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Pragmática
Conocimientos y habilidades cognitivas y lingüísticas que
facilitan el uso de la lengua en un contexto específico (social,
personal y físico) para comunicarse.
Desde una lógica cognitiva, por tanto, la comunicación a través del lenguaje puede ser
vista sobre todo como una forma de actividad compleja cuya planificación y realización se
desarrolla bajo restricciones tanto internas al sujeto (vg. la organización funcional del
sistema de procesamiento lingüístico) como externas (vg. las demandas del contexto
comunicativo y las condiciones que éste impone a la conducta lingüística).
Desde punto de vista lingüístico Desde punto de vista cognitivo
Todas son formas equivalentes de diálogo, en la Pueden distinguirse entre: Diálogo o Monólogo.
medida en que la producción lingüística sigue
estando dirigida a alguien, siquiera pasivo o Depende de la participación activa o no del
físicamente ausente.
otro.
Discurso: ¿objeto empírico o teórico?
¿A qué nos referiremos, por tanto […], al hablar de producción del discurso?
Básicamente, al conjunto de representaciones (semánticas, pragmáticas y gramaticales) y de
procesos (cognitivos y lingüísticos) que subyacen a la planificación y emisión de series
coordinadas de enunciados lingüísticos o textos, con propósitos comunicativos, en un contexto
conversacional.
3 propiedades de los discursos pertinentes para una teoría psicológica de la producción verbal:
Constituyen unidades de lenguaje «en uso» (i.e. actos de habla que tienen lugar en contextos —
físicos, sociales o comunicativos— específicos y cambiantes)
Suelen ser unidades supraoracionales que poseen regularidades estructurales y funcionales
cuya descripción debe realizarse en un plano distinto al que se aplica a las propiedades
sintácticas y semánticas de los enunciados lingüísticos individuales .
Carácter intencional del discurso
Las personas, por lo general, hablan «para algo» y que lo que dicen posee un carácter instrumental
respecto a ese «algo» que pretenden.
En opinión de Levelt (1989, p. 59), los actos de habla (y su componente de definición más
característico: la «fuerza ilocutiva») parecen expresar nociones «centradas en el
hablante», estos conceptos no llegan a proporcionar, por sí mismos, claves de
explicación psicológica, es decir, claves que informen de las representaciones y los
procesos mentales que posibilitan la realización, por parte de los hablantes, de actos de
habla comunicativamente eficaces. ¿Cuáles pueden ser estas claves?
Actos de habla como conductas orientadas a metas*
Implican la construcción de planes por parte de un sistema inteligente, entendiendo planes como
representaciones simbólicas que pre-especifican la secuencia de acciones que tal sistema debe
realizar en orden a la consecución de la/s meta/s u objetivo/s previamente definido/s.
Máxima de Cantidad
Máxima de Calidad
Máxima de Relevancia
Máxima de Modo
El principio de cooperación de Grice expresa condiciones de
participación en las conversaciones que tienen un carácter
sistemático tanto para los hablantes como para los oyentes, en el
sentido de que las contribuciones de los hablantes o cumplen o
transgreden las máximas conversacionales, pero no puede ocurrir
que ni las cumplan ni tampoco las transgredan.
Por este motivo, la transgresión deliberada de las máximas puede
ser interpretada como un recurso expresivo de gran potencia que
utilizan los hablantes para optimizar la probabilidad de éxito de sus
actos de habla en determinadas condiciones comunicativas (vg. en
el caso de la ironía, de ciertas producciones literarias, o de
situaciones de engaño).
El principio de cooperación de Grice pone también de manifiesto que la coordinación y
cooperación entre interlocutores durante las conversaciones es necesaria, dado que los
objetivos intencionales de los hablantes pueden no coincidir exactamente con los
objetivos aceptados por los otros interlocutores para el intercambio comunicativo en
curso.
Este posible «desfase» entre las intenciones del hablante y las de los otros participantes
obliga a prestar una atención cuidadosa al discurso en el que se está participando (y a
construir y actualizar continuamente la representación del discurso previo) con el fin de
poder sintonizar los objetivos comunicativos a los aceptados en cada momento de la
conversación. Todo ello permite interpretar que la planificación de los actos de habla está
determinada, al menos en parte, por las condiciones que inferencialmente se derivan del
desarrollo del propio intercambio comunicativo, lo que implica la posibilidad de definir
objetivos comunicativos puramente internos al discurso y no sólo derivados de las
intenciones comunicativas iniciales del hablante per se.
Modelo de Clark y cols.
(Clark y Carlson, 1981; Clark, Schreuder y Buttrick, 1983; Clark y Wilkes-Gibbs, 1986; Isaacs y Clark, 1987; Clark y Schaefer, 1987, 1989)
Hablante Interlocutor*
Especificación Aceptación
Presentación del acto de habla que Presupone el reconocimiento de que la
presupone, de forma ostensiva, la suposición del hablante sobre la
creencia del hablante de que su inteligibilidad de su contribución era
contribución puede ser entendida acertada como el reconocimiento de que
por el oyente ambos comparten ciertos supuestos e
información comunes.
Conocimiento común
Noción básica
(common ground o common knowledge)
Hablantes y oyentes comparten ciertas informaciones y creencias acerca de — entre otras— la naturaleza de
las contribuciones comunicativas y las condiciones en que éstas pueden ser aceptables para sus interlocutores
actuales. Asimismo, la noción de conocimiento común refleja la creencia mutua (mutual belief) de que, en los
distintos turnos de habla, el oyente comprende lo que el hablante pretende comunicarle, lo que refuerza la
impresión de que existe un conocimiento compartido por ambos.
El conocimiento común o compartido, sobre el que se asienta la posibilidad de realizar
discursos cooperativos y eficaces, procede de varias fuentes:
Co-presencia física en la Permite la existencia de un cierto conocimiento común
situación comunicativa sobre su experiencia perceptiva
Representaciones episódicas Versan sobre la situación física y social actual de los discursos
(vg. representaciones sobre el estatus social de los participantes concretos en una conversación, o sobre el tono emocional
de ésta).
Desde un punto de vista cognitivo, estos dos tipos de representaciones dan
pie a interpretar que la producción de discursos y conversaciones, al igual
que su comprensión, implica mecanismos de activación de esquemas de
conocimiento social previamente adquiridos, pero también mecanismos de
elaboración, supervisión y actualización de las representaciones relativas al
contexto actual del discurso.
Discurso
Remite anafóricamente a algo de lo que se ha hablado
e.g. Lo
previamente y que vuelve a ser foco de atención otra vez.
La elección de todas estas formas presupone, como es obvio, el conocimiento, por parte del
hablante, de una situación espacio-temporal dada a la que de algún modo tiene acceso también el
oyente, así como el conocimiento de un sistema lingüístico específico (el sistema de marcadores
deícticos de su lengua) cuyos elementos poseen condiciones contextúales muy concretas de
utilización.