! Vemos como
Pablo mismo experimentó esto (Gál 1:15-16).

ii. La obra del Espíritu Santo. Cuando Pablo predicó el evangelio en Filipos,
halló que Dios había preparado el corazón de Lidia, para escuchar la
Palabra de Dios (Hch 16:14). Cuando se dio el terremoto, y el carcelero
estaba por matarse, Dios tocó su corazón, y exclamó a Pablo, “¿qué debo
hacer para ser salvo?” (Hch 16:30). Evidentemente el Espíritu Santo estaba
obrando poderosamente en la vida de estas personas. Luego, como creyentes,
estas personas manifestaron un tremendo compromiso espiritual.

Lo mismo pasó en Tesalónica. Cuando Pablo predicó el evangelio, el Espíritu


Santo obró poderosamente en la vida de ciertas personas, para que ellas
aceptaran el mensaje de salvación (1 Tes 1:5). Ese mismo Espíritu siguió
obrando en ellos, produciendo, en forma natural, un tremendo compromiso
espiritual, en su vida cristiana.

iii. Una verdadera conversión. Cuando Pablo escribió a los miembros de la


Iglesia en Filipos, afirmó la confianza que tenía de su verdadera conversión.
Les dijo, “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena
obra, la perfeccionará…”(Fil 1:6). Pablo estaba convencido de ello. ¿Cómo
estaba tan seguro de la realidad de su conversión? Por los frutos en sus
vidas, que incluyó el compromiso espiritual, manifestado en las ofrendas que
le habían enviado. Y Pablo sabía que si Dios había comenzado esa “buena
obra” en ellos, la iba a continuar. La clave de su compromiso espiritual
permanente era la obra de Dios en sus vidas.

Lo mismo fue cierto en cuanto a los creyentes en Tesalónica. Ellos


manifestaban un tremendo compromiso espiritual, porque habían
experimentado una verdadera conversión, como Pablo afirma en 1 Tes 1:5-7.
3
En las dos iglesias, fue la “gracia de Dios” que impactó sus vidas en tal manera, que
los llevó a manifestar un tremendo compromiso espiritual. Ellos experimentaron lo
mismo que el apóstol Pablo (1 Cor 15:10).

Reflexión: ¿Somos verdaderamente concientes de la gracia de Dios en nuestras vidas?

¡Nunca manifestaremos un gran compromiso espiritual hasta que seamos


conscientes de la gracia de Dios en nuestras vidas!

* El verdadero compromiso espiritual es el fruto natural de la gracia de Dios.

Pero, ¿por qué se manifestó la gracia de Dios en estas iglesias?

Por un lado, se debió a la soberanía de Dios. Sin embargo, por otro lado, se debió a la
predicación del verdadero evangelio. Si no predicamos el verdadero evangelio, no
podemos esperar que la gracia de Dios se manifieste; y si esta gracia no se manifiesta,
entonces nuestras iglesias no estarán llenas de creyentes comprometidos con el Señor,
como los creyentes en Filipos y en tesalónica.

ADVERTENCIA:

Si predicamos un evangelio ‘diluido’, produciremos cristianos ‘diluidos’, con un


compromiso ‘diluido’.

Es más, si somos líderes, y vivimos una vida cristiana ‘diluida’, entonces produciremos
cristianos con una vida espiritual ‘diluida’.

Habiendo notado la raíz del compromiso espiritual de los creyentes en Macedonia,


pasamos a ver, en segundo lugar:

2. La Manifestación del Compromiso Espiritual

¿Cómo se manifestó el compromiso espiritual en sus vidas? En 2 Cor 8:5, Pablo


menciona dos cosas generales:

a. En una Entrega al Señor (“se dieron a sí mismos primero al Señor”, 2 Cor 8:5)

El contexto de 2 Cor 8 es la ofrenda que Pablo había pedido para los creyentes pobres,
en Jerusalén. Al escribir a los creyentes en Corinto, motivándoles a ser generosos en

4
dar, Pablo cita el ejemplo de los creyentes en Macedonia. Lo que hicieron fue algo
tremendo, que impresionó profundamente a Pablo (2 Cor 8:2-4).

¿Cómo explicar esta generosidad, y deseo ferviente de dar en forma tan sacrificial?

Pablo responde - ¡Se dieron primero al Señor! 2 Cor 8:5. ¡Qué tremendas palabras
de Pablo! Esta es la primera manera en la que se debe manifestar el compromiso
espiritual del creyente. Tenemos un ejemplo de ello en 1 Tes 1:9-10.

El evangelio que Pablo predicó, les llevó a entender que sus vidas ya no les pertenecían
(ver Rom 8:22). Lo podían ver ilustrado en la vida de Pablo (Gál 2:20; 2 Cor 4:5; 1
Tes 2:4-8). Por ende, cuando comenzaron a vivir la vida cristiana, la vivieron con
compromiso. En un sentido, era natural que lo hicieran – porque lo habían escuchado
en la predicación, y lo habían visto en la vida de Pablo (ver Hch 16:25, 40; 1 Tes 2:1-12).

b. En una Entrega a la Obra (“y luego a nosotros…”, 2 Cor 8:5)

Pablo encontró, para su gran agrado, que los creyentes en estas iglesias no solo se
entregaron al Señor, sino que también se entregaron a Pablo, y a su tarea apostólica,
con la cual se sentían identificados. Por ende, cuando Pablo necesitaba algo, o pedía
algo, estos creyentes estaban dispuestos a dárselo con liberalidad.

Lo apoyaron:

i. Enviando ofrendas (Fil 4:15-16).

ii. Predicando el evangelio (1 Tes 1:8).

iii. Dando para los pobres (2 Cor 8:1-4).


Esto indica, de parte de ellos, una gran labor cristiana. Pablo da gracias a Dios por
ello, en 1 Tes 1:3

ADVERTENCIA:

sino estamos ‘sembrando’ una vida de compromiso espiritual, no podemos esperar


‘cosechar’ dicha vida en los creyentes. Pablo cosechó este tremendo compromiso con
él, en la obra, precisamente porque primero había ‘sembrado’ esta clase de entrega
total al Señor, y de un compromiso absoluto con el evangelio, en Macedonia. Pablo no
estaba en la obra por intereses personales – ni para ganar dinero, ni para ejercer
poder y autoridad, ni para ser famoso y conocido, o popular. Su actitud hacia la obra
era una de gran integridad. Por ende, ‘cosechó’ esto en la vida de los creyentes, en las
iglesias que fundaba.
5
Conclusión

¿Cómo anda nuestro compromiso espiritual? ¿Con el Señor? ¿Con la obra?

Nuestro compromiso espiritual es lo que indica si somos verdaderos creyentes o no, y la


clase de creyentes que somos.

Tomemos Fil 1:9-11 como una oración personal, y a las iglesias de Macedonia como un
ejemplo y desafío personal.

Potrebbero piacerti anche