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C a p í t u l o P r im e r o

ARMAS DE FUEGO Y MUNICIONES

"Mi mujer, sí. Mi perro, tal vez. M i arma ¡nunca!


(Oblea en un paragolpes).

En la tarea de interpretar las heridas producidas por el uso


de armas de fuego, se requiere un cierto conocimiento básico so­
bre esas armas y sus m uniciones. Este capítulo intentará acercar
esa información.

L A r m a s cortas

Existen cinco categorías de armas cortas: armas de puño, fu­


siles o carabinas, escopetas, subametralladoras y ametralladoras.

a) Arm as de puño.— Existen cuatro tipos básicos:


1) Pistolas de un solo tiro.
2) “Derringers”.
3) Revólver.
4) Pistolas de carga automática.

1. Pistolas de un solo tiro. Son las que tienen una sola recá­
mara integrada al cañón, que debe ser cargada m anualmente ca­
ía vez que el arma va a ser disparada (Figura 1.1 A).
A rmas d e f u e g o y m u n ic io n e s 29

F i g u r a 1.2 (A) Un revólver 9-mm, del tipo swing-out o balanceado, con el tambor
abierto exponiendo las recámaras; (B) Un revólver con cierre en T o lechucero
abierto.

Existen tres clases de revólveres, el más común de los cuales


es el swing-out (balanceado) (Figura 1.2 A). Cuando se presiona el
tetón para volcar el tambor, que norm alm ente se encuentra a la
izquierda de la armadura, se em puja el tambor hacia la izquier­
da, exponiendo las recám aras. Luego, cada recámara individual
se carga con un cartucho. El tam bor es, posteriormente, colocado
28 H e r id a s por arm a de fuego

Figura 1.1 (A) Pistola de un solo tiro; (B) derringer.

2. “D erringers”. Son una variante de las pistolas de un solo ti­


ro; pequeñas armas de bolsillo que tienen múltiples cañones, ca­
da uno de los cuales está cargado y dispara separadam ente. El d e­
rringer tradicional tiene dos cañones (Figura 1.1 B).

3. Revólver. Es la clase de arm a de puño más com ún en los


Estados Unidos. Tiene un tambor que gira, com puesto por varias
recám aras, cada una de las cuales contiene un cartucho. El tam ­
bor rota m ecánicam ente, de manera de alinear cada recám ara, su­
cesivam ente, con el cañón y el percutor. El primer revólver fue
producido por Samuel Colt, en 1835-1836.
30 H e r id a s por ar m a de fu eg o

F i g u r a 1.3 Revólver de armadura compacta con la compuerta del cargador volca­


da. La flecha señala el lugar exacto donde se insertan los cartuchos individuales.

otra vez en la armadura, enganchándolo con el tetón. El arma es­


tá, entonces, lista para ser disparada. Después de haber dispara­
do todos los cartuchos, se presiona el tetón y el tam bor se despren­
de. El eje estrella, fijado al frente del tambor, es presionado hacia
atrás, para expulsar las vainas. Entonces, el tam bor se encuentra
listo para ser recargado.
En los revólveres con cierre en T o lechucero, la arm adura
está unida a la parte posterior, de m anera que al liberar el tetón
superior, el cañón y el tam bor se desprenden juntos, exponiendo
la parte trasera del tam bor para ser cargado (Figura 1.2 B), ac­
ción de apertura que tam bién servirá para expulsar las vainas
del tambor. Este tipo de arm a es relativam ente inusual en los
Estados Unidos, pero es el tipo tradicional de revólver en Gran
Bretaña.
El revólver de armadura compacta es el más antiguo de todos,
remontándose a las armas originales de Colt (Figura 1.3). En esta
arma, el tam bor está sostenido, en la armadura, por un perno cen­
tral, alrededor del cual gira. La parte de atrás del tam bor nunca se
expone completamente, ya se trate de un revólver swing-out (ba­
lanceado) o lechucero. Cada recámara, en el tambor, se carga indi­
vidualmente a través de la compuerta del cargador, que se encuen­
tra sobre el lado derecho de la armadura. El martillo del arma tí­
picamente se empuja hacia atrás, a la posición de montado, y el
tambor entonces se gira manualmente,' de manera que la recáma-
A r m a s d e f u e g o y m u n ic io n e s 31

ra quede alineada con la com puerta del cargador. Se inserta un


cartucho. El tam bor es girado manualmente a la próxima recáma­
ra y se inserta un segundo cartucho. Este procedimiento se conti­
núa hasta que el tam bor está totalmente cargado. Después de ha­
ber disparado el arma, el tam bor debe girarse manualmente otra
vez y alinearse con la com puerta del cargador para que cada car­
iucho sea expulsado a través de la compuerta, usando el eje extrac­
tor. Este tipo de construcción se encuentra más comúnmente en re­
vólveres de simple acción y en el primitivo modelo “Saturday Night
Specials”. Este último, que se remonta a comienzos de siglo, se re­
fiere a un arma económ ica, usualmente de una construcción muy
pobre y no a aquellos que presentan el martillo oculto.
Los revólveres pueden ser de simple acción o de doble acción. En
ios primeros, el martillo debe ser montado manualmente, cada vez
que el arma va a ser disparada. Al montar el martillo, gira el tambor,
alineando la recámara con el tambor y el percutor. La presión apláca­
la a la cola del disparador hace soltar el martillo, disparando el ar­
ma. En los revólveres de doble acción, una presión continua sobre la
cola del disparador hace girar el tambor, alinea la recámara con el ca­
ñón, se monta y luego suelta el martillo, disparando el arma. La ma­
yoría de los revólveres de doble acción pueden ser disparados en el
modo de simple acción. La cantidad de presión (fuerza) sobre la cola
de; disparador, necesaria para disparar un buen revólver de doble ac­
ción, varía de 5,44 a 6,80 kg. Si estas armas son montadas y dispara­
das en el modo de simple acción, se requiere menor presión (0,9072 a
1.8144 kg) para dispararlas. La presión para disparar un revólver de
doble acción pobremente manufacturado y barato es usualmente mu­
cho más grande, mientras en los revólveres de simple acción de bue­
na calidad, puede variar desde menos de 453,6 gr hasta aquella má­
xima establecida para los revólveres de doble acción.
Muchos de los de simple acción presentan un espaldón en el ori-
f.cio, donde asoma el percutor, que se encuentra entre la posición de
montado y de disparo. La finalidad de este espaldón consiste en atra­
par el martillo si accidentalmente se resbala del pulgar cuando está
siendo manipulado. Muchos individuos, incorrectamente, consideran
al espaldón una posición de seguridad y permanentemente llevan las
armas martilladas. Si el arma cae estando en esta posición, el marti­
llo puede desengancharse, volar hacia delante y dispararla. Algunos
revólveres de simple acción pueden dispararse desde esta posición si
se empuja la cola del disparador. Los revólveres de simple acción Ru-
ger equipados con una barra de seguridad no tienen un espaldón.
32 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

El tambor del revólver puede girar en el mismo sentido que lat


agujas del reloj (los Colt) o en sentido contrario (los Smith & Wes-
son). Esta diferencia ha provocado cantidad de muertes entre perso­
nas que juegan a la ruleta rusa, en la cual una persona carga una de
las recámaras del revólver y gira el tambor. Entonces, atisban dón­
de está localizado el proyectil. Si se encuentra en cualquier recáma­
ra, menos en la que va a ser colocada en la posición de disparo al
oprimir la cola del disparador, el arma se coloca contra la cabeza y
se pulsa la cola del disparador. Si el cartucho se encuentra en la re­
cámara letal, el jugador busca alguna excusa para girar el tambor
nuevamente. Este sistema de jugar a la ruleta rusa es teóricamente
seguro si uno sabe hacia qué lado gira el tambor. Una persona fami­
liarizada con este juego, empleando un revólver Colt, puede inten­
tarlo con un revólver Simth & Wesson, en el cual el tambor gira en
la dirección opuesta y entonces experimentar urna conclusión fatal.

4. Pistolas de carga autom ática. Estas constituyen la cuarta


categoría de armas de puño. El término pistola autom ática es un
nom bre inapropiado, ya que esta form a de pistola es una autocar-
gadora, en la cual el gatillo debe ser apretado en cada tiro. De
cualquier manera, dejando a un lado la correcta terminología, es­
tas armas son conocidas, invariablem ente, com o automáticas o
simplem ente pistolas. Estas em plean la fuerza generada por el
cartucho disparado, para operar el mecanismo que extrae y expul­
sa las vainas vacías; carga el nuevo cartucho, y retorna el m eca­
nism o a la posición de disparo, en la próxima ronda de carga (Fi­
gura 1.4). La primera pistola autom ática com ercial fue producida
en 1893 por Borchardt; esta arma fue la antecesora de la Luger.
La mayoría de las veces los cartuchos se encuentran almacenados
en el llamado estuche, que es removióle y se encuentra en las cachas
(culata) de la pistola. Algunas pistolas automáticas, como la Intratec
Tec 9 y el Mauser M1896, presentan el almacén cargador enfrente del
arco guardamonte. La pistola automática Calicó tiene un estuche de
alimentación helicoidal, para 50 o 100 unidades, en la parte póstero-
superior de la armadura. La palabra clip se usa comúnmente como si­
nónimo de almacén cargador. En realidad, clip es el término emplea­
do para indicar el dispositivo diseñado para facilitar la carga de un nú­
mero de cartuchos dentro del almacén; de cualquier manera, la mayo­
ría de la gente emplea ambos términos indistintamente.
Existen cinco métodos para operar las pistolas automáticas: ex­
plosión hacia atrás (blow back), explosión hacia atrás retardada, ex-
A rmas d e f u e g o y m u n ic io n e s 33

F i g u r a 1.4 (A) El arma ha sido recientemente disparada. La corredera ha comen­


zado a retroceder con el proyectil, algunos centímetros fuera de la boca del ca­
ñón. íB i La corredera ha retrocedido todo su camino. La vaina del cartucho está
siendo expulsada y el arma montada. Ahora, la corredera irá hacia delante, ajus­
tando la carga en un cartucho para una nueva ronda.

plosión hacia delante (blow forward), retroceso y gas. Sólo dos de es­
tos métodos están, en la actualidad, en permanente uso: explosión
hacia atrás (blow back) y retroceso. En la acción de explosión hacia
atrás [blow back), la presión del gas producida por la deflagración de
la pólvora fuerza la corredera en su desplazamiento, comenzando de
ese modo el círculo de extracción, expulsión y recarga.
Las pistolas Heckler y K och P7 son pistolas que operan con ex­
plosión hacia atrás, con un sistema de freno de retroceso que de-
34 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

mora la apertura de la recám ara (Figura 1.5). Cuando se dispara


el arma, parte del gas de la carga propulsora es dirigido a través
de un pequeño orificio en el cañón, delante de la recámara, dentro
de un cilindro. Un pistón adherido a la corredera entra en la par­
te final del frente de este cilindro. El gas que penetra el cilindro ac­
túa contra el pistón, de m anera que cuando la corredera comienza
a moverse hacia atrás, en virtud de la presión de retroceso, el mo­
vim iento del pistón en el cilindro es resistido por la presión del gas,
retrasando el movimiento de la corredera así como la apertura de
la recámara. Otro rasgo inusual de estas armas es que la aguja de
percusión está protegida por un dispositivo (squeeze cocker) incor­
porado al frente de la culata (Figura 1.5). Al asir la culata, los de­
dos aprietan este dispositivo, m ontando automáticamente el arma.
Si se suelta la presión sobre la culata, este dispositivo retrocede
desmontando el arma. Las pistolas P7 presentan recám aras aca­
naladas y estrías poligonales en el ánima (ver cap. II).
En una pistola autom ática operada por sistem a de retroceso,
el cañón y la corredera están unidos en el m om ento del disparo.
M ientras el proyectil abandona el cañón, el em puje trasero de la
carga propulsora, en la vaina del cartucho, pone en m ovim iento el
cañón y la corredera hacia atrás. Después de una corta distancia,
el cañón se detiene, y el dispositivo de cerrojo es rem ovido de la
corredera (Figura 1.6). La corredera continúa entonces su m ovi­
m iento hacia atrás, expulsando la cápsula servida y comenzando
el círculo de recarga.
Tradicionalmente, las pistolas automáticas han tenido al m e­
nos un dispositivo manual de seguridad. Los seguros m anuales
son piezas de pulgar o botones que están montados sobre la corre­
dera o la empuñadura (Figura 1.7); por costumbre, sobre el lado
izquierdo. En la actualidad son, usualmente, a ambos lados o re­
versibles. Al colocar el seguro, se clausura el m ecanismo de dispa­
ro (m artillo, percutor, y algunas veces muelle real) y evita que el
arma se descargue. M enos com únm ente, las pistolas automáticas,
como la Colt M1911, están equipadas con seguros de em puñadu­
ra (Figura 1.7), piezas m ovibles m ontadas en la culata, que evitan
la conexión entre la cola del disparador y el muelle real cuando se
sostiene firmemente la pistola en la mano, lista para disparar. Es­
te seguro de em puñadura se m antiene desconectado por resortes
cuando no se usa el arma. Al tom ar la empuñadura, se em puja es­
ta pieza, lo cual permite que se conecten la cola del disparador y
el m uelle real y, por consiguiente, el arma se dispare.
A r m a s d e f u e g o y m u n ic io n e s 35

M uchas de las más nuevas pistolas automáticas de doble ac­


ción presentan una pieza de pulgar, ya sea sobre la corredera o la
arm adura, que externam ente semeja la usual palanca del segu­
ro. pero es en realidad una palanca para desmontar el arma (Fi­
gura 1.8 Ai. Puede encontrarse sobre el lado izquierdo, a ambos

B
: g u h a 1.5 (A) Pistola Heckler-Koch P7 9-mm con el dispositivo squeeze cocker
Armando parte de la porción frontal de la empuñadura; (B) desarmado con el
?:stón visible y proyectado hacia abajo, desde el final de la corredera.
36 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

F i g u r a 1.6. Acción de cerrojo de una pistola automática con corredera de retro­


ceso. Al disparar, la corredera (Ai y el cañón (B), que están unidos por las pesta­
ñas (C), retroceden. Después de una corta distancia, el cañón es detenido por una
barra (D) que engancha por debajo (E ). Las pestañas se desenganchan y la corre­
dera continúa su recorrido hacia atrás, para extraer y expulsar las vainas. La co­
rredera, entonces, vuelve hacia delante para recargar un nuevo cartucho y mar­
tillar el arma.

FIGURA 1.7. Lado izquierdo de una pistola automática Colt .45 con seguro ma­
nual y seguro de empuñadura (flecha).
A rmas d e f u e g o y m u n ic io n e s 37

lados o en lugar reversible. Cuando esta pieza de pulgar es em­


pujada hacia abajo, el m artillo cae. Sin em bargo, el arma no se
dispara, ya que bloquea la aguja de percusión y/o rota una super­
ficie de acero entre el m artillo y la aguja de percusión, para evi­
tar el contacto entre ambos. En algunas arm as, la palanca que
las m antiene desm ontadas funciona como un seguro y no dispa­
rarán m ientras este dispositivo esté puesto. Otras pistolas auto­
máticas no presentan ningún seguro manual, solam ente la pa­
lanca para desmontar, como la Sig-Sauer (Figura 1.8 B). En tales
armas, al bajar esa pieza, el m artillo cae, colocando al arma en
un modo de doble acción, pero no colocando el seguro. Las pisto­
las Glock no presentan ni un seguro operado m anualm ente ni
una palanca de desarmado.
Las pistolas Sig-Sauer, así com o la mayoría de las nuevas au­
tomáticas, están equipadas con un seguro para la aguja de percu­
sión i cerrojo,). Este dispositivo interno encierra la aguja de percu­
sión en el lugar, evitando posteriores m ovim ientos y, en conse­
cuencia, una descarga accidental. Para poder disparar el arma, la
cola del disparador debe ser tirada hacia atrás (reculada) para de­
senganchar el seguro.
Algunas pistolas tienen un dispositivo que indica si la recá­
mara contiene un cartucho. Esto puede ser un perno al final de la
corredera o una protrusión del extractor. Ciertas pistolas automá­
ticas tienen seguros de cargador. Este dispositivo evita la descar­
ga del arma cuando el estuche es removido. En algunas armas, re­
sulta posible desactivar o rem over este dispositivo.
Con algunas raras excepciones, los revólveres actuales no
presentan dispositivos de seguridad manuales. Este hecho parece
haber escapado a los escritores británicos, quienes, en sus obras
de detectives y de acción, presentan a los personajes siempre co­
locando o sacando el seguro de su revólver. Aunque este tipo de se­
guros no se encuentren en los revólveres modernos, Smith & Wes-
son produjo, en algún momento, un modelo con seguro de empu­
ñadura. En lo concerniente a los derringers, pueden o no estar
equipados con un tetón-pulsador de seguridad que bloquea la caí­
da del martillo.
Preparar una pistola autom ática para disparar supone dos
pasos. Primero, el estuche cargador es insertado en la culata. Se
toma la corredera, se empuja hacia atrás, y se suelta. Un resorte
empuja la corredera hacia adelante, sacando un cartucho del es­
tuche y cargándolo en la recám ara. El arma está ahora montada
38 H e r id a s po r a r m a d e f u e g o

F i g u r a 1.8 (A) Una Beretta con palanca para desmontar el seguro sobre la corre­
dera. (B) Una Sig-Sauer P226 con palanca para desmontar (pero sin seguro) en
la armadura, arriba del botón del estuche cargador.

y lista para disparar. Si la pistola tiene un seguro m anual, es es­


te el m om ento en que se lo coloca, y el arma puede ser llevada en
el m odo montada y con seguro. Alternativamente, puede ser des­
m ontada usando una palanca o m anteniendo el m artillo hacia
atrás (usualm ente con el pulgar), presionando la cola del dispara­
dor y gradualm ente bajando el martillo. En el caso de armas de
un diseño m ás antiguo (Colt M1911, Browning HiPower), para po­
A rmas d e f u e g o y m u n ic io n e s 39

der dispararlas después de haber bajado el martillo, éste debe ser


manualmente m ontado para el primer disparo, en tanto que el
m ecanismo operativo de una pistola automática, automáticaman-
te monta el arma después del primer disparo. La mayoría de es­
tas pistolas están ahora equipadas con una cola de disparador de
doble acción, que am artilla y dispara el primer tiro como resulta­
do de una presión continua en la cola. En estas armas, después de
haber bajado el m artillo, para poder disparar, u ro simplemente ti­
ra la cola del disparador. Después de esto, el arma autom ática­
mente se m onta para cada sucesivo disparo. Aun en pistolas auto­
máticas de doble acción, la corredera debe ser arrastrada hacia
atrás inicialm ente, para cargar el arma.
Algunas de las más nuevas pistolas de repetición de doble ac­
ción son producidas en m últiples variedades. En consecuencia, se
pueden conseguir de doble acción con o sin palancas de seguridad.
Browning tiene un m odelo, el BDM (Doble Acción Browning), que
tiene un selector de m uesca sobre el lado izquierdo de la correde­
ra. L’ sándolo, el diparador y el martillo pueden ser preparados pa­
ra un modo convencional de doble y simple acción o sólo de doble
acción.
El modelo Colt 2000 (ahora escaso) tiene un disparador corre­
dizo: un sistem a de cerrojo giratorio del cañón; armadura polím e­
ra: un cerrojo deslizante; un percutor sin martillo y un percutor
interno automático, que solam ente está listo en la última fracción
de movimiento de la cola del disparador. Dispara únicamente en
modo de doble acción.
Beretta produce pistolas de carga automática con un cañón de
abertura hacia arriba (tip-u p ) para la primera ronda de carga (Fi­
gura 1.9). En esta arma, el estuche cargador se encuentra en la
empuñadura. Se oprime un cerrojo sobre el costado de la arm adu­
ra y el cañón se abre hacia arriba, exponiendo la recámara. En­
tonces, se puede insertar directam ente dentro de la recámara. Al
terminar esta acciónase cierra el cañón y el arma está lista para
disparar. También puede cargarse del modo tradicional, despla­
zando la corredera hacia atrás y luego soltándola.
Al ser introducida en los Estados Unidos, la pistola Glock se
encontró envuelta en una controversia cuando miembros de los
medios de com unicación y algunos políticos sostuvieron que se
trataba de un arma de plástico no detectable por los rayos X o los
detectores metálicos. Por supuesto que esto es una tontería. M ien­
tras que el arm a sí tiene una armadura de polímero, la corredera,
40 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

el cañón y los com ponentes internos son de acero. Desde entonces,


se ha introducido una serie de armas con arm aduras de polímero.

b) Fusil.— Es el arma de fuego que tiene un cañón estriado, y


está diseñado para ser disparado desde el hombro. La longitud del
cañón resulta indiferente para clasificar un fusil como arma de fue­
go. De cualquier manera, la ley federal de los Estados Unidos exige
que los fusiles tengan un cañón cuyo largo, como mínimo, sea de
40,64 cm. Los tipos de fusiles comúnmente encontrados son: los de
un solo tiro; los de un solo tiro accionados por palanca; los de carga
tiro a tiro (manual y automático), y los semiautomáticos. Un fusil
de un solo tiro presenta una sola recámara integrada con el cañón,
que debe ser manualmente cargada cada vez que se dispara el ar­
ma. El fusil de un solo tiro accionado por una palanca presenta la
misma debajo de la culata, la cual se usa para iniciar la acción de
disparo, para extraer la vaina servida y, al finalizar la acción, para
insertar un nuevo cartucho en la recámara y montar el arma.
En el fusil de carga tiro a tiro (manual), el cerrojo se opera con
una m anivela lateral. Tirando hacia atrás y empujando hacia ade-

F i g u r a 1.9. Beretta con cañón de apertura hacia arriba (tip-up).


A rm as d e f u e g o y m u n ic io n e s 41

lante, perm ite extra er y expu lsa r una vaina y luego insertar un
nuevo cartu ch o, m ien tra s se m onta el arm a. El fusil de carga tiro
a tiro em plea el m ovim ien to m anual de una corredera que se en­
cuentra debajo y pa ra lela al cañón, para com en zar la acción, ex­
traer y expu lsa r el cartu ch o, ca rga r uno nuevo, y m ontar el arma.
En los fu siles sem iau tom á ticos, el arm a dispara, extrae, ex ­
pulsa, recarga y m onta, ca da vez que se tira la cola del dispa ra ­
dor, em pleando la fu erza de la presión del gas o la fuerza de retro­
ceso para rea liza r la acción. D espués de cada disparo, debe solta r­
se la cola y lu ego tirarla nu evam en te, para rep etir el ciclo. Los fu­
siles de carga a u tom ática son conocidos — com ú n pero in correcta­
m ente— com o fusiles automáticos. Un fusil com pletam en te auto­
m ático es aquel que, al op rim ir la cola del d isparador y disparar
el arm a, em plea la fuerza de la presión del gas o de la acción de
retroceso para exp u lsa r la vaina servida, cargarla nuevam ente,
disparar y lu ego expu lsa rla otra vez. Este ciclo se repite hasta que
se acaba toda la m unición o se suelta el disparador. Las arm as au ­
tom áticas son, gen era lm en te, utilizadas sólo por las organ izacio­
nes m ilitares y policiales. M ientras resulta posible alterar algu­
nos fusiles sem iau tom á ticos para que disparen autom áticam ente,
al revés de la im presión dada por los m edios de com unicación y al­
gunos políticos, éste no es un procedim iento sim ple. En realidad,
este tipo de conversiones no son com unes. E n los E stados U nidos,
las m uertes debidas al em pleo de arm as totalm en te autom áticas
‘ fusiles y am etralladoras) son extrem adam ente raras. Este autor
ha tenido oportu n ida d de observar sólo tres m uertes de ese tipo,
en los últim os 30 años, todas la cuales ocurrieron en el m ism o h e ­
cho y estaban relacion adas con tráfico ilegal de drogas y asesinos
profesionales. Las arm as de fuego del m odo autom ático total son
m uy difíciles de controlar. E n la m ayoría de los casos, m ientras el
prim er tiro pu ede dar en el blanco, los posteriores se dirigen ha­
cia arriba y a la derecha.

c) Fusiles de asalto.— Estos términos se refieren a un fusil


que: i ) es de carga automática; 2) tiene una gran capacidad de
carga en el estuche cargador desmontable (20 cartuchos o más); 3)
es capaz de disparar en form a totalmente automática, y 4) dispa­
ra una carga intermedia. Este término ha sido corrompido por los
medios de comunicación y por algunos políticos, al incluir en él la
mayoría de las armas de carga automática. También han acuña-
42 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

F ig u r a 1.10. Intratec Tec 9, a menudo conocida como una pistola de asalto, es


simplemente una pistola engorrosa, de difícil manejo y de apariencia horrible,
con un estuche cargador de gran capacidad.

do el insignificante término pistola de asalto, que parece referirse


a aquellas pistolas largas y de muy mala apariencia que presen­
tan un estuche cargador de gran capacidad (alrededor de 20 a 40
cartuchos) o a versiones semiautomáticas de ametralladoras como
la Uzi (Figura 1.10). Las pistolas de asalto son — con rara excep­
ción— engorrosas, difíciles de disparar, inadecuadas, y baratas.
Son usualm ente adquiridas por individuos con poco conocimiento
acerca de las arm as de fuego, quienes asocian la efectividad de un
arma con su fealdad.
Las armas que disparan munición de pistola no son por defi­
nición fusiles de asalto, no son tampoco fusiles de autocarga con
estuches cargadores fijos, que nunca fueron concebidos para dis­
parar autom áticam ente en forma total. El mejor ejemplo de esta
última arm a es la SKS-45 (Figura 1.11). M ientras esta arma es de
carga autom ática y su recámara está preparada para un cartucho
de poder interm edio, presenta un estuche cargador fijo de 10 car­
tuchos y nunca se concibió como para disparar totalmente en for­
ma autom ática. De cualquier manera, el arma puede ser alterada
para aceptar un estuche cargador de 30 balas.
Existe un grupo de armas que pueden ser consideradas fu si­
les de asalto si uno elimina el criterio de capacidad totalmente au-
A r m a s d e f u e g o y m u n ic io n e s 43

, ----

/ :

Fi g u r a 1.11. SKS-45.

tum ática. E sto incluiría a rm a s com o la A K S -47, 1VIAK-90, y Colt


A r-15 S porter y sus varian tes (F igu ra 1.12). Estas son versiones
sem iautom áticas de los fu siles de asalto A K -47 y M -16.
U na de las falacias m ás com u n es acerca de los fusiles de asal­
to es que las heridas que p rod u cen son más severas que las de fu-
~i!es com unes de fuego cen tral. En realidad, las heridas son m e­
nos serias que las producidas p or virtualm ente todos los fusiles de
caza, aun el W inchester M -9 4 (introducido en 1S94) y sus cartu­
chos .30-30 (introducido en 1895). Com o verem os en los caps. III
y VII. al em plear fusiles, la g ra v ed a d de la herida está determ ina­

ba
* i

F ig u r a 1 .1 2 . F u s il s e m ia u t o m á t ic o c h in o AKS-47.
44 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

da por la cantidad de energía cinética perdida por el proyectil den­


tro del cuerpo. Los cartuchos interm edios em pleados en los fusiles
de asalto poseen significativam ente m enos energía cinética que
un cartucho regular de un fusil de fuego central diseñado para ca­
zar. Adem ás, desde que la m ayoría de la m unición usada en estas
armas se carga con balas totalm ente encam isadas y blindadas, la
herida es aun m enos grave de lo que uno podría esperar.

d) Escopeta.— Es un arm a que fue concebida para ser dispa­


rada desde el hom bro; tiene un ánim a lisa y está diseñada para
disparar m últiples perdigones por un cañón. Nuevamente, el lar­
go del cañón es indiferente para clasificar un arm a de fuego como
la escopeta, aunque la ley federal de los Estados Unidos exige un
mínimo de largo de cañón de 45.72 cm. Las escopetas se pueden
clasificar en: de un solo tiro: de cañones superpuestos; de cañones
yuxtapuestos; de acción a palanca; de acción a trombón; de carga
tiro a tiro autom ático, y de carga automática. La escopeta de ca­
ñones superpuestos tiene dos cañones, uno encima del otro, m ien­
tras que la versión de doble cañón (yuxtapuestos) tiene los dos ca­
ñones uno al lado del otro. En estas armas, los dos cañones son
usualmente de diferente choke.

e) Subametralladora o pistola am etralladora.— Es un arma


diseñada para ser disparada desde el hombro y/o la cadera; es ca­
paz de disparar en forma com pletam ente automática, tiene un ca­
ñón estriado, y dispara m unición de pistola. Incorrectamente, sue­
le denom inarse am etralladora. Las carabinas semiautomáticas
(excluyendo la carabina M -l) son una variación de ametralladoras
automáticas. Son versiones sem iautom áticas de ametralladoras
automáticas, de las cuales presentan la apariencia externa. Los
medios de com unicación han llam ado a estas armas pistolas de
asalto. En los casos de versiones semiautomáticas de ametralla­
doras autom áticas, el m ecanism o interno está tan típicamente al­
terado que," esencialm ente, constituye un arma diferente.

f) Ametralladora.— Es un arma capaz de disparar en forma


completamente automática y con munición de fusil. Generalmen­
te es operada por un grupo de personas, pero algunos tipos pue-
A r m a s d e f u e g o y m u n ic io n e s 45

den ser d isp a ra d os p or individuos aislados. La m ayoría de las


am etra lla dora s tien e m u n ición alim entada por cintas, aunque a l­
gunas u san estu ch e cargador.

2 . N o m e n c l a t u r a d e l o s c a l ib r e s pa r a l a s a r m a s d e f u e g o d e
CAÑON ESTRIADO

Los fu siles, las arm as de puño, las subam etralladoras y las


am etralladoras tien en cañ on es estriados; esto es rayas h elicoida­
les que han sido cortada s a lo largo del interior o ánim a del cañón
; Figura 1.13). E l estria d o consiste en estas rayas y en el m etal que
queda entre estas rayas: los m acizos.
En los E stados U nidos, se supone que el calibre del fusil o de
un arma de puño es el diám etro del ánim a, medida de macizo a m a ­
cizo. Esta m edida representa el diám etro del cañón antes de que las
rayas fueran cortadas. D e cualquiera manera, en la realidad, el ca­
libre puede estar dado en térm inos del diámetro de la bala, del m a­
cizo o de la raya. Las especificaciones del calibre usadas en el siste­
m a de los E stados U nidos no son ni consistentes ni precisas; por
ejem plo, el .303 Savage dispara una bala de 0.308 pulgadas de diá­
metro; m ientras que el .303 cartucho British tiene una bala de
0.312 pulgadas de diám etro. Am bos cartuchos. .30-06 y .308 W in­
chester, están cargados con balas que tienen un diám etro de 0.308
pulgadas. El “06”, en el calibre .30-06, se refiere al año de adopción
de este cartucho. Los cartuchos americanos que originalm ente em ­
plearon pólvora negra están designados por el calibre, la carga ori-

M acizos

1.13. Corte transversal de un cañón que muestra los macizos y las rayas
F ig u r a
o campos.
46 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

ginal de pólvora negra y, en algunos casos, el peso de la bala. En


consecuencia, el cartucho .45-70-405 tiene una bala de 405 gr, 0.45
pulgadas de diámetro, y originalmente era propulsada por 70 gra­
nos o grains (4,2 gramos) de pólvora negra. El término “granos”
(grains) se refiere al peso de la pólvora, no al número de granulos
de pólvora. Algunos pocos cartuchos de pólvora sin hum o que apa­
recieron a fines del siglo xix también empleaban este método de de­
signación. Consecuentemente, un cartucho .30-30 tiene una bala de
0.308 pulgadas de diámetro, originalmente propulsada por 30 gra­
nos (1,8 gramos) de pólvora sin humo. Con el desarrollo de nuevos
tipos de pólvora, esta carga de pólvora ya no se usa más.
El m ejor ejemplo de una designación confusa de los calibres,
y la más significante para los patólogos forenses, im plica los car­
tuchos .38 Special y .357 Magnum. Las armas preparadas para
estos calibres tienen cañones con el mismo diám etro de ánim a y
raya. Las balas cargadas en cada uno de estos cartuchos tienen di­
m ensiones idénticas. El revólver M agnum .357 carga y dispara to­
da la m unición de la .38 Special, aunque un arm a cargada para
un cartucho .38 Special no puede, ordinariam ente, cargar y menos
usar un cartucho .357 M agnum . De hecho, la vaina de este cartu­
cho es la vaina del cartucho .38 Magnum alargada y cargada con
carga propulsora adicional. Excepto por la diferencia en el largo
de las vainas de los cartuchos, todas las demás dim ensiones físi­
cas son exactam ente iguales para ambos calibres.
El sistem a europeo de designación de cartuchos, que emplea
el sistem a métrico, es más cuidadoso y lógico que el sistem a am e­
ricano. Clara y específicam ente identifica un cartucho dando el
diám etro de la bala y el largo de la vaina en m ilím etros, así como
designando el tipo de vaina. En consecuencia, un fusil de fuego
anular ruso se transform a en 7.62 x 54 mm R. El 7.62 se refiere
al diám etro de la bala; 54 mm indica el largo de la vaina del car­
tucho, y la “R” indica que el cartucho es con reborde o pestaña.
Las letras “SR” se emplean para vainas que a la vez presentan re­
borde y surco de extracción, “RB” para vainas de culote rebatido o
rebajado,“B” para vainas cinturonadas. No se emplea ninguna le­
tra para describir las vainas sin reborde. Consecuentem ente, el
.30-06, en el sistem a m étrico, es el 7.62 x 63 mm.
El térm ino “M agnum ” se emplea para describir el cartucho
que es más largo y produce mayor velocidad que los cartuchos es­
tándar. En los casos de munición para escopeta, puede o no ser
más largo, pero contiene más perdigones que la cápsula estándar.
A r m a s d e f u e g o y m u n ic io n e s 47

Un cartucho wildcat (gato salvaje) es un cartucho no estándar


producido por una pequeña compañía, productores de armas inde­
pendientes u otros individuos; no se consigue en los grandes pro­
ductores de municiones.

3. M u n ic ió n

El cartucho de las arm as pequeñas está constituido por la vai­


na, el fulminante, la carga propulsora (pólvora), y la bala o pro­
yectil (Figura 1.14). Los cartuchos de fogueo están sellados con
discos de papel en vez de balas o presentan la garganta agolleta­
da. Los falsos cartuchos o de práctica (dum m y) no tienen ni fulm i­
nante ni pólvora. Algunos falsos cartuchos contienen un material
granular inerte que sim ula la pólvora.

-Bala

Pólvora

— Vaina

'í~-iC 3r.

Se -Oído
Fulminante

F ig u r a 1 .1 4 . C a r t u c h o p a r a a r m a p e q u e ñ a .
48 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

a) Vainas de cartuchos.— Las vainas de los cartuchos, en ge­


neral, están confeccionadas con bronce, una com posición de 70%
de cobre y 30% de zinc. M enos com únm ente, están hechas de ace­
ro o de aluminio. Se han em pleado, en form a experim ental, zinc y
m ateriales plásticos. El bronce, el plástico y el papel se usan para
vainas de cartuchos de escopeta.
La principal función de la vaina consiste en expandir y sellar
la recámara, evitando el escape de los gases en retroceso cuando
se dispara el cartucho. Cuando se dispara un cartucho de bronce,
la presión del gas producida por la com bustión de la carga propul­
sora expande la vaina fuertem ente contra las paredes de la recá­
mara. Si el bronce está moldeado a la dureza exacta, volverá a sus
dimensiones originales, aproxim adam ente, y perm itirá extraer fá­
cilmente la vaina. Si el bronce es dem asiado suave, no volverá a
su dimensión anterior y tornará dificultosa la extracción. Si el
bronce es demasiado duro — esto es, quebradizo— se romperá.
Existen tres formas generales para las vainas de cartucho: ci­
lindrica, abotellada y cónica. La m ayoría de los cartuchos de pis­
tola son cilindricos, mientras que la m ayor parte de los cartuchos
para fusil son abotellados. El diseño abotellado perm ite colocar
m ayor cantidad de pólvora en un cartucho más corto y corpulen­
to, de lo que sería posible en un cartucho cilindrico, donde el lu­
men es aproxim adam ente el diám etro de la bala. Los cartuchos de
vaina cónica son virtualmente obsoletos.
Las vainas de los cartuchos se clasifican en cinco tipos de
acuerdo con la configuración de sus bases (Figura 1.15):
1) Con reborde o pestaña.
2) Con semirreborde o semipestaña.
3) Sin reborde.
4) Rebatida o rebajada.
5) Cinturonada o cinchada.

1. Vainas con reborde o pestaña. Presentan un surco de ex­


tracción que es más largo que el diám etro del cuerpo de la vaina.
La letra R se agrega luego de la longitud en núm eros de la vaina,
en el sistem a métrico, para designar el calibre.

2. Vainas con semirreborde o semipestaña. Presentan un sur­


co de extracción que es más largo en diám etro que el cuerpo de la
vaina, y una raya alrededor del cuerpo, justo enfrente de la pesta­
ña. La designación métrica para estos cartuchos es SR.
A r m a s d e f u e g o y m u n ic io n e s 49

F ig u r a 1.15. Diseños de las cabezas de los cartuchos: (ai cinturonada o cincha­


da: ib) rebatida o rebajada; (c) sin reborde; (dj con semirreborde o semipestaña;
ie) con reborde o pestaña.

3. Vainas sin reborde. Presentan un reborde o pestaña cuyo


diámetro es igual al del cuerpo de la vaina y también una raya al­
rededor de su cuerpo, enfrente de la pestaña. En el sistema métri­
co. para la designación del calibre, no se emplea ninguna letra al
designar este tipo de vaina.

4. Vainas rebatidas o rebajadas. Presentan un reborde que es


más pequeño que su diám etro. También encontramos una raya al­
rededor del cuerpo de la vaina, frente a la pestaña. La designación
métrica es RB.

5. Vainas cinturonadas o cinchadas. Tienen un pronunciado


cinturón ascendente que envuelve su cuerpo, enfrente de la raya.
El diámetro del surco de extracción es irrelevante. La designación
métrica es B.

b) Impresiones del culote.— Virtualmente, todas las vainas


de los cartuchos presentan impresiones en el culote de sus bases
(Figura 1.16), Estas im presiones son una serie de letras, números,
símbolos y/o nombres de marcas. Se imprimen en los culotes de
las vainas con fines de identificación. Los cartuchos civiles usual­
mente están marcados con las iniciales o el código del fabricante,
así como el calibre. Los cartuchos militares en general están iden­
tificados de la misma m anera, más los últimos dos números co­
rrespondientes al año de fabricación. El calibre también puede es­
tar designado de igual modo. La munición militar americana
Match contiene la palabra “M atch” o las letras “NM ” (National
50 H e r id a s por ar m a de fuego

M atch) im presas en él. La m unición que sigue las especificaciones


NATO lleva el símbolo NATO dentro de un círculo (Figura 1.16).

a b e
F ig u r a 1.16. Impresiones del culote en cartuchos de fuego central: (a) cartucho
.38 Special fabricado por 3 D; <b> cartucho de fusil fabricado por Remington-Pe-
ters, de calibre .30-30 Winchester; (c) cartucho de fusil fabricado por Fabrique
Nationale en 1955, con un símbolo NATO.

Las im presiones del culote no son, necesariam ente, indicado­


res confiables del calibre de una vaina en particular o del fabri­
cante, porque una vaina puede haber sido reformada para otro ca­
libre. En consecuencia, una vaina de cartucho .308 puede haber
sido reform ada para un cartucho .243. Los establecimientos co­
m erciales que compran gran cantidad de municiones pueden im ­
prim ir su nom bre en la vaina del cartucho y éstos no presentan la
designación del actual fabricante.
La m unición fabricada por Rusia y por Japón, durante la Se­
gunda G uerra M undial, y alguna munición 7.62 x 39 mm fabrica­
da por el gobierno norteam ericano, durante la G uerra de Viet-
nam, no tienen im presiones en el culote. Ocasionalmente, puede
observarse una vaina con una sobrecarga. Estas son marcas aña­
didas a la base del cartucho, después de que la im presión del cu­
lote original ha sido colocada. No necesariamente son aplicadas
en la planta que realiza la operación de impresión original del cu­
lote de la vaina del cartucho, y pueden indicar que el cartucho ha
sido recargado.
La m unición de arm a de puño con la im presión en el culote
“+P” o “+P +” indica que la m unición ha sido cargada para presio­
nes m ás altas que la norm al, para el calibre de ese particular
cartucho.
- A rmas d e f u e g o _y m u n ic i o n e s 51

c) Fulm inante.— Los cartuchos de armas cortas están clasi­


ficados como de fuego central o .de fuego anular, según sea la ubi­
cación del fulminante. En los cartuchos de fuego central, el fulm i­
nante está localizado en el centro de la base de la vaina. Existen
dos tipos de fulm inantes para cartuchos metálicos: Boxer y Ber-
dan. Los cartuchos de fusil y pistola americanos de fuego central
tienen fulminante Boxer (la m unición Biazer® es excepcional). El
fulminante Boxer consiste en una copa metálica de bronce, un
perdigón que contiene un explosivo sensible, un disco de papel y
un yunque de latón (Figura 1.17). Estos componentes están reu­
nidos para formar un fulm inante completo. El fulminante Boxer
tiene un solo y largo oído en el fondo de la vaina.
Los cartuchos m etálicos europeos tradicionalmente están car­
gados con fulminante Berdan. Este difiere del fulminante am eri­
cano Boxer, en que no tiene un yunque de una pieza. En vez de
ello, el yunque está construido dentro de la vaina y forma una pro­
yección dentro de la cavidad del fulminante (Figura 1.18). Los
Berdan tienen dos oídos en su cavidad.
Los fulminantes para cartuchos de escopeta son una variante

Corte transversal del fulminante

F ig u r a . 1.17. Fulminante Boxer.


52 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

de los fulm inantes Boxer em pleados en cartuchos metálicos. La


principal diferencia es que los prim eros tienen su propia copa de
apoyo, que encierra el yunque, el disco de papel, la mezcla fulm i­
nante, y la copa del fulm inante. Esta batería se inserta en la ba­
se de los perdigones.
Los fulm inantes fabricados para fusiles y para pistolas difie­
ren en su construcción, en que las copas del fulm inante de la pis­
tola son hechas de un m etal más fino. El fulm inante del fusil tam ­
bién tiene una m ezcla que se quem a con una llam a más prolonga­
da e intensa.
Los fulm inantes vienen en cinco m edidas: largo rifle, corto,
largo pistola, corto pistola y escopeta. Los grandes miden 5,334
mm de diám etro; el pequeño 4,445 m m y los de escopeta 6,1722
mm. Los fulm inantes M agnum (ya sea para fusil o para pistola)
producen una llam a más prolongada e intensa, lo cual es necesa­
rio para un m ejor encendido de los cartuchos Magnum.
Cuando se dispara un arma, la aguja o púa de percusión gol­
pea el centro de la copa del fulm inante, com prim iendo su com ­
puesto entre la copa y el yunque, haciendo que este compuesto ex­
plote. Las aberturas en el yunque perm iten que la llama pase a
través del oído(s) a la vaina y, en consecuencia, encienda la carga
propulsora.

Oídos
1
Yunque

Com ponente del fulminante

C opa del fulminante

F ig u r a 1 .1 8 . F u lm i n a n t e B e r d a n .
- - - - - - -A R M A S-D E -FU E G O YM U N IC IO N E S 53

Los com ponentes originales del fulminante están hechos de


fulminato de m ercurio. Al disparar, se desprende el mercurio. És­
te se am algam a con el latón de la vaina, haciendo que ella se quie­
bre y se inutilice para la recarga. A esto se agrega que el alm ace­
namiento de m unición que contiene fulminantes de mercurio por
un período largo lleva al deterioro del latón, por el mercurio. En­
tonces se reem plazaron los com ponentes de mercurio con com po­
nentes de clorato. Desafortunadam ente, al disparar con este tipo
de carga, se descom ponía en sales cloradas, que causaban la co­
rrosión de los cañones.
En la actualidad, todos los fulminantes fabricados en los Es­
tados Unidos usan ingredientes químicos que no son de m ercurio
ni corrosivos. Los com ponentes que se emplean varían: plomo, ni­
trato de bario y sulfuro de antim onio son generalmente los más
utilizados. La m ayoría de los fulminantes de fuego central, tanto
norteam ericanos como fabricados en el extranjero, contienen los
tres com ponentes. El descubrim iento de ellos constituye la base
de los tests para determinar si un individuo ha disparado un ar­
ma. Las Industrias Blount (CCI), Remington, Federal y W inches­
ter, actualm ente fabrican algunas municiones de pistolas de fue­
go central que no contienen plom o en el fulminante.
La m unición de fuego anular no contiene un conjunto de pie­
zas en el fulminante. En cambio, el compuesto del fulminante se
prolonga dentro del reborde o pestaña de la vaina, con la carga
propulsora en íntimo contacto con este compuesto (Figura 1.19).
Al disparar, el percutor golpea el borde de la vaina, com prim ien­
do el com puesto del fulminante e iniciando su detonación. La m ez­
cla de fulm inante empleada en la munición de fuego anular .22,
fabricada por W inchester y CCI, contiene componentes de plomo
y bario. La m unición de Federal usa componentes de plomo, bario
y antimonio. La munición de fuego anular Remington solía em ­
plear sólo componentes de plomo, pero en la actualidad agregó los
de bario. Algunas municiones de fuego anular producidas en M é­
xico em plean solamente com ponentes de plomo en el fulminante.

d) Cargas propulsoras.— Hasta fines del siglo XIX, todos los


cartuchos eran cargados con pólvora negra. Ésta es una m ezcla de
carbón, azufre y nitrato de potasio. Esos materiales eran m olidos
individualm ente hasta conform ar un polvo, mecánicamente m ez­
clados, molidos juntos, incorporados con la ayuda de un humede-
54 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

F ig u r a 1.19. Corte transversal de la base de un cartucho .22 de fuego anular con


los compuestos del fulminante en la pestaña de la vaina (flecha).

cedor, exprim idos en duros com partim entos, secados y luego des­
com puestos en la granulación deseada. En tal mezcla, el carbón es
el com bustible; el nitrato de potasio, el proveedor de oxígeno u oxi­
dante, mientras el azufre provee a la m ezcla de mayor densidad y
m aleabilidad y la convierte en fácilm ente encendible. Cuando la
pólvora negra se quem a apropiadam ente, produce un 44% de su
peso original en gases y un 56% en residuos sólidos1. Estos resi­
duos se perciben a través de un hum o denso y blanco.
En 1884, Vieille, un quím ico francés, por primera vez sinteti­
zó una form a efectiva y práctica de lo que se conoce en la actuali­
dad como pólvora sin hum o2. Usando alcohol y éter, redujo la ni-
trocelulosa a un coloide gelatinoso, que enrolló en láminas y cortó
en pedacitos. En 1887, Alfred Novel desarrolló una forma apenas
distinta de pólvora sin hum o2. Em pleando nitrocelulosa que no
estaba tan altam ente com puesta por nitrato como la usada por
Vieille, la m ezcló con nitroglicerina y luego la dejó secar, la enro­
lló en láminas, y la cortó en pedacitos. Estos dos tipos de pólvora
sin hum o son conocidos como pólvoras de una sola base y de doble
base, respectivam ente. La configuración física de los granos indi­
viduales de pólvora puede ser en disco, en lámina, o cilindro, se­
gún la pólvora sea de simple o doble base.
El siguiente paso en el desarrollo de la pólvora sin humo fue
la introducción de pólvora esférica (ball pow der) por Winchester,
en 19332. En la pólvora esférica la nitrocelulosa se disuelve com ­
pletam ente y el barniz resultante se agita bajo condiciones apro-
' A r m a s t e f u e g o -y m u n i c i o n e s 55

piadas, para form ar pequeñas bolas que constituyen los granos de


pólvora. A través de la m anipulación de este proceso, se puede
controlar el diám etro de las bolas de pólvora, además de que, en
una operación extra, ellas pueden ser aplanadas entre rodillos, al­
terando de esta forma el área de superficie y, por consiguiente, su
punto de ignición. La verdadera pólvora esférica se presenta como
pequeñas esferas negro-plateadas o como óvalos con una superfi­
cie brillante y refleja; la pólvora de esferas aplanadas tiene el as­
pecto de destellos irregulares y aplanados, con una superficie bri­
llante de color negro-plateado. En la mayoría de las pólvoras esfé­
ricas no se encuentran esferas aplanadas o granos ovales. Entre
los extremos de la verdadera pólvora esférica y la pólvora de esfe­
ra aplanada existe un am plio espectro de variaciones físicas.
La pólvora sin humo, en teoría, se reduce enteramente a pro­
ductos gaseosos. Al contrario de la pólvora negra, no deja residuos
significantes en el ánima. Las pólvoras sin humo se queman sólo
en la superficie. En consecuencia, la superficie quemada descien­
de constantem ente, al m ism o tiempo que los granos de pólvora se
consumen. Esta combustión decreciente, una característica desfa­
vorable, puede ser superada, en cierto grado, haciendo un agujero
en el grano individual de pólvora, resultando así un incremento
en el área de la superficie, m ientras se quem a el grano. Más co­
múnmente, se aplica sobre los granos de pólvora una capa de di­
solventes quím icos para dism inuir el encendido inicial y permitir
así una com bustión progresiva. Estos granos se queman lenta­
mente al principio y luego rápidamente. También pueden ser cu­
biertos con grafito, para elim inar la electricidad estática y facili­
tar el flujo de la pólvora m ientras se cargan los cartuchos. En lu­
gar de presentar una apariencia negra brillante, los granos de pól­
vora no cubiertos tienen un color más bien verde pálido. Los recu­
perados de la piel o de la ropa, luego de ser disparados por el ar­
ma, pueden no ser negros, bien verde pálido o beige, debido a la
pérdida de la capa protectora.
El peso de la carga propulsora en un cartucho está ajustado a
cada tipo de propulsor para im prim ir la velocidad de salida reque­
rida por el peso de la bala con la presión de la recámara, dentro
de los límites prescriptos para el arma.
Pyrodex, una pólvora negra sintética, fue desarrollada para
reemplazar la pólvora negra, en las armas en las cuales sólo se po­
día emplear esta última. Fue desarrollada por dos razones: prime­
ra, existe una escasez de pólvora negra, y segunda, existe una se-
56 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

rie de restricciones en los Estados Unidos sobre la venta y alm a­


cenam iento de pólvora negra, debido a sus propiedades explosi­
vas. Com o el Pyrodex es una pólvora a base de nitrocelulosa, re­
sulta considerablem ente más segura que la pólvora negra y evita
estas restricciones. El problem a en el desarrollo de un sustituto
de la pólvora negra reside en que ésta se quema sustancialmente
al m ism o valor, ya se trate de pólvora suelta o disparada dentro
de un arma. De cualquier manera, la pólvora sin hum o se quema
más lentam ente cuando está suelta, requiriendo alrededor de
70,3081 kg/cm 2 de presión para quem arse consistentemente.
M ientras la presión asciende, se quem a a un nivel mayor, produ­
ciendo presiones que exceden aquellas que podrían ser toleradas
por las armas de fuego con pólvora negra.
Pyrodex tiene más m asa que la pólvora negra. Con un volu­
m en igual de la primera se obtiene alrededor de 88% del peso de
la segunda. En armas preparadas para pólvora negra, Pyrodex se
carga por volum en junto con la pólvora negra, o por peso. Las pre­
siones y velocidades generadas son, en consecuencia, compatibles
con aquellas alcanzadas con la pólvora negra.

e) Proyectil.— Es la parte del cartucho que abandona la boca


de fuego cuando se produce el disparo. Los proyectiles eran, origi­
nalm ente, esferas de plomo, perfectas para las armas de ánima li­
sa, con las cuales no se esperaba alcanzar largas distancias o pre­
cisión. Para com ienzos del siglo XIX, la superioridad del fusil de
ánim a estriada sobre el de ánima lisa ya era aceptada. Estas ar­
mas con ánima estriada superaban en alcance y precisión a las de
ánim a lisa. De cualquier manera, la dificultad más grande se en­
contraba en la recarga. Para hacer que un fusil de ese tipo dispa­
rara con precisión, la bala debía encajar en el ánima. Esta cuali­
dad hacía que el arma fuera difícil de cargar y rebajaba el nivel
del disparo. La bala debía ser forzada dentro del cañón con la ayu­
da de un mazo. Los hombres de armas norteamericanos desarro­
llaron un m odo más rápido para cargar sus fusiles. Empleaban
una bala que era apenas un poco más pequeña que el diám etro del
ánima. Esta bala se envolvía en un parche engrasado de género y
eran colocados juntos, por la fuerza, dentro del cañón. Este paso
aum entaba el nivel de carga a un determinado grado, pero no re­
solvía el problema. Lo que se necesitaba era desarrollar una bala
con un diám etro m enor que el ánima y que se expandiera, para
- — -A k M á S DE FUEGO-Y “MUNICIONES 57

encajar en las estrías al disparar, y que tam bién tuviera una m e­


jor forma aerodinám ica que la de la esfera. La solución fue la ba­
la Minie, creada por el capitán Charles Minie, de la Arm ada Fran­
cesa3. Originalm ente consistía en una form a cónica, una bala de
plomo de base hueca, dentro de la cual se insertaba una cuña de
hierro. La bala era más pequeña en diámetro que el ánima y po­
día ser fácilmente em pujada dentro de ella. Al disparar, los gases
de com bustión m ovían la cuña dentro de la base de la bala Minie,
expandiéndola para que encajara en el estriado y sellara los gases
propulsores detrás del proyectil. Una investigación posterior de­
mostró que la cuña podía ser elim inada y que los gases propulso­
res, trabajando solos en la base hueca, podían ser suficientes pa­
ra expandir la base y sellar el ánima. Poco después del desarrollo
de la bala Minie, fueron perfeccionadas las armas estriadas de re­
trocarga que disparaban cartuchos metálicos. En consecuencia,
las balas pudieron hacerse del diámetro del ánima, porque no era
necesario forzarlas dentro de ella durante el proceso de carga.
Los proyectiles modernos pueden ser clasificados en dos cate­
gorías: de plomo y encamisados. Las balas de plomo fueron usa­
das, tradicionalmente, en revólveres y en cartuchos .22 de fuego
anular; las balas encam isadas o de coraza m etálica se emplean en
pistolas automáticas y en fusiles de alta velocidad. De cualquier
manera, estas generalizaciones no son más verdaderas.
A las balas de plomo se le han sumado antimonio y/o estaño pa­
ra aumentar la dureza de la aleación. Están lubricadas con grasa o
un compuesto lubricante que previene la emplomadura (suciedad
por plomo) del cañón. General, pero no inevitablemente, presentan
una o más ranuras o rayas (Figura 1.20). La Compañía Federal de
Armas fabricó una bala .38 Special que no tema ranuras. En las ba­
las con ranuras, la garganta de la vaina es enganchada en una ra­
ya con material lubricante inserto en las otras rayas. Cuando la ba­
la es ensamblada a la vaina, las ranuras que contienen el material
lubricante pueden estar del lado de afuera y ser realmente visibles
o bajo la garganta de la vaina y no ser visibles.
Algunas balas de plomo están recubiertas por una capa extre­
madamente delgada de cobre o aleación de cobre. Esta capa, que
tanto endurece como lubrica la bala, se llam a cobreado (gilding).
Tiene un espesor aproximado de 0,0254 mm. El dorado de cobre
se emplea extensamente en la munición de fuego anular de alta
velocidad .22. Las Industrias Blount galvanizan algunas de sus
balas con una gruesa y dura capa de cobre, de modo que en una
58 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

inspección inicial, uno cree que está tratando con una bala com­
pletam ente encam isada. E sta capa cubre la superficie externa
com pleta de la bala, incluyendo la base.
Existen cuatro configuraciones generales de proyectiles: ojiva
redonda (roundnose), m unición plana para com petencia de tiro
(w adcutter), m unición de defensa en form a tronco-cónica (sem i-
wadcutter) y proyectil de punta hueca (perforada) (hollow point)
(Figura 1.20). La bala de plom o de ojiva redonda (roundnose) pre­
senta una form a cónica sem irrom a y una base achatada o cónica.
La munición plana para com petencia de tiro (w adcutter), que se
asem eja a un cilindro de plomo, tiene una base que puede ser tan­
to hueca como cónica. Estas balas fueron diseñadas, primitiva­
mente, para usarse en tiro. La m unición de defensa en forma tron­
co-cónica (sem iw adcutter) es aquella de un cono trunco con una
punta chata y un pronunciado reborde del diámetro del ánima en
la base del cono. La bala de punta hueca (perforada) (hollow-
point) presenta la configuración de la m unición de defensa en for­
ma tronco-cónica (sem iw adcutter) con una cavidad en la ojiva que
está diseñada para facilitar la expansión del proyectil, en el im ­
pacto con el blanco.
Ocasionalmente, pueden encontrarse balas de plomo con una
copa de cobre encastrada en la base. Esta copa recibe el nombre de
controlador de gas. Protege la base de la bala evitando que se derri­
ta debido a la alta presión y tem peratura de los gases propulsores.
Las balas de plomo, ordinariam ente, no pueden usarse en fu­
siles de fuego central, porque se derretirían o fragmentarían
mientras son conducidas a través del cañón, a gran velocidad. El
proyectil que em erge del cañón sería del diámetro del ánima más

FIGURA 1 .2 0 . P r o y e c t il e s d e p lo m o : ( a ) o jiv a r e d o n d a ( roundnose); (b ) m u n ic ió n d e


d e f e n s a e n f o r m a t r o n c o - c ó n ic a ( semiwadcutter); ( c ) p u n t a h u e c a o p e r fo r a d a ( ho-
llow-point); (d ) m u n ic ió n p la n a p a r a c o m p e t e n c ia d e tir o ( wadcutter) .
A rm as de fu e g o y m u n ic io n e s 59

que del diám etro de la raya. El encam isado o blindaje se usa en


los fusiles de alta velocidad para evitar esta fragmentación o de­
rretim iento. Algunos de los que se recargan manualmente utiliza­
rán cartuchos de fogueo o de salva de una aleación muy dura, de
plomo, para los fusiles. De cualquier manera, las cargas de pólvo­
ra son reducidas, por lo que la velocidad de salida usualmente no
excede los 609,6 m/seg. Estos cartuchos de fogueo o de salva pue­
den. o no, tener controladores de gas.
La m unición encam isada se em plea en pistolas semiautomá-
ticas para evitar la em plomadura de la acción y del cañón, además
del atascam iento que resultaría si un gran número de balas de
plomo fueran disparadas. Este atascam iento se debe al depósito
de pequeños fragm entos de plomo sobre la ram pa de la recámara
y en la acción, mientras las balas son extraídas del estuche carga­
dor y propulsadas, a través de la rampa, a la recámara. Los car­
gadores manuales a veces em plean balas de plomo para recargar
los cartuchos de pistolas automáticas.
Las balas totalmente encam isadas o blindadas presentan un
núcleo de plomo o acero recubierto por una coraza exterior de m e­
tal reluciente (cobre o zinc), metal brillante-acero, cuproniquel, o
aluminio. Esta coraza generalm ente tiene un espesor de 0,419 a
0.762 mm. Las ranuras pueden estar presentes en las corazas de
tales balas, para proveer un hueco donde la boca de la vaina sea
encastrada.
Las corazas de las balas pueden ser totalm ente encamisadas
blindadas) o sem iencam isadas. La munición militar, tanto de fu ­
sil com o de pistola, se carga con balas totalmente encamisadas.
La más com ún es la m unición hall (bala normal sólida), que con­
siste en una bala con un núcleo de acero dúctil o plomo, recubiér-
to por una coraza com pletam ente de metal. También pueden pre­
sentar una base de plom o y una punta como embudo. Las balas
trazadoras (Tracer) consisten en una coraza completamente de
metal, un núcleo de plom o en la posición delantera y una com po­
sición trazante en la base. En algunos cartuchos la composición
es de dos tipos: Tracer Dim (trazador borroso) y Tracer Bright
trazador brillante). La prim era se quema antes, dejando una lla­
ma m uy borrosa o lánguida por la distancia del arma. Esto es se­
guido por el Tracer Bright (trazador brillante). El empleo de la
com posición trazador borroso (Tracer Dim) inicialmente evita re­
velar el lugar del arma. Las incendiarias contienen una com posi­
ción incendiaria. Las balas incendiarias perforantes tienen un
60 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

encam isado total, un núcleo de acero, y m aterial incendiario pa­


ra causar el fuego.
La m unición de fusil de fuego central utilizada para cazar
siempre ha sido cargada con balas sem im etálicas. En estas balas,
la cam isa de metal se encuentra abierta en la ojiva de la bala, ex­
poniendo el núcleo de plomo, m ientras usualm ente se encuentra
cerrada en la base.
Hasta los años 60, toda la munición preparada para pistolas au­
tomáticas era cargada con balas completamente encamisadas que
presentaban un núcleo de plomo. En la actualidad, se introdujo mu­
nición parcialmente blindada, tanto en revólveres como en pistolas.
La mayor parte de la munición de armas de puño empleada en la ac­
tualidad por las organizaciones policiales es semiencamisada.
Las dos formas más com unes de m unición parcialm ente enca­
misada, tanto para fusiles como para armas de puño, son de pun­
ta blanda y de punta hueca. La primera de ellas es la más popu­
lar para fusiles; la segunda, para armas de puño. En alguna m u­
nición de fusil, la ojiva de plom o puede estar cubierta por una muy
liviana segunda camisa, usualm ente de alum inio, por ejemplo, el
Silver-Tip® (punta blindada expansiva), m ientras otras pueden
presentar en la ojiva un dispositivo expansivo, realizado en metal
o plástico. La cabeza u ojiva de la bala parcialm ente encamisada,
de punta blanda, es redondeada o punteaguda en los fusiles, y
achatada en la configuración m unición de defensa con forma tron­
co-cónica (sem iiuadcutter), en las armas de puño. Dependiendo del
diseño de la bala, puede llegar a estar expuesto un grado variable
de plomo. La cam isa y la vaina con el núcleo de plom o expuesto
puede ser ondeado o recortado para ayudar a la expansión (m ush-
room ing). En la m unición sem iencam isada de punta hueca, la oji­
va de la bala presenta una cavidad. Nuevamente, la coraza puede
estar ondeada o recortada, para facilitar la expansión, o puede ex­
tenderse hacia adentro de la cavidad.
Ocasionalmente, se pueden encontrar proyectiles blindados
sem iw adcutter (munición de defensa en forma tronco-cónica) y
wadcutter (m unición plana para com petencia de tiro) en las balas
para armas de puño para tiro al blanco. M ás com unes resultan las
balas de armas de puño en las cuales el núcleo de plom o está com ­
pletam ente encerrado por una cam isa de cobre. Esta bala, en con­
jun ción con fulm inantes libres de plomo en la vaina, está previs­
ta para ser em pleada en prácticas de tiro al blanco en interiores y
diseñada de m anera de reducir la polución por plom o en el aire.
'A r m a s de f u e g o y m u n ic io n e s 61

f) M unición sin vaina4.— Aunque se ha intentado su uso en


armas civiles, tiene interés principalm ente militar. Esta munición
fue desarrollada para increm entar la probabilidad de que un pro-
vectil dé en el blanco durante el combate. Teóricamente, un fusil
disparando ráfagas cortas de disparos com pletam ente automáti­
cos, a una velocidad de fuego sum am ente alta, tiene una gran po­
sibilidad de dar en el blanco. La m ilicia alem ana determinó que,
aceptando el error normal al apuntar al blanco y asumiendo que
no hubiera retroceso, a una distancia de 300 m, una dispersión
circular de tres tiros daría en el blanco. Con los cartuchos y armas
tradicionales, esto no es posible debido a la acción de retroceso.
Después del primer disparo, la fuerza de retroceso provoca que la
boca de fuego se eleve de tal m anera, que cada tiro sucesivo au­
m ente su altura y se desríe hacia la derecha. Si, de cualquier m a­
nera, el nivel de disparo se elevara a 2000 tiros por minuto, las
tres rondas de carga habrían ya abandonado el cañón antes de
que el arma comenzara a recular. Este nivel de disparo no es po­
sible con munición convencional, pero sí con munición sin vaina.
Com o resultado de este trabajo, los alemanes desarrollaron el fu­
sil 4.7 mm G i l Heckler & K och y el cartucho sin munición 4.73 x
33 mm DM11. El cartucho pesa 5,2 gr, y consiste en un bloque de
carga propulsora de 8 x S x 32,8 mm, en el cual una bala de 3,2 gr
está completamente encastrada, de tal m anera que sólo su ojiva
es visible en el extremo final del agujero central. La bala presen­
ta una camisa de acero y un núcleo de plomo. La velocidad de sa­
lida del disparo es de 930 m/s — energía cinética 1380 J. La carga
propulsora es una mezcla altam ente m oderada de explosivo. H a­
cia atrás, presenta un fulm inante que consiste en un pequeño per­
digón explosivo. Existe un explosivo más fuerte entre el fulm inan­
te y la bala. Al encenderse, el fulminante prende el explosivo, que
empuja la bala hacia adelante, enganchándose en las estrías y ac­
tuando de esta manera como un sello al gas de la carga propulso­
ra. Al mismo tiempo, el explosivo enciende la carga principal. Da­
do que no hay un cartucho para ser extraído; el arma sólo tiene
cue cargar y disparar. En el disparo totalmente automático, el ni­
vel es de aproximadamente 600 tiros/min; en una ráfaga consecu­
tiva de tres disparos, es de 2200 tiros/min. La primera producción
de estas armas fue, al parecer, destinada para las Fuerzas Espe­
ciales Alemanas en 1990. El final de la Guerra Fría, la unificación
62 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

de Alem ania, los cortes en los gastos de defensa y la posibilidad de


adquirir un gran núm ero de arm as cortas a precios bajos, aparen­
tem ente, han llevado a abandonar este proyecto en el mom ento
actual.

4. A r a la s d e c h is p a ( F l i .x t ) y d e p e r c u s i ó n

Los cartuchos m etálicos aparecieron a m ediados del siglo xrx.


Antes, las arm as eran o bien fusiles de chispa o diseños de percu­
sión. En am bos tipos de armas, una cantidad m edida de pólvora
negra era colocada dentro del cañón. Esto era seguido por papel o
un trapo y una bola de plomo, todos apisonados dentro del cañón
por una baqueta. El sistem a de ignición de estas armas era llam a­
do llave o cerrojo (lock). En consecuencia, el arma consistía del ce­
rrojo o llave, alm acenaje y cañón {lock, stock and barrel).
La llave o cerrojo de un fusil de chispa consiste en el martillo,
una pieza de la llave adherida al martillo, la cazoleta que contie­
ne pólvora suelta (la carga primaria), y una cubierta de acero en
el ángulo derecho, colgando de la cazoleta (la batería o pedernal).
Después de que el cañón fuera cargado con la pólvora, con el tra­
po o papel y con la bola, una pequeña cantidad de pólvora suelta
era colocada en la cazoleta. El arm a era m ontada y se tiraba de la
cola del disparador. El m artillo caía, provocando que la pieza de la
llave golpeara el pedernal. Esta explosión em pujaba la cubierta
colgante hacia atrás, exponiendo el fulminante de pólvora en la
cazoleta. La llave, corriendo a través del pedernal de acero, pro­
ducía chispas que encendían la pólvora en la cazoleta. La llama
resultante saltaba de la cazoleta a través de un pequeño agujero
en la base del cañón (oído), dentro del ánima, encendiendo la car­
ga principal y disparando el arma. Ocasionalmente, la pólvora en
la cazoleta se encendería, pero la llam á no prendería la carga
principal en el cañón. Esto se llam aba un destello en la cazoleta
{dar higa en un fusil) {a flash-in-the-pan).
La llave de percusión apareció en los comienzos del siglo xrx,
pero rápidamente se volvió obsoleta con la introducción de los car­
tuchos metálicos. En las armas de percusión, la pieza de la llave,
la cazoleta y el pedernal han sido eliminados. El cerrojo consiste
en un martillo y una chimenea del arma de percusión. Esta últi­
ma presenta un oído que conecta con el ánima. Una tapa de per-
ARMAS DE FUEGO Y MUNICIONES 63

cusión se coloca sobre la chim enea del arma de percusión después


de que el cañón ha sido cargado con la pólvora, con el trapo o pa­
pel y con la bola. Esta tapa era, esencialm ente, un fulminante que
contem a film in ato de m ercurio. Para disparar, se carga el cañón,
se coloca la tapa de percusión sobre la chim enea, se monta el m ar­
tillo y se tira de la cola del disparador. El martillo, al caer, golpea
sobre la tapa de percusión, la detona, y envía un chorro de llama
a través del oído dentro del ánim a y enciende la pólvora.
Durante gran parte de este siglo, los fusiles de chispa y las ar­
mas de percusión (avancarga) han sido sólo de interés histórico.
En las últimas décadas, ha crecido el interés en la reproducción
de armas de pólvora negra. Se han vendido numerosas armas de
este tipo. Esto ha ido creciendo desde precisas réplicas de armas
históricas a com pletos nuevos diseños. La m ayoría de estas armas
son fabricadas en el exterior. Están disponibles fusiles de chispa
v mosquetes de percusión, fusiles, escopetas y revólveres de per­
cusión. Los calibres varían entre .31 y .75, y las balas lo hacen
desde bolas redondeadas de plom o hasta balas Minie.
Los revólveres de percusión son de un interés particular,
desde que se han visto im plicados en algunos hom icidios y suici­
dios. Estas armas pueden disparar tanto proyectiles cónicos co­
mo redondos. Para cargar el arm a, se coloca el m artillo en posi­
ción de m edio am artillado de m anera que pueda girarse el tam ­
bor. Se vuelca pólvora negra en la recám ara del tam bor desde el
frente. U na bola de plomo con un diám etro apenas m ayor que el
de la recám ara (0,0254 a 0,0508 mm) se coloca sobre la carga de
pólvora. Se gira el tam bor de m anera que la recám ara se posicio-

Un revólver de pólvora negra con (a) una palanca de baqueta y (b)


F i g c r a 1 .2 1 .
ana baqueta cargadora.
64 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

ne por debajo de la baqueta cargadora y se activa la palanca p a ­


ra em pujar la bala (Figura 1.21). Las balas cónicas tienen un ta ­
co de diám etro reducido, de m anera que quien dispara puede
em plazarlas en la recám ara con sus dedos, antes de em plear la
baqueta cargadora. D espués de que todas las recám aras se en ­
cuentran cargadas, se coloca una tapa de percusión en la chim e­
nea, en la parte de atrás de cada recám ara. El arm a está lista,
entonces, para disparar.

5. R e fe r e n c ia s

1. Lowry, E.D. Interior Ballistics: H ow a Gun Conuerts Chem i­


cal E nergy into Projectile Motion. Garden City, NY: Double-
day and Co. 1968.
2. N R A Illustrated R eloading Handbook. W ashington D.C.: N a­
tional Rifle Association.
3. Butler, D.F. United States Firearm s: The First Century 1776-
1875. N ew York: W inchester Press, 1971.
4. J a n e’s Infantry Weapons, Jane’s Inform ation Group Limited,
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6. R e f e r e n c ia s g e n e r a l e s

B a m es, F.C. Cartridges o f the World, 8 ^ Edition. Northfield, II:


Digest Books Inc., 1996.
Hogg, I.V. and W eeks, J. Pistols o f the World. San Rafael, C.A.:
Presidio Press, 1978.
Gun D igest. (annual) Northfield, IL: DBI Books, Inc.
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Sellier K.G. and K neubuehl B.P. Wound Ballistics and the Scien-
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W ilson, R.K. and Hogg, I.V. Textbook o f Autom atic Pistols. Harris-
burg, PA: Stackpole Books, 1975.
C a p ítu lo II
ASPECTOS FORENSES DE LA BALÍSTICA

Los fusiles y las armas de puño presentan cañones estriados,


es, rayas en espiral que han sido cortadas a lo largo del inte-
r. :r del cañón o ánim a (Figura 2.1). El estriado consiste en esas
re.vas y el metal que queda entre las mismas — los macizos— (ver
Figura 1.13). El propósito del rayado es brindar un giro rotatorio
e le bala, a lo largo de su eje longitudinal. Este efecto giroscópico
estabiliza el vuelo del proyectil a través del aire, evitando que va-
e rendo tumbos. De cualquier manera, este giro no estabiliza el
: -: vectil una vez que penetra en el cuerpo, debido a la gran den-
:. red de tejido, en com paración con la densidad del aire. El térmi-
- ; tercedura o giro (twist), en lo que se relaciona con el estriado,
reñere al núm ero de pulgadas o centímetros del ánima que se
requiere para una espiral com pleta rayada. Todas las armas m o­
l í — as tienen un twist que es constante para el largo entero del
ta ñ ó n . Algunas armas fabricadas a comienzos del siglo XX, presen­
taran un giro acrecentado (gain twist)-, en este tipo de rayado, el
-ango del giro crecía desde la recámara hasta la boca de fuego.
Una forma diferente de estriado, tanto para los fusiles como
; ara las armas de puño, fue introducido por Heckler and Koch. En
-gar de las tradicionales rayas y macizos, el ánima del arma pre­
mura un contorno rectangular (ánima poligonal) (Figura 2.2 A).
La velocidad de salida está — según se afirma— aumentada de un
: F- a un 6%. La com paración balística de los proyectiles dispara-
: : s desde armas con ánima poligonal puede ser m uy difícil. Por
íb o , cuando el Departam ento de Policía ordenó pistolas Glock, es­
pecificó que los cañones tem an el estriado tradicional en vez del
66 H e r id a s por ar m a de fuego

F i g u r a 2.1. Corte transversal de un cañón con el estriado tradicional, con giro


hacia la derecha.

poligonal, que es más rutinariam ente em pleado en las pistolas


Glock.
La dirección del rayado puede ser tanto hacia la derecha (en
el m ism o sentido de las agujas del reloj) como hacia la izquierda
(en sentido contrario a las agujas del reloj). En un cañón específi-

F i g u r a 2.2 (A) Corte transversal de un cañón con rayado poligonal. (B) Corte
transversal de un cañón con estriado de microrrayas. (Extraído de la obra de Di
Maio, V.J.M . Heridas causadas por fusiles de fuego central. Clin.Lab.Med. 3:257-
271, 1983. Con permiso.)
A spectos f o r e n s e s d e l a b a l ís t ic a 67

F ig u r a 2.3. Dos proyectiles 9 mm disparados por armas con (a) estriado con gi­
ro hacia la izquierda y (b) estriado con giro hacia la derecha.

co, la dirección del estriado puede ser fácilmente determinada a


través del exam en de la m itad superior del ánima y observando si
las curvas del rayado giran hacia la izquierda (en sentido contra­
rio a las agujas del reloj) o hacia la derecha (en el mismo sentido
que las agujas del reloj), tal como se observa desde nuestro punto
de mira. La dirección del giro es la misma, tanto si uno observa el
cañón desde la boca de fuego como si lo hace desde el final de la
recámara. Entre los fabricantes norteamericanos de armas de pu­
ño, la Com pañía Colt es la única empresa que constantemente
emplea un giro hacia la izquierda. El arma M ark III, fabricada
por Colt, fue una excepción tem poraria a la política de los fabri­
cantes, ya que por unos años fue producida con un giro hacia la
derecha. Una m inoría de los fabricantes extranjeros de armas de
puño y algunos fabricantes norteam ericanos de armas baratas
también em plean el giro hacia la izquierda. De cualquier manera,

F i g u r a 2.4. Dos proyectiles .45 ACP: (a) con marcas de estriado tradicional, el
otro (b) con marcas de estriado poligonal.
68 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

la m ayoría de los fabricantes nacionales y extranjeros de armas


de puño em plean el giro hacia la derecha. El rayado poligonal pre­
senta un giro en esa dirección.
La Figura 2.3 m uestra dos proyectiles, uno disparado con un
arma con giro hacia la izquierda y el otro por un arma con giro h a­
cia la derecha. La Figura 2.4 m uestra dos proyectiles .45 ACP, uno
con m arcas tradicionales de estriado y el otro con marcas de es­
triado poligonal.
El núm ero de macizos y rayas en un arma puede alcanzar de
2 a 22. La m ayoría de las armas m odernas tienen 4, 5 o 6 rayas
(Tabla 2.1). Las armas de puño Colt, tradicionalm ente, tienen 6
macizos y rayas con giro hacia la izquierda, m ientras las Smith &
Wesson presentan 5 macizos y rayas con giro hacia la derecha. La
m ayoría de los fusiles de fuego central tienen 4 o 6 rayas, con gi­
ro hacia la derecha. Los cañones estriados con 2 rayas fueron fa­
bricados durante la Segunda G uerra M undial para la Carabina
M -l, el fusil .30-06 Springñeld, y el británico .303 Enfield. La Ca­
rabina M -l comercial fabricada por Universal tiene un cañón con
12 rayas y un giro hacia la derecha. El derringer CDM exam ina­
do por el autor tenía un cañón con 6 rayas y el otro cañón con 12.
Este autor ha observado armas de puño de diferentes fabricantes,
en las cuales el cañón estaba desprovisto de rayado, debido a un
error de fabricación.

T a b l a 2 .1 . C a r a c t e r ís t ic a s d e r a y a d o e n l o s r if l e s y e n l a s a r m a s d e p u ñ o

Calibre Fabricante Dirección N 3 de Macizos


del Giro y de Rayas

A rm as de puño

.22 S, L, LR Colt izquierda 06


CDM, Beretta
Hi-Standard,
Browning,
Smith & Wesson, Ruger derecha 06
Rohm derecha 08
Phoenix, Jennings derecha 16

.22 Magnum Colt izquierda 06


Ruger, Smith &
Wesson derecha 06
Rohm derecha 08
A spectos f o r e n s e s d e l a b a l ís t ic a 69

Calibre Fabricante Dirección N - de Macizos


del Giro y de Rayas

.25 ACP Colt, Astra, Raven, -


Davis izquierda 06
Titán, Beretta,
Browning derecha 06

7.62 x 25 Former Soviet Bloc derecha 04

.32 ACP-
.380 ACP Colt, Davis izquierda 06
Browning, Beretta,
Lorcin, Walther,
Sig-Sauer derecha 06

.32 S&W,
S&W Long Colt, Clerke izquierda 06
Smith & Wesson derecha 05
Rohm, Charter,
H&R derecha 08
Arminius derecha 06/10

9-mm Former Soviet Bloc derecha 04


Makarov
9-mm Smith & Wesson derecha 05
Parabellum
Colt izquierda 06
Browning, Smith &
Wesson, Walther, Taurus,
Beretta, Glock, Sig-Sauer,
H&K, Lorcin derecha 06

.38 S&W Colt izquierda 06


Smith & Wesson derecha 05
Enfield derecha 07

.38 Special Colt, Miroku izquierda 06


Smith & Wesson, Taurus,
Ruger D.A. derecha 05
Colt MK III, Rossi,
Taurus, Arminius,
Rohm derecha 08
Charter Amas derecha 08
Rohm, Arminius derecha 10
70 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

Calibre Fabricante Dirección N s de Macizos


del Giro y de Rayas

.357 Magnum Colt izquierda 06


Smith & Wesson, Ruger
D.A., Taurus, derecha 05
Colt M K III, Dan
Wesson derecha 06
Ruger SA/DA derecha 06
Ruger SA derecha 08

.40 S&W Smith & Wesson izquierda 06


Beretta.Glock, Star,
Taurus, Astra,
H&K, Ruger derecha 06

.41 Magnum Smith & Wesson derecha 05


Ruger ' derecha 06

.44 Magnum Smith & Wesson derecha 05


Ruger SA derecha 06
Ruger/Marlin Carbine derecha 12

.45 ACP Colt, Sig izquierda 06


Star, Llama,
Smith & Wesson derecha 06

F u s il e s de fuego central

.223 AR-15 (M-16) derecha 06


Ruger Mini-14 derecha 06
Heckler and Koch derecha 06
Remington derecha 06

.243 All Remington, Browning,


Fusiles Winchester
y Savage derecha 06
Fusiles Mossberg derecha 08

.270 Winchester derecha 04


Remington, Savage, derecha 06

7-mm Mag. derecha 06

.30 Carbine fabricantes varios derecha 02


derecha 04
derecha 06
derecha 12
A spectos f o r e n s e s d e l a b a l ís t ic a 71

Calibre Fabricante Dirección N 2 de Macizos


del Giro y de Rayas

.30-06 „ M 1917 izquierda 05


Springfield derecha 02
derecha 04
derecha 06
Winchester M -70 derecha 04
Remington derecha 06

.30-30 Winchester M -94 derecha 06


Marlin 336 derecha 12

.32 Winchester Marlin 336 derecha 04


Special Winchester 94 izquierda 06

.303 British Lee Enñeld izquierda 05


No. 1 M K-III izquierda 02
No. 4 M K-I izquierda 05
izquierda 06

.308 Winchester M -70 derecha 04


M 14, H & K 93,
Galeil derecha 04
Remington, Savage derecha 06

7.62 x 39 AK-47 derecha 04

F u s il e s de f u e g o a n u l a r

.22 Winchester derecha 04


Remington derecha 05
Remington derecha 06
Ruger derecha 06
Winchester derecha 06
Mossberg derecha 08
Marlin derecha 16

F u s il e s M a g n u m

.22 Winchester derecha 06


Marlin derecha 20

Los fusiles fabricados por M arlin y vendidos bajo su propio y


otros nombres tienen M icro-Groove® (Figura 2.2 B). El estriado
de M icro-Groove® (m icroestría) fue desarrollado por M arlin a co-
72 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

mienzos de los años 50. En lugar de 4 a 6 profundas rayas, sus ca­


ñones tenían 12 a 20 rayas superficiales. Los rifles M arlin pueden .
encontrarse en los siguientes calibres: .22 Rim fire, .22 Magnum,
.30 Carbine, .357 M agnum , 9-m m Parabellum , .44 M agnum, .45
ACP, .30-30, .35 Rem ington, .444 M arlin, y 45/70. Las armas pre­
vistas para cargar cartuchos de fusil .22 Corto y Largo tienen 16
m acizos y rayas; la .22 M agnum tiene 20, y todos los fusiles de
fuego central, 12. Todo el estriado es con giro hacia la derecha.
El recobrar un proyectil con estriado de M icro-G roove® indi­
ca que el individuo fue baleado con un fusil, ya que tal tipo de es­
triado no puede ser encontrado en las armas de puño (ver Figura
6.2). Jenning y Phoenix Arm s producen pistolas sem iautom áticas
previstas para cargar cartuchos .22 LR y tiene cañones con 16
m acizos y rayas con giro hacia la derecha. Las estrías que apare­
cen en un proyectil disparado a través de sem ejante cañón pue­
den ser confundidas con el estriado de M icro-Groove®. La dife­
rencia radica en que el estriado de M icro-G roove® tiene macizos
extrem adam ente estrechos, con rayas del doble de ancho que los
m acizos. En contraste, en las arm as producidas por Jenning, los
m acizos y las rayas tienen anchos iguales, m ientras que las pis­
tolas Phoenix presentan m acizos que sólo son levem ente más es­
trechos que las rayas.

L C a r a c t e r í s t i c a s d e c l a s e e in d iv id u a le s d e l o s p r o y e c t i l e s

Cuando se dispara una bala a través de un cañón estriado, es­


te rayado provoca una serie de marcas en el proyectil que se lla­
m an características de clase. Estas marcas pueden indicar la fá­
brica y el m odelo del arma de las cuales ha salido el proyectil.
Ellas resultan de las especificaciones del rayado, de cómo han si­
do colocadas por el fabricante. Estas características son:
1) N úm ero de macizos y de rayas.
2) D iám etro de los macizos y de las rayas.
3) Ancho de los macizos y de las rayas.
4) Profundidad de las rayas.
5) D irección del giro del rayado.
6) G rado de giro.

Adem ás de estas características de clase, las imperfecciones


sobre la superficie de los macizos y las rayas m arcan el proyectil,
A spectos f o r e n s e s d e l a b a l ís t ic a 73

produciendo características individuales. Para balas de plomo, es­


tas características individuales son más pronunciadas donde las
rayas m arcan al proyectil. En contraste, en las balas encamisa­
das, las marcas de los m acizos son las más pronunciadas1. Estas
características individuales son peculiares del arma de fuego en
particular que ha disparado el proyectil y no de ninguna otra. Son
como las huellas dactilares en los seres humanos. Ni siquiera dos
cañones, aun aquellos fabricados consecutivamente por las m is­
mas herram ientas, producirán marcas iguales sobre el proyectil.
En consecuencia, m ientras las características de categoría o clase
pueden ser idénticas en proyectiles disparados por dos armas di­
ferentes, las características individuales serán distintas. Además
de las marcas en los proyectiles, el estuche o almacén cargador, la
aguja de percusión, el extractor, el expulsor y la recám ara de un
arma pueden, todos, provocar marcas individuales y de clase a la
vaina o al fulminante.

2. C o m p a ra c ió n e n t r e p r o y e c t i l e s

Cuando se dispara un arma, el proyectil es forzado a través


del cañón por los gases de la combustión. Ambas características,
individuales y de clase, son estampadas en el proyectil, ya sea de
plomo o encamisado. Porque el plomo es más suave, uno puede
postular que las marcas del proyectil en balas de plomo son más
distintivas que las encontradas en balas encamisadas. En la prác­
tica actual, las marcas en las balas encamisadas son úsualmente
superiores, porque la coraza de metal más dura es menos proba­
ble que vea sus marcas de estriado.barridas por el blanco.
Para poder recobrar proyectiles para la com paración balísti­
ca, ellos eran tradicionalm ente disparados contra restos de algo­
dón. El paso del proyectil a través de este material puede provo­
car un barrido de algunas de las características individuales más
finas si el proyectil está hecho de un plomo suave. Esto resulta es­
pecialmente cierto para las balas .22 de fuego anular. En conse­
cuencia, los laboratorios balísticos actualmente disparan los pro­
yectiles dentro de bombas de agua, donde la pérdida de las m ar­
cas finas no ocurre.
Las características individuales que produce un cañón sobre
el proyectil pueden ser destruidas por herrumbre, corrosión, o el
disparo de varias rondas de m unición blindada a través del cañón.
74 H e r id a s po r a r m a d e f u e g o

La acum ulación de grandes cantidades de suciedad y grasa prove­


nientes de m últiples disparos tam bién pueden alterar, en algún
grado, las m arcas producidas en un proyectil.
Si una bala de un diám etro m enor al supuesto para el arma
específica es disparada a través del cañón, el proyectil no podrá
seguir suficientem ente el rayado, de m anera de producir marcas
repetitivas. No pueden hacerse, entonces, las com paraciones nece­
sarias, ya que resulta altamente im probable que dos proyectiles
se deslicen a través del cañón de idéntica manera.
Si el ánim a de un arma está severam ente herrum brosa, es po­
sible que una serie consecutiva de proyectiles disparados presen­
ten m arcas diferentes. Esto sucede porque cada bala arranca he­
rrum bre y cam bia la superficie de las rayas y los macizos.
El m aterial del cual el proyectil está construido y la veloci­
dad y fuerza con que el cartucho es cargado tienen un efecto so­
bre sus m arcas. En consecuencia, resulta de buena práctica usar
la m ism a m arca de m unición que aquélla disparada por el arma
del sospechoso, cuando se intenta establecer una com paración.
De hecho, resulta m ejor usar otros cartuchos extraídos del arma
o de la m ism a caja de m uniciones, para realizar el test de com pa­
ración. La razón para estas sugerencias es que las municiones
pueden variar am pliam ente de un lote a otro. Los proyectiles
usados en un lote pueden ser apenas diferentes, en com posición,
de aquéllos de otro lote. La pólvora usada puede ser com pleta­
m ente diferente, y los cartuchos pueden estar cargados para m a­
yor o m enor presión. Debido a todas estas variables, siempre re­
sulta m ejor intentar obtener munición del m ism o lote del cual de­
be hacerse la com paración.
Los proyectiles que han sido disparados por revólveres pue­
den m ostrar m arcas de deslizamiento cuando son analizadas bajo
el m icroscopio (Figura 2.5); esto es, las rayas sobre el proyectil son
más am plias en la ojiva que en la base. El deslizam iento ocurre
cuando el proyectil salta el espacio entre el tam bor y el cañón, y
golpea los m acizos. El proyectil resiste el intento de los macizos de
provocarle un giro y se desliza. Los proyectiles disparados por una
autom ática pueden presentar marcas de deslizam iento cuando el
proyectil es levem ente más pequeño que el diám etro deseado pa­
ra un ánim a particular. Esta discrepancia ocasiona que el proyec­
til se deslice m ientras pasa por el rayado, antes de asentarse. De
cualquier m anera, como una regla general, el deslizam iento rara­
m ente ocurre en las pistolas automáticas, ya que la bala está en
A spectos f o r e n s e s d e l a b a l ís t ic a 75

F ig u r a 2 .5 . Proyectil .3 8 Special con marcas de deslizamiento.

contacto con los macizos antes de disparar y los sigue desde el co­
mienzo. La presencia de m arcas de deslizamiento en un proyectil
de pistola automática puede ser de significancia, dado que puede
indicar m ayor posibilidad de que el proyectil fue disparado por un
revólver, que por una pistola automática. Los revólveres han sido
diseñados para disparar cartuchos de pistola .25 ACP y .32 ACP,
y fabricados (y aún lo son) para los cartuchos 9-mm Parabellum y
.45 ACP. Asim ism o, y m ediante un simple cambio de tambor, pue­
den disparar calibres .38/9-m m y .22LR/.22 Magnum. Algunos re­
vólveres fueron preparados inclusive para disparar cartuchos de
fusil, por ejemplo .30 Carbine, etcétera.
Las pistolas sem iautom áticas fueron concebidas para cartu­
chos de revólver, por ejem plo, .32 Smith & Wesson Long, .38 Spe­
cial, .357 Magnum, .44 M agnum , etc.; los derringers, para cartu­
chos de pistola sem iautom ática (.25 ACP, .32 ACP, 9-mm Parabe­
llum, .45 ACP, etc.), cartuchos de fusil (.22 H om et, .223, .30-30,
etc.), y para cartuchos de escopeta. Las armas de un solo tiro han
sido preparadas para recibir cartuchos de revólver, pistola y fusil.
Los fusiles, para cartuchos de armas de puño. Los fusiles de doble
cañón han sido fabricados con un cañón preparado para recibir
cartuchos de fusil y el otro para cartuchos de escopeta.
Algunas veces, puede encontrarse que un proyectil que ha sido
disparado de un revólver presenta su superficie raspada. Esto suce­
de porque el tambor del revólver se encuentra impropiamente ali­
neado con el ánima del cañón (el así llamado pobre indicador) y, en
consecuencia, el plomo es raspado del proyectil al saltar el espacio
entre el tambor y el cañón. Tanto los revólveres de fabricación ba­
rata como de pobre calidad pueden provocar este raspado.
76 H e r id a s por ar m a d e f u e g o

En algunos casos, un proyectil recobrado del cuerpo está de­


m asiado m utilado para permitir realizar una posible com para­
ción. En otros casos, la m asa del proyectil se desintegra, y sola­
mente pueden recobrarse fragmentos del mismo. En tales casos,
resulta posible, a través del análisis com posicional cuantitativo o
sem icuantitativo, asociar el proyectil recobrado a los proyectiles
disparados por un arm a específica. Los fragm entos recogidos de
un proyectil pueden ser relacionados con un proyectil recogido en
el lugar del hecho o con proyectiles que se sabe han sido dispara­
dos por una determ inada arma. El m icroscopio electrónico de ba­
rrido de energía dispersiva de rayos X ( s e m - e d x ) resulta apropia­
do para un análisis sem icuantitativo y la em isión atómica espec-
troscópica de plasm a inductible, para el análisis cuantitativo com ­
posicional.
En algunas instancias, los proyectiles pueden aparecer defor­
mados, cuando han sido recobrados del cuerpo, debido al hecho de
que fueron disparados por armas no concebidas para ellos. Ward y
otros inform aron de dos casos, un homicidio y un suicidio, en los
cuales cartuchos wadcutter (munición plana para competencia de
tiro) .38 Special fueron disparados con fusiles .30-302. El cartucho
.38 Special puede ser cargado y disparado en este fusil, aunque la
vaina se expande y usualmente revienta. El diámetro de un pro­
yectil w adcutter (munición plana para competencia de tiro) .38
Special (9,0932 mm) es significativamente mayor que el del pro­
yectil .30-30 (7,8232 mm). Al disparar, el .38 Special es estampado
en el diám etro del ánima del fusil, resultando en un proyectil elon-
gado, del diám etro del ánima, con prominentes macizos y rayas.
Los proyectiles recobrados de cuerpos en descomposición pue­
den presentar pérdida parcial o total de las estrías individuales, de­
pendiendo ello del tejido del cual se ha recuperado el proyectil y de
la construcción del mismo. En un experimento realizado para deter­
minar los efectos de la descomposición en las estrías del proyectil,
Smith y otros insertaron proyectiles, de distintas construcciones,
dentro de diferentes áreas del cuerpo humano, y dejaron que se des­
compusieran durante sesenta y seis días3. Encontraron que:
1) Los proyectiles con revestido de nylon no fueron afectados
por la descomposición.
2) Los proyectiles con camisa de aluminio fueron medianamen­
te afectados, pero no presentaban pérdida alguna de las estrías.
3) Los proyectiles de plomo extraídos del cerebro, la cavidad
del pecho, y la cavidad abdominal, mostraron moderado enmohecí-
A spectos f o r e n s e s d e l a b a l ís t ic a

miento (deslustre), pero podían ser comparados, mientras que los


extraídos de la grasa y el m úsculo presentaban disolución y oxida­
ción, al punto de no permitir realizar una comparación.
4) Los proyectiles con una cam isa de aleación de cobre, in­
cluidos aquéllos con un baño de níquel, no podían ser equipara­
dos, excepto en los casos de los recogidos de la cavidad del pecho,
que resultaban ser dudosos.

3. V a in a s d e c a r t u c h o s

El examen de una vaina disparada puede hacer posible la


identificación de un arma en términos de tipo, fábrica y modelo.
La presencia de marcas en el estuche o almacén cargador, el tipo
de m arca de la recám ara y el tamaño, la forma y el lugar de las
marcas del expulsor y del extractor son importantes señales en la
realización de tal identificación. El tamaño, la forma y el lugar de
la aguja de percusión, en las vainas de los cartuchos de fuego anu­
lar disparados, tam bién pueden ser empleados para determ inar la
fabricación del arma. La aparición de la huella de la aguja de per­
cusión de armas de fuego central también puede indicar la confec­
ción del arma empleada. La identificación del arma que ha dispa-

FlGUKA 2.6. Marcas en una vaina de cartucho de fusil debida a una recámara
acanalada.
78 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

rado una vaina de cartucho, en particular puede ser realizada


com parando las m arcas en cartuchos de prueba, con aquellas que
presenta el cartucho en estudio. Nuevam ente, resulta extram ada-
m ente im portante que el m ism o tipo y, preferentem ente, el m ism o
lote de m uniciones sean usados para la prueba. En realidad, esta
consistencia resulta más im portante en los casos de com paración
de vainas, que en los de proyectiles1.
En los casos de vainas de cartuchos de fuego anular, la im pre­
sión del percutor es la m arca identificatoria más im portante. Las
m arcas del extractor, del expulsor y de la recámara son m enos im ­
p ortantes1.
O casionalm ente, se encontrará una vaina con una serie de
m arcas longitudinales paralelas (Figura 2.6)4. Estas m arcas pue­
den ser áreas lineales de tum efacción (hinchazón) o depósitos li­
neales de hollín. Son consecuencia de una recám ara acanalada.
D urante la fábricación, pequeñas rayas paralelas han sido corta­
das en las paredes de la recámara para permitir que los gases de
la pólvora envuelvan la vaina, para que el cuello de ella flote en el
gas, ayudando de esta form a a la extracción. Se encuentran en fu­
siles, pistolas y ametralladoras. Las marcas acanaladas pueden
estar presentes sólo en el área del cuello o del hom bro de la vai­
na, o a lo largo de la m ayor parte de su longitud. El núm ero de ra­
yas puede variar de 2 a 18. Los fusiles Heckler & Koch, las am e­
tralladoras autom áticas y las pistolas, típicamente, tienen recá­
m aras acanaladas. En la pistola HK-4, hay tres pliegues que es­
tán diseñados para retrasar la extracción de la vaina más que pa­
ra facilitarla.
Algunas recámaras presentan, cortadas en las paredes, rayas
helicoidales o anulares que retrasan la extracción de la vaina por
la expansión del gas en las paredes de la vaina, dentro de las ra­
yas. Éstas son armas fuera de lo común. Ejemplos de las m ism as
son las pistolas PRC Type 64 y 77.

4. M ar cas e n la base

Cuando se descarga un arma, los granos de pólvora pueden


ser propulsados -contra la base del proyectil, con la fuerza suficien­
te para marcar la base. Tales marcas son más evidentes en pro­
yectiles con base de plomo, esto es, balas de plomo o balas blinda­
das, cuyo núcleo de plomo se encuentra expuesto en la base.
A spectos f o r e n s e s d e l a b a l ís t ic a 79

Cuanto m ás corto es el cañón, más numerosas y profundas son las


m arcas de pólvora5. Distintos tipos de pólvora producen diferen­
tes m arcas: la pólvora esférica (verdadera), ocasiona numerosos
hoyos profundos circulares; la pólvora en forma de disco deja se­
ñales circulares superficiales así como marcas lineales (la pólvora
centellea golpeando en el borde); la pólvora negra produce una
apariencia característica de granos de pimienta (Figura 2.7).
Las m arcas de pólvora son más prominentes en la base ex­
puesta de plom o de las balas encamisadas, que en la base de to­
das las balas de plomo. Las balas con una base encamisada (par­
cialmente blindadas) pueden presentar marcas de pólvora muy
débiles en la base.

F ig u r a 2.7. (a) Base de un proyectil blindado con un núcleo de plomo expuesto, y


que no ha sido aún disparado, (b) Hoyos producidos en la base del mismo proyec­
til, por la pólvora esférica, (c) Marcas lineales y circulares en la base de un proyec­
til de plomo, producidas por la pólvora en forma de disco, (d) Base con apariencia
de granos de pimienta, de un proyectil de plomo, producida por pólvora negra.
80 H e r id a s por a r m a d e fu eg o

F ig u r a 2.8. Pólvora adherida a la base de un proyectil blindado .357 Magnum.

Los granos de pólvora pueden volverse adherentes a la base


del proyectil y ser llevados dentro e inclusive a través del cuerpo.
Esto usualmente involucra proyectiles con base de plomo aunque,
en ocasiones, este hecho se ha visto en un proyectil con base enca­
misada (Figura 2.8).

5 . C it o l o g ía s o b r e p r o y e c t il y r o p a

Si un proyectil atraviesa un cuerpo o blancos intermedios, o


rebota en una superficie dura, fragm entos de tejido o material del
blanco pueden adherirse o encajarse en el proyectil. Si el proyec­
til es de punta hueca, una cantidad relativam ente grande de ese
material puede depositarse en la cavidad. Recobrar e identificar
m aterial extraño del proyectil puede ayudar a determ inar los ór­
ganos o el objeto intermedio perforados, o dem ostrar que el pro­
yectil era de rebote. Material no orgánico, tal como el aluminio de
una ventana perforada por la bala, o m inerales de una piedra so­
bre la cual la bala ha rebotado, pueden ser identificados en el pro­
yectil por el método sem -ed x ® .
A spectos f o r e n s e s d e l a b a l ís t ic a 81

Si se en cu en tra un p royectil en el lu g a r del hecho, o si m ú lti­


ples proyectiles son en con trad os en u n a ca v id a d del cuerpo des­
pués de h a ber perforado d iversos órg a n os, sería tal vez posible de­
term inar que el proyectil cita d o en p rim e r térm in o perforó el cu er­
po, o poder determ inar cuál p royectil recob ra d o de una cavidad
del cuerpo perforó cuál órgan o. Si el p royectil perforó el hueso, y
partículas del hueso están d ep osita d a s en el proyectil, se puede
realizar la identificación de este h u eso p or exa m en histológico, si
el fragm ento es su ficien tem en te g ra n d e; si es m uy pequeño, por
SEM-EDX6. Q ue un proyectil p erforó tejid o o in clu sive un órgano es­
pecífico puede ser determ in ado p or m ed ios citológicos. N ichols y
Sens han descripto un m étod o pa ra recob ra r e iden tifica r tejido y
m aterial extraño dem asiado p eq u eñ o pa ra ser visu a lizad o7. Este
proceso im plica sum ergir los p royectiles recu p era d os, sin lavar, en
varias soluciones, filtrar las solu cion es a tra vés de un filtro citoló-
gico, y después producir m a n ch a s citológica s en el m aterial. En
los casos de proyectiles de a lta v elocid a d , ellos apreciaron gran
fragm entación en el tejido, con coá gu los de sangre, fragm entos de
hueso, m úsculo y restos a m orfos, en tre los tejidos recuperados.
Son m enos com unes las célu las m esotelia les y fragm entos de ó r­
ganos. El tejido recuperado herido con p royectiles de baja veloci­
dad estaba m ejor preservado y era m ás abu n d an te. Tejido adipo­
so. fragm entos de pequeños vasos, a glu tin a m ien to de células fu si­
form es. fueron más com únm ente h a lla d os, pero ocasionalm ente se
encontró esqueleto y m úsculo cardíaco. F ragm en tos de órganos
viscerales no n ecesariam ente fu eron en con trados, aun cuando el
:rgano fue perforado. La piel fue, com ú n m en te, lo m enos hallado.
En relación con heridas p or arm a de fu ego en la cabeza, astillas
ze hueso, m úsculo esquelético, tejido con ectivo, y trozos de pequ e­
ños vasos fueron en general id en tifica d os. F ragm en tos del cerebro
estaban presentes, pero no era n rea lm en te recon ocibles com o neu-
- m ales, en principio.
En num erosas preparaciones citológicas, depósitos negros — la
mayor parte representando h ollín o restos del cañón— se encon­
traron presentes, con in depen den cia de la distan cia del tiro, por
r_ em olo, disparo cercano o lejano. Si el proyectil perforó la ropa, se
tallaron com únm ente fibras.
En tanto se procura en con tra r san gre de la víctim a en el su-
: _es:o atacante, no se pudo a p recia r que en heridas de contacto
en la cabeza, el tejido cerebral pu eda ser expu lsado h acia la ropa
¿el victim ario. Las m anchas prod u cid a s no recu erd a n la sangre
82 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

sino más bien las m anchas de café o de bebidas sin alcohol. Si es­
tas áreas son bañadas en una solución salina, m aterial celular
puede ser extraído de la ropa, e identificarse, entonces, el tejido
cerebral, por m étodos citológicos.

6 . D e t e r m in a c ió n d e l A D N e n e l t e j id o a d h e r id o a l o s p r o ­
y e c t il e s

U n proyectil encontrado en el lugar del hecho puede ser rela­


cionado con el individuo específico a través del cual el proyectil ha
pasado, por m edio del examen del tejido depositado en el proyectil.
Esto resulta posible, inclusive si no puede verse tejido en el exa­
men m acroscópico del proyectil y éste resulta ser blindado. Cuan­
do un proyectil atraviesa el cuerpo, el tejido se deposita en su su­
perficie, aun cuando no resulta visible. El tejido puede ser rem ovi­
do raspando el proyectil; el ADN puede ser replicado y conseguir­
se la huella digital del ADN, por el análisis de duplicado de pares
(STR — en inglés)8. Esta huella digital del AD N puede entonces
ser com parada con la huella digital del ADN del individuo (vivo o
muerto), a través del cual se cree que el proyectil ha pasado.

7 . H u e l l a s d ig it a l e s

Al contrario de lo que se ve en la televisión y en las películas,


o de lo que se lee en las novelas de misterio, resulta raro encon­
trar una huella digital identificable sobre el arma de fuego, espe­
cialm ente en un arm a de puño. Solamente una pequeña área de
la superficie es apropiada para dejar huellas, y la retracción del
arma hace que los dedos se deslicen y produzcan m anchas de tiz­
ne. Pueden observarse huellas parciales.
Tanto el público como muchas de las agencias de policía no se
dan cuenta de que pueden obtenerse huellas digitales identifica-
bles de las vainas servidas de los cartuchos9. En consecuencia, las
vainas expulsadas en el lugar del hecho deberían ser colectadas
de tal m anera de preservar las huellas que podrían encontrarse
en ellas. En un caso inusual presenciado por este autor, un pro­
yectil .25 AC P extraído de un cuerpo presentaba una huella digi-
A spectos f o r e n s e s d e l a b a l ís t ic a 83

tal grabada en la camisa. Ésta se debía obviamente al manipuleo


del proyectil, en el pasado, con los ácidos de la punta de los dedos
que graban la huella parcial. H abía muy pocos puntos para una
identificación positiva.

8. A r a la s d e f u e g o d e p ó l v o r a n e g r a

Las armas de fuego de pólvora negra, en raras ocasiones, es­


tán involucradas en tiroteos fatales. La mayoría de estos casos in­
volucra revólveres de percusión. Como estas armas poseen cañones
estriados, sus estrías aparecerán en las balas esféricas o cónicas
disparadas por ellas. Adem ás, la baqueta cargadora encargada de
emplazar la bala en la recám ara puede dejar marcas, en el proyec­
til. de una claridad suficiente y con características individuales pa­
ra poder realizar la com paración balística correspondiente.
La Figura 2.9 m uestra una bola calibre .44, removida de un
arma perteneciente a una m ujer accidentalmente herida por un
revólver de percusión. El exam en del proyectil revelaba ausencia
de estriado, deslizam iento por corte en una superficie, y marcas
de la baqueta cargadora. Los primeros dos descubrimientos indi-
taban que este proyectil no había sido disparado a través del ca­
rón. pero que provenía de un arma cuya recámara no estaba ali­
neada con el cañón. Cuando un revólver de pólvora negra es dis­
parado, se produce una llam a y gran cantidad de chispas. Esto
: uede encender la pólvora en una recámara adyacente, provocan­
do que la bola o el proyectil salga del tambor. En tal caso, no se
encontrarían estrías en el proyectil y sí se deslizaría parte del plo­
mo sobre un lado. Las m arcas en la bola, producidas por la baque-
:a. podrían llegar a ser útiles para la comparación balística.

9. D is p a r o d e u n a rm a

Ahora que hem os conseguido un conocimiento básico sobre


irm as de fuego y m unición, consideremos la secuencia de eventos
que ocurren cuando uno ju n ta los dos elementos. Tirar de la cola
:el disparador produce que la aguja de percusión se suelte. Esta
r i ’.pea el fulminante, com prim iéndolo, encendiendo su composi-
:::n y produciendo una llam a intensa. La llama penetra en la re-
84 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

2.9. Una bola de calibre .44 que presenta: (a) corte por deslizamiento en una
F ig u r a
superficie, y (b) marcas producidas por la baqueta cargadora. La superficie opues­
ta presenta una apariencia de granos de pimienta debida a la pólvora negra (c).

cám ara principal de la vaina a través de uno o más oídos, encen­


diendo la pólvora y produciendo urna gran cantidad de gas y calor.
Este gas, que puede estar calentado a 287,l l 2 C, ejerce presión so­
bre la base del proyectil y a los costados de la vaina, que varía des­
de unos 69,7066 kg/cm 2 a 3.515,33/4.218,4 kg/cm 2 10. La presión
de los gases en la base del proyectil lo propulsa a través del cañón.
M ientras el proyectil viaja a través del cañón, un poco de pérdida
de gas lo supera, em ergiendo de la boca de fuego antes que él. De
cualquier m anera, el resto del gas y la pólvora sin quem ar emer­
gen después del proyectil (Figura 2.10).
Cuando el proyectil em erge del cañón de un arm a, está acom­
pañado por un chorro de llama, gas, pólvora, hollín, residuos del
fulm inante, partículas m etálicas arrancadas del proyectil, y m e­
tal vaporizado de él y de la vaina. La pólvora se desprende de la
86 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

com bustión incom pleta de la carga propulsora, ya que la pólvora


sin humo realm ente nunca se quem a por completo. En consecuen­
cia, estará parcialm ente quem ada; los granos de pólvora quem a­
dos y sin quem ar invariablem ente em ergen con el proyectil, a tra­
vés del cañón. La cantidad de pólvora parcialm ente quem ada o sin
quem ar que se desprende depende largam ente de las propiedades
de com bustión de la pólvora y de la longitud del cañón. La pólvo­
ra sin humo no explota; en realidad, se quema. El nivel de com ­
bustión puede ser controlado por el fabricante, por m edio de la va­
riación del tam año y la form a de los granos de pólvora, así como
cubriéndolos con sustancias que retardan la combustión. El tam a­
ño y la form a afectan el nivel de com bustión, controlando la can­
tidad de área de superficie expuesta a la llama. Cuanto m ayor sea
el área de superficie, m ás rápida será la combustión.
El objeto de controlar el nivel de combustión de la pólvora es al­
canzar la quemadura progresiva. Idealmente, la carga propulsora
debería comenzar a quem arse lentamente, aumentando gradual­
mente su nivel de com bustión hasta que esté completamente consu­
mida, justo cuando el proyectil abandona la boca de fuego. Tal que­
madura ideal virtualmente no se consigue nunca, porque la misma
pólvora se utiliza para propulsar proyectiles de varios calibres y pe­
sos, a través de cañones de diferentes largos. El autor tiene conoci­
miento de un caso en donde, al hacer la prueba de disparo de un fu­
sil, se desprendió un poco de material amorfo negro, pero no granos
de pólvora intactos11. El arma de fuego involucrada era un fusil de
calibre .30-06, con un cañón de 55,88 cm, disparando un proyectil
de punta blanda de 13,2 gr propulsado por pólvora cilindrica.
El peso del proyectil provoca variaciones en la quemadura, al­
terando la presión de los gases de la recámara. Cuando se encien­
de la pólvora y se form a el gas, el proyectil no comienza a moverse
inmediatamente. Existe un pequeño intervalo, necesario para que
el gas supere la inercia del proyectil y la resistencia provocada por
su paso a través del cañón. Este intervalo aumenta con el peso del
proyectil, si todo lo demás permanece constante. M ientras el inter­
valo aumenta, la presión hace lo propio, provocando que la pólvo­
ra se queme más rápido y desprenda más calor. El calor aumenta
la presión del gas. Si existe una combustión progresiva jdeal de la
pólvora para el peso de una bala específica y ese peso es aumenta­
do, el intervalo también aum entará y la pólvora se quemará más
rápido. En consecuencia, la pólvora se quemará antes de que el
proyectil abandone el cañón. Alivianar el peso del proyectil provo-
A spectos f o r e n s e s d e l a b a l ís t ic a 87

cana el efecto opuesto; en este caso, no toda la pólvora se quema­


ría antes de que el proyectil em eija de la boca de fuego.
Variar el largo del cañón tam bién afecta la cantidad de pólvo­
ra que abandona la boca de fuego. Acortando el cañón, mayor can­
tidad de pólvora no quem ada em erge del mismo. El alargamiento
del proyectil genera el consum o de mayor pólvora antes de que el
proyectil emerja.
Cuando un proyectil abandona el cañón, está acompañado por
una llama que consiste en gases incandescentes a temperatura muy
elevada y en una bola de fuego — fogonazo. La llama, usualmente, mi­
de entre 2,54 cm y 5,08 cm de largo, en las armas de puño. La llama
tiene poca importancia, a no ser en heridas de contacto o casi de con­
tacto, donde puede chamuscar la piel alrededor de la herida de entra­
da. No puede incendiar la ropa. Datos sobre incendios de ropa por dis­
paros cercanos se remontan al uso de pólvora negra en las vainas.
La bola de fuego que em erge de la boca de fuego consiste en
gases desprovistos de oxígeno producidos por la ignición de la pól­
vora. Cuando emergen del cañón a temperaturas extremadamen­
te altas, reaccionan con el oxígeno de la atmósfera, produciendo lo
que comúnmente se conoce como fogonazo. Esto no debe confun­
dirse con la llama.
En los revólveres, sum ado al gas, al hollín, a metales vapori­
zados y a partículas de pólvora emergiendo de la boca de fuego,
m aterial similar se desprende de la abertura entre el tambor y el
cañón <F igura 2.11). Si el tam bor del arma no está en perfecta ali­
neación con el cañón, fragm entos de plomo serán expulsados por
avulsión del proyectil, m ientras penetra en el cañón, y también
surgirán de esta abertura. En revólveres de buena fabricación, la
cantidad de material que escapa de esta abertura del tambor es
relativamente pequeña y no se encontrarán frangmentos de plo­
mo. En aquellos de m ala fabricación o deteriorados, de cualquier
manera, surgirán considerables desechos. En los dos casos, el llo­
rín y la pólvora que surgen de esta abertura pueden provocar
ahumamiento y tatuaje de la piel, si el arma está sostenida cérca­
la al cuerpo. Los fragm entos de plomo limpiados del proyectil, co­
mo resultado de un tam bor mal alineado pueden impactar la piel,
provocando graneo e inclusive encastrarse en la piel.

Disparos retardados (“h a n gfires”).— H aag define este dispa­


ro como una descarga retrasada, “como aquello que es de dura-
88 H e r id a s p o r a r m a d e f u e g o

F ig u r a 2.11. Una nube de gas que puede apreciarse emergiendo de la abertura


entre el tambor y el cañón.

ción anorm al y perceptible para quien dispara por m edio de la


vista o del son id o” 12. El m artillo cae; hay un golpe seco y, des­
pués de un m om ento, el arm a descarga. El intervalo típico para
que la aguja de percusión golpee al fulm inante, para que el p ro­
yectil salga del cañón, es de 4 m /seg. El intervalo m ínim o que
una persona puede percibir com o un atraso en el disparo es de
aproxim adam ente 30 a 60 m /seg. Teóricam ente, los disparos re­
tardados (h a n gfires) pueden estar provocados por contam inación
y/o degradación, tanto del fulm inante com o de las cargas propul­
soras. En una serie de experim entos intentando producir dispa­
ros retardados (h a n gfires), H aag no pudo hacerlo por contam ina­
ción o degradación de los fulm inantes. Los fulm inantes descar­
gan o fallan el tiro. No ocurren disparos retardados. La contam i­
nación de la carga propulsora con aceite o soluciones de alcohol
y agua resu ltaron tanto en disparos fallados como en disparos
retardados. La duración de los disparos retardados se estim ó en
200-250 m /seg. Adem ás del atraso, H aag notó otras característi­
cas de los disparos retardados: velocidad reducida; pistoletazo
reducido; cantidad sustancial de pólvora sin quemar en la vaina
y/o el ánim a del arm a; depósitos de hollín en la pared exterior de
la vaina y poca o ninguna expansión de la vaina. H aag concluyó
que con la m unición m oderna resulta m uy raro encontrar dispa­
ros retardados.
A spectos f o r e n s e s d e l a b a l ís t ic a 89

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