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Hay dos ideas que, de acuerdo con los enfoques teóricos de la sociología
actual, están quedando en desuso:
El concepto de mundo no solo se ha hecho “global”, sino que nos ofrece una
nueva mirada de la sociedad y de los problemas sociales que tienen, además,
repercusiones epistemológicas. La mirada del observador en el sistema – mundo
actual no puede ser “externa”, “objetiva”, ajena al mundo en que vivimos.
Siempre estamos implicados en el mundo y, por tanto, en lo que observamos en
él. La “objetividad” no existe. Lo que hay y define nuestro trabajo científico es la
“actitud objetivadora”, en la que el observador siempre está implicado en el
objeto que observa. Sujeto y objeto se modifican mutuamente.
2George Spencer - Brown. Laws of Form. The Julian Press, INC Press. Nueva York – EE. UU.,
1972, p. 106.
4Gastón Bachelard. La formación del espíritu científico. Siglo XXI Editores S.A. Buenos Aires
– Argentina, 1987.
7Raúl Prebisch. Hacia una dinámica del desarrollo latinoamericano. Fondo de Cultura
Económica. México, 1963. Véase también, del mismo autor: 1) “Critica al capitalismo
periférico”. En: Revista de la CEPAL. Primer semestre de 1976. 2) Capitalismo periférico.
Crisis y transformación. Fondo de Cultura Económica. México, D. F., 1981.
8Immanuel Wallerstein. El moderno sistema mundial. Siglo XXI Editores. Madrid – España.
Tomo I: 1979 (e. o., en inglés: 1974). Tomo II: 1984 (e. o., en inglés: 1980). Tomo III: 1998 (e.
o., en inglés: 1989). Tomo IV: 2014 (e. o., en inglés: 2011).
11Immanuel Wallerstein. El moderno sistema mundial IV. El triunfo del liberalismo centrista,
1789 - 1914. Siglo XXI Editores. Madrid - España, 2014.
15Rita
Segato. La guerra contra las mujeres. Edición Traficantes de Sueños. Madrid –
España, 2016.
16Rita
Segato. Las estructuras elementales de la violencia, Ensayos sobre género entre la
antropología, el psicoanálisis y los derechos humanos. Editorial Bernal – Universidad
Nacional de Quilmes. Buenos Aires – Argentina, 2003, p. 13.
17Immanuel Wallerstein. Utopística o las opciones históricas del siglo XXI, p. 3. Disponible
en: https://periferiaactiva.files.wordpress.com/2016/04/wallerstein-e-utopstica.pdf
(Existe edición impresa publicada por Siglo XXI Editores. Madrid – España, 1998).
Nada, sin embargo, es seguro. Lo único seguro es el tránsito hacia otro u otros
sistemas mundiales y la posibilidad que tenemos de configurarlos a través de la
acción individual y colectiva, “Estamos viviendo el tránsito nuestro sistema
mundial vigente, la economía – mundo capitalista, a otro u otros sistemas
mundiales. No sabemos si esto será para bien o para mal. No lo sabremos hasta
el final de esta etapa, que quizás esté a cincuenta años de distancia. Sabemos
con certeza que el periodo de transición será muy difícil para todos los que lo
vivan. Será difícil para los poderosos y para la gente común. Será una etapa de
conflictos y disturbios graves, y para muchos representará el colapso de los
sistemas morales. No paradójicamente, también será un periodo en el que el
‘libre albedrío’ alcanzará su punto máximo, lo que significará que la acción
individual y colectiva pueden tener un impacto mayor en la estructuración
futura del mundo que en tiempos más "normales", es decir, durante la vida
cotidiana de un sistema histórico”20. Se abre, en consecuencia, una nueva
oportunidad para el progreso humano que tiene a la acción individual y
colectiva como sus principales soportes.
Cualquiera que sea el curso que tomen los acontecimientos, el futuro -y por
futuro nos referimos a los próximos 20 o 30 años- parece anunciar el
advenimiento de una sociedad “poscapitalista”, que va más allá del sentido
que le dio Peter Drucker a inicios de los años noventa21. El poscapitalismo, de
acuerdo con Paul Mason, implica una ruta diferente, que “va más allá del
mercado”, y tiene cinco pilares fundamentales:
19Immanuel Wallerstein. Utopística o las opciones históricas del siglo XXI. Ob. Cit., p. 25.
20Ibid., p. 15.
22Paul Mason. “Es tiempo para el poscapitalismo”. En: Nueva Sociedad. Disponible en:
https://nuso.org/articulo/es-tiempo-para-el-poscapitalismo/?fbclid=IwAR0CoGd-
Z7kma3e-CeksYXww_nok-rJjg_sHMwE1K1DjiPgqPcuUUiZ8jjo
25Ibid., p. 21.
26Ibid., p. 21.
28Ibid., p. 51.
– “Nosotros, los brujos, sabemos encabalgarnos a los flujos del devenir y somos
capaces de cualquier cosa”33.
– “La magia tampoco tiene que ver con el hacer violento de la política, que
necesita crear enemigos y que, de ese modo, genera saberes prejuiciados,
desconfiados y estigmatizadores que empobrecen al mundo. Al contrario, el
saber – hacer de nuestra magia, puesto que parte de la religancia de todo,
tiene un carácter erótico y fecundo”34.
30José
Ángel Bergua. Postpolítica. Elogio del gentío. Editorial Biblioteca Nueva. Madrid –
España, 2015, p. 232.
31Ibid., p. 233.
32Ibid., p. 234.
33Ibid., p. 234.
34Ibid., p. 235.
Esta apología del “gentío” que, en el mejor de los casos, es una suerte de
populismo teórico, no nos dice nada sobre el acontecer histórico y sobre el curso
que sigue la sociedad. La historia “grande”, la que sigue ya no un Estado –
Nación, sino el Sistema – Mundo, es un “metarrelato” que “no significa nada”.
Lo que cuentan son las historias del “gentío”, así en plural, ese “saber - hacer”
ahistórico, atemporal, que se recoge y se procesa individualmente, al margen
de cualquier “metarrelato” colectivo.
Una vez más, por argucia de “brujo”, estamos ante el “fin de la historia”, tal
como Francis Fukuyama lo anunciara al mundo a finales de los años ochenta,
valiéndose de la filosofía de la historia de Hegel36. Para este autor, el liberalismo
económico y político y la idea de “Occidente”, como horizonte cultural,
finalmente se habían impuesto al concluir la guerra fría. La historia de
“Occidente”, de acuerdo con Fukuyama, no avanzaba hacia una meta
prefijada de antemano; pero tampoco había vuelta atrás. En este marco, el
mundo se dividía en una parte “poshistórica”, cuyo eje principal de interacción
es económico, y el mundo “histórico”, atravesado por conflictos religiosos,
nacionales e ideológicos, que registran un serio atraso económico y son reacios
a “Occidente”. Posteriormente, Fukuyama profundizó en estas ideas, en su libro
El fin de la historia y el último hombre37, que tuvo una gran acogida en nuestro
medio. El punto central de su argumento era que, con el liberalismo económico,
habíamos llegado al “punto final de la evolución ideológica de la humanidad”,
que tenía como correlato la “universalización de la democracia liberal
occidental” como forma de gobierno humano al que deberían dirigirse todos
los países. La existencia del mundo “histórico”, sin embargo, evidenciaba que
esta universalización no era tal y que, en todo caso, no pasaba de ser una
afirmación ideológica inspirada en la dialéctica hegeliana. Lo ocurrido en los
años posteriores hizo que Fukuyama, poco a poco, fuera matizando su punto
de vista, aun cuando se ratificará en su tesis central.
35Ibid., p. 235.
36Francis Fukuyama. “The end of History?”. En: The National Interest, N° 16, Summer, 1989,
pp. 3 - 18.
38Francis
Fukuyama. Identidad. La demanda de dignidad y las políticas de resentimiento.
Ediciones Deusto. Barcelona – España, 2019, pp. 22 y 23 (e. o., en inglés: 2018).
39El concepto de individualismo expresivo fue propuesto originalmente por Robert Bellah,
a finales de los años ochenta, para diferenciarlo del individualismo utilitarista, que se
había hecho predominante en la cultura norteamericana. El individualismo expresivo
considera que cada persona tiene un núcleo único de sentimiento e intuición que debe
ser desarrollado o expresado para que la individualidad sea alcanzada. El individualismo
utilitarista, por el contrario, concibe la existencia como algo que deriva de un contrato
en el que los individuos participan con el único fin de alcanzar su propio interés. Véase:
Robert Bellah. Hábitos del corazón. Alianza Universidad – Alianza Editorial. Madrid –
España, 1989 (e. o., en inglés: 1985).
Bunge marca distancia del socialismo de Estado, no solo por sus resultados
desastrosos, sino también por la experiencia, que él vivió en carne propia, de los
populismos latinoamericanos. "El socialismo -nos dice- no tiene nada que ver con
el populismo, que ofrece dádivas de arriba. Y el socialismo se construye de
abajo hacia arriba. Comienza con cooperativas y con organizaciones no
gubernamentales; el socialismo auténtico no es estatista. Le deja libertad al
individuo"41. El populismo de izquierda, que hoy se vende como el “socialismo
del siglo XXI” en Venezuela, es una clara muestra de ello. Bunge, por el contrario,
apuesta por un “socialismo cooperativista”, que marca distancia con el modelo
estatista, y se aproxime al modelo escandinavo. En este marco, propone
construir una “sociedad de socios”, que no coacte la libertad individual y
suprima toda forma de explotación, con amplia participación de los
ciudadanos. “La única forma justa de socialismo es la que se propone construir
sociedades de socios, no sociedades compuestas por explotadores y
explotados, por ‘mandamases’ y mandados, sino sociedades justas y juntas,
sociedades de socios, en las que cada uno de los componentes tenga voz y
voto, así como participación activa. Sin participación no hay socialismo”42. Este
tipo de socialismo no es incompatible con la construcción de una sociedad
democrática y con el desarrollo de las libertades individuales, sino todo lo
contrario.
40Mario
Bunge. “El socialismo como democracia integral”. En: Anuario Facultad de
Derecho - Universidad de Alcalá, No. VII, 2014, pp. 291 – 300.
41Mario Bunge. “El socialismo no tienen nada que ver con el populismo”. Entrevista
disponible en: https://www.lt10.com.ar/noticia/99195--Bunge-El-socialismo-no-tiene-
nada-que-ver-con-el-populismo
Mario Bunge. “El socialismo como democracia integral”. Ob. Cit., p. 299.
42
44Ibid., p. 35.
46Ibid.
48Mario Bunge. “¿Existió el socialismo alguna vez, y tiene porvenir?”. Ob. Cit., p. 19.
La propuesta de Bunge, que merecía ser descrita con detalle, es coherente con
lo antes señalado por Wallerstein, Quijano, Mason, Piketty y Basadre,
independientemente de que haya sido concebida por fuera de la tradición
marxista. Todas estas propuestas se enmarcan, además, dentro del proyecto
ilustrado y tienen como norte la sociedad del siglo XXI. Se trata de prospecciones
bien fundadas del futuro que se nos viene en el sistema – mundo en el que
vivimos. Este ejercicio, sin embargo, debe ser complementado con un análisis
empírico de los procesos que se encuentran en curso. La prospección va de la
mano del análisis de los procesos. En este marco, cobra relevancia la “sociología
de las ausencias” y la “sociología de las emergencias” que propone Boaventura
de Sousa Santos en el marco de su proyecto de “descolonización del sur”51. La
sociología de las ausencias, en opinión de este autor, tiene por objeto mostrar
que lo que no existe es, de hecho, activamente producido como no existente,
es decir, como una alternativa no creíble -ni viable- de lo existente. Su objeto
empírico, de acuerdo con esta formulación, es un imposible desde el punto de
vista de las ciencias sociales convencionales. La sociología de las emergencias,
por el contrario, explora las posibilidades existentes que se van construyendo
desde el presente. Se ocupa del “todavía no”, término propuesto por Ernst Bloch
para dar cuenta de la latencia de los procesos sociales que existen como
49Ibid., p. 30.
50Ibid., p. 20.
52BBC News Mundo. Los multimillonarios Jack Ma y Elon Musk discrepan sobre cuál es la
mayor amenaza para la humanidad. Disponible en:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-
49530776?fbclid=IwAR1KeFNrKKgLSo8K3E0SaeItYtVufZLP-
5NZZVeandz4bjzPHicbEvW1qmE
12) El creciente poder que tienen los organismos internacionales, caso Banco
Mundial, FMI, Unión Europea, entre otros, que no sólo condicionan a los
Estados – Nación, sino que, en muchos casos, tienen un control efectivo de
los Ministerios de Economía y Bancos Centrales, como ocurre en varios países
de nuestra región, incluyendo el Perú.
16) La migración internacional, que antes operaba en el eje Norte – Sur y que
ahora incluye el eje Sur – Sur, teniendo como ejemplo a la migración
venezolana, en nuestro caso.
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54Edgard Morin. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. UNESCO, 1999,
p. 47.
55Ibid., p. 47.