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MATERIA NEGATIVA
Mario Méndez Acosta
La ilusión de lograr aquello que las leyes de la física y la naturaleza del cosmos nos dicen
que no se puede, ha llevado a muchos estudiosos, inconformes con esas restricciones, a
proponer salidas teóricas que podrían cumplir tales sueños. La ilusión de obtener energía
ilimitada, limpia y gratuita, de conocer el futuro, o más bien dicho, de saber los efectos
antes de que las causas se materialicen, estimula la imaginación de muchos inconformes
con el hecho de que, al menos en este universo, no se puede obtener algo a cambio de nada,
o como lo expresan los anglohablantes, no existe tal cosa como un almuerzo gratuito.
Forward demuestra, además, que si a ambos objetos se les liga con un resorte tensado y
enganchado a las dos esferas en cada extremo, la aceleración del movimiento se incrementa
en la misma medida que la fuerza que se dé al resorte en tensión, por lo que la aceleración
del par de esferas podría controlarse al regular la tensión del mismo resorte. Forward diseñó
así un propulsor práctico que puede constituirse en un motor de una nave interestelar
utilizable. Se trata del propulsor Nullor -o anulador-, consistente, ya no en dos esferas, sino
en dos grandes anillos, uno hecho de materia positiva y el otro de materia negativa’ cuya
distancia puede regularse.
Según Forward, con este diseño, en el punto medio del eje central, que une a su vez el
centro de los huecos interiores de los dos grandes anillos, se produce una fuerza -una
antiaceleración- que anula de manera exacta el efecto que tendría en un posible tripulante la
aceleración de todo el sistema, convertido ya en nave interestelar; y de este modo
desaparecería el inconveniente que limita el poder de aceleración de una nave de este tipo a
la resistencia del ser humano. Dicha resistencia no es mayor a 10 veces la aceleración de la
gravedad por un periodo no muy prolongado. El propulsor anulador permite aceleraciones
ilimitadas y el traslado de un pasajero en un tiempo muy breve a cualquier punto de la Vía
Láctea o de galaxias cercanas, todo esto sin violar ninguna ley de la conservación de la
energía o restricción relativística.
Cada nave del tipo mencionado tiene una masa total igual a cero, por lo que en teoría puede
acelerarse por arriba de la velocidad de la luz, dado que este límite sólo se aplica a objetos
con masa y por lo tanto con inercia. Lo anterior también indica que en ese punto, entre los
dos anillos, no se presentarán los efectos relativistas de desaceleración del transcurso del
tiempo para el pasajero y, así éste experimentará el mismo transcurso del tiempo que
percibe un observador en reposo relativo.
Lo anterior suena muy bien, y si acaso en el futuro existe una solución al problema del viaje
interestelar práctico, tendrá que salir de un hallazgo o desarrollo exactamente de este tipo.
Pero, de momento, el problema en este caso es dónde puede uno encontrar materia de masa
negativa. Para los que han analizado de manera crítica las teorías de Forward, estas
fabulosas conclusiones sólo revelan que algo como la materia de masa negativa no puede
existir, y él replica que en el universo se han localizado, en las regiones intergalácticas,
enormes zonas vacías, carentes totalmente de galaxias visibles, que actúan como burbujas
en la enorme espuma cósmica. Si en tales burbujas existiera materia negativa, la
distribución de las galaxias sería la que se observa.
Pero el problema es que esa materia oscura necesariamente tiene que tener masa positiva.
El comportamiento de la expansión del universo a largo plazo muestra que la cantidad de
masa en el mismo es mucho más elevada de lo que representan las galaxias visibles, y la
materia oscura es de masa positiva.
Físicos norteamericanos han creado por vez primera materia con masa negativa. Lo han
conseguido enfriando átomos de rubidio a temperatura cercana al cero absoluto dentro
de un recinto de 100 micrómetros de diámetro. Los átomos se comportan como si
tuvieran masa negativa: avanzan en la dirección opuesta al impulso que reciben, como
si chocaran con un muro invisible.
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Imagen: tpsdave
Investigadores norteamericanos han conseguido crear un fluido que posee una masa
negativa. Un fluido con masa negativa es aquel que cuando es empujado en una dirección,
acelera en la dirección opuesta a la del impulso.
Es decir, que si empujamos un vaso que está encima de la mesa, el vaso se desplaza en la
misma dirección de la presión que hemos ejercido. Pero si modificáramos la segunda ley de
Newton, considerando que la masa del objeto es negativa, el vaso podría desplazarse en
dirección contraria al impulso que hemos realizado.
Aunque resulta extraño, no es imposible, ya que existen pruebas de que la masa negativa
podría existir en el universo, sin que eso suponga una violación de la teoría de la relatividad
general. Incluso algunos físicos consideran que la masa negativa podría estar relacionada con
la energía oscura, los agujeros negros y las estrellas de neutrones.
Desde entonces, los físicos no han cesado de intentar recrear masa negativa en laboratorio, y
ahora finalmente lo han conseguido. Según explican en un comunicado de la Universidad de
Washington, han obtenido un fluido de átomos muy fríos que actúan como si tuvieran masa
negativa.
Los investigadores sugieren incluso que este fluido permitirá estudiar algunas condiciones que
se producen en el universo que todavía no son bien conocidas. Según Michael Forbes, uno de
los miembros del equipo, “la primera buena noticia es que tenemos el control sobre la
naturaleza de esta masa negativa”.
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Procedimiento
Para crear este extraño fluido, los investigadores han utilizado láseres para enfriar átomos de
rubidio a una fracción de grado del cero absoluto. De esta forma han creado un condensado
de Bose-Einstein.
En este estado, las partículas se desplazan a una velocidad increíblemente lenta y siguen los
principios de la mecánica cuántica, más que de la física clásica, ya que empiezan a
comportarse como ondas, en vez de partículas, y ocupan una posición en el espacio que no
puede ser determinada con precisión.
Pero si, usando láseres complementarios, los átomos de rubidio son excitados, se mueven
hacia adelante y hacia atrás para cambiar su rotación y poder escapar del espacio cerrado.
Una vez fuera, se comportan como si tuvieran masa negativa.
“Cuando los empujas, se aceleran en la dirección contraria. Es como si el rubidio topara con
un muro invisible”, explica Forbes.
Los investigadores aseguran que el líquido con carga negativa se corresponde y confirma lo
que otros equipos han podido constatar en diferentes investigaciones previas.
Referencia
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Lunes, 17 de Abril 2017
Redacción T21
Artículo leído 10513 veces
Tags : condensado Bose-Einstein, física cuántica, masa negativa, materia, rubidio, superfluido, átomos
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